Partida Rol por web

El Heredero de Piedra

2.- Empezando el camino

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17/02/2012, 11:17
Roberto el guarda

 El hombretón rió entre dientes, con la pipa en la mano ante el gesto del juglar.

 - Yo soy hombre de pocos dineros, poco más que cobre podría darte, si lo que buscas es metal.- Hirguiéndose un poco más añade.- Pero tengo algo de más valor que el metal para el sabio viajero. Tengo información.

 Sospesando la mirada del juglar añade finalmente.

 - Palabras por palabras, ¿te place?

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17/02/2012, 11:22
Octavio, el posadero de las Cinco Jarras

 Parce que el posadero vaya a comentar algo, pero ante la intervención de Roberto, sonríe divertido y se levanta para ir en busca de algo a la cocina, con la pipa en los labios.

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17/02/2012, 15:59
Iasana Ranackver
Sólo para el director

Iasana se mordió la lengua para no replicar que no temía tanto a lo que hubiera allá afuera como al peso que llevaba en su interior. Ensayó un amago de sonrisa y atravesó la puerta flanqueada por el muchacho.

-Gracias... ¿tienes un nombre por el cual llamarte? resulta incómodo decirte "muchacho" a cada rato- mientras el mozo le respondía, la mujer dio sus primeros pasos en el interior de las Cinco Jarras. Sin quitarse la capucha, observó todo a su alrededor, así como a los presentes, en busca del grupo que le había descripto el lord. Se sentía agotada por la marcha casi forzada a la que se había sometido para llegar hasta allí, así que cuanto antes acabara con aquel asunto, antes podría descansar.

Notas de juego

Bueno, como no sé que es lo que veo, lo dejo allí ^^

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17/02/2012, 19:55
Nuño Aguasfrias

- Porque no? La información puede salvarte la vida... Reflexionó en voz alta el juglar. Su gesto reflejaba interés, así como su rostro, más por dentro maldecía la tacañería del viejo. - Cabronazo, las cuerdas del laúd no se pagan solas...

- Hablad, os escuchamos, y no dudéis que si esa información que guardáis es buena, podréis pedir a cambio cualquier canción,seguro que la se. Dijo en gesto de autosuficiencia extremo, mientras continuaba tocando los acordes de la misma canción.

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17/02/2012, 20:13
Raúl, el Trapero

El chico de pelo rojo y ojos saltones seguía un poco alicaído, y ensimismado con sus propios pensamientos que, más o menos, versaban sobre lo que ya se ha dicho.

 La música del juglar y la divertida escena con los congregados allí le distraía pero no le animaba. Solo unos segundos pareció recuperar su despreocupación natural y juvenil cuando la mujer que servía en las mesas, aunque mayor para él, pero mujer a fin y al cabo, pasó por allí cerca. Cuando se perdió de nuevo en la cocina donde los ojos de Raúl allí no la pudieron seguir perdieron de nuevo su brillo, y bebió otro largo sorbo de bebida.

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17/02/2012, 23:49
Roberto el guarda

 El hombretón sonríe pagado de sí mientras esgrime la pipa señalando al juglar. Y con el crepitar de las llamas, y las notas de Nuño, empieza a contar:

 - Pues antes de nada, viajeros, os contaré que con ojo deberéis continuar si vuestros pasos os han de llevar a Benedinburgo. Pues el camino real, y los secundarios, de maleantes andan llenos.- Colocándose de nuevo la pipa en la boca y colgando los pulgares del ancho cinturón os dice con la pipa colgando por una comisura de la boca: Hace cosa de dos o tres semanas se han avistado grupos de maleantes, bandidos acosando los mercaderes y viajeros. Por eso mismo el tránsito en los caminos, y en las Cinco Jarras, es el que es. Esperemos que los hombres del Rey lo remedien pronto.

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18/02/2012, 00:08
Patricio, el cazador

 El barbudo hombre de ropajes de cuero bufa desganado.

 - Sí, claro, nuestro querido Rey... Como que escucha tanto a su gente des de que está con su prima calentándole la alcoba allá en palacio.

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18/02/2012, 00:09
Roberto el guarda

 El hombretón miró con contrariedad al barbudo.

 - Algún día esa lengua te perderá Patricio, deberías ser más respetuoso con al Señor al que debes lealtad.

 El Pelirrojo barbudo alza los hombros en gesto para restarle importancia a la vez que niega débilmente, como de cansancio, como si ya hubieran tratado el tema una eteridad de veces.

 El viejo guerrero devolvió la mirada al juglar.

 - Bueno... a lo que iba, aquí tienes la información. Por esta te pido la canción de las tres sirenas que tanto me amaron.- Una ancha sonrisa de dientes torcidos asoma entre sus labios.

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18/02/2012, 00:15
Rubén Montealto

 El muchacho enarcó las cejas ante la pregunta.

 - Oh, claro, perdone señora, mi nombre es Rubén, Rubén Montealto.- Esbozando una torpe inclinación desmañada, apunta a la posada.- Para servirla. Ahora entre a la posada, a lo mejor Octavio aún tiene algo de guiso para ofrecerle... quién sabe, si está de suerte, incluso Roberto puede haber dejado algo de tarta jejeje.

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18/02/2012, 00:20
Director

 Al entrar en la posada te encuentras directamente en un salón. El lugar, estaba bien y ordenado, con un suelo de piedra que muchos otros lugares ya querrían para sí. Mesas grandes y recias. El ambiente olía a madera de encina, con ligeras notas de humo de tabaco, vino tinto y el guiso. En definitiva parecía de lo más acogedor.

Pero estaba prácticamente desierto. En el lugar, cerca del hogar que despedía calor, habían un hombre de armas ya entrado en años, visitendo una armadura de cuero tachonado. Otro hombre de aspecto un tanto descuidado, con ropas de cuero remendadas y barba. Estos se mantenían en pie mientras charlaban con un grupo de cuatro hombres sentados entorno a una mesa, con platos y restos de comida ante sí... bueno de los cuatro solo tres permanecían sentados, el cuarto estaba de pie encima de la mesa, rasgando las cuerdas de un laúd, estos cuatro debían ser los aventureros, pues dudabas mucho de que hubiera otro hombre de piel oscura andando cerca de la región...

En cuando entraste, se hizo un repentino silencio mientras sentías como las miradas se posaban en tu figura.

De la parte de las cocinas llegaba el apagado canturrear de una voz femenina.

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18/02/2012, 00:25
Director

 Entonces la puerta del salón que daba al exterior se abrió de repente, sin brusquedad, pero pro algún motivo el grupo no pudo evitar mirar hacia allí... sería lo inesperado de una visita a estas horas de la noche. Pues, sin haberse percatado de ello, durante la cena y la charla, tras las ventanas, la claridad del día hacía rato que había pasado...

 Una mujer, de belleza delicada asoma en el umbral, centrando su mirada en todos vosotros, como si os estuviera buscando.

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19/02/2012, 14:56
Iasana Ranackver
Sólo para el director

-Gracias Rubén- esta vez la sonrisa le salió más natural. -Espero que quede algo de ese guiso porque ando necesitando una buena comida caliente.- Tomó nota mental de los otros dos nombres. Octavio debe ser el dueño de la posada... ¿Roberto será el cocinero? Uhmmm, en vez de perder el tiempo especulando, debería entrar... ya tendré tiempo para presentaciones luego.

Adelantándose al joven mozo de cuadra, Iasana se internó en el salón.

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19/02/2012, 15:01
Iasana Ranackver

La mujer entró al salón y se detuvo unos instantes en la puerta al encontrarse con un sitio tan vacío. Llevaba pesadas ropas de viaje, demasiado abrigadas para la época, aunque el otoño se había dejado ver bastante temprano aquel año. La capucha de su capa enmarcaba su rostro, ocultando la mayor parte de él. Una bolsa bandolera, un cayado y un rabel cruzado a su espalda componían todo su equipaje. Venía cubierta de polvo del camino y el cansancio se traslucía en sus movimientos.  

Tras esos segundos de duda, producto de la sorpresa inicial de no encontrar a prácticamente nadie cuando esperaba un salón lleno de bullicio y gente, se dirigió hasta la barra en busca del dueño, no sin antes mirar de reojo al pequeño y único grupo de personas que todavía se encontraban en el salón, conversando junto al fuego. Sintió sus miradas clavadas en su persona. Pudo imaginarse las preguntas que se estarían haciendo, las mismas que el mozo de cuadra le había formulado al llegar. ¿Qué hace una mujer sola en el camino a estas horas? ¿Quién será? ¿Qué busca? Su respuesta la guardó incluso para sí misma. Estaba dispuesta a empezar allí con el pie derecho, no iba a dejar que sus prejuicios la pusieran a la defensiva.

Mientras aguardaba a que la atendieran, los observó un poco más. Eran seis. Dos de ellos estaban de pie junto al fuego. De esos dos, nada le llamó la atención. Los otros cuatro eran quienes le interesaban.

Volvió su vista hacia la barra, en busca del posadero, pero al no encontrarlo* por allí, la impaciencia pudo más. Se volvió hacia los hombres y en un gesto decidido se encaró hacia ellos mientras buscaba algo en su bolsa.

-Caballeros- dijo en tono tranquilo al tiempo que inclinaba levemente su cabeza en señal de saludo, ignorando por completo el hecho de que uno de ellos estuviera de pie sobre la mesa. -¿Capitán Davenport?- con seguridad se dirigió al que debía ser el guardia de Torquemar, algo que había deducido por descarte al ver a los tres que lo acompañaban. -Estoy aquí para unirme a la misión que tienen entre manos.- Sin dar mayores explicaciones, le tendió un pergamino lacrado donde claramente podía distinguirse el sello del noble que gobernaba en aquella provincia.

Notas de juego

*asumo que debe andar por las cocinas, al no habérmelo mencionado en la descripción inicial del salón :) (y así ya puedo interactuar con los demás)

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20/02/2012, 10:27
Nuño Aguasfrias

- Así que tenemos una nueva compañera? Dijo el juglar que se encontraba sobre la mesa laúd en mano, sin esperar que Davenport contestara a la hermosa mujer.

- Bienvenida a nuestro variopinto grupo. Mi nombre es Nuño Aguasfrias, juglar, bardo y poeta, a su servicio. Con un salto bajó de la mesa, e hizo una exagerada reverencia. - Mis compañeros... Bueno... Ya habéis intuido quien es Davenport. Después me contaréis como lo habéis hecho. Sin dejar de hablar de acercó a un hombre negro que permanecía sentado. - Este... este es ¿Extranjero Jack? Nuño miró a Jack con aire interrogativo. - ¿Era así, verdad? Si supongo que si. Se contestó a si mismo. - Y el mozo... Pues no se, no se como se llama el mozo. Dijo como conclusión, encogiéndose de hombros.  - ¿Y vos, como os llamáis vos?

Había ignorado por completo a los haraganes de la posada, pero lo había hecho con alevosía, pues el viejo baboso pretendía que cantara una verde canción sobre tres sirenas lesbianas, que les gustaba frotarse las almejas, y la verdad no le apetecía en lo más mínimo.

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20/02/2012, 11:37
Raúl, el Trapero

Por si el buen humor natural de Raúl no estuviera lo suficientemente ofuscado ya, las noticias de maleantes recorriendo los caminos reales terminaron de hacer mella en él. La idea de embarcarse a otras tierras más seguras no le parecía tan descabellada sino fuera porqué el joven era demasiado cobarde para lanzarse a tal aventura.

“¿Ladrones? Genial.” Se hundió un poco más entre sus brazos. “A la que esta gente me saque un ojo de encima creo que ensayaré un nuevo numero de escapismo, parece que aquí todo el mundo valora poco su vida…

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20/02/2012, 12:49
Raúl, el Trapero

Llevaba un buen rato extrañamente huraño, Raúl parecía no prestar mucha atención a sus compañeros estaba demasiado absorto con sus preocupaciones y cada vez más hundía su cabeza con pesar entre sus brazos.

De pronto se abrió la puerta del local, y una luz se hizo entre tanta sombra, el joven parpadeó un par de veces aquellos ojos saltones deslumbrados.

Afuera era de noche, pero una chica bella y joven siempre era más que bienvenida a sus ánimos y la sangre de la juventud obró de nuevo un milagro en él.
Raúl había girado medio cuerpo sobre la silla para verla bien, notó que no era el único, pero ya de un salto se levantó para ir a su encuentro e invitarla a sentarse a su mesa para que siguiera deslumbrándoles con su presencia. No hizo falta pues fue ella quién recorrió la distancia que les separaba aunque por desgracia fue directa al capitán. Por desgracia para el Trapero no era un error, pues preguntó específicamente por él. –¡Maldita sea!- Algo le decía que poco interés tendría en conocer un joven apuesto como él. “¿Qué había hecho para merecer tanta mala suerte?” se preguntó con ingenuidad. Pero una mala mirada casual, accidental o intencionada del capitán hacía su dirección hizo que quisiera volver al rincón del que había salido. “¡Oh! Si. Eso.” No era para tanto solo era un joven que sabía apreciar el valor de la vida.

Pero el semblante de Raúl no estaba hecho para dibujar tristeza así que no tardó en animarse de nuevo, la joven de iba a sumar a la expedición. “Pobre insensata.” Pero se consoló rápido quizás tendría tiempo para conocerla un poco y de seguro que les animaría el camino.

El bardo bajó de la mesa y los presentó a todo, más o menos. Le dedicó una mala cara al no presentarle por su nombre, o peor aún, aclarar que ni lo sabía ni le interesaba. –Raúl, mi nombre es Raúl, encantadora doncella.- Dijo mostrando una sonrisa, interceptando a Nuño e incorporando su delgada figura. –Bienvenida al grupo, cual es vuestra nombre.- Terminó atesorando con delicadeza su mano.

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20/02/2012, 15:47
"Extranjero" Jack

Antes que la joven hiciera acto de presencia, el hombre de color estaba totalmente entregado a la información que les estaba dando el viejo guardia. ¿Bandidos? Parecía que la misión de rescatar al heredero era mucho más complicada de lo que había sopesado en un principio. Quizás la béstia no era el problema principal.
"Somos cuatro, ummmmm... Un puñado de bandidos nos puede considerar como asequibles... Sobretodo si nos golpean a traición" Se acabó la cerveza mientras maldecía la inactividad del señor de Torquemar. "Qué ironía, no hace mucho que me alegraba de que los lores fueran tan despreocupados".

Pero si el grupo pensó que la noche sería aburrida en una posada en horas bajas, una bella joven apareció de repente para mostrarles hasta qué punto andaban equivocados.
Su simple aparición ya alegraba de sobremanera el local y sin duda aportaba muchas incógnitas sobre las conversas que se darían lugar aquella noche. ¿Una muchacha sola? ¿No estaba tan mal el camino?.

Y entonces la aludida se presenta como compañera para la misión. En un principio a Jack le revienta tener que compartir la recompensa, pero cuando lo sopesó correctamente recordó que Raimundo fue muy poco preciso sobre la compensación.

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20/02/2012, 20:56
Iasana Ranackver

El salto de la mesa al piso del juglar la tomó por sorpresa haciéndola retroceder un paso. Estaba demasiado concentrada en el capitán y no lo vio venir. Sin embargo el hombre, amablemente se presentó e introdujo al resto de sus compañeros antes de que Davenport llegara a recoger la carta.

-Iasana...-su mano libre fue capturada galantemente por el chico pelirrojo al tiempo que ocupaba todo su campo de visión y la obligaba a retroceder otro paso más. -...Iasana Ranackver- con delicadeza se soltó de él. No quería resultar grosera, pero no estaba dispuesta a dejar que la apabullaran así sin más. Vaya... esperaba resistencia, no este recibimiento. Un poco azorada aún, esquivó a Raúl y volvió a tenderle la carta al capitán mientras miraba de reojo al hombre oscuro con curiosidad, ya que no había visto a muchos de su raza a pesar de que sus viajes la habían conducido a lo largo y a lo ancho del mundo.

-Yo...-dubitativa miró hacia la barra, para ver si el posadero aparecía. Involuntariamente su estómago vacío hizo ruido al pensar en un plato de comida caliente. -Lo siento, tengo hambre- se encogió levemente de hombros. -No quiero interrumpirlos, continúen con su charla... veré si consigo algo de comer... ¿Capitán?- Iasana volvió a tender el pergamino impaciente, mientras su vista paseaba entre el mencionado guardia y la barra del local.

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20/02/2012, 21:52
Liam Davenport

Si bien no le sorprendió la información sobre los asaltantes de caminos que habían comentado los dos hombres de la posada (en aquellos duros tiempos muchos se buscaban la vida de forma ilegal), sí lo hizo la llegada sorpresiva de aquella mujer.

Puede que el hecho de aparecer en Las Cinco Jarras en el mismo momento que se hablaba del peligro de viajar en solitario por aquellos parajes, hizo que el capitán se planteara muchos interrogantes: "una mujer viajando sola? buscando a su grupo? presentándose a él mismo en persona?".

Luego fue un alboroto de presentaciones, alajos, interrupciones que Liam consideró excesivas.

-Dadle un respiro, por favor! Debe estar cansada del viaje... -dijo el capitán en tono alto para que todos frenaran aquel ímpetu por tener un nuevo miembro en el grupo.

Pero por qué su señor había incorporado un nuevo miembro a la expedición de rescate? No era ya suficiente peligro viajar con un sucio trapero, un bardo y un hombre de color de quién sabe donde?

Davenport se acercó a la recién llegada y la invitó a sentarse un par de mesas algo alejadas del barullo de las conversaciones y canciones del grupo. Una vez más relajados y con comida y bebida para Iasana, Liam se presentó como era debido:

-Como ya conoceréis, yo soy Davenport...pero podréis llamarme Liam. Cual es el motivo de vuestra admisión en nuestro "peculiar" grupo? -dijo iniciando la lectura del pergamino que le había entragado la mujer.

Notas de juego

Hago lectura del pergamino para ver qué dice o quién lo firma... supongo que nuestro lord...

Saludos

Nanuk

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20/02/2012, 23:48
Octavio, el posadero de las Cinco Jarras

 Ciertamente al poco aparecio un hombre, entrado en los cuarenta, con presencia cuidada a pesar de un vientre que empezaba a destacar ligeramente en su vestimenta. Portaba una fuente con algunas naranjas que dejó en la mesa donde estaban los viajeros.

 - Tomad, gentileza de la casa.- Dijo con una sonrisa.

 Luego vió a la mujer y quedó sorpreso durante unos instantes. Pero reaccióno pronto. Tras presentarse y ver que tenía asuntos que tratar con los viajeros se apresuró para servir algo para cenar. A esas horas apenas pudo llenar un cuengo con guiso de cerdo con algunos guisantes y zanahorias. Acompañado con embutidos, queso y pan.