Partida Rol por web

Los primeros en salir fueron Ava, Derek, Mark, Alba, Edward y sir Optimus, todo el resto del grupo había decidido ir donde estaba flor, una tropa para ir a buscar una flor frente a un pequeño grupo que se enfrentaría a un ejército. Freud cuando bajó luego de dejar al otro grupo en sus caballos, quedó mirando al resto del grupo diciéndoles esto, pero no dijo comentario más, lo demás quedó en su fuero interno, que pensaba que eran demasiado egoístas, por lo menos muchos de ellos, esperaba mejores héroes, pero es lo que había.

Sharon  también se despidió, debía ir a ver a su padre y saber en que condiciones estaban sus amigos, además de los abuelos de Mary, se despidió del grupo y observó a la sirena y le dijo que dejara de llorar, antes de subir por las escaleras, lástima que no podrían tener noticias de lo que pasó con sus amigos.

o James informó sobre La Peregrina,  y Freud les dijo que camino debían seguir para ir hacia la guarida de los piratas, Freud la conocía, se usaba como lugar para escapar de los soldados, así que sólo tenían que seguir el camino que antes habían recorrido hasta donde estaban la bóveda en donde hablaron, pero en vez de de devolverse hacia la casa de los enanos, tendrían que tomar la ruta del río, sólo había que esperar que no hubieran soldados.

Subieron por la ruta, y fueron hacia el camino, bajando por la entrada en la piedra, bajaron solos, Freud ya no iba con ustedes, él había emprendido el viaje hacia donde estaría esperando la resistencia. Mientras bajan, escucharon voces, habían soldados en ese lugar...

Eizhan sigue al grupo en silencio y con mucha precaución. Es para lo que esta entrenada.

Voy adelantarme y os digo lo que hay, estoy acostumbrada a estas cosas. -Dice en voz baja. Eizhan intenta ir sigilosa para ver cuantos soldados hay.

Eizhan se acerca de  la manera más sigilosa que puede, intenta ver cuantos soldados hay fuera. Para avisar al grupo lo que hay. Solo espera que haya pocos para eliminarlos de forma rápida y eficaz.

Ves a cuatro soldados en la bóveda, y desde las escaleras vienen cuatro más, están con antorchas examinando el lugar, no ves a Rocheford, solo soldados que pronto vendrán donde ustedes, dos de ellos ya caminan al pasillo en el cual estan.

Vuelve con los demás....

Tenemos compañía, hay 4 soldados con antorchas, que están examinado la bóveda. Al fondo he visto que vienen cuatro mas.- Dice en voz baja, mirando  a los demás.

Esta claro que o nos escondemos muy bien, o tendremos que eliminar a los 8... - dice aun en voz baja,con una mirada que irradiaba felicidad, poniendo una extraña mueca en sus labios.

Tendremos que ser rápidos para eliminar pronto a los 8.. ¿ alguien se apunta ? - dice mirando a todos, sobretodo a los que realmente podían tener alguna idea de luchar.- o estoy abierta a sugerencias, pero que sean rápidas, cada minuto que pasa, es un minuto que están mas cerca de nosotros.

Sigue al resto del grupo en la bajada a las catacumbas. Al menos esta vez no se ha congelado durante el viaje pues ha tomado prestadas ropas de abrigo y unas botas así que está más confortable ahora... además, sus amigos han tratado de animarla y eso, aunque no le quite la tristeza, le ha sentado bien. Pero al llegar a las catacumbas, a la sala abovedada, se escuchan las voces de los soldados.

Detiene su paso y trata de caminar con sigilo para que no escuchen sus pisadas. Seguramente han encontrado el pasadizo desde la casa taller y les están buscando... Mira a Selina y Didac ¿qué supondrá eso para los tres enanos propietarios? Seguro que deciden que son cómplices y traidores.

Eizhan se adelanta y al volver comenta la situación.

-¿Y no podemos pasar desapercibidos?

La idea de matar a alguien, aunque sea a los soldados de la Reina, le horroriza.

Una vez separados, James nos guió hasta la guarida de los piratas donde se encontraba nuestro barco. No fue un largo viaje y en seguida llegamos.

Al llegar allí algo nos alerta, quizá nuestro instinto de supervivencia. Así decidimos ir lo más cautelosos posibles por si hay algún peligro.

Eizhan se adelanta para tantear el terreno y a su vuelta nos informa de que hay cuatro guardias con antorchas vigilando el lugar.

-Yo se manejar esto- digo mientras muestro mi ballesta. En realidad sabía manejar cualquier arma a distancia. De hecho había fabricado alguna. -Quizá sea más útil usar esto ¿no?- Enseño un fusil del que me había provisto en la guarida. -Pero una cosa, una vez dispare esto alertaré al resto de que estamos aquí, ¿Habrá más guardias? Selina podrías mandar a Mahogany a revisarlo. Tenemos que andar con cuidado.- llevamos muchos años ocultándonos de estos tipos así que estoy acostumbrado a no dejar ningún cabo suelto para que den con nosotros.

Mira con desaprobación las armas aunque sabe que deberán utilizarlas en algún momento de su misión, pero sin duda utilizar un fusil en ese lugar podría ser peligroso pues el sonido atraería a mas guardias que pudiesen estar en la casa, al otro lado de la puerta secreta.

-Eso es peligroso, Didac. Habría que encontrar una forma de distraerlos y nosotros poder escoger el camino hacia el barco... no creo que usar ahora las armas nos solucione mucho... además, quizá perdiésemos un lugar seguro.

Es mejor pensar mejor las cosas antes de actuar.

Están hablando demasiado y el eco de sus conversaciones ya está siendo captado por los guardias que se están acercando a ustedes, es obvio, están en un pasillo que da a una bóveda, y todo el lugar es subterráneo que ayuda ayuda demasiado al eco.  Además Didac había hablado demasiado fuerte, ahora son cuatro guardias los que se aproximan a su escondite. Estaban escondidos, y debían atacar o escapar, ya no quedaban más opciones.

Aquello había sido una insensatez. Solo podía rezar por que mi tripulación anduviera por allí cerca, aunque la probabilidad era poca. Seguramente ahora estarían borrachos en alguna taberna de mala muerte en Puerto del Rey, levantando la falda de alguna muchachita. - Estos cinco "grumetes" no serán capaces ni de levar anclas. - Pensé preocupado observando al variopinto grupo que me acompañaba. Eran heroes si, cada uno a su manera, pero sobre maniobrar un barco no tenian ni idea, y mucho menos un navio tan inquieto como era La Peregrina.

La idea de un combate frontal no me disgustaba. Me encantaría oir el sonoro eco de había en aquella gruta al dejar a mis pistolas escupir plomo. El problema era que no todos los allí presentes eran luchadores. Había que buscar un plan, y habían dos cosas a las que podíamos sacarle partido en aquel momento; La mente pensante de Anthony y el Halcón de Selina.

- Ya no podemos sorprenderles, nos han oído. - Susurré a mis compañeros. - Creo que deberíamos retroceder hasta un lugar seguro. Selina, ¿Mahogany podría inspeccionar esta caverna y de paso mi navío? Debo estar seguro de si mis hombres andan cerca. - Luego me dirigí a Anthony. - ¿Tú que opinas muchacho? -

Mientras habléis en voz baja genial, esconderos, buscare un punto estratégico para acabar de manera silenciosa a los guardias. - dice Eizhan al resto en voz baja, va preparando su ballesta repetidora.

Creo que podré eliminar a los guardias que se acerquen por aquí, si no son más de cuatro. Se me dan muy bien las armas a distancias y con esta maravilla puedo disparar 4 veces, al cargar rápido en la segunda tanda. Si falla, siempre puedo usar las dagas. - dice aun baja al grupo, mientras observa la zona para buscar un punto donde poder acabar con los guardias que se acerquen, de manera sigilosa y eficaz.

Qué miedo!
- Yo me escondo cerca de Didac - digo dispuesta a ocultarme en menos de tres segundos. No soy nada buena con las armas, así que prefiero no pelear. Sin embargo, enviaré a Mahogany como me habéis pedido e inspeccionará la gruta.

Miro fijamente a los ojos del halcón y le susurro algo que nadie puede entender. Después alzo el brazo y sale volando, adentrándose en la oscuridad.
 

El grupo había entrado en el pasillo que se hacía más estrecho a medida que salía al exterior, pero ahora en el lugar en donde estaban se había más amplio, y era sólo un pasillo,  largo, cavernoso oscuro y húmedo, pero al escuchas las voces debieron apagar las antorchas para que no los descubrieran, pero ahora, en medio de ese pasillo del cual sólo estaba la salida por la cual habían  entrado y que llevaba directo al refugio de los rebeldes no había más salida.

Pero en un acto que no puede ser catalogado de muy inteligente y perdiendo todo el tiempo posible hablando de lo que podían hacer y lo que no, habían alertado a los cuatro guardias que ahora se dirigían hacia ustedes, escuchaban sus pasos, pero cuando el halcón salió del pasillo los guardias se asustaron y dieron un paso hacia atrás, levantando sus armas, Solo escucharon dos disparos y luego otros dos disparos, y el chillido agónico del halcón y luego el sonido pesado de un cuerpo cayendo al suelo rocoso.

- hay alguien ahí!, no pueden haber halcones en este lugar! vayan a investigar- gritó uno de los guardias dando a orden y los cuatros corrieron al pasillo a los que se le sumaron dos más. Los atraparían a menos tres metros de la entrada y los encontrarían boca de jarro. Ya no había salida, sólo retroceder y escapar o enfrentarlos.

Eizhan se pone roja de la rabia...

Maldita sea, con tantas dudas y palabrerías al final no vamos a salir ninguno vivo... - dice para si misma muy enfadada.

James y quien tenga un arma que no haga ruido, vamos a intentar eliminarlos y que no puedan avanzar.... - dice con voz autoritaria en voz baja a los demás.... , sin esperar réplicas o respuesta, se aleja del grupo para lidiar con los soldados.

Malditos guardias de la Reina Roja... - se dice para si misma, sujetando con firmeza la ballesta con sus manos.

Una vez que se aleja de ellos, busca una posición para disparar al primer guardia que vea, disparando a matar. Tal vez, así de mas tiempo al resto, para que decidan luchar y no hablar tanto. Nada mas ver a los guardias, dispara  al de adelante y hacerles difícil la entrada. Solo espera que les de por apoyarla y no debatir tanto.

En cuanto oigo el cuerpo pesado de Mahogany caer al suelo, salgo de mi escondite con la pistola a punto para disparar.
Quien me conoce sabe que no soporto el maltrato animal, y menos si es alguien tan querido como mi amado halcón.
Me sitúo en una esquina, donde puedo esconderme o huir en caso de que me disparen o vengan a por mí.

Al primer disparo que hago, me doy cuenta de lo torpe que soy. Esto me va a resultar imposible.

Intento frenar mis impulsos para no salir corriendo hacia el cuerpo caído de mi mascota.

Cuando oigo disparos y al halcón de mi hermana gritar no lo dudo ni un instante. Me asomo cuidadosamente, apunto al guardia que esté más visible y disparo sin más dilación a su cuello. Después me cubro para que no tengan tiempo a reaccionar ni un solo instante.

Una sensación de odio recorre todo mi cuerpo, "me niego a que la Reina Roja acabe con todos los seres que quiero, si tengo que matar a personas que esten de su lado, lo haré".

Es increíble como cambia tu vida de la noche a la mañana. Llevábamos cinco años tranquilos aquí en Puerto del Rey y otra vez volvemos al peligro, esperemos que nuestro cuerpos no terminen como los de padre y madre.

No hay tiempo para mucho y cuando escucha el sonido de los disparos se tapa los oídos y se encoge poniéndose de cuclillas y escondiéndose. No lleva armas que pueda utilizar así que solo puede ser un estorbo para los demás y acabar herida. Se gira un poco al escuchar el chillido del halcón de Selina y como se escucha un golpe sordo contra el suelo... tienen que ir a por él rápidamente, pero estando los soldados no pueden acercarse.

Observa todo lo que les rodea, todo lo que puede ver, para encontrar una forma de sacarse a los soldados de encima sin tener que perder más tiempo y correr el riesgo de ser heridos... quizá una roca suelta en la bóveda que pueda soltarse y caer encima de los atacantes... sería lo ideal para distraerlos mientras recogen al halcón y seguir el río en la barcaza*.