Partida Rol por web

El grupo abandona la ciudad de Solku hacia los alrededores de Kelmanare, donde se juntaran con el resto de expedición.

Pero para llegar allí les espera un largo viaje por el desierto, por una zona infestada de gnolls.

La mayoría del desierto entre Solku y Kelmanare es pedregoso, y durante todo el camino son visibles los Picos de Alpaca, lo que hace el viaje menos monótono de lo habitual.

El grupo se puso en marcha sin demora y Raffius se meneaba aburrido en un camello (o dromedario) demasiado grande para él. La causa de su aburrimiento era patente: ya conocía esa zona, ya había estado antes y no había nada realmente espectacular que pudiera amenizar su viaje. Era lo malo de los desiertos, que solo tenían arena.

Se encontraba enfrascado en sus pensamientos hasta que de pronto recordó que tenían un nuevo miembro en el grupo cuya apariencia era de lo más interesante, al menos más que la del tal paladín de nosequé. Sin espera ninguna acercó su camello al de éste personaje (Sinbad) y se dirigió a él:

- Eh... ¡hola! Me temo que no nos conocemos demasiado, yo soy Raffius, estos son amigos mios. Confían plenamente en mi para que les saque de apuros, no creas. Se pasan el día discutiendo con todo el mundo por las razones más tontas y luego me toca a mi arreglarlo todo... ah... tienen más boca que cerebro. Pero tú no pareces de esos... aunque entre tú y Morbo no sabría decir quien es más feo... Pero no se lo tengas en cuenta al pobre, es buena gente aunque te de miedo mirarle a la cara, ¿sabes? Lo que pasa es que esto al principio pues no se sabe. Lo que quiero decir es que tú tambien pareces buena gente... tal vez podrías enseñarme las palabras mágicas de Rasp-ibn-Abdul para el control de camellos salvajes, porque esta claro que las conoces. Sin embargo mírame a mi, este bicho -lo acaricia descuidadamente- no me hace el más mínimo caso. Parece poseido por un djinn o algo así

Bueno, ¿cómo dices que te llamas?

Para mi mismo y los VIPS. No se si cambiar los goblins (que han salido en la tirada) por gnolls... por dar ambiente..

-¡Valgame dios, cuantas palabras!- Se dijo a si mismo casi incapaz de seguirle el ritmo.

Raffius había terminado de hablar y parecía esperar una respuesta. Pasaron unos segundos en los que Sinbad lo miraba extrañamente confundido.

Finalmente Yessef, el dromedario, soltó un gruñido lacónico.

Al parecer el sonido del animal hace despertar al hombre que por fin habla. -Eh? Si, hola!- Y se queda en silencio de nuevo.

El dromedario parece protestar y suelta un bramido de dos tonos de nuevo.

-Oh! Me llamo Sinbad Hawila.-

Se forma el silencio de nuevo.

El dromedario de Sinbad se detiene y tuerce el cuello como si lo mirara en los ojos. Sinbad lo mira ligeramente avergonzado.

-¡Es que ha dicho muchas cosas!- El dromedario protesta de nuevo son su voz gutural y prosigue el camino.

Sinbad suspira.

-Eh ... ¿decías algo de un tal Abdul?-

No hay mucho de qué hablar cuando se cruza el desierto a lomos de un camello (del tipo que sea), por lo que Diegen permanece en silencio y sumido en sus pensamientos. Sin embargo, cuando el grupo hace una pausa en el trayecto a media tarde y discuten el tema de las guardias, el semielfo aporta su punto de vista:

- Es mejor hacer cuatro guardias, cada guardia con dos personas. Yo me ofrezco vuluntario para hacer la última, tal vez con el chico ---dice, señalando a Raffius---. Mejor que haya una buena espada en cada grupo.

Al decir esto, mira a Dorwas y a Morbo dando a entender que no deberían hacer guardia juntos. En la mente del semielfo los grupos ideales serían Morbo y Simbad (espada y débil), Dorwas y Jaali (espada y débil), Bethel y Jonova (dos espadas medias, aparentemente), y Raffius con él (espada y débil, y le cae bien el chico). Al no conocer bien al resto del grupo todavía no se da cuenta de lo peligroso que es dejar a Dorwas y Jaali juntos. En todo caso, Diegen es instintivamente consciente de que es el nuevo aquí y por ello es mejor no decir mucho en esa situación, así que guarda silencio.

Raffius hizo una mueca de fastidio. El semielfo le resultaba el compañero más aburrido de todos. Tan estirado, tan... tan elfo... Pero lo cierto es que era bastante gracioso oirle hablar, porque se equivocaba cada tanto dando lugar a frases graciosas. Por un instante, Raffius se preguntó si acaso los elfos tenían la boca de forma distinta y por eso no podían hablar bien un idioma tan sencillo como el suyo, pero la idea se disipó con la misma presteza que había venido.

Sin embargo, no tiene mucho que añadir sobre como hacer las guardias. Total, si nunca pasa nada interesante...

Así que se echa a un lado y se dedica a hacerle muecas al camello (o dromedario) del tal Sinbad. Parecen hechos el uno para el otro...

Jaali tenia el estomago revuelto y estaba un poco palido por el maldito camello que le habia tocado. Viendo como el resto parecia mas o menos contento, llego a la unica conclusion posible: No era que su debilucha constitucion le diese problemas, no. Era que el nuevo tipo feo que les habian encasquetado le habia dado un camello que se bamboleaba demasiado.

Si no fuera porque parece mas bobo que su camello diria que lo ha hecho aposta. debe ser simplemente incompetente. A ver si mañana puedo cambiar de camello... - Jaali llamaba camello a cualquier bicho con joroba. Nunca habia estado muy interesado en el tema y dromedario era una palabra mas larga - Ahora solo falta que nos salga un bicho mitologico y feo, como un chupacabras o algo asi. Le vomitaba encima. Pero los Dioses no seran tan benevolos...

Escuchando a Raffius le dice con voz un tanto ahogada

Raffius, si no te gusta tu camello te lo cambio. Este es la leche, hace lo que uno quiere - uno siendo el camello, claro.

Y luego al oir lo de las guardias apunta:

Yo necesito tomar la ultima guardia. Necesito una noche entera sin sobresaltos para poder preparar mi magia. - Dice Jaali

ademas, el semielfo este parece como la Ateela. Mucho poner malas caras pero si hay algo que hacer de sacrificio, lo hacen ellos. QUien elegiria un Dios asi? Nadie demasiado listo, me parece.

Diegen no dice nada.

Menudo fastidio como me toque hacer la guardia con el c*****o este.

Los dos primeros días de viaje pasan sin prisa y sin novedades. El calor del desierto es el único suceso que os ocupa a todos. Jaravel y Sinbad acostumbrados al desierto lo soportan mucho mejor que el resto, Jaali que se ha pasado media vida en interiores al que el sol probablemente envidia y por eso le calienta con más ganas, es el que peor lo pasa.

Garavel no habla mucho, es disciplinado e inflexible con los horarios y costumbres, por ejemplo todas las mañanas comprueba las provisiones y los arneses de cada camello.

Durante el anochecer del segundo día, mientras cenáis dando la bienvenida al frío nocturno, comenta:

- Mañana por la tarde tenemos que para en el Oasis de Amin, necesitamos llenar los odres para el camino y llevar algo de agua al resto del grupo. El Kelmanare hay un río, pero no quiero arriesgarme a que este seco. Ademas dormir en el oasis al fresco nos hará bien a todos - mientras habla se trasluce algo de preocupación en su voz - Pasado por la mañana habremos llegado a la Garra del Sultan, donde nos espera el resto del grupo.

Por algun motivo que ahora no acertaba a comprender, Jaali habia supuesto que esto seria como unas vacaciones para su investigacion asi que ni siquiera se habia traido libros de estudio. No es que pudiese leer con el bamboleo del camello (que no se lo habian cambiado, diciendo algo de que los animales se acostumbraban al jinete y cambiarlos cada dia los confundia, lo que a Jaali le parecia otra bobada camellil mas) pero al menos las guardias se le habrian hecho mas amenas. Habia intentado entablar conversacion con Diegen pero el elfo solo apretaba los puños y miraba hacia otro lado cuando Jaali le cuestionaba sobre la Fe y la Iglesia de Sarenrae. 

Claros sintomas de culpabilidad. Reconoce que su fe tiene muchos agujeros logicos y sabe que en el fondo es una farsa pero no puede decirlo en alto 

De todas formas el mago habia estado bastante taciturno. Entre el calor y el malestar general por el camello no le quedaban muchas ganas de hablar con ninguno de sus compañeros durante el viaje.

Unete a la expedicion, decian. Veras el mundo, decian. Esta es la ultima vez que te engañan para estas cosas, Jaali. La ultima vez

-Un oasis suena bien, ¿eh Yessef?- Dice a su montura que responde con un sonido leve.

Durante el viaje, y aprovechando que no era el único guía, Sinbad hacia un recorrido para comprobar que todo el mundo estuviera bien.

No puede evitar mirar a Jaali y sonreír, el hombre pálido parecía estar sufriendo bajo el sol. Sintió un poco de culpabilidad de el.

-Deberías protegerte del sol. Un turbante o un pequeño toldo montado en el camello deberían ofrecerte un poco de consuelo de presencia.-

- Si no fuera porque ese oasis en concreto es una trampa de la naturaleza que usan habitualmente los esclavistas gnolls si que sonaría bien, si... - bufa Yassef a Sinbad poco convencido.

Definitivamente, Diegen y el mago se iban a llevar mal. El resto del grupo acordó que la última guardia la hicieran juntos, y ya en la primera noche el mago se había dedicado a decir bobadas y a hacerse el graciosillo con el tema de la religión. Diegen había tenido que hacer un gran esfuerzo de autocontrol para no darle una lección allí mismo partiéndole esa cara de listillo sabelotodo. Ateela habría estado orgullosa si lo hubiera visto.

    El mago no paraba de hacerle preguntas difíciles para hacerse el listillo.

    - Y entonces, si Sarenrae predica le redención de los malvados pero hay que acabar con los malvados, eso no tiene mucho sentido, no?
    - Mira, tío, paso de ti... Basta ya, no quiero hablar de eso.
    - No, mira, vamos a ver. Sólo quiero entender si...
    - Que no, que vale, que te pires!
    - Bueno, bueno, que carácter ---dijo Jaali intentando mostrar una medio sonrisa irónica, pero resultando en una mueca como si hubiera comido algo en mal estado.
    - Pues, sí! Si te crees que tengo mal carácter, estás en lo cierto. Lo tengo. Y MUCHÍSIMO!
    - Y mala educación.
    - Y mala aducación, sí señor. Desgraciademente soy una persona mal educada, no soy como tú.
    - Pero si sólo quiero hablar...
    - Déjame en paz!
    - Hasta ahora sólo quería darte conversación...
    - DÉJAME EN PAZ!
    - Hasta ahora quería darte conversación...
    - Pues deja de darme conver... canver... deja de hablarme! No necesito tu canversación. Vete a la mierda! A LA MIERDA! Delante, delante de todo el mundo!

    Por supuesto, "todo el mundo" estaba durmiendo. Nadie que no tenga el sueño profundo era capaz de dormir junto a los ronquidos de Dorwas. La única excepción eran un par de dromedarios que miraban distraídamente en todas direcciones y el pequeño Raffius. El joven se había despertado esperando ver algo interesante, pero cuando vio que sólo era una discusión entre estos dos se volvió a acostar con una mueca de decepción en su rostro infantil.

Durante el resto del día siguiente, Diegen ha evitado e ignorado al mago.

El día había amanecido extremadamente soleado, como siempre. Sin embargo Raffius estaba más animado y despierto: un oasis constituía un agradable cambio de paisaje y él al menos lo necesitaba. Iba a tener arena para dar, tomar y regalar. Sin embargo no le gustaba como evolucionaba el grupo. Parecia que ya tenían dos amigos gruñones.

Raffius no era especialmente bueno en las matemáticas, pero sabía sumar dos y dos, siempre que no fueran monedas. Y por ello alcanzaba a ver que, si Dorwas discutía con Jaali y el semielfo discutía con Jaali, seguramente fuera culpa de Jaali. Pobre mago, solo Raffius le entendía...

Por ello, a media mañana, Raffius se acercó haciendo uso de su gran habilidad para el disimulo al semielfo: dicho de otro modo, voceó un par de veces su nombre y se puso a su altura con el camello (o dromedario). Dicho esto, le susurró:

- No deberías discutir con Jaali. Es simpático, pero muy pocas veces. Además, llevas las de perder, tiene mucha más práctica que tú. No sabes lo pesado que se puso hace años con Dorwas, y eso que es un enano bonachón. Yo creo que simplemente le gusta discutir, así que no le tomes muy en serio. Mira, en mi opinión, de pequeño le picó una "boa malumorá", ¿sabes como te digo?. Sí, esa serpiente que pone de mal humor continuo a quien pica, para siempre. No se le conoce antídoto, como sabrás, más allá de la sangre de dragón azul, y no hay muchos por aquí.

El muchacho sonrió con picardía:

- Así que no discutas con él. Es lo que quiere. Es su forma de mostrar aprecio

Diegen agradeció el gesto de Raffius con una sonrisa. Le caía bien el chico. Tal vez le recordaba un poco a sí mismo, mucho tiempo atrás...

El semielfo aprovechó la ocasión para hablar un poco con el pequeño humano sobre cómo había acabado compartiendo aventuras con este grupo tan extraño. Así Raffius le contó sobre la búsqueda de Omar, la muerte de Haidar, la caza de los dragones de bronce, las tortugas que hablaban al revés, y muchas cosas más. Diegen no alcanzaba a distringuir claramente qué parte era real y cuál era "decoración", pero al menos le sirvió para entender un poco mejor a sus compañeros, en especial a Jaali.

Así que lo mejor que puedo hacer es ignorarle? Bueno, eso lo sé hacer bien. Me he pasado muchos años ignorando gente.

Raffius también aprovechó para aprender un poco más sobre Diegen, su relación con Ateela, quién era, de dónde venía y a dónde iba, si estaba solo en el paizomundo o acompañado.

Deberías protegerte del sol. Un turbante o un pequeño toldo montado en el camello deberían ofrecerte un poco de consuelo de presencia.-

Jaali mira a Simbad como quien mira a un mueble.

En serio? Que interesante. Una pena que me olvidase mi coleccion de toldos para camello en Solku. - le dice. A pesar de todo, se pone la capucha, para evitar que el sol le de directamente en la cabeza

Pero oye, - dice girandose hacia Raffius y Diegen que van cabalgando juntos - Quizas nuestro paladin prifirido puede rezar para que su diosa no nos de tanto la tabarra? Seguro que si le gritas se asusta. Como yo, vamos.

Al ver la falta de respuesta, vuelve a su estado malhumorado y taciturno

No se yo porque nadie quiere hablar conmigo. Como decia mi padre: Si no sabeis discutir iros del pueblo

En serio? Que interesante. Una pena que me olvidase mi coleccion de toldos para camello en Solku. - le dice. A pesar de todo, se pone la capucha, para evitar que el sol le de directamente en la cabeza

Yo pensaba que era eso lo que os daban a todas las concubinas el día que os desvirgaban y que lo llevabas metido por el culo... dijo Dorwas quien, como siempre, viajaba recostado sobre el camello, o dromedario, dejando que el sol siguiera tostándole la piel.

Esta vez, llevaba una cimitarra más grande de lo normal y, al contrario que en aquella lejana primera expedición, esta vez la llevaba enfundada en cuero.

Tras otro día de viaje agotador, el grupo alcanza el oasis cuando falta poco para el anochecer, desde una pequeña colina pedregosa puede verse el oasis, aparentemente desierto. A pesar de ello Garavel insiste en pararse a estudiarlo.

- Ahí esta nuestro objetivo. El Oasis de Amin - comenta mientras intenta comprobar el terreno - Un lugar en el que suelen acampar los gnolls que bajan de los Picos de Alpaca. Y una especie de sueño húmedo para los que gustan de planear emboscadas. Pero necesitamos el agua, y es poco probable que coincidamos con nadie. - el contable esta claramente algo inquieto.