Partida Rol por web

El Día de los Héroes

Mitsurugi Hiko

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10/06/2010, 22:49
Director

La espada que recorre el camino conoce las historias que las huellas cuentan.

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10/06/2010, 22:51
Director

Durante dos días y dos noches no ha parado de llover. El barro cubre el camino, que serpentea, sube y baja por las colinas más septentrionales de las tierras Cangrejo. Los pinos se retuercen bajo el peso de las nubes en unas tierras rocosas y salpicadas de aldeas dedicadas a la minería y al cultivo de cereales.

Hace ya una jornada que dejaste la última aldea, y eso que te aseguraron en ésta que la siguiente se encontraba a menos de un día de viaje. El agua tamborilea en tu sombrero de ala ancha, bajo el que también se cobija Taka, clavando sus garras en las protecciones de tu hombro.

La escasa luminosidad del sol que se cuela entre las negras nubes ya está cerca del horizonte, y tu estómago ruge por algo de comida caliente, y tus huesos enfriado claman por un lugar seco donde descansar.

Tus pensamientos divagan sobre los distintos manjares que te comerías, así como tus pensamientos habituales dirigidos hacia heimin, la campesina, que llevaba tu semilla en su vientre hace ya años, cuando te sacan de tu ensimismamiento el sonido de los cascos de caballos sobre el barro.

Unos caballos imponentemente grandes, del clan Unicornio sin duda, doblan el recodo del bosque y ves aparecer una carreta manejada por un hombre corpulento. El hombre hace disminuir la velocidad del carromato al percatarse de tu presencia, y cuando posa sus ojos en el daisho que portas, hace una inclinación, más respetuosa de las que sueles recibir.

-Saludos, señor, mi nombre es Ide Makirumi, soy un humilde comerciante. Mi familia se resguarda del mal tiempo bajo esas capas de paja que ve en el carromato, discúlpeles que no salgan, pero están cansados del viaje. ¿Con quién tengo el placer de cruzarme?

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11/06/2010, 00:10
Mitsurugi Hiko

 

La lluvia caía como finas campañas de sonido opaco sobre el sombrero de ala ancha, Taka movía la cabeza observando el terreno al igual que lo hacia Hiko cuidando cada paso que daba en aquel terreno; sus pasos lentos pero seguros hacían alarde de se habilidad y carácter aunque no era un mal sujeto solo la fama le había dado puntos en contra. Lluvia amante incondicional de la tierra, dama sagaz que baña al hombre solitario en sus días oscuros..

Kaoru… - Susurro a la nada, mientras sus pasos de dirigían hacia la otra ciudad, Yue fiel compañero también estaba a su lado el cual le miro con sentimiento Pronto comeremos compañero, pronto… fue allí que su vista fue a parar alertado por el sonido de los cascos de unos caballos para observar un carromato y a un hombre que disminuyo la velocidad al verle.

Unas palabras fueron dichas por el Comerciante que se presentaba como Ide Makirumi, nombre que recordaría en motivos de cobranza si era necesario…. Escucho el comentario del hombre < soy un humilde comerciante> Mitsurugi sonrió bajo su sombrero.

Es usted un buen hombre y eterno por sus palabras, pero en mi vida he visto a un humilde comerciante, los humildes se acabaron hace ya siglos…. Comento sin afán de ofender Mitsurugi, es con quien cruzo su camino Comerciante Respondió el Bushi ante la pregunta de Ide.

 

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12/06/2010, 21:53
Director

De nuevo hace una inclinación al contestarle. El hombre parece bastante afable y bastante más respetuoso contigo, con un ronin, de lo que suele ser el resto del mundo. Tal vez porque los mercaderes con tal de vender sus mercancías no miran a quién se las venden.

-Entonces, Mitsurugi-sama, le dejo que continúe con su camino y no le molesto más bajo este clima tan molesto.

Gira la vista hacia detrás hacia el camino que acaba de recorrer.

-No se preocupe que en media hora encontrará una pequeña aldea donde refugiarse. La Villa del Campo Pedregoso, se llama y tiene una pequeña casa de té donde abrigarse.

Mientras ha hablado movía las manos pero a permanecido con la cabeza gacha en señal de respeto mientras hablaba. Espera pacientemente a que le des permiso para continuar con su camino.

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12/06/2010, 23:02
Mitsurugi Hiko

 

Hiko asintió con cortesía ante la dicha del Viajero que le había entregado tal detalle, - Os agradezco la hospitalidad por indicarme el camino hacia la villa más cercana – Agradeció con una inclinación del sombrero sin mostrar su rostro.

Siga su camino Mercader, yo seguiré sobre sus pasos en busca de la Villa del campo pedregoso – Dijo mientras comenzó a caminar lento pero seguro, junto a el Taka miraba al frente como escudriñando el terreno y Yue completamente empapado seguía el paso un metro al costado izquierdo de Mitsurugi.

Ya llegaremos Amigos, falta poco camino que recorrer para tener algo en nuestros estomagos

 

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06/07/2010, 08:58
Director

Avanzas, inmerso en el perfume de la tierra mojada y la resina de los pinos, durante una milla más, hasta que en el retorcido camino ves un pequeño altar de piedra y madera, que suele indicar que hay algún pueblo cerca. Sobre todo porque está bien cuidado y limpio. Parece dedicado a la Fortuna del Trabajo Honrado, Ebisu.

Unos minutos más de camino y mucho barro más en las botas, y comienzas a ver, en una ladera pedregosa y pelada, pequeños pastizales de arroz que luchan contra la inclemencia de una tierra difícil, y unas casas bajas y algo dispersas. El humo de sus chimeneas alienta tu espíritu y aprietas el paso.

Llegas a la primera pareja de casas y te das cuenta que nadie hay en la calle. Por un lado normal con lo que está lloviendo, pero Yue parece inquieto y corretea a tu alrededor aullando. Unos metros más y te encuentras en lo que parece la plaza de la aldea, sin nadie que salga a saludarte.

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06/07/2010, 12:49
Mitsurugi Hiko

 El terreno y el clima no ayudaban mucho este día; las gotas de  lluvia golpeaban en el sombrero de ala ancha  para mantenerlo a uno alerta y despierto; Hiko observo el lugar mientras intentaba ver por que Yue estaba tan intranquilo.

Que pasa compañero Dijo mirando hacia sus costados sin moverse del centro de la plaza, cierta melancolía recayó sobre su cuerpo, la misma que le inundaba la fama que le habían creado a lo largo de los años. Camino un poco mas mientras susurraba a Taka…

Ves algo compañero pregunto inspirando Hay algo que no está del todo bien aquí podía ser una sospecha aunque el clima no ameritaba tampoco una fiesta de bienvenida; Mitsurugi camino hasta una de las casas… y golpeo dos veces la puerta.

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07/07/2010, 23:27
Director

Al principio nadie contestó. El sonido de la lluvia te hizo pensar que tal vez había amortiguado el de tus nudillos y que no te habían oído en el interior, pero al cabo unas manos nudosas por el trabajo duro y temblorosas de temor, abrieron la puerta de la casa, dejando ver un interior caldeado por un fuego. El heimin, el plebeyo, que te abre la puerta es un hombre corpulento y de mirada dura, su kimono está gris del paso de los años, y su pelo, en el que comienzan a asomar canas, recogido en una corta coleta sobre la coronilla. Te examina de arriba a abajo y al contemplar tu daisho, tu katana y wakizashi, y la falta de emblema familia o mon, realiza una reverencia algo desganada.

-Saludos, samurai-sama. Mi hogar es tu hogar- formula de manera mecánica-, incluso en momentos tan difíciles para nosotros. ¿Qué puedo hacer por ti?

Una mujer, una anciana y un muchacho te observan desde el fuego, con curiosidad y temor en sus rostros iluminados del carmín de las llamas.

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08/07/2010, 00:10
Mitsurugi Hiko

Asintió ante el decir del hombre mientras observaba a la anciana y al joven, Siento molestar a estas horas pero busco un lugar donde quedarme por esta noche y un cuenco de arroz eso es todo  Explico No pretendo ingresar a su hogar  o importunarles más tiempo… un espacio fuera bajo techo estará bien  Agradeció la hospitalidad forzada del hombre.

Los ojos de Hiko no mostraban amenaza o similar solo era un errante que vagaba en busca de su lugar en el mundo. Si saben de algún lugar para mi estancia estaría dispuesto a ayudarles Sonrió dejando ver su rostro por primera vez.

Se quedo mirándole fijo Por que la villa esta tan venido a menos? Sucede algo? Pregunto cn cierta curiosidad.

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09/07/2010, 08:36
Director

El rostro estoico del plebeyo se ensombrece tras la última pregunta e instintivamente mira hacia atrás, a su familia que os observa con disimulo. Hace un gesto con la cabeza, se calza sus sandalias, se pone un sombrero de paja y te acompaña fuera.

- Mi nombre es Ginku, señor, acompañadme y os llevaré a la casa del jefe del pueblo, él os elegirá un hospedaje.

Cuando ya cierra la puerta tras de sí, estáis bajo el torrente de agua y su familia no puede oíros el hombre te narra la desdicha de su aldea.

-Sabed, señor, que hace un mes que poco a poco han ido desapareciendo las mujeres de esta aldea. En especial las encintas. Cinco mujeres y una niña han desaparecido ya. La aldea está maldita y las Fortunas nos han abandonado.

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09/07/2010, 16:19
Mitsurugi Hiko

Hiko escucho las palabras atentamente sobre la desaparición hasta que escucho que las mujeres que desaparecían estaban en cinta, por unos poco segundos el Ronin pareció una estatua, tragar saliva pareció un acto épico que finalmente parecía que una piedra caía hasta golpear su estomago con potencia.

Siento escuchar eso, también me gustaría ayudar…. Solo que no sabría como empezar si no tengo un rastro… La niña fue la última en desaparecer? Pregunto el Bushi Ahora será difícil seguir una pista firme por el clima pero cuando este merme será más sencillo y les ayudare a proteger esta villa Quizás la búsqueda de redención o su pasado mismo se veía reflejado allí presente ligándole a proteger a los inocentes.

Camino junto a Ginku esperando llegar pronto a la casa del jefe.

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12/07/2010, 14:59
Director

A pesar de tu ofrecimiento para ayudarle el aldeano parece bastante abatido y desalentado.

-La niña no fue la última, no.  Sería un honor contar con su ayuda... ¿señor?

Te das cuenta entonces que no te has presentado ni has dado tu nombre, una grave falta de educación. Tal vez tu vida en los caminos está borrando de ti las maneras civilizadas.

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12/07/2010, 15:27
Mitsurugi Hiko

Siguieron el camino hacia la casa del Jefe - Mitsurugi Hiko, Ginku... ese es mi nombre - Se le había olvidado, quizás era verdad la vida de Errante le había quitado los modales.

- Quien fue la última mujer en desaparecer? quizás haya pistas en el lugar – Pregunto para si pero también para que le escuchara el hombre que le acompañaba, la lluvia seguía pegando fuerte y Taka parecía algo nervioso.

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20/07/2010, 23:29
Director

El hombre mira nervioso al ronin, indeciso de revelar cierta información. Mientras llama dos veces a la puerta del jefe de la aldea, en una casa con un pequeño patio frontal y con tejado de tejas, al contrario del resto de la aldea, cuyos tejados son de paja, te contesta breve y rápidamente.

-Fue la mujer del jefe de la aldea, Hiko-sama.

Aunque no te mira a los ojos, nunca, su gesto es significativo de prudencia y tacto.

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21/07/2010, 19:00
Mitsurugi Hiko

Hiko asintió ante lo dicho por el campesino que parecía temerle, si bien porque no dado a la fama que le habían dado; Mitsurugi suspiro y espero por que abrieran la puerta para presentarse.

En su mente volaban recuerdos y se sentía tan identificado con estos sucesos que no pudo evitar ofrecer su ayuda para resolver este problema…. Quien se las estaba llevando y para qué.

Agradezco sus palabras Ginku-san

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28/07/2010, 19:38
Kaineku

La puerta se abrió de pronto, sin aviso de ruido desde el interior de que alguien se acercase. Un hombre fibroso y regio, con unas marcadas ojeras enmarcando sus ojos, se alza en la oscuridad del interior. Echa un vistazo rápido a Ginku, y después a ti. Al percatarse de que portas daisho reacciona rápido, apartándose de la puerta y haciendo una poco elaborada reverencia, tal vez porque se haya dado cuenta de que no llevas mon (emblema de familia o clan) en tus ropas.

-Por favor, pasad, no se queden bajo la lluvia.

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28/07/2010, 19:45
Mitsurugi Hiko

- Mis respetos ante usted - Respondi ante la invitacion adentrandome en la casa del Jefe de la Villa - He llegado aqui en busca de un lugar donde quedarme por un par de dias, pagare con servicio y algo de dinero - Explico el Ronin manteniendose en pie ante las dos figuras qeu estaban alli.

MIro con ojos de amigo al Jefe de la aldea - Se lo que paso en este lugar, solo necesito que me encamine en este sendero de dudas para poder encontrar a quienes desaparecieron, o espero hacerlo si s que ustedes no han perdido la esperanza..... Una vez alguien me dijo * Nosotros no morimos por que alguien nos recuerda * y si eso hacen ustedes la smujeres no moriran -

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01/08/2010, 22:44
Kaineku

El hombre parece sobresaltarse al ver que sabes lo que ha pasado y mira significativamente a Ginku, al que despide con un gesto de su mano y después cierra la puerta tras de ti.

-Mi nombre es Kaineku, samurai-sama, y como ya te habrá contado Ginku dirijo este pueblo por orden de mi daimyo. Pero últimamente los problemas nos han superado y aunque ya he mandado dos mensajeros a mi señor, aún no hemos recibido ni respuesta ni auxilio.

El hombre te acompaña, tras indicarte dónde puedes delcarzarte, hasta un salon donde te señala el mejor sitio para sentarte al lado de un pequeño fuego en el hogar de la casa. Mientras comienza a preparar té sigue hablando.

-Afirmáis que estáis dispuesto a ayudarnos, samurai-sama, y os lo agradezco, pero no estoy seguro de que sepáis del todo nuestro problema, ¿me equivoco...?

De nuevo recuerdas que no te has presentado, menos mal que no te encuentras ante otros samurais si no ante plebeyos, pues un samurai pudiera tomárselo como una ofensa.

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01/08/2010, 23:05
Mitsurugi Hiko

Inspire gran cantidad de aire para luego exalar relajando mi cuerpo - Por eso estoy aqui, Mitsurugi Hiko brindara su ayuda hasta recibir noticias de vuestra Daimyo Dijo a modo de presentacion, auqel fuego parecia calentar lo frio del cuerpo, retire mi sombrero dejandolo a un lado.

Taka observo con ojos amarillos el lugar permaneciendo en mi hombro solo moviendose lo justo y necesario.... Yue habia quedado en la puerta.

 -Kaineku-Sama, cuenteme mas... debo saber que paso para poder ayudar en lo que pueda -

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05/08/2010, 08:58
Kaineku

El hombre asiente y reflexiona unos momentos, después, mientras comienza a servirte el té caliente, te relata lo sucedido en la aldea.

-Hará ya un mes que desapareció la primera mujer de la aldea, una jovencita recién encinta, esposa de uno de los mineros. Después se fueron sucediendo más desapariciones de mujeres, tres de ellas con niños en sus vientres. Una niña también desapareció sin que pudiéramos evitarlo.

Llegados a este punto al hombre parece formársele un nudo en la garganta, pero procura disimular sus fuertes sentimientos.

-La última persona en desaparecer fue mi esposa, que llevaba tres meses de embarazo. Salió a comprarle género al mercader Unicornio que estaba temporalmente en la aldea y desapareció. Nadie la vio.