Partida Rol por web

ASALTO 2

Lanfear se situa inmediatamente junto al bardo y usa uno de sus ataques más poderosos - Señora de las hadas, prestame tu poder en esta hora de necesidad - De su totem surge fuego mágico que acaba envolviendo a uno de los duergar, el otro lucha contra el efecto... Luego usa los últimos restos de la magia para curar un poco a Terbe. - Animo guapo, estoy a tu lado.

Rundarr da un paso a la izquierda y carga contra Terble afectado por el poder de Lanfear. El golpe es fuerte y Terble siente como se debilita de nuevo.

¡Te vas a enterar! -Grita Blirk al duergar, a la par que descarga su hacha con un golpe devastardor sobre él, intentando partirle por la mitad.- Eso te enseñará, estúpido enano feo... El duergar reacciona milésimas de segundo antes de que el hacha de Blirk se estrelle contra el trofeo detrás del que se esconde el enano.

Clio avanza para ver mejor la situación. Decide que va siendo hora de actuar. Decide ayudar al goliath con uno de sus mejores ataques pero el lanzazo queda bastante lejos de acertar al enemigo de Eglath.

Fraxtra vió venir a dos duergars desde atrás... Hey! Aquí hay más, le grito a sus compañeros, y se enfoco en el mismo duergar que segundos atrás, tratando de eliminarlo para que sus compañeros pudieran venir en ayuda de Treble. Los oídos del duergar empiezan a sangrar y su visión se vuelve borrosa, haciendo acopio de la dureza propia de su raza se apoya en la pared y se coloca de nuevo en guardia.

Como si de una pareja de baile se tratara, Eglath busca al enano entre los trofeos, intentando acertarle con el hacha. ¡Ven aquí, da la cara! -le grita mientras le ataca con fuerza.

Eglath consigue lanzar un golpe usando el hacha a modo de lanza que impacta en el duérgar.

El explorador de la sala de los trofeos reaparece y dispara contra Blirk pero el gnomo parece que le estaba esperando y evita el virote. Otro explorador se materializa al final del pasillo por el que ha aparecido Rundarr y dispara contra Terble pero el miedo a darle a su campeón le pone nervioso y falla; da un paso para ocultarse tras la esquina.

El guardia que lucha con Eglath le devuelve el favor con su propio martillo y el que está con Blirk le golpea de nuevo en las costillas acrecentando el dolor y consiguiendo que la visión del gnomo comience a tornarse borrosa. A continuación se asoma por la esquina y las púas de su barba salen disparadas clavándose en el cuelo de Clio y casi perforándole la traquea, la eladrin siente el veneno por sus venas que comienza a debilitarla. Ambos duergar siguen cabreados y sus ojos parecen carbones encendidos. En el pasillo el otro guardia avanza para lanzar también púas de su barba a Terble que aunque siente el veneno agradece el efecto protector de su amuleto; y entonces el duergar carga contra Terble y hace chocar su martillo contra el escudo del semielfo que nota como se le entumece un poco el brazo.

El dolor es inaguantable pero Clio es fria y sabe que distraese en combate no trae nada bueno. Intenta golpear a su enemigo cuando este a bajado la guardia, pero falla otra vez. el veneno era mas fuerte de lo que ella pensaba y le empieza a nublar la vista.

Blirk también desperdicia la oportunidad de atacar al duergar cuando se distrae buscando a Clio.

Terble se resiente de las duras heridas que está recibiendo, pero vuelve a susurrarse a si mismo y parece que las fuerzas le vuelven y se retira levemente para atrás para que el duergar que le dispara desde lejos no le vea. Lanfear atrás, que vienen! Después de avisar a la elfa intenta asestar una estocada al duergar grande que parece estár distraido.

El golpe de Terble causa meros rasguños a Rundarr que lo mira con odio: Vas a pagar con sangre esto, le dice al semielfo

La elfa ve la vida de Terbe en peligro por unos sucios duergar - Avandra dame fuerzas para castigar a estos sucios esclavistas. - su voz, entre el crepitar de la electricidad que se acumula en su totem, suena con rabia asesina.

Unos bastardos esclavistas, profesión anatema para mi diosa están intentando acabar con mi.. con... Terbe ¿mi amor? Las palabras le resuenan graves en su mente. El hechizo se empieza a descontrolar, pero logra controlarlo a tiempo. La electricidad se descarga sobre los duergar. Para cuando logran reaccionar tienen una pantera a su lado que les pega un par de mordiscos a las tripas haciendo manar sangre. La bestia se retira antes de que puedan reaccionar con un brillo en su mirada que presagia malos augurios para ellos.

El guardia queda maltrecho por el ataque de los rayos pero para Rundarr es una pequeña quemadura que solo le enfurece más: Te lo voy a dejar planito, le dice a la pantera refiriéndose a Terble. Entonces barre con su martillo dos veces y aunque Terble esquiva la primera no se espera la segunda que le hace escupir un par de dientes.

No creas que vas a vencerme tan fácilmente, enano... -Comento mientras lamo la sangre que corre por mi brazo, para después escupirla a un lado. Después me concentro, y miro con odio al enano. Mucho odio. Esto hace que mi adrenalina se dispare, y deje de sentir el dolor por un momento, sintiéndome más renovado.

Tras esto, levanto mi hacha, y parto al enano prácticamente por la mitad- Te dije que no sería tan fácil...

El hacha del gnomo cercena la cabeza del duergar y hace saltar esquirlas de la pared.

Viendo que sus compañeros estan bastante heridos decide que llego la hora de dar animos.

- Pareces herido semielfo. No te preocupes por esas heridas, Aunque sea leve tu relación con las hadas seguro que ellas te protegen y cuidan de ti.

-Brilk, vaya un golpe de suerte. A que no lo repites. Seguro que esas heridas no son nada para ti.  Bueno hay que reconocerlo que no lo haces mal del todo.

Tanto Blirk como Terble redoblan sus esfuerzos tras las palabras de ánimo de Clio. La eladrin siente que el veneno se diluye en sus venas.

Terble ve como un duergar cae a su espalda.

-Bien hecho Blirk!- Las palabras del semielfo parecen animar al gnomo a combatir sin preocuparse por sus heridas.

Acto seguido Clio le cierra las heridas que se habían abierto instantes antes y con un ademán con la cabeza le da las gracias a la eladrín.

 El duergar había caido por lo que Fraxtra cambió su atención a Rundarr... con un suave movimiento de manos le hizo ver lo peor de sus sueños.

Rundarr queda obnubilado durante dos segundos y luego fija su mirada en el tieflin: Si, esas son mis pesadillas pero yo te voy a reavivar las tuyas a golpes de martillo. El guardia tiembla ante el poder del mago.

Eglath sonríe al ver cómo cae el enano escondido, pero luego se enfurece al ver que no tiene enemigo...

-Jummm... -y no le queda más remedio que volver con el que estaba- Tú tener cuentas con Eglath... -le dice mientras se acerca a los trofeos con el hacha levantada.

El goliath falla el ataque cuando el duergar se vuelve a agachar para cubrirse con la figura de la cabeza de pulpo.

El ballestero de la habitación reaparece pegado a la pared oeste y dispara contra Blirk viendo lo que acaba de hacer el gnomo con uno de sus congéneres pero los nervios le juegan una mala pasada. El ballestero del pasillo surge de la esquina y dispara sobre Terble alcanzando al semielfo en el brazo.

Los guardias vuelven al ataque: el que combate con Eglath le golpea en la cara dejando la marcas del martillo y luego intenta lanzar su clásico ataque de púas pero falla, el Goliath ve la guardia abierta y se prepara para responderle; el guardia que apoya a Rundarr se acerca a la esquina pero no consigue herir al bardo.

Terble no se amilana ante tantos golpes y sigue reteniendo el avance de los duergar. Mientras intenta cubrirse todo lo que puede con su escudo, aunque no lo suficiente ya que le impacta un virote en el brazo, intenta golpear a Rundarr de nuevo con un tajo descendente de su cimitarra.

-Vamos chicos!! Acabemos con este grandullón!!- Grita mientras insufla una magia, que protegerá a sus compañeros, en Rundarr.

Seguidamente sigue esquivando lo que puede mientras analiza al duergar al recibir heridas por si es capaz de descubrir una protección mágica.

ASALTO 3

La elfa ve la vida de Terbe en peligro por unos sucios duergar - Avandra dame fuerzas para castigar a estos sucios esclavistas. - su voz, entre el crepitar de la electricidad que se acumula en su totem, suena con rabia asesina. Unos bastardos esclavistas, profesión anatema para mi diosa están intentando acabar con mi.. con... Terbe ¿mi amor? Las palabras le resuenan graves en su mente. El hechizo se empieza a descontrolar, pero logra controlarlo a tiempo. La electricidad se descarga sobre los duergar. Para cuando logran reaccionar tienen una pantera a su lado que les pega un par de mordiscos a las tripas haciendo manar sangre. La bestia se retira antes de que puedan reaccionar con un brillo en su mirada que presagia malos augurios para ellos.

El guardia queda maltrecho por el ataque de los rayos pero para Rundarr es una pequeña quemadura que solo le enfurece más: Te lo voy a dejar planito, le dice a la pantera refiriéndose a Terble. Entonces barre con su martillo dos veces y aunque Terble esquiva la primera no se espera la segunda que le hace escupir un par de dientes.

No creas que vas a vencerme tan fácilmente, enano... -Comenta Blirk mientras lame la sangre que corre por su brazo, para después escupirla a un lado. Después se concentra, y mira con odio al enano. Mucho odio. Esto hace que su adrenalina se dispare, y deje de sentir el dolor por un momento, sintiéndose más renovado. Tras esto, levanta su hacha, y parte al enano prácticamente por la mitad- Te dije que no sería tan fácil...

Terble ve como un duergar cae a su espalda. Bien hecho Blirk!- Las palabras del semielfo parecen animar al gnomo a combatir sin preocuparse por sus heridas.

Viendo que sus compañeros estan bastante heridos Clio decide que llego la hora de dar animos. Pareces herido semielfo. No te preocupes por esas heridas, Aunque sea leve tu relación con las hadas seguro que ellas te protegen y cuidan de ti. Brilk, vaya un golpe de suerte. A que no lo repites. Seguro que esas heridas no son nada para ti.  Bueno hay que reconocerlo que no lo haces mal del todo.

Tanto Blirk como Terble redoblan sus esfuerzos tras las palabras de ánimo de Clio. La eladrin siente que el veneno se diluye en sus venas.

El duergar había caido por lo que Fraxtra cambia su atención a Rundarr... con un suave movimiento de manos le hizo ver lo peor de sus sueños. Rundarr queda obnubilado durante dos segundos y luego fija su mirada en el tieflin: Si, esas son mis pesadillas pero yo te voy a reavivar las tuyas a golpes de martillo. El guardia tiembla ante el poder del mago.

Eglath sonríe al ver cómo cae el enano escondido, pero luego se enfurece al ver que no tiene enemigo...Jummm... -y no le queda más remedio que volver con el que estaba- Tú tener cuentas con Eglath... -le dice mientras se acerca a los trofeos con el hacha levantada.

El goliath falla el ataque cuando el duergar se vuelve a agachar para cubrirse con la figura de la cabeza de pulpo.

El ballestero de la habitación reaparece pegado a la pared oeste y dispara contra Blirk viendo lo que acaba de hacer el gnomo con uno de sus congéneres pero los nervios le juegan una mala pasada. El ballestero del pasillo surge de la esquina y dispara sobre Terble alcanzando al semielfo en el brazo.

Los guardias vuelven al ataque: el que combate con Eglath le golpea en la cara dejando la marcas del martillo y luego intenta lanzar su clásico ataque de púas pero falla, el Goliath ve la guardia abierta y se prepara para responderle; el guardia que apoya a Rundarr se acerca a la esquina pero no consigue herir al bardo.

Terble no se amilana ante tantos golpes y sigue reteniendo el avance de los duergar. Mientras intenta cubrirse todo lo que puede con su escudo, aunque no lo suficiente ya que le impacta un virote en el brazo, intenta golpear a Rundarr de nuevo con un tajo descendente de su cimitarra. ¡Vamos chicos!! Acabemos con este grandullón!!- Grita mientras insufla una magia, que protegerá a sus compañeros, en Rundarr. Seguidamente sigue esquivando lo que puede mientras analiza al duergar al recibir heridas por si es capaz de descubrir una protección mágica.

Rundarr acumula ya varios cortes en su piel pero sigue entero e increpando: ¿Eso es todo lo que haces mestizo?

La pantera trata de alcanzar a Rundarr con sus garras, pero tantas son sus ganas de hacer sangrar a quien amenaza a Terbe, que no precisa nada el ataque. Hasta un niño pequeño habría esquivado eso. Gruñe rabiosa.