Partida Rol por web

Te encuentras en medio del pasillo de la planta baja cuando detienes tu paso.

Miras a tu alrededor y ves las taquillas reventadas, algunas puertas de aulas y al fondo el arco que separa el pasillo del lobby de entrada principal al edificio por donde ha desaparecido tu oponente.

Detrás tuyo están las otras escaleras por las que bajaste hace unos segundos.

En seguida que te metes por el agujero de las escaleras te engulle la oscuridad. Subes los escalones con presteza y rápidamente te encuentras en el piso superior con otro largo pasillo de instituto parecido al de la planta baja.

En medio del siniestro pasadizo hay una enorme bestia tumbada e inmóvil. Es un amasijo de carne recubierto de pelo negro. Cuando alargas el cuello para verlo des de otro ángulo, te das cuenta que es un bovino, un toro gigantesco. Por la falta de movimiento dirías que está muerto.

La puerta abierta de una de las aulas con el marco de la misma astillado y desencajado te indican que el monstruoso animal salió de allí.

Subo los peldaños con agilidad mientras pienso que ese tipo se ha cansado pronto. Ninguna perseverancia, y eso teniendo una escopeta. Si yo hubiera sido él hubiera corrido sin descanso hasta metersela por su blanco culo y apretar el gatillo hasta aburrirme de oir su click.

Pero cuando llego arriba y me topo con esa mole de carne muerta - me acerco y pongo una mano sobre su lomo peludo y me cercioro de que, efectivamente, está cadáver - pienso que tal vez me he equivocado. Miro la puerta astillada y me pregunto:

Primero: ¿qué cojones es todo esto?

Segundo: ¿Cómo ha llegado ese bicho hasta esa clase?

Tercero: ¿Habrá más? Porque tiene que ser divertido rajar a uno de estos. Con razón se oía tanto escándalo desde abajo...

Cuarto: ¿Puede que ese cabrón estuviera herido y por eso haya preferido esperar?

Esa idea no me gusta así que vuelvo a obligarme a acelerar el ritmo y actuar con más rapidez: antes de nada reviso los cuernos del animal, si ha herido a alguien pueden quedar huellas de sangre. Luego asomo la cabeza en la habitación de la puerta rota, imaginándome un panorama bastante maltrecho si el enorme bicho estaba allí dentro... Y por último: intentar ubicarme y adivinar si la quinta ventana desde la que antes había oído ruidos corresponde con este sitio, o cual de ellas es.

John continua ahora caminando por donde se fue su contrincante, ya despacio pues abandono la persecución que pretendía realizar.

Sigue caminando despacio hasta el Lobby.

Caminas sin que tus pisadas hagan ruido hasta llegar al hall de entrada del instituto.

No ves a tu contrincante por ninguna parte. Podría haber continuado recto por el pasillo hacia el otro ala del edificio, haber subido las escaleras o incluso haber salido por la puerta principal.

Te paras un segundo a escuchar y te parece oír un sonido leve en la planta de arriba.

Cuando te acercas al animal muerto no dejas de prestar atención a los sonidos que te preceden ¿Te habrá seguido el tipo trajeado? No escuchas ruido alguno.

Inspeccionas el toro y sus afilados cuernos posando primero tu mano sobre su lomo y luego observando de cerca las astas, pasando un dedo por su punta.

No hay sangre en la punta de los cuernos. Inspeccionas el cadáver del animal y tampoco encuentras heridas graves o golpes.

Solo hay una mancha de sangre en uno de los muslos del animal. Pasas el dedo por el pelaje y notas dos pequeños agujeros con unos pocos centímetros de separación.

Mientras te diriges a inspeccionar la sala contigua* no puedes dejar de pensar en la figura de tu oponente. Algo en él te resulta familiar. Una sensación extraña.**

Un ruido metálico como de alguien descolgando un teléfono se escucha por megafonía.

- ¿Entonces preferís jugar al escondite por el insti que a daros tortazos? Vaya, vaya... creo que a nuestros espectadores no les va a gustar eso.

Tendré que consultar las medidas reeducativas a aplicar con la dirección del centro. Veamos...

el volumen de la voz se aleja un poco

Mhm...

Si.

Exácto, eso es lo que ocurre.

Si.

¿Otra?

De acuerdo.

La voz vuelve a dirigírse al aparato y se oye más alta de nuevo.

- ¡Un aprovado raspado! El quipo directivo considera que no habéis incurrido en una falta grave y no se os sancionará de momento, pero todo podría cambiar con algún comentario aburrido de nuestro público. Así que de momento os dejamos con el sufi a la espera de ver como evolucionáis en la competición, pero creemos que es una nota muy justa y que podríais dar más de sí. ¡No olvidéis que la actitud cuenta para subir nota!

Tres notas de campana suceden al comunicado del travieso malkavian que se hace llamar Sr. Negro y con ello se cierra la comunicación

El animal está muerto del todo, y al ver las pequeñas heridas en su pata se me ocurre que alguien puede haberlo dejado seco. ¿Quién habrá sido tan guarro? Se me revuelve el estómago al imaginarme el sabor rancio de la sangre de un bicho como ese. Pero pervertidos hay en todas partes...

No, no creo que haya sido él. El tipo de la escopeta. No parece de esos. De pronto estoy convencido de que él no ha secado a esa bestia. Pondría la mano en el fuego, como si lo conociera de toda la vida, aunque apenas le he intuido en el pasillo. Estoy demasiado convencido. Como si me importara algo dónde mete la boca ese cabrón. Seguramente es un buen tipo, y se ha visto arrastrado aquí como yo. Las noches están muy jodidas, sí... ¡Lo que tiene que hacer uno para tirar adelante! 

Dejo atrás al animal y avanzo hasta el aula siguiente, intentando centrarme en lo importante y ubicarme de una vez. Porque a lo mejor es una gran putada que ese cabrón trajeado haya se haya despertado aquí esta noche, pero si solo tiene que salir uno, entonces ese voy a ser yo.

Y de pronto, de nuevo esa voz enloquecida atronando por los altavoces. Hablando de aprobados y de exámenes y de los comentarios de los espectadores. Sí, a la gente le gusta criticar, le gusta reírse de los demás... Se me ocurre dejarlo todo y correr hasta el despacho del director y agarrar por las pelotas a ese pirado. Veríamos quién iba a reírse entonces. Pero ya se cómo funciona el juego, eso no va a pasar. Lo he visto mil veces yo también, como espectador... Hay que darle al público lo que le gusta. Y esa voz y su advertencia es la bocina que indica que se ha terminado el tiempo muerto y sólo quedan unos segundos para una última jugada. Toca un buzzerbeater.
 

Tras llegar al Hall y no encontrar a mi enemigo por ninguna parte me detengo un momento preguntandome donde podrá estar, justo en ese momento escucho en el piso superior un sonido indicador de donde se encuentra este, decido subir a buscarlo, puede correr pero no esconderse!!!

Entras en la sala de dónde asumes por el remolino de destrucción que salió el toro.

Aparentemente parece un aula normal, pero claramente algo ha ocurrido allí dentro pues hay mesas y sillas volcadas por doquier.

No pasa desapercibida a tu atención un arma de fuego pesada, recostada en la pared. Se trata de un rifle de francotirador con mirilla telescópica.

Oculto entre las sombras te acercas a la ventana y la inspeccionas de cerca. Al mirar a través de ésta ves el charcho de sangre en el que rajaste al motero de arriba abajo. No te hace falta hacer muchas cuentas para intuïr que aquella es la ventana donde minutos antes habías visto un reflejo de algo.

Subes las escaleras con cuidado y de nuevo te encuentras en pasadizo donde yace seco el cadáver de Elvira pero ahora lo observas des del otro lado.

Todo está oscuro, y no percibes la presencia de tu presa por ninguna parte aunque jurarías que seguiste bien su rastro hacía allí.

Al fondo el cadaver de Elvira, pero el nosferatu a la vista al menos no estaba a que demonio jugará este tipo? pensó John al ver el pasillo libre!

La situación empezaba a tornarse aburrida, no es que perseguir a alguien fura malo pero sin duda cansaba, y siendo solo 2 era un edificio bastante grande y muy problemático encontrar a alguien!!!

John continúo el camino de vuelta por donde llego buscando alguna salida que hubiese podido utilizar el enemigo en pie!

Después de mirar por la ventana camino entre las mesas volcadas y el estropicio general hasta el arma de fuego allí abandonada. La cojo entre mis manos y la estudio, compruebo que esté cargada y me la llevo a la vista, apuntando a la cabeza del animal y hacia la puerta,  intentando conseguir ajustar la mira.

Coges el rifle y empiezas a examinar el arma con detalle. Es cuando subes la mirada que ves al tipo del traje subiendo las escaleras con cuidado de no hacer ruido.

El chico mira en tu dirección, pero no parece que te vea.*

Su mirada escruta la oscuridad del pasillo buscando algo y al no encontrar nada, se da la vuelta y sigue inspeccionando el lugar.