Partida Rol por web

Los dias se suceden en Punta Arena sin que ocurra ningún incidente más allá de algún suceso menor dentro de la ciudad, afortunadamente  nada que ver con goblins, vuestra presencia tranquiliza a la población  que de vez en cuando le pide favores menores  pero por lo demás no hay ningún incidente digno de mención.

Al cabo de una semana la Alcaldesa llama a  Dunia para hacerle la entrega del pago por los servicios, argumenta que todavía no han acabado con el servicio pero quizás un pago semanal podría ir bien para la moral.

Salvo ese incidente puntual, los días siguen sin incidentes hasta que una mañana pasado el decimo dia cuando unos golpes llamanan  vuestras puertas , rápidamente escucháis la voz angustiada de Betahna, la única camarera aparte de Ameiko, se tratad e una mediana de edad avanzada, esta os apremia diciendo que tiene que hablar con todos urgentemente por un tema relacionado con Ameiko.

Por cierto, Shayliss, la mujer que te tiras está contigo cuando la mediana viene a hablar con vosotros, digamos que has pasado una noche muy agradable y placentera en compañia :D

La bolsa con el pago de todos contiene 51 monedas de Oro a repartir entre los 6, eso hace aproximadamente unas 8 monedas de Oro y 5 de plata para cada uno, un poco más de lo acordado

Kendra apenas se acababa de levantar, aún ni siquiera había tenido tiempo de quitarse el camisón o alisarse el pelo. La rutina de la adalid de Taldor era como el hierro, una disciplina casi militar que se auto imponía. Levantarse con el sol. Alisar su pelo. Colocarse la armadura. Alimentar a Lady Gallahad. Correr diez millas. Cien flexiones. Cien técnicas de espada. Desayunar.

Fue interrumpida con el cepillo en la mano por la angustia de Betahna. Reaccionando con preocupación ante la preocupación de la camarera. Si Ameiko quería verles sería urgente.

"Comprendo vuestra preocupación pero... Primero necesito vuestra ayuda con algo. Es muy importante."

Diez minutos más tarde una apurada Kendra retintineaba por todo el pasillo a medida que terminaba de ajustar las correas de su armadura de placas. Era sólida. De manufactura enana, había dicho su hermano, nadie como ellos para forjar la placa que se interpone entre ti y cien lanzas enemigas. Oh, la ironía. Años de entrenar con la armadura la habían acostumbrado al monolito de acero que la protegía en todo momento, pero ni siquiera con ellos podía evitar que ralentizase su paso.

Se apremió a seguir a Betahna, con evidente preocupación, y cierta torpeza.

"Milady, ¿llamabáis?"

Grundar bajó cogido de la mano de Shayliss, silbando tranquilamente, fuifiufiu, hacia unos dias que se habian dejado de ocultarse y por las noches las paredes de la taberna retumbaban con el ruido de la pareja percutiendo.

Ante las indicaciones de la mediana, no pudo más que soltar la mano de Shayliss y preguntar

- Que pasar, por Gorum dijo el semiorco Ameiko necesitar ayuda?

- Grundar defensor Punta Arena, Grundar ayudar !

Tras estas palabras Grundar observó mientras Kendra subia y bajaba de nuevo. El semiorco dormia con su armadura puesta siempre*, asi que no pudo más que sonreir mientras esperaban al resto de sus compañeros

Un sonoro bostezo involuntario parecía invitar a tomarse aquello del levantarse con cierta calma. En realidad no había prisa ¿no?

Más allá de repartir las ocho monedas de oro y cuatro platas* que le correspondía a cada uno por cabeza (y recomendar a Kendra que guardase una parte porque su yegua pronto necesitaría herraduras nuevas, y nunca se sabía), su día a día empezaba a pasar de una sucesión de actividades novedosas e intrigantes a una serie de actividades no-tan-novedosas con una buena dosis de reiteración a la que esperaba no tener que acostumbrarse.

Bien pensado, aquella forma de despertarles al menos era nueva. 

Ella tardó mucho menos que la formidable amazona en estar lista, y eso que estuvo tentada a salir en camisón solo para poder escuchar si aquello merecía la pena antes de entretenerse con las correas de su armadura de cuero.

Al salir, agradeció no haberlo hecho. Hacía unos días que no se ocultaban, pero seguía resultándole chocante. ¿De dónde salía aquella mujerona peliroja? ¿Y qué podía ver en el semiorco? Y como muchas grandes mujeres con unas gotas de arpía en sangre, comenzó a preguntarse qué tenía aquel hombre tan fuerte... bueno, si, era fuerte, pero.... - Basta, Dunia, Mal camino.

La camarera había desaparecido tan pronto la llamó, por lo que distraídamente, y al no ver a Ameiko**, pasea por la barra de la taberna como si aquello fuera suyo, apoderándose de un trozo de pan lo bastante limpio como para resultar apetecible y sacando para los demás.

Al fin y al cabo, aquello no era robar. Estaban pagando los gastos en comida y alojamiento, así que técnicamente estaba... ahorrando trabajo a la mediana. Le hacía un favor.

- Qué buena persona eres, Dunia. - Lo sé.

Extiende una bandeja con las sobras que había encontrado de la noche anterior para todos - Qué raro que no huela ya a comida aquí - Comenta de pasada. Y era cierto. A aquellas horas lo normal era que la cocina fuese un hervidero de actividad para preparar el servicio - ¿Alguien tiene hambre?

Lo demás se resumiría en esperar a que llegasen todos.

Pese a no haber luchado demasiado por el dinero, Auge no dudó en tomar sus ocho monedas y cuatro platas sin hacerse de rogar, que luego Dunia podría tomárselo como algo literal y decirle adiós al dinero.

En todo lo demás él había estado disfrutando de unos días tranquilos hasta que la mujer les llamó alterada. Si tenía que ver con su amiga sabía que estaría nervios y comenzaría a hablar cosas raras, así que prefirió guardar silencio. Y en silencio observó la sonrisa de orgullo del semiorco, levantando una ceja sin comprender el porqué, al fin y al cabo él tampoco necesitaba subir a prepararse*.

Algunos tardaban más que otros, pero era lo habitual. Y aunque se planteó subir a ayudar a las armaduras, en particular a la blindada Kendra enseguida lo descartó: se malinterpretaría y probablemente acabaría con la cara roja, fuese su reacción negativa o positiva. Rió al pensar en aquello y se dio cuenta de los comentarios de Dunia. De nuevo no quería hablar, así que sólo se estiró para coger algo de comida mientras esperaba, señaló la jarra de cerveza y puso una cara de solicitud y dependencia.

La calma reina en el lugar, siempre es de agradecer un poco de paz, aunque sospechaba que en realidad es la existente a una tempestad, una que estaba a punto de llegar. Parte de la tensión la podía percibir en el aire, aunque los días transcurrían sin contratiempos, esa sensación no se mitigaba ni un ápice. Recoge el dinero del pago con normalidad.

Se dedicó durante ese tiempo a recorrer la ciudad para conocerla mejor, además del siempre necesario entrenamiento. Mas la tormenta llega, ni siquiera termina de llegar el amanecer cuando una voz nerviosa les despierta, causando que Samïr abra las ojos. - ¿Ameiko? - Pregunta aún somnoliento. Ágilmente abandona al cama y se prepara antes de salir de su habitación, aséandose para quitar su expresión aún más huraña. vistiéndose, colocándo la armadura.

Sus pasos le llevan al comedor, donde ahí en cuentra algunos de sus compañeros. - ¿Alguien sabe que ha pasado y qué diablos ocurre con Ameiko? - Pregunta sin más sin decir si quiera los buenos días, pero así es él. Toma asiento al lado. - Y hablando de ella, ¿no está por aquí? - Extrañado pregunta por su antigua compañera y aún amiga. 

De una pasada no ve a nadie más en el comedor, ¿acaso es demasiado pronto o es que acaso ha llegado la tormenta?

Idari se quedo mirando las monedas que tenia en su mano, sin comprender muy bien lo que había hecho para ganárselas, pero finalmente se las guardo, con el doloroso conocimiento de lo desagradable que era el hambre y dormir al raso cuando no tenia medios para evitarlo.

Al ser despertada de aquella manera, no tardo mas de unos segundos en ponerse los pantalones y la casaca, luchar sin mucho éxito con sus rebeldes cabellos cortos, y salir con los ojos aun entrecerrados a reunirse con sus compañeros.

Con un gesto de la mano hizo ver a Dunia que era incapaz de meter nada en el estomago todavía. Había partes de su cuerpo que tardaban mas en despertar que otras.

- ¿Donde esta Betahna? - pregunta ahogando un bostezo - ¿porque nos ha sacado de la cama tan pronto? Por su forma de hablar parecía muy urgente.

La mediana no responde a ninguna pregunta hasta que todos estáis abajo y sentados, por un momento se queda mirando a la chica pelirroja que acompaña a Grundar la cual es la causante de que muchas noches hayáis tenido que poneros en los oídos cera para los oídos para no escuchar los continuos gemidos que salían de la habitación del semiorco pero finalmente parece decidir que la urgencia es más que la discreción.

---Ameiko a desaparecido-dice sin amortiguadores, estas tres palabras generan un silencio incómodo mientras esperáis a que la mujer justifique semejante sentencia, esta suspira nerviosamente y sigue hablando- Ameiko siempre se ha levantado antes para empezar a preparar el desayuno y la comida del dia, así que me extrañé cuando vi al bajar que la cocina estaba fría, nunca había sucedido en todo lo que llevo trabajando con ella.

La mujer se muerde el labio antes de continuar.

----Pensareis que me preocupo por nada así que subí a su cuarto a ver sí s encontraba indispuesta pero cuando llamé no recibí respuesta alguna, en contra de mis principios entré en el cuarto…este estaba vacío y la cama no había sido usada en toda la noche….- dice tragando saliva- Pensé que había salido a algún…encuentro…pero la verdad era peor…- la mediana extiende la mano donde tiene un trozo de papel arrugado-…encontré…una carta de su hermano mayor…Tsuto.

Por un instante la información acerca del hermano de Ameiko pesa sobre vosotros, no teníais ni idea ( incluso los más cercanos) que Ameiko tuviera un hermano mayor…La mujer os entrega la nota encrita en letras del idioma Común pero no entendéis lo que dice.

---Está en  minkaiano, seguramente para que no pueda ser leida por otra persona- aclara la anciana- lo que no sabia Tsuto es que Ameiko me ha estado enseñando el idioma  estos años, sí la giráis podréis leer la traducción- os indica la mujer, cuando giráis podeis leer lo siguiente:

¡Hola, hermanita!

Espero que esta carta te llegue sin demora, y que no estés muy ocupada, porque tenemos un pequeño problema. Tiene que ver con padre. Al parecer, puede que haya tenido algo que ver en los recientes problemas que ha tenido Punta Arena con los goblin, y no he querido dejar que se ocupasen las autoridades, porque ambos sabemos que se escaquearía como hace siempre. Pero tú tienes peso aquí en el pueblo. Si te reúnes conmigo en la Fábrica de vidrio hoy a medianoche, quizá se nos ocurra algún modo de asegurarnos de que recibe el castigo que se merece. Llama a la puerta de entrega de materiales dos veces, luego tres veces más, y luego una, y te dejaré entrar.

En cualquier caso, no tengo que convencerte de lo delicado de este asunto. Si corriese la voz, sabes que estos pueblerinos supondrían que tú y yo también estábamos en el ajo, ¿verdad? No tienen ni pizca de honor por estos lares. Aún no entiendo cómo soportas nseguir aquí.

Sea como sea, no hables de esto con nadie. Hay otras complicaciones, de las que me gustaría hablarte en persona esta noche. No llegues tarde.

Tsuto

---Muchos no lo saben, pero Tsuto nació un año antes que Ameiko y supuso todo un escándalo para la familia debido a que Tsuto es semielfo…y ninguno de los padres de Ameiko es elfo por tanto Lonjiku, el padre de Amiko, no era el padre- continua mujer con un estremecimiento- La ira que se desató fue la comidilla de la ciudad, la madre de Ameiko nunca dijo quien era el padre y pese a ello siguieron casados, Tsuto fue entregado a la Academia de Turandarok para que fuera criado fuera del seno familiar , su padre hacia como sí no existiera y la madre tenia prohibido  visitarle.

---Ameiko descubrió su existencia cuando tenia 10 años y empezó a verle algunas veces al mes para hacerle compañía y prometerle que algún día las cosas se arreglarían…es demasiado optimista- dice la mujer sonriendo tristemente-Pero todo se truncó, cuando tenían 16 años Ameiko y él tuvieron una discusión terrible…..y Tsuto golpeó a Ameiko- resume la mujer estremeciéndose al recordarlo- Desconozco cual fue el motivo de la discusión pero después de eso Ameiko dejó la ciudad  durante todo un año, supongo que seria cuando os conoció, sus aventuras habrían durado más pero su madre falleció- sigue con tristeza, Auge, Samïr y Dunia recordáis vagante que durante sus aventuras Ameiko recibió una carta y abandonó el grupo alegando un problema familiar…ahora sabéis de que se trataba….- La cosa fue…que el funeral fue peor de lo que debeia ser, Tsuto estaba presente y no se cortó en opinar en voz alta, delante de todo el pueblo, que Lonjiku había empujado a la madre de ambos por un acantilado y este le rompió la mandíbula con el bastón, furioso, le insultó y abandonó Punta Arena…desde entonces no se ha sabido nada de él, Ameiko a tratado de averiguar el paradero pero sin suerte alguna…hasta ahora, al parecer….

Tras este discurso, la mujer se va un momento a la barra mientras tratáis de procesar la información y toma algo de beber para aclarar su dolorida garganta, la explicación ha tardado bastante y la luz entra en el comedor a raudales.

---Quizas….quizas sean paranoias de una anciana creo que Tsuto no es trigo limpio y dado que Cicuta no está, sois los únicos con los que puedo contar, avisar a los soldados tardarían demasiado  y vosotros tenéis experiencia en esto…¿podríais ir a la Fabrica de Vidrio y averiguar que ha ocurrido con Ameiko? Temo que le haya pasado algo malo……-suplica finalmente la anciana mediana mientras os miraba.

Para cuando la anciana terminó su relato, Dunia ya estaba de pie y sus ojos fulguraban. 

No tendrás que pedirlo dos veces. - Y con pasos firmes y decididos, se encamina hacia la puerta. Se para. Regresa a la mesa con los mismos pasos firmes y decididos - ¿Alguien sabe dónde está ese sitio?

No tenía ni idea de dónde ir y ya se estaba marchando...

Grundar se levantó y se sirvio una cerveza templada, Grundar ayudar Ameiko !, por Gorum coger cosas e ir.

- Donde estar Fabrica Vidrio ?

Por fortuna su habitación estaba lejos de la de Grundar, pero el oráculo sí había escuchado hablar de los gemidos. Cuando vio aparecer a la pelirroja causante de ellos puso los ojos en blanco y bufó. Supuso que a cada raza le gustaba una cosa diferente y a los orcos les gustaría que todo el mundo supiese que estaban fornicando como animales. Quizá debería quitar a las semiorcas de razas con las que tener un idilio, no necesitaba ir dando la nota de sus conquistas.

Escuchó todo lo que decía la amiga de Ameiko, pero algo en su cabeza no sonaba bien.

Si nos vamos, dejaremos esto solo.

Dijo, poniéndose en pie. No le importaba jugársela por su amiga: ella haría lo mismo.

¿Por qué no nos avisó? Yo tampoco me fío de Tetsuo...

Meditó antes de ponerse en pie.

¿No deberíamos revisar su habitación? Quizá haya dejado alguna pista. Antes de salir a lo loco.

Miró a Dunia quien, si bien ya sabía que era impulsiva, y más en una situación como aquella, también era la más desconfiada. Se sintió un poco raro siendo el único en desconfiar. Pero si estaban bajo amenaza de ataque, quizá había que ir con ojos de más.

Idari espabiló enseguida y palideció ante la dramática historia familiar de Ameiko, nunca hubiera imaginado que detrás de su anfitriona hubiera un pasado tan triste, por lo que se mostró dispuesta desde un principio a echar una mano.

- Vayamos hasta allí ahora mismo, y si ese Tsuto intenta meterla en problemas ya nos encargaremos de convencerla para que no haga tonterías.

Y lo cierto es que tampoco había mucho mas que pudiéramos hacer. Era mayor ya y no eramos ninguno nadie para prohibirle actuar como considerase oportuno.

- Aquellos que se os de bien encontrar pistas y seguir rastros id a echar un vistazo a la habitación y los demás iremos preparándonos para marchar. Voy a por mi ballesta.

Las arrugas de la frente del explorador son cada vez más notorias ante el relato de la mediana, y la historia de su compañera Ameiko, detalles que Samïr desconocía hasta ese momento, mas no puede culparla, todos tienen sus secretos. 

Es evidente que el grupo se uniría en la búsqueda sin dudarlo. - Es bastante extraño. ¿Se ha ido sin decir nada? Lo dudo. - Dice molesto, totalmente incrédulo. - Nos tenía que haber avisado, acompañarlo no nos hubiese dejado, eso sí, - Es evidente que algo le inquieta.

No me gusta nada tener que dejar el pueblo sin guardia. - Masculla con los brazos cruzados. - Sí, es lo mejor, revisaré su habitación. Tiene que haber algo ahí. - Añade con convicción, y espera que sea cierto, una miserable pista aunque sea. Algo que les pueda dar información sobre la situación sobre su amiga.

Kendra escucha silenciosamente a Betahna, a medida que procesa la información. Percibe ciertas miradas divertidas en dirección a la mujer que acompaña a Grundar, mas eso no es un asunto que la incumba, por lo que simplemente lo ignora. Hay una genuina mirada de preocupación a medida que dice:

"Comprendo completamente vuestra preocupación milady. Raudos como el viento acudiremos al rescate de Ameiko, ¡de las garras de ese terrible semielfo asesino! ¡El heroísmo de la Casa Darahan está a vuestro servicio!" — empuñando orgullosamente su espada, se levanta sin perder tiempo abandonando la taberna con paso decidido — ​​​​​​"¡No hay tiempo que perder, nuestro deber nos aguarda!"

Al cabo de unos breves momentos, su cabeza asoma de nuevo por la puerta.

"¿No sabrá alguien por casualidad dónde está la guarida del nigromante?"

--- No os preocupéis por dejar solos a los aldeanos- os tranquiliza la mujer- La fabrica de vidrio se encuentra en el mismo poblado, solo teneis que ir por esta misma calle  y bajar hasta la costa, no tiene perdida.

Ante aquella pregunta mira a Auge con cierta lástima

---Ameiko puede que no se lleve bien  con su padre, ya lo visteis como la trató- dice mirando a Kendra, Idari y Grundar- Pese a ello ella se preocupa por él y Tsuto lo sabe, así que sí quería atraerla a una trampa sabia donde apretar.

---Podéis ir a revisar su habitación pero ya lo hice yo y no vi nada aparte del papel-dice mientras señala escaleras arriba- Es la última del pasillo de la última planta, intentad no destrozar el lugar, por favor.

Por último contempla como la mujer con armadura abandona el lugar para volver  preguntando la dirección de nuevo, la mediana suspira con cierta exasperación aunque no dice nada.

---Mejor que vayais todos juntos, sí os separais podeis caer más facilmente...

No se lo piensa dos veces, sin decir nada, se dirige a al habitación de su compañera desaparecida. Entra y se pone a registrar la estancia concienzudamente, debajo de la cama, detrás de los muebles, en el suelo, buscando grabados, trozos de papel o cualquier miserable pista que le pueda ser de utilidad, con la evidente presión al encontrarse el bienestar de Ameiko en entredicho. En su labor, farfulla, masculla y maldice de forma incesante.

-¡Genial! Entonces seguro que... - Estaba a punto de salir por la puerta, convencida de que todos coincidirían con la prioridad de salir corriendo, cuando Samïr la saca de su error - ¡Oh, vengaaa! - Se queja sin disimulo como si fuera una niña pequeña- ¿Esto es necesario?

Pero si en algo lo conocía, sabía que una vez se le metía algo entre ceja y ceja no cejaría - chistaco - . Mira a los demás - Está bien... estoy de acuerdo en ir juntos. ¿Qué tal si ayudamos todos a Samïr? así al menos terminaremos antes y podremos ir al otro lado cuanto antes. 

En realidad más que una propuesta, era un aviso. Ella no pensaba dejar solo a su amigo. Dicho y hecho, se apresura a seguir sus pasos para ayudarle en la búsqueda.

Grundar hizo una plegaria rapida a Gorum, Ameiko ser amiga, Gorum guiar mano Grundar y encontrar algo ayuda, rezo rapidamente el semiorco para acto seguido meter la mano debajo de la cama de Ameiko palpando a ver si encontraba algo