Partida Rol por web

Los espectadores vitorean ante la rápida victoria de los recién llegados, demostraron amplia superioridad en combate y destrozaron a sus enemigos sin darles tiempo de saber qué los golpeó. El general se acerca al grupo victorioso.

- Aquí tienen las 80 po que les prometí - les entrega las monedas - ustedes sabrán cómo dividirlas, ese no es mi problema, pero éste no es el único premio que se llevarán, debido a su destacada presencia en el campo de batalla, me enorgullece darles el título de "Duelistas Principiantes", que la palabra "principiantes" no los confunda, no cualquiera recibe este título, y que ésto les sirva para mostrarle a todo el mundo su mención honorífica - les hace entrega de tres medallas con la forma de una espada, no son medallas muy grandes, pero si están hechas de un bonito metal azulado que las hace destacar de las armaduras y armas oxidadas que suelen verse en fuertes como este.
 

Los viejos sonríen ante la interesante historia que le cuentan los recién llegados, notan que la madre de la pequeña es una elfa y poder adiestrar una niña elfa en artes arcanas sería todo un desafío de prestigio para el Concilio de Artes Arcanas.

- Espera Foren, ¿cómo le tomaremos examen de ingreso a la niña si aún no hay otros alumnos? - pregunta uno de los viejos.

- No han venido por tu "brillante" idea de trasladar el Concilio, viejo testarudo - se queja Foren - debemos tomarle el examen nosotros mismos, llama a Gustav y dile que venga inmediatamente.

El viejo mago ingresa a la casona y sale pocos segundos despues acompañado de un joven mago que parece ser uno de los profesores del concilio.

- ¿Esta es la supuesta "niña" que quiere inscribirse? - dice Gustav ni bien ve a Jannys - ¿Pero no se dan cuenta de que es...?

- No hay tiempo para palabreríos, Gustav - interrumpe Foren bruscamente - alistate para el examen de inmediato.

- Pero... ¿Ustedes están seguros de que quieren tomarle un examen a ella... y sola? - Gustav se ve inquieto ante las ocurrencias de los viejos.

- No estará sola - aclara el otro viejo - sus padres también son magos - dice ignorando completamente que clase de guerrera es Yllannys - ellos podrán ser los que la acompañen en el examen.

- ¿Ellos? - Gustav parece más despierto que los viejos - ¿Están seguros? Bueno, yo me pido al muchacho rubio, ustedes deberán hacer frente a la "niña" y a su madre la "maga".

- ¡Que así sea! Que demuestren lo que valen, sean suaves con la niñita.

Los tres se paran enfrentándolos y colocan sus varitas y bastones en posición de combate.

Empezaba fuerte el día el enano, se ha pedido dos pinta para el solo, me quedo con cara de sorprendido ya que pensé que la otra era para mí.

- Para mi póngame otra pinta, habrá que probar si es tan buena como dicen. Mientras digo estas palabras oteo a las personas que nos rodean y le susurro a Zannan. Como bien dices el draconiano parece intimidatorio, habrá que tener cuidad con él.

- ¿Has visto a tus "amigos" en aquella mesa? Señalando con la cabeza al grupo de tres enanos rodeados de vasos de cerveza vacíos.

La bella cantinera les sirve lo que piden, no se sorprende cuando el enano se pide dos tragos para él solo ya que conoce las costumbres alcoholicas de esta raza, con una sonrisa les entrega tres jarras de cerveza bien cargadas y espumosa, pero puden notar que mirada se encuentra distraída, se posa entre el grupo de enanos que no para de reirse a carcajadas y el draconiano solitario que permanece en silencio consumiendo algunas rebanadas de jamón con pan y una jarra de cerveza. El grupo de enanos parece ir por su quinta o décima ronda de cervezas, borrachos como un joven enano cuando se le permite tomar por primera vez, algunas palabras llegan hasta sus oídos.

- ... a mi me importa poco que sea una mediana, está muy bonita - dice uno de ellos refiriéndose a la muchacha de raza mediana que se encuentra con su pareja a pocas mesas de distancia - y ese imbécil del novio se puede ir a jugar con las faldas de su madre - los otros dos enanos estallan en risas.

En eso ven que el dracónido se pone de pie y afloja su espada dentro de la funda.

"Estoy viejos estan peor de lo que imagine. ¿Luchar contra una "niña"? ¿Que ha pasado con lo de poner un examen de conocimientos normal y corriente? Definitivamente no puedo esperar nada razonable en este lugar."

Me pongo en posición de combate y me preparo para acribillar a conjuros a mi adversario, de manera no letal. Una cosa es que esten chiflados y tenga ganas de hacerles sufrir y otra es hacerlo de verdad.

Visto lo rápido que ha avanzado la situación, no me queda más remedio que lanzarme al combate contra pos pobres viejales que no tienen ni idea de quienes somos en realidad a excepción del otro mago más joven que ha aparecido. Como esperaba, el viejo no espera que una elfa clériga le assalte en combate y es presa fácil para mí aunque consigue hacerme un rasguño de nada.

Davorin observa todo lo que esta pasando, como supuso al final los enanos van a traer problemas. Le hago un gesto con la mano a Zannan para que no beba y piensa: Te quiero tener a mi lado al 100 % de tus habilidades.

- Parece que vamos a ser espectadores de una lucha, que raro, de momento esperemos que ocurre. Era difícil que un enano se contuviera, ya que suelen ser impulsivos, pero confiaba en la cabeza despejada de mi amigo.

A cada segundo me quedaba más y más claro que estos magos estaban más seniles que otra cosa. Cada uno de los viejos se enfrenta a una de mis compañeras y un mago más joven se atreve a enfrentarse a mi. 

- No te va a ser fácil enfrentarte al muchacho - respondo orgulloso mientras comienza la prueba y empiezo a lanzarle rayos helados sin despeinarme siquiera - No soy ningún principiante

Estaba centrado en como la bella camarera agarra dulcemente tres jarras, se aproxima al barril de cerveza y comienza a vertir el tan preciado fluído dorado en cada una de las jarras.... la espera se hacia eterna mientras las jarras se llenaban lentamente - Vamos preciosa, llenalas ya que estoy loquito por incarles el diente..... - Una vez las tres preciosas jarras están rebosantes del preciado líquido, la bella elfa se dirije lentamente hacia nosotros para no derramar ni una gota - Es usted una estupenda camarera, muchisimas gracias...... -

Lentamente alargué mi brazo para coger el asa de una de esas lindas jarras. Justo cuando tengo el asa rozando con mis dedos, comienzo a escuchar el alboroto que están armando los tres enanos sentados en una de las mesas. El follón que están organizando es tal, que consiguen distraerme de lo que ahora es lo más importante para mi.... Beberme dos ricas pintas bien repletas. De repente, me percato por el rabillo del ojo de que Davorin me hace un gesto de que no beba, el cual percibo y acepto a regañadientes poniendo expresión de enfado.

Giro mi cabeza hacia donde los enanos y veo como el Draconiano que había junto a la pared se levanta y hace un gesto con la mano y su espada con la intención de sacarla sin esfuerzo, a lo cual respondo instintívamente. Me levanto de la silla y mientras camino hacia los enanos borrachos les increpo con voz fuerte - ¡Estoy intentando tomarme unas cervezas con mi compañero por que el día ha sido un poco complicado! de camino a esta ciudad nos hemos topado con unos escarabajos asquerosos, luego una vez aquí, un pueñetero viejo nos ha tomado por el pito del sereno y se ha aprovechado de nuestro buen hacer.... - conforme hablo, mi enfado va en aumento - y para colmo, para un rato que tengo de tranquilidad para poder saborear una grandísima cerveza ¡¡¡vais a fastidiarmelo!!! - el enfado subía de intensidad y llegaba a ser de padre y muy señor mio y conforme me voy acercando a la mesa y observo que el Draconiano tambien se acerca, levanto una de mis manos hacia él y alzo mi mano en forma de "alto" - Usted tranquilo caballero.... de esto me ocupo YO - digo mientras me acerco a la mesa de los enanos "contentos".

Los tres amigos enanos que empezaron todo el alboroto cambian instantáneamente su expresión en cuanto ven al Draconiano levantarse y a otro enano que dice que "se encargará" del problema.

- No me importa si somos hermanos, enano... - le dice uno de ellos a Zannan - pero donde te acerques un poco más, te parto la cara - el enano levanta un mazo del suelo y lo aprieta con fuerza entre sus dedos.

Otro de los enanos habla con voz de borracho irremediable.

- Y tu lagartija, mejor te quedas donde estabas, sentadito y en silencio, o haremos una linda armadura con tu piel escamosa - los otros dos enanos comienzan a reirse sonoramente.

El draconiano no muestra señales de detenerse, se ve decidido a patearles el trasero a los enanos, con voz grave les dice:

- Ustedes llegan a esta taberna a burlarse y faltarle el respeto a los demás, eso es algo intolerable en "El tuerto Ned"... ¡Y YO SOY EL TUERTO NED! - el draconiano posee ambos ojos, por lo que el apodo parece no enajarle - Los quiero fuera de mi taberna inmediatamente - se acerca a los enanos problemáticos, a pesar de estar en gran desventaja ya que éstos no se ven tan fáciles de derrotar.

El "examen" transcurre de una forma rápida y ruidosa, cualquier ojo inexperto no hubiese comprendido qué sucedió, pero si se observaba con detenimiento se hubiera visto que Alatar atacó tán rápido y de forma tan efectiva a su contrincante que éste apenas tuvo tiempo de lanzar un débil conjuro antes de caer derrotado, la victoria del joven mago fue impecable.

Por otro lado, la niña bruja dejó salir toda su ira contenida contra el pobre viejo por obligarla a actuar y por confundirla con una niña humana, el poder arcano de Jannys dejó al viejo con las barbas chamuscadas y algunos agujeros en su túnica, el viejo cayó derrotado sin saber qué lo golpeó.

Yllanis por su parte se acercó al otro viejo, cuando éste creyó que la muchacha emplearía un conjuro arcano, vio una reluciente cimitarra ante sus ojos y quedó prácticamente congelado por la incertidumbre, la clériga fue considerada con el viejo y no utilizó el lado afilado de la cimitarra, en su lugar lo golpeó duramente en la cabeza con el dorso como si ésta fuera un garrote, el viejo cayo rendido al suelo con un fuerte dolor de cabeza y con la sencación de que se estaba volviendo demasiado viejo para estos "examenes".

- ¿Pero qué fue todo eso? - preguntó uno de los viejos - no se ven como aprendices.

Gustav comienza a reirse y le tiende la mano a su rival respetuosamente y luego le dice a los viejos:

- Es que ustedes ni siquiera fueron tan astutos como para colocarse sus anteojos, saben muy bien que tienen grandes problemas de vista - el hombre le tiende un par de anteojos a los viejos y éstos se los colocan.

- Ahh, ya veo... - dice uno de ellos - no se trataba de ninguna niñita, pido disculpas señorita, este viejo está un poco senil. Mis respetos para todos, demostraron ser tan buenos en artes arcanas que podría darles por aprobado el primer año de estudio ahora mismo.

- No es mala idea - dice Gustav - se merecen una recompensa por haberlos puesto en esta situación - saca tres pequeños broches redondos que simbolizan un orbe y una varita mágica que lo cruza por delante - éste es el título que otorgamos a los que aprueban el primer año de estudio, el de "Arcanista Menor", no es que ustedes sean principiantes, sólo que ésta es la forma en que se los denomina, pueden tomar con honor este título y verán como todo mago en esta isla sabrá reconocerlo.

Viendo como Zannan se acerca al grupo y les increpa, la reacción de ellos es la esperada, buscan bronca, y con el alcohol que tiene recorriendo ese pequeño cuerpo, no tarda la mecha mucho en encenderse, me levanto del taburete y salgo corriendo para ponerme detrás de Zannan.

El tiflin se queda boquiabierto cuando se entera que el dueño de la taberna es el draconiano, el cual pensaban desde un inicio que podía ser el más intimidatorio. Estaba a punto de decir algo para calmar la situación, pero se espera para ver como reacción los enanos ante lo dicho por el draconiano.

Con un manotazo me sacudo del hombro la poca escarcha que había surgido de mis propios rayos helados y, con una sonrisa triunfal y henchido de orgullo, recojo la insignia que nos dan los ancianos y me la coloco en la túnica, para que sea bien visible por todos.

- Señores, ha sido un placer demostrar nuestras capacidades arcanas - comento con la sonrisa todavía dibujada en la cara - pero ¿que conlleva realmente el título de "Arcanista Menor"? No somos de la isla, así que no estamos familiarizados con ciertas costumbres. Por otro lado, estamos aquí de visita, así que ¿pueden contarnos qué otros servicios puede ofrecer El Concilio, a parte de enseñar el dominio del Arte?

Ante la pregunta del joven mago Forgen responde:

- El título es un "Título de Prestigio" suelen ser muy comunes en esta isla pero no a cualquiera le otorgan uno, hemos quedado tan imprecionados con sus  habilidades que decidimos otorgárselos. En cuanto a este lugar, bueno además de funcionar como academia de poder arcano también suele ser un sitio al que la gente recurre cuando necesita que se realice algún trabajo asociado con la magia, lo más frecuente de oir es "Mi hijito puso un sello mágico en la puerta del sótano y ahora no puedo abrirla" y nos pagan por cumplir el trabajo, con este título ya tienen derecho a ofrecerse para realizar encomiendas de este tipo, algunas serán más difíciles y riesgosas. En este momento no tenemos ningún trabajo para ustedes, pero hay un "Concilio de Artes Arcanas" en cada ciudad importante de la isla, recuerden visitarlos si es que andan por allí.

El trío de enanos se impreciona cuando se enteran que ese dracónido es el dueño de la taberna, pero saben que ya mancharon su honor y no podrán retractarse, su orgullo los hace actuar, los tres desenvainan sus armas y se proponen darle una paliza a "el Tuerto Ned".

- Ahora vas a hacerle honor a tu apodo "tuerto Ned" - dice un enano con tono burlón - ¿de cuál ojo prefieres despedirte?

El duelo parece inminenta, los enanos se ven dispuestos a darle una paliza al Dracónido y a cualquiera que se cruce en su camino, Zannan, por ser Paladín, ve la obligación de ayudar al más débil o al necesitado, en cambio Davorin puede optar por ayudar a su compañero o quedar como un cobarde y no moverse de su sitio.

Sabía que contaría con una gran ventaja al saber que me tomaban por una niña pequeña. Pero el resultado fue mucho más sencillo de lo esperado, casi patetico. No puedo evitar encogerme de hombros con total indiferencia ante tal resolución.

Cuando vi que mi tapadera como "niña" se había desvanecido, me sentí más aliviada.

- Así aprendereis ancianos a no ofender a una mujer de tal forma. - Respondí sin animo de ofender, al menos en esta ocasión. - Pero esto de los titulos es muy cuirioso, da la oportunidad a los más habiles de encontrar maneras de aumentar su poder con nuevas experiencias, aunque ahora solo sean trabajos baratos.

Me acerco a Gustav, que a mi parecer es el más sensato e inteligente de los tres.

- Escucha, en realidad vinimos a esta ciudad de camino a un trabajo encargado, y pensé que a lo mejor tendríais algo a la venta que pueda ayudarnos. No se si tendreis algo, pero cualquier cosa podría resultarnos ultil. No se, quizas alguna poción, o algun pergamino...

Gustav escucha la solicitud de Jannys sin interrumpirla y luego dice:

- Lo siento, pero no somos comerciantes, hay un acuerdo en la ciudad... y en casi todas las ciudades, con el cual sólo tienen permitido vender productos los mercaderes certificados, cualquier venta fuera del mercado está considerada fuera de la ley y si te descubren puedes pasar un buen tiempo en la carcel o pagar una multa. De todas formas, con esta insignia que les otorgamos puede que consigan convencer a algun mercader para que les de precios más bajos... no sé, eso dependerá del mercader en cuestión.

El tiflin sin esperar a que actué Zannan, da un paso adelante y se interpone entre los enanos y el draconiano, estaba claro que tocaba luchar. Desenvaina la espada corta para lo que pueda pasar.

Voy decidido a la mesa para parar el escándalo que están montando tres de los míos, totalmente borrachos, cuando uno de ellos comienza a increparme seriamente de que me va a partir la cara - Avergonzais al pueblo Enano con esa conducta y os voy a poner en vuestro sitio "amigos" - comento seriamente conforme voy agarrando con fuerza mi martillo de guerra y mi escudo y me dispongo a asestar un buen golpe a uno de los enanos, solamente para dejarlos fuera de combate...

Me disponía a arrearle un martillazo en la mollera al enano que hay frente a mi, cuando el Draconiano que se acerca suelta una bomba - ¡¿que usted es "El tuerdo Ned"?! - esa noticia hizo que me desconcentrara y en último momento el enano borracho consiguió reducirme sin posibilidad de poder defenderme.