Partida Rol por web

Rinji  no pudo sacar nada de los rostros de los jueces, quizá cierto deje de sorpresa en el rostro del anciano Asahina Tamako.

Tras la primera prueba, pasado un tiempo prudencial, Doji Shizue volvió a levantarse nuevamente.

-Como bien se ha dicho, la siguiente prueba tratará de una conversación sobre un tema predefinido, y se harán dos grupos para ello-

-El grupo que logre defender más su tesis, será el vencedor, se darán puntos adicionales según el manejo personal de las palabras-

-Hoy se debatirá aquí, el precio del hierro cangrejo, el cual suministran los Yasuki con total cuidado, debido a las necesidades de la muralla-

-Los grupos quedarán así-

-Primer grupo y primeros en hablar, Doji Sora, Isawa Hanako, Rinji, Otaku Yumiko, Bayushi ujio-

-Segundo grupo, Shosuro Hidetora, Hida Giichi, Shinjo Hikari, Ikoma Tenbo, Mirumoto Kiyomasa, Isawa Sun-

-Que empiece el debate-

niega con la cabeza tu actuación, no eres capaz de ver más allá de ese gesto superficial.

Tras hacer los grupos, Rinji es el primero en hablar dentro del suyo. Es claro y conciso, no se corta un pelo.

- Defendamos.  El cangrejo estará fuera de esta prueba. Seis contra cinco.

Con el resultado de la prueba anunciado, Sora se sintió bastante avergonzado. Había tenido pocas oportunidades de ver el mon de algún clan que no fuera del escorpión o la grulla pero eso no servía de justificación. Debía haber esperado una prueba como esa y estudiado en consecuencia. Con la de tiempo que había tenido en el viaje… Pero tenían una nueva prueba.

El cortesano se reunió con los compañeros que conformaban su grupo e hizo una reverencia. El ronin, las dos chicas que casi no hablaban y… aquella especie de pequeño seductor. Los otros dos cortesanos habían terminado en el otro grupo y eso era una desventaja. Al menos la prueba que acababan de pasar le hacía creer que la fénix debía estar muy preparada. El lado malo era que su compañera también lo parecía. Si querían ganar iban a tener que aprovechar cualquier cosa a su favor.

-Rinji-san está en lo correcto. Si le obligamos a entrar en conflicto con los intereses de su clan, aunque sea en una representación, es posible que pierda los papeles.

Eso era. Ahí tenían ventaja. Si conseguían provocarles lo suficiente como para que descuidaran su lenguaje, podían ganar. El temperamento del cangrejo, el león y la otra unicornio ya había quedado demostrado y estaba seguro de que Hidetora no era tan diferente. La forma en que había arrojado aquella taza contra Giichi al ser atacado, aquella sonrisa siniestra… Pero seguían siendo más.

-Si vuelven a parecer los mismos que la pasada noche, tendremos el camino despejado.

Pero usar tácticas sucias en vez de únicamente sus capacidades… Sora no terminaba de sentirse cómodo con eso. ¿Ellos querrían ganar a toda costa?

Bayushi Ujio escuchó atentamente las palabras de sus compañeros, especialmente las de aquel cortesano Doji. Teniendo en cuenta el comportamiento digno y calmado que había mostrado la noche anterior durante aquella desastrosa cena, no era ninguna locura considerarle el más apropiado para realizar la tarea de portavoz. Además, los argumentos que empleaba acerca de la principal debilidad del grupo rival estaban bien planteados. El joven bushi fue asintiendo a las palabras de Doji Sora y, cuando este terminó, dijo:

 -Estoy de acuerdo con nuestros compañeros. Además, si me lo permitís me gustaría proponer a Sora-san como nuestro portavoz.

Pese al mediocre resultado de la prueba anterior, Yumiko parecía aliviada por un motivo u otro.

Era perfectamente consciente de que no era la mas indicada para llevar la voz cantante en una prueba como la que tenían por delante. -Estoy deacuerdo con que Sora-san hable por nosotros- dijo asintiendo leventemente -Pero... ¿Como pensais provocarles hasta el punto de que se comporten como la noche pasada?-

El cortesano no pudo evitar sonreír. Se sentía muy halagado por la confianza que habían decidido depositar en él dos de sus compañeros y con fuerzas para afrontar el desafío.

-Seguro que se nos ocurre alguna forma de mencionar la valía del cangrejo en su muralla a diferencia del resguardado y fiero león.

Aunque no fuera un Bushi seguro que como miembro de un clan militarista tan orgulloso de sus fuerzas no podía evitar, al menos, algún gesto.

Hanako prefirió no mencionarse en la decisión de quien sería el portavoz del grupo. Por ende su silencio pudo y debió ser tomado como un voto a favor del ya propuesto portavoz.

Posó su dedo índice en el medio de sus labios y pensó durante unos pocos segundos, después preguntó algo a sus compañeros de grupo.

─¿Estará permitida la ayuda de los Kami en esta prueba? De ser así creo poder hacer algo que nos será de gran ayuda.

Hasta el momento nadie había afirmado que los conjuros no estuviesen permitidos, y de estarlos, tendría un buen as bajo la manga.

Mientras hablaban, el ronin se mantiene en silencio con los ojos entornados mirando al equipo contrario.

- Umh... -Se muestra pensativo unos segundos- siento no ser de utilidad para esta prueba. - Se inclina levemente en señal de disculpas. - Aunque... - Dirige una mirada al otro grupo, estudiándolos antes de continuar. - ...son como niños pequeños. - Habla para sí, en un murmuro.

Mantiene el mismo tono de voz, casi en un susurro, suave y relajado.

- Sora-san, creo que tienes razón. Aunque mostraron camaradería en la cena, tenemos que confrontar al cangrejo con el león... pero con sutileza. Si se dan cuenta de nuestras intenciones creo que simplemente nos ignorarán.  - Observa al escorpión rival y luego a su unicornio. - Debería ser fácil picar al escorpión con su propios compañeros, eso si no se matan antes entre sí... y si unicornio-san - en referencia a Yumiko aparta un poco el brazo del regazo, con la palma hacia arriba, y le mira con simpatía - se sienta junto a mí y... me ignora; claro, si le parece bien, - Le dedica una sonrisa complice. - creo que podría desconcentrar a Hikari-san, quedando solo la portavoz fénix y el extraño dragón como oponentes dignos para discutir.

Llevándose una mano a los ojos, los aprieta con suavidad. Obviamente trama algo antes de seguir hablando. Tiende la mano hacia la Fénix al igual que hizo con la unicornio. Pese a haber mantenido un tono sereno, decidido y afable, ahora se le ve algo cortado a la hora de hablar

-Y si... si se sienta justo en el lado opuesto, quizá... si llamo un poco la atención... puedas hacer tus... cosas con algo más de tranquilidad. - Entorna otra vez los ojos, no parece tener muy claro que pretende hacer Hanako. -

-La verdad es que conozco más bien poco del hierro de los cangrejo, y para soltar cualquier estupidez que pueda hacer más mal que bien, creo que será conveniente que me las guarde para mí. Lo siento. - Rinji se disculpa de nuevo, posando con suavidad las manos en el suelo e inclinándose una única vez.

-Y... teniendo que repetir uno de los aquí presentes... si no necesita demasiada... concentración, creo que nuestra fénix sería la más indicada, o en su defecto... escorpión-san. - Asiente mirando una vez al escorpión antes de pasar a Yumiko. - Perdona, pero por lo poco que he visto creo que las unicornio sois más... de hablar con la espada. - Sonríe ampliamente llevándose una mano a la nuca y acariciándosela con suavidad, sabiendo que igual ha dicho algo ofensivo aunque no fuera la intención. -

Echa una rápida ojeada al jurado antes de terminar.

- Sora-san, somos los primeros en hablar, creo que a partir de ahora el tiempo juega en nuestra contra. - Mira a los cuatro muchachos, agradecido. - Gracias por escuchar.

Mientras el primer grupo seguía hablando, el de Hidetora parecía preparado y listo para presentar batalla dialéctica. Todos parecían mostrar caras de lobos relamiéndose ante su presa indefensa.

Los primeros llevaban minutos hablando, y en cierto sector aparecían los primeros susurros de impaciencia.

Sora miró a la fénix que no sólo no se pronunciaba sobre quién debía conducir la conversación en su opinión sino que además cambiaba radicalmente de tema y proponía utilizar a saber qué artimaña en vez de las habilidades de conversación que se esperaba que demostraran. No sabía a qué debía referirse y eso le hacía sentir algo incómodo con la idea.

Como eso no había sido suficiente, el ronin reconocía abiertamente que no iba a servir para nada. ¿No había nadie que fuera a servirle de apoyo? Y encima se ponía a hablar de cómo debían colocarse. Las palabras iban a viajar por el aire de la misma forma tanto si hablaba desde la derecha como si lo hacía haciendo el pino. Casi dudaba de si los hilos de los escorpión eran más largos de lo que podía imaginar o su clan confiaba de forma tan ciega en su éxito que le colocaba en clara desventaja para que su victoria fuera mayor.

-Muchas gracias, Rinji-san -dijo cuando por fin se calló- Si alguien tiene cualquier idea interesante y concisa que podamos utilizar como argumento, que hable ahora. Como comprenderán los asuntos comerciales no son mi fuerte.

Seguro que no tardarían en desviarse de lo estrictamente económico… pero iba a ser igualmente desagradable. Y sí, ante la falta de oposición, se tenía como elegido. Tampoco disponían de mucho más tiempo.

Sora vió como estaban espectantes, sonriendo ante la indecisión de su grupo.

Una vez se hubieron pronunciado todos los miembros del grupo, Doji Sora parecía listo para comenzar a exponer el tema. Conocían los puntos débiles a explotar del grupo rival, pero a su vez, el desconocimiento de su portavoz del tema a tratar los ponía en clara desventaja. El joven escorpión suspiró ligeramente y dijo:

 -Sora-san, empezad alabando la calidad del hierro Kaiu. Los artesanos del clan del cangrejo lo fabrican con una aleación diferente al resto de artesanos de Rokugán, lo que hace que resista mejor la intemperie y el paso del tiempo. Por un material así, el precio que piden los mercaderes Yasuki es más que justo. Creo que podría estar bien para empezar.

Ujio no sabía mucho más sobre el hierro cangrejo, pero confiaba en que eso fuera más que suficiente como para llevar el debate a buen puerto.

 -Buena suerte, Sora-san.

Tras desearle buena suerte al cortesano grulla, el joven bushi se sumió en sus pensamientos. Recordaba perfectamente las órdenes que se le habían transmitido en el pergamino que Bayushi Yojiro le entregó, pero viendo el resultado de la prueba anterior, Ujio no dudaba de la pericia de Hidetora para salir más que airoso del debate. Ojalá le hubiera tocado en el mismo grupo que su compañero Soshuro. ¿Por qué las fortunas le estaban complicando tanto la vida?

-Por norma general... nunca aceptaría ir en contra de una de los mios...- Murmuró dirigiendose a Rinji y sentándose a su lado -Tienes suerte de que lo de hoy sea una prueba- Dijo asintiendo mientras le dirigia una mirada, no parecía alegre por hacerlo. Justo despues fijó sus ojos en Tenbo. Sabía que estaba ante sus pruebas mas duras, no estaba preparada para llevar este tipo de conversaciones, era una guerrera al fín y al cabo. Aún asi conocía alguna de las historietas de su padre cuando ayudaba a vigilar las caravanas de mercaderes, eso era lo único que guiaba su mente hacia razonamientos más o menos parecidos al tema que iban a tratar.

-Apresuraos, ellos ya están listos- Dijo mientras frotaba sus manos cerrando los ojos por un segundo.

Las palabras de Otaku Yumiko sesgaron el alma de Hanako como el afilado filo de una hoja atravesaba una sandía, trayendo de vuelta el recuerdo de Tatsu reflejado en Isawa Sun.

─Por norma general... nunca aceptaría ir en contra de una de los míos...

¿En qué se estaban convirtiendo? Se preguntó, aún desconociendo la relación del resto de miembros de su grupo con los que pertenecían al otro. Lo que sí sabía era qué significaba Isawa Sun para ella.

Hanako se consideraba superior en las formas, en la compostura y presencia, pero nunca había infravalorado las capacidades físicas y mentales de su compañera, por mucha actitud infantil que ésta demostrase. Al igual que con su fallecido hermano Tatsu, con Sun había compartido experiencias que tan solo vivirían ambas una vez. Ella había demostrado conocimientos, pues en la prueba anterior fue la mejor valorada.

Tenía claro que si alguien merecía quedar ensalzado aquel día era Isawa Sun, y no ellos, aunque esto supusiera algún tipo de renuncio por su parte.

Antes de que el hormigueo previo que se siente en las mejillas cuando los ojos empiezan a empañarse en lágrimas, Hanako cruzo su mirada con Sun. Esbozo una fina y discreta sonrisa, acompañada de un simple gesto de aceptación que consistía en cerrar los ojos e inclinar con evidente disimulo la cabeza.

No iba a competir contra alguien que consideraba su familia.

Hanako, que ya había tomado uno de los estuches creados con secciones de bambú debidamente tratados para almacenar dentro los pergaminos, volvió a soltar el mismo dentro de su bolsa en la cual los cargaba antes de siquiera que este viese la luz.

Cruzó una mirada con Isawa-Sun, acompañada de un leve suspiro.

─Tan solo espero que ésta vez si podáis hacer gala de vuestros dones, Sora-san, y no adoptar una mediocre posición como en la prueba anterior.

Murmuró Isawa Hanako, con actitud firme y afiladas palabras. Ni siquiera cruzó mirada con Doji Sora, únicamente lanzó un dardo envenenado y dejó que éste hiciese el efecto oportuno.