Partida Rol por web

El eco del Diablo

El sitio más lejano

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02/05/2016, 00:12
Jens Bärenthal

El padre de Sophie miró atónito los visitantes y a su hija, y sin decir ni una palabra se levantó, muy serio. Eliza se llevó la mano a la boca, frunciendo el ceño, fue a hablar, pero miró a su marido y guardó silencio.

La puerta se abrió y entraron los dos doctores. No parecía haber nada raro en ellos.

Al doctor Bärenthal, que era el jefe de planta, ya lo conocía Mats de cuando le mostraron las habitaciones. Era un hombre alto, calvo, de aspecto serio y un nada rudo -más bien dulce- acento alemán. Sus gafas, de un modelo más actual que la moda, y su planta, esbelta, le daban cierto aire de futurista urbanita. Al encontrarse a Mats le saludó con la cabeza y comenzó una breve presentación de su compañero.

-Oliver, Mats es el nuevo asistente, sustituirá a...

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02/05/2016, 00:14
Oliver Sobol

El otro doctor, un hombre más mayor de aspecto gracioso, pelo blanco y ojos empequeñecidos por su sonrisa perenne asentía cada palabra de su jefe mirando alternativamente a Mats, a Sophie y a los monitores que daban sus datos junto a la cama.

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02/05/2016, 00:18
H. Saint Jean de Dieu.

Arthür vió entrar al doctor Bärenthal con la criatura, observó que aunque no hablaba con la voz del doctor Sobol, la cosa declamaba en susurros hexámeros dactílicos de la lengua Homérica.

-...habla amistosamente, acércate y busca en el brillo de sus ojos si su eidolon* tiene las alas desplegadas…

- Tiradas (1)

Notas de juego

(*) Arthür sabe que según la interpretación más común, para los antiguos griegos el eidolon se originaba tras el ingreso del difunto al Hades, lugar donde el espíritu del difunto perdía su identidad y su espíritu volaba como un eidolon indeterminado, en forma de imagen descarnada.

He hecho una tirada oculta y he narrado en consecuencia.

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02/05/2016, 00:24
Director

Notas de juego

He cortado los diálogos de los personajes no jugadores para que podáis narrar lo que sea que vuestros personajes quieran pensar, sentir o hacer antes de que terminen de hablar los pnjs.

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02/05/2016, 10:22
Mats Bergstrøm

Preocupado, miro a los padres de Sophie. Sé que esta repentina situación es difícil de digerir para ellos, y lamento profundamente que la alegría por el despertar de su hija se haya visto perturbada tan pronto, pero no hay otra alternativa.

De hecho, cuando entran los dos doctores en la habitación, ni siquiera tengo muy claro lo que vamos a hacer. Simplemente, me mantengo a la espera. Temo que a Arthür, que está firmemente enclavado junto a la puerta, pueda ocurrírsele algo como lanzarse sobre el doctor Sobol y agredirlo. No es que yo no haya pensado en derribar a los dos hombres y salir corriendo con Sophie a cuestas, pero ese plan tendría una vida muy corta: en un lugar como este habrá medidas de seguridad muy estrictas, y más si ellos rondan por aquí. Incluso aunque consiguiésemos salir de la habitación con Sophie, en nada estaríamos rodeados por media docena de celadores de ciento veinte kilos.

Así que espero. En aparente calma, permanezco frente a la cama de Sophie, con los brazos laxos junto al cuerpo, preparado para cualquier cosa. Mis ojos miran sucesivamente a Bärenthal y a «Sobol», y los saludo únicamente con una sonrisa esquiva cuando el primero empieza a presentarme al segundo. Después, mis ojos se cruzan con los de Arthür, y asiento leve, casi imperceptiblemente.

«Estoy contigo, chaval —quiere decirle mi mirada—. Sea lo que sea que trames, cuenta conmigo».

Notas de juego

Tragando saliva ruidosamente...

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02/05/2016, 11:26
Arthür Guitry

La voz susurrante de la criatura puso en extrema tensión a Arthür. La repugnancia y el temor que sentía se agudizaron al pensar que el dr. Sobol parecía ser manejado como una marioneta por aquella cosa que le susurraba instrucciones como desde su propio interior. ¿Sería el doctor consciente de lo que ocurría? Lo imaginaba pidiendo ayuda sin poder ser oído y esto lo angustió todavía más. Deseó con todas sus fuerzas que fuera lo que fuera lo que le hubieran hecho pudiera revertirse y volviera a ser él mismo. Pero, ¿cómo?

El vello de su nuca se erizó al entender el susurro -¡era griego homérico!- y pensó que se refería a Sophie. Si decía lo que creyó entender parecía indagar en la condición de la chica desde un punto de vista espiritual, tal vez sobre si moriría pronto, tal vez algún otro aspecto que en este momento era incapaz de conjeturar. Sus pensamientos se sucedían a tal velocidad que más que sucederse estaban superpuestos. Podía sentir los latidos de su corazón golpeando con fuerza en la boca del estómago.

Asustado hasta la médula, temiendo por todos y cada uno en aquella habitación, sintió más que pensó que había que desenmascarar a aquella criatura. Si esas eran sus armas, ¿podrían arrebatárselas de las manos? En parte tenía el sentimiento de un niño que desea fervientemente terminar con un juego que ha pasado a asustarle, en parte buscaba la decisión de un hombre dispuesto a encender todas las luces y mostrar todos los hilos de un macabro y mortífero truco de feria. Entonces su mirada se cruzó con la de Mats y pudo ver el brillo en sus ojos, la determinación, la confianza... Y sintió como un escalofrío le recorría el cuerpo entero sacándolo del estupor. Señalando a la criatura, con voz temblorosa, dijo:

—Te veo... ¡Te estoy viendo! No puedes ocultarte, ¡monstruo! ¡No puedes ocultarte!, ¡simulacro!

Y añadió después en griego, instintivamente inspirado por lo que la criatura susurraba:

—¡Vuelve al reino donde se ignora el día!

Notas de juego

Dire, dime si he de hacer alguna tirada... (también trago saliva y contengo la respiración).

Por cierto, ¿hay algún signo que se utilice para remarcar que unas palabras se dicen en otro idioma?

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02/05/2016, 11:44
Director

Notas de juego

Tanto Aliosha como Belgeval tienen que hacer una tirada de Carisma más Pneuma.

Según la tirada de Arthur pueden pasar cosas muy distintas. Con menos de siete una cosa, hasta nueve otra, hasta doce otra, y más de doce otra.

Cada éxito de Mats, con dificultad 11, bajará dos puntos la dificultad de la tirada de Arthur.

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02/05/2016, 12:05
Arthür Guitry
- Tiradas (1)

Notas de juego

Ahí va...

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02/05/2016, 12:09
Mats Bergstrøm

Conmocionado, veo cómo Arthür se dirige al doctor Sobol como si fuera poco menos que un exorcista tratando de expulsar un demonio. Incluso exclama algunas palabras en un idioma que no soy capaz de comprender. Miro alternativamente al muchacho y a Sobol, sin entender nada de lo que está sucediendo. No parece haber nada anormal en el médico… Y quizá ahí radique el engaño. Tal vez uno de esos «soñadores» esté oculto en el cuerpo del doctor Sobol, y este sea su marioneta, un «sonámbulo». Pero, si es así, ¿cómo es que Arthür puede verlo? ¿Cómo es que lo distingue por lo que es? Mi mirada sigue yendo de un lado a otro, sin ver nada fuera de lo normal.

Mierda. Me siento como si estuviese ciego.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Yay! Saco un 13. Creo que con eso aumento tu éxito en un grado (aunque ya habías sacado un 12). ¡Cómase eso, doctor Sobol!

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02/05/2016, 13:42
Sophie Taylor

Sophie miró con disimulo al doctor Sobol, tratando de no llamar la atención más de la cuenta (como si no estuvieran allí para verla, de todas formas...) pero sin perderse ningún movimiento. Tenía los músculos ligeramente en tensión, aunque dudaba que su fuerza física la fuese a salvar de aquella situación, todo fuese dicho. Posiblemente lo mejor sería actúar con total normalidad y tratar de convencer al otro doctor de que no necesitaba nada...

De pronto Arthur exclamó en dirección al doctor, sorprendiéndola. Parecía fuera de sí y una nueva faceta suya pareció salir a la luz. Sophie se preguntó cuánto tendría que ocultar el chico. Con la boca ligeramente abierta por la sorpresa, le miró de hito en hito cuando dijo algo que no entendió. No sabía qué esperaba, pero aquello definitivamente no.

Notas de juego

¡Buen trabajo, mis héroes!

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02/05/2016, 15:58
H. Saint Jean de Dieu.

Los vidrios crujieron y las luces se apagaron. Los aparatos electrónicos se fundieron con un chasquido eléctrico sin chispas.  Y se levantó una niebla, o quizá polvareda de minúsculos cristales que, en suspensión, delató las decenas de rayos de luz amarillenta que atravesaban las ventanas rotas iluminando la habitación con un brillo ígneo.

Las siluetas de los padres de Sophie y el doctor Bärenthal se podían distinguir estáticas, sin ellos. Llenas de un polvo más denso, más brillante. Pero no estaban.

Sophie sintió su pierna viva de nuevo y supo que podía moverse libremente. No sentía ningún entumecimiento ni ningún dolor. No estaba pinchada por ninguna vía ni tenía ningún sensor pegado al cuerpo y aunque ella no lo viera, tenía de nuevo el pelo blanco con sus mechones azules.

Vestían la misma ropa y ocupaban la misma posición en la misma habitación. Pero los muebles eran otros, pocos, viejos y rotos. Si acaso una estantería con algunos libros mohosos, una mecedora junto a las ventanas y una palangana tirada en un rincón.

Al otro lado de las ventanas se adivinaba un fuego rojo y amarillo, como si hubiera un incendio enorme asolando París, tan grande que su luz reemplazaba a la del día.

El ser que ocupaba el lugar del doctor Sobol tenía cuatro piernas y cuatro brazos. Las extremidades más alejadas de su cuerpo, las del médico, estaban vestidas y caían dormidas. Las más cercanas a su columna, desnudas, eran negras , tan opacas que se hacía imposible enfocarlas bien o distinguir formas más allá de sus bordes. Sus dedos eran largos y estaban adornados con algunos anillos de oro, plata y piedras preciosas. Era muy alto, los pies del doctor colgaban a un palmo del suelo.

El cráneo, los ojos y la nariz de Oliver Sobol, con sus cejas pobladas y su pelo blanco caían hacia atrás deformados, como un gorro de rastafari. Era como si su boca se hubiera abierto hasta partir en dos su cabeza, desplazando hacia arriba y atrás la parte del labio superior hacia arriba. Como si el doctor se hubiera convertido en una escafandra para un parásito. Dentro del enorme hueco que dejaba su mandíbula grotescamente desencajada se veía la cara del ser, que parecía humana. Negra como el resto de su cuerpo, con una nariz puntiaguda y ojos grandes y marrones que destacaban sobre el fondo oscuro como si brillaran con la luz que absorbiera el resto de su cuerpo.

Los ojos del doctor Sobol, que parecían el adorno de un casco se abrieron de repente, como platos. A pesar de su grotesca deformación se notaban en pánico.

Notas de juego

Edito:

Para describir las siluetas de los padres de Sophie y el otro doctor, me he inspirado en esta fotografía:

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02/05/2016, 16:19
?

La mirada de la cosa que estaba en su interior se desplazó de los ojos de Arthür hacia la ventana. Tenía miedo.

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02/05/2016, 17:32
Mats Bergstrøm

De pronto, toda la habitación parece verse sacudida por un brusco aunque breve terremoto. Instintivamente, adopto una posición encorvada y levanto los brazos para protegerme la cabeza cuando oigo cómo los cristales de las ventanas se resquebrajan de golpe. Todos los aparatos electrónicos de apagan de repente, y las luces parecen fundirse. Es entonces cuando me percato de que la luz del día parece haberse tornado de un rojo sanguíneo y malsano, que se filtra por las innumerables roturas de unas ventanas opacas.

«¿Qué coño está pasando?».

Cuando levanto la vista, lo primero de lo que me doy cuenta es de que el hospital parece haber envejecido un siglo en un segundo. Escasos muebles que se caen a pedazos decoran una habitación que parece haber sobrevivido a una hecatombe nuclear. En la rojiza penumbra, inundada por una extraña neblina de partículas en suspensión, me percato de que los señores Taylor y el doctor Bärenthal han desaparecido. En el lugar en el que estaban hace solo un instante, se vislumbran unas vagas y espeluznantes siluetas detenidas en el espacio y el tiempo, como huecos en la existencia misma. Sin embargo, Arthür sigue exactamente en el mismo lugar donde se encontraba, con la mirada llena de horror detrás de sus gafas. Del mismo modo, inexplicablemente, puedo notar la presencia de Sophie a mis espaldas, del mismo modo que cuando me despierto sé si es de día antes incluso de abrir los ojos.

«No. Esto no es real. No puede ser real…».

En el centro de la estancia, encarado con el aterrorizado Arthür, contemplo la visión más pavorosa que mis ojos han presenciado jamás. Allí en medio, una criatura tan alta que podría tocar el techo se alza ante mí. Su materia es tan oscura que sus contornos parecen escapar a la vista. Podría decirse que es una figura humanoide, aunque jamás se me ocurriría describirla con esa palabra. Del espantoso ser, como si fuera un abrigo de caucho medio fundido, cuelga inerte el cuerpo cruelmente deformado del doctor Oliver Sobol, con una boca imposiblemente abierta en un grito mudo de horror y sufrimiento. Y lo más aterrador es que, de alguna manera, Sobol sigue vivo. Entonces, la monstruosa aparición que habita en el interior de la grotesca parodia de ser humano aparta su mirada del joven Arthür, que parece haberla derrotado en una suerte de duelo de voluntades. Y sus ojos miran en mi dirección, hacia la ventana que queda a mi espalda, más allá de la cama en la que yace Sophie. Es una mirada de horror primordial e inhumano que hace que esté a punto de desvanecerme.

Grito.

No puedo soportar más el horror y grito. Grito con todas mis entrañas, vaciando por completo mis pulmones. Sin embargo, ni siquiera oigo mi propia voz, pues el tambor de mi pulso golpea tan fuerte en mis tímpanos que temo ir a quedarme sordo. Esa cosa quiere escapar, y si estoy en su camino, me hará trizas.

Rápidamente, me doy la vuelta para coger a Sophie y, tirando fuertemente de ella, me echo a un lado de la habitación, estampándome de espaldas contra una pared. Si ese espanto quiere saltar por la ventana, será mejor que no estemos en medio.

«¿Qué cojones es esa cosa? Los monstruos no existen. ¿Y dónde estamos?», se pregunta mi cada vez más ausente lado racional. No; frente a lo que ven mis ojos no hay explicación racional posible.

Estamos en el Infierno, y lo que hay ante nosotros es un demonio.

Notas de juego

¿Tengo que hacer alguna tirada? Si el monstruo decide atravesarnos a mí y a Sophie, que conste que yo estoy dándole la espalda al bicho, protegiendo a la chica con mi cuerpo.
 

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02/05/2016, 18:07
Director

Notas de juego

Para esa acción, tal y como la has descrito, no es necesaria ninguna tirada. Sólo en el caso de que Kirlyan declare que Sophie se resite a que la agarres, claro.

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02/05/2016, 19:22
Arthür Guitry

Cuando la estancia crujió como a punto de colapsar y la luz cambió de repente, Arthür se quedó paralizado. Le invadió una intensa sensación de dejà vu. Abrió aún más sus ojos y aspiró profundamente aquel aire enrarecido intentando contener la náusea momentánea. ¿Dónde estaban? La criatura estaba frente a él, de alguna forma más nítida que la había visto antes. Cuando la descubrió en el pasillo el entorno a su alrededor parecía ensombrecerse contagiado de horror pero ahora había ocurrido de una manera total, pues el mundo parecía responder a su presencia deformándose hasta la pesadilla. Sintió una suerte de alivio al ver que los padres de Sophie y Bärenthal parecían no estar allí, pero éste duró poco: una punzada de terror lo atenazó al ver que los ojos del dr. Sobol se abrían. Tal como temía parecía estar consciente y sufriendo un terror y tal vez un dolor que no podía ni imaginar. Entonces vio con más claridad que hasta el momento los ojos de la criatura, unos ojos humanos o así le parecieron. Y en aquel instante su mirada transparentaba duda y miedo.

¿Era posible que esa cosa les temiera también a ellos? Parecía impaciente por escapar pero Arthür temía que esto sólo sirviera para hacerla aún más peligrosa al sentirse acorralada. Ese miedo al menos parecía significar una cosa: no era la voluntad de aquel engendro lo que les había llevado hasta allí.

Notas de juego

Quisiera hacer una tirada de templanza/entereza/valor para ver si, dadas las circunstancias, Arthür se atreve a decirle algo al monstruo: ¿qué tiro y con qué dificultad?

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02/05/2016, 19:30
Director

Notas de juego

Claro. Carisma más Pneuma, dificultad 13. Si sacas menos de 11, Arthür es incapaz de enfrentarse a él.

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02/05/2016, 19:39
Arthür Guitry

La mirada del doctor Sobol se clavó en su ánimo y sintió cómo las piernas estaban a punto de fallarle. Si esa criatura no les había arrastrado hasta allí... ¿Podría haber ocurrido por enfrentarla?, ¿por haber querido desenmascararla? ¿A dónde había arrastrado a Sophie y Mats? ¿Podrían salir de allí?

Dios mío, ¡ayúdanos!

- Tiradas (1)
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02/05/2016, 19:34
Sophie Taylor

Con los ojos desorbitados, Sophie miró a su alrededor cuando la estancia cambió. No entendía absolutamente nada. Por un maravilloso segundo, había sentido una reconfortante sensación de bienestar, sin ningún dolor ni entumecimiento que le aquejase. Luego había mirado a su alrededor.

-¡¿Mamá?! -gritó horrorizada al ver que su madre, y como vio después, también su padre y el doctor Bärenthal, habían, por decirlo de algún modo, desaparecido. Pese a que una suerte de silueta suya seguía allí, a Sophie le dio la sensación de que estaban muy, muy lejos.

Despavorida, buscó la mirada de sus compañeros, aún presentes, cuando se fijó en el doctor Sobol, o lo que quedaba de él. Soltó un grito de espanto cuando sus ojos recorrieron su deformado cuerpo y se fijaron en la grotesca criatura que pacecía parasitarle. No estaba preparada para aquello. El miedo le atenazó y sintió náuseas. Su grito enmudeció al tomar consciencia de que el pobre doctor, de algún modo, aún parecía consciente.

Entonces la habitación dio un vuelco y, de haber tenido algo en el estómago, estaba segura que habría vomitado. Le costó un momento comprender que Mats la había cogido y arrastrado hacia la pared. Quedó asombrada por el gesto protectivo con el que la rodeó.

No me conoce... y aun así me está escudando con su propio cuerpo... ¿Por qué? ¿Quiénes son estos hombres?

Asomada por encima del hombro del fornido hombre, Sophie no apartó la mirada de la criatura. En cierto modo, también parecía asustada.

-Se... señor Bergs... -trató de pronunciar su apellido pero fue incapaz. Rápidamente renunció, no era el momento de cortesías -. ¡Estoy bien, estoy bien! ¡Puedo moverme! ¡No le pierdas de vista!

Suavemente, trató de forcejear un poco en brazos de Mats, para demostrarle que tenía fuerzas. No quería que le diese la espalda a un posible ataque tratando de protegerle a ella. Aunque, realmente, Sophie habría apartado gustosamente la mirada de aquel ser y se habría acurrucado en la esquina más lejana.

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02/05/2016, 19:58
Arthür Guitry

Notas de juego

Chicos, publiqué después de Kirlyan pero como ya había hecho la tirada, el mensaje ha quedado publicado antes. Puede que no la hayáis visto porque no os salga como novedad. 

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02/05/2016, 20:10
?

Mats, de espaldas, escuchó un ruido de huesos quebrarse, de líquidos volcándose, y goteando. Como el parto de algo más grande que su madre. En seguida escuchó un golpe y algo de yeso calló sobre el pelo de Sophie, que ahora era blanco.