Partida Rol por web

Rachell miró a Stefan.

-No. No soy de aquí. Te seguimos -respondió de forma seca.

Se le pasó por la mente comentar que estaba muerta de cansancio, pues había llegado por la mañana al campamento de Florín y todavía no había parado más de tres horas. Necesitaba descansar, aunque siempre podía montar a caballo y ya está.

Ehrde sonrió y un bonito caballo de color negro (aunque no muy robusto) salió de la espesura al cabo de un par de minutos. El hombre se subió a su montura y les hizo un gesto hacia adelante.

- Continuaremos a Edaemon. Allí hablaré con ciertas personas con las que tengo que hablar y os dará algo de tiempo para que os relajéis y descanséis, porque quizás no tengamos demasiado tiempo para dormir. - dijo Ehrde, arrancando la marcha.

En casi el mismo tiempo que habían llegado hasta allí volvieron al pueblo donde ya no se sorprendieron tanto al verlos llegar. Sin embargo sí que vieron a un par de hombres acercarse a Ehrde con sorpresa. Éste les saludó pero no les dirigió la palabra.

- Bueno, id a reposar un rato, yo vuelvo luego. No arméis ningún jaleo sin mi. -

Rachell se bajó de Edain y puso las manos sobre la cintura, mirando entre las casas tratando de encontrar una posada o algo similar donde poder alojarse y quitarse la pesada armadura. Además, la yegua también necesitaba beber y alimentarse.

Miró a Stefan fijamente: Solos. Otra vez. Que alegría. De repente se dio la vuelta girando sobre sus talones y haciendo que su melena pelirroja se echase hacia atrás. Ignoró su presencia (seguía dolida en cierto sentido por lo que había dihco) y buscó a un aldeano al que parar y preguntar.

-Disculpe que le moleste. ¿Una posada o algún sitio donde podamos descansar y alojarnos? -oreguntó con una amable sonrisa.