Partida Rol por web

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   - Yo bajaré el último, creo que soy el que mejor es capaz de trepar de los que aquí estáis. -

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   Con la ayuda de las cuerdas, sujetando Naran abajo y Kuzlass arriba, puedes bajar fácilmente.

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Sigurd espera su turno, y cuando le dicen que es su hora, se cuelga la Hacha Danesa a la espalda y dice:

Buena suerte a todos, nos vemos abajo.

El shamán se cuelga la lanza en la espalda y se desliza por la cuerda detrás de Sigurd - Cuando lleguemos abajo necesitaremos algo de luz y puede que tengamos que aguantar tú y yo mientras baj… ¡SIGURD, SIGURD, POR TODOS LOS DIOSES VIEJOS Y NUEVOS, aguanta muchacho, aguanta! - La cuerda se había escurrido por los brazos del nórdico y este cayó a plomo. M´tchala no pudo echar siquiera mano al guerrero a ver si le detenía, pero siguió bajando, muy torpemente, mientras escuchaba el terrible golpe contra el suelo. En cuanto estuvo a una distancia segura del suelo saltó, recorriendo el último metro sin cuerda y se arrodilló junto al guerrero. Sus ojos buscaron, simplemente por conocimientos adquiridos curando chiquillos en sus tierras, donde estaba la herida que podía resultar más peligrosa y extrajo un tarro de hierbas machacadas. El olor era terrible, pero sus componentes podrían salvar la vida de Sigurd a pesar de la caída. Extendió todo el bote, sin dejar apenas nada dentro por toda la herida y se preparó para seguir curándole si hacía falta.

   Aunque se queda dudando, al final no le queda otra que bajar a Beruthiel...

   El shaman bajo deslizándose a lo loco y saltando los últimos metros mientras avanzaba tratando de no resbalar por la sangre que cubría el suelo hacia Sigurd, extendiendo el ungüento mientras su Fetch trataba de mantenerlo vivo el tiempo suficiente.

Ya habían bajado casi todos los compañeros. El guerrero humano del gran hacha se había caído y uno de los hechiceros parecía estar curándole. El troll se dispuso a bajar con cuidado por la escala mientras el elfo esperaba arriba. 

Desgraciadamente, el peso de la armadura o el nerviosismo por la caída hizo que el troll resbalara y perdiera pie. Intentó cogerse a la cuerda, pero fue imposible, por lo que solo pudo, en un intento desesperado por no hacerse demasiado daño, girar sobre si mismo y caer de pie.

   No había puesto pie Beruthiel con su gato abajo cuando el troll perdió agarre y cayó a plomo, nunca mejor dicho para alguien cuya armadura es de ese material. Consiguió girar en el aire a pesar y aterrizar bastante bien, aunque el golpe tremendo que se dió en el suelo lo dejo inconsciente.

   Tras dejar caer las cuerdas, baja el elfo, pero pierde pie y cae sin poderse agarrar, intenta caer bien, pero al intentar esquivar los múltiples cuerpos en el suelo no lo consigue y cae dándose un tremendo golpe, que lo deja aturdido, aunque consciente.

Sigurd llegó plano al suelo. Estar en un barco o en el agua era más lo suyo. El golpe fue duro y doloroso, pero por suerte perdió el conocimiento al momento del impacto.

Curiosamente, no se rompió ningún hueso, aunque eso lo averiguaría si conseguía volver en si, en  lugar de morir. 

Estaba en manos de Freija. LA Valkiria aesir... ella decidiría si reclamaba su vida o lo dejaba vivir más tiempo...

Ya es algo tarde pero creo que podría haber dado forma a la piedra para atar la cuerda.

La respiración del guerrero se había serenado y aunque el golpe había sido terrible parece que sobreviviría para morir en combate, esperemos que dentro de muchas lunas.
Su propio espíritu se había unido a la lucha del vikingo contra la muerte y había conjurado un magia leve pero eficaz para ayudar al ungüento.

Casi no había acabado con Sigurd, cuando el sonido del troll cayendo y golpeando terriblemente contra el suelo, lo hizo alzarse de nuevo. Corrió hasta su lado y comprobó que la herida era mucho menor que la del Sigurd, por lo que extrajo de su mochila un bebedizo que hizo que Kuzlass tragara notando rápidamente sus efectos.

Creo que con el escándalo que habéis montado y teniendo en cuenta que sois nuestros guerreros de cuerpo a cuerpo, deberíamos comprobar que esto está despejado y descansar aquí.

El dolor de la caída hizo que Kuzlass perdiese el conocimiento. Se sumió en la dulce oscuridad y por un momento creyó que su fin había llegado y que su espíritu iba a iniciar el largo camino hacia la Tierra de las Maravillas, donde la comida nunca terminaba y no se podía vislumbrar ni un ápice de asquerosa y ardiente luz. 

Pero parecía que no era su destino morir aún. Notó cómo empezaba a recobrar la consciencia. Tenía un sabor extraño en la boca, y vio que uno de los humanos, el que tenía pinta de hechicero, le había dado a beber algún tipo de pócima. Kuzlass gruñó, pero dedujo que era algún tipo de bebedizo curativo. Se encontraba mal, débil por muchas contusiones, y su cabeza aún no se había recuperado de la batalla contra los caracoles-dragón. Asintió ante las palabras del hechicero. - Sí, descansemos.

Parecía que al fin habían bajado todos, y que el elfo de aspecto delicioso y el guerrero humano del gran hacha estaban heridos. Kuzlass se alejó un poco del grupo e invocó el poder de la Madre Oscura, y de Xiola Umbar, el Alivio en la Oscuridad. Sintió por todo el cuerpo un frío reconfortante, y la presencia de la diosa a su alrededor. Se escondió aún más en las sombras, sintiendo cómo sus heridas comenzaban a sanar. Alguien tenía que pagar el precio, así que ordenó a su espíritu esclavo que lo hiciera. Consumió gran parte de su poder, dejándolo seco y casi desvanecido. 

Pero cuando salió de nuevo hacia el círculo de luz de sus circunstanciales aliados, estaba de nuevo curado por completo y listo para combatir y seguir explorando ese lugar maldito. - Examinemos este lugar. Me adelantaré para explorar en silencio.

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   Avanzas por un tunel largo y sinuoso hacia el este. Y ancho. Y alto. Al final ves que llega tras caminar durante 10-15 minutos se abre a una gran caverna. No tan grande como la que encontrastéis al gigante, pero si bastante grande, al menos entre diez y doce metros de lado, alto y ancho. Que puedas ver desde tu posición, porque la cruza un ríachuelo subterráneo en diagonal (diagonal suroreste-nordeste).

   Por lo que puedes ver desde fuera, todas las superficies hasta donde te alcanza la vista están cubiertas de musgo verdoso.

   Vuelves atrás (otros 10-15 minutos de vuelta)

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   Kuzlass está de exploración en 20-30 minutos está de vuelta si no se muere por ahí, mientras hace efecto el ungüento que aplicó el shaman en Sigurd. Todos recuperan la consciencia.