Partida Rol por web

Selt mirar al viejo y al kénder sin entender nada. Espera algún tipo de explicación, por muy disparatada que ésta sea (obviamente, el kénder parece más propenso a las de este tipo).

Creo que se cayeron a mi saquillo cuando salíamos.- murmura Malon dándole la moneda a Kirir, que no tarda en hacerla desaparecer en su bolsillo. La guardaba a buen recaudo y pensaba devolvértela ahora mismo; todo ha sido una confusión.

Dando el asunto por zanjado, Malon ata el cordón del último de sus saquillos y se lo cuelga al hombro. El kender había aprovechado esta búsqueda para ver cómo le quedaban esos anillos que si no recuerda mal también cayeron en su bolsillo durante la visita al alijo del anciano. Eran de una sencillez muy atractiva, y a decir verdad relucían como el oro.

Bueno, ahora que estamos listos. En marcha.

Llevabais toda la mañana caminando entre quejas de Kirir por lo fangoso del camino después del chaparrón de ayer o las de las elfas gritando a Malon que se aleje de ellas o que deje de saltar en los charcos cuando pasan cerca. El sol calienta intensamente vuestras cabezas, aunque la humedad del ambiente lo convierten en una agradable sensación de la que disfrutar en estos, los primeros días de la nueva estación.

Sin embargo, algo parece ir mal. Malon, que después de comprender que la iracunda mirada de Freya no era de broma, había decidido adelantarse e inspeccionar el terreno vuelve a todo correr (todo lo que le permiten sus piernas) agitando los brazos para que os acerquéis.

Encapuchados con picas de cabeza extraña luchando con trasgos.- murmura rápidamente imitando la voz que usan los trovadores cuando representan escenas en que el enemigo puede oírles.- Allí, tras los arbustos.

¿Seguro que no es una de tus bromas para asustar a las elfas?, pregunta Selt. En la anterior curva del camino creíste ver un draconiano...

Freya para de golpe al escuchar la advertencia de Malon. Mira al resto de compañeros...

Cita:

Malon, con voz desusadamente baja, se reúne con el resto y explica: hay dos encapuchados; había cinco goblins pero dos están caídos en el suelo. Mejor nos salimos del camino hacia la derecha, que hay matorrales altos, y lo vemos más de cerca.

Y al tiempo que lo dice sale hacia el margen derecho del camino empuñando el júpak y preparando una piedra.

Cogiendo su maza y embrazando el escudo de madera, Selt va tras el kénder: Te sigo, Malon. Tú dirás por dónde.

Freya, que había tomado ésta como otra broma del kender (u otra desafortunada equivocación como diría él), se alarma al ver como Selt saca la maza de guerra del cinto; y temiéndose lo peor, decide hacer lo propio con su espada larga aunque deja una mano libre para poder realizar los elementos que la requieren para sus oraciones.

Vamos Silva.- le dice a su compañera- Parece que Malon ha encontrado algo.

Fiuuuuuu.-El viento levanta la zarrapastrosa capa de Kirir, que espera en la retaguardia del grupo a que el resto decida moverse o decir algo para rebatir la nueva ocurrencia de Malon.

Selt sige a Malon tratando de imitar los sigilosos pasos del kénder.

sigo a Freya

Freya sigue a Selt a cierta distancia, observando a su alrededor.

Acercándoos y tal vez haciendo caso a Malon al concentraros en escuchar se pueden oír golpes y fuertes choques en la zona que indica como lugar donde estaban los trasgos y los encapuchados. Armados y preparados para el combate, sabéis que será mejor intervenir pronto si necesitan ayuda.

Por otra parte, Kirir debe de haber visto algo interesante en la otra parte del camino pues al momento en que vosotros os acercabais a la batalla el se dirigía hacia un arbusto que llama su atención.

Fiuuuuuu.

Freya observa el combate para ver si los encapuchados necesitan ayuda...

Selt avanza y, maza en mano, lanza un grito: Deteneos y decid qué es lo que sucede. Con ello, busca una reacción que le permita averiguar algo más de los encapuchados.