Partida Rol por web

Damrath observó escrutador al hombre de la puerta. Quizá saber de su procedencia y habitos por las pequeñas pistas que podrían darle su actitud y vestimenta.
Mientras tanto mantuvo un silencio sepulcral, detras del minotauro.

-Así que buscáis trabajo- repite haciéndose a un lado e invitándoos a pasar al vestíbulo, cerrando la puerta tras vosotros-.Supongo que sabréis que tomo las dos décimas partes de cada encargo que recibo, ¿verdad?

¿Por qué zona habéis venido? ¿Del este o del oeste?- pregunta, tanteando el terreno para una posible oferta.

No importar yo querer trabajo y estar de acuerdo en pagar parte por obtenerlo, pero tu dar el mejor trabajo que tener, mmm de donde venir decir tu?, yo ser malo para direcciones pero excelente en el combate, venir de terreno mojado eso seguro...

El minotauro caminaba seguro de si mismo, algo contrariado por tener que hablar tanto, pero ansioso de tener algo que deje dinero..

-Sí, últimamente ha llovido mucho- comenta-. Pero eso ya está arreglado. Añade con un tono que refleja saber más del asunto que lo poco que dice.

- Está bien, si no os importa por dónde viajar tengo un encargo perfecto para vosotros- señala finalmente-. Desde hace varias semanas, de un población slig que vivía antes en las montañas sin causar problemas han empezado a salir jóvenes lagartos que asaltan caravanas y se sitúan en los pasos principales para cobrar tasas ilegales par permitir el paso a viajeros y comerciantes- Bien, ya sabéis qué era esa extraña criatura-. He encontrado a alguien que está realmente molesto por los ataques y asaltos... ese alguien paga 200 aceros, ni más ni menos por cabeza de slig adulto. Os daré 180 aceros por cada una de ellas, aunque os advierto que seguramente no seáis los únicos que tratéis de aceros con las testas de los lagartos, hay más aventureros tras ellas. Se calcula que son alrededor veintenar los sligs actuando en el sur de solamnia e inmediaciones de esta ciudad.

Interesante. Deberiamos buscar algunos otros con los que poder unirnos...

No preocupar, poder estar seguro que yo traer mas cabezas que aventureros todo juntos... El minotauro se golpeas el pecho con la mano izquierda, al tiempo que da un fuerte bufido...

Hoy descansar pero si tu dar indicaciones de donde buscar lagartijas yo mañana traer cuerpos de todos, bueno.. sonríe maliciosamente... solo cabezas...

- Hummm, recientemente los mercaderes han sufrido ataques en el camino de aquí a Solanthus; sin embargo la mayor parte de ellos actúa en el sur, en el camino principal rumbo a Caergoth en el oeste o Restglen al este.- señala el humano que momentos después olfatea el aire, oliendo el nauseabundo perfume digno de una ciénaga que traen los compañeros.

No pasa desapercibida para el minotauro la cara de repulsa que les dedica su interlocutor luego de oler el desagradable aroma del que vienen impregnados, por lo que el siempre limpio minotauro se apresura a dar por terminada la conversación...

Si semielfo no querer decir nada mejor nosotros retirar, tener que descansar y mañana partir donde este hombre decir...

Damrath meditó unos instantes si debia intervenir y al final se decidió.
-¿Alguno de los atacados esta todabía en la ciudad?, para que podamos hablar con él. ¿Y donde paran los aventureros en la ciudad?-

-Los aventureros se dispersan y reparten por todos lados, aunque después de la guerra su número se ha reducido a unos pocos. Muchos no volvieron de la batalla, bien por estar muertos bien por encontrar un mejor lugar para asentarse. Sin embargo si tenéis suerte podréis encontraros con algún valiente en La Pluma Roja.- responde mientras os acompaña a la salida.

-Por mi parte no os puedo poner en comunicación con nadie, mayormente porque no es un encargo propio.

No importar, nosotros ir a descansar y mañana traer cabezas...

El minotauro no pregunta nada mas, lo único que quería saber es donde tenia que ir para terminar con tales criaturas, no creía necesitar mas ayuda y ahora lo único que necesitaba era un buen descanso y una comida que no consistiera en las duras e insustanciales galletas de viaje...

Adiós, luego regresar...

El minotauro sale del lugar y se dirige a la taberna/posada donde esperarían al humano...

-Galdar... voy a ir a la Pluma Roja. Los viajeros y aventureros pueden saber mas sobre esta caza y también sobre rumores de la zona. En un principio yo tambien estoy interesado en esta caceria.-

Tras una breve indicación, Zenram y Damrath llegan sin problema alguno a la susodicha taberna. Tan solo el exterior ya refleja que no es un tugurio de mala muerte como la mayoría de los que se puede encontrar en las ciudades, sino que sus tres pisos de dura piedra con amplios ventanales rejados reflejan un lugar seguro y cómodo donde pasar la noche después de un largo viaje. En en el interior el piso bajo está ocupado casi por completo por la zona de taberna, la barra y la cocina. La zona está decorada con adornos y regalos relacionados con la aventura y los viajes: una rueda metálica y un gran hacha sobre la chimenea ahora apagada, varios escudos decorando las paredes, un arco descordado detrás de la barra, la cornamenta de un minotauro sobre la puerta de salida...

A pesar de que fuera la ciudad parecía dormida, aquí es todo lo contrario. Aún siendo apenas mediodía a decenas de personas abarrotando la sala, contando desde ricos mercaderes junto a sus guardaespaldas comiendo copiosas raciones y viajeros bien armados bebiendo en la barra o comiendo en las mesas; extrañamente no hay casi enanos o gnomos, sino que la mayor parte de la gente es humana aunque también hay varios semielfos y temidos kenders. El local está atendido por media docena de jóvenes uniformados de ropas azuladas y que, además de su destreza en la esquiva de los clientes para llegar a las mesas, portan pequeñas dagas en el cinto, visibles para todos (aunque es imposible decir si sabrían utilizarlas).

Nadie os presta atención, ni siquiera al minotauro pese a su tamaño (y olor), sino que siguen enfrascados en sus propias conversaciones y vituallas.

El minotauro no puede evitar que en su cabeza se agolpe una gran cantidad de sangre ante el tremendo coraje que sufre al ver la cornamenta de uno de los suyos como si fuese un adorno... Su mano acaricia el mango de su gran hacha mas haciendo un gran esfuerzo logra controlarse, lentamente se acerca a la barra, manteniendo un ojo en los Kenders y en general en el resto de individuos en la taberna...

Querer habitación, cuanto ser, una buena...

Damrath no se sentía a gusto entre las multitudes, de echo, habitualmente sortearia este tipo de encuentros. Pero necesitaba informacion, y estaba claro que el minotauros solo queria dormir en caliente. Como comparsa de conversacion, decidió ver a uno de los enanos. Pues no deseaba encontrarse con uno de sus primos, al menos todavía no. Asi que buscó entre la multitud a uno, que bebedor obrase una conversación.

-Habitación simple con baño, cena y desayuno, 3 piezas de oro.- Informan al minotauro en la barra, con un tono que refleja la pesadez de repetir una y otra vez las mismas palabras. La joven que le atiende parece estar acostumbrada al trato con todo tipo de seres, pues incluso sonríe al minotauro en su respuesta.

Mientras tanto Damrath había localizado a un bebedor solitario en la barra y que daba conversación a uno de los camareros, un humano de grandes músculos.

El minotauro esta realmente feliz por la respuesta, de una mirada recorre el estado de sus ropas y de su amado pelaje, no puede evitar hacer una mueca de repulsión al ver lo desaseado que se encuentra, sin dudarlo saca una moneda de acero y la entrega en la mano a la joven... Tomar, quedar con cambio y si poder subirme de comer a la habitación, guiarme a baño....

Damrath se acercó a la barra, cerca del guerrero y a cierta distancia, le dijo.
-Saludos, mi nombre es Damrath y vengo del norte. Busco guerreros que estén dispuestos a cazar lagartos. Y queria saber si hay alguno de estos grupos cerca.-

-Quería decir 3 piezas de acero, perdón.- se disculpa la camarera quien obviamente no está muy acostumbrada a la imponente figura del minotauro y, aunque aguanta el tipo y la sonrisa, rebosa nerviosismo.

El guerrero invita a sentarse con la mano a Damrath mientras da el último sorbo a su cerveza:
- Llevo días sin ver a uno de esos grupos- comenta-. A decir verdad, tras la guerra contra los ejércitos del mal apenas pasa alguno por aquí, si acaso algún guerrero solitario como yo que decide esperar a tiempos mejores para emprender una nueva búsqueda.