Partida Rol por web

Mientras Arango sale de la habitación, seguramente para trabajar en cualquier otro área, Maxinne está bajando nuevamente desde los ascensores. 

En la sala de descanso está aún Frederick.

Esas palabras me hicieron levantar una ceja levemente sorprendido. No me parecía tan raro que más de uno estuviera realizando actividades ílicitas, entre ellla, el tráfico de mercancía o al menos eso es lo que entendí. Pero lo más llamativo fue el que él me lo ofreciese como no quiera la cosa. Precisamente no sé me conocía por ser muy sociable, aunque quizás por eso también jugara a mi ya que podría ser discreto.

"De todas formas, ¿a quién se lo podría contar?" 

- Lo tendré en cuenta. - Fue mi respuesta, dejando una abierta por mi parte. Así que si llegara al caso de que me interesara recurriría a él. Como poco para saber qué tipo de "material" estábamos hablando.

No vi necesario añadir nada más así que guardé silencio, y conforme se vino, se marchó, dejándome solo como al principio. De todas formas aún tenía que llenar el estómago. Supuse que era tarde.

- Joder, ¿qué hora debe ser?  - Comenté fastidiado, además, tenía que dirigirme al puñetero despacho de la sección E. El capataz cuyo nombre no conseguí acordarme requería mi asistencia para no sé que de un trabajo. Raudamente me preparé algo consistente, necesitaría fuerzas. Proteínas, pan, fruta, vamos, lo clásico. 

Al no haber nadie que me molestara, no de forma directa al menos, en pocos minutos ya estraba listo. Recogí mi bandeja sin apenas restos y la dejé en la pila de las bandejas sucias.

Pese a que la interrupción fue breve, me entretuve más de lo habitual, así que una vez recogido todo y sin nada más que hacer tomé rumbo a la sección E. Concretamente a la parte de las oficinas, al despacho de mi supervisor. No quería hacerle esperar más allá de lo justo y necesario ya que al impertinente rubio se llevó una buena reprimenda y compartir la misma suerte no entraba en mis planes.

Como iba con cierta prisa apenas me fijé tomé la decisión de ir solo, de esa forma podría hablar con mi superior con calma y enterarme para qué me necesitaba, y especialmente el porqué necesitaba a la chica. Prefería trabajar por mi cuenta, me resultaba más cómodo.

Mientras, estuve pensando qué tipo de trabajo sería el que nos tocaría, y también, en qué diablos pensó para juntarnos a dos que no podríamos ser más diferentes ni adrede. Si yo era el Norte, ella era el Sur. Y ese solamente era uno de los muchos ejemplos que se me habían ocurrido.

"Joder, al menos espero que dure mucho, porque si no...." Pensé con fastidio. No me gustaba la idea, no dudé de su capacidad si no el que el mero hecho de compartir tiempo podría no acabar del todo bien. Más teniendo en cuenta nuestras personalidades.

Cuando llegué a la puerta del despacho llamé antes de entrar. Ya una vez dentro sabría un poco más.

Caminando en silencio hacia la sección donde espera el jefe, pasas junto a diferentes salas que albergan a su vez, diferentes grupos de trabajadores. Los pasillos son anchos para poder mover con facilidad materiales y maquinaria.

Abundan los pequeños bots de limpieza moviéndose con presteza entre los pies de los operarios, dispuestos a cumplir diligentemente con lo que se espera de ellos. 

Finalmente, alcanzas la sala donde espera el capataz... solo que en el despacho, no está solo.

El Dr. Dohn, miembro del consejo y experto en nanotecnología podría ser considerado el jefe superior de gran parte de lo que se hace en este nivel. Se encuentra observando unos mapas mostrados en una mesa de luz con hologramas. El modelo en 3D bien podría representar secciones completas del Búnker, pero el procesador acelerado de ese hombre hace que el modelo se mueva demasiado deprisa como para que un par de ojos normales identifiquen exactamente qué busca. 

Mientras Ulbreht examina estos modelos, el capataz se acerca al recién llegado.

 - Pasa. Al doctor no le llevará mucho acabar. 

Una vez ambos cruzan el umbral, cierra la puerta a su espalda. Guarda silencio in instante, con su habitual expresión rígida antes de dirigirse nuevamente a Frederick.

 - Este hombre necesita hacerles un encargo. Le he asegurado que son los mejores trabajadores que tengo en plantilla, así que espero que no me decepcionen.  - Mira hacia atrás, pensando quizás en la chica que falta, antes de seguir hablando - Frederick, te has adaptado rápido, pero no conoces todo el búnker, ni muchos de sus pasillos auxiliares. - Lo mira ahora directamente - Has demostrado que aprendiste bien en el lugar del que vienes, pero para lo que vamos a necesitar, te falta la chispa de querer mirar donde antes no se te hubiese ocurrido. Por eso necesitas a la chica. Trata de llevarte bien con ella. Es parte del trabajo y no admito una negativa.

Sé que harán buen equipo. 

Sin embargo, tienes un pequeño atraso en el ascensor. Alguien se ha dejado una pieza de vete-a-saber-qué, tirada en el peor lugar, y eso atasca la puerta del ascensor. No te llegará mucho tiempo restaurarlo, pero quizás llegues algo tarde a la reunión con tus jefes. Solo esperas poder ponerte al día rápidamente cuando lo hagas.

Nada más entrar mis ojos se desviaron al modelo tridimensional donde el tal doctor Dohn estaba analizando algo que no sabría decir el qué ya que la velocidad era demasiado para mí. De todas formas lo dejé pasar, no estaba para eso, o al menos eso creí en un principio, así que mis oídos prestaron atención al otro hombre, mi jefe.

Hasta que él no terminó no dije nada, aunque mi expresión de fastidio cuando mencionó que necesitaría a la chica ya lo hizo por mí sobre aquel….asunto. “Tendría que adaptarme” Me dije para autoconvencerme. Lástima que la paciencia no era mi mejor virtud.

Vi una pérdida de tiempo discutir sobre ello, estaba tan convencido de que nos completaríamos, laboralmente hablando por supuesto, y que tampoco aceptaría una negativa como él bien ha dicho que intentar negociar alguna condición no serviría de nada.

Me sentí halagado cuando mencionó que yo era uno de sus mejores trabajadores, fue duro conseguir tal reconocimiento en tan poco tiempo. Y siendo francos, había pocas cosas que se me dieran tan bien. Estaba orgulloso de ello.

-….De acuerdo. – Acepté no muy convencido, bueno, para ser más precisos es que no estaba para nada seguro de ello. - ¿Entonces eso quiere decir que una vez terminemos el encargo tendremos que estar…los dos…de una pieza? – Lo pregunté con ciertas reservas y una ceja enarcada. Trabajar conmigo no era para nada sencillo. Ni para los demás ni para mí.

Supuse que no me contestaría, después de todo ni era una broma. Era bastante obvio que tanto él como yo no teníamos precisamente sentido del humor. – ¿Qué debo saber antes de empezar o conoceremos los detalles juntos? Porque si nos ha llamado por separado…es que quería hablar de algo a solas, ¿no es así? Bien, ¿de qué quería hablar conmigo en privado? - No quise perder tiempo, él era un hombre sumamente ocupado, y a mí las conversaciones cuanto más cortas mejor, así que le pregunté de forma directa.

 - Solo una cosa - Bajando el tono considerablemente, aún sin alterar en nada su postura, para no llamar la atención del miembro del consejo que está a unos metros.

- Me ha llegado un rumor de los que alguien como yo no quiere escuchar. Dicen que alguien del Búnker está saboteando sistemas. Esa persona cree que debe ser alguno de los recién llegados, pero yo sé que eso es imposible.  - Mirándote significativamente a los ojos - Todos los recién llegados han sido sometidos a un escrutinio ilegal constante. El riesgo de infección no está solo en la sangre, según dice uno de los miembros del consejo, no se cual... Yo sin embargo estoy convencido de otra cosa. Creo que solo alguien que lleve viviendo aquí toda su vida podría haber hecho las cosas sobre las que se rumorea. 

Mira de reojo hacia la puerta - La muchacha está limpia, estoy casi seguro, pero no debes contárselo. No creo que supiese ser lo suficientemente discreta.

Sea lo que sea lo que ese hombre te pida, trata de ir más allá. Puedes usar tu nivel extra de seguridad para abrir algunas puertas, pero trata de no pasarte. La chica te ayudará.

Una vez logras zafarte de la presa del dichoso ascensor, mientras te preguntas quien sería el insensato que colocó tan jodidamente inaccesible ese gancho en las puertas del ascensor, pasas a toda prisa junto a diferentes salas que albergan a su vez, diferentes grupos de trabajadores con los que ya estás familiarizada. Muchos levantan una mano al verte pasar, sorprendes a algunos con tu carrera mientras que otros sencillamente se ríen mientras siguen con lo suyo.

Los pasillos son anchos para poder mover con facilidad materiales y maquinaria, gracias a lo cual no tienes ningún problema, más allá de saltar por encima de una carretilla elevadora para evitar un casi-atasco.

Abundan los pequeños bots de limpieza moviéndose con presteza entre los pies de los operarios, dispuestos a cumplir diligentemente con lo que se espera de ellos. 

Finalmente, alcanzas la sala donde espera el capataz. Allí están también Frederick, y alguien más...

El que me "espiarán" de forma constante no era lo que me preocupaba, tampoco tenía una vida interesante, así que el que tuviera que estar pendiende de mí....se llevaría una sorpresa si creía que los nuevos llamarían la atención. - Ya contaba con ello, después de todo la seguridad es importante. - Todo lo contrario que en el Hogar, donde se descuidó y ..bueno, no era necesario entrar en más detalles. - Dudo que hayan encontrado mi..."estilo" de vida entretenido.- Por llamarlo de alguna forma.

Pero cuando mencionó el sabotaje fruncí el ceño, solamente con pensar en la posibilidad de un topo o incluso un traidor, eso sí que me preocupó y no precisamente poco, más teniendo en cuenta de que donde vine el principio empezó así antes de irse de madre.

- No se preocupe, seré discreto. - Dije en un tono más bajo pero severo. Aquella situación me empezaba a desagradar y eso que todavía me faltaban datos, muchos datos, demasiados para mi gusto. Lo que sí estaba seguro es que necesitaría la ayuda de la mecánica, y de que posiblemente me oblgiaría en confiar en ella pese a que ganas no tenía. Siempre evitaba depender de los demás.

Más me valía que fuera pensando en como me las apañaría con la obtención de información, y  sin que me descubrieran claro está, tarea nada sencilla teniendo en cuenta que yo no crecí aquí. Carecía de la soltutar a la hora de moverme pore l búnquer, aún me faltaban lugaras que ver, gente por conocer y tampoco me preocupé de ello realmente. En ese momento, me di cuenta el motivo de necesitar a la chica. Además, según él no tenía nada que ver.

- Le mantendré informado, si averiguo algo, usted será el primero en saberlo. - Estuve dispuesto a ayudar aún sin saber la manera. Con el todo el trabajo que me costó tanto encontrar el refugio como adaptarme, que todo se fuera al infierno otra vez pues como que no. Si estaba en mi mano evitarlo en esta ocasión, lo haría. Se podría considerar que estaba...en deuda. Por supuesto nadie tenía porqué conocer mis motivaciones.

Maxinne finalmente entra en la estancia, donde están Frederik, el Capataz y un androide examinando un holograma de algo que deben ser planos de la estructura del Búnker. Las imágenes son demasiado rápidas como para que un ojo humano las capte.

Maldito caos, si dejan todo por ahi después pasan estas cosas...

Pensé llegando a la carrera con un cacho de metal en la mano. Al ver a capataz y a Frederik suspire disculpandome - Siento el retraso alguien dejo esto tirado y se atasco el ascensor - Les informe mientras mi mirada se desviaba hacia lo interesante el holograma y el androide.

- ¿Que me he perdido? ¿Que sucede? - Pregunte con interesa intentando prestara atención aquellas imágenes para ver si veia algo en ellas con mis ojos.

La esperada mecánica finalmente entró, había tardado más de lo deseado pero al menso ya estaba aquí, de esa forma podríamos tratar aquello que importaba y para lo que nos habíamos reunido. Ante la entrada de la joven levanté una ceja  y lancé un comentario de lejos jocoso. - Ya era hora. Por un momento creí que te habías perdido.

Me giré a nuestro capataz para continuar la conversación. - Me estaba contando de que nos tocaría trabajar juntos. - me había resignado, tenía razones para aceptar que me acompañara Maxinne. - El doctor...Dohn requiere que nos ocupemos de un encargo, y necesitaré que me hagas de guía. A grandes rasgos sería así. Faltan los detalles así que ahora que estás aquí nos pondremos con ello, hablemos con el doctor para que nos cuente lo que necesita. 

Crucé mis brazos y esperé, esperé o que el capataz tuviera algo más que decir al respecto o si mi ya compañera de a saber qué necesitara añadir....un comentario o idea. Yo estaba un poco perdido en mis pensamientos y reflexiones con una expresión ligeramente...severa.

El Capataz tomó el fragmento metálico que traía Maxinne para examinarlo mejor, con una expresión que dejaba intuir algo de extrañeza aguardó unos segundos más, por si sus dos trabajadores querían decirse algo más para ponerse al día, pero finalmente dice escuetamente:

- Investigaré de dónde ha salido esto. 

Es entonces cuando el androide que les acompaña parece terminar lo que quiera que estuviese revisando y mira a los dos últimos llegados con ojo crítico. 

- ¿Esto es lo mejor que me puedes ofrecer? - Dirigiéndose claramente al Capataz, quien permanece estático con estoica paciencia.

- Son dos de los mecánicos más expertos del búnker. 

- En ese caso, me conformaré. Firme la transferencia. - El capataz permanece estático un instante antes de empezar a moverse, casi se diría que a desgana, algo que el androide parece ignorar. Se para frente a una de las terminales y firma con su huella digital en el papel, como forma de confirmar... ¿El qué?. Solo entonces el capataz se gira nuevamente a los recién llegados para hablarles directamente.

- Desde este momento y hasta que el Doctor Ulbreht Dohrn así lo estipule, trabajarán directamente bajo su mando. Sus órdenes serán solo para ustedes y el trabajo que realicen se considerará Confidencial. Tal es el deseo del miembro del consejo, y yo he dado mi consentimiento para transferir su mando. Haced un buen trabajo.

No hay ni una sola gota de emoción en esas palabras. Posiblemente el rostro biónico del androide transmita más emociones, pero nunca puedes saber cuando es una mera simulación y cuando una emoción real.

- Gracias - Interviene entonces el nombrado miembro del consejo - Puede retirarse. - El nombrado intercambia una última mirada con cada uno de los presentes, y finalmente abandona la habitación. Cuando están solos los tres, el doctor Dohrn tantea nuevamente la terminal durante un segundo, momento en el que las luces de la sala parecen vacilar levemente, antes de hablarles directamente. - Señor Ashton, señorita Bishop... ya he leído sus informes, pero antes de ponernos a trabajar quiero que cada uno me explique porqué su capataz considera que son sus mejores hombres, y quiero que me expliquen cual es su especialidad en este nivel.

Al principio no entendí muy bien qué estaban haciendo tanto el capataz como el… ¿doctor? “Burocracia” Pensé como si fuera la respuesta para estos casos. Por lo visto ahora el doctor Dr. Ulbreht Dohrn sería nuestro superior hasta nuevo aviso, imagino que cuando termináramos dios sabe qué todo volvería a la normalidad.

Hasta que el mencionado no se dirigió a ambos nosotros dos, guardé silencio, una de las cosas que aprendí es que salvo que te pregunten directamente es preferible no entrometerse en las conversaciones de los superiores.

Me sentí…ligeramente incómodo con un androide delante, más si ahora tendría que estar a sus órdenes, la incapacidad de saber si su comportamiento es un programa o restos de su humanidad era cuanto menos molesto. Aun así, actuaría como siempre, una orden es una orden, las cumpliría en mayor o menor grado dentro de mis posibilidades y punto.

Opté por empezar primero. Seguridad ante todo -  Cómo bien sabrá llevo residiendo en el búnker escasamente un año y en la actualidad mi puesto es de operario de extracción y refinería gracias a mi habilidad a la hora de tratar el metal. No encontrará a nadie mejor en ese campo. – Empecé a decir sin vacilar, no me consideraba modesto así que no tenía necesidad de aparentar lo contrario.

-  También soy capaz de reparar hardware, aparatos electrónicos,  incluso armas, cualquier cosa que llegue a mis manos. - Claro que había más cosas que sabía hacer, pero no vi conveniente saberlas, después de todo, había mencionado que echó un vistazo a nuestras fichas, así que si ya conocía nuestras capacidades, ¿para qué pregunta? No le veía sentido. 

Si ya había acabado conmigo, le tocaría turno a la chica, la cuál parecía callada.

Otros podían mirarlo con recelo o poner caras ante sus palabras poco amables pero yo lo ignoraba por completo en esos sentidos y lo miraba como analizando cada una de las partes de su cuerpo que no eran humanas, como podían funcionar, como se acoplarían a su organismo, todo.

Cuando mi compañero termino de hablar yo simplemente me encogí de hombros.

- Tienes ahi nuestras fichas por lo cual en la mía puedes ver que he trabajado en todos los sectores posibles nunca he dejado un trabajo sin finalizar por muy complicado que pudiera ser, conozco la maquinaria como a mi misma - Le dije con claridad sin quitarle ojo de encima, preguntándome que requería de nosotros con tanto secretísimo, algo me decía que no seria nada bueno, eso seguro.

- Y mi especialidad... Diria que las reparaciones, no hay nada que el capataz haya puesto en mis manos y no haya reparado y ya sea mecánico, tecnológico o informatico. - Yo no tenia una especialidad con un nombre en concreto, lo mío era tocar, analizar y probar, no era química, o medico, o piloto...

- Una respuesta mecánica podría bastarle a otros, pero no a mi - Pone las manos a su espalda - En cualquier caso, no tenemos tiempo para una valoración psicológica completa, por lo que me tendré que conformar con esto. 

Da un par de pasos a un lado de la habitación y toma una caja. 

Dispersa sin demasiado cuidado su contenido sobre la mesa. - Antes de encomendarles la tarea real, haremos una única prueba de aptitud. Solo confío en lo que yo mismo puedo ver. 

La tarea es sencilla.

Quiero que me digan todo aquello que podría llegar a construirse con estos objetos, o con ellos y una única pieza más, de similares dimensiones.

De un primer vistazo, cuesta saber si estas piezas han estado formando en algún momento parte de algo, o qué se podría llegar a construir. Es especialmente desconcertante el detalle de "con una pieza más", por lo que las opciones se multiplican. 

- No serán válidas las respuestas que simplifiquen el problema a un simple objeto decorativo. Espero algo de utilidad de este ejercicio.

Tienen hasta el mediodía. Regresaré antes del fin de este turno.

¿Tienen alguna pregunta?

No pregunte nada pero aquello no me gusto en absoluto ¿Una prueba? ¿Estábamos en el colegio ahora?

Nos habían "cedido" aquel hombre como si no fuéramos mas que objetos de trabajo, un mísero destornillador en manos de otro. sin preguntarnos si queríamos o no, es decir obligándonos básicamente, y encima ahora nos tenían que andar haciendo pruebas y memeces para ver si éramos aptos para a saber que...

Yo es que alucino, y aun mas teniendo en cuenta que todo es súper secreto...

Estaba tan perdida en mi cabreo interior que no me daba centrado en lo que tenia delante, pero hasta que al menos me cagara en todo internamente y por lo bajo para que negarlo, no seria capaz de centrarme y comenzar a tocar y mear aquello.

- Puta mierda, ni que fuéramos un jodido martillo que prestar, y encima sin decirnos nada, y ahora anda con jueguecito... si no fuera un inútil de mierda se hubiera quedado aquí el capataz, pero ese no sabe arreglar ni la puerta de su casa... - Rumiaba por lo bajo de mal humor.