Ha pasado, para la mayoría, la hora de comer, y ya que hay muchos cuyo trabajo se realiza tan solo en horario de mañana, no es raro que comience a haber más afluencia en este sector. En este caso, son Dhalia y 42 quienes lleguen al unísono a la segunda planta.
Su conversación parece entretenida, por lo enfrascados que están en ella. Casi podrían haber pasado por alto a Amadeus, quien estaba hasta hace un momento leyendo ensimismado algo en la terminal junto a los ascensores, pero que se ha girado por instinto al escuchar voces conocidas. Aunque ocupado, su talante siempre ha sido el de una persona educada.
Hizo una pequeña reverencia -Dahlia, 42. ¿Vais juntos para el simulacro?- entonces miró hacia arriba y se tocó la barbilla -Yo tendré que ir a ver si Phileas no ha "persuadido" a alguna jovencita para que le compañe jaja- rió mostrando una agradable sonrisa.
Me sorprendió escuchar la voz de Amadeus, y dejé a un lado la conversación que estaba teniendo con 42.
-Hola, Amadeus...- abrí la boca para contestar a su pregunta, pero no tenía muy claro qué decir. Era verdad que necesitaba un compañero, pero no había hablado nada al respecto con nadie -... no sé, ¿lo somos?- miré a 42.
-Porque, Amadeus, no creo que Jade cuente como compañera para el... simulacro, ¿o sí?-
-Por ahora sí, vamos juntos.
Respondo con serenidad, aunque me fijo un poco más en Amadeus y ladeo ligeramente la cabeza.
-Tenga cuidado con Phileas.
Respondo secamente ante su comentario y su sonrisa, al contrario que mi rostro que es bastante más severo.
Amadeus alzó una ceja al oír el comentario de 42 -¿Por qué lo dices? Se que Phileas es bastante extrovertido, pero no se que puede tener de peligroso- entonces, con un aire mas desenfadado, cerró los ojos y levantó una mano con la palma hacia arriba -De todas formas, es un viejo amigo, no hay nada que pueda temer de el 42, no te preocupes- le sonrió agradablemente.
-En fin, si me disculpáis, debo ir a buscar a mi compañero de simulacro, no me gustaría retrasarme en algo tan "exquisito"- y dicho esto, dijo adiós con la mano, con la otra en el bolsillo, empezando a caminar al interior del ascensor -Hasta pronto- dijo sin perder su agradable sonrisa.
En ese momento, la terminal parpadea.
- Mensaje para Amadeus Jaggerjaques
-Un viejo amigo...
Murmuro mientras asiento lentamente con la cabeza.
-Lo tendré en cuenta.
Me fijo entonces en la terminal y me echo a un lado para permitirle ver el mensaje sin estorbar.
-Recuerde que si sucede cualquier problema... puede hablar conmigo.
No sentí que tuviese nada que aportar a la conversación, así que me mantuve aparte mientras hablaban sobre mi supuesto "familiar", Phileas Verne.
No hablé hasta que la conversación pareció haber llegado a su fin -Hasta luego, Amadeus.-
Cuando la terminal parpadeó me limité a mirarla con cierta curiosidad, pero no dije nada.
Después de esto, Cuarenta y dos se ofreció ante cualquier... problema. Entrecerré los ojos, pensando en algo, pero no le dí mayor importancia.
Eché un vistazo a nuestro alrededor, buscando un lugar donde poder conversar con mi acompañante, o algún otro ciudadano que estuviese en este nivel.
Tanto si te paras a leer le mensaje en la terminal del exterior como si lo haces en a del ascensor, el mensaje será:
Estimado amigo, me gustaría mantener una reunión contigo cuando tengas algo de tiempo. Espero poder adaptarme cuanto antes a este lugar.
Gracias por tu atención.
Phileas.
(Sector sur-este, pasillo A, Pta 30)
Amadeus contesto casi por inercia, ya que pretendia ir con Phileas para ir como pareja de simulacro.
"Por supuesto, enseguida voy, ademas tenemos que estar en pareja por el tema del simulacro, podremos disfrutar de un rato a solas para hablar de lo que te apetezca"
Finalmente Amadeus entra en el ascensor para leer el mensaje mientras desciende, desapareciendo de la vista de la pareja contraria.
-Adiós.
Mascullo al ver cómo se marcha. ¡Grrrrmpf! Y me fijo un poco más en mi compañera, que claramente mira buscando algún sitio y comienzo a alejarme de los lugares concurridos hacia pastos más verdes. Un poco de naturaleza me vendrá bien.
-¿Vamos, señorita Verme?
El paseo les lleva hasta una zona algo menos frecuentada, en los lindes de la plantación de trigo. La ilusión de horizonte camufla el hecho de que en realidad están cerca del límite del nivel.
Si andasen algo más a la izquierda durante 5 minutos llegarían a la cantina, donde algunos jóvenes mantienen un destilado casero al que se puede llamar alcohol.
IVI no lo permite, pero tampoco lo prohíbe, y tampoco hay tanta producción como para que nadie abuse, por lo que las autoridades no han visto necesidad de intervenir hasta el momento.
Al llegar a un sitio apartado con Dahlia me siento y espero a que comience a hablar, entornando mi mirada y con un aire relajado.
En vista de la ausencia, te animo a usar un punto de estilo. ¿quieres que pase algo en especial? Aprovecha y expláyate en la petición, que ya lo ajustaré yo a algo que encaje con la parte que no sabes xD
Dada su ausencia sin justificar, también puedes solicitar acciones sobre tu acompañante.
No me gusta decidir sobre otros personajes, así que podría ser que el altavoz me notificase de que mi jefe quiere verme por una urgencia de nivel X+1 (o +2) y mientras tengo que ir rápido (sí o sí) Dahlia dice que ya nos veremos a la noche, aunque sea viniendo ella a mi dormitorio, que ya sabe dónde está.
El silencio entre ambos se alargó un poco, como si a Dhalia le costase encontrar las palabras exactas para expresar lo que le estaba rondando por la cabeza.
Fue entonces cuando alguien mas llegó a la escena.
Penejotización
El llamativo aspecto de aquel teniente hacía que mas bien pocos no conocieran quien era el Teniente Paul.
Fácil para una broma en el momento preciso, podía transformarse en alguien a temer en cuanto algo lo importunaba. Se había ganado la fama de ser alguien a quien no se le podía llevar la contraria, pero muy certero en el desempeño de su trabajo. Al fin y al cabo, era él, junto con otros cuatro tenientes los que daban órdenes directas a los miembros de la guardia.
A su lado, andaba uno de los guardias casi-androides que trabajaban en los niveles superiores. Gente reservada. No eran pocos los que se preguntaban cuanto de personas podía quedar realmente en ellos.
- Perdón por la interrupción - Los ojos del teniente miraban directamente a Cuarentaydos - Pero nos gustaría contar con su... colaboración durante una o dos horas, ayudante de inspector. Su encargado está al corriente y ha dado su consentimiento para el traslado de actividad temporal. Necesitamos una cucaracha - El teniente sonríe algo mordaz al decir aquello último, casi como si hubiese algo de admiración, más que burla, en aquella denominación. Algo que probablemente solo 42 entendería.
Entonces mira a la mujer a su lado, como si en realidad le trajese sin cuidado quién podía ser ella... o como si la conociese más de lo que a él le gustaría - Usted será escoltada por el agente aquí presente hasta donde nos indique, para formar una pareja, conforme a lo estipulado en el protocolo del simulacro.
Dhalia, sin embargo, no se deja amilanar por la mirada de advertencia del teniente.
- Perdona, pero 42 es mi compañero. no te lo puede llevar así como así, sin dar explicaciones.
Ella parece dispuesta a pelear, pero el androide se interpone - Señorita... en realidad si puede. Tenga la bondad de acompañarme.
Entonces ella le propina un golpe para intentar apartarlo, más impulsivo que meditado, logrando sólo hacerse daño en la mano, momento en el que el androide aprovecha para colocarse entre los dos compañeros y comenzar a separarlos, sin dar muestras ni de haberse enterado del intento de gresión.
- Por aquí, por favor.
Entonces ella mira por última vez a 42 - ¡Nos vemos esta noche en tu habitación! ¡Si es que puedo!
Penejotiación
Me giro hacia el teniente, e incluso sonrío, en parte halagado, en parte emocionado, por la mención a las cucarachas. Ha debido complicarse demasiado la cosa para necesitar cucarachas.
Entonces la reacción efusiva de Dahlia hace que la mire e incluso me ponga en pie para intervenir, no obstante la reacción del androide y mi situación me hacen replantearme la situación.
-Sea cuidadoso con la señorita Dahlia, por favor.
Le digo al androide. Sin más me giro hacia el teniente y asiento con la cabeza confirmando que he comprendido todo.
-Necesitaré pasar por mi habitación.