Partida Rol por web

Todavía asombrados o desconcertados, mis compañeros se dejan hacer.

El aliento vital de Gaia me ha imbuido de la capacidad de discernir las influencias del Wyrm y esa es una de las mejores bazas que tenemos en esta guerra. Lentamente, las energias del Túmulo se alinean mientras percibo las improntas espirituales de mis hermanos.

Por un instante, unos destellos de colores, como si fuesen mariposas, aletean frente a mis ojos, a la vez que unos estremecimientos electrizantes cosquillean en mis tripas. La pureza reinante en la sala, el brillo apagado, pálido, del conocimiento acumulado en aquellas paredes me embarga, alegrandome.

Sin embargo, las dudas no tardan en aparecer, empañando ligeramente el fulgor que nos embarga.

Y, sorprendentemente, las mayores dudas no son expresadas en voz alta. Frunzo el ceño al darme cuenta de que, si bien ha aceptado mi examen, algo no va bien. Noto como su ceño se frunce, sus labios se curvan en una mueca de desagrado y sus mejillas se encienden avergonzadas.

"Mierda..."

Trato de concentrarme en percibir las casi seguro inexistentes pulsaciones del Wyrm, mientras se me parte el alma al ver como Amber esquiva mi mirada. "¿Se avergüenza de mi? ¿De si misma? ¿Tiene miedo?" Rápidamente hago memoria de lo que ha pasado, de porque ha pasado de estar enfadada con Tyler a esquivar mi mirada... "Mierdamierdamierda... La piedra espiritual... Maldita sea... Tengo que explicarle porque lo hice... Si es que consigo saber porque lo hice..."

Resoplo, esquivando la mirada de Amber, incomodo.

Y entonces, William Voz-de-la-Umbra, se indigna conmigo y me recrimina por someterles al tercer grado espiritual. Noto una opresión en el pecho, mientras la duda y el miedo atacan de nuevo, sumiendome en una espiral de autocompasión y aborrecimiento...

- Voz-de-la-Umbra... Estoy seguro de que no voy a descubrir nada... Ruego encarecidamente por ello... Pero tengo que asegurarme... Es incuestionable que llevamos todo el dia alterados y parece claro que tanto Eve como Helen pueden estar relacionadas...

Me callo, consciente del dolor que causo a mis hermanos de Manada. "Lo que ha de hacerse, ha de hacerse... Y punto." En ese momento, William trata de hacer las paces, de comprenderme y de perdonarme... Consiguiendo que me sienta como una autentica escoria paranoica, babeante y retrasada, ejemplo arquetipico de nuestra Tribu... "La función debe continuar..." A pesar de todo, aplaude mi sugerencia de tratar de proteger a nuestras invitadas.

- Será un placer, Voz-de-la-Umbra.

Tyler relee las notas de William y toma la palabra. Sus palabras me dan su apoyo y su visto bueno, consciente de la necesidad de que tengamos cuidado con nosotros mismos y con nuestra autocomplacencia. "Paranoia..." Tambien parece aprobar mis precauciones, aunque no hace ningún comentario sobre el hecho de que halla usado ese ritual sobre Amber sin su consentimiento.

"O no le importa o lo aprueba..."

Me giro hacia Amber, viendo de nuevo esa expresión contrita, entre avergonzada y furiosa. Parece desconcertada, incapaz de sostenerme la mirada, irradiando soledad por todos sus poros, hasta el punto de alcanzar un eco en el tejido espiritual.

"Mierda... Soy un cabronazo insensible... En cualquier otro momento, esto podria haberse solucionado con una colleja, un vaso de agua helada sobre la cabeza y una semana de bromas sobre bragas, tangas y enanos salidos... Pero, ahora, se trata de desprecios, duda y conmiseración... Joder, necesito una ducha y muuuuucho jabón... Y un buen estropajo."

Y, en ese momento, son previo aviso, suelta su bomba.

- ¡¿Qué?!- La sorpresa hace tambalear mi concentración...- ¡¿Vais a organizar un trio o qué?!

Abro mucho los ojos. Este día aciago no deja de depararnos sorpresas, y esta en concreto es una buena bomba. Tampoco soy un as de los sentimientos, pero sé reconocer una intrusión. En sueños veo violaciones, saqueos, asesinatos de inocentes y rupturas de la Letanía y de cualquier cosa que pudiera significar ser Garou. Me sorprendo mucho alzando la mirada, aunque aún tengo los ojos delicados por las estocadas de mi mente y las palabras de Tyler, y mirando a Alex.

- Lex, estoy seguro de que tu intención es buena - le digo -. Pero recuerda que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones - parpadeo, y miro de reojo a Amber, a la que descubro que me estaba mirando, titubeo un poco y miro a Alex, a Ty y a Will -. Somos una manada, aunque no nos ampare un Tótem. Me da igual lo que digan los Incarna, a la mierda los Incarna. Ellos han permitido a sus queridos hijos todo tipo de salvajadas, desde la Guerra de la Rabia y seguramente desde antes. Somos manada - enfatizo -. Comprometidos - digo mirando a Will, haciéndole saber que sus luchas por Helen serán las mías -, leales - añado mirando a Ty, a pesar de que podamos estar en un momento de desencuentro -, y unidos - termino mirando a Alex, no enfadada, ni siquiera seria, serena y calmada -. Somos uno aunque seamos cinco. No hay sospechas entre nosotros, ni secretos entre nosotros. Somos un Círculo

El poder demanda sacrificio. Vamos, Jane, no puedes pedirles que confíen si no confías tú. Sacrificarme a mí misma como un corderito, para demostrar lealtad y compromiso. Qué poco ha cambiado el mundo desde las tribus primitivas. En fin, también podría distraer la furia de Amber y desviar la culpabilidad de Lex. No eres Jane, eres una Garou del Círculo de Plata. Abre tu corazón sangrante y deja que lo quemen.

- Yo...quería contarle esto a Amber en privado antes, pero...cuando me he largado ha sido porque Eve me estaba poniendo...nerviosa - no lo voy a saber explicar -. Digamos que esa reacción hormonal de la que hablaba me ha afectado. Lo que no tiene sentido porque no soy un macho - dejaré que saquen sus conclusiones, en vista de que no tengo ninguna propia. Si quieren pensar que mi fisiología fallida de experimento de laboratorio me está jugando una mala pasada, perfecto. Si quieren creer que es un encoñamiendo, perfecto. Si, como Tyler, quieren llamar "amor" a esto, ellos mismos -. Las visiones que he tenido las describiré con más calma a Ben, pero os prometo que os contaré lo que queráis y sepa responder. Son sólo errores de un arma imperfecta, visiones sin valor de un monstruo de Frankenstein con defectos de fábrica

Tomo aire y me doy cuenta de que siento las mejillas frías. Jodido, Jane, has llorado. Has fallado. Eres un error y acabas de demostrarlo. Nunca serás lo bastante buena para que el padre que no tienes se arrepienta de haberte abandonado.

- Comprometidos, leales, unidos - termino

Y vuelvo a bajar la cabeza.

La exclamación de Alex, aún sin estar seguro de si lo dice en serio o en broma, hace que me ponga en pie como impulsado por un resorte. El brusco movimiento de mis piernas empuja la silla, que se desplaza chirriando sobre el suelo más de un metro.

¡Joder, Alex! -Le espeto, molesto- ¿Podrías dejarte de gilipolleces? -Con cara de pocos amigos, me aparto de la mesa y me encamino decidido hacia un mueble cercano, mirando de reojo a Amber, aquella que más duras palabras me ha dedicado. Pero eso no importa ahora. Lo que importa es lo que ha dicho Alex, lo que ha hecho, y cómo puede sentarle a ella. Llego junto a los libros y busco con la mirada, hasta encontrar lo que busco. Un pequeño abrecartas, que cojo y empleo para segar suavemente un pequeño mechón de mí flequillo, en un lateral. Con el mechón en una mano y el abrecartas en la otra, me acerco a Alex, hablando lo bastante alto como para que todos puedan oírme- Lo que sea que hayas hecho con Amber, también conmigo. Si necesitas algo más, dímelo.

Con este simple gesto, dejo claro lo que quizás no explicaran suficientemente mis palabras. Si el Philodox quiere comprobar, que compruebe. Si quiere seguir, que siga. Es su puto trabajo.

Jane comienza a hablar, y juro que por un momento creo estar oyendo a una verdadera Galliard arengando a su manada. Unidad, compromiso, lealtad... Palabras que no debíamos necesitar reafirmar, que se suponía estaban ya impresas en nosotros. Y sin embargo, hoy se nos ha puesto a prueba demasiado a fondo. Quizás debamos hacer examen de conciencia, ¿realmente hemos estado a la altura? ¿Lo he estado?

Salgo de estos pensamientos arrastrado por el cambio de tema de Jane. Parpadeo, sin terminar de ubicarme... Su nerviosismo, cuando no terminaba de explicarse, cuando me vi interviniendo para que no se liase más, y se terminó marchando en silencio... ¿Afectada por Eve? Pero... ¿Eso significa lo que creo...? No, aparto ese pensamiento de mi mente. Es Jane, es mi Jane, eso es algo que ni me incumbe ni me importa. No como lo siguiente.

¡No! -Exclamo, con un gran esfuerzo por mantener los nervios a raya- ¡No, no, y no! -Enumero- No eres un arma, -Eres un soldado, no un arma sin voluntad en manos de otros- no eres imperfecta, -Eres perfecta tal como Gaia te ha creado- no... -Con cada palabra estoy un paso más cerca de mi pequeña- ...eres... -A pesar de todo lo que me ha dicho, de lo que pueda pensar de mí- ...un... -Eso no cambia nada- ...monstruo. -Me presento ante ella, mirándola desde toda mi altura con los puños cerrados a mis costados- No vuelvas a decirlo.

Me destrozas por dentro cada vez que lo haces...

Bien, las rondas. -Cambio de tema bruscamente- Hablaré con Riley por si quieren participar. Yo haré la primera, de modo que espero que alguien me avise cuando todos se vayan a dormir. Cuando acuerde con las Furias su posible participación, os comunicaré el orden. Si alguien tiene preferencias, que me lo diga. -Echo un vistazo a los diferentes rostros que me rodean, tan familiares y extraños tras este aciago día de desencuentros- Si nadie tiene nada más que añadir, creo que podemos dar por finalizada la reunión. -Me froto los ojos con una mano, cansado.

Las palabras de Ty acerca de las obligaciones de Alex, me dejan cierto regusto amargo, entiendo que cumple en cierto modo con sus obligaciones, pero el celo que muestra, me resulta algo excesivo.

Miro a Ty sorprendido por los deseos de Eve, sin llegar a comprender realmente los motivos, ¿verme en mi forma de batalla?...bueno. Me encojo de hombros asintiendo, sin problema.

Tan absorto estoy en otros temas, que no me doy cuenta de la incomodidad de Amber, ni me cuestiono porque  Alex empelo el rito con ella.

Soporto la paranoia de Alex como buenamente puedo, sin ver la relación tan clara entre nuestro estado y las dos... ángeles como dijo Amber. Hasta que tiene esa salida de tono, joder Alex, tio... pienso negando con la cabeza. Apenas termina de pronunciar las palabras, recibe una merecida reprimenda de Ty. Entonces veo como se corta un mechón de pelo y se lo entrega a Alex, si quiere uno mio, no tiene mas que pedirlo.

Cuando comienzo a escuchar las palabras de Jane, veo como reflejan todo aquello que yo he pensado. Después agradezco su mirada, mis batallas no son solo mias, somos una manada, sus problemas no son solo suyos, somos una manada. Pero empieza a hablar de ella, de como se siente, y sus palabras me hielan la sangre, escucharla hablar de si misma, de esa manera tan cruda, me hace daño, y si me lo hace a mi, a Ty debe haberlo destrozado. Y nuestro alfa actúa como cabria esperar, nada mas.

Para concluir finalmente con la reunión.

Pensativo y con la cabeza gacha, me acerco a Alex recuperando la libreta.

Para dirigirme después al salón.

Igual es mejor que haga la última guardia, ya todos estarán bien descansados y si hay algún problema, un poco de ruido bastará para despertarlos a todos.

Apenas salgo busco con la mirada a Helen.

Ty, tengo que decirle que me llame cuando quiera para mostrarme a Eve, tuerzo el gesto, que mal ha sonado eso... y lo de la guardia.

Vuelvo a notar las tripas rugir, llevo la mano al estomago, pero primero a cenar.

​Me descubro pensando que quiero que Helen esté conmigo cuando me muestre a Eve. Quiero que sea Helen la primera que acaricie mi pelaje, y la última también. Se lo diré luego, no joder, mejor ahora.

Arranco una hoja de la libreta y escribo para entregarsela a Ty, cuando quieras que me vea Eve, me llamas. Lo de la guardia, igual es mejor que yo haga la última, todos estararéis bien descansados y si hay algún problema, un poco de ruido bastará para despertaros.

Después de dársela vuelvo para encontrarme con Helen.

Una vez terminada la cena, tomo a Helen de la mano y le indico con la cabeza que subamos a nuestro pequeño rincón, hay tantas cosas que quiero contarle, tantas cosas que quiero saber de ella. Sonrío pensando que si tuviese mi piano, me gustaría tocar para ella.

Mientras subo les hago un gesto con la cabeza a los demás a modo de despedida.

Una vez arriba, tras cederle el paso, cierro la puerta. Busco con los ojos por la estancia, igual el suelo esta demasiado duro para ella, yo duermo en cualquier sitio, pero no se si Helen... bueno, luego ya pensaremos algo.

Me siento en el suelo haciéndole un gesto para que se siente a mi lado y garabateo en la libreta: ¿tienes sueño o quieres que hablemos un rato?

Me gustaría contarte cosas, y que me contases cosas de ti, ya se cual es tu sabor de helado favorito, pero aún no se cuando es tu cumpleaños, el mio es el 1 de mayo.

Paro un momento y para acariciarle la mano.

Me gusta tanto tu voz, tiene un color precioso.

La miro sonriendo para volver a escribir de nuevo.

No se como llegue a ti, pero se que tenía que ser así, en toda mi vida jamás he estado mas seguro de algo.

Dudo unos segundo pensando como escribirlo sin que suene raro, finalmente muevo la cabeza quitándole importancia, sin llegar a encontrar realmente una manera adecuada.

Ty me ha pedido algo. Eve quiere verme, no se porque, pero parece importante para que luego tú y yo...

Me muestro algo azorado, pues temo que le parezca tonto

... y te parecerá una tontería, pero me gustaría que primero pudieses verme tú. Si quieres claro*

Ladeo la cabeza sin saber que pensará. Para levantarme después y comenzar a cambiar**, me agacho hasta quedar casi tumbado, para resultar menos amenazador, y cuando termino de hacerlo muestro el cuello como haría en señal de sumisión, le dedico una mirada de lado, tratando de saber que piensa, y en mis ojos solo hay amor y entrega. Cierro entonces los ojos, esperando sentir su mano acariciando mi pelaje, blanco en su mayor parte, con suaves tonos grises en la nuca, las puntas de las orejas, bajo los ojos y en las patas. Aguardo en esa posición, sin moverme, hasta que ella decida hacerlo.

Salgo de la sala de lectura con gesto apesadumbrado, cansado, aunque mis ojos muestran un destello de Rabia. No la rabia salvaje y descontrolada del depredador asesino, sino la rabia que nace de la impotencia y la frustración, y sobre todo de la decepción.

Sin embargo, mi gesto cambia cuando alzo la vista y veo a esas tres chicas conversando. Especialmente a ella, a Eve, cuya simple visión es suficiente para disipar todos mis temores... y reemplazarlos por otros nuevos. Se que puedo enfrentarme al rechazo y la desconfianza de los míos, y a todo lo contrario, a la excesiva confianza para la que no me siento a la altura. También a todo peligro que se cruce en mi camino, a todas las criaturas que la guerra tenga a bien poner ante mis garras. A todo puedo hacer frente... menos a la perspectiva de perderla...

Inspiro profundamente, aguantando el aire en mi pecho un instante antes de dejarlo salir bruscamente en un suspiro, tras el que comienzo a caminar hacia las tres mujeres.

Chicas... -Sonrío al llegar, sin poder evitar que mis ojos se depositen en el celeste de la mirada de Eve, para quien sonrío con una alegría que me falta, guiñándole un ojo con coquetería, antes de girarme para hablar con la Furia- Riley, ¿puedo robarte unos minutos?

Invito a la Galliard a acompañarme a un rincón apartado, no sin antes dedicar una mirada de complicidad a Eve, tratando de mostrarme más seguro de lo que realmente estoy.

Bueno... -Meto las manos en los bolsillos de mi pantalón, haciendo ascender los hombros con gesto incómodo- Los... los chicos me han contado lo que os pasó. -Trato de no especificar demasiado. No es necesario convertir en palabras aquello que tanto duele- Quiero... en fin, darte el pésame, decirte que lo siento, de verdad. -Mi triste expresión deja clara la veracidad de mis palabras. No es un simple formalismo, conozco demasiado bien lo que puede estar sintiendo como para eso- Yo... se lo que es la pérdida, así que... Bueno, si necesitáis algo, cualquier cosa, aunque sólo sea hablar... Podéis contar conmigo, ¿vale?

Pero esta es sólo la parte más amable de lo que he venido a decir.

Dicho esto... Creo que las cosas no han empezado con muy buen pie por aquí. -Echo un vistazo alrededor, observando brevemente a los presentes en la sala principal antes de volver a mirar a Riley- No os hemos pillado en vuestro mejor momento, y vosotras a nosotros tampoco. Demasiados desencuentros, demasiados malentendidos, demasiada tensión. Pero vamos a formar parte del mismo clan, proteger juntos a las Musas, y qué cojones, a Paso-gris no la he tratado mucho pero tú me pareces buena tía. Quisiera que todos pongamos de nuestra parte para que las cosas funcionen.

Tras decir esto, que considero tan importante, me quedo unos instantes sosteniéndole una mirada amable, pero llena de determinación. Quiero que esa idea se aposente en su interior, que crezca en ella el mismo convencimiento que yo tengo.

Y ya pasando a temas más concretos, doy por hecho que iremos juntos al norte, de modo que ¿tenéis vehículo? Porque nosotros tenemos una moto y un coche, así que vamos justos de espacio. -Digo encogiéndome de hombros. Son problemas menores a los que no nos costaría encontrar solución, llegado el caso- Por otra parte... dada la situación, he determinado hacer guardia por la noche, que haya siempre un garou en lupus despierto y atento, como medida de precaución. Esto es cosa del Círculo de Plata, no soy quién para decidir por nadie más, pero he pensado que quizás querríais participar, Aletheia y tú... -Me encojo de hombros, nuevamente- ...si no estáis muy cansadas. Sin compromiso, estaría bien empezar a colaborar entre nosotros, pero comprendo vuestra situación, así que... -Espero una confirmación por su parte, antes de continuar. Y es que, de aceptar la participación en este asunto, hay otra cosa...- Bien, yo... Si participas en esto, hay algo que quisiera pedirte... -Comento ligeramente avergonzado, mirando hacia los demás, que se van arremolinando en torno a la mesa donde cenar- Voy a encargarme de la primera ronda, de modo que, como Eve y yo vamos a cenar arriba, te lo agradecería mucho si... bueno, si me avisaras cuando todo el mundo vaya a acostarse... y te quedases con ella. -Tuerzo un poco el gesto, alzando las cejas- No quiero que se quede sola ahí arriba, y ella... confía en ti. -No estoy seguro del todo de que eso sea exactamente así, pero recurrió a ella cuando no se sintió segura, antes. Y el compromiso de Riley con la seguridad de Eve, pese a las formas, es innegable. No se me ocurre mejor opción- Puedes hacer el segundo turno de guardia...

Suspiro, pensando en la última parte que me queda por comentar. Va a ser complicado, y Riley tiene demasiado temperamento. PPrecisamente por eso, porque se cómo puede sentarle, es por lo que decido encargarme yo del asunto. Si sale mal, cargaré yo con las consecuencias.

Hay una última cosa. Lex-talionis, nuestro Philodox... Ha sufrido una especie de ataque de exceso de celo respecto a las responsabilidades de su auspicio... -Me encojo de hombros, sonriendo para tratar de restar importancia al asunto- Se ha empeñado en asegurarse de que no haya trazas del roce del corruptor en ninguno de nosotros... Nos ha sometido a riguroso escrutinio espiritual para descartarlo, y tiene intención de hacer lo mismo con todos los demás, con vosotras y con las parientes... -Mi sonrisa desaparece, clavando en Riley una mirada azul llena de buena voluntad- Os ruego que no os lo toméis como una ofensa, ya que no es su intención. Él... pese a todo lo que ha pasado, sólo habla bien de vosotras.

Por primera vez veo realmente cabreado a Tyler y lo cierto es que me acojona bastante. Le sigo con la mirada mientras se levanta y se pone a buscar algo en uno de los muebles de la sala.

Me quedo de piedra, consciente de la terrible soledad que se ha abierto entre todos y de lo poco unidos que estamos, diga lo que diga Jane. Y, por mucho que Tyler decida apoyarme, entregandome voluntariamente lo necesario para facilitar la ejecución del Ritual de la Piedra de Busqueda, creo que esta muy ofendido.

Jane tomo la palabra para tratar de mostrarme su apoyo tambien, aunque sus consideraciones sobre la bondad de mis acciones. "Cuanta razón tienes, Jane..." Fugazmente miro a Amber, sabedor de que con ella, esa es una verdad casi absoluta.

Pero las revelaciones de esta noche, la exposición de los secretos grandes y pequeños de cada uno de nosotros no han terminado todavía.

- ¿Como dices?- No entiendo ni jota de lo que habla... Aunque, visto lo visto con Tyler, el tema hay que tratarlo con mucho cuidado.- Eve... A ver...  Supongo que a todos nos ha afectado... Y... Eso no tiene porque ser malo...- "Mierda... Me siento como si estuviese jugando al buscaminas... Con el corazón y las almas de mis hermanos, de mi Manada... Joder..."- Como lo de esas... visiones... Jane... Tia, por favor... No digas eso...

En ese momento, Tyler brama, negando las palabras de Jane, dando voz a lo que todos pensamos. Aún con lagrimas en los ojos, nuestra Ahroun es capaz de pronunciar tres palabras que definen todo lo que somos.

Todo lo que representa esta manada.

- El circulo de plata.- Repito.- Comprometidos, leales, unidos...

Con esas palabras resonando en mis oidos, Tyler distribuye las tareas para esta noche y da por concluida la reunión. Noto sobre mi cabeza el peso y la tensión de las emociones vertidas en la sala. Claro que todavía quedan cosas por hacer, secretos por descubrir y meteduras de pata que conseguir...

"Dura es la vida del artista."

- Tyler, quisiera hacer la tercera guardia, si es posible... Y...- Resoplo profundamente, consciente de que se esta rifando una hostia y que tengo muchas papeletas, si no me ando con cuidado.- Y... Tengo que... Tengo que cumplir con mi deber, Tyler...- Parafraseo sus palabras, esperando conseguir que comprenda lo que le digo. Aprovecho que William se acerca para entregarle una nota para exponer la misma cuestión a nuestro Theurge.- Y con Helen tambien, Will. Por favor.

Las palabras de Jane despreciándose a sí misma me hacen fruncir el ceño, pero no reacciono como lo haría normalmente. Me limito a asentir levemente a la respuesta de Tyler y cuando disuelve la reunión, tomo aire y enderezo la espalda. 

- Haré la segunda guardia, si te parece bien -digo, mirando brevemente a mi alfa, para después dedicar una fugaz mirada a Jane-. No cenaré con vosotros, necesito estar un rato a solas y tocar. Pero búscame después de cenar si te apetece y hablamos. 

Hago mi mayor esfuerzo para dedicarle una sonrisa desvaída a mi pequeña sabelotodo y sin añadir nada más me giro para salir de la habitación, con intención de coger un emparedado o algo similar y llevármelo al lugar donde abandoné la guitarra cuando Alex nos llamó. Necesito pensar. Necesito tocar. Necesito... No tengo ni idea de lo que necesito, pero no me siento capaz de sentarme a la mesa y fingir que todo está bien. 

Salgo del despacho apresurada y con la mirada baja, ni siquiera me detengo a mirar si hay alguien en la sala central. Voy directa al lugar donde hace apenas un rato estuve tocando y con un pequeño resoplido me dejo caer junto a la guitarra, apoyando la espalda en la pared. 

Miro el emparedado en mis manos con el ceño fruncido y sin verlo realmente. A pesar de que mis tripas se mueven, no tengo ganas de comérmelo ahora y mi mirada se termina desviando hasta la guitarra. Cruzo las piernas a lo indio y dejo el emparedado sobre ellas. Mis dedos se estiran para acariciar con cuidado la guitarra y la cojo con un gesto dulce, poniéndola en mi regazo. - Tengo que pedirle a Will que me la dedique. - Pienso mientras la rodeo con los dos brazos, el izquierdo por debajo y el derecho por encima. 

Ni siquiera soy consciente de en qué momento empiezo a tocar, rasgando las cuerdas con suavidad y dejando que mi voz siga esa melodía mientras trato de evadirme del frío que se ha instalado en mi interior. 

Un pequeño cosquilleo en mi pecho me recuerda esa melodía que había estado dándome vueltas durante todo el día. - "Paso a paso, día a día, batalla a batalla." - Recuerdo las palabras de Tyler con tristeza. Sin embargo, en estos momentos no me siento capaz de recuperarla. Pensaba que no podía haber nada peor que el silencio umbral, que si lo superábamos seríamos capaces de afrontar cualquier cosa... Pero en estos momentos mi natural optimismo me ha abandonado y no puedo evitar sentir que hay algo roto entre nosotros. 

Tiene que haber algo mal si Alex necesita mantenerme vigilada. Y eso tuvo que ser antes de que llegásemos al Túmulo, antes de que todo terminase por desatarse. Esa desconfianza ya estaba en él sin que yo siquiera lo imaginase. Y por mucho que Tyler haya hecho ese pequeño gesto dándole el mechón... Si Alex dudaba de mí en secreto... 

Un nudo aprieta con fuerza mi pecho y tengo que detener la canción un instante para tomar aire. ¿Y si Alex sospechaba que ese silencio umbral era por mi culpa? Sabía que los otros se estaban culpando a sí mismos, pero yo no me había planteado esa posibilidad. ¿Y si soy la causa? Mi madre siempre dice que no se puede hacer nada conmigo. ¿Y si tiene más razón de la que cree y soy la vergüenza de mis Ancestros? Ni siquiera mi pelaje es blanco y puro, como debería. ¿Y si hay algo realmente mal conmigo?

No sé en qué momento el picor de mis ojos me hizo cerrarlos y las lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas, lentas y solitarias, hablando de una herida que me va a costar restañar, pero tengo que soltar las cuerdas un momento para pasarme el dorso de la mano por los ojos y sorber por la nariz antes de comenzar otra canción. 

Me gustaría poder retirarme con Helen, a solas, como piensan hacer Eve y Ty, estar tranquilo, como quiere hacer Amber... pero no me parece lo mas correcto en este momento.

Antes de que consiga acercarme a Helen, Alex vuelve a importunarme con su petición. Le miro sin ocular mi molestia. Si Ty le ha autorizado, quién soy yo para decirle lo contrario, ¿su hermano de manada, su igual...?, pues aunque otros le desdeñen por su nacimiento, nosotros no...y donde queda todo eso.

Arranco un trozo de hoja, pues no vale la pena malgastar mas papel ni mas tinta con esto... no quieres mi autorización... solo acallar tu conciencia. Cuando termino de escribir, apoyo la hoja sobre su pecho y me vuelvo hacia Helen sin dedicarle mas tiempo.

Me encamino hacia la salida, momento en que tomo nota de las peticiones de guardia que algunos de mis compañeros me transmiten. La de Will será fácil de complacer, las otras dos... Bueno, a ver cómo sale lo de Riley, en función de eso veremos.

Y yo el mío, Alex, así que no me agobies, ¿vale? -Respondo cortante ante su insistencia- Primero tengo que hablar con Riley para que no te arranque la cabeza por esto... -Si le sienta mal, prefiero ser yo quien se enfrente a su ira- ...y luego me ocuparé de Eve. Pero no me metas prisa.

Amber comenta que tampoco cenará con el grupo. Pero, al contrario que en mi caso, no es porque quiera disfrutar de otra compañía durante un rato, el poco que se puede permitir. No, es para estar sola, pensar, o dejar de hacerlo. Todos lo necesitamos de vez en cuando, yo el primero, sólo espero que no sea para alimentar unas dudas que no debieran existir.

Pero llevate algo de cena, Amber, tienes que comer... Aunque sea un poco...

La petición me deja un regusto amargo. Entrecierro los ojos con gesto molesto, sabiendo que no puedo evitar preocuparme, más aún cuando veo el gesto de Will con Alex, que me arranca un suspiro cansado, y me encamino a la salida de la sala.

Amber le dedica una breve mirada a Tyler antes de solicitar su turno de guardia e informarnos de que no cenará con nosotros. Se me cae el alma a los pies cuando la veo marcharse hacia el lugar donde dejó apoyada su guitarra.

Asiento lentamente, en silencio, cuando Tyler me pide unos minutos para preparar el terreno, viendole marchar.

Ser consciente de que soy responsable de esa situación hace que se me atraviese la última bocanada de aire, palideciendo avergonzadisimo.

"He roto el Circulo... Lo he hecho pedazos con mis propias manos..."

Estoy contemplando mis manos, aterrado, cuando Will deja claro lo que opina de mi petición, golpeandome con el dedo sobre el pecho al apoyar un trozo de papel. Su mirada, de franca desilusión y visible cabreo, me atraviesa. Noto como la sangre abandona mi rostro para concentrarse en la punta de mis orejas.

Cuando leo las dos cortas frases, garabateadas a toda prisa, cargadas de furia, deseo morirme alli mismo. Sin embargo, la vergüenza y el miedo dejan paso a la ira. Tensando la mandibula, echo a andar en pos del Theurge, que se ha acercado a su prometida.

La visión de como sus labios de rubí se curvan en un rictus de preocupación, mientras una arruga se forma en su frente y sus ojos se clavan interrogadoramente alternativamente entre Will y yo.

- Helennecesitopedirteunfavorporfavor...- Tengo que parar de hablar atropelladamente para tomar aire. Noto como me tiemblan las piernas y como la barbilla empieza a moverse, mientra evito a duras penas el puchero...

"Soy un pedazo de cabrón... Perdoname Helen... Por favor... Perdoname... Will... Perdonadme por favor... Perdonadme todos... Por favor..."

- Helen... Tengo que pedirte un pequeño favor... Es una estupidez...- Mis mejillas se encienden, mientras alzo la cabeza intentando evitar que me vea contener las lagrimas. Consciente de que ahora mismo ese no es el mejor movimiento, la bajo de golpe, evitando mirarla. Mis hombros empiezan a temblar incontroladamente, mientras me muerdo los labios.

Aprieto los dientes con fuerza y me paso el dorso de la mano por los ojos, sollozando. Me limpio contra las perneras del pantalón, nervioso y deseando acabar cuanto antes...

- Será solo un segundo... Bastara conque me tomes de las manos y respires con normalidad... Por favor...- Extiendo mis manos, esbozando una temerosa sonrisa de animo...

Parpadeo rápidamente antes de soltar las manos de Helen. Inconscientemente, demoro la punta de mis regordetes dedos sobre la palma de sus manos, deslizandolos lentamente hasta que siento como sus uñas arañan suavemente las yemas al romper el contacto.

Noto como un suspiro electrizante abandona mi pecho y recorre toda mi espalda a la velocidad de la luz.

- Gra... Gracias, Helen...- Evito cuidadosamente la mirada de Will, nervioso por si nota los impulsos que me esta enviando mi entrepierna.

Y, en ese momento, los ojos de Eve me atraviesan. Escondo mis manos tras la espalda, subitamente avergonzado. El temblor de mis piernas vuelve con fuerza, mientras que un escalofrio de una naturaleza bien distinta eriza mis cabellos.

Vuelvo a tomar aire, tratando de serenarme, al encontrarme en presencia de la Reina de las Nieves de Hans Christian Andersen... "Snedronningen..." Siento como me contempla con esa calma olimpica, fria y distante, con las piernas cerradas, las manos sobre el regazo y la espalda recta como un tablón de madera.

"Una reina de hielo digna de nuestro Alfa... ¿Estará su corazón tan frio como sus ojos... Tan helado como su mirada...?"

- Señorita Rothschild... Con su permiso... Por favor, tome mis manos... Se trata de una... Un... A ver...- Me aturullo de nuevo, incapaz de seguir, hipnotizado por su mirada. Una arruga de incertidumbre, muy similar a la que se ha formado en la suave frente de Helen aparece en el rostro de Eve.- Creo que su familia es consciente de que existen algunas normas de protocolo... Que...

Tenso la mandibula, cuadro los hombros y tiendo mis manos al frente.

- Señorita Rothschild, tome mis manos, por favor...

Regreso de hablar con Riley justo a tiempo, con gesto serio. Alex, tan apresurado como lo dejé en la sala, no ha perdido el tiempo, y llego en el momento en que suelta las manos de Helen, lo que evidencia que la chica de Will ya ha pasado su escrutinio místico. Con evidente nerviosismo, el Philodox deposita su mirada en Eve, en cuyo rostro puedo detectar la incertidumbre que se oculta bajo su máscara de orgullo.

Está bien, Eve... -Intercedo con aire solemne, tratando de transmitirle una seguridad que quizás no debiera. Esto es una soberana estupidez, pero es un protocolo necesario. Cuando haya pasado, podremos estar tranquilos de una santa vez- No es nada, una tontería, para que se quede tranquilo... -Apoyo mi mano en su espalda, acariciando suavemente el fino tejido de su vestido, mientras le dedico una tenue sonrisa.

Riley se rie de alguna tontería que parecen estar conversando las tres chicas, hasta Eve ha sonreído un poco. Cuando nota que llegas, su frente se arruga demostrando algo de incomodidad, no obstante, se pone de pie en cuanto la invitas a conversar, sorprendida además por los gestos y miradas que Eve y tú intercambian.

¿Qué rayos...?

Pero no dice nada, solo se cruza de brazos y empieza a oír todo lo que tienes por decir, abre la boca un par de veces para intentar protestar o responder pero inmediatamente decide no hacerlo a medida que vas explicándote, sobretodo cuando tocas el tema de su manada, jurarias que iba a llorar. Hay un punto sin embargo, en el que sientes como su rabia se asoma furtivamente al erizarse la piel de sus brazos.

- Es una ofensa Ensarta-lobas -responde en un tono rasposo y duro- ese es su maldito problema, creen que están por encima de todos, hasta de Isaac y Benjamin. Hemos sido invitadas, aceptamos de buena gana, pensé allá haré mi prueba de rango, allá Aletheia descansará, allá seremos mejor comprendidas por... la situación que une los dos garou que custodian este lugar. Pero no, no tengo ninguna mala onda con nadie y de pronto, tu manada cree saberlo todo y sentirse con derecho de todo. Aletheia fue muy buena con Lex-talionis; pero todo lo que hacia tu philodox era intentar jugar con ella con sus palabras, de no fiarse, de ser sarcástico, de ofenderla, hasta en rango y Aletheia tan sincera y jodidamente inocente, maldita sea... harias lo mismo que yo playboy, NADIE ofende a quien amas, a tu hermano de manada. Le adverti, pero siguió, tuvo que herir a Aletheia para darse cuenta que habia sido un gilipollas. Por eso cambie a mi forma de guerra, por eso le advertí que si seguía siendo un total idiota le daría una tunda que no olvidaría. -la ira escala apasionada por el cuerpo de la galliard, inflamada quizás por los sentimientos que significa su propia manada- Pero no lo hice, pero no por ninguno de ustedes. Sino por el túmulo, por mi honor y por Aletheia. -sus manos, sus uñas apretadas contra su piel- y todo lo que hace el resto es tratarme de ignorante, de no merecer estar aqui, no es bonito. Empezando por la rubia bocona, que solo hace teorías para darse cuenta más tarde que no sabe absolutamente un carajo. Siento mucho, haber tenido que detener al flacucho cara de niña, pero iba a exponer a la prima de Eve a cosas peores fuera... no te equivoques, las buscan, las huelen, el solo no podría defenderla... asi que hice lo que tenía que hacer y lo haría una y mil veces más.

Te mantiene la mirada, está enfadada aún asi parece pensar algo e inspira - No tengo nada en contra de nadie, ¡son hermanos por un puñetero demonio! pensé que ustedes no se andaban con gilipolleces tribales y estoy pensando que sólo eres tú. Mira, si quieres hacer guardia, está bien. La haré yo, Aletheia yo... quiero que descanse. Hagamos como dices, nosotras tenemos nuestra propia carroza. Si es un terrible philodox y tiene problemas de confianza, allá él, me ofende que desee inspeccionarme, pero si el cree que sabe más que Libra y que Aletheia, que vamos a hacer con el señor colmillo ¿lo oyen Musas? no se fian de estas furias a las que han aceptado aquí... increible... -dice en voz alta mirando el techo y el corazon del tumulo.

buena suerte con Eve, me voy a quedar viendo y voy a disfrutar, como le explican que la van a inspeccionar a ver si está manchada o corrupta... ¡que gilipollas que son!

Helen se deja llevar mansamente por tus manos, suben hacia aquella habitación en donde algún cercano tiempo atrás, consumaran el intenso cariño que sentían el uno por el otro. Ingresa primero, aceptando la galantería que demuestras al cederle el paso, no puede evitar aguantar una sonrisita inocente. Y cuando la invitas a sentarse junto a ti, en realidad se sienta frente a ti - No, aún no tengo sueño Will, pero ya quiero que sea mañana para poder oírte otra vez... -su rostro se enciende ligeramente, ante la confesión de la añoranza de tu voz- A... a mi también me gusta tu voz mucho Will, es agradable y me llena de paz. Contigo puedo afrontar todo lo malo que ha sucedido con mi familia. Mi cumpleaños es el 27 de septiembre

Escucha aún más y tus confesiones provocan que ella plasme una sonrisa bastante tonta y avergonzada en el rostro - me siento dichosa también de haberte encontrado -se mueve a tu lado y te da un beso en la mejilla, mientras continúa viendo lo que tienes por escribir.

Su rostro revela confusión cuando hablas de cambiar pero asiente ya que parece algo importante para ti, asiente aguardando y abriendo los ojos sorprendida ante el cambio, ya te había visto en tu modo hispo, pero la crinos sin duda era un dimensión totalmente distinta.

Aún agachado eres lo suficientemente grande y corpulento para intimidar, la respiración de Helen se detiene entre absorta y maravillada, se queda así unos momentos y cuando alzas tu cuello, tarda un poco en entender, pero finalmente sus dedos finos tocan primero con cierto miedo el pelaje, pero poco a poco abandonando el mismo y ganando más confianza, al punto de ponerse de pie e intentar rodearte y sentirte junto a ella, con el calor de tu cuerpo crinos, oculta bajo el manto blanco, hundiendo su rostro en el, luego abrazada a ti, simplemente sonreír y susurrar - es increíble Will, esto es muy hermoso... Will... te quiero

Junto a Helen se encuentra Eve, quien con la llegada de Will se ponen de pie mientras Riley acude a hablar a solas con Tyler. El rostro de Helen muestra consternación ante la forma en que Alex se dirige a ella, lo siente nervioso, preocupado, inconscientemente se ve enseguida tomando la mano de Will en búsqueda de apoyo.

- ¿qué... qué favor? -mira nuevamente a Will preguntandose si este sabe a que se refiere Alex. Se preocupa al notar el enrojecimiento en el rostro del pequeño garou, las lágrimas, parpadea preocupada sintiendo que algo va mal.

Eve enarca una ceja y sus ojos se clavan en Lex-talionis como las garras de un águila sobre su presa, pero parece distraerse con algo que sucede atrás entre Riley y Tyler.

Helen no se mostraba segura de querer aceptar, pero tan solo ver a Will a los ojos sabía que todo iba a estar bien - Si a Will, le parece... entonces sí -responde tomando de las manos a Lex-talionis, solo lo siente nervioso y nada más. Lo único que nota es como una caricia de un viento suave sobre las manos, solo que no hay viento. Helen no se entretiene con la idea y solo mira a Alex a los ojos, otra vez preocupada.

Después de ello, rodea con sus brazos la cintura de Will y entierra la cabeza sobre el pecho del mismo. Los nervios de Alex de pronto se le han contagiado

Hasta antes de que llegasen, Eve sonreía junto a Helen y Riley. Cuando Alex hizo la petición a Helen, una capa de frío hielo pareció rodearla, estaba claro que desaprobaba semejante cosa. Pero no intervino, miró de reojo a Tyler y Riley quienes parecían discutir algo. La respuesta a la petición de Alex fue una mirada altiva

- Porsupuesto que no -respondió tajante mientras se mantuvo de pie- No trate de aleccionarme. Conozco los protocolos y no existe tal cosa, no puedes obligarme y no te lo permito. -su mirada se clavo en tus ojos- No quiero oír más de este asunto irreverente -levanta una mano ligeramente, mostrando la palma, enfatizando la negativa y la nimiedad del asunto para ella.

- Riley -expetó en una orden, llamando a la garou.

Miro a Helen tratando de quitarle importancia a la petición de Alex, aun cuando por dentro me siento furioso.

Veo su voz malva, y sus palabras me hacen odiar mas a mi hermano, no, no me parece bien maldita sea, no tiene ningún derecho a hacerlo, siento deseos de gritarle a Alex, de decirle de nuevo que se está pasando, pero no, ya no pienso gastar mas tinta en este asunto, su castigo no serán mis palabras, será su propia conciencia.

Cuando termina, rodeo a Helen con los brazos para apoyar mi cabeza sobre la suya, notando el suave tacto de su cabello... hueles tan bien.

No miro a Alex, no vale la pena.

Le doy un beso a Helen en la cabeza, y me retiro después con ella, manteniéndome en la sala común, pero buscando un poco de intimidad. Necesito calmarme, olvidarme de nuestro Philodox por un rato, y de la grave falta de cortesía que considero ha cometido.

"No me lo creo... Esto no puede estar pasando..."
Noto como la Rabia se acumula sobre mis hombros, enroscándose para abalanzarse sobre la maleducada princesita que esta frente a mi... "Ignoras tus deberes hacia la Nación... Desafías mi autoridad como Garou y como Philodox de esta Manada... Desprecias mi hospitalidad y te atreves a chasquear los dedos a otro Garou... Aunque sea Riley..."
Mis puños se crispan de furia, mientras toda esa pasión que despierta en mi interior se transforma en cólera sorda que barre como una tormenta de nieve todo mi amor por ella.
- Señorita Rothschild... Toleraré cualquier desaire hacia mi persona... Toleraré cualquier impertinencia... Acataré cualquier castigo que se me imponga por lo que voy a decirle.- Fuerzo mi suerte un poco más y doy un paso hacia ella, hasta que la punta de sus dedos tocan mi nariz.- Pero si vuelve a reclamar la atención de alguno de los presentes como quien llama a un perro, le juró por Gaia que me vera enfadado de verdad.
Doy un paso atrás, crucificándolo con la mirada, mientras espero la cólera de Gaia abatiéndose sobre mi.