Partida Rol por web

   Sabes, que si el espíritu ha sido destruído por el Caos, está más allá de tu alcance. Ni siquiera una búsqueda heróica garantizaría resultados, un espíritu destruído por el Caos se puede haber ido para siempre.

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   - El tiempo... y el templo..., - sisea, - fueron destruídos por el Caos hace mucho. -

   A la pregunta de Beruthiel, se gira y comenta.

   - El rencor la ciega, petrifica a todos los que puede y los coloca como advertencia a los demás, evitadla en lo posible salvo que vuestra magia sea muy potente. -

   Luego hace un breve repaso.

   - Cerca de la entrada vive una anciana tortuga, aunque no siempre está ahí, suele comer caracoles dragón y algún que otro aventurero que cae al agua. No es mala, pero cuando está hambrienta no discrimina demasiado. Pasando el puente están los baños, a veces hay gorps que se filtran ahí desde los pozos... también por ahí está la estancia del Arroyo. - Niega señalando al suelo, - que no es esta, está es la Sala Musgosa, - continua hablando. - Ahí hay restos de una antigua batalla ya olvidada. Ahí, una de las nuevas diosas de la Tierra se enfrento a Caos hace tiempo... - luego termina. - Por último está la sala de las estatuas donde lleva Piedra a los que convierte en piedra, y tras ese lugar está la Cámara del Gigante. Más allá no vamos. -

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El troll miró al hombre santo que había propuesto viajar al Otro Lado para buscar al dios del que hablaba la serpiente. Les habían dicho que buscaran una estatua, y el reptil les había dado un par de buenas indicaciones. - Quizá en la Estancia del Arroyo haya algo que puedas usar, chamán. - dijo, dirigiéndose a M'tchala. 

Después, miró a la serpiente y señaló el río. - ¿Qué hay más allá de este arroyo? ¿Hay algo por ahí, templos perdidos o seres del Caos? - La serpiente parecía conocer este lugar, no en vano era su hogar desde tiempo inmemorial. Y era lo suficientemente amistosa como para mantener una conversación con ellos.

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   - El arroyo se pierde en la montaña, más allá de las cámara del gigante, Tranca, están cavernas del Caosss, hay Broosss, ¡muchos! Y criaturas caóticas, ¡peligro! El templo perdido ya hace ya tanto que no recuerdo, más allá de las cavernas tomadas por El Caos. -

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Mmm, y que podria mos hacer por ti para que nos acompañaras? Tener "amigos" aquí es un bien escaso!!!

Quizás podriámos llevar algo tuyo al exterior si conseguimos nuestro objetivo y salimos de aqui?

Es solo una idea... Seguro que hay algo que tu y tus hermanas queréis, no?

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   La serpiente niega con la cabeza, - no, no, osss acompañaré un trecho, pero luego volveré atrás. -

   La pregunta de acompañar más allá de las cuevas por donde se mueve parece extrañarle, como si le hubierás pedido que volara o que se cambiara el color del sol.

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El troll negro se volvió hacia sus compañeros. - Deberíamos atravesar esas cuevas del Caos y buscar el templo perdido. Quiero verlo, puede que haya hermosas estatuas que admirar allí. - Su misión era encontrar la estatua de un dios, y Kuzlass pensaba que el templo perdido del que hablaba la serpiente mágica podía ser un buen lugar donde hallarlo. - ¿Nos acompañarás un trecho, sabia serpiente? En movimiento, pues. - dijo, señalando hacia el fondo de la caverna, donde se supone que estaría la cueva del gigante, las cavernas del Caos y el templo perdido.

Ninguna de las opciones que tenían le gustaba a Beruthiel, a cada cual mas peligrosa y apenas habían conseguido avanzar unas pocas cámaras. Pero estaba claro que ir con la serpiente les ayudaría a conocer un poco más el entorno y el troll lo tenia claro, así que partió con ellos sin rechistar ensimismada en sus propios pensamientos.

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   La serpiente asintió en silencio y se dispuso a seguirlos de forma silenciosa, lo cual llamaba un poco la atención, ver a una enorme serpiente siguiéndolos de tal guisa, como un perrito faldero.

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   Tal como os indica la serpiente, hay tres salidas de este lugar, que llama La Estancia Musgosa.

   Al oeste un tunel llega a un precipicio que hay que escalar conocido como "La Pared del Gigante", pues es usado por un gigante en ocasiones para salir al exterior, pasa arrastrándose por el túnel, por eso el fondo de la pared está cubierto de trozos de rocas sueltas desprendidas al trepar rozando las paredes. Por ahí habéis venido.

    Al norte, siguiendo un tunel que se ve que se retuerce, llega a un sitio que la serpiente os dice que es "El Pozo de las Serpientes" Ella y sus hermanas viven ahí, y ahí han estado desde que tiene recuerdos, tras la bruma amnesica que le aconteció tras lo del templo que os contó.

   Cruzando el río sale un pasadizo hacia al suroeste, y ahi hay una gran sala conocida como El Refugio de Los Caracoles, donde se reunen en ocasiones gran cantidad de estas bestias.

Disculpa si mi pregunta te ha parecido extraña. Pensé que te gustaría salir de aquí... En cualquier caso te agradezco como mis compañeros, que nos acompañes durante un trecho.

Si lo entiendo bien, el camino más seguro sería ir hacia vuestro hogar, ya que podrías hablar a tus hermanas de nosotros y evitar que nos atacaran no?

Claro que si una de ellas, no os suele hacer caso...

Por donde hemos venido ya sabemos que hay, y que no podemos ni hacerle cosquillas a ese "Titán" (el gigante).

Y al otro lado del rio, si es un punto de reunión de enormes caracoles, lo veo un tanto complicado sobrevivir al paso por ese lugar, si con dos ya terminamos mal heridos mas de uno.

Creo que la mejor opción será conocer a tus hermanas, siempre y cuando no esté Piedra y luego tantear y ver si hay caracoles, el gigante creo que ha quedado claro que no queremos volver a verle.

Kuzlass miró a sus compañeros de misión y movió las orejas (el equivalente humano a encogerse de hombros). Le daba igual ir a un sitio que a otro, y podía ser interesante hablar con las serpientes.

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   - De acuerdo, pero no aseguro que sssean amistosass o que no intenten mataros. Recordar, yo no intervendré si os atacan. -

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   El pasadizo apenas se introduce empieza a girar hacia el oeste. Nada más entrar hay un pequeño desnivel y un poco más adelante otro. Según avanzáis, las paredes de color verde jaspeado van pasaando al amarillo, clareando luego a marrón, marrón oscuro y terminando en una coloración blanco amarillenta según va descendiendo y girando hacia el sur. Por la distancia, os parece que estáis por debajo del túnel que una vez usastéis para llegar a la estancia musgosa.

   Hasta que llegáis a una caverna sin saslida, de forma aproximadamente circular de 5-6 metros de diámetro y otros tantos de altura. Las paredes, el suelo, y el techo están formados de roca grisacea, aunque el suelo está cubierto de una gruesa capa polvo gris-verdoso.

   Veis cuatro enormes* serpientes están en el lugar y os observan con interés cuando entráis.

   Una serpiente de color verde brillante os mira inquisitivamente con un extraño brillo en la mirada.

   Una enorme serpiente de color marrón con bandas rojas también está aquí, junto a otra gran serpiente en cuya piel se alternan bandas rojas, blancas y verdes.

   Y también veis a otra serpiente, más pequeña que sus hermanas, de color amarillo con bandas verdes. Reconocéis a la serpiente de antes a la que Amistosa se refierió como Bocados.

El troll negro se planteó si no se estarían metiendo en un lugar demasiado peligroso. La serpiente con la que habían hablado había dejado claro que sus hermanas podían atacarlos y que ella no les defendería. Pero aún así, eran los primeros seres de la cavernas con los que habían podido comunicarse de forma amistosa y quizá merecería la pena intentar llegar a algún acuerdo.

Cuando llegaron a la caverna en la que se encontraban cuatro de estas enormes serpientes, Kuzlass se dio cuenta de que no había más salidas. Aquí no encontrarían la estatua que estaban buscando, pero quizá lograran información. Con sumo cuidado, el troll entró en silencio en la caverna, atento a cualquier sonido que le pudiera dar alguna pista sobre el lugar en el que se encontraba.

Beruthiel entró en la caverna tapada por el enorme Troll, le aportaba seguridad no ver ni oír lo que estaba más allá y sobre todo que no la viesen a ella.

Sigurd cerraba la comitiva, pues el enorme troll iba delante. De esta forma mantenían protegidos al máximo a sus dos compañeros. Eran un Shaman y una hechicera, y muy útiles, pero precisaban algo de tiempo para realizar sus artes y conjuros.

En esa posición y con tan poco luz, le era difícil discernir nada con sus ojos. Demasiada gente en medio, no obstante, tenía una buena capacidad de percepción auditiva, que más de una vez le sirvieron para discernir subterfugios, emboscadas y otras lindezas que le depara la vida a uno...

Se concentró en los distintos ruidos. Intentó sintetizar los pasos de el grupo y el propio ruido que ellos mismos hacían para aislarlo y poder averiguar si había algo más.

Las propias serpientes tenían un manera particular de moverse, pues básicamente son seres que se arrastraban, lo cual generaba una fricción con unos ruidos particulares...

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  Tanto Kuzlass como Beruthiel no se percatan del ruido, mientras Tevildo permanece fuera en la retaguardia vigilante. Así mismo, M'tchala tiene la mirada perdida, observando lo que observen los chamanes en ocasiones, que parecen estar más en el mundo de los espíritus que en el de los hombres, despistado no se percata tampoco.

   Sólo Sigurd oye el ruido y al mirar hacia el origen del ruido ve... a la quinta serpiente. Grande, aunque es difícil de precisar, de un color gris pétreo, casi se podría decir que era una estatua si no la estuvieras viendo moverse.

   Y gira la cabeza hacia ti y te mira con unos ojos de color rojizo que brillan en la oscuridad.

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