Partida Rol por web

Había escuchado con atención esas palabras que Rachel me dedico, esa conversación unidireccional en donde no tenia sentido preguntar mucho mas o al contrario las preguntas salían por si solas, pero ya no me quedaba mucho mas tiempo si deseaba seguir siendo yo. Aunque ahora mismo me preguntaba quien era realmente, al parecer el bunker siguió siendo un lugar de secretos, un lugar que se movía de credenciales y de niveles de seguridad donde le pueblo solo escuchaba el silbido de los gritos de quienes movían los hilos. Llegado a ese punto me pregunte, si perder mi pierna, ojo y parte de la identidad, para conseguir lo que conseguimos en la revuelta, realmente mereciera la pena o simplemente fue un caramelo dado para acallarlos.

Fuera lo que fuera era momento de salir de allí, de volver a la realidad y hacer lista de lo que había encontrado, realmente ahora mismo diría que apenas algo de utilidad real, pero debería estar descansado, mas tranquilo, sosegado y repasar lo vivido para saber realmente que fiera útil o que no.

Las voces a mi alrededor se hacían fuertes, pesadas a veces, un signo de que la gente estaba impaciente a mi regreso. -Nos vemos ahora Rachel. -Me despedí simplemente, antes de empezar la emersión.
Salir de la mente de Rachel esperaba que fuera mas fácil, mucho mas rápido y que desgastara menos. Después de todo el camino ya estaba hecho ahora solo restaba recoger sedal.

El bot observa la reacción del chico cuando intenta asimilar toda la información y el comentario que hace con sarcasmo le hace gracia, pero por desgracia en estos momentos le es imposible gesticular. Finalmente llega a una conclusión que no es del todo correcta pero esta bien encaminada.

- Yo creo que es como tu dices, mi consciencia, mi alma por decirlo de alguna manera, se metió en el sistema. ¿Como? No tengo ni idea, pero fue así me guste o no. Con respecto a estar dentro de este cacharro, eso fue decisión mía y cuando lo hice no estaba así de mal. El bot se gira y mira hacia el Dr. Arthur. - El me hizo esto al pensar que era un bug. Empezó a despedazarme hasta que me hice el muerto y por eso estoy así ahora. ​Poco después el chico comienza a trabajar de nuevo con el bot y este guarda silencio ya que no quiere molestarlo mientras trabaja. 

Frederick se toma su tiempo, pero cuando termina el bot permanece quieto un minuto mas y tras ese minuto poco a poco comienza a mover su boca y comienza a gesticular con otras partes e la cara. - Buen trabajo, esta claro que no te darán el titulo de Mr. simpatía, pero si el de las manos mas hábiles. De esa manera el bot agradece su trabajo al chico y seguidamente escucha lo que Frederic le dice.

El bot guarda silencio unos segundos cuando el chico termina de hablarle y lentamente lleva su mirada a la de el para responderle. - El único nombre que podría decirte es el del Dr. novack, por lo demás no podría decirte. Los que estamos ahí no tenemos caras así que no les puedo reconocer y ademas llevo poco tiempo ahí, no tuve demasiado tiempo de socializar con todo e mundo. Al terminar de hablar, el nuevo rostro del bot se vuelve mas serio antes de comenzar del otro amiguito como dijo Frederick. - El otro.... no tengo ni idea de quien es, pero me da que es uno de esos devoradores que te comente antes.... uno de esos locos. El bot mira hacia un lado y luego de nuevo al chico. - No estoy seguro, pero cabe la posibilidad. 

- Usted verá con lo que quiere perder el tiempo. Aquí no debe quedar nadie que sea 100% orgánico.- Comenta con algo de desprecio mal disimulado, pero ante la mirada de cuarentaidos entiende que se refiere a algo más.
- ¿Habla de mi? - enarca una ceja, casi incrédulo, pera un momento después fruncir aún más si cabe su ceño eternamente fruncido.  - A, no. Por ahí sí que no. Pasé cuatro malditos meses siendo sometido a toda clase de escáneres, pruebas y test. Y por si eso fuera poco, en la sección médica se han tomado sus propias libertades, bajo la vigilia del aquí presente Dr. Arthur. 
Si necesita saber algo de mi historial médico, pregúntele a él. 

Poco quedaba que se pudiese decir entre ambos, y poco a poco te repliegas sobre tí mismo con más preguntas ahora que certezas, pero sí la pesada seguridad de que necesitas poner en orden tus ideas y descansar. ¿Cuanto tiempo habrá pasado?

Entre las nieblas de la desconexión te siguen llegando voces con significado. Cuarentaydos ha hecho una propuesta que Grend no se ha tomado a bien.

Llegas a captar con más exactitud sus últimas palabras.

- Y en cualquier caso, cualquier persona puede ser reprogramada. Todas las personas se rompen... Y eso debería saberlo usted mejor que nadie, señor Cuarentaydos.

La voz de ese hombre te llega distante. Se está alejando.

Regresar en tí es similar a salir desnudo del calor acumulado entre mantas nuevas. Se te eriza la piel y no puedes evitar la leve sacudida de un escalofrío al contraste de la temperatura exterior. Parpadeas...

Ha sido fácil. Sigues entero. Todo lo sientes un poco distinto, pero seguro que sólo se trata de un residuo que desaparecerá en unos minutos... seguro...

En ese momento, Nadia se acerca con una medicina entre las manos y mira alternativamente a unos y a otros, como no atreviéndose a intervenir. 

Su tono es lo bastante alto como para que otras personas en la sala lo escuchen con claridad.

- Si necesitan algo de mí, estaré en la sala anexa. - No da opción a réplica cuando da la espalda a los otros hombres con los que discutía y comienza a andar en dirección a la puerta, pero tras dos pasos se detiene sin volverse y añade:

- Y en cualquier caso, cualquier persona puede ser reprogramada. Todas las personas se rompen. 

Y eso debería saberlo usted mejor que nadie, señor Cuarentaydos. - Es imposible adivinar el tono en el que dice esto último. Una vez dicho esto, y aparentemente sin importarle posibles respuestas, sigue su camino hacia el exterior, seguido de cerca de Nadia.

Mientras Grend se está alejando, Utolsó se remueve ligeramente desde la camilla en la que está recostado y comienza a parpadear.

Al percibir este cambio, el Dr. Arthur se apresura a tomar una pequeña linterna e inclinarse sobre el tentido para comprobar la dilatación de los párpados, pasándolo alternativamente de un ojo al otro.

- Buenos días. ¿Recuerdas dónde estás? ¿Recuerdas mi nombre? ¿Cómo te sientes?

Probablemente apabullar a un recién despertado con luz y preguntas no sea la mejor forma de despertar, pero salta a la vista que el joven doctor está hecho un manojo de nervios.

Cerca está Cuarentaydos, dentro de su silla médica.

La mesa en la que estaba instalada la maquinaria para interrogar al Hacher está abandonada, y el torso apagado.

Frederick está en una mesa cercana, trasteando con un nuevo androide, aprobechando otras piezas que tenía Arthur desperdigadas por otras mesas.

Grend y Nadia están saliendo, el primero con una mano puesta sobre las vendas de la herida que tiene en la cabeza, mientras la contraria lanza miradas alternativamente hacia atrás y hacia el hombre que tiene que atender.

Parece que Utolsó se recupera. Es tal el ajetreo que es inevitable prestar un instante de atención para estar al tanto de lo que pasa, pero entre ustedes aún pueden hablar en relativa privacidad.

Igualmente, tarde o temprano será buena idea poner cosas en común.

La luz directa te hace daño a los ojos, pero te termina de traer de regreso a la realidad.

Sientes el brazo con el que estabas enlazado a Raquel dormido. Pasará en uno o dos minutos, pero al comenzar a moverte sientes que el picor incómodo hace aparición.

La militar observa cómo se mueve cada uno de los integrantes de la sala, apoyada contra una pared desde la que podía ver a todos sin interferir con el movimiento de ninguno.

Cuando Grend abandona la sala aún permanece unos instantes donde está y se asoma , siguiendo a la pareja por donde se ha ido.

Aparentemente conforme, enfunda su arma y se acerca hacia la mesa en la que Frederick trabaja, con intención de sentarse mientras mira de reojo a los "bellos durmientes" un poco más allá.
 

- Basta con que me digas que todo el paripé ha servido de algo.

Murmura de tal forma que sólo ustedes llegan a escucharla.

No sabes mucho de ella. Sólo que llegó al Búnker a la vez que lo hizo Frederick, por lo que, mínimo, se conocen.

Con tigo y con todo el mundo en general siempre fue muy seca y poco comunicativa. Cuando la asignaron como guarda de las zonas civiles no te extrañó en absoluto. Tiene ese tipo de mirada que incita a no querer ni pisar el césped en zona prohibida.

Información, demasiada, especialmente al existir vacíos, piezas faltantes de un puzle en exceso grande y tedioso de montar. Por cada respuesta, multitud de preguntas asaltaron mi mente. Con la mano en el mentón, observé mi obra, e incliné a un lado mi cabeza mientras que el bot se dedicó a proporcionarme algunas de esas piezas faltantes. Ante su comentario fruncí el ceño. – Evidentemente, no me dieron el cargo que tengo por mi cara bonita, aunque también podrían haberlo hecho. – Añadí con una orgullosa sonrisa esbozada.

Siempre fui de actos, más que de palabras. Y un nuevo nombre pronunciado provocó que mis cejas se alzasen por el desconcierto inicial.- ¿Novack? ¿Qué me puedes decir de ese nombre? ¿Qué has escuchado? – Pregunté de forma directa, sin rodeos. Por otro lado, se hizo fuerte la sospecha de que el otro, ahora silencioso, llegó a formar parte de los mencionados devoradores. Muy fuerte. Una idea que se asentó con contundencia en mí.

Me perdí en mis pensamientos, en mis elucubraciones. Quise encontrar un poco de luz entre tanta oscuridad, al menos saber qué diablos estuvo pasando los dos últimos días y qué tenía a mi disposición. Las palabras del  coronel captaron mi atención sin ser del todo consciente de qué a se refirió el hombre, o a quién. Después el doctor, en apariencia, se puso a preguntar a alguien, tal vez al técnico de redes que regresó del mundo de los sueños.

Pero es Deborah quién definitivamente se llevó toda mi atención al acercarse y lanzarme aquella pregunta con un tono cargado de fastidio. Me tomé mi tiempo en pensar una respuesta. – Aún no estoy seguro de qué le ha pasado, pero por lo visto, cuando alguien muere, su consciente, y algunas memorias, se trasladan de alguna forma, y por alguna razón que todavía desconozco, al sistema. Que a su vez, los considera una amenaza. -  Le dije a la militar con la esperanza de que al explicárselo, yo mismo pudiese llegar a una conclusión.

El crácker podría ser algo similar, o no. Ya que existe una diferencia abismal entre los dos: el medio. Mientras que el otro, el maldito crácker de los huevos se había quedado en la red, que si hubiese querido, el búnquer lo tendría a su disposición, él tiene un cuerpo físico. – Comenté a mi colega. – Hay más como ellos dos, y parecen que hay una guerra entre bandos, los del crácker se comen a los otros. O eso me ha parecido entender. – Continué con la explicación, aunque no dije más, la observé de lado con la sospecha de que el cerebro de Deb amenazó con explotar en cualquier momento.

Como resumen, quiero saber quiénes son, como contactar con ellos. Si hay más como el que dijo llamarse Christopher Grend, hay que pararlos antes de que sea tarde, y sus enemigos podrían ser nuestros aliados. Ya sabes, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. – Solté un suspiro de cansancio a modo de una muy necesaria pausa. -  Además, podríamos encontrarnos con viejos conocidos….siempre y cuando toda esta historia sea real. Que la verdad, tengo que admitir que no sé qué pensar. Así que seguiré investigando, me vendría bien la ayuda del especialista en esto. Me gustaría conocer su opinión. Y bueno, hay que organizarse y ponernos al día. – Comenté con la mirada puesta en el Utolsó durante unos segundos.

Mis analíticos ojos se clavaron en el bot, que gracias a mí ganó expresividad. - Y bien, ¿sabes algún modo de como contactar con el resto? – Formulé aquella pregunta con los brazos cruzados.

El Coronel monta su rabieta personal... en parte con razón, en parte sin demasiada lógica, ya que es algo necesario. Cuando se ha marchado, suspiro.

Tan sólo necesito cotejar los datos... para descartar posibilidades.

Mi voz suena resignada... no parece haber mucho que poder hacer al respecto ahora.

Bienvenidos.

Digo, a la pareja de recién llegados, al notar que han vuelto con nosotros de entre los sueños. Les sonrío con amabilidad y asiento con la cabeza.

Tomadlo con calma, volver al mundo real suele más duro de lo que parece.

Me planteo seguir, pero prefiero dejar espacio a que hagan lo que desean. Desde mi posición me fijo en la interacción bot-Ashton, tratando de entender cómo va la cosa, a grandes rasgos, en la distancia.

Quiero observar cualquier cosa fuera de lugar desde mi posición.

Ahora el Bot tiene el rostro completo, lo que le facilitará bastante la labor de gesticular y espresarse... si es que el programa o lo que quiera que tenga dentro instalado tiene funciones para aprobechar tal cosa.

Te llama la atención que Frederick ha estado escuchando con atención lo que decía el Bot. Puede que tu intuición la intimidad entre ambas sea cierta o puede que se trate de algo más circunstancial. Al fin y al cabo, la batería acaban de enchufársela también. La actitud de Frederick, si bien siguie siendo seria, parece abierta. Lo está escuchando.

Cuando se ha acercado Débora a su posición y se ha sentado, ella ha dicho algo corto. Probablemente una pregunta, o algo que no esperaba la reacción del contrario, a juzgar por su expresión.

Ahora sí, dos cosas te sorprenden. Una, que Frederick está hablando. Y habla... y habla. Probablemnte esté diciendo más cosas que en todo el tiempo que lleva que lo conoces.

Y lo segundo es la expresión de ella. Si se ha sorprendido tanto como tu, no te extraña. Su expresión es de extrañeza a incredulidad. Está mirando al Bot como si fuese un alienígena o un perro verde.

- El doctor Novak fue alguien muy apreciado por muchos de los que son como yo ahora. Durante muchos años se mantuvo tranquilo, pero cuando murió su mujer se enfado mucho y desde entonces a empezado a mover a muchos de los nuestros para manejar mas información. El bot se gira al escuchar como la militar se dirige hacia ellos y decide guardar silencio.

Quieto escucha como Frederik comienza a contarle todo lo sucedido y aunque no le gusta mucho la idea de que ella lo sepa, finalmente al escuchar como se dirige de nuevo a el decide moverse y seguir hablando. -¿Con quien quieres contratar? ¿Con Novak? El bot guarda silencio unos segundos. - No creo que sea muy buena idea, pero si quieres podríamos ponernos en contacto con la ciega, quizá ella pueda aconsejarnos para así saber que hacer.

La expresión de la mujer cuando escucha la larga explicación es indescifrable.

Cuando termina de hablar, y toma la palabra el Bot, su mano se tensa sutilmente sobre su arma, pero no reacciona de inmediato. En su lugar, lo analiza de hito en hito. Sin apartar la mirada dle cacharro, responde a Frederick casi como si hablase con ella misma.

- Menos mal que te pedí una respuesta de "Sí o No".

Si aquello era algún tipo de broma entre ambos, ella no mostró ninguna clase de humor. Entonces añade, refiriéndose al Bot.

- No tiene identificación. ¿No tenían todos los ciudadanos androides una? - Desconfía, es evidente. pero algo le hace dar un boto de confianza a todo aquello, aunque a alguien que acaba de llegar con la película a medias y acostumbrado a otro tipo de situaciones probablemente le cueste captar los detalles.

Entonces bufa - pero probablemente eso ya lo hayas notado. - Entonces se gira otra vez hacia Frederick aunque no deja de mantener al bot en su campo de visión. - ¿Alguna manera de estar seguros... - Y hace incapié en esa palabra - Completamente seguros de que no se trata de otro tipo del bando opuesto que trata de engañarnos?

Cerré los ojos por instinto al sentir la luz quemarme la corneas, intente tapar aquella luz con la mano, pero esta no me respondía como debería. -Es raro. -Pensé mientras un hormigueo recorría mi cuerpo.

Palabras sesgadas llegaron a mis oídos mientras el borrón que estaba sobre mi, empezó a tomar apariencia humana.

-Arthur, la luz me ciega. -Fue lo único que respondí al Doctor, después de todo no podía dar una respuesta correcta a las otras cuestiones, pues no estaba seguro de que me había preguntado.

Sin llegar a levantarme moví la cabeza para observar a todos los presentes y lo primero que observo fue a Nadia y Grend quienes están abandonando la estancia, no muy lejos esta Frederick y solo cuando escucho la voz de 42 decido preguntar. -¿Volver? humm... ¿Que ha sucedido? ¿Grend parece herido y la maquina esta ¿Apagada? -Era ilógico que ambos Grend se hubiera atacado uno no tenia cuerpo, tan solo un torso. -¿Y Rachel, esta consciente? -Intente incorporarme, mientras apretaba el puño del brazo que tenia entumecido, para recuperar la sensibilidad.