Partida Rol por web

El lunes que viene por la noche cerrare ya la partida, por si quereis poner un último post. Sino se quedará con un final abierto.

Gracias por haber llegado hasta el final!

A Noah le esperaba una ardua tarea. Abanonó la cima de la torre y se dirigió al salón del trono. Mientras caminaba, observaba, con pesar, los estragos en la fortaleza. No en lo material, sino en los habitantes. Por todos lados veía armaduras y vestidos tirados por el suelo encima de montones de polvo y cenizas. Pero siguió indagando en busca de supervivientes. Y, conforme caminaba, la primera idea que tuvo en lo alto, aunque descabellada, iba tomando cada vez más forma en su cabeza.
Cuando por fin llegó a la zona del salón del trono y los despachos de gobierno, tan sólo se había cruzado con escasamente una docena de supervivientes. La mayor parte de ellos eran criados que había descubierto encerrados en pequeñas habitaciones. También había un par de guardias, que ahora le seguían, apesadumbrados. Pero en el salón se llevó una pequeña sorpresa. Un grupo de guardias escuchaban atentamente a una figura que estaba en su centro. Pudo ver las insignias de capitán en uno de ellos. También pudo vislumbrar alguna cara conocida. Varios compañeros de su sección también se encontraban allí cerca, aunque no había ningún rastro del Marqués. Se acercó y pudo descubrir que a quien estaban escuchando todos atentamente era al Conde Lito, uno de los ministros.

Aguardó unos instantes y luego se acercó al conde, que se llevó una grata sorpresa al verlo. Lito le informó de la situación en el palacio. Poco más que ellos habían sobrevivido. En cuanto al resto de la ciudadela, todavía no tenían noticias fiables, pero las cosas tampoco parecían muy halagueñas. Después Noah le pidió ir a un lugar reservado para hablar, y así lo hicieron.

Noah le informó de lo sucedido, de lo que recordaba y de las cosas que se encontró al volver en sí. El conde se derrumbó:

-Es el fin de este reino. Es muy posible que apenas quede viva un tercio de la población de toda la ciudadela de Camelot. La mayor parte seguramente se encuentra huída y ya no volverá. No he encontrado a ningún otro noble o ministro, y sólo quedan un par de secretarios. Y soldados... no creo que superen la veintena... En cuanto corra la noticia, las ciudades y aldeas del reino que no hayan sido afectadas por esta catástrofe se encerrarán en sí mismo, y tomarán el poder los señores locales... Es el fin.

Lito nunca se había distinguido por su ambición o por un carácter fuerte. Era un buen administrador, pero que sólo sabía medrar a la sombra de otros. Pero en esta ocasión, se dijo Noah, su falta de presencia y personalidad iba a ser la mejor ventaja. No quería que Camelot se terminase convirtiendo en el feudo en ruinas de un pequeño tirano. Pero sin un gobernante fuerte en estos momentos de necesidad, ocurriría lo que decía el Conde: el reino se disgregaría en pequeños feudos. La gente que lo había visto a él en lo alto de la torre, desde abajo, lo habían aclamado, esperanzados. Habían jaleado al Rey. Necesitaban seguir conservando esa fe y esa esperanza para reconstruir la capital y evitar que todo el reino se desmoronase...

Así pues, Noah le contó su plan a Lito.

Noah le contó al conde su plan: simple y llanamente ocultar la muerte del rey, y fomentar, así, la reconstrucción del reino y evitar el desmoronamiento de las esperanzas de todos los habitantes.

Era algo arriesgado, pero, por lo que pudo vislumbrar desde lo alto, la gente casi estaba dispuesta a aceptar lo que le dieran, con tal de sentirse seguros. De este modo, también, provocarían la rápida llegada de ayuda del resto de ciudades, y apagaría el recelo de sus gobernantes. Y la gente que llegase desde fuera para los trabajos de reconstrucción serviría para comenzar a repoblar de nuevo la ciudad.

Eso sí, habría que facilitar, después, la llegada de inmigrantes de otras regiones y países, sobre todo gente cualificada, para ocupar los cargos y oficios que pudieran estar por desaparecer después de la matanza.

Por último, la presencia de un rey Gris en su trono también alejaría posibles intenciones depredadoras de algún reino vecino sediento de despojos y tierras nuevas. En principio no quedaba guarnición en la ciudad, por eso sería bueno solicitar pequeños contingentes temporales de cada una de las ciudades del país hasta ir reclutando a gente nueva. No hacía falta que fuese como antes; con una guarnición mínima para vigilar lo esencial de la ciudad y el palacio sería suficiente. A fin de cuentas tampoco era mucho lo que había que vigilar. Sin embargo, también sería bueno crear, con esa gente, una milicia nacional que recorriese todo el territorio para evitar saqueadores o algún resto de esos malditos monstruos, y que diese una sensación de fuerza. Aquí sí que no hacía falta esforzarse mucho, incluso una pequeña leva de campesinos a los que se les eximiese de impuestos mientras marchaban por el campo y mandados por algunos soldados profesionales serviría. Esta era más una exposición de supuesta fuerza que de efectividad. Cualquier nación sabría que un ejército real vigilaba el reino tras la catástrofe, y habría que esperar que no se atrevieran a probar qué tan fuerte era.

Estas medidas de restauración, repoblación y reclutamiento de tropas requerirían de bastante dinero para ponerse en marcha, pero Noah pensaba que podía usarse, aparte de una parte del Tesoro, los bienes de todas las familias que habían fallecido, sin que quedase nadie de ellos. Seguro que algunas casas nobles habían quedado sin herederos. Era algo no ortodoxo, pero ahora requerían de medidas desesperadas... Menos familias requerían menos recursos pero al menos había que proporcionarlos. Con todo eso podrian pagar bienes y víveres, y también los trabajos de reconstrucción y a la gente que fuese llegando. Y a algunos se les podía pagar su trabajo símplemente entregándoles alguna casa abandonada. Al mismo tiempo se fomentaba la repoblación de la ciudad.

En fin... que sería una tarea difícil, pero que un administrador capaz, como Lito podría llevar a cabo.

Quedaba, luego, el trabajo de Noah... demostrar que el rey no había muerto.

Al tener todo el tiempo del mundo Noah tras varios días intentandolo consigue ejecutar todos los conjuros, el traje de gala de gris parece imbuido de mágia por haber sido vestido durante tanto tiempo por el rey asi que la duración de tus conjuros será mayor... puede que mucho mayor incluso.

Que empiece la función!

Al cabo de unos días haceis la audencia, la ilusión y esperanza de la gente crece al ver a su rey vivo, a pesar de su aspeco. Nadie cae en el engaño por que todo es perfecto, Noah se ha transmutado en el rey a la perfección.
Aún así sabeis que la gente desea creer y incluso con un engaño mucho más burdo la gente se lo hubiese creido.

Pero habeis hecho las cosas bien, y la reconstrucción de la ciudad de Lancelot empieza, acuden aldeanos de todos los puntos del reino para ayudar a la reconstrucción...

El futuro es incierto, pero la civilización del Rey Gris, sus enseñanzas y la paz que trajo consigo parece que perdurarán.