Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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31/05/2016, 22:48
Mats Bergstrøm

Sonrío cortésmente cuando Ginouvès esquiva con una gran dosis de mano izquierda mi pregunta acerca del precio del alquiler. Todavía no consigo decidir si me resulta profundamente irritante o si me iría de juerga con él. Al oír su lectura de las condiciones, no puedo evitar reír un poco por lo bajo. Cualquiera diría que pretende hacernos creer que la casa está encantada por el fantasma de la vieja del sombrero rosa, pero teniendo en cuenta la extrañeza de las cosas que nos están sucediendo últimamente, nunca se sabe. Es la tercera condición la que me deja completamente descolocado. Me tapo la boca con la mano mientras asiento como un autómata, esperando a que el hombre acabe de despedirse de nosotros y se marche, dejándonos a solas.

Dejo escapar un largo resoplido que no se sabe si es de perplejidad, de frustración o de confusión. O quizá las tres cosas al mismo tiempo. Se me escapa un acceso de risa nerviosa.

Ay… Dios. —Me paso una mano por la cara, haciéndola bajar por mi barba—. Sophie, ¿en tu sueño no veías si en este edificio había una residencia de salud mental? O sea, ¿llamar a la puerta y esperar treinta segundos? ¿Y el señor Ginouvès va a estar mirándonos con una cámara para asegurarse de que acabamos compartiendo su TOC? —Vuelvo a reír—. No, pero ahora en serio, me ha caído simpático el tío. Bueno, y ahora a lo importante: ¿qué pensáis? Yo por mí no tengo ningún problema en que nos quedemos aquí. La zona parece agradable…

Me encojo de hombros, y me paso una mano por el pelo, entreteniéndome en la parte en la que tiene tendencia a formar rizos, detrás de la cabeza. Realmente no sé qué más decir. Hemos venido por un sueño de Sophie, así que seguramente estemos haciendo lo correcto… Aunque suponga aceptar unas normas descabelladas.

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31/05/2016, 23:09
Arthür Guitry

Notas de juego

Dire, si Ginouvès ha dejado en el salón el papel escrito a pluma, Arthür lo cogería para echarle un vistazo (caligrafía, tipo de papel) y leerlo. Si está a mano, ¿puedes describirme cómo es?

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01/06/2016, 11:41
Casa Gresta

El documento estaba en la mesita junto a la lámpara. Cuando Arthür lo tocó, se sentía al tacto grueso, de calidad. Parecía nuevo por su perfecto estado de conservación -él había leído muchos libros antiguos con sus hojas de una calidad de fabricación similar- pero era un papel antiguo hecho a base de fibras textiles. Y estaba timbrado con un sello en relieve con el águila nazi.

La tinta era color vino, la caligrafía exquisita y también antigua. Contenía escritas las condiciones que el señor Ginouvès les había leído fielmente y una más: figuraba el precio del alquiler en los antiguos francos, una cifra sumamente ridícula a precios de hoy. Si el precio no se actualizara sería más barato que un corte de pelo.

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01/06/2016, 12:24
Arthür Guitry

Arthür se quedó muy sorprendido al inspeccionar el documento. El papel era antiguo, sin duda, la caligrafía le recordó a las cartas de sus abuelos que su madre guardaba en una cajita de madera y para rematar estaba aquel sello propio de la Francia ocupada. Todo parecía encajar con que hubiera sido redactado en el cuarenta y dos, como afirmaba Ginouvès. Todo. Hasta el precio del alquiler.

Volteó el documento hacia sus compañeros con gesto de sorpresa —Mirad: al menos esto de las condiciones no ha sido algo improvisado, está todo aquí, tal cual. No me parece una falsificación—volvió a observar el papel—. Podría ser realmente la voluntad del propietario— le entregó el escrito a Sophie para que le echara un vistazo—. Fíjate en el sello y el precio al final —miró después a Mats—. Estoy de acuerdo, no perdemos nada. Y las condiciones no me parece que sean problemáticas: no pensábamos hablarle a nadie de la casa de todos modos, si necesitáramos algún mueble lo podríamos traer y, en fin, lo de esperar treinta segundos... Al menos no es demasiado tiempo, podemos comprometernos a eso, ¿verdad? —miró a sus compañeros con cara entre divertida e intrigada —En cualquier caso tenemos la oportunidad de ver el piso, aunque después no pudiéramos costear el alquiler si el precio ha sido actualizado. Tal vez haya algo que encuentres en la visita— añadió dirigiéndose a Sophie y encogiendo un poco los hombros—.Tal y como encontraste este lugar tiene que haber algo importante... Mantengamos los ojos abiertos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dire, sé que Kirlyan no está totalmente operativo en este momento pero, aunque no podáis contestar ahora, Arthür está fijándose, en general, en cómo se encuentra Sophie anímicamente.

Como se dio cuenta de la fuente de su dolor y si está bien o no es algo que está observando activamente tratando de superar las barreras de la chica, he tirado Razón. Si te parece que es mejor algún otro factor tenlo en cuenta para la tirada y ya está.

Edito: por cierto, ¿está firmado el documento o figura en algún apartado el nombre del propietario?

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01/06/2016, 15:34
Director

Notas de juego

No está firmado.

:-)
 

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01/06/2016, 15:35
Director

Notas de juego

Kirlyan, Aliosha ha sacado una tirada muy buena para que su personaje se fije en el estado anímico de Sophie. Antes, en casa, ya se dio cuenta de la ausencia de Adrien, y ahora ha sacado un 17 en Razón más Empatizar (17 es la dificultad para hacer algo muy difícil). Si quieres, cuando puedas narra marcando a Arthür los sentimientos de Sophie, sobre todo cómo se encuentra anímicamente.

También puedes contármelo sucintamente en una nota, y yo se lo narro.

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03/06/2016, 08:42
Arthür Guitry

Notas de juego

Entonces, ¿tocamos la campana?

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03/06/2016, 10:24
Mats Bergstrøm

No tardamos mucho tiempo en decidirnos. Las ventajas de aceptar seguir adelante con el alquiler de la propiedad parecen mucho mayores que los inconvenientes. Así, cuando todo queda dicho, hago sonar la campana para avisar al señor Ginouvès de que ha conseguido su objetivo. La casa Gresta tiene nuevos inquilinos.

Notas de juego

Tocamos la campana XDDDD. Pero casi me siento mal por escribir un post en una situación que no me da juego más que para poner tres líneas...

¿Alguien sabe algo de Kyrlian, BTW?

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03/06/2016, 12:22
Director

Notas de juego

Jjajaja, Belgeval, nunca lo habría imaginado. ¡Sólo tres líneas!

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03/06/2016, 12:38
Mats Bergstrøm

Notas de juego

Lo sé, es indigno de mí. Y mira que tengo ganas de avanzar y de seguir tochoposteando, pero tampoco es cuestión de alargar innecesaria y artificialmente los post solo por rellenar. Podía haber dicho simplemente «toco la campana» en sección notas, pero de este modo queda patente in-game, y podemos pasar a otra cosa :P.

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03/06/2016, 13:27
Casa Gresta

El señor Ginouvès tardó un buen rato en aparecer y cuando lo hizo venía ya vestido de calle con una camisa de lino, unos pantalones rojos claro y unos zapatos de piel.

Bajaron hasta el segundo piso y llamó al timbre. Comprobó el paso de los treinta segundos alternando la mirada entre su reloj dorado y los tres inquilinos. Sonriente, más si cabe que en la entrevista, sacó despreocupadamente una llave grande de un bolsillo de su pantalón y abrió la puerta sin dificultad.

-He engrasado esta puerta una vez al año desde que tenía trece.

Abrió la puerta y una consola estilo Luis XV y un espejo cubiertos por una capa finísima de polvo gris les dio la bienvenida.

Pasaron ellos tres primero. Las puertans interiores, la mayoría de doble hoja, estaban abiertas. Los ojos del hombre brillaban y la faz de su cara era de total admiración. Fueron explorando por las estancias. La casa era grande y la arquitectura era similar a la del piso del casero. Por donde andaban iban dejando huellas en le polvo gris, que lo cubría todo. Todo, desde el papel de la pared hasta los frascos de pefume, estaba tal cual se había dejado en mil novecientos cuarenta y dos. Era una casa profusamente decorada y elegante con multitud de muebles y objetos antiguos, desde alfombras persas a jarrones chinos, que debían tener un enorme valor.

.

 

También habían muchos cuadros, varios de una mujer que podría ser familiar de la señora Gresta:

Y una curiosa avestruz disecada:

 

Notas de juego

Para la Casa Gresta me he inspirado en este hallazgo:

http://lospastelesderosa.blogspot.com.es/2014/02/t...

Edito: he hecho un pequeño cambio con respecto a los cuadros.

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04/06/2016, 12:39
Mats Bergstrøm

Tras anunciar al señor Ginouvès que tenemos la intención de respetar las condiciones del contrato de alquiler, este nos conduce hasta la puerta de la residencia, que está en la segunda planta. Aunque ya estaba advertido, me sigue sorprendiendo cómo, después de llamar al timbre a pesar de que la casa está obviamente desocupada, comprueba rigurosamente el paso de treinta segundos antes de abrir la puerta con una gran llave, para a continuación invitarnos a pasar al interior.

Nada más poner un pie en la famosa casa Gresta, empujando suavemente la silla de ruedas de Sophie, me da la sensación de haber viajado setenta años hacia atrás en el tiempo. Parece que estemos en un museo de antigüedades que lleve décadas clausurado. En cuanto veo la fina capa de polvo que lo recubre todo, desde el suelo hasta las lámparas, pasando por los muebles, cuadros, espejos y toda suerte de artículos de decoración que delatan un gran poder económico, arrugo instintivamente la nariz. Sé que en poco rato empezaré a estornudar.

Al principio, a medida que vamos visitando las espaciosas estancias de la casa, me invade una ligera sensación de agobio. Actualmente, no estamos acostumbrados a vivir en casas tan profusamente amuebladas y decoradas, con tantos muebles oscuros, cortinas, alfombras, algunas paredes paneladas y otras empapeladas… Sonrío al pensar que una de las condiciones es no incorporar ningún mueble que no sea estrictamente necesario: ¿acaso cabría algo más? Tuerzo la boca al ver el avestruz disecado, colocado ahí como si nada. Por mucho que sea una imagen simbólica que, de algún modo, confirme la relación de este lugar con el sueño de Sophie, me parece de peor gusto incluso que la palmera postiza del patio de abajo.

Qué… pintoresco —expreso, a falta de una palabra mejor y políticamente correcta. Mis ojos no pueden dejar de ver las nubes de polvo y partículas que flotan en el aire, reveladas por los haces de luz del sol de la tarde que se filtran por las ventanas, también polvorientas—. Muy bonita, eso sí, pero desde luego, habrá que darle un buen limpiado a todo. ¿Alguien tiene un aspirador? —pregunto, mirando fijamente las alfombras que cubren buena parte del suelo.

La nariz está empezando a picarme mucho…

Notas de juego

Mats es alérgico a los ácaros del polvo :).

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06/06/2016, 10:28
Arthür Guitry

Cuando el señor Ginouvès les hizo un gesto para que pasaran primero al interior de la casa, Arthür creyó ver no sólo cortesía, sino una reserva debida a la emoción. Parecía realmente impresionado y, una vez dentro, creyó comprender el porqué. Las ruedas de la silla de Sophie iban dejando su rastro sobre una capa de polvo que cubría todo como un fino velo haciéndole pensar que realmente nunca había entrado nadie allí, sino desde que sus dueños se marcharan, al menos sí desde hacía muchísimos años. ¿Había estado aquel hombre engrasando la cerradura desde que era un niño y resistiendo la tentación de penetrar en la casa para explorarla? Podría ser que sí. Y era evidente en su rostro la profunda ilusión por estar finalmente en su interior. Empezó a creer que no les había mentido en nada cuando les había relatado la fantástica historia de aquel lugar.

La casa era como una enorme tienda de antigüedades. Todo se veía un tanto caótico y algo deteriorado, sobre todo las paredes y las alfombras que recubrían el suelo por todas partes. Desde luego necesitaría mucho trabajo para ser habitable. Entonces recordó que no era realmente una especie de estudio para crear como había dicho al inventar su historia, sino un refugio. ¿Había algo allí que convirtiera a la casa en tal? ¿Por qué podría ser un lugar apropiado para ocultarse de los «soñadores»? Cuando estaba pensando en esto llegaron a la habitación ocupada por el avestruz. No pudo evitar dejar salir una pequeña carcajada recordando que un animal como aquel había estado visitando los sueños de Sophie.

Aunque Mats arrugaba la nariz parecía seguir de acuerdo con la idea de quedarse en aquel lugar. Ahora debían saber si la última condición también seguiría a rajatabla el documento sellado de la señora Gresta:

—Díganos, señor Ginouvès, ¿sería posible almacenar algunos de los muebles y objetos en una habitación que no utilicemos para asegurar mejor su conservación? Sobre eso no decía nada el documento, pero cumpliríamos cuidadosamente con no dañar nada de lo que hay aquí... ¿Ha llegado el momento de conocer el precio?

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06/06/2016, 15:32
Casa Gresta

-Bien, bien, el dinero es poco. Unos cincuenta euros al mes. Pero este piso no es para especular, ni se les ocurra alquilarlo a otra persona... Puede perfectamente ser un estudio, pero tiene que haber vida en él. No aceptaré que continúe vacío… Y las cosas, claro que pueden despejar un poco utilizando un cuarto de almacén, sitio sobra. Claro...

El señor Ginouvès miró a Mats y rió abiertamente.

-Madre mía, está rojo rojo, todo usted. Salgamos de aquí antes que le de un shock anafiláctico.

Subieron de nuevo a su piso y les ofreció un refresco o un vaso de agua.

-Si les parece contrataré a una empresa especializada en limpieza, a alguien que catalogue y tase las cosas y a un… restaurador.

Les sacó un contrato, y -si firmaron- se despidió de sus inquilinos con una sonrisa placentera y la promesa de que en unos días tendrían una copia de las llaves y el piso habitable.

Cenaron en su futuro barrio y ya bien entrada la noche devolvieron a Sophie a casa de sus padres. De vuelta a París Mats y Arthür ultimaron los detalles para ir a la entrega de premios de la noche siguiente. Ciertamente era de etiqueta obligatoria e incluiría ceremonia, discursitos, palmaditas en la espalda y fiesta tras la entrega.

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06/06/2016, 18:16
Mats Bergstrøm

Como respuesta al comentario de Ginouvès acerca de mi complexión, emito un estornudo tan fuerte que parece un bocinazo. Mi cara está muy congestionada, y al cabo de apenas un par de segundos, vuelvo a estornudar una, dos, tres veces seguidas.

¡Aaahhh…! —protesto entre dientes, frotándome la nariz con el talón de la mano y rascándome el cuero cabelludo—. No se preocupe, soy un poco alérgico…

Me vienen ganas de estornudar otra vez, pero por fortuna, se marchan antes de que vuelva a hacerlo. Quizá motivado por este suceso, el señor Ginouvès nos invita a subir de nuevo a su casa, donde me bebo de un solo trago el vaso de agua que me ofrece. Por suerte, los síntomas se me pasan rápido, y para cuando firmamos el contrato*, vuelvo a encontrarme bien. Espero que, como bien dice el casero, alguien se encargue del zafarrancho de limpieza. No quiero ni imaginarme cómo me pondría si tuviese que hacerlo yo…

Una vez en la calle, los tres decidimos ir a cenar a un pequeño restaurante que no queda muy lejos de la que será nuestra nueva casa. Aprovechamos para discutir algunas cosas, como qué vamos a llevar, y volvemos a poner sobre la mesa los datos de que disponemos acerca del caso que nos ocupa. Como ir a visitar a la doctora Gibran nos llevaría la mayor parte de un día, sugiero que lo hagamos después de mañana; no me gustaría llegar tarde a la gala de la entrega de premios. También hablo de algunos asuntos no relacionados con nuestras tribulaciones actuales, pues me gustaría estrechar lazos con mis amigos y que me conozcan un poco, además de conocerlos yo a ellos. He de admitir que me siento muy cómodo en su compañía, lo que es muy de agradecer teniendo en cuenta que, en cierto modo, dependemos los unos de los otros.

El final de la noche transcurre animadamente, e instala en nosotros un sentimiento de esperanza y determinación. Ya de noche, llevamos a Sophie de vuelta a Gambais, a casa de sus padres. Tras saludar a los señores Taylor, me despido de ella con un estrecho abrazo y un comentario jocoso acerca de que «tenga cuidado con tener demasiados pajaritos en la cabeza».

Finalmente, Arthür y yo volvemos a la furgoneta y ponemos rumbo a París.

Notas de juego

*Efectivamente, asumo que sí, que todos firmamos. En principio, no hay motivo para no hacerlo (¡cincuenta euros de alquiler! ¡Madre mía!).

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06/06/2016, 18:28
Mats Bergstrøm

Mientras regresamos a París, me muestro pensativo y algo inquieto. Con la llegada de la noche, vuelve la incertidumbre. Mis ojos están fijos en la porción de carretera que resulta visible gracias a los faros del coche, como una isla de luz en medio de un océano de oscuridad. El día de hoy ha sido como una pequeña tregua, pero mañana nos toca volver a enfrentarnos a lo desconocido. No dejo de tener ese pellizco en las tripas que me dice que algo puede pasar en el evento de mañana por la noche. Como en una montaña rusa, es como si me dirigiera hacia un destino que sé que puede ocurrir, pero no tengo modo de evitarlo ni de bajarme a medio camino. Miro a Arthür, que conduce con esa clásica expresión concentrada tras sus gafas. Me imagino que debe de tratarse de una persona de lo más concienzuda en todas las facetas de su vida. Yo mismo creo que es importante cierta medida de metodicidad, pero muchas veces, lo que me pide el cuerpo es que me deje llevar, que improvise.

Chasqueo la lengua.

Mañana no hace falta que te preocupes mucho por la ropa —rompo el silencio—. Con que lleves una chaqueta medio decente, darás el pego. Créeme, en esos eventos se ve de todo. Llévate una cámara. —Río, cruzado de brazos en mi asiento—. ¿Querrás que vaya a recogerte a tu casa, o prefieres que nos veamos allí directamente?

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07/06/2016, 10:09
Arthür Guitry

La cena con sus amigos fue tan agradable como lo había sido el resto del día. Arthür tenía la sensación de que éste había sido largo pero en absoluto por tedioso sino como largos son los días de verano para un niño en que la jornada no parece acabar y todo lo que ocurre es nuevo y fascinante de alguna forma. Durante la cena comentó a sus compañeros que, si la magia existe, era de esperar que no toda ella fuera nefasta y que algo en aquella casa tenía un tinte mágico, aunque esto sólo era una impresión ahora mismo por lo fabuloso de la historia contada por el casero y lo extravagante que había resultado todo. Le hacía ilusión poder investigarlo cuando se instalaran allí, más que metódicamente, pues no sabría ni cómo empezar a indagar algo así, pudiendo vivirlo, experimentarlo. Tal vez la casa les «hablara» de alguna manera; al menos a Sophie a través de sus sueños ya lo había hecho.

En el trayecto de vuelta a Gambais puso algo de música aunque no tan alta como para impedir que pudiera seguir la conversación. Ya en la casa, tras el abrazo con que Mats se despidió cariñosamente de la chica, se acuclilló frente a ella para despedirse también:

—Pasado mañana vendremos temprano a por ti. Veremos qué puede decirnos la doctora Gibran... —colocó una mano sobre el antebrazo de la chica, posada muy ligeramente como si temiera pesarle o molestarle— Si antes de eso necesitas cualquier cosa, aunque sólo sea charlar, no dudes en llamar cuando sea. Ahora mismo no tengo horarios.

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07/06/2016, 10:11
Arthür Guitry

En el trayecto de vuelta la oscuridad de la noche parecía haberse llevado la calma de aquel día. Mats se veía algo inquieto, cambiando de postura a menudo removiéndose en el asiento ligeramente. Estaba pensativo y seguramente preocupado. También lo estaba él: mañana cabía la posibilidad de que los soñadores intentaran algo si esa tal Vendela sabía de la relación de Montillet con el periódico de Mats o con aquellos premios. No se arrepentía de haberse ofrecido a acompañarle, no querría dejarle solo, pero al mismo tiempo se preguntaba si sería capaz de serle de alguna utilidad. Todo aquello se parecía a esa carretera en la oscuridad; era imposible ver más allá que lo poco que quedaba iluminado.

Mats confirmó estar pensando en la gala cuando comentó acerca de la no tan estricta etiqueta: —Vaya, ya me veía teniendo que buscar mi pajarita —contestó siguiendo el tono alegre de su amigo. —No, no, no hace falta que vengas a por mí: sólo dime dónde tengo que estar y a qué hora y allí estaré. Pero esta vez te inventas tú qué es lo que pinto; creo que no colará que me haya invitado el fantasma de una vieja dama. —se rió de sí mismo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de empatía, aunque asumo que no es difícil percibir la preocupación de Mats y el motivo.

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07/06/2016, 10:32
Mats Bergstrøm

Notas de juego

Cusa, ¿te parece bien que, a juzgar por la tirada de Aliosha, sea yo mismo el que narre las impresiones y sentimientos que transmite Mats? Creo que de este modo la narración sería más interactiva ;).

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07/06/2016, 11:14
Director

Notas de juego

Claro, claro. Perfecto.

Ten en cuenta que su 10, que normalmente significaría que hace con éxito algo entre fácil y normal, en este caso, como Arthür ha tenido éxito holgado en otras tiradas similares con Mats y el momento es adecuado para empatizar, su dificultad bajaría y puede valer  para rozar el éxito en el nivel de complejo.

Teniendo en cuenta esto, eres libre de narrarle los sentimientos de tu personaje.