Partida Rol por web

-Está bien... tomemos todas la precauciones que podamos. Supongo que... no se puede rechazar una oportunidad así... a pesar de que impone mucho.

Se encogió de hombros, sabía desde que había abierto la boca para protestar que no harían algo distinto a lo que estaban haciendo: aceptar, y jugársela. Ella también. Sonrió a medias, tímidamente. Si iban a ser sus anfitriones, sacaría de la experiencia todo lo que pudiera, satisfaciendo su deseo de conocimiento hasta donde se dejaran.

Pues venga capitán diga les que nosotros no tenemos soporte para todos ellos yendo despiertos, pero que si se avienen a ir hibernados casi todos, por nosotros encantados de ser sus transportistas- y una sonrisa genuina se dibuja en mi cara.

El capitán os escucha y asiente, volviendo a comunicarse con los seres mentalmente y llegando, aparentemente, a un acuerdo con ellos. -Aceptan, siempre que dos de ellos permanezcan sin criogenizar y armados. Sobre eso son inflexibles. Como nosotros también podemos estarlo, supongo que la cosa se compensa. Parece justo. Les he explicado lo de la "visita" que esperamos. Vámonos.-

En efecto, comenzáis a moveros. Los alienígenas cargan con equipo de todo tipo. Son fuertes y ágiles, los condenados. También os parecen fríos, pero eso es quizá porque no entendéis bien su comportamiento e idioma.

Al salir de la base, el puente brillante se activa de inmediato, permitiéndoos el paso. A través del casco, estos seres explican a vuestro líder que se activa al detectar el deseo de pasar. Increíble. Es entonces, cuando habéis cruzado, cuando recibís el mensaje de Berenice.

-¡Ca...án!...api..., p...fav... re...nda...Van...ent...! ¡...pue...imp...rlo...Por...vor...api..., r...ond...¡Po...avo...-

-¡Joder! ¡Vamos!- el salto hacia delante de Dante hace que el capitán se vuelva hacia los alienígenas y les informe de lo que esa señal significa o podría significar. Entonces, se unen a vuestra carrera.

El cansancio se cobra su precio, y Vic lo está, está cansada. O quizá, aunque no lo quiera admitir, no quiere dejar a los heridos atrás. Lo que sea, el caso es que su carrera es cansina, y al paso de los rezagados.

Dex apenas puede correr sin sentir que las tripas se le pueden desparramar por los suelos en una de las zancadas. Con un trote leve y doloroso, se mantiene pegado al capitán y con el arma preparada.

-¡Jared! ¡No te arriesgues demasiado! ¡Ganad tiempo hasta que lleguemos los demás! - grita a su compañero, mucho más rápido pese a tener heridas aparentemente más graves que las suyas.

-Joder, no se entendía mucho, pero sonaba mal - murmura entre jadeos mientras abre su comunicador.

-Berenice, aguanta. Ya estamos subiendo. Acércate todo lo que puedas al cerro. - su tono es ahora más calmado, intentando transmitir una seguridad que no tiene.

Corro , sabiendo que tenemos que preparar el zapato ,para cuando lleguen los mas rezagados no tengamos que esperar- _ voy preparando a zapato chicos , peros daros con los pies en el culo.

Al llegar al final de las escaleras estáis realmente reventados, incapaces de hacer otra cosa que tiraros al suelo y boquear unos instantes. Los alienígenas, en cambio, parecen estar en buena forma y se asoman por las ventanas. Sea lo que sea que han visto, les preocupa, pues desenfundan sus armas.

Cuando también os asomáis, observáis el pico en el que estáis libre de enemigos, pero en la ladera de enfrente está vuestra nave, la Emperatriz, anclada en tierra. Y junto a ella, otra nave, más pequeña, de combate. Esta tiene las puertas abiertas y un grupo de hombres armados está saliendo de ellas.

Veo lo que está ocurriendo allí cerca y bajando la voz e intentando esconderme lo mas rápido que pueda...Mierda , escondeos, espero que no nos hayan visto , así por lo menos tendremos una oportunidad

-¿Qué es? ¿Qué pasa? - responde por el comunicador sin alzar mucho la voz, pese a estar lejos de Artemis.-¿Ves a Berenice?

Dex, a la espera de respuestas que le den una idea de a que se enfrentan, baja un poco el volumen del aparato y reduce el paso, avanzando con cautela hacia la salida. "Rencorosa" encabeza la marcha, asida firmemente y sin seguro. El dedo de su portador acaricia nerviosamente el gatillo, frotándolo de una manera casi obscena.

-No hagas ninguna locura, Art. - musita para si mismo.

Justo detrás de Dex, Vic corre cuanto puede, la pistola alzada. Resollando, apenas puede escuchar el breve diálogo entre el muchacho y la piloto, y lo que representa.

-¿Qué... uf, qué dice Art... Artemis? Joder.... ¿y tú...? ¿cómo lo... llevas...?

Dex está malherido, y, sin embargo, sigue al pie del cañón, sin emitir una sola queja. Vic se siente un títere inútil a su lado. Poco ayuda, pero no piensa aflojar tampoco.