Partida Rol por web

Devoro la comida cuando la tengo delante, tenía mas hambre de la que creía. Durante la cena, trato de repartir mi atención entre Helen y Alex, y como era de esperar, le hago menos caso nuestro Philodox.

Las miradas, los gestos, las sonrisas que le regalo a Helen, no hacen mas que confirmar a la vista de quien nos mira lo que siento.

Cuando estamos terminando me vuelvo al escuchar a Alex hablar de un regalo, y abro los ojos observándole con curiosidad, hasta que nombra el rito y empiezo a comprender, el rito...está, está dispuesto a enseñarmelo, niego confirmándole mi desconocimiento, no, no se como se hace.

Le doy una palmada amistosa en la pierna, gracias, de verdad.

Acabada la cena, tomo algo de carne, y miro hacia el árbol, esperando encontrar al búho, no puedo verlo, pero imagino que sigue ahí, dejo la pequeña "ofrenda" al pie del árbol y me retiro después con Helen a nuestra habitación.

Escribiendo en una hoja, antes de marcharme, buenas noches, ya me despertáis cuando me toque guardia.

Sonrio cuando la pareja de levanta, dispuesta a retirarse a descansar y a disfrutar de un rato de cómplice intimidad. Mi sonrisa se ensancha un poco mas, mientras Will cumple con una auto impuesta obligación: alimentar al búho que apareció con ellos hace una eternidad.

Sin embargo el fugaz recuerdo de unos ojos tristes y de una suave piel ensombrece y humedece mis ojos.

Por un instante, me siento muy solo.

Muy furioso conmigo mismo y con todo el mundo.

Así que a solas, rumio mi silencio mientras recojo los bártulos que hemos usado para cenar. El recuerdo de la familiar palmada de apoyo de Will, a flor de piel, transmite  su tibieza , su amor, derritiendo mis reparos y derrotando mis deseos de fustigarme.

"Soy imperfecto... Eso solo significa que las cosas me costaran más que a otros... Subir el nivel..."

Completo la tarea, preparo una bolsa de basura y la dejo lista para tirarla en cuanto nos vayamos.

Acto seguido, preparo una bandeja con la cena para las dos chicas de nuestra Manada, a las que no estoy dispuesto a dejar sin cenar.

Carraspeo prudentemente anunciando me presencia. Había tenido que guiarme por los acordes de la guitarra de Amber. El rasgeo de las cuerdas tenía un timbre extraño, aunque la maestría de nuestra Galliard consigue que el resultado siga transmitiendo emociones.
Tuve que pararme y respirar con profundidad antes de acercarme definitivamente. Con una sonrisa ofrecí las provisiones que traía conmigo.

- Buenas noches...- Una frase de compromiso para una comprometida situación.- Os traigo algo de cenar... La mayoría es pasable, pero la cecina y la carne ahumada esta bastante bien.
Ofrezco también las bebidas que he traído.
- El zumo esta templado, lo siento.- Me notó anquilosado, envarado en presencia de Jane y de Amber.- Tenemos los turnos de guardia. Amber, te toca sustituir a Riley... Yo te relevo y te desperé a ti, Jane.- Hago una pausa dramática, esperando a ver sus reacciones.- Puedo hacer algo más por vosotras?

Las palabras de Jane suena sensatas, como siempre. Y realmente quiero creer en ellas. - ¿Qué me está pasando? No suelo dudar así de mí misma... 

Sin embargo, cuando inclina la cabeza para decir sus últimas palabras... Mi ceño se frunce y niego con la cabeza. Eso sí que no. Ni hablar. La miro, directamente a esos lagos azules que tiene por ojos y la preocupación y la ternura se mezclan en los míos. - Eso no es así, Jane -respondo, dispuesta a intentar poner otro punto de vista distinto sobre la mesa-. No eres ninguna anomalía. He estado pensando en lo que te pasa. Tal vez haya otra explica...

Antes de que siga hablando un carraspeo anuncia que ya no estamos solas y levanto la mirada sorprendida. Al ver a Alex mis mejillas se sonrojan y bajo la mirada por un momento.

Ambas estamos sentadas en el suelo de un corredor apartado de la sala principal. Yo con las piernas dobladas a lo indio y la espalda apoyada en la pared. La guitarra continúa en mi regazo y, sobre mis piernas, un emparedado olvidado espera su momento. Mi brazo izquierdo sostiene la guitarra y los dedos de mi mano derecha están enredados con los de Jane. Tengo los ojos enrojecidos y las mejillas todavía pegajosas por haber llorado hace un rato y mientras miro hacia abajo aprovecho para soltar un momento la guitarra y pasarme el dorso de la mano por la cara. 

- Oh... Gracias. - Noto la incomodidad de Alex y no puedo evitar contagiarme de ella, esquivando su mirada. - No hacía falta que te preocuparas -añado, haciendo un esfuerzo por no poner cara de circunstancias-.

Repaso el orden de las guardias y me cuesta contener una mueca. Entre Riley y Alex, perfecto. No se me ocurre ninguna combinación más incómoda. No obstante, no emito queja alguna. Tan sólo niego con la cabeza como respuesta a su última pregunta. - No, estamos bien. 

En algún momento voy a tener que afrontar todo esto, pero ahora me siento todavía demasiado confusa, frágil y avergonzada como para ello, así que dejo que sea Jane la que lleve el peso de la conversación.

Alex recuerda y siente que fue lo que pasó cuando llamó a los dones de la madre; aunque decidiera utilizarlo en cada uno de los miembros de la manada y las personas que se encontraban también en la habitación; el resultado fue el mismo, al principio la perplejidad de la respuesta pudiera haberlo abrumado.
Lo cierto es que...
Tyler olía a pequeñas manifestaciones de la mancha
Amber, despedía el aroma de la mancha
Jane, la pequeña, rubia preciosa orgullosa muchacha... tenía rastros de la mancha aferrados a su piel.
Helen e Eve, la primera tenía un rastro más intenso mientras que la segunda casi nada.
En cuanto a Will, había un frágil rastro en él y sobre Riley no había rastro de mancha o corrupción en ella.
No pudiste saber nada sobre Aletheia, el ciego, Benjamin o Libra-esterlina porque no estaban cerca de ti.
Y posiblemente si te olieras, pudieras sentir aquel aromilla nausebundo que es en realidad, al resto de sentidos, imperceptible.

- De acuerdo Ensarta-lobas, entonces ya tenemos todo en claro. Aletheia es mi familia, mi hermana; mientras no se pasen con ella por su delicada situación, todo irá bien. En cuanto a mi, con lo que me cuentas entiendo que sientes por tu manada, se que es querer así... -se queda unos momentos en silencio, recordando a la que alguna vez tuvo- Lo de las visiones de la lengua larga, disculpa, de Jane; hay que estarse atentos con eso... sobretodo si nos encontramos enemigos en el camino. Will me cae bien, es un romeo de época, está un poco flacucho pero lo podemos arreglar.
La actitud de Riley parece haber cambiado un poco, cediendo a tus explicaciones, hasta que adivina las palabras de Alex y esté deja escapar su rabia frente a Eve. Riley empieza a caminar en cuanto, Eve la llama pero se queda corta en el camino en cuanto nota que tú mismo sales en defensa de ella.
- maldición... -jura bajito mientras avanza detrás tuyo con los puños en tensión, una que quiere deshacerse de quien amenazara a otra mujer por su capacidad de transformarse en un guerrero de Selene. Apenas puede contenerse para no abalanzarse sobre Alex y solo lo logra por las palabras de Eve cuando esta menciona que la respeta y porsupuesto, por tu furia inconmensurable que ordena la situación en un abrir y cerrar de ojos.
- gracias... - murmura aliviada.

El sonrojo de Amber y su recatado gesto de girar suavemente la cabeza para evitar que nuestras miradas se crucen, tiene un efecto demoledor en mi ya vapuleado subconsciente... Una oleada de tristeza contagiosa recorre todo mi cuerpo, mientras el eco de todas las negativas que me ha dado calan profundamente en mi alma.

Tengo que hacer un esfuerzo por contener el temblor de mi barbilla y parpadear rápidamente para apartar las lágrimas que enturbian mi mirada.
"No puedo fiarme de mis percepciones... Y, si no puedo fiarme de mis Dones, de mis sentidos... De que puedo fiarme?"
Me gustaría explicarles a ambas el motivo de mis actos... pero primero tendría que tener claro se fue una acción consciente y meditada o, como me temo, una reacción propiciada por el miedo, el temor y la imprudencia.
"Joder"

Inspiro profundamente, reuniendo valor para salir de allí, consciente de que este asunto tiene que ser resuelto, porque sí no se infectará, rezumando la pus y la corrupción de nuestros propios errores.

- De acuerdo, chicas.- Esbozo una sonrisa.- Os dejó tranquilas...
Me doy la vuelta para largarme al saco de dormir... Sin embargo, un impulso incontenible, fruto de la preocupación o, peor, de la curiosidad, me lleva a detenerme y a volverme hacia el lugar donde descansan la Voz y el Puño del Círculo de Plata.
- Haz caso a Amber, Jane... Tiene bien amueblada la cabeza.- Giro la cabeza hacia la pelirroja rastafari- Y, Amber, no pretendía ofenderte... Simplemente, estaba preocupado por si pasaba algo... En fin... Ya me voy... Descansad.

Dicho lo cual, dejó tranquilas a Jane y a Amber, sumido en la negra certeza de que la he vuelto a cagar.

Nunca hubiera reparado en que ocurría algo extraño si su prima Eve y la cierta mirada recelosa y triste de Will, no le hubieran puesto las cosas en claro. Pero ¿Porqué era que Alex tenía que tomarle las manos y hacerle eso? Ella no había sentido nada extraño, solo un leve cosquilleo apenas que no le hizo ningún daño. ¿Por qué entonces las expresiones de ambos delataban desaprobación?
Se aferró más al incondicional abrazo de Will, en él ella encontraba sosiego, fuerzas, calma. Por el rabillo del ojo miró a Alex, estaba por decirle que no pasaba nada... que si eso lo calmaba a él...
Pero la respuesta de Eve la sorprendió, no podía evitar sentirse atraída hacia ella, con cierta admiración por la seguridad que la misma regalaba a diestra y siniestra. Tampoco pudo evitar sentirse asustada, especialmente cuando Alex se notaba tan nervioso y sensible como Will, cuando... cuando lo vio por primera vez como lobo. Helen se estremeció entre los brazos de su novio, de aquel muchacho que no solo la había salvado, sino que además posiblemente hubiera cambiado su vida para siempre.
El bramido de Tyler, solo hizo que por primera vez ella viera lo que tanto hablaban sus padres sobre la ira de sus familiares ¿Eso era? ¿Eso podría hacer Will tambien? Intentó recordar como se sintió cuando la subió sobre su lomo y se transformó en un lobo gigante, Helen cerró los ojos recordando las sensaciones que aquello le había generado. Agradeció la protección que Will le dio, al girar su cuerpo contra ella y cubrirla por completo, tratando de evitar que cualquier tipo de daño le sucediera ¿y cómo haría ella para velar por él? también quería hacerlo, quería encontrar la manera de cuidar de él, de ayudarle, de aliviar cualquier pena. ¿Sabría Eve cómo?
Cuando todo termina y nota como Alex se aleja tambaleando, ella se despega de Will y extiende la mano, intentando detenerlo, Eve le había herido con algo más duro que con un arma, al igual que Tyler. ¿Se lo merecía? fuera el caso o no, necesitaba consuelo...
Titubeó.
Pero ella no podía dárselo, su lugar era justo dónde estaba asi que rodeó sus brazos alrededor de su novio y se quedó en silencio tan solo asintiendo a sus caricias y palabras. Hasta que hubo llegado el momento de cenar, en silencio se movió para ayudar a Alex a repartir los cubiertos y cualquier cosa que el necesitara, para finalmente sentarse donde Will le había indicado y recostar un poco su cabeza sobre el hombro de él.
Miro la comida, durante el día había sentido mucha hambre, pero la misma se había marchado de pronto acallada por la tensión, la tristeza y de pronto aquel momento de felicidad que Will le hubiera provisto poco tiempo atrás, casi se había esfumado.
Hace el esfuerzo por dar un par de bocados, no quiere despreciar a Alex. Y cuando terminan y Will la llama a su lado, no puedo evitar sonrojarse y acudir a él entrelazando sus dedos, apoyando su cabeza en aquel brazo, dejándose guiar y mientras marcha, solo atina a hacer una sola cosa y es darse la vuelta y mirar a los ojos a Alex.
- Alex - llamó con una voz dulce y gentil- Lo que sea que fuera, Te perdono. -termina de decir, sonriendo con cariño unos momentos mientras lo mira a los ojos, ella quiere que sepa que sus palabras son sinceras. Tan sinceras como el amor que ha empezado a sentir por William.
Y así se marcha, tomada de la mano de Voz-de-la-umbra, para desaparecer en la pequeña habitación de donde antes habían salido.

Inmóvil.
Así se quedó mientras aguardaba la respuesta de Lex-talionis, con la mirada altiva, orgullosa, cubierta por una capa gruesa del más frío témpano de hielo que pudiera labrarse. Y así permaneció, terrible, inmutable observando como Alex retrocedía. Pero la capa se fracturó, en cuanto la cálida y ascendente ira de Tyler se plantó junto a ella. Cuando aquel calor, empezó a derretir el grueso hielo que la cubría. Su rostro que miraba con cierta dosis de desdén al metis, mostró de pronto una suavidad incomprensible, un cambio de expresión insólita y poco común para quienes supieran de quien se trataba.
- Discúlpame tu a mi -admitió con suavidad, con un tono que expresaba la derrota- No he podido permitir que él... -dejo de hablar, a veces las palabras sobraban he debido de recordar, que es tu hermano, tu amigo, tu familia - Quiero que sepas que trataré de que no vuelva a suceder ya sabes... yo actuando de manera tan terrible. Pero ¿podré?
Eve se toma de las manos y parpadea de un modo que hasta a Will se le hace familiar, después de todo hay siempre cosas que la sangre carga con ella.
"El hielo cae" derritiéndose sobre su cuerpo, ella se gira para encarar a Tyler. Su rostro primero serio, luego algo compungido acerca sus dedos a las manos de el - No he querido lastimarlo... -es lo primero que expresa al verlo y luego enmudece y suelta las manos de él. No esta segura de lo que puede estar pasando por la cabeza de Tyler ni si podrán cenar o no.

Cuando caminaste de lado, allí estaba el cielo umbral nuevamente, pero al ser el mundo reflejado del túmulo. Todo destellaba de un agradable y cálido tono dorado, el polvillo del camino, el sol reflejado en una pequeña laguna de agua cristalina que no existía en el mundo físico. Podía ser la presencia de espíritus del Kaos, tan afines a las Musas, a las Furias.
Ni siquiera tuviste que esperar, allí estaba el hijo de búho mirandote desde lo alto de un tronco. Claro, del tronco que representaba al corazón del túmulo, si sabia todo lo que habías vivido desde que te encomendó la tarea de su padre, no lo mencionó en lo absoluto.
- No huUbo noche ese día. Todas las estrellas miraron a los cachorros –sentiste su voz proseguir con el relato desde lo alto ¿se refería al día del silencio umbral?- primeros cachorros, cachorro de dos cachorros y cachorro de piel nueva reciente. También cachorro con el que hablo. Todos cachorros que no conocen nido, no conocen el cascarón del que salieron
Clavó sus ojos en la profundidad de los tuyos y viste el cielo umbral girar sobre ti.
- ¿cómo enseñar a volar, cómo cuidar vuelo de cachorros que no saben quiénes son? las estrellas no pueden resguardar esos aleteares que no saben a donde van, incluso orgulloso aleteo de cachorra que apenas sabe como usar el pico para romper el cascarón que la atrapa. -se refirió a algún miembro de la manada- Estrellas no podían guiar y por ciervo, no querían guiar y por Halcón no querían guiar
Son semillas perdidas. Son el viento perdido. Son hojas de árboles que caen al suelo como pueden -el búho descendió en un suave vuelo hacia una rama más baja- ¿Voz-de-la-Umbra sabe de qué nido proviene? No. Y ha elegido ya a protegida de pareja -observa la marca que llevas detrás de la oreja, no sabes como se verá. Pero en la umbra el espíritu parece mirarla tan claro como tu pequeña marca que revela tu rango- Unidos deben estar pero no solo por promesas. Conocerse. Respetarse. Encontrar estrella que los guíe. Estrellas continúan mirándolos
Desciende cerca de ti
- Lleva a familia a casa con el lobo del norte, te devuelvo tu voz, Voz-de-la-Umbra -concluye de pronto y sientes un cosquilleo a lo largo de todo tu cuerpo.

A pesar de mi intento por aparentar que nada sucede, que todo esta bien, la expresión de Helen... mañana cuando pueda hablar, le explicaré... demasiado complicado para tener que escribirlo.

No tardo en sentir el estremecimiento de Helen, e intento calmarla, tranquilizarla, con mis caricias, mi abrazo y mi respiración pausada, respiración pausada, no puedo evitar sonreir, Jane... dejo un beso en la cabeza de Helen.

Luego tan centrado estoy en Ty, que no reparo en lo impactante que puede resultar para Helen nuestra Rabia, ni en que pueda pensar que yo sea capaz también de algo así, y en que quizás mi actitud, pueda llevarle a pensar que alguno de nosotros le haría daño.

Escucho las palabras de Eve, pero sintiendo que no son para mi, trato de no escuchar, de no hacer caso, de centrarme en Helen, solo en ella.

Finalmente todo pasa, y la cena, a pesar de no ser como la habíamos imaginado, transcurre sin mas sorpresas. Cuando terminamos, Helen da un nuevo paso, un acercamiento final a Alex, justo antes de subir, que me hace quererla aun mas todavia.

Entro en la Umbra buscando encontrarme al Búho. Algo molesto por haber tenido que dejar a Helen, pero es algo que tengo que hacer, pero una vez en la Umbra, me siento mejor, mas cómodo en este mundo, que a pesar de ser extraño, no me resulta tan ajeno.

Sonrio al ver al Búho, ya me estaba esperando. Me acerco cuando comienza ha hablarme, sin querer perder ningún detalle, pues se que lo que diga, no solo es importante para mi, es importante para la manada. Contengo mi respiración apenas unos latidos, en vilo, esperando que me de la clave, la respuesta a todas nuestras dudas.

Sus palabras solo traen dudas, ¡cascarón!, habla de nuestro linaje... joder, que manía tiene todo el mundo con eso.

Siento entonces algo de vértigo al ver girar el cielo Umbral, pero cuando creo que voy a caer mareado, se detiene súbitamente, un par de pasos me ayudan a mantener el equilibrio. Continúa hablando y apenas tengo tiempo de pensar a que se refiere, cuando desciende, y siento deseos de acercarme aún mas a él, doy un paso adelante sin querer evitarlo, necesitando escuchar que mas puede decirme, con los ojos abiertos, y los oídos atentos... si, que mas.

Me sorprende entonces que hable de Helen, que sepa cuanto ha sucedido, unidos, conocerse, respetarse, encontrar estrella que los guíe, ¿no lo estamos haciendo ya?

Termina de descender posándose a mi lado, al norte, si, allá vamos. Jadeo en silencio, esperando que me devuelva lo que le ofrecí, y cuando lo hace, a pesar de tener muchas ganas de hablar, decido callar, pues las primeras palabras que pronuncie, quiero que sean solo para Helen, para ella y para nadie mas.

Asiento agradecido, para abandonar la Umbra después, buscando reunirme con mi novia y mi manada.

Mi respiración sigue agitada, profunda, hinchando mi pecho ostensiblemente, vaciándolo como un bramido que se libera por mis fosas nasales. Con la vista en el suelo, tan avergonzado de mí mismo como furioso, oigo la voz de Riley a mi espalda. Tan sólo una palabra, pero una que me recuerda muchas otras. Que mi ira debe servir para algo. Que si hago daño a aquellos que quiero, debe ser para evitar un daño mayor. Eso debería hacerme sentir mejor. Racionalizar mi rabia, desviar toda culpabilidad por el dolor de mi hermano justificándome en que "es por su bien". La voz de Riley me recuerda que, de no haber actuado yo, lo habría hecho ella, y el resultado habría sido mucho peor. Sí, debería sentirme mejor, debería sentirme orgulloso de mí mismo, del poderío mostrado, del control de la situación...

No, no me siento orgulloso.

No, no me siento mejor.

Me siento sólo.

Tan sólo como me he sentido en esa reunión, mientras era acusado de ocultar cosas a mis hermanos, mientras aquellos en quien más confiaba me demostraban su falta de confianza en mí. Porque se que decisiones como la de ahora mismo, actos como este, me alejan de ellos.

Y quizás sea lo mejor...

No es hasta que oigo la voz de Eve, que me atrevo, tembloroso, a alzar la mirada. Mis puños siguen cerrados, mi respiración agitada, pero parpadeo varias veces como si despertara de un mal sueño, oyendo cómo es ella quien ¿se disculpa? Quiero hacerla callar, negar lo que está diciendo, pero se me forma un nudo en la garganta que me impide decir nada. Tan sólo niego con la cabeza, viendo innecesarias sus palabras, pero sintiendo una opresión en el corazón al verla tan dispuesta a cambiar su forma de actuar. Por un instante imagino si todos pudieran ver a la Eve que yo he conocido, y no esa máscara arrogante tras la que se escuda ante todos. Pero no, no es momento de pensar en algo así. No cuando me estoy planteando...

Mis puños pierden toda su fuerza. Temblando, se abren para recibir la breve caricia de los dedos de Eve, confesando lo que nunca he creído que estuviera en su ánimo. No podría pensar eso de ella.

Tampoco yo... -Confieso finalmente, cuando logro apaciguar mi respiración lo suficiente, momentos después de que Will y Helen nos abandonen- Pero es lo mejor... -Cierro la frase súbitamente, sin saber cómo continuar. Tan sólo observo los dedos de Eve que se alejan de mis manos, añorando su contacto. Inspiro profundamente, echando la cabeza hacia atrás, con el rostro hacia el techo y los ojos cerrados, liberando todo el aire de mis pulmones antes de devolver la mirada a Eve.

¿Tienes hambre? -Pregunto cambiando de tema, forzando una sonrisa que se vuelve afable y tierna en cuanto poso mis ojos en su rostro. Puede que mis ojos aún reflejen el dolor y la pena, pero no estoy dispuesto a permitir que eso me robe esta noche, esa cena, esa conversación- ¿Por qué no subes donde antes? Yo iré en seguida con algo de cenar... -Me atrevo a acercar mis manos a sus brazos, cerca de los hombros, en un gesto de cariño, tratando de disipar cualquier preocupación por lo sucedido.

La alarma del móvil me despierta de un sueño intranquilo, incomodo y lleno de  tensión. Tengo la oreja caliente y el cuello mojado, síntoma claro de que he dormido como el culo.

Me desembarazo del saco de dormir con todo el sigilo que puedo, pero esta enrollado en torno a mis piernas deformes y parezco un maldito hombre orquesta regruñendo entre dientes.

Consulto la pantalla del teléfono de nuevo, comprobando que, además no voy bien de tiempo. Me visto con rapidez, agarro dos de los últimos cafés de campamento, estiro e, saco y nuevo el culo hasta el puesto de guardia. El Túmulo, ahora silencioso, tiene un efecto reparador en mi intranquila cabezota.

Percibo la mirada penetrante del búho mascota de Helen a quien alguien ha debido dejar pasar y que ahora se enseñorea de la Biblioteca colgado de su percha en una de las ramas del árbol. Decido hacer un alto e inclinarme para presentarle mis respetos al ave rapaz.

"Voy a necesitar todas las voces posibles a mi favor allá en el Protectorado... Y va siendo hora de que me acostumbre a cerrar la bocaza."

Anadeo hasta donde Riley monta guardia, haciendo el ruido suficiente para que me oiga llegar, pero no el suficiente como para que los demás me oigan. Ya he organizado bastante escandalo mientras me adentraba un poco después de levantarme.

"Alea jacta est.. La suerte esta echada."

- Buenas noches, Riley.- La saludo desde una distancia prudencial antes de sentarme a un lado y empezar a agitar uno de los cafés autocalentables.- Me he decido a venir un poco antes, a relevarte, pporque me gustaría charlar contigo... Disculparme y entender que he hecho mal... No puedo perder a mi familia, a mi Manada, por un ataque de pánico o de indisciplina, Riley.

Aguardo un instante a que mis palabras surtan efecto antes de continuar.

- Me he dejado llevar por la desconfianza y, por su culpa, mi Manada sufre. Se que lo entiendes, Riley. La única manera de que ellos dejen de sufrir es que yo aprenda... Claro que quiero acallar mis remordimientos...- Hablar con Riley estaba resultando duro y la sensación de que debía callarme de un puta vez se agudizaba a cada palabra que salia de mis labios.- Pero la única forma de curar mi heridas y de evitar que hiera a los demás, a la gente que me importa, es que comprenda y acepte.

- Lo que quiero decir es que me gustaría reparar el daño que os he causado... Siempre y cuando al hacerlo, no os cause más dolor a Aletheia o a ti. Por no hablar, claro, de Eve y de Helen.- Suspiro largamente, de senado cokn todas mis fuerzas no equivocarme.- Creó que hablar de lo que os ha pasado a Paso-Gris y a ti puede ser una buena idea... Dado que soy un bocazas, sugiero que hables con Amber. Es una Galliard mas que competente y una persona sensible e inteligente. Es una artista. Seguro que os entendéis...

Me acomodo para pasar la noche en vela, dejando que las cosas sigan su curso. 

"Estoy obrando con la mejor de mis intenciones... Es de lo que se trata... De evitar causar mas problemas y de contribuir a resolver algunos de los que he ocasionado...

Tengo que admir que para bien o para mal, hablar con Riley no ha estado tan mal como me esperaba... Aunque, claro, mañana podría ser peor.

A solas, en mi pequeño rincón del Túmulo, decido repasar los datos que tengo sobre Helen. La terrible desazón que me produjo percibir el hedor del Wyrm con tanta fuerza en la encantadora pareja de Will me tiene desconcertado, sobre todo porque la persona cuya influencia emocional es mas fuerte, la increíblemente fría Eve, apenas tiene macula alguna del enemigo.

Si me equivoco con Helen, todos bien, porque el resultado de Eve también puede ser erróneo, provocado por mi propio recelo hacia ella. Pero si acierto, si mis Dones ofrecen el resultado correcto y apropiado, la habremos liado mucho. 

La disyuntiva es horrible ya que, pase lo que pase, mi juicio es la base de todo y mi peor pesadilla se hará realidad... Juzgaré a mi manada, al Circulo de Plata.

- Maldita sea mi alma.- El reniego se me escapa, reverberando en los lomos de los libros del Túmulo.-

Desesperado, golpeo mi cabeza una y otra vez con los puños, desesperado por alcanzar la certeza absoluta.

"Tiene que ser algún efecto residual... De su traumática experiencia durante la boda o de la demostración de furia e ineptitud de los aquí presentes... Helen no puede estar mancillada por el Wyrm de forma voluntaria, ni ser una agente de nuestros enemigos... Joder... Na tiene sentido."

Reviso de nuevo la informacion que tenia de Helen y de la familia Harcourt,, molesto por cuestionar la memoria de unas personas que tanto bien han hecho por la Humanidad y por la nacion Garou.

Decido hacer una busqueda similar, pero esta vez de Eve y de su casa. Trato de comparar los datos que me paso Isaac con la informacion publica de la prima Pariente, evitando, como de costumbre, hacer saltar la liebre sobre lo que estoy haciendo.

Intranquilo, paso a Crinos, fluyendo con facilidad a mi forma natural, la forma de combate de mi raza. 

Queda poco para que mi guardia concluya y me toque buscar a Amber... Y, una vez mas, pienso lo inteligente que es Tyler al coloclarme en medio de dos de las personas con las que mas tengo que trabajar para recuperar mi Serenidad...

"O es muy listo o es un pedazo de cabrón

Dejo que Eve se aleje de mi lado, en dirección a la sala de lectura donde antes conversamos, donde compartimos confidencias y secretos, donde dejé salir mi dolor y ella me mostró el suyo, donde se produjo entre ambos ese mágico beso. Su marcha, incluso momentánea, resulta en un cierto vacío interior, el que sin darme cuenta sólo ella ha sido capaz de llenar cuando la soledad se ha adueñado de mi alma. La observo alejarse, y sólo cuando desaparece de mi vista, dejo que se me escape un suspiro evitando sin lograrlo la mirada de Riley.

Me giro sin decir nada y saco un cajón de un escritorio cercano, uno bastante antiguo y de madera buena. En su interior apenas hay un par de libretas, un bolígrafo y cinta adhesiva, a saber desde cuando. Lo dejo todo sobre el escritorio y le tiendo el cajón a Riley.

No es una bandeja al uso, pero... -Tuerzo el gesto encogiéndome de hombros- La decisión es tuya, pero yo le llevaría algo de cenar a Aletheia. Ha sido un día muy largo, y mañana... puede que lo sea aún más. -Concluyo con aire preocupado, antes de repetir la operación con otro cajón.

Tomo aire, dispuesto a enfrentarme a lo que ya sólo me parece una situación incómoda. Así están las cosas. Entro en el cuarto donde se encuentran cenando Alex, Will y Helen, sin decir una palabra. Con el cajón en las manos, a modo de bandeja, me acerco a la mesa evitando la mirada de Lex-talionis, pero también las otras dos, por distintos motivos. Deposito el cajón sobre la mesa, con un golpe más sonoro de lo que era mi intención, y comienzo a pasar a su interior algunas raciones de comida, cubiertos, servilletas y un brick de zumo, asegurándome de coger algo de postre. Cojo la improvisada bandeja con ambas manos y me giro encaminándome a la puerta, pero me detengo antes de llegar a ésta.

Ehm... Las guardias... -Digo girándome de medio lado- Yo haré le primera. Seguidamente Riley, Amber, Alex, Jane y Will. Guardias de una hora. -Miro al Theurge- Hazme el favor de despertarme a mitad de tu guardia, quiero ir temprano a por el desayuno para todos. -Vuelvo a darles la espalda- Buenas noches.

Salgo del cuarto y me encamino a la planta superior, dispuesto a disfrutar lo que queda de velada hasta mi guardia.

Amber me despierta a la hora que corresponde y me levanto del batiburrillo en que he convertido mi saco de dormir. Me froto los ojos con fuerza y me paso los dedos por el pelo, crepitando de electricidad estoica mientras teatro de peinarme. 

-Amber...- La llamo en voz baja, tratando de evitar que se marche.- Puedes esperar un momento... Tengo algo que explicarte.

Esta siendo una noche larga, llena de escapadas y correrías nocturnas. Es algo que me pide el cuerpo. No puedo dejar todo así, manga por hombro, aunque a veces la mejor solución es dejarlo estar y que repose.

- Supongo que te debo una explicación... Y, aunque no la creas necesaria, tengo que dartela.- Me froto las manos, nervioso, tratando de hablar en voz baja pero clara.- Amber... No puedo perderos. Sois mi mucho mas que mi Manada. Sois mi familia. No solo porque soy un Metis. Es porque, sin vosotros, nada tiene sentido.

Me acomodo, mirando al suelo, mientras sigo expresando lo que siento a nuestra Galliard.

- El ritual de la Piedra de Búsqueda me permite teneros  siempre localizados... Mas o menos... No es difícil de hacer, pero es mas exacto si consigo algo de vosotros para usarlo como foco, como ancla... Una prenda de ropa, unos pocos cabellos... Lo que no hace falta es hacerlo a escondidas. Funciona.

Me rasco la cara, nervioso, mientras levanto la cara breve y casi imperceptiblemente para comprobar su reacción.

- Malo ha sido tomar ese foco sin que lol supieras, pero lo realmente grave es que he traicionado aquello que precisamente quería proteger... La confianza de los miembros de mi familia, de mi manada, del Circulo de Plata.

Levanto la cabeza, mientras exalo un largo suspiro.

- No volverá a repetirse, Amber. Te lo prometo. Y, ahora, a descansar, que nos espera un viaje largo y un día duro. Que descanses.

Entro en la habitación con Helen de la mano, y sin llegar a saber exactamente porque, me siento algo incomodo, como si fuese algo demasiado intimo lo que me está pidiendo, y a pesar de saber que solo es una tontería, no puedo evitar sentirme así.

Esta mañana, al igual que ayer, visto ropa dedicada, esta situación me resultaría mas molesta todavía, si Eve, delante de Helen, me viese desnudo, además de por respeto a Ty.

Suelto la mano de Helen, y antes de comenzar a cambiar, le dedico una mirada y una sonrisa, ya falta menos para que podamos hablar... y si anoche me mostré sumiso al mostrarme a Helen, ahora no lo hago, no veo necesidad alguna de agacharme, me mantengo erguido, veo como el suelo comienza a alejarse, como todo se vuelve mas pequeño, y mientras cambio, mantengo la vista puesta en Eve, sabiendo que me está en cierto modo, ¡¿examinando?!

Mi pelaje no es tan blanco como el de Jane y Ty, aunque níveo en su mayor parte, presento suaves tonos grises en la nuca, las puntas de las orejas, bajo los ojos y en las patas, un gris claro que ofrece poco contraste, y que nunca me ha incomodado, pero ahora, bajo la atenta mirada de Eve, siento que esas machas quizás me hacen parecer menos puro, menos digno de Helen, y a pesar de tratar de mantenerme derecho, siento un peso en los hombros que me obliga a agachar la cabeza, lucho contra ese sentimiento hasta que consigo doblegarlo, una breve mirada a Ty, ¿se ha dado cuenta de mis dudas? y otra fugaz mirada a Helen, te va a necesitar muchacho... alzo de nuevo la cabeza, que tontería... soy quien soy, y no debo avergonzarme por ello.

Mas calmado, me agacho entonces voluntariamente.

Si algo estaba claro es que Riley no esperaba la aproximación de Alex, lo miro de reojo con cierta desconfianza; por poco se le iba encima cuando sucedió lo de Eve, de no ser por la intervención de Tyler, era más que seguro que ambas hubieran marcado un punto final al círculo de plata, marchado de vuelta a Grecia a explicar lo que había pasado e intentar curarse.

América era la mejor opción para Aletheia, estar como en casa aunque fuera en una ciudad que apestara a Wyrm a diestra y siniestra.

- Tu problema es que cuestionas hasta porqué tu sombra es tu sombra -bufa, entorna los ojos y se lleva el cabello lila hacia atrás, metiendo sus dedos entre sus cabellos- Tu manada es tu familia y la quieres, eso lo entiendo Lex, ¿puedo llamarte lex, no? Alex es muy estirado -se queda escuchándote, sentada en el suelo, gira su cuerpo que esta apoyado contra la pared hacia ti para escucharte mejor- no se que quieres que hable con la pelirroja. La verdad es que se que, reconozco que tengo un pelín de culpa porque soy así, digo las cosas como las pienso y a la gente no le gusta ¿qué puedo hacer? pero no tengo nada en contra de ustedes, ustedes si que tienen una vena orgullosa inflamada, pero vale, ya hablé con Ensarta-lobas le prometí al playboy que intentaría llevarme mejor con ustedes. Pero no esperes que hagamos amigas nada más vernos -riley levanta una de sus botas y te da una patadita de costado en la tuya, luego frunce el ceño y termina de hablar- conmigo suave, podemos empezar de nuevo, además a Aletheia pareces caerle bien y esa es toda la razon del mundo que necesito y ya... -sonríe y juega con el piercing de su lengua- Eso si, nada más no te vayas a prender de mi, soy una chica difícil -se pone de pie y te guiña el ojo, metiendo las manos a los bolsillos y caminando hacia el cuartito donde reposaba Aletheia.

Estamos en marcha. En el interior de este vehículo, junto a las dos Furias Negras, y al lado de Eve, trato de mantener la serenidad mientras nos acercamos a nuestro destino. Y "destino" es una palabra con un significado muy amplio, en esta ocasión. Por suerte, entre los cuatro surge suficiente conversación como para olvidar mis preocupaciones, aunque algo me dice que sólo con Eve sería suficiente. En su compañía todo parece más sencillo, todos los problemas se me antojan demasiado pequeños como para no poder afrontarlos.

Lo mismo sucedió anoche. Tras la tensa situación que supuso para mí entrar a recoger la cena, subí al despacho donde había instalado a Eve y nos sentamos en el sofá. Toda la tensión desapareció, convirtiendo la cena en un rato agradable. Comimos, charlamos, nos conocimos mejor. Yo le hablé de mi etapa de instituto, avergonzándome del tipo de persona que era. También le hablé del rito, de Jane, de Cenizas del Pasado, de la ruptura. Le mostré la pulsera que me regaló Faye, y le hablé de mi intención de corresponderla con algún otro obsequio, incluso le sugerí que me ayudara a elegirlo, dado mi pésimo gusto con esas cosas. No se si el tema le provocó celos o no, porque me apresuré a aclarar que Faye era únicamente una amiga, y que ni ella ni nadie me había hecho sentir lo que siento ahora mismo. En ese momento nos besamos, y fue un beso muy especial. También le hablé de cómo conocimos a Alex, y de nuestra llegada a Columbia, el encuentro con Amber y Will, nuestro primer contacto con Ben e Isaac... Ella me habló de su vida, de su pasado, de su familia. Quise saber más acerca de ellos, de sus padres y, sobre todo, de su hermano. De algún modo, saber de las cicatrices de Eve ha hecho que sienta cierto vínculo hacia ese garou, al que estoy deseando tener la oportunidad de conocer.

Riley nos encontró abrazados en el sofá, terminada la cena, charlando y compartiendo caricias. Me despedí de Eve con un beso y le cedí a Riley la manta y la esterilla para que descansara durante mi guardia, agradeciéndole el favor que me hacía. Bajé a la sala principal y, como la ropa que llevaba puesta no estaba dedicada, me aparté a un rincón de lectura apartado para desvestirme, después de tomarme un café enlatado de esos, y antes de adoptar la forma de lobo. La guardia fue aburrida, me dediqué a caminar despacio y en silencio por el lugar, husmeando y escuchando con mis puntiagudas orejas, asegurándome de que todo estaba correcto. Así aguanté casi hora y media, alargando un poco mi ronda para dar algo más de tiempo de sueño a los demás. Entonces regresé a mi forma de raza, me vestí, y subí de nuevo. Riley estaba hecha un ovillo, envuelta en la manta sobre la esterilla, en el suelo junto al sofá, aunque cuando le toqué el hombro para despertarla reaccionó rápidamente y casi me da un puñetazo. Tuve que luchar por no echarme a reír para no despertar a Eve, que descansaba plácidamente en el saco, sobre el sofá. Le ofrecí a Riley llevarse la manta y la esterilla para después, pero se negó diciendo que ya tenía algo preparado para descansar junto a Aletheia. De modo que, cuando se marchó, dediqué una larga mirada contemplando el rostro dormido de Eve, y me eché a descansar.

¿Qué pasa...? -Fue todo lo que acerté a decir con gran pereza cuando Will me despertó. Estaba cansado, desorientado, y tarde unos segundos en reaccionar. Will, en forma de lobo, me había sacudido el hombro con su morro, a mitad de su ronda tal como le pedí. Eve seguía durmiendo, sobre el sofá. Hacía fresco, así que al ponerme en pie pasé mi manta sobre ella, para sumarlo al calor que le daba el saco de dormir. Salí del cuarto junto al Theurge, bajé al baño a aclararme y lavarme la cara, y me marché a buscar el desayuno. Antes de que terminase la última guardia, estaba de vuelta con varias cajas del Starbucks. Tardaré en olvidar la cara de la dependienta cuando le pedí una docena de cafés con leche muy cremosos -hace tiempo que aprendí que la crema ayudaba a conservar el calor-, otra docena de bollos variados, y otra docena también de raciones de bizcochos y tartas. Se vio tan apurada, sola a primera hora de la mañana, que incluso me ofrecí a pasar al otro lado del mostrador y coger yo mismo los bollos y los bizcochos mientras preparaba ella los cafés. De modo que, un buen rato después, regresé al túmulo con dos cajas de dulces variados y una tercera caja llena de vasos cerrados de café para llevar.

Después del desayuno, Will recordó mediante una nota el asunto de la petición de Eve, de modo que subimos los cuatro, las dos primas y nosotros, al cuarto del sofá. Will se mostró en su forma de batalla, más fina y menos musculada que otras, pero igualmente ejemplar y noble. Me hizo recordar las palabras de Riley acerca de su estado de forma. "Está un poco flacucho pero lo podemos arreglar", dijo anoche. Me gustó oírlo, especialmente el modo en que se incluyó a sí misma en el asunto. Cuando Will y Helen se marcharon, me ofrecí a mostrarle a Eve mi propia forma de guerra, aunque para ello tuve que confesarle que mi ropa no estaba dedicada, de modo que mientras ella esperaba sentada en el sofá, yo me desnudé tras este, cambiando a Crinos inmediatamente y caminando con cuidado hasta situarme frente a ella. No se describir su expresión al verme, pero se puso en pie y se acercó, acariciando mi pelaje como si pudiera leer algo en él con sus finos dedos, al igual que los ciegos hacen con su escritura de puntos. El momento terminó pronto, pues varias voces apremiaban desde la planta de abajo, sí que poco después estábamos ya bajando. Pero antes, le comenté mi idea de que su madre pudiera descubrir algo sobre el origen familiar de Will si él y su prima le hablaran de la familia que conocen, a través de la sociedad genealógica de que es parte. Si eso fuera posible...

Y aquí estamos, camino del norte. Eve y yo viajamos con Riley y Aletheia en su vehículo, mientras el resto del Círculo de Plata y Helen se han repartido entre el Camaro y la moto de Amber. Lo cierto es que si Eve y yo hubiéramos ido con ellos habríamos estado demasiado apretados, y tampoco es que tenga demasiadas ganas ahora mismo de encerrarme en el mismo coche que Alex. Ni de dejarle a solas con estas dos, todo sea dicho de paso. Así que mi propuesta de anoche a Riley ha venido que ni pintada. Además, así puedo aprovechar para conocer algo mejor a estas dos mujeres.

Y a Eve, de quien tendré que separarme pronto, me temo.