Partida Rol por web

Tyler, todavia estremecido por el llanto y los sollozos, se deshace del abrazo de nuestro Mentor y se marcha. Por fortuna, el sonido del cerrojo instalado en el baño de la planta baja para garantizar una minima privacidad resulta extrañamente tranquilizador.

"Ben esta afectado... Supongo que un poco sobrepasado por los acontecimientos... Y, sin embargo, has conseguido algo..."

Frunzo el ceño, mientras mordisqueo mi pedazo de pizza, sonriendo y conversando con los demás.

"Amber tambien ha conseguido algo... Su canción, que en mis oidos sonaba como una endecha, ha serenado a todos los presentes... Incluso Helen parece más relajada..."

Inclino la cabeza, saludando a nuestra particular cantautora, agradeciendole que preste apoyo a su primo, que a ratos tiembla como un flan, victima del veneno del amor.

"Jane, Jane, Jane... Tanto Tyler como yo estabamos preocupados por como reaccionarias y nos has dado una lección siendo la primera en integrar, en aceptar a Helen como una más... Sin distinguir a Garou de Parientes..."

Dedico la más brillante de mis sonrisas, reconociendo su labor y su situación como Beta de la Manada.

"William... Has conseguido que mi opinión sobre los Theurge de los Garou, sobre los de los Colmillos Plateados y sobre tí mismo este bailando en el filo de la navaja... No sé que pensar de tí... ¿Que guia tus acciones? ¿Que te impulsa a enfrentarte al Rey Albretch, a años de tradiciones y acuerdos...? ¿El amor?"

Le sirvo otro trozo de pizza, disfrutando un poco del azoramiento que le sonroja, consciente de que no soy yo el único responsable. Aunque la curiosidad me corroe, me conformo con imaginar que le esta explicando a Helen a traves de sus notas.

"Helen... Sin duda, el pizzero ha tenido que alucinar cuando has salido a recibirle... Y, sin duda, es comprensible que William este que no cague contigo... Espero, sinceramente, que podamos ayudarte y que ni tú ni William sufraís más de lo que debaís..."

Capto una breve sonrisa, quizas el eco de una risita contenida, fruto de algo que William le ha escrito o de alguna puya que las chicas le han lanzado a Will. Yo mismo sonrio, antes de suspirar con fuerza y pasarme la mano por la cara.

- Vale... Voy al coche que creo que Tyler se ha dejado la compra en el maletero...- Bajo de la silla con una sonrisa pintada en los labios, a pesar de mentirles descaradamente.- Vuelvo en seguida... Y, por amor de Dios... Acabad con la pizza hawaiana...

Con paso tranquilo me encamino hacia la puerta, deteniendome delante del aseo. "En fin... Alea Jacta Est" Con ese pensamiento en la cabeza, golpeo el marco del umbral.

- Tyler... Tío, soy yo, Alex...

-Vuelvo en seguida... Y, por amor de Dios... Acabad con la pizza hawaiana...
Con paso tranquilo me encamino hacia la puerta, deteniendome delante del aseo. Acto seguido golpeo el marco del umbral.

- Tyler... Tío, soy yo, Alex...

Resoplo, y apoyo la frente y los puños sobre la puerta.

- Joder, Ty... Siempra que habia imaginado esta escena, al otro lado de la puerta solia estra Angelina Jolie... O Scarlett Johanssen... O...- "Ultimamente, mentiria si dijera que no pienso en alguien más cercana..."- Bueno, da igual... Sabe lo que quiero decir... Bufff

Vuelvo a resoplar y me doy la vuelta, apoyando la esplada contra la puerta. Lentamente, mientras hablo, me dejo caer hasta acabar sentado en el suelo.

- Tyler... Mira, macho... Uhm... Uff... Veras... No conozco los detalles, pero me imagino de que va todo esto... Perdiste el control... Estabas asustado... Abrumado... Oler cosas que antes no podias, oir cosas que antes no podias... El pelo... El almizcle... Y el dolor... Porque duele una barbaridad...

Vuelvo a suspirar, apoyado contra la puerta, sentado en el tibio suelo de madera de la casa. El olor del pino, del haya, de paredes y suelos. El olor del agua jabonosa que se cuela por debajo de la puerta. Incluso el picor de la sal de las lagrimas... "Divago... Los seres humanos no pueden percibir esas cosas..."

- Y la vergüenza... La sensación de que todo lo malo que pasa es culpa tuya... La certeza de que, de no haber existido, todo seria genial... Todos estarian bien... Si no existieses.

Me levanto cansadamente, apoyandome en la puerta.

- Tyler... No concibo lo que puedes estar sintiendo... Ni soy capaz de acercarme a lo que puede sentir Helen... Ambos habeís perdido algo irreemplazable... Nada puede cambiar eso. Ninguno de los dos tuvo la culpa... Wiiliam esta enamorado de ella pero, esta noche, cuando estemos todos a punto de dormirnos, sereís tú y ella los que tendreís que lidiar con vuestros fantasmas. Nos hemos metido en un buen lio... Te vamos a necesitar al ciento diez por ciento... Nos vamos a necesitar al ciento diez por ciento... Y, por eso, te voy a confiar un secreto...

Extiendo la mano y trato de transmitirle lo que siento a traves de la madera pintada.

- Mis padres se plantearon seriamente abortar. La presión estuvo a punto de acabar con ellos. El temor y el odio de sus semejantes estuvo a punto de conducirles a comenter una atrocidad. Ellos creen que no lo sé. Como lo supé no viene al caso pero si te puedo decir que... Que he disfrutado al saber lo mucho que tuvieron que sufrir para verse asi...  Y que les he perdonado... Pero no puedo decirselo... Sé que sufren... Y, que, hasta hoy no queria que dejaran de sufrir...

Con esas palabras, golpeo suavemente con los nudillos y me encamino a la puerta...

Entro en el cuarto de baño sin rumbo fijo, sólo buscando donde ocultarme de todo, de todos, del mundo. Cierro la puerta tras de mí echando el pestillo, para evitar que alguien pueda entrar y verme así, y me acerco al lavabo.

No me atrevo a mirarme a mí mismo al espejo. Tan sólo tendría delante un deformado reflejo de aquello que trato de ver todos los días cuando me esfuerzo en olvidar y enfrentarme al mundo. Cuando trato de parecerme a lo que los demás creen ver en mí.

Alguien golpea la puerta mientras inundo mi rostro con agua fresca cogida del grifo con ambas manos. Es Alex, oigo su voz filtrándose, tratando de llegar a mí.

No, tío, por favor...

Bromea, como suele hacer para aliviar toda tensión. Es su forma de enfrentarse a los problemas, mucho mejor que mis arranques de ira. Pero pronto se muestra comprensivo, como si en el fondo entendiera lo que todo esto significa. No en primera persona, pero es un Metis, nacido en el seno de la Nación y no abandonado y olvidado para ser reclamado únicamente al mostrar la peor parte de nuestra herencia. Habrá oído historias, otras tragedias parecidas. No consuela saber que otros pasan por lo mismo. Más bien todo lo contrario.

Pero hay algo en sus siguientes palabras que traspasa el conocimiento, la mera repetición de una historia narrada por alguien hay algo en su voz...

La certeza de que, de no haber existido, todo seria genial...

Algo... personal.

Todos estarian bien... Si no existieses.

Giro el rostro hacia la puerta, a través de la que casi siento poder ver a mi amigo Alex, de un modo que no le había visto nunca. ¿Eso siente? ¿Esa mierda anida en su corazón? ¿Cómo es posible?

No trata de compararse conmigo, no va por ese camino. Al contrario, mantiene la distancia respecto a aquello que Helen y yo hemos vivido. Tendremos que lidiar con nuestros fantasmas, sí. Ella tiene a Will... ¿Qué tengo yo? La respuesta es simple. Tengo a mi manada. Y él mismo me lo recuerda, estamos en un buen lío, tendremos que estar a tope, tengo que estar a tope, tengo que dar la talla. No por mí, no por superar mis demonios, ni por estar a la altura del orgullo de mi tribu. Tengo que dar la talla por ellos. Yo no merezco nada, pero ellos lo merecen todo. Si esto se solucionara con un sacrificio...

Pero entonces, me enderezo con los ojos clavados en la puerta, a medida que oigo la voz de Alex confesándose. ¿Es... una de sus bromas? No, no es posible... Doy un paso hacia la puerta. ¿Abortar? Joder, eso debe ser duro, enterarse de eso. Y ni siquiera lo sabe por ellos, eso es un cáncer extendiéndose por su corazón y su alma... Uno que le lleva a desear el mal a sus propios padres, y luego sentir culpa por ello. Doy otro paso en dirección a la puerta, apoyando una mano en la madera, agachando mi rostro. Mi dolor ha quedado muy atrás, sólo el dolor de mi amigo importa. Pero se hace el silencio. Un silencio largo, molesto, tenso...

¿Al-Alex? -Pregunto sin recibir respuesta alguna. Se ha marchado, así, tras soltar todo eso. No, no puedo, no debo...

Cojo una toalla y me la paso por la cara a toda prisa, dejándola caer sobre el toallero mientras abro la puerta a toda prisa y salgo del cuarto de baño.

Salgo del baño apresuradamente, entrando en la cocina casi a la carrera. Miro alrededor, buscando. Están todos, todos menos Alex.

¿Donde, donde está?

Atrás ha quedado la lástima, las lágrimas, la debilidad. No me lo puedo permitir. Nadie aquí se lo puede permitir. Mis ojos siguen enrojecidos, pero en mi mirada hay miedo, preocupación, determinación.

El coche.

Oigo las llaves fuera, y acto seguido camino hacia la puerta con prisa, saliendo al exterior.

Salgo por la puerta principal de la casa casi derribándola, planteándome en medio del porche. Ahí está, acercándose al maletero del coche, seguramente creyendo que he hecho la compra para la casa.

¡Alex! -Le llamo desde lo alto de las cortas escaleras de acceso, lanzándome por ellas de dos en dos y acercándome a él. Y me doy cuenta de que no tengo claro lo que vengo a hacer. ¿Q-qué le digo?

Yo... -Le miro a los ojos, directamente, carraspeando, imaginando lo que debe significar ser realmente alguien digno de orgullo y respeto, alguien cuyas palabras calen hondo en los corazones de quienes las oyen. Debe ser genial ser un verdadero líder, uno digno de ser honrado, respetado y seguido. Uno capaz de inspirar de verdad- Este mundo sería una mierda... -Digo con la solemnidad de convertir en palabras la verdad que brota de mi alma- ...si no existieses.

Cuando termino la canción me tomo un instante, aún con los ojos cerrados, para respirar profundamente. No tengo ni idea de si habrá servido de algo, pero ha sido un impulso irremediable. Entonces escucho pasos en las escaleras y abro los ojos, mirando hacia allí con curiosidad. 

Contemplo a William primero, mirándolo de arriba a abajo, asegurándome de que está en perfecto estado. Y después mi mirada se mueve, pasando por su mano, que se encuentra entrelazada con otra y cuya imagen me saca una inevitable sonrisa, hasta llegar a la preciosa joven que lo acompaña. Mis ojos se abren enormes y la siguen en cada uno de sus movimientos, recogiendo esas pizzas que todos estábamos ignorando. A punto estoy de preguntarle socarronamente a la chica por qué se ha fijado en Will, pero me muerdo la lengua y me contengo. Tampoco sé si entendería que es una broma y no es plan de asustarla nada más llegar. 

Tardo algunos segundos en reaccionar y cuando me quiero dar cuenta Alex está repartiendo pizza y Tyler se marcha. Sigo su espalda con la mirada y frunzo el ceño ligeramente. Espero que Ben haya hecho bien presionándolo tanto. Suspiro y decido cambiar de actitud. Ya va siendo hora de que nos alegremos un poco. Pase lo que pase mientras estemos juntos estaremos bien, así que mejor afrontar los problemas con una sonrisa.

- Haremos lo posible. - Respondo con el tono más animado que puedo conseguir a Alex cuando nos encarga terminar con las pizzas tropicales. 

Entonces me levanto para ofrecerle la mano a Helen por encima de la mesa y le dedico una sonrisa y una mirada franca. - Bienvenida, Helen. Ya no tienes de qué preocuparte. Soy Amber, la prima de este pillo. - Señalo con la cabeza a Will y entonces me giro hacia él. - Bueno, ¿cómo es eso de que no puedes hablar? -pregunto con curiosidad para bromear a continuación, con una sonrisa divertida de medio lado. - A ver, entiéndeme, no es que me queje de no escucharte un rato... Pero, ¿qué ha pasado?

Cuando Ty sale, le miro tratando de no fijarme demasiado. Apenas vuelvo la cabeza.

Al bajar la sonrisa de Amber no me pasa desapercibida, pero confundo su significado al pensar que la sonrisa se la saca el saberme bien.

Al comenzar a comer, me siento algo azorado. Amber trata también de hacer lo posible porque todo transcurra de la manera mas natural posible. Presentándose ante Helen, y tratándola con familiaridad. Y entonces las palabras que me dedica, tildándome de pillo, hacen aflorar un tono rojo a mis orejas, están contentos por nosotros, que han quedado descubiertas cuando me frote el cabello.

De vez en cuando le lanzo miradas fugaces a Helen, como en un tierno juego entre dos enamorados, sin poder ni querer evitar ahora, la sonrisa que se ha instalado en mi rostro.

Distraido mirando a Helen, escucho la pregunta y la chanza de Amber, jajaja, muy graciosa Amber, yo también te quiero, vocalizo en silencio respondiéndole en el mismo tono.

Tomo otro trozo de pizza, joder que hambre, y tras darle un buen mordisco, lo dejo sobre la mesa para escribir.

Esta mañana salí al bosque, en la Umbra me encontré con uno de los Hijos de Búho, hicimos un trato, el me explicaría a cambio de algo, como no entendí lo que me pedía, le ofrecí lo primero que se me ocurrió. Pero no te preocupes, que mañana a medio dia ya puedo hablarte de nuevo.

Miro a Helen con dulzura para continuar de nuevo.

El Hijo de Búho me llevo hasta Helen, y... muerdo mi labio recordando,... yo la traje hasta aquí.

Ella y yo, la miro de nuevo, estamos saliendo.

Termino de escribir y arranco la hoja de la libreta para entregársela contento.

Siento de nuevo esa necesidad imperiosa, el impulso irrefrenable de darle un beso a Helen, puedo notar mi corazón, late ahora con mas fuerza y se acelera cuando me inclino hacia ella y le doy un beso. Joder, que suerte tengo.

Busco de nuevo su mano con la mía, mientras agarro la pizza para continuar devorándola.

La muchacha saluda a Jane estrechándole la mano

- Muchas gracias -admira la forma en que la ahroun la saluda. Y rápidamente se gira presta para recibir nuevamente el saludo de Alex, ella le sonríe como la primera vez. Siguiendo con la mirada los pasos del philodox hasta la mesa y luego vociferar algo sobre la pizza hawaina.

Helen decidió omitir que estaba de acuerdo, tampoco le gustaba aquel sabor de pizza - ¿se...secreto? no, ninguno... de pistacho -respondió ella abriendo los ojos sorprendida por la pregunta.
Luego llega otra jovencita de cabello rojizo, parece gentil y agradable, ella le estrecha la mano y asiente - Mucho gusto Amber, me llamo Helen -mira a Will y luego a su prima y trata de encontrar algo familiar en ellos, sin éxito.
Cuando escucha la pregunta que ésta le hace a Will, Helen responde
- se lo ha prometido a búho... -lo mira, pensativa ¿lo habrá dicho bien?
Helen observa como Tyler entra al cuarto de servicio, parece que está por decir algo pero finalmente solo atina a beber un vaso de agua, recibiendo la furtiva mirada de Will y sonrojándose en el acto. Luego espera a que el termine de escribir algo, se aproxima a el para leerlo y luego le susurra algo al oído.

se acerca a ti para poder leer las palabras que quieres decirle y luego para susurrarte algo al oído.
- yo... ¿estas seguro que debemos dejarle solo? -se sonroja increiblemente rápido cuando mencionas aquel momento y luego lo del repartidor de pizza- A mi también will, de verdad... -la sentiste algo nerviosa, seguramente su corazón latía deprisa- Yo... el... quería pagarle pero me dijo que él deberia pagarme a mi por dejar que me mirase y que no podía cobrarme, que eran gratis... quería darle el dinero pero como Tyler estaba... ya sabes, no insistí. Me ha parecido muy incorrecto no pagar.

Asiento a la mirada de Helen, confirmándole que si lo ha dicho bien.

Al enseñarle el papel se acerca para susurrarme, y sentir su aliento tan cerca hace que se me erice la piel de la nuca, entreabro la boca de nuevo azuzado por el deseo.

Tomo la libreta y lo primero que escribo a su lado, de modo que pueda leerlo.

Que asco de promesa.

Ty es un guerrero, son mas..."impulsivos", no es una buena palabra, pero no se explicartelo mejor. Por eso está mas alterado.

Y su familia, pero prefiero esquivar el tema de momento, Helen necesita descansar, no puedo recordárselo.

Es increíble el efecto que pueden tener unas sencillas palabras, a mi también Will, y mi corazón se llena de dicha, de una alegría incontenible. Acaricio su brazo con cariño, y si mis hermanos no estuviesen, sin duda alguna la besaría de nuevo con esa mezcla de pasión y dulzura.

Y la anécdota del pizzero me resulta curiosa, aunque siento una ligera punzada en el estomago, una ligera molestia.

No pienses en ello, no pasa nada.

Se quedó quieto sumamente afectado por el dolor de Tyler y el suyo propio. Pensar que alguna vez sintió el de Jane hizo su rostro se contrajera ceniciento.

- volveré al túmulo. Los esperare allí -miro a Will quería hablarle pero debido a las circunstancias esperaría- William -mira a Helen de manera fugaz- mantén tu promesa a los espíritus .

Tras ello con una mirada llena de melancolía, camino de lado.

Asiento a la mirada de Helen, confirmándole que si lo ha dicho bien.

Al enseñarle el papel se acerca para susurrarme, y sentir su aliento tan cerca hace que se me erice la piel de la nuca, entreabro la boca de nuevo azuzado por el deseo. Y dedico una mirada a los demás, sin saber si lo han notado.

Tomo la libreta y escribo a su lado, de modo que pueda leerlo.

Tras susurrarme, mi corazón se llena de dicha, de una alegría incontenible. Acaricio su brazo con cariño, y si mis hermanos no estuviesen, sin duda alguna la besaría de nuevo con esa mezcla de pasión y dulzura.

Después mis gestos denotan que me siento algo mas tenso. Hasta que escucho mi nombre de boca de Ben, y le respondo asintiendo.

Hago un gesto con la mano, restandole importancia.

- Si no existiese...- Sonrio cinicamente, haciendo muecas.- En fin... No pensemos en ello. Hay cosas más importantes.

Me siento bien. Sentado en el porche, charlando con un amigo, mientras el sol empieza a acariciar las copas de los arboles. Percibo al búho mascota de Helen mirandonos desde una rama y contengo el impulso de hacerle un gesto obsceno. "Al fin y al cabo, el pobre bicho no tiene la culpa..."

- Bueno... Vamos a tener que ir volviendo, ¿no te parece?. No solo nos habran dejado las cortezas de las pizzas sino que tenemos que ir recogiendo... Somos un montón y vamos a ir muy apretados en el Camaro...

Palmeo mis rodillas antes de levantarme y trotar hasta el coche. Despues de tratar de abrir el maletero infructuosamente, me doy cuenta de que es Tyler quien tiene las llaves.

- ¿Te importa abrir este puñetero maletero...?- Doy un par de golpecitos en la chapa, para enfatizar el asunto.- Y, visto lo visto, espero que hallas traido tampones y compresas de sobra...- Sonrio estupidamente, haciendo el ganso, mientras espero a que venga.

Va en serio, Alex. -Insisto ante la intención de mi amigo de desviar el tema, ignorarlo, dejarlo pasar. Yo no soy Ben, no tengo la intención de presionarle para que se hunda, que rompa las defensas que ha levantado para aguantar. Pero tampoco puedo dejar que esa amargura se aduele de todo su interior y le pudra sin que vea la verdad al menos durante un parpadeo. Una semilla que le de esperanza frente a su amargura- Para mí, al menos. Tengo pocas cosas por las que me merezca la pena seguir adelante. -Desvío la mirada hacia la puerta, de donde surgen las voces de los demás en la cocina- Jane, Amber, Will... y tú. Todos vosotros me dais motivos cada día para seguir adelante. ¿Como he hecho para tener tanta suerte?

No lo se, pero mi mundo no sería mejor sin ti, sin tu amistad, sin tus consejos y bromas. Eres el único que ha venido a sacarme de ese baño, ¿verdad?

Sonrío al decirlo. No pretendo culpar a los otros, no es ningún reproche. Pero Alex tiene algo especial, siempre lo ha tenido. Algo que, en algunos aspectos, le sitúa por encima de los demás.

¡Toma! -Le tiro las llaves del coche, terminando aquí la conversación sentimental. Que lo piense, que lo madure. Mientras tanto, que mire lo que hay en el maletero- Ni compresas, ni tampones ni condones. Lo siento, tío, pero tengo límites, jaja. Y no es la compra de la semana para la casa...

Cuando abra el maletero, se llevará una pequeña sorpresa. Tal como he dicho, no es la compra que me encargó, sino otra. Sacos de dormir, esterillas, linternas, comida envasada que no precisa calentar -mira que no tener un microondas en la biblioteca-, latas de café autocalentable... Lo necesario para pasar la noche fuera de casa, vamos.

Venga, vamos dentro. Algo habrán dejado para nosotros...

Sorprendentemente atrapo las llaves a la primera. A pesar del cabreo que estoy empezando a sentir, no puedo dejar de reconocer el talento atletico de Tyler. Un pase preciso, elegante y capaz de que alguien con mis aptitudes lo atrape.

Sin decirle nada abro el maletero y me encuentro con una sorpresa: a convertido el maletero en la sección "campo y playa" de Sears o Walmart. Por un instante, me quedo mirando, desconcertado, los sacos de dormir y las vituallas habituales para uno o dos días de acampada libre.

"Por lo menos, no tendre que sacarlo de aqui... Al fin y al cabo, nos vamos en un rato."

Cierro con suavidad el maletero y le echo llave. Jugueteando con el llavero me encamino hacia Tyler. Esta tan serio como yo, con ese punto de altivez tan caracteristico de los mayores heroes de nuestra Nación.

"Nadie diria que hace un rato ha tenido un ataque de histeria... De ansiedad... De miedo..."

Le espeto una sonrisa ladeada, retadora, de la que mi padre se sentiria orgulloso. Ese breve pensamiento me hace parpadear, pillado in fraganti por mis propios fantasmas y arruinando la pose.

- Ensarta-Lobas...- Le miro a los ojos, mientras le agarro la muñeca y deposito las llaves en su mano.- Yo solo tengo una cosa... Una sola... por la que me merezca la pena seguir adelante... Una-única-cosa.- Tiro de su mano con toda mi fuerza, consciente de que con un poco de su fuerza, podria mandarme rodando hasta el coche... "No sería la primera vez que uno de los mios me envia, rodando escaleras abajo, de una patada. Pero él, no... Y por eso es el Alfa de mi manada."- Y es por esa razón por la que he sido yo el que ha ido a buscarte... A nadie más le correspondia ese trabajo... "Porque no se trata de azar o de suerte... Ni siquiera de Destino..."

Sigo mirandole fijamente, desafiandole a que me rebata o que me discuta. Le doy un par de golpecitos y le sonrio.

- Se trata de que somos una Manada... Mucho más que una familia... Y, como tal, estamos a las duras y a las maduras... Asi que vamos a entrar en casa, vamos a zamparnos lo poco que quede y nos vamos a preparar para pasar la noche en el Túmulo...- Bajo la voz para dotarla de mayor sentimiento y seriedad, porque es uno de los pocos temas que me tomo en serio.- El Túmulo que hemos jurado proteger, cuidar y hacer crecer...Exactamente lo mismo que hemos jurado hacer los unos por los otros...

Me aparto de él un par de pasos y sonrio.

- Y vamos a averiguar como conseguir que nuestro Casanova particular llegue de una pieza a la segundabase, ¿de acuerdo?

Me pongo a su altura antes de cruzar el umbral de nuestro refugio.

- Dejemos esto para luego, ¿vale, Tyler? Todos estamos acojonados... Lo bueno es que los chicos malos no lo saben... ¡¡En marcha!!

Levanto el pulgar y doy por terminada la cuestión, aunque sea por un rato. Abro la puerta y camino lentamente hacia la cocina, mientras tarareo la melodia de la pelicula Terminator y grito: "He vuelto", en una triste imitación del Gobernator...

- TatataTaTan...

- Tata Ta tatan...

- Tata Ta tatan... Tiroriii Tiroraaa Titotiiii Ttitotaaa

- He vuelto.-

Llego tarareando la melodia de Terminator y mascullando la peor imitación de la historia de Arnold Schwarzenegger.

- Buenas a todos de nuevo... Espero que hallais sido buenos y que quede algo de pizza para vuestros aguerridos... Vale, para mi.- Suelto una risotada y me siento en el sitio donde se habia sentado Tyler.- No os preocupeis... Todo esta bien.- Mascullo mientras me avalanzo sobre una porción de pizza, repentinamente asombrado de lo hambriento que estoy. Con la boca llena de pizza, busco a Ben con la mirada, dejando de masticar cuando me doy cuenta de que no esta con nosotros. Termino de tragar el pedazo de pizza a medio devorar ayudado por un largo trago de refresco. Glubs... Glab.. ¿Y Ben? ¿En el baño?

Sonríe asomando sus dientes blancos, una sonrisa algo tonta, como las bobaliconas que pone Will cada dos por tres. Bebe algo de agua pero aún con el vaso en los labios, tiene que aguantarse una sonrisita mientras mira al theurge.

Todo termina cuando Ben se despide y la sonrisa se le va de la cara a Helen de golpe, como si hubiera recordado algo terrible. Hasta que el tacto de Will, sus caricias en el brazo le roban una sonrisa, pequeña, pero suficiente para que olvide los pesares que abordan su mente. 

- Se ha marchado, como llegaste tú al lugar en donde estaba... -susurró bajito. Por supuesto, la umbra era un lugar desconocido y misterioso para ella.

Se aproxima a Will, le da un beso en la mejilla y termina apoyando su cabeza en el hombro de él, relajándose un poco, aunque está claro que está tan tensa como Tyler. 

Aún así, era quizás una situación extraña de ver a ambos juntos siendo aparentemente tan diferentes.

Alex hace su entrada triunfal, adelantando su aparición con la banda sonora de una peli de acción y la mítica frase de su protagonista. Le miro con una sonrisa orgullosa, tras nuestra conversación. Un orgullo que se extiende mucho más allá de su persona.

¡Yipi ka yei! -Exclamo encogiéndome de hombros, recordando otra cita célebre del cine de acción como acompañamiento, antes de seguir acercándome a la mesa, donde no veo a Ben.

Genial, justo con el que quería hablar...

Rodeo la mesa por el camino más largo que me lleva a uno de los sitios libres, para pasar por detrás de Amber. No puedo olvidar su emocionante canción, ese timbre en su voz, y sobre todo la intención con la que seguramente la ha interpretado. Me inclino sobre mi amiga y la rodeo con un brazo desde atrás, susurrándole al oido- Una canción preciosa, Amber. Gracias. -Le doy un beso en la mejilla y me aparto de ella para tomar asiento.

Espera, ¿esto es piña? -Digo con exagerado gesto de disgusto e indignación, tomando un trozo de pizza hawaiana y manteniéndolo frente a mí con asco- ¿Pero a quién se le ha ocurrido? ¿Es que queréis que llore otra vez? -Sonrío tratando de restarle importancia al incidente de antes, una broma para que desaparezca la tensión definitivamente.

Miro alrededor, esperando que alguien responda a la pregunta de Alex, pero desde aquí puedo ver la puerta del baño y está abierta como la dejé, así que... Efectivamente, Helen confirma que se ha marchado.

Ya hablando en serio ¿Alguien sabe quién es ese rey Albretch? -Pregunto antes de dar un mordisco a la pizza.

A pesar de sentir su tensión, que trato de calmar sosteniendo su mano. Disfruto de la cercanía de Helen, su cabeza sobre mi hombro, Gaia, huele tan bien.

Cuando entran Alex y Ty, abro los ojos de golpe, sin ser consciente de cuando los he cerrado, y con cuidado, me giro hacia la puerta, para verles entrar.

Sonrío de felicidad, sin ocultar mi dicha. Que contento me siento en este momento, si pudiese pronunciar algún sonido, sin duda alguna me habría reído. Todos juntos... que maravillosa es la vida.

Mientras se acercan a comer, les hago un gesto con la mano, apremiándoles en broma.

Nada mas me importa en este momento, estoy con mi familia y con... mi novia. Una nueva mirada hacia Helen, inconcebible hace unas horas, incontenible ahora, traiciona mis emociones y sentimientos.

Nada puede estropear este momento.

Piña, si, no se quien inventó esta mierda. Asiento poniendo cara de asco, pero tengo tanta hambre ahora, que la estoy engullendo. Me encojo de hombros sin perder la sonrisa, ni idea de quien hizo el pedido macho.

¡¿Rey Albretch?!, miro al techo mientras rebusco en mi memoria. Para negar a los pocos segundo moviendo la cabeza, no.

Mi sonrisa se va ampliando con la respuesta muda de Will y cojo el papel que escribe para leerlo con curiosidad. Al terminar de leer miro de nuevo a la pareja y termino en Will. - Me alegro mucho. 

Mi estómago ruge con fuerza entonces, haciéndome soltar una pequeña risa, tal vez sea mi Rabia amenazando con comerme a mí si no me alimento. Así que decido obedecer sus exigencias y cojo un trozo de pizza hawaiana para darle un buen mordisco. No entiendo qué les pasa a todos con ella, está cojonuda. La marcha de Ben apaga un poco el alivio que la risa anterior había generado en mi pecho, recordándome que no estamos precisamente en una buena situación. - Luego nos vemos, Ben -me despido con voz suave, pero llego tarde, pues ya tan sólo queda la estela de su marcha-.

Suspiro y me concentro en recuperar la sensación anterior. La llegada de los dos que faltaban haciendo tonterías, es una gran ayuda y mi sonrisa vuelve, más amplia. Ya estamos todos. Un todos más grande que un rato antes, pero eso sólo nos hará más fuertes. 

Acaricio con los dedos el brazo de Tyler cuando me rodea por detrás. - Cuando quieras, Ty. Gracias - respondo y sus palabras apagan la duda que había brotado en mi estómago sobre si había hecho lo correcto liberando mi voz-.

Suelto una carcajada con su referencia a la piña. Quizá un poco exagerada para la gracia real, pero libero mi alivio con ella. - No paaaasa nada -afirmo, enarcando las cejas al alargar la sílaba-. Quien no quiera su pizza que la vaya dejando en mi plato. 

Después me meto otro trozo de pizza en la boca y niego con la cabeza a la pregunta sobre el rey ese. - Ni idea -digo, tapándome la boca con la mano antes de volver a masticar. Miro a Jane y a Alex con curiosidad. Ellos saben muchas cosas -.