Partida Rol por web

Manuel cree que Nadine le está describiendo.

También se ha dado cuenta de que Ximena está describiendo a Viktor Ciara (no sé si esto da puntos).

La noche llega y vence a Viktor en cuestión de medio segundo, cayendo presa del sueño.

La noche resulta un tanto intranquila con bastantes pensamientos y dudas en mente, incluso la tensión de las pruebas atrás que no habían terminado de desvanecerse. Todo aquello era bastante raro, e irregular, debería añadir, no obstante la gente con dinero era rara e irregular, así que probablemente era difícil esperar otra cosa.

Por la mañana decidió colocarse algo bastante más informal, una camiseta gris oscuro y unos pantalones negros, con zapatillas de deporte. No era usual ver a Viktor así, pero sabiendo que habían pruebas con caballos o cosas similares decidió que sería mejor estar preparado para todo.

Tras el desayuno llegan a la siguiente prueba. El cuchicheo de los monitores no pasa desapercibido, y él mismo se acerca y se fija en el panel mientras explican. Y al explicar pone los ojos en blanco... Escribir no era algo que le gustase o le emocionase, sin embargo, era la tarea del día.

Es casi como trabajar. Pero en un sitio bonito.

Bromea y protesta un poco a partes iguales. Pero se sienta a escribir, y mientras escribe escucha cómo muchos leen sus cosas en voz alta. Presta atención, pues parece que el juego constaba también de averiguar quién había escrito sobre tí. Aunque sucede algo... algo que desata una de sus manías: no le gusta quedarse a medias. Y Ximena acababa de hacerlo.

Pero... ¿qué? ¡Sigue!

Frunció el ceño, mientras sus dedos seguían escribiendo. La verdad es que a todos se les daba bastante bien aquello, aunque lo que a él refería... no importaba, sólo había que centrarse en seguir, aunque le lanzó otra mirada a Ximena, quería saberlo. Suspiró y se fijó en la alejada Nadine, quien no parecía del mejor humor. Reflexiona sobre lo que ha dicho antes de fijarse en Itzar y cómo socializa con algunos, antes de retirarse de un modo ¿juguetón? Definitivamente la prueba estaba resultando rara y al menos las reacciones eran curiosas, enseñaban bastante. Jhon escribe algo, pero que resuena contundente y de algún modo su síntesis es bastante aceptable. Manuel escribe algo que no menciona en voz alta, así que por ahora es complicado saberlo.

Traga saliva y se decide a leer lo escrito.

No es oro todo lo que reluce. Siempre hay que ver más allá de las apariencias y de las máscaras, rebuscar en el interior y la chispa de una llama oculta.

Soy capaz de todo lo que me propongo y no me acobardo con facilidad. Sé que son muchos los que tratan de ponerse en mi camino, como son muchos los que lo han intentado, sin embargo siempre consigo salir adelante. Pero nunca se cosechan los éxitos en soledad, por muy capaces que seamos debemos recordar que nos faltan capacidades básicas y que al apoyarnos en los demás llegaremos más lejos, como piezas de un puzle aún mayor. Es el mejor modo para abarcar todos nuestros propósitos.

Podría seguir hablando sobre mi persona, podría seguir mostrando distintos reflejos o contar más virtudes y defectos. Pero eso no cambiará quién soy: alguien capaz de conseguir que sus sueños se cumplan. Y que no quiere despertar.

Y aunque había acabado, hay algo en él que no le detiene, que le insta a seguir mientras sus dedos se deslizan con velocidad.

Soy un hombro sobre el que llorar. Un pilar para sostenerte. Una idea para avanzar. Quien te recuerda lo que fuiste y quien quiere mostrarte lo que puedes ser. No necesitas saber quién soy, sólo no olvidar lo que has aprendido de mí.

¿A qué ha venido este arranque? Se recrimina a sí mismo, apretando los puños de modo bastante visible y extendiendo los dedos. Suspira y busca un vaso de agua, se sentía nervioso, esto había sido una tensión considerablemente más social de lo que muchos esperarían.

Me levanto mientras Itzar se acerca, para alcanzar a Shannon. No me gustó mucho lo que le dijo, porque me pareció que era una burla disfrazada. Le paso un brazo por los hombros a la inglesa. Le hablo en voz baja, sonriente por la afabilidad del día.

- ​Creo que Nadine podría ser hoy quien requiera un apoyo. - la mujer se veía fuerte, pero lo de la tabla si fue un golpe bajo y estoy segura de que otra rata hipócrita se iba a intentar pasar de listo con un juego sucio hoy. - Entre nos, no confío en la tabla. Al menos dos personas debieron de perjudicar su posición.

Nos acercamos a Nadine y me siento con ellas, justo para cuando comienza Manuel. Creo que ya sé de quien está hablando. Sigue Viktor, a quien claramente le desesperó un poco mi pausa, para mayor vergüenza. Me acomodo en el césped, lista para escuchar.

Termina. Él está apretando los puños, y yo con la boca abierta. Pestañeo, recuperando mi compostura.

- Las dejo solas... - me levanto del césped, para ir a donde estaba Viktor.

Al llegar a donde está Viktor me sirvo también un vaso de agua. No me puedo humedecer la cara por el maquillaje que traigo. Y aunque siento aún los ojos un poco irritados ya no tengo tantas ganas de sentarme a dormir. Con el vaso en la mano, me giro, apoyándome con el otro brazo en la mesa.

- ¿Es muy pronto para asumir algo, o me describiste? - le pregunto, con una sonrisa divertida.

Las chicas se acercan a donde estoy sentada poco después de haber acabado el desafío. Ahora me tocaba con curiosidad averiguar quién hablaba de mi así que ya era momento de regresar al grupo, pero su llegada evita que me de tiempo a regresar.

¡Hola chicas! - Dice con una sonrisa para después añadir como parte del día - Parece que ha alguien no le ha sentado bien mi actuación de ayer. Tendré que trabajar el doble de duro para mantenerme con posibilidades... ¿Qué opináis? ¿Creéis que obtendré respuesta si me acerco al grupo y pregunto abiertamente quién ha sido?

Se encoge de hombros y sonríe.

Supongo que por probar no pierdo nada.

Ximena se disculpa y tan rápido como vino se va. Parece que ha encontrado quien piensa que le ha descrito.

Yo también me levanto.

¿Vienes, Shinny? ¿o prefieres acabar tu desafío?

Se acerca al grupo donde también está el monitor y empieza dirigiéndose a él.

Yo creo que el objetivo es, más que averiguar qué piensan de ti, aprender a ver las fortalezas de tus colegas de trabajo, potenciarlas y aprovecharlas y también, no desperdiciar sus talentos en tareas que no le sean propicias. Es un ejercicio para saber leer personas y buscarles sus aspectos más positivos por mucho que puedan ser muy distintos a ti.

Entonces les dedica una sonrisa a sus compañeros y se dirige hacia ellos.

Y hablando de eso, ¿ayer os ofendí a alguno? No he podido evitar ver en el tablón que esta noche alguien de arriba revisó mi puntuación de ayer penalizándome por algo y tengo la sensación de que alguno tuvo algo que ver. O quizás más que un mucho fueron varios pocos. Pero penalizar sin explicar el motivo es bastante infructuoso, así que agradecería a quien fuese o a quienes fuesen que aproveche la oportunidad de explicarme el motivo de la penalización. Y si no quiere decirlo ahora, al menos que lo piense y lo hablamos luego. Mi puerta siempre está abierta.

Con los votos era más fácil saber qué no le gusta a alguien, pero con las variaciones inexplicables del tablón era difícil congeniarse. Una variación positiva era un refuerzo y tampoco hacía falta ahondar más, pero las penalizaciones eran algo muy distinto. ¿Un castigo o reducir a un "competidor"? Estaría bien una aclaración.

Transcurrió un largo rato hasta que Itziar terminó su redacción. Las primeras palabras habían surgido con facilidad, casi con inspiración, pero al releerlas se dio cuenta de que tal vez estuviera siendo evidente. Así que comenzó de nuevo, tratando de evitar cualquier alusión, incluso indirecta, a la identidad de su particular personaje. Y no resultó sencillo hacerlo.

Así que, tras un largo rato, Itziar suspiró y se levantó del árbol en el que se había recostado. Era consciente de que lo que había escrito no era precisamente su mejor prosa, pero creía que por lo menos podría estar a la altura de lo que se esperaba. O eso esperaba, al menos.

Se estiró sin prisa, sintiendo cómo su espalda se quejaba por el largo rato en el que había mantenido esa postura. Después, se acercó hacia el lugar donde el monitor los estaba esperando, y escuchó las primeras redacciones de sus compañeros. Mientras lo hacía, escribió en su libreta quiénes habían hablado, y jugó a adivinar las identidades escondidas tras los discursos. Las palabras de Viktor, especialmente su alegato final, resultaron las más conmovedoras. Por un momento pensó… pero entonces Ximena se adelantó, prácticamente reclamando tal discurso como destinado a ella.

También vio como Ximena se acercaba a Shannon y a Nadine, como si buscara la compañía del resto de chicas. Al menos, del resto de chicas jóvenes, porque la morena por el momento prácticamente ni le había dirigido la palabra a ella. Tal vez no fuera lo bastante joven, o atractiva, para formar parte de su círculo. Frecuentemente, demasiado frecuentemente, se la dejaba de lado debido a su edad. Al parecer, haber pasado ya de los cuarenta hacía que dejara de contar como mujer de cara a muchos factores. Dejó escapar un profundo suspiro al verlo. En fin, llevaba suficiente tiempo sola como para dejar que eso la molestara a esas alturas.

Pero al ver toda esa escena, Itzar decidió que ya era hora de alejar esos pensamientos comenzando su turno, de modo que tomó la libreta y se adelantó para hablar. Ya que el resto parecían haber optado por una primera persona para sus relatos, trató de adaptar las notas que había tomado al leerlas en voz alta.

¿Quién soy yo? Bueno… la respuesta puede cambiar mucho si soy yo u otra persona la que contesta.

Yo… No soy la clásica persona que da el primer paso. Prefiero esperar y escuchar antes de actuar. Tal vez porque doy más importancia a meditar, a pensar las cosas, que a actuar impulsivamente. Es ahí donde me siento cómodo. Con entornos controlados, con datos con los que trabajar, con investigaciones, es ahí donde puedo usar todo mi potencial. Ése es mi mejor momento, donde demuestro cuánto valgo.

Por el contrario, soy más bien tímido, y no soy muy social. Me hubiera gustado serlo, claro, pero unas cosas u otras han hecho que el trato con los demás no sea lo que mejor que se me da. Simplemente a veces no soy capaz de ver ese momento que los demás parecen ver, el que es bueno para empezar a hablar. Y si alguien se acerca… no siempre sé cómo reaccionar. Lo que se espera de mí. Pero eso no significa que no lo valore. Siempre valoro cuando alguien se preocupa por mí.

En ocasiones, me falta confianza en mí mismo. Sé que soy muy capaz de hacer ciertas cosas, incluso que soy realmente bueno en ellas, pero cuando salgo de mi zona de confort hay muchos desafíos que me intimidan, y me cuesta mucho enfrentarlos. Especialmente si es frente al juicio de otros. Precisamente porque sé que es mi punto débil, y es duro enfrentarlo.

Pero no soy tan frágil como para quebrarme del todo frente a opiniones ajenas. Soy más fuerte de lo que parece, y perfectamente capaz de superar las horas bajas para levantarme de nuevo. Porque, en el fondo, sé que soy tan bueno como cualquiera, y puedo demostrarlo.

Al terminar de hablar, frunció el ceño. La verdad es que no estaba nada segura de haber transmitido lo que pretendía… Lo tenía tan claro al principio… Sólo esperaba que el resto no fueran tan críticos como ella misma para con sus palabras. Sabía que no estaban tan mal, pero podrían haber estado mucho mejor. Con algo de suerte, al menos podría acertarlo.

-Aprovechando que ya he expuesto… -Añadió después de dejar unos momentos de silencio para que los demás interiorizaran su pequeña exposición. -Quisiera explicar, a mi forma de ver, cuál es el motivo de esta actividad.

-Anoche… anoche nos pidieron que pensáramos en nosotros mismos, ¿recordáis? Y cómo unir esa reflexión a la máscara que nos habíamos puesto para actuar. Haciéndonos ver que, de una forma u otra, siempre llevamos alguna máscara frente a los demás… y a veces incluso ante nosotros mismos.

-Siempre hay tres personas. –Continuó tras una breve pausa, acompañando sus palabras levantando tres dedos de la mano derecha. -La que queremos ser, la que mostramos a los demás… y la que realmente somos. En ocasiones, son similares. Otras veces… otras veces son muy distintas.

-Hoy, nos han pedido que describamos a otro miembro del equipo. ¿Por qué? –Dejó un instante de silencio, para que la pregunta pudiera calar en los demás, antes de seguir. -Tal y como yo lo veo, es un doble ejercicio. Por un lado, hablaremos de nuestra percepción de esa persona. Nuestra profundidad al describirla dirá si hemos sido capaces de atravesar su máscara y describir su “yo” real, o simplemente describimos esa máscara.

-Y por otro lado, debemos reconocernos. No siempre es fácil vernos en los ojos de otra persona. Los fallos que no vemos afloran cuando es otro el que nos mira. Lo que creemos oculto, a veces, es revelado. Es un desafío de autoconocimiento y aceptación. Tanto de quién somos en realidad, como de la imagen que proyectamos.

-¿Y de qué sirve todo esto? –Una vez más, su pregunta retórica fue seguida de una breve pausa de meditación. -Somos una empresa. Somos… somos una familia, en cierto modo. Y además, prácticamente todos nosotros tenemos gente al cargo. Ser capaz de ver a las personas como realmente son nos hace mejores managers. Anticiparse a lo que los demás quieren y no dicen, ayudar con lo que no se es capaz de pedir ayuda. Conocer a vuestros equipos es clave. –La voz de Itziar parecía ganar en carisma poco a poco. Lo cierto era que la mujer en esos momentos emanaba confianza en sí misma, como si el tema la motivara especialmente. -El jefe despótico es una figura del pasado que ya no funciona. Y una motivación artificial, basada en el ego y carisma personal, puede ser igual de dañina a largo plazo. Por eso, debemos conocer a nuestra gente, para conectar con ellos. Para construir verdaderos equipos, con un nuevo enfoque para nuevas épocas.

-O al menos, desde mi punto de vista, es lo que interpreto de esta prueba. –Terminó con una voz más tranquila y una sonrisa, antes de retirarse para ocupar su silla.

Estuvo tentada de contestar a Nadine, pero finalmente no lo hizo. Si trataba de darle consejos podría quedar como una sabelotodo, así que quizás más adelante pudiera hablar con ella. No creía que lo que acababa de hacer fuera a granjearle simpatías a la joven directiva. Al fin y al cabo, acusar a sus compañeros de esa forma, sin ninguna prueba, era una ofensa y una clara falta de confianza en ellos.

Itzar entendía claramente su enfado por los movimientos del tablón, ella misma hubiera reaccionado mal si eso pasara, pero… cargar así contra todos… era demasiado agresivo. Sobre todo cuando no se podía asegurar que la responsabilidad fuera de alguno de los presentes. Al fin y al cabo, ya habían dicho que podría deberse al desempeño de los equipos en ausencia de sus responsables. ¿Podría ser eso una mentira? Y si lo era, ¿cómo lo había averiguado Nadine?

El monitor escucha la presunción de Ximena dicha en voz alta y la de Manuel, que le dice en baja voz, y se ríe.

- ¿Seguro que quieren hacer tan pronto sus apuestas? Aún quedan muchos por hacer sus descripciones y no vale ir probando al azar hasta acertar. Tengan cuidado.

Pero no seré yo quien se lo prohíba.

Está bien. - Coge su propia libreta - Ximena cree que Víctor habla de ella... y Manuel cree que Nadine habla de él.

Levanta los ojos, mirando alternativamente a Víctor y a Nadine - No respondan aún, por favor. Dejen algo de margen a los demás ¿Les parece?*

Entonces mira alternativamente a Nadine y a Itziar, quienes ya han dado sus ideas sobre para qué puede servir esta actividad, y se queda pensativo - Muy complicado para mi. Pero dicho por ustedes suena hasta bien - Pasea ahora la mirada entre los demás - ¿Qué piensan? ¿Podría ser por otra cosa... o por algo más?

Llegó la noche y con ella el merecido descanso. La verdad es que los días, aunque no parecieran muy exigentes a priori, estaban resultando agotadores. Por suerte, las comodidades del lugar aseguraban un descanso pleno, algo que agradecía enormemente.

Al día siguiente, el desayuno llegó y con él mi tan esperado café, el cual me terminó de despertar. Observé las tablas de puntuaciones, las cuales habían cambiado bastante para muchos. Aunque me lo esperaba, me decepcionó bastante que mis compañeros no jugaran limpio. Ya fuera para aumentar su puntuación o para perjudicar a otros, había muchos que habían tirado de contactos. Suspiré, tenía una tenue esperanza de que esto se convirtiera en una competición sana, donde se primara más el esfuerzo y el desempeño que los contactos que tuviera cada uno, aunque sabía que estaba siendo demasiado iluso. En ese momento Itzar se me acercó, agradeciéndome el voto de ayer.

-No hay nada que agradecer, los votos son algo que se gana cada uno, el mérito es todo tuyo -le dije cordialmente-. La verdad es que más que por la actuación, el hecho de salir a ayudar a Shanon como lo hiciste, de forma casi instintiva, fue lo que me impulsó a votar por ti -le sonreí-. Además, es un soplo de aire fresco encontrarme con alguien más maduro entre tanto jovenzuelo. 

No es que no me gustara estar entre jóvenes, pero uno siempre estaba más cómodo con gente más cercana a su edad. La verdad es que me sorprendía cómo gente tan joven había conseguido puestos tan altos en la empresa. Sin duda venían pisando fuerte, y me impuse a mi mismo esforzarme el doble en la siguiente prueba.

Salimos al aire libre y el monitor habló. La prueba de hoy consistía en hablar sobre los demás. Sería un contraste interesante con la prueba de ayer. Sin duda, el orden de las pruebas no era fortuito, pues esta prueba y la anterior tenían una sinergia muy bien pensada. Me acerqué a una libreta, la cogí y miré el nombre que me había tocado.

-¿Deberíamos asumir que sólo hay una libreta con el nombre de cada uno, sin nombres repetidos? -Le pregunté al monitor-.

Mientras que hablar se me daba mejor, no estaba seguro de cómo se me daría escribir. Hablar era algo fluido, que salía de forma espontánea, generalmente uno no se para a pensar exactamente lo que va a decir, sino que simplemente transmite lo que piensa en el acto. Para escribir uno se sentaba, meditaba la mejor forma de hacerlo, era un proceso lento, cuidadoso y meticuloso. De una forma u otra, aquella era la prueba, y la haría de la mejor manera que pudiera, por lo que me senté en una de las sillas y empecé a pensar qué destacar de la persona que se me había asignado.

- En efecto, no hay nadie repetido - Confirma el monitor

Improvisar, lo que peor se le daba a Jesús, él era alguien que podría ganarse a cualquiera con una buena sonrisa y un poco de charla amena hablando sobre las cosas realmente importantes de la vida, como por ejemplo cuánto habían donado a la Empresa y a la fundación de la misma para hacer que los niños hambrientos de áfrica pudieran tener una hermosa Biblia marca HYDRA, un discurso que tenía preparado desde los albores de la humanidad, o al menos desde su llegada al puesto, y le salía solo.

Pero no. Ahora tenía no solo que improvisar, sino que describir a alguien que no era él. Como si él se fijara en alguien ajeno a su persona. ¿Que era, un pervertido o algo así? ¿Una hermanita de la caridad?. Bueno, sea como sea, tenía ahí delante su nombre al cual describir y poco tiempo como para planear una estrategia efectiva para ello. ¿Cómo lo hicieron ellos? ¿Cómo lo haría él?.

Ojalá volviera al escenario, ahí sí se sentía como un pez en el agua recitando partes de un discurso que había memorizado para ganarse a la gente blanca y de campo de Estados Unidos.... con ciertas leves modificaciones, claro está. Pero no... el tiempo apremiaba y le tocaría en breve, el sudor corría por su frente. ¿Cómo lo haría ahora?.

-Cielos! Me he dormido!- Grité saltando de la cama.

Era cierto. Aunque no por mucho. Una hora a lo sumo. Pero para alguien que está acostumbrada a levantarse a las 5.30 A.m. era un retraso total. Miré al móvil como si tuviera la culpa de todo, pero en realidad, la culpa fue mía por no ponerlo a cargar. Soy una mujer muy ocupada, laboralmente hablando, por lo que llamada tras llamada, email, notificaciones... por no hablar del maldito e incansable 1004 llamándome para ver si me cambiaba de compañía telefónica - en serio, ¿solo tiene mi número o qué?- la suma de todo agota la paciencia de cualquiera. Al igual que la batería del móvil que ademas tenía la función de despertador.

Eso quiere decir que es mañana no salía correr, me aseé, vestí rápidamente y salí zumbando de mi habitación en dirección a la reunión. Me puse lo primero que pillé y a lo que toda mujer recurre cuando no tiene demasiado tiempo: Leggins, camiseta larga y sandalias. Me puse un chaleco por si refrescaba. Si me viera ahora mi institutriz sabía lo que diría, sobre todo de los Leggins. Según ella, había tres cosas en la vida que nunca mentían: Los niños, los borrachos y unos leggins ajustados.

Adoraba los leggins, sobre todo cuando los llevaba otra.

De camino me fijé en el tablón. Vaya! Si que había cambiado la cosa. Llegue justo cuando el monitor con complejo de Thor Ragnarok explicaba la nueva prueba. - H-hola, b-buenos días yo.. emm.. el despertador...yo... lo siento. -¿Había que escribir sobre otro? Apenas conocía a demasiados, y opinar sobre los demás, según mi educación era demasiado... directo. Suspiré intentando quedarme en blanco y no pensar demasiado en ello.

Al ir a por el desayuno y recoger la libreta, llegó Itziar. - Oh, vaya. Gracias- Dije algo avergonzada por lo de zanahoria.- Era un cumplido? Era un cumplido.- Me vino bien el apoyo. L-Lo agradezco de veras.- Dije algo retraída en un susurro.

Me sobresalté un poco al sentir que alguien me abrazaba. Y casi sin mirar ya estaba deseando que fuera...- Ximena! Uys, perdón.- Dije dando un pequeño brinco. Reí un poco para alejar esa timidez. ¿Pero que te pasa Shannon? Es solo que una chica te diga algo y...- Me sobresalto fácilmente, jejej.- Oi lo de Nadine y pronto advertí que aún no la había saludado. - Si, algo raro esta pasando con ese tablón...- Dije por lo bajo opinando pero sin saber realmente a que de debían tantos movimientos.

Miré a Itziar y a Ximena algo confusa durante un segundo. ¡Ah! ¿Que queréis que vaya allí y la anime yo? Como soy la alegría de la huerta. Badum-Thsss. Si, ciertamente la vi distante, allí apartada y mi instinto me dijo de acercarme. Pero... con lo antisocial que soy lo mismo la digo una burrada. Al final me dejé llevar por las chicas y me puse al lado de la rubia.

- Hey!- Saludé en un hilillo de voz mientras la daba un ligero codazo  para llamarle la atención - ¿Esta ocupado?¿ Me puedo sentar o... si quieres estar sola.. yo... - Me senté. Alé. A tomar por culo la educación inglesa. ¿Qué?- No te preocupes, no tienes que trabajar el doble. Seguro que lo haces bien y pronto remontas a todos. Ya lo verás. - Apoyé dedicándole una suave sonrisa, aunque mis ojos, que buscaron los suyos, pronto esquivaron su mirada.

La verdad estaba un poco perdida con mi "admirador secreto". Es broma, pero el hecho de que estuviera escrito en secreto en una libreta me recordaba a los papelitos que de pequeña me mandaban en clase: " Marca con una X si te gusto o no". Crios... Por ello cuando Nadine me invitó a acompañarla hasta el instructor, acepté. Aun no sabía que escribir. Necesito pensar un poco mas...

Y allí descubrí algo mas. Las mujeres somos malas por naturaleza. No había palabras. No muchas al menos, pero las miradas lo decían todo. Itziar, Nadine, Ximena.. allí flotaba un aire enrarecido que me hacia sentir rara. Incómoda quizás. Pero cuándo no estaba yo incómoda rodeada de gente. Afortunadamente, estar en aquel sitio, a la fuerza me haría mejorar mi sociabilidad o ... meterme en un caparazón, definitivamente.

Interrumpí para evitar mas palabras, miradas o que hubiera mas tensión en el ambiente.

- Emm... y-yo...creo que estoy lista.- Sonrei circunstancialmente.- Ejem...

Erase una vez un pequeño sapito.

El animalito era alegre y quería saltar mucho. Mas, cuanto mayores eran sus ganas, mas bajo saltaba. No sabía porque, y eso era frustrante. Así que andaba a pequeños saltos por la guarida de la bruja malvada, subiéndose en cualquier sitio desde el que pudiera saltar mas alto.

Pero cuanto mas alto era el sitio, la caída era mayor. Y eso le dolía.

Cierto día, pasó por delante del espejo mágico de la bruja. El espejo tenía el don de mostrar lo que nos da miedo. El sapito se miró en el y descubrió que en su patas traseras tenía unas cadenas con pesadas bolas de hierro. El miro a sus patas y no vio nada. Pero en el espejo estaban! ¿Que podía ser eso?

Hablo con la araña, con el lagarto y con el murciélago. Todos le desalentaron. - No conseguirás saltar alto nunca jamás.- Le decían. Triste el sapito, corrió hasta el puchero de la bruja y, pensando que no servía para nada, salto dentro del caldero hirviente. Al instante, tan solo con rozar el caliente liquido, las patitas del sapo se tensaron tanto que el sapito dio el salto mas grande de su vida. Cuando miro hacia abajo las vio allí, las pesadas bolas de hierro.

Sus miedos se quedaron en el fondo del caldero. ¿Que mas daba lo que dijeran los demás? ¿Por qué les había hecho caso? El sabía que podía saltar tan alto como quisiera. ¿Era distinto al resto? Claro! Y eso era lo mejor.

Desde entonces el sapito, saltaba tan alto como él quería. Y los demás, la araña, el lagarto y el murciélago, no tuvieron mas remedio que aceptar que el sapito era, en realidad el mejor saltarín del reino.

- B-bueno.. a lo mejor no .. no se si esta persona es así del todo pero es lo que a mi me parece...c-creo- dije tímidamente.- Creo que le han infravalorado y... y que es capaz de mucho. Supongo...

Jesús ya había escrito aquella pequeña obra de literatura descriptiva de uno de sus compañeros. Por lo que dejando de lado los tachones y manchones, tenía un texto -mas o menos- legible y quizás entendible por aquella persona la cual tendría que descifrarlo y sentirse descrito en él.

Tienes dos piernas. Tienes dos brazos. Tienes dos ojos. Tienes una nariz. Tienes una boca.

En tu boca hay dientes. Tus dientes son blancos. Muestras tus dientes blancos cuando sonríes.

Te gusta sonreír. Sonríes mucho. Por eso me fijé en tus dientes blancos.

Pareces una persona animada porque te gusta sonreír. Sonreír es bueno. Te alegra. Nos Alegra.

Eres una persona alegre y atenta porque estas alegre y nos alegras.

Eres una persona entretenida y divertida. Porque siempre sonríes y nos haces sonreír. Incluso reír.

A estas alturas ya sabrás quien eres. Porque eres una persona inteligente a parte de alegre.

Por lo que creo que terminaré aquí con una sonrisa, como la que siempre llevas en tu rostro.

 

:)

¿Qué? ¿Cómo que llevo 118 palabras de las 1000 máximas?

Eso es feo... pero... tu no eres una persona fea. Por lo que me esforzaré para seguir describiendo tus atributos y cualidades... ¿Ya dije que tenías una bonita sonrisa por tu personalidad alegre y divertida?.

También tienes dos codos, usualmente están en tus dos brazos.

También tienes dos rodillas, usualmente están en tus dos piernas.

También tienes dos manos, usualmente están en tus dos brazos.

También tienes dos pies, usualmente están en tus dos piernas.

También tienes veinte dedos, usualmente están bien divididos entre tus manos y tus pies, los cuales están en tus brazos y en tus piernas, tal y como podrías comprobar de los parágrafos anteriores.

En tus veinte dedos también tienes veinte uñas. Tanto los dedos de las manos como de los pies.

También tienes dos orejas. No sé porqué dije que tenías dos ojos y una nariz y una boca, pero no he enumerado las orejas antes, quizás porque tu sonrisa, es decir tu alegría las hayan eclipsado.

La mañana seguía transcurriendo sin problemas, uno a uno íbamos pasando por la prueba matinal. Escuchaba uno a uno a mis compañeros, algunos estaban haciendo grandes exposiciones, otros sin embargo estaban simplemente cumpliendo con la prueba. Intentaba ver quien podría hablar sobre mi, tenia algunas sospechas pero esperaría a que acabasen todos para estar mas seguro.

Empecé a escribir, y lo taché. Empecé de nuevo, esta vez con más fuerza, y a las dos lineas cogí la hoja de papel y la arranqué. Hoy desde luego la inspiración no estaba conmigo. Aquello era bastante frustrante, como si tuviera las ideas en mi cabeza pero no tuviera la más mínima capacidad de transmitirlas. Tras un largo rato de tachones y correcciones, por fin pude terminar una descripción que ni yo mismo calificaría más allá de pasable.

Las descripciones siempre son muy subjetivas, y cada uno tiene una percepción distinta del mundo. Me importa mucho lo que los demás piensen de mi, y es por eso que siempre intento mantener una actitud poderosa. Me gusta llamar la atención, y que la gente note cuando llego y cuando me voy. Por tanto, habréis adivinado que la discreción no es mi fuerte, no soy una persona que pase desapercibida, y eso me encanta. Y aunque sea cierto todo lo demás, no me considero una persona egocéntrica, aunque es posible que la gente de mi alrededor pueda llegar a pensarlo. (Mierda, pensaba que me había quedado más largo, hora de improvisar un poco). Ehm... con las descripciones dadas, no soy una persona difícil de adivinar. Uhm... si bien quizás las distracciones o el propio me impidan ver... me impidan ver... como realmente soy. Como realmente soy, quizás no tenga... no tenga la fuerza de asimilarlo. (Mejor termino ya, que no estoy haciendo más que estropearlo).

Miré a mis compañeros, sin posar la vista demasiado tiempo en ninguno, y un poco avergonzado por el pequeño desastre de redacción. Aun así me obligué a sacar una sonrisa, y a acercarme a ellos. Me dirigí al monitor, respondiendo a la pregunta inicial que nos había hecho.

-A mi entender, este no es un ejercicio tanto de describir al resto, sino de aceptarse a uno mismo. Si bien es difícil describir a las demás, me parece todavía más complicado aceptar una descripción de ti mismo hecha por otros. Muchas veces, nos definimos mucho más por lo que fallamos que por lo que hacemos bien, y es complicado aceptar esa parte de cada uno. Si alguien resalta tus defectos en tu descripción, no es fácil dejar tu orgullo a un lado y reclamarla como tuya.

Lógicamente no había una respuesta correcta a la pregunta del monitor, sólo diferentes visiones las cuales puede ser todas ciertas, o no.

Cuando Ximena se acerca a él, por un momento se le corta la respiración y sacude la cabeza para forzarse a volver al mundo real y así poder reaccionar de algún modo.

En realidad es muy pronto para... -pero no llega a acabar su frase, exhala el aire contenido al escuchar al monitor diciendo que esperasen-... eso. No sería muy justo ¿no?

Le sonríe y se echa a un lado, invitándola silenciosamente a sentarse con él con un gesto de la cabeza. Nadine llega con preguntas bastante serias y entonces alza sus ojos para buscar los de ella.

Si veo algo, lo sabrás. Pero... lamento informarte de que no sé qué ha pasado. Pero ya han pasado cosas en las dos últimas votaciones...

Su voz se torna un poco meditativa mientras acaricia su mentón. Interviene Itziar y arruga la nariz fijándose en lo que dice, no sólo en su exposición. Resopla con cierta resignación, parecía que la pregunta estaba dando bastante de sí. Y la pruebecita. Tuvo que morderse el labio inferior para llamar a su propio control y no decir algo indebido. El cuento se Shannon termina por conseguir su silencio y una leve sonrisa, había sido curioso, como el nerviosismo de la chica tratando de afirmar lo que había dicho. Lo que consigue descuadrarle del todo es la descripción de Jesús, sin saber bien si echarse a reír o llorar. La de Erik hace que asienta con la cabeza y se decida finalmente a romper su meditabundo silencio.

Creía que tenía claro mi negativo... pero alguien ha conseguido descuadrarme -una mirada directa a Jesús-: Jesús. ¿Porqué? ¿Es algún tipo de burla o sátira, como con el perro, que los demás tenemos que adivinar? De tu descripción, ajeno a la sonrisa y algún tipo de inteligencia, sólo se extrae relleno, relleno inútil. Dos manos, dos pies, dos ojos. Sí, bien, pero eso no me habla de la persona que debes describir. No me gusta que se mofen de mí, que haya código de más o decenas de folios irrelevantes. Si no me gusta tu respuesta, cambiaré mi negativo en tu contra. Lo siento.

En su tono se notaba cierta duda, como si no le terminase de convencer la idea de cambiar su voto, pero le costase ver una alternativa. Por otro lado, ahora se gira hacia los demás.

Sobre mi positivo... dudo, dudo entre tres, de modo que aguardaré un poco más, si no os importa.

Toma un poco de aire y entonces se masajea un poco el cuello antes de girarse hacia Ximena, esforzándose en sonreír.

Después de escucharles a todos ¿sigues pensando que te he descrito?

Entorna un poco su mirada, por miedo a perderse en los ojos de ella o ser demasiado descarado, pero sin dejar de mirar en espera de su respuesta.

El monitor mira su reloj.

- Bueno, ustedes mandan, pero diría que mientras las dos personas que faltan terminan sus relatos, los demás pueden ir arrancando con todo el asunto ese de lo que les gusta y lo que no.

Si no, igual no da tiempo. Si alguien está seguro de cual es el relato que lo describe, puede atreverse, aunque es una lastima que falten dos. Yo lo voy apuntando, y ya cerramos desvelando quien ha acertado y quien no ¿Les parece bien?

Era una mañana peculiar ademas de ser evidente que las votaciones estaban siendo manipuladas por dios sabrá quien, aunque tenia una ligera idea. A eso debía sumar una nueva prueba que claramente estaba siendo improvisada por aquel hombre. Pues como dijo hoy no tocaban pruebas absurdas pero sin duda intentar ponerse en el papel de otra persona que en el mejor de los casos hayan coincidido por la oficina o en algún simposio mas de cinco minutos sin contar estos tres días juntos, seguía pareciendole ridículo.

Porque describir a una persona que no conoces en absoluto y no conocen el resto, solo irán a lo físico o lo prejuicioso, eso estaba mas que claro. Al menos para Gerald un hombre que era marcado por las primeras apariencias.

Pero ya que el resto de los presentes estaban jugando y alguno era realmente ingenioso. El intento lo propio cogiendo uno de esos blog y buscando a quien le hubiera tocado interpretar... -Supongo que la primera persona sera lo mejor.

Cita:

La ultima frase no tenia pensado escribirla pues creyó que ya había dado suficientes pistas, igual demasiadas pero si al menos tenia que escribir un poco mas sin delatar a quien le había tocado, escribir sin decir nada era el mejor método.

Terminado el ejercicio se dio cuenta que la escritura estaba ligeramente inclinada, los problemas de ser Zurdo y arrastrar la mano al escribir. Había perdido practica ahora que vivían rodeados de teclados.

-Bueno, espero haberlo hecho bien, me vaso en lo poco que he visto hasta ahora de la persona y ya se sabe que las primeras apariencias no son buenas. En fin... Voy con la segunda parte del ejercicio y diré que este ejercicio sirve para saber de nuestra capacidad para evaluar y catalogar a la gente que tenemos delante en el menor tiempo posible, porque un directivo tiene que ser una persona de rápida decisión y saber elegir a su gente de la manera mas eficiente posible, quien le sera útil y quien no, en el menor tiempo posible. -Hablo casi de corrido, sin pensar en las posibles consecuencias de su sinceridad, pero quería darle una utilidad real a ese ejercicio y quiso intentarlo.

Al menos otro par de descripciones podrían ser mías. Me frotó el cuello con una mano, entre avergonzada por mi prisa y ligeramente... ¿Desilusionada?

Si, esa es la palabra.

– Bueno, eso fue lamentablemente. – suspiro. Miró a los demas, mientras sigo hablando. – Bueno, tengo dos descripciones entre las qué elegir, ¿No? – pienso algo, y me río de mi misma. – ¿Notaste que usé la misma muletilla para abrir dos frases seguidas? Hoy no es mi día más brillante. Puedes culpar al señor de los Anillos. Intenté leerlo anoche, y si es complicado. Aunque mis respetos por la cátedra sobre pipas y tabaco de la Tierra Media, en Westeros ese tabaco resolvería muchos problemas.

Me acomodo el cabello con una mano, recargada en la mesa. Nadine hace la pregunta que, ha decir verdad, hacía falta.

– Ella dio muy buenos resultados, está trampa es obvia. – Miró disimuladamente al par que creo que la están tratando de perjudicar. – Brava tanda de cobardes. Pero veamos si el jueguito les resiste hoy.

Escucho la descripción de Jesús... ¿Esto es una broma? Conforme Viktor (con más educación de la que el supuesto hombre merece) me voy irguiendo, molesta.

– Yo de una vez anuncio mi voto negativo a Jesús, con una descripción hecha a base de relleno, y hasta malintencionada para que nadie pueda acertar. Y lo positivo a Nadine: a quien ni las trampas tumbarán. Me reservo el decir nombres a falta de pruebas, pero no sé sé necesita mucho ingenio para acertar al culpable.

Jesús había vuelto a fracasar; al parecer desde que había dado a conocer que él era un hombre de Dios y de la Empresa, la gente parecía ir en su contra; la hipocresía del "liberal" que acepta a todo y a todos siempre y cuando no lleven una cruz en el cuello; sin lugar a dudas. ¿Hubiera estado mejor que hubiera dicho que es Musulmán?. Sí, seguro que con ellos no se meterían, algún chiste sobre explosiones, kebabs y el valor de una mujer en camellos... pero al menos no tendrían aquel odio contra su cabeza...

Tragando saliva y con una amplia sonrisa, se dirigió hacia todos aquellos que, hasta el momento le habían votado negativo.

-Tengo por seguro que la persona que he descrito acertará con lo que he dicho. A fin de cuentas, esto no es un juego para que todos acierten todas las descripciones, sino que los dos involucrados creemos un vínculo. Uno capaz de sacar de dentro de sí su opinión y descripción del otro y ese otro de reconocerse a si mismo bajo el reflejo del uno...

-Así que no seas capaz de reconocer de quién estoy hablando es plausible, pues no es el reflejo o la perspectiva que tu puedas ver de esa persona, sino la que yo la veo... Y sinceramente, esa es la característica más distintiva para reconocer a esa persona, cosa que no vi que nadie antes haya comentado y sobre todo lo que a mi más me llama la atención... por lo que decir más cosas es por rellenar los huecos.

Girándose hacia Erik y Gerald.

-Por algún motivo extraño me siento identificado en ambos comentarios... he de meditarlo un poco más antes de dar mi respuesta pues ambos me hacen "tilín" por un mismo motivo y me será complicado descartar uno para abrazar el otro... Sea como sea, la otra persona descrita ahí debe de ser alguien rematadoramente agradable y con una arrolladora personalidad.

Viendo su puesto peligrar, el monitor se adelanta hacia Ximena.

- Pero vamos a ver, señorita ¿No explique antes que...? - pero es interrumpido por una llamada antes de poder acabar - Disculpen, ahora regreso. -y se aleja del grupo. Salta a la vista que su tono de piel acaba de disminuir del golpe.