Partida Rol por web

Cham levantó una ceja ante el comentario de Keyla y no pudo evitar reírse, aunque esto le causaba algo de dolor.

—Mira, no te me pongas pesada... que yo pude ver como llorabas cuando casi pisaba... el otro barrio.

Entre la calidez de la conversación, poco podría concentrarse además de su trabajo.

- Gracias - Dijo en un susurro sincero. - Te alcanzaré tan pronto como lo alcance - 

Su mirada era sincera, y sus piernas fueron rápidas. Comenzó a correr hacia la enfermería. Tenía que encontrar pastillas. Las necesitaba... notaba como su cuerpo temblaba y estaba a punto de saltar a la mínima.

—Yo le cubro doc.— dijo Wilson apuntando con su arma la habitación —¿Puede haber alguno de esos bichos en estado larvario por aquí?

Revisaba la estancia nervioso...

La acción del aire comprimido y del cepillo limpió los filtros, haciendo que el ruido volviera ser menos grave, pero de pronto Rye fue consciente de que habían cometido un tremendo error: la parte posterior era una zona oscura y muy húmeda, propicia para el crecimiento de los sacos de huevos; al limpiar los filtros y golpear los sacos habían llenado los conductos de ventilación de motas, y en consecuencia, toda la nave.

Davis salió corriendo por el pasillo, un escalofrío recorrió su cuello al ser consciente de que no iba armada y que algo se movía a sus anchas por la Cronus. Llegó a la bahía médica y la puerta se abrió, todo estaba como lo habían dejado y cogió el pastillero de donde lo había dejado. Ahora tocaba registrar los armaritos y cajoneras en busca de algo que le permitiera tranquilizarse.

Flynn miró a Wilson poco convencido pero al final entró en el laboratorio, a pesar de moverse con cuidado quedó patente que no estaba acostumbrado a manejarse entre objetos delicados y acabó golpeando varios sacos de huevos que explotaron con un chof quedando posteriormente como una pasa arrugada.

El doctor se giró hacia Wilso como comprobando que seguía con el casco puesto: Los siento, estoy un poco nervioso. Se acercó a los huesos y los examinó con cuidado y se separó de ellos con un repullo cayendo de culo sobre otro saco de huevos: Hay huesos que no son humanos, y más grandes que lo que salió de la cabeza de Cooper...debe haber un espécimen más grande. Dios, todos estamos en peligro...tenemos que salir de aquí, esto parece un nido....

Se puso de pie rápidamente pero sus mano izquierda se había impregnado de la sustancia negra del suelo; la miró aterrado y comenzó a sacudir la mano y a limpiarse en los pantalones: No, no, no,..... En ese momento quedó como bloqueado, en shock, sacudiendo de forma repetitiva la mano incluso cuando ya no tenía restos.

- No creo que podamos remolcar a la Cronus con la Montero, no están preparadas para eso - dijo convencido. Entiendo que te sientas más cómoda en tu nave pero por lo que habéis contado es más pequeña y deberíamos asegurarnos que cortamos el paso de aire de una a otra para no contaminarlo.

 La mujer permanecía callada desde el tic nervioso de Miller, manteniendo un par de pasos de separación con ella.

- No podemos abandonar la Cronus, ¿sabes lo que vale esta nave y el paquete que nos puede caer? Deberíamos reparar la Cronus y dejar la tripulación mínima para que puedan llevarla a Anchorhead, el resto podemos ir en la Montero y viajar más rápido, supongo que ya os estáis retrasando para vuestro propio cargamento - esto ultimo estaba dirigido a Miller.

- No es que quiera abandonar a la Cronus, no creo que nos lo permitiese la compañía. Pero es cierto que ahora mismo es un riesgo alto para todos nosotros, y no funciona. Dedicarle tiempo a arreglar la nave todos aquí, es exponernos innecesariamente, creo. Lo mejor sería, como plan de contingencia, trasladar la información, equipos y muestras necesarias a la Montero para que, en caso de vernos abocados a ello, poder escapar sin perderlo todo.

Miller observaba a ambos tratando de averiguar sus pensamientos.

- Cuando lo tengamos todo asegurado y estemos a salvo en la Montero, decidiremos cómo arreglar la Cronus y cómo limpiarla. Hay muchas matas de huevos de esas por aquí, y no olvidemos a nuestro amigo de las garras. En la Montero tenemos una unidad incineradora con la que seguro que vuestro Marine podrá limpiarlo todo. Seguro que Rye, con los materiales adecuados, podrá arreglar la sala de mandos en menos de un ciclo. ¿Os parece?

Johns miró a Clayton y luego asintió a Miller: Supongo que es peligroso ahora mismo seguir aquí con lo que sea que está recorriendo los pasillos, pero debemos estar absolutamente seguros de que la Montero es segura o acabaremos en un espacio más pequeño con el mismo problema.

Davis llegó a toda velocidad a la enfermería. Localizó su pastillero en la mesa donde lo había dejado y dio un rápido vistazo a la sala. Buscó primero en estanterías o armarios transparentes algún bote aparente con alguna medicación que conociera. Si no pasaría a abrir los cajones. La idea era abastecerse, guardando las pastillas en uno de los bolsillos del traje, y dejando el pastillero vacío por ahora por si esa soldado decidía pedírselo.

Una voz con el alijo en su poder volvería, corriendo de a la armería. Contra menos tiempo pasara mejor...

Wilson intentó mantener la calma para no desperdiciar el aire. En ese momento se dio cuenta de que estar aislado era lo más importante. Se desplazó lentamente hacia la puerta para salir de aquella sala. Miró el panel de la puerta ¿se podía mantener cerrada desde fuera?¹

—Doc... ¿qué pasa? ¿qué es esa sustancia?

Su pistola apuntaba hacia el interior del laboratorio. Hacia el doctor de hecho.

—Está infectado ¿no es así? Esa mierda es la que infecta al huesped ¿verdad? Escuche: ¿cómo podemos procesar la cura? Ahora mismo usted también la necesita ¿no es así? Cálmese y dígame que debemos hacer.

Wilson ya estaba en el pasillo e intentaba vigilar el pasillo a la par que al doctor.

Wilson comprobó que, como sospechaba, el laboratorio no se podía mantener cerrado desde fuera, no era un espacio de contención. Miró a Flynn pensando que en cualquier momento le estallaría la cabeza y nacería otro xenomorfo pero tras unos segundos se dio cuenta de que el doctor había entrado en pánico. Respiró aliviado al no tener que enfrentarse solo a uno de esos bichos, pero concluyó que necesitaba traerle de vuelta a la realidad para que le contestara.

Davis empezó a abrir puertas y cajones lo más rápido que pudo, abría y cerraba, abría y cerraba..casi no le daba tiempo a ver el contenido de los espacios que examinaba porque si tardaba demasiado no sabía cuál podría ser la reacción de Reid. Si no fuera por la fila de tarros con especímenes, dos de ellos con bichos como el que había matado a Cooper podría jurar que estaba en la enfermería de cualquier estación espacial, pero al parecer los habían matado al extirparlos de los huéspedes.

Por fin consiguió localizar cuatro botiquines personales con material quirúrgico básico y dosis de distintas drogas y estimulantes. Leyó las etiquetas y sus ojos se iluminaron como un niño ante una fuente de galletas, tomó con cuidado uno de los inyectables, se lo llevó al cuello y apretó el botón del émbolo. Fue sintiendo cómo el líquido entraba en su torrente sanguíneo y su cuerpo se relajaba casi de inmediato.

Cerró los ojos unos segundos para dejar que terminara de hacer efecto y cuando los volvió a abrir tuvo la sensación de que nada era tan grave como le había parecido un minuto antes. Entonces sus ojos se fijaron en algo que permanecía debajo del escritorio y encima de una cajonera, casi pegando a la pared había otro botiquín pero al abrirlo descubrió seis inyectables con un líquido grisáceo...¡La cura que llevaba Cooper!

- Deberíamos contactar con los demás y explicarles el plan, dijo al ver que ninguno de los oficiales se decidía a ponerse en acción. Deberíamos usar los comunicadores de la nave.