Partida Rol por web

Cuando escuche a Marcus quise primero morirme y luego matarlo “¿Qué ha hecho ese necio?” Había atacado a ese guardia, solo esperaba que tuviera una buena excusa, porque aquello era una afrenta y un delito, uno que yo no iba a ser castigada por el.

Tenemos una cerradura, mira si ves en el guardia alguna llave, si no habrá que forzarla, a menos que puedas volver por donde entraste. Dije no de muy buena gana, dejando sitio a los caballeros para ver si seles ocurría algo mejor. Después de lo ocurrido.

Escuchas la voz de Nadia -¿Marcus?-   Estad atentos, mis señores.

Después la de Emily Roselyn Claredon: Tenemos una cerradura, mira si ves en el guardia alguna llave, si no habrá que forzarla, a menos que puedas volver por donde entraste.

Lady Emily se había fijado mejor en la puerta. Yo, ilusa, intenté girar el pomo, pero sin éxito.

-Marcus, busca una llave porque no podemos abrirte la puerta- digo hablándole muy cerca de la visera.

Marcus se exasperó ante los comentarios de sus compañeros "Necesito saber que pasa fuera, no aquí" pensó inútilmente. Al parecer no habían oído sus preguntas y no podía perder mucho más tiempo. Trató de basarse en la conducta de los mismos para tomar una decisión "Si la guardia estuviera cerca, supongo que el grupo no se habría comportado así. De forma que saldré rápidamente y evitaré cualquier contacto con la gente, hasta que esté bastante lejos".

Por lo que usó la llave para abrir la puerta, intentando no hacer mucho ruido con los mecanismos, se aseguró de tener la cara bien tapada con la capucha y salió al exterior. Una vez allí volvió a cerrar la puerta desde fuera "No quiero ponérselo tan fácil a los asesinos" pensó. Acto seguido se dirigió a paso presuroso fuera de la zona, pasando por medio de sus compañeros, pero sin dirigirles ninguna mirada ni comentario. Cuando llegó a la altura del padre Anthony, dejó caer las llaves en sus manos "Si me pillan será mejor que al menos haya valido para algo", y para evitar levantar sospechas le susurró sin mirarlo:

- Nos vemos en su iglesia.

Y continuó con su paso raudo alejándose de la zona.

¡Espera hijo! Te interpela el padre lo que hayas hecho no puedes dejarlo así debemos de llegar al fondo del asunto. Dinos dónde has encontrado el pasadizo...Te mira con mirada severa tras depositar las llaves en sus manos. Debemos de ser cautos sino todo se irá al traste, ven muchacho vayamos al fondo del asunto te dice dirigiéndose a la puerta que tras abrirla os invita a pasar con un gesto de su mano. 

No salgo de mi perplejidad. Primero, un encapuchado que resulta ser Marcus, abre y cierra la puerta, pasando junto a nosotros, luego el Padre Anthony lo retiene, abre la puerta y nos invita a pasar. Recorro los rostros de mis compañeros, confusa, pero finalmente me decido a entrar.

Al cruzado le cogió de improvisto la voz del padre, pero pese al peligro optó por escucharle. Marcus pensaba que ya había cumplido con creces su parte y no quería correr más riesgos. Pero no podía decirle que no a un siervo del señor, si quería conseguir la expiación debería seguir al padre en todo cuanto le ordenase, pero en la mirada de Marcus se vio que no era de su agrado volver a su estancia anterior.

- Está bien padre, pero espero que seáis conscientes del riego que corremos, he dejado inconsciente a un guardia, y no sé si habrá más en el interior. Hay gente de bien en nuestro grupo que seguramente no querrá verse envuelta en todo ésto - dijo mientras miraba a Emily -, y aunque me ofreceré gustoso a cargar con toda la culpa en caso de que nos capturen, una vez que entréis podríais ser acusados de cómplices, y por mucho que quiera no puedo solucionar eso. 

Marcus quería dejar claro todo, quien siguiera hacia delante que lo hiciera bajo su propia responsabilidad. Él ya estaba metido hasta el cuello en todo eso, y poco más tenía que perder, pero no entendía como el padre prefería correr el riesgo de arruinar su reputación.

 Perdonad mi falta de  osadía, pero creo monsieur Frey tiene razón. Lo mejor sería abandonar la Catedral,  el capataz aún está esperando que salgamos. Luego ordenemos nuestras ideas. Quedarnos aquí es poner en peligro nuestra misión. Hablé tranquilo, en voz baja. Me parecía demasiado temerario que nos adentrásemos todos en las mazmorras. Tendríamos que salir y dar una explicación al capataz de nuestra demora.

Vos caballero, sois libres de actuar como vuestra conciencia os mande, pero soy yo ahora el poseedor de la llave y disponemos de poco tiempo, esta puerta se cerrará pero nadie está obligado a venir. Una vez que se cierre ya no se abrirá, necesitamos ese tiempo para obstaculizar a los soldados, utilizaré la llave para bloquear la cerradura. Y por supuesto no voy a perder la oportunidad de inspeccionar las mazmorras, el tiempo es nuestro enemigo pero también el desaprovechar esta oportunidad.

Di mi palabra que me encargaría de interrogar a los presos y así lo haré.  Con rostro solemne me acerco a la puerta y después de saludar al padre Anthony con un leve gesto me adentro en ella.

Mientras espero a lo demás junto al padre Anthony, veo que Alphonse duda, mientras que Tristán se une a nosotros. Miro al resto, esperando que se decidan. Yo por mi parte, me voy con el padre. Sea lo que sea que haya en esas mazmorras, la curiosidad me pued y la sabiduría del sacerdote, me inspira a seguirlo.

Se acabó ya estaba cansada de aquello, algo pasaba en esas mazmorras y el sacerdote parecía saberlo “¿Pero si esta con el asesino?” Cabía la posibilidad de que nos estuviera tendiendo una trampa.

Creo que lo mejor sería dividirnos, Alphonse y yo podríamos salir. Iré yo primera hablare con el encargado le comentare que vi un  defecto en uno de los lados, entonces a los segundos Alphonse. Digo mirándole.

Vendrás a mi e informaras que todos salieron y te quedaras a mi lado, con ello parecerá que todos salimos sin alértale. Nos reuniremos a la mañana para ver que averiguasteis. Comente, no me fiaba de nadie salvo esos cuatro que se me habían unido para investigar aquello, el sacerdote no era descartable que estuviera involucrado.

Los presos... era una buena forma de ver lo que sucedía aquí, lo que se estaba cociendo. Todo olía a un poder superior y manipulador, el nuevo arzobispo no era bienvenido a esta tierra de corrupción y por ello querían exterminarlo. Una buena forma de conseguir información era de los presos, y por una vez estuve de acuerdo con el Padre aunque no con su forma de actuar. Ya que era violenta, apresurada e intimidatoria. ¿Todo ésto eran atributos de un hombre de dios? El padre cada vez me asombraba más y su manera de actuar se contraponía con lo que se decía de él, pero todo ello lo medité en silencio soportando su actuación. Ya que creí que todo era para que triunfase el bien sobre el mal, y que la ceremonia del nuevo arzobispo elegido por dios, fuese llevada a cabo por nuestra mano mientras obstaculizábamos a las fuerzas enemigas y oscuras. 

Di un paso al frente y me adentré en la puerta, sin mirar al padre solo obediente a sus órdenes como si fuesen de nuestro creador.

Estoy con mademoiselle Claredon, tiene que parecer que hemos salido de aquí.Asiento al plan de Emily.  Mañana nos reuniremos si nada malo ha acaecido. Si no, los que estén tendrán que velar por la vida de su Excelencia. Digo con tono serio. Ir a las mazmorras uno solo me parecía lo apropiado, no nos comprometía demasiado. Pero¿todo el grupo?¿Cuántas personas se necesitaban para interrogar a los presos? Además, salir de allí iba a ser más complicado para un grupo numeroso que para una persona.

Marcus había recorrido el interior de aquel lugar y entendía perfectamente las reservas de sus compañeros que preferían no entrar. Ya de por sí le parecía un grupo demasiado numeroso para aventurarse en una misión como aquella, pero no le gustaba dar órdenes y no intentaría convencer a nadie de que cambiara de opinión. Su necesidad de volver a entrar era casi obligatoria, él había recorrido los pasadizos de allí dentro y era de vital importancia contar con alguien así, por lo que mientras traspasaba la puerta le dijo a los demás:

- En cuanto estemos dentro y con la situación controlada os contaré todo lo que he averiguado sobre el pasadizo de la catedral, que obviamente acaba aquí; y creo que tendréis que contarme de qué va todo eso de interrogar prisioneros, ¿habéis descubierto algo más?

Luego mientras se dirigía a su criado Ernest le dijo:

- Lo siento chico, pero aquí no puedes entrar, quédate con el señor Alphonse y con Lady Emily hasta que regrese - y colocándole en la mano una bolsa con monedas que había pertenecido al guardia anteriormente, continuó diciéndole - cómprate algo rico si quieres y mejora un poco tu atuendo anda - decía mientras le removía los pelos de la cabeza de forma amigable.

Dirigiéndose a la joven pareja que no les acompañaría le dijo:

- En el fondo es un buen chico, aunque ha tenido unos orígenes difíciles, si me pasara algo, cuiden bien de él por favor - les dijo haciéndoles una reverencia para darle énfasis a su súplica.

El muchacho te lo agradece gracias mi señor lo haré, cuídese no creo que le pase nada malo con el Padre. Te dice mientras sale con el séquito de Alphonse y Emily junto al otro joven también llamado Ernest.

La puerta se cierra y el último sonido es el de la cerradura moverse quedando la puerta infranqueable.

Emily y Alphonse salen de la catedral...

Salís por la puerta donde se encuentra el baptisterio, después de cruzarlo esperáis ver al soldado que está custodiando esta puerta, pero ya no está.

Camináis al exterior y veis que no solo ha desaparecido el soldado también el encargado y los obreros. La catedral se encuentra totalmente vacía y accesible a no ser que cerréis la puerta donde estaba el soldado. De todas formas es posible que una persona ágil pueda entrar si escala la pared de escombros y pasa por el agujero que existe en la parte superior y que comunica con la catedral. Si bien debería de poseer una cuerda para bajar ya que el salto sería demasiado grande para poder hacerlo sin sufrir daños considerables.

Entráis... el recinto es un habitáculo que posee dos puertas una al exterior y otra que imaginas que es una habitación. Al final del techo hay una trampilla que permanece cerrada, colándose pequeños rayos de luz que no da para que se mantenga iluminado, una gran escalera da acceso a ella. La figura del soldado que imprecaba a los de fuera es alta y delgada, posee una armadura ligera que consiste en piezas de cuero que sin embargo no cubren su cabeza. Un cabello rubio y liso es lo que cubre su rostro.

La puerta lateral son las dependencias del carcelero y posee lo básico, un camastro un barreño, un barril con agua y un estante con comida, también hay sacos de provisiones y una maza apoyada en la entrada.

Al final del recinto unas escaleras bajan...

Marcus aprovechó la nueva privacidad de la que disponía y le dijo a Tristan:

- Caballero, entrad en la habitación del guardia y buscar unos grilletes o alguna cuerda firme para mantener a nuestro amigo bajo control, por si se despierta. 

Mientras él rajaba un trozo de la ropa del propio guardia para amordazarlo con eficacia. Cuando tuvieron al guardia debidamente reducido y amarrado les contó su trayecto desde que se despidieron en el interior de la catedral:

- Bueno, las escaleras que veis al fondo son por las que entré. Mientras estaba inspeccionando la catedral, di con el mecanismo que abría el pasaje secreto y me interné para descubrir a donde llegaba. Cuando entré la puerta de piedra se cerró al instante, encontré con algo de suerte una tea que pude prender con facilidad y había tres caminos el del centro y la izquierda eran unos pasadizos circulares (se comunicaban entre sí) y ahí es donde encontré esas escaleras y subí. El de la derecha estaba mucho más húmedo que los otros dos y olía bastante mal, por lo que puede que se comunique con el alcantarillado o alguna corriente subterránea.

Cuando terminó hizo una pausa y se dispuso a averiguar él qué era todo aquello de interrogar prisioneros, preguntando:

- Y ahora os toca a vosotros, explicarme de qué va todo esto ¿qué prisionero estáis buscando en la cárcel?, en mi estancia ahí abajo no encontré nada parecido a una cárcel, pero aún me quedan recintos por mirar.

Me quedo extrañado al salir cuando no veo a nadie. Esto me escama, si estaban sobreaviso por un posible atentado a su Excelencia,¿por qué no hay nadie custodiando la catedral? Sólo se me ocurre que los asesinos hayan tomado posiciones y se hayan deshecho de la guardia. Busco alguna pista en el sitio que debía estar el guardia, alguna muestra de forcejeo, lo que sea.

¿Dónde está todo el mundo?