Partida Rol por web

Egar: la rebelión.

Organización

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26/07/2010, 14:42
Rachell Caristeas

Rachell asintió a la curandera y salió de la tienda con el yelmo debajo del brazo y frotándose los ojos. Estaba cansada de tanto viaje y la espalda la estaba matando. Quería quitarse la armadura y tirarse en una cama a dormir, pero había cosas que hacer. Siempre había cosas que hacer.

-Tengo que ir a hablar con quien sea que esté al mando de este sitio. Supongo que ya estarás aburrido, así que no hace falta que vengas. Luego te busco si sigues por aquí.

Le dirigió una media sonrisa bastante forzada y se dio la vuelta sin mucho ánimo.

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26/07/2010, 14:52
Rachell Caristeas

Estaba cansada, física y mentalmente. No había tenido tiempo de pensar en nada ni nadie. Ni siquiera en sus amigos. Estaba allí porque era la única que quedaba al parecer, y no sabía cómo actuar. El muchacho había dicho que por eso, por su bondad, Florín la había escogido. ¿De qué le servía? Estaba derrotada, pero no podía fallar. Era su deber, aunque estaba hasta las narices de él.

Dejó a Stefan a su libre albedrío. Le incomodaba a veces porque la miraba como con cierto desprecio, como si fuese tonta. No acostumbraba a tratar con gente tan desagradable, de donde ella venía era una persona respetable y admirada. Allí no, y le molestaba su actitud, pero tampoco podía hacer mucho más. Se puso a buscar al tipo con el que había estado hablando antes de que el muchacho malherido apareciese.

-Hola, soy Rachell. Siento la interrupción de antes, es un muchacho del sitio donde nos atacaron. Traía noticias. Fuimos asaltados por imperiales y tuvimos que huir. Estamos tratando de unificar y comunicar las poblaciones que han quedado medio aisladas por la guerra.

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17/08/2010, 11:10
Director

El hombre estaba apilando unas cajas cuando Rachell apareció para hablar con él. Se quitó la suciedad de encima de la ropa (aunque seguía quedando bastante) y escuchó lo que decía la pelirroja. Éste ya no miraba como lo había hecho el otro líder: con cara de perro y pensando que estaba loca. Al contrario, asintió según hablaba y parecía muy atento a sus palabras.

- No te preocupes, teníamos la esperanza de que pudiérais llegar aquí sanos y salvos, pero ya veo que cuando Florin dijo que sólo traería a alguien capacitado no lo decía por decir. Así que atacaron el campamento... créeme, conocía a esa gente y aunque me duele lo que les pueda haber pasado puedes estar segura de que quienquiera que haya ordenado el ataque se estará arrepintiendo en este momento por las pérdidas que le habrá ocasionado. Florin y los suyos en su terreno no tienen parangón. - dijo él, esbozando una sonrisa orgullosa. - Yo estuve con ellos, pero me enviaron aquí para cuidar de este sitio un tiempo y cuando ya no tuve que hacerlo decidí quedarme aquí para siempre. No permitiré que esos desgraciados se queden esto como si siempre les hubiera pertenecido, cuenta con nosotros. Aquí hay bastante gente dispuesta a luchar, pero nos faltan recursos. Si quieres que tengamos alguna posibilidad espero que consigas darnos algo de equipamiento. Hasta entonces nos entrenaremos con lo que podamos. -

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17/08/2010, 12:19
Rachell Caristeas

De no ser por su profesionalidad Rachell habría sonreído y casi abrazado a aquel hombre. Primero porque le daba esperanzas de que Rowen y Thanos estuvieran bien, y segundo porque era mucho mas receptivo que el jefe anterior y por fin parecía que unos rayos de luz se colaban entre los negros nubarrones. Pero se mantuvo seria y firme, pues era lo que le habían enseñado.

- No sabéis el ánimo que me da escucharos. Mis amigos se quedaron con Florin peleando y temía mucho por sus vidas. Pero bueno, eso no viene al caso. La intención es uniros y armaros para poder contraatacar, conmigo al frente, por supuesto. Pero primero he de convencer a los pueblos de que deben permanecer juntos y no ceder. Ardua labor para una persona. – Rachell le miró, esta vez sí esbozando una media sonrisa. Sus ojos brillaban de emoción ante la nueva perspectiva-. Habéis dicho que conocíais a esa gente. Quizás sepáis decirme dónde puedo encontrar a Ehrde.

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17/08/2010, 13:14
Director

- Es probable que estén vivos, dudo mucho que Florin fuera a permitir que le pasara eso a alguien que no es de su campamento... Aun así intenta no ilusionarte demasiado, por si las moscas. - dijo él con una mueca. Pero cambió de gesto al hablar de Ehrde. - Bien, sobre Ehrde... es un tipo extraño, pero es igual de extraño como bueno. Rara es la cosa que él no sepa de estas tierras y muchas veces se rumorea que cuando algún bandido fracasa cuando cree que va a tener éxito es que Ehrde estaba por allí para impedirlo. Es algo así como nuestro Robin Hood particular, jajaja. -

El hombre se sentó en una de las pilas de cajas y soltó un suspiro cansado mientras se limpiaba el sudor de la frente con un pañuelo. - La cosa está muy mal, Rachell. Tan mal está que Florin quiere que Ehrde participe en todo esto... ellos dos se conocen, es más, fueron amigos en el pasado, pero llegó un momento en el cual sus caminos se separaron y tuvieron un problema que no sé muy bien cómo fue. La cosa es que se pelearon y no pararon hasta que ambos quedaron medio muertos. No han vuelto a hablar desde entonces... O eso es lo que cuenta la gente. Pero bueno, yo sólo he tratado con él una vez y es un tipo muy raro. No creo... que le gustaras mucho, creo que le tiene algo de tirria a la gente con... buena pinta, como tú. No te lo tomes a mal. -

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17/08/2010, 14:20
Rachell Caristeas

Escuchó con atención, pero aunque no quisiera que se lo tomase a mal, se lo tomó. La warlock frunció el ceño y se cruzó de brazos torciendo el morro.

- Bueno, supongo que por algo viene el otro conmigo, para ayudarme a manejar esas cosas. Espero que esté dispuesto a ayudarme y eso, pero gracias por la “advertencia” igualmente. Supongo que las apariencias engañan.

Rachell también se sentó, aunque en el suelo.

- ¿Y dónde podemos encontrarle?

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02/09/2010, 00:42
Director

Cuando Rachell se lo tomó mal el hombre sonrió, divertido. - Supongo que no se le puede caer bien a todo el mundo, ¿eh? Bueno, es bastante complicado encontrarle si no eres un experto explorador o si él quiere que lo veas... pero seguro que le extraña lo suficiente vuestra presencia como para que se acerque a deciros algo. -

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02/09/2010, 00:51
Director

Rachell no tardó mucho en volver de hablar con el 'alcalde' de Edaemon. No traia cara de buenos amigos pero dijo que tenían que ellos estaban dispuestos a ayudar llegado el momento, pero que necesitarían equipamiento para suponer algún tipo de peligro contra los invasores del Imperio.

Ambos se pusieron en marcha hacia el bosque en el cual supuestamente vivía Ehrde. A la pelirroja le costó imaginarse cómo podía una persona vivir continuamente en un bosque, pero para Stefan eso no supuso ningún tipo de problema. En unas pocas horas ya estaban en el linde del bosque y se adentraron con los caballos mientras reducían mucho la velocidad de avance.

Llevaban cosa de quince minutos de camino, esmerándose en buscar cualquier tipo de signo extraño que les dijera que allí había alguien más. Una figura ya les estaba vigilando desde las sombras, pero la pareja no se había dado cuenta. La figura dió un paso hacia adelante sacando un poco más su cuerpo de la maleza y tensando el arco, pero justo cuando la cuerda alcanzó su punto de tensión máxima un cuchillo se clavó en el tronco de un árbol a un palmo de la cara de aquella persona. Entonces lo pudieron mejor. Era un hombre de mediana edad, unos 40 y pocos años. Llevaba una barba de varios dias, una capa con capucha de color verde oscura y apenas se le veían los ojos y una mueca torcida por la sorpresa que se había llevado.

Stefan ya tenía el segundo cuchillo en la mano y la pobre Rachell tardó un par de segundos en darse cuenta de lo que ya había pasado, así que miró confusa a su compañero.

- Baja eso... o el próximo no fallará, te lo prometo. - dijo el asher y el encapuchado bajó el arco. Segundos después levantó ambas manos, ya sin armas visibles en ellas.

- ¿Quienes sois? -

- Tiradas (2)
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02/09/2010, 09:57
Stefan Zavadsky

Guardó el cuchillo en la cara interior del chaleco y entornó los ojos para mirar a su asaltante. No era de extrañar que Rachell necesitara escolta.

-Soy Stefan y ésta es Rachell. Buscamos a un tal Ehrde. ¿Eres tú?

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02/09/2010, 10:26
Rachell Caristeas

Rachell no se enteró absolutamente de nada. De repente Stefan había parado su caballo y apuntaba con un cuchillo a un hombre con arco. ¿De dónde puñetas había salido ese hombre? Por Abel Cristo, sí que le iba a ser de ayuda el lanzacuchillos.

La pelirroja, avergonzada de no haberse dado ni cuenta, permaneció en silencio recordando las palabras del líder del otro pueblo. Mejor que hablasen entre ellos y la dejasen en un segundo plano hasta que las cosas estuviesen claras.

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02/09/2010, 21:57
Ehrde

El encapuchado se llevó las manos a la capucha y se la quitó, desvelando su rostro. Era un hombre que arreglado podría llegar a ser atractivo, algo similar a lo que ocurría con Stefan. El hombre suspiró y miró a la pareja, con aspecto resignado.

- Manda cojones, me paso cinco años de mi vida aquí metido y viene ahora un melenudo a dejarme en pelotas. Si es que sabía que hoy no tenía que haberme levantado... Sí, soy Ehrde. ¿Quién os ha contratado para matarme? Ha sido Carl, ¿verdad? Sabía que ese cerdo rencoroso no podía vivir sin cortarme el cuello antes. No, espera, esa viste demasiado bien como para ser una bandida de tres al cuarto. Los asesinos de pacotilla que Carl compraría no llevarían armadura ni una montura tan bonita. ¿Entonces quién demonios sois y qué queréis de mi? - dijo él. Cada vez parecía más extrañado por la presencia de aquellos dos. - Lo único que pasan por aqui son bandidos, ladrones y asesinos. -

Notas de juego

Me acabo de dar cuenta... os he dicho que era de mediana edad, pero eso si, que no se le veia media cara. Tenéis escáner de edad o algo xD

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02/09/2010, 23:13
Stefan Zavadsky

-Eso que te lo cuente ella. Yo vengo a asegurarme de que no acabe viendo una flecha muy de cerca. Está en una especie de misión libertadora para unir todos los pueblos de Togarini bajo su bandera y echar al Imperio. O algo así.

Se cruzó de brazos y cargó todo el peso en una pierna. Sabía que era mejor explicarse antes de que decidiesen correrlos a flechazos. Chascó la lengua, impaciente, y miró el cuchillo que estaba clavado en un tronco, solamente para volver a mirar a Ehrde de inmediato.

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02/09/2010, 23:33
Rachell Caristeas

Rachel esperó a que Stefan terminase de hablar, y ya que le había cedido la palabra pues tendría que hacerlo. Se moderó, para ser ella. Eliminó eso de la sonrisa amable y voz angelical, aunque no pudo borrar la extrañeza de haberse topado con otro (sí, otro más) hombre tan extravagante.

-Pues... más o menos lo que ha dicho mi compañero. Florín nos envió a ti. Dijo que nos ayudarías. -Más verdad que esa, ninguna.

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02/09/2010, 23:35
Ehrde

- ¡¡JÁ!! - exclamó Ehrde, soltando una risotada algo grotesca. - Ya, claro. Florín. ¿Qué tripa se le ha roto ahora? ¿Tan borracho estaba cuando os lo dijo que se le ocurrió la idea de pedirme ayuda? Pues ya estáis dando la vuelta. Le decís de mi parte que le jodan, que si tan valiente era para seguir su campaña él solito que lo siga siendo y que no me de la murga. ¿Y de dónde os ha sacado a vosotros? -

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02/09/2010, 23:56
Stefan Zavadsky

-Florin está muerto. Sobre las tripas, si tengo que adivinar, creo que le rompieron unas cuantas, lo mismo todas. Atacaron el campamento de los rebeldes.

Se encogió de hombros. No parecía lamentar la suerte de Florin.

-Esta no sé de dónde ha salido. Es monja o algo por el estilo. Yo trabajaba para Forin, y ahora, parece ser que para ella.

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02/09/2010, 23:59
Ehrde

Ehrde frunció el ceño y se quedó callado unos segundos. Entonces dió un par de pasos y salió de detrás del arbusto en el que estaba metido. - ...qué? Me estás vacilando, ¿verdad? Joder, no tienes cara de estar tomándome el pelo. Así que les descubrieron y fueron a por ellos... já... jajaja... - el hombre bajó la cabeza y soltó una risita, pero un segundo después apretó los puños y con un grito descargó media docena de puñetazos al tronco del árbol más cercano.

- ¡JODER, JODER, JODER, JODER, JODER, JODER! ¡Se lo dije! ¡Le avisé! '¡Van a acabar descubriéndoos y te matarán, gordo de mierda! ¡Te crees el puto amo y si te encuentran te darán por el culo!' ¡Eso le dije! ¿Y qué me contestó? Que la culpa era mia por no ayudarle, que era como si le traicionara. ¡Y ahora estás muerto! ¡Imbécil, tú te lo has buscado! - gritó sin apartar la vista del tronco del árbol. Entonces la tensión de sus hombros se disipó y los dejó caer, dándose la vuelta. Su gesto era desalentador y parecía realmente dolido. Cerró los ojos y se dió dos suaves bofetadas a ambos lados de la cara y se recompuso, mirando a Stefan y a Rachell. - Vale, entiendo. ¿Habéis conseguido algo en claro? Edaemon es un buen sitio para empezar, Emthal es otro sitio en el que estarían encantados de ayudar por la causa... pero todos necesitan equipo. Armas y armaduras, lo suficiente como para poder plantar cara. Aunque parezca que no, la gente de Egar es muy buena peleando. Quien más quién menos ha formado parte de la gente de Florin... y mía. -

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03/09/2010, 13:36
Rachell Caristeas

Las mejillas de Rachell enrojecieron. No supo si de enfado o vergüenza. ¿Monja? Y él no tenía ningún deber con ella, ya se lo había dicho dos pueblos atrás. Si estaba allí era porque le daba la gana. Iba a protestar cuando la estridente voz de Ehrde la sobresaltó, justo antes de empezar a reírse como un maniático. “¿Pero por qué me tocan a mí todos los bichos raros?” se quejó internamente. Pero, para su sorpresa, él pareció recomponerse y adoptar una postura más… cuerda.

La pelirroja se cruzó de brazos y clavó sus ojos verdes en él.

-Me parece bien. Lo que me preocupa es precisamente de dónde se puede –excluyó el “vamos a sacar” por si le soltaban otra bordería- sacar material necesario para armar a tanta gente… sin que los del Imperio se enteren.

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03/09/2010, 15:21
Stefan Zavadsky

Se acercó a los árboles con cautela y arrancó su cuchillo del tronco. Jodido lunático. Había que serlo para lamentar que Florin hubiera palmado, si uno le conocía. Pero allá cada uno.

-Robádselo al Imperio. No veo dónde está el problema. ¿Podemos irnos ya?

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03/09/2010, 18:17
Ehrde

- Cállate, melenas. Tú, pelirroja, ¿te llamas Rachell, no? Vale. Lo que ha dicho éste tiene sentido, al fin y al cabo. Esos imbéciles del Imperio no verán la que les viene encima, ellos me conocen y le conocían a él. Han acabado con ese problema y saben que Florin y yo nos apartamos el uno del otro hace ya bastante tiempo. Piensan que han ganado, estoy seguro. Pensarán que son los típicos bandidos que van continuamente por estas tierras... Pero aun así será peligroso. Tenemos que plantearlo. Será mejor que nos larguemos de aquí, sí. ¿Tenéis alguna sugerencia? - preguntó Ehrde

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03/09/2010, 21:25
Stefan Zavadsky

Estaba pensando en hablarles del símbolo del Imperio que llevaban aquellos bandidos. Tal vez, iba a decir, fueran un grupo organizado, lo que significaba una base. Si podían encontrarla podrían hacerse con las armas que tuviesen y repartirlas entre el pueblo. En vez de eso obedeció a Ehrde y se calló. Apretó los labios y cambió el peso de pierna, mirando con impaciencia primero a uno y luego a otra, esperando a que la chica se decidiese a ponerse en camino.