Partida Rol por web

El laberinto del bufón

IV - Mucho más que un secreto

Cargando editor
02/04/2017, 14:37
Freya

Balakar, Aldar y Avlin en seguida trataron de quitarme culpa respecto a lo sucedido. Puede que tuvieran razón, que aquello hubiera terminado pasando antes o después, pero no podía eludir parte de mi responsabilidad; no cuando otras personas que nada tenían que ver en aquella discusión habían sido perjudicadas.

Jake terminó de estallar cuando me carcajeé en su cara y le exigí mi parte, eso no lo pueden negar.

Así, estaba decidida a garantizar a mis compañeros otro que supliera aquel, cosa que pareció extrañarle al enano; que en seguida preguntó por algo de beber. La verdad era que a mí tampoco me hubiera venido mal, más aún después de escuchar a Aldar, que tras restarme culpa se la sumaba a él mismo.

- En eso al menos estamos de acuerdo, que despidan a los demás por lo que tú y yo decidamos ha sido injusto. – dije con consternación cuando Aldar hizo mención al tema, volviendo a ponerme en pie, apoyándome contra la pared junto a Bloermund. – Pero no digas sandeces. – añadí en tono agrio, viéndole agachar la cabeza. – Si no ha sido culpa mía, tampoco lo es tuya. Y en todo caso… - continué, endulzando mi tono de voz. - Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, ¿No? – esbocé media sonrisa con picardía, esperando animarle.

Fue entonces cuando admitió que quería seguir todos juntos, exponiendo sus motivos para ello, pero en seguida dedicando sus palabras a otro importante tema del cual dependería aquella decisión: Qué queríamos hacer. Aquello sacaba a la luz de forma inevitable el tema de Heinrich, planteando el explorador dos opciones al respecto. Mis ojos se abrieron como platos al mencionar aquella oferta de trabajo, de la cual no sabía absolutamente nada, aunque al parecer Balakar sí que podía saber algo. Fruncí el ceño en seguida, mas no enfadada, sino preocupada, ¿Es que había algún motivo por el que Aldar no me había contado nada de aquello antes?

Agaché la mirada, mientras el gnomo exponía su opinión al respecto de aquel tema. No le faltaba razón en que jugarnos el pellejo era algo que haríamos de un modo u otro, aunque en aquella posible lucha teníamos muchas más posibilidades de terminar perdiendo la vida. No me gustaba la idea de que Heinrich terminara dominando un poder que le permitiera hacer “barbaridades” como dirían algunos; odiaba esa palabra. Pero aun así, no estaba segura de que fuéramos capaces de impedir aquello.

A menos que…

Me llevé la mano al pecho un instante, en un gesto casi inconsciente, al ser allí donde guardaba aquel objeto. Pero la conversación se vio interrumpida por el sonido que Zafira produjo al golpear de forma inesperada a los prisioneros, haciendo que estos se desplomaran. ¿Qué demonios le pasaba a esa mujer? Me llevé la mano al rostro, dando un paso al frente dispuesta a increparla, pero me detuve de repente; pensando en lo que mis últimas palabras habían ocasionado. No, no debía decir nada, al menos no por el momento.

- No tengo ninguna intención de ir tras esos dos, una cosa es ir a por el objeto y otra ser la sombra de ese par de codiciosos, no veo la necesidad. – dije negando la propuesta de Zafira, mirando después al resto. – Tengo una promesa que cumplir, una deuda. – expuse firme, dejando que mi mirada se fijara entonces en Aldar. – Pero mi deuda contigo es aún mayor. – apunté recordándole lo que pensaba respecto a tiempos pasados, algo que habíamos hablado ya. – Creo que puedo ir a las Montañas Grises cuando solucionemos este entuerto de Heinrich, optemospor lo que optemos. Cuando todos estemos a salvo. – terminé de decir, volviendo a apoyarme en la pared mientras agachaba mi rostro, pensativa.

Cargando editor
02/04/2017, 20:10
Bloermund Hulmenar

Aunque Bloermund asintió cuando Aldar y Freya trataron de quitarle peso a su sentimiento de culpa, éste lo hizo sin demasiado convencimiento. La verdad es que el tendero, al no conocer el pasado de la compañía, no podía evitar sentirse como el detonante de aquella separación ya que ésta había sucedido justo en su tienda y con sus amadas gemas desperdigadas por el polvoriento suelo de la estancia. Por desgracia para él, como antiguo aventurero, conocía de sobra lo que el oro y todo lo que brillase más que éste era capaz de hacer las cabezas de los hombres.

Sí...hay más vino en esos barriles de debajo de la escalera. - Respondió a Balakar con su habitual hilo de voz. Una mirada a Elmyra bastó para que ésta negase con la cabeza para dejar claro que aquel vino no había sido envenenado aún.

Bloermund, tras aquella breve intervención, permaneció en silencio, observando con interés cómo se desarrollaban las conversaciones entre los miembros de la reducida compañía, sobre todo a raíz de la mención del nombre de Heinrich, el cual le hizo fruncir el ceño y reclinarse hacia adelante.

Sus rostro de pergamino ajado no permaneció indiferente a medida que se desgranaban algunos detalles de la misión a la que habían sido enviados. ¿Un objeto misterioso?¿Una guerra?

Su atención, no obstante, quedaría rota cuando la mano de Zafira, armada con una cachiporra, golpeó a ambos prisioneros hasta que estos perdieron el conocimiento. Hasta que Tam cayó inconsciente, cosa que sucedió tras varios golpes en la cabeza, el rostro de pergamino ajado de Bloermund permaneció inmutable. No obstante, cuando la mujer se volvió hacia la muchacha y repitió inesperadamente la operación con ella hasta que Elmyra siguió el mismo camino que su amante, el anciano no pudo evitar cerrar los ojos y volver la cara hacia su izquierda, allí donde se hallaba Freya. Su reacción hablaba por sí misma acerca del porqué quería que fuese Corum quien administrase justicia: una cosa era desear todo el mal del mundo a los que había tratado de matarle y otra bien distinta era ejecutar el castigo que merecía una persona a la que evidentemente Bloermund había llegado a amar como a una hija.

Inspiró profundamente varias veces antes de levantarse entre temblores y, sujetando las muletas, dirigirse hacia las escaleras.

Estaré...estaré arriba si me necesitáis. - Comentó algo turbado, tratando de no mirar a los tres cuerpos inconscientes que reposaban contra la pared. - Avisadme cuando llegue Corum, por favor.

Cargando editor
02/04/2017, 20:50
Zafira 'Ithildin

Seguro.  

Perdón.  Dijo dudosa.  Eso de la cachiporra había sido algo duro así nomás.  Se imaginaba lo que seguiría.

 

Ya que quedaron "solos", les dijo a los demás:

Ahora bien.  Ir por ese objeto mágico es compatible con mi misión, bárbara.  Puedo ir con ustedes. 

Si quieren pasar de camino a Argentea y rescatar mercaderes, lo puedo hacer también. 

 

Cargando editor
02/04/2017, 21:36
Aldar

Con las bruscas maneras que eran tan suyas, Freya en seguida negó toda culpa que pudiera haber arrojado sobre mis hombros tras darme la razón sobre lo injusto del despido de nuestros compañeros. Aún así, logró hacerme sonreír al afirmar que lo compartiríamos todo. Por un instante, luché por imaginar lo que sería eso, compartirlo todo con ella, toda una vida, sin toda aquella presión, peligro y tensión, sin una espada pendiendo sobre nuestras cabezas.

Algún día, quizás, aquel sueño podría hacerse realidad.

Absolutamente todo, Freya. -Le confirmé, acercándome más a ella- Absolutamente todo.

Avlin parecía tener las cosas bastante claras, y abogaba abiertamente por mantenernos unidos de un modo u otro, pues ninguna de nuestras opciones estaba exenta de peligro, y nos sería mucho más sencillo afrontarlo juntos que por separado. Aún así, su primera opción y su voto parecía ir en la línea de enfrentarnos a Heinrich. La opción que más temor suscitaba en mi alma, pero cuya recompensa me resultaba más jugosa. Libertad absoluta, de tener éxito.

¡¿P-pero qué...?! -Me giré bruscamente, merced a un ruido seco que guió mi mano instintivamente a mi espada, aunque no llegué a asirla con fuerza. Descubrí a Zafira golpeando repetidamente a los prisioneros, en una especie de arrebato de locura que no podía comprender... en un principio. No fue hasta que el primero de ellos cayó inconsciente que me di cuenta de sus intenciones. ¿De verdad había sangre élfica en sus venas? ¿Es que se había criado tan lejos de su pueblo que poseía unas maneras tan brutales? Una vez sin consciencia, cubrió sus ojos y taponó sus oídos, mientras yo me limitaba a negar con la cabeza cerrando mis propios ojos con una mano- Eso ha sido... innecesario. Sin ojos ni oídos y maniatados era más que suficiente, su castigo que se lo aplique Corum, no nos ensañemos más. -Le dije a la elfa, en tono conciliador, misma actitud que traté de mantener mientras explicaba su postura. A pesar de haberme "criado" con un elfo, y creer conocer bien su cultura milenaria, lo cierto era que aquella druida lograba desconcertarme, me hacía sentir incapaz de comprenderla del todo, por lo que me esforcé en hacerlo. Quizás, al menos, más que Freya, quien en seguida negó su disposición a hacer lo que la elfa proponía. ¿Seguir a Jake y Asdra? ¿A qué fin? Aquello me parecía una locura, aunque tenía una pequeña parte de razón a fin de cuentas. Freya hizo mención a su deuda respecto a las montañas grises, pero afirmó su decisión de dejar ese asunto para después de subsanar el entuerto en que nos encontrábamos. Eso me hizo reflexionar... Si decidíamos acudir a la capital con la oferta del enano, deberíamos ir a esas montañas primero. En cambio, si nos enfrentábamos a Heinrich, sería algo postergado a un futuro- Zafira... no se si me siento muy cómodo con esa propuesta. Es decir, ¿qué pretendes? ¿Seguirles hasta que consigan ese objeto, y que se lo robemos? ¿Que les abordemos como salteadores de caminos?

Quedaba claro por mis preguntas que no me agradaba la idea. Aquella era la traicionera forma de actuar de Jake, no la mía. Si no me quedaba más remedio, quizás haría de tripas corazón, pero prefería explorar otras posibilidades. Bloermund se despidió de nosotros y se retiró a descansar. Guardé silencio mientras el viejo ascendía pesadamente aquellas escaleras, y escuche lo que Zafira quiso añadir.

Freya. -Puntualicé, sin acritud alguna- Se llama Freya, no bárbara. Podemos usar nuestros nombres, si vamos a ser compañeros, ¿no crees? -Le sugerí mostrando una tenue sonrisa, antes de acercarme definitivamente frente a la pelirroja y acariciar su mejilla con la mano, pensativo pero mucho más a gusto, recuperando las energías en su cercana presencia- De hecho... liberar a esos mercaderes y encargarnos del hermano de Bloermund y de la bruja no es mala opción si nos decidimos a buscar ese objeto. -Comenté dándome la vuelta, sujetando la mano de Freya y pasándola sobre mi hombro- Seguir la ruta hacia esas ruinas directamente a través de la antigua calzada real es mucho más corto que evitar Argentea como teníamos previsto en un principio. Si esos dos reclutan hombres y siguen la ruta que tracé ante ellos, estimo que tardarían uno o dos días más. Tendríamos tiempo de sobra para asaltar ese campamento y, si la cosa sale medianamente bien, continuar ruta hacia Dorwinion con ventaja sobre ellos. -Me desplacé hacia atrás, apoyándome en el impresionante cuerpo de Freya, dejando con cariño que su brazo me arropase mientras lo sujetaba con ambas manos. Torcí mi rostro para dedicar a mi amor una mirada de costado, iluminada con la esperanza de que todo se solucionase para nosotros, para todos, para ella. De obtener ese futuro que tanto deseábamos- Lo malo es que, una vez en las ruinas, no tenemos muy claro qué buscar. Era un libro, ¿no? Pero ¿en qué parte de ese lugar podría estar? No creo que eso vaya a ser tan sencillo, ¿alguna idea?

Cargando editor
03/04/2017, 19:42
Balakar

Lentamente todos, de un modo u otro, compartimos lo que pensamos sobre la situación, respondiendo a la pregunta que habia sobre la mesa.

El primero en tomar la palabra es Aldar. Admite lo que es evidente: su forma de ser era opuesta a la de Jake. Semejante afirmación hace que asienta, dandole la razón. Pero, acto seguido, parece incapaz de responder directamente, planteando una pregunta distinta. Bufo y echo a andar, con las manos a la espalda, refunfuñando. Por suerte, el anciano propietario escucha mis plegarias y me indica, con un hilo de voz, que efectivamente queda algo de vino en unos barriles situados debajo del hueco de la escalera. Antes de que pueda preguntar a la pareja de desaprensivos si tambien han mancillado ese licor con los polvos negros, la niña responde negativamente. Giro la cabeza para ver, de soslayo, como se apaga una amenazadora mirada en los ojos de Bloermund, que vuelve a sumergirse en su estado de abatimiento habitual.

Por desgracia, no me dá tiempo ni a tomar un pichel para tomar un trago cuando el hombre de los bosques llama mi atención sobre otro miembro de mi raza o un clan de estos, como si tuviese que conocer a todos los enanos de aquí a las Montañas Azules.

- Si te soy sincero, Aldar, me pasé borracho casi todo el tiempo que estuvimos en Saduj. El tipo al que mencionas podria haber sido el avatar de Moradin en la tierra y no podría describirlo.- Hago un mohín y solo me sirvo la mitad de lo que tenia previsto tomar, antes de darle un buen trago... y vaciar casi su contenido.- Lo siento.

Avlin toma la palabra, secundando la linea de pensamiento del arquero. Pero, donde el hombre de los bosques planteaba las opciones que podiamos barajar, el pequeño charlatan ponía las cartas sobre la mesa y explicaba porque queria seguir un determinado curso de acción... Aunque con un optimismo que raya lo suicida.

"Maldito chiquitajo... Distamos tanto de ser un grupo compenetrado como un huevo de una castaña."

Su reflexión hace que me rasqué la barba de nuevo. "Un hábito que tendré que cambiar, maldita sea.". Sigo con la mirada a la elfa, que, despues de proponer darles algo para dormir a los prisioneros, se encamina hacia el fondo del almacen, como si estuviese buscando algo. Vuelvo a rascarme la barba, pensativo.

"¿Me habrá pegado piojos el apestoso este?"

- Avlin, dejame papel y algo con lo que escribir.- Pido en voz baja, aprovechando el momento en que el gnomo pasa cerca de mi, durante su caminata por la sala.- Y aparta ese bicho de mí.- Mientras negocio con él, pierdo de vista a Zafira que regresa tranquilamente, para acercarse a los prisioneros, seguramente para interesarse por su estado.

Hasta que las palabras alarmadas de Aldar no me sacan de mi error, sigo convencido de que la distraida druida solo quiere lo mejor para la pareja. Y, hasta que no veo con mis propios ojos caer desplomados a los dos rufianes, no me convenzo de que estaba muy muy equivocado... Y de que mi santa madre tenia razón.

- ¿¡¡Pero qué carajo estás haciendo, chiflada comedora de setas!!?- Barboto en enano, llevado por la furia y el asombro.- ¡¿Te has vuelto loca?!- Pregunto, empleando todavia mi lengua materna. Farfullando, me acerco en dos zancadas a los caidos, esperando que aquella insensata no les halla descalabrado. Resoplo y me aparto, mientras la mujer se inclina sobre ellos y les tapa los oidos con cera que ha sacado de vaya usted a saber donde. Mientras me acerco al barril de vino para servirme un más que generoso trago, Zafira explica, como si tal cosa, que aquello de seguir a Jake y a Asdra es algo más que una tarea o un encargo. Parece algo personal.

Antes de que replique, sin embargo, Bloermund se levanta de su improvisado asiento y se disculpa con nosotros informandonos de que esperará la llegada de Corum en lo que deberian ser sus aposentos. Ni siquiera las palabras de Freya, ni sus disculpas, ni su plan de acabar con Heinrich sirven para aliviar el dolor que aquel acto supone para su cansado espiritú.

Aguardo un segundo a que el anciano desaparezca por las escaleras, solo para que Freya y Zafira me ganen por la mano. "Por suerte, parece que el muchacho sabe tratar a la muchacha... Esperemos que nuestra melena de fuego no se enfade con ella... Viejo idiota."

Apuro de una sentada el trago de vino y me drijo de nuevo al lugar donde estaba a punto de ponerme a escribir. Por la voluntad de Moradin, parece que no se ha derramado la tinta ni se ha roto el cálamo.

"Esperemos que esto sea un buen presagio."

- Balakar. Hijo de Taifold, primogenito de su casa, heredero del clan Thunderhammer.- Me presento formalmente, usando, esta vez sí, el idioma Común y aprovechando la posibilidad dejada por el hombre de los bosques.- Ese es mi nombre y esos, mis titulos.

Mientras los demás se deciden a presentarse, aporvecho para escribirlo sobre la rugosa superficie del papel, sacando la lengua para mejorar mi caligrafía Común. Chasqueó la lengua satisfecho, antes de hablar a mis compañeros.

- Una de las cosas que rigen mi vida son los compromisos.- Explico, con voz firme, pero tranquila.- Adquirí un compromiso con Heinrich a traves de Jake. Y, a traves de Jake, ese compromiso queda roto. Adquirí un compromiso con Freya en los fosos de gladiadores de Saduj; compromiso que sigue vigente. Adquirí un compromiso con Corum para ayudar a su amigo. Ahora sabemos que son en realidad esos fantasmas que acosaban al bueno de Bloermund; de modo que tan pronto le expliquemos a Corum lo que pasa, ese compromiso quedará resuelto y pagado.

Giré la cabeza para buscar a Zafira y le dediqué una mirada severa.

- Cuando detuvimos a esté trio de calaveras, adquirí una serie de compromisos. Uno, conmigo mismo, para velar por su seguridad, ya que estaban a nuestra merced. Ese de ahi, al que sus propios amigos llaman el apestoso intentó matarme, disparandome un virote a la cabeza.- Me señalé la herida vendada con un dedo calloso y le agradecí sus cuidados a la elfa, mientras apretaba los dientes al recordar mi exabrupto para con Asdra.- Quizas deberia haberle matado por intentarlo, pero no lo hice y por eso no debe sufrir más daño. Los otros dos, atados como estaban, no suponian una amenaza. Me gustaria que tratasemos con justicia a todos aquellos prisioneros que caigan en nuestras manos y que lo que acabo de verte hacer, Zafira, sea a última vez que vea hacerlo a ninguno de vosotros.

Chasqueé de nuevo la lengua, desenado tener algo con lo que remojar el gaznate.

- Los otros compromisos son sobre nuestro futuro. Juntos, como es mi deseo, o por separado, si ese es el deseo de alguno de los presentes.- Examiné las expresiones de mis futuros camaradas de armas antes de seguir, dandoles tiempo a pensar si querian objetar algo.- Casi todas las alternativas que tenemos son complicadas. Nuestro número es menor que nuestro valor y no estamos muy bien equipados... Pero, por mi parte, querria dejar terminado el asunto de Bloermund.- Resoplé.- Sé que se ha dejado llevar por la rabia y por la frustración, pero detener a la banda de su hermano y rescatar a los mercaderes prisioneros es un buen plan. La paga de Bloermund no es mala. Con suerte, Avlin o Aldar podrán negociar una recompensa por los bandidos y una gratificación por recuperar mercancias y mercaderes.

Volví a guardar silencio, expectante.

"Paso a paso... Un pie tras otro."

Cargando editor
04/04/2017, 11:35
Avlin Tuercegris

- Claro- respondió el hombrecillo a Balakar.

Ivvy protestó a las palabras de Balakar mostrando su lengua viperina pero el gnomo enseguida tranquilizó a la sierpe que acabó ocultándose de nuevo entre los ropajes de su amo.

Los saquillos de Avlin, ocultos por distintas partes de su ropa, tintinearon incensantemente hasta dar con la tinta y el pergamino que estaba buscando.

- Vaya- frunció el ceño- no encuentro el cálamo*.

El gnomo se encogió de hombros y se acercó pegando saltitos hasta la zona del mostrador.

- Seguro que Bloermund tiene uno por aquí. No te importa, ¿verdad?

Mientras Avlin husmeaba por la zona ante la atenta mirada del viejo, los demás siguieron exponiendo su parecer hasta que una serie de golpes hizo que el hombrecillo levantase la cabeza.

Sus ojos se abrieron como platos ante lo que veía. Zafira, con la sutilidad propia de un Orco de las cavernas, estaba golpeando a los prisioneros, maniatados. Nunca había visto a un elfo actuar de esa manera. No le gustó y vio claramente que a los demás tampoco. Las formas propias de Jake debían terminar con su marcha.

La conversación continuó aunque parte de la tensión había vuelto a sus rostros como las olas que vuelven cuando crees que ya se han ido.

- Sin duda partimos con la desventaja de que Jake sabe bien lo que busca, nosotros no- secundó el pensamiento de Aldar- y eso puede ser un problema. No obstante, también parece que la bruja que controla el campamento de estos malnacidos tiene más información acerca de ese objeto, tal vez información capaz de igualar la balanza o incluso moverla nuestro favor. Creo que ayudar a Bloermund no sólo nos daría una paga que nos vendría bien, cumpliríamos nuestro compromiso con Corum, haríamos algo bueno por la región y podría darnos la información que nos falta. Demasiadas ventajas como para pasar de largo. Yo no trataría de ver más lejos. Cuando tengamos la información podremos decidir con mejor criterio.

Notas de juego

* No está entre las pertenencias que tengo registradas de Avlin, no sé si por descuido del anterior jugador o intencionalmente.

Cargando editor
05/04/2017, 08:08
Zafira 'Ithildin

Zafira sonrió.  Se levantó y besó la frente desmarañada del enano y le hizo una pequeña reverencia al gnomo.  Le caía bien la gente que era legal y buena, cosa que ella no era, pero admiraba.  

Si lo esencial de un elfo y una mujer es que son impredecibles, mis queridos compañeros, imagínense la combinación.

Claro, respetaré sus deseos, en la medida que tenga margen de maniobra. 

Aunque la verdad lo hice ahora así porque me pareció menos grosero que aturdirlos con algún menjurje, como ellos hicieron con Bloermund. 

Reparó en lo del contrato y luego oyó la idea del gnomo y finalmente dijo:

De acuerdo estoy con Avlin.  Vayamos pues a Argentea, y después a buscar aquel objeto mágico.  Adelantarnos a Sully me parece lo mejor y más propicio.  Y el rescate de mercaderes de paso, me parece es buena obra en el camino. 

Del contrato Balakar, sólo podría firmar eso.  Mi deber es hacia una causa mayor, y no quisiera imponerle limitaciones más allá de lo que es su fin último, que es asegurar la paz y libertad de las buenas gentes de esta región y comarca. 

Afirmaba esto, con los pies inquietos deseando ya partir, pero acumulando paciencia mientras llegasen mensajero alado y mensajeado al lado.

Cargando editor
06/04/2017, 12:38
Freya

Por un momento, Aldar me sacó una sonrisa, respondiéndome que compartíamos absolutamente todo mientras se acercaba. De verdad esperaba que así fuera y no pretendiera cargar sobre sus hombros una culpa que no le correspondía en exclusiva a él.

Me contuve ante la desproporcionada acción de la elfa con los prisioneros, no así Aldar y Balakar, que en seguida le reclamaron su actuación; mientras yo me limitaba a mirarla con suspicacia.

Bloermund optó por retirarse, momento en que Aldar expuso a Zafira que no comprendía su pretensión de seguir a Jake y a Asdra, dejando bastante claro que no le gustaba. Cuando yo me pronuncié al respecto, la mujer dio la vuelta a mis palabras, o puede que me hubiera explicado mal; pues en ningún momento había abogado por ir por aquel objeto. Aun así, no fue eso lo que más me molestó, sino que se refiriera a mí simplemente como “Bárbara”.

Ya no sólo me ignora completamente cuando le hablo, sino que cuando me habla ella no le da la gana de emplear mi nombre. Esto es de locos.

Antes de que me pronunciara a ese respecto, Aldar intervino, con lo que decidí dejarlo estar; si bien sentía la tensión acrecentarse en mi interior. Eran ya demasiadas cosas en los últimos minutos, necesitaba golpear algo. Pero aquella sensación se atenuó al sentir cómo el explorador acariciaba mi mejilla, comenzando después a exponer sus ideas mientras se giraba y pasaba mi brazo por encima de sus hombros. Se apoyó en mí, momento en que le apreté ligeramente contra mi cuerpo, dedicándome una tierna mirada que le devolví. Sujeto a mi brazo, continuaba explicándose, exponiendo sus dudas respecto a aquel objeto y pidiéndonos nuestra opinión.

Avlin apuntó entonces algo en lo que no había reparado. Puede que no tuviéramos toda la información con la que contaba Jake, pero si aquella bruja estaba interesada también en él… Ella sin duda sabría algo.

Por su parte, Balakar se encontraba escribiendo no sabía el qué, haciendo una presentación formal que tampoco comprendí. Habló entonces de compromisos, como el adquirido conmigo, y también hizo referencia a algunos de sus principios. Finalmente hizo alusión al futuro y se mostró a favor de ocuparnos del encargo de Bloermund.

Me mostré dispuesta a hablar, pero una vez más, la elfa se pronunció sin darme lugar a hacerlo y dirigiéndose a los demás como si hubiera algo decidido. Al parecer mi opinión no contaba lo más mínimo para aquella mujer, pero además ni siquiera parecía escuchar a pesar de aquellas grandes orejas.

Escuché con indignación y confusión sus palabras, dispuesta a hablar después.

- A ver, a ver, a ver… Vamos por partes, Zafira. – dije seria, casi molesta. – En primer lugar, no hagas esas generalizaciones sobre las mujeres, haz el favor. En segundo lugar, espero que ese “margen de maniobra” no suponga nuevas agresiones injustificadas. – hice una pausa, tratando de hablar lo más calmadamente posible, sin dejar de abrazar a Aldar contra mi cuerpo. - Tercero… ¿Cuándo se ha decidido ir a por el objeto? No es lo que Avlin ha dicho. Si no he entendido mal, propone ocuparnos del encargo de Bloermund y decidir entonces con toda la información que podamos conseguir. Cosa con la que estoy de acuerdo. – miré al gnomo, dedicándole media sonrisa antes de volver a mirar a la elfa, aunque sólo fugazmente, pues mi mirada en seguida se fijó en el enano. - ¿Y qué es eso de un contrato, hijo de Moradin? – pregunté llena de confusión.

Cargando editor
06/04/2017, 15:14
Zafira 'Ithildin

 

Yo iré tras el objeto.  Me acompañen o no.   No sonaba retadora, sólo determinada, como con una misión mayor. 

¿Coincidimos entonces hasta lo de Argentea?  Bien, entonces demos ese paso juntos.  Nos fortaleceremos, haremos el bien, y juntos tendremos mayor probabilidad de éxito.

Ya saliendo de ahí vemos si continuamos o no.  

Estoy segura que lo que verán los convencerá de que es importante actuar.

 

Cargando editor
06/04/2017, 15:43
Balakar

Me toqué la frente, asombrado.

- P-pe... Pero... ¿Pero que narices?

Noté que la sangre habia abandonado mi rostro, haciendome palidecer. Aquel gesto me habia dejado helado. Y, por un instante, pensé que incluso habia usado alguno de sus potes para embrujarme de algún modo. Instintivamente, escupí en el dorso de la mano y me frote la frente con saña.

Mientras tanto, Avlin expusó su idea. Idea que, a grandes rasgos, parecía razonable. "Libros y magia... Estupendo. Sencillamente estupendo."

- Sea.- Añadí lacónicamente, mostrando mi aprobación al plan del gnomo. "De todos los problemas que tenemos, esa manera de pensar es la menos mala."

Freya dió un paso al frente y, por un instante, temí que fuese a sucumbir a la legendaria furia homicida de la que habia oido hablar y que permitía luchar sangrando por heridas que matarian a hombres normales. Ya la habia visto enfadada. Algo me decia que no queria verla furiosa.

Por suerte, Melena de Fuego hizo gala de una calma que yo no tenía en ese momento. Y se mostro de acuerdo con el plan de Avlin, permitiendome respirar con calma. Sacudí la cabeza cuando se dirigió a mi, preguntandome por el documento sobre el que estaba trabajando.

- ¿Q-qué? Ah. Esto...- Me rasqué la cabeza.- Un contrato es como un juramento, pero escrito de una determinada manera para que sea legal. Supongo que una de las cosas que hace falta a este grupo es algo de orden y disciplina...

En ese momento, Zafira tomó la palabra, lanzandonos lo que era un ultimatum en todo menos en la forma. Ladeé la cabeza, mordiendome el labio inferior. No me gustaba como habia sonada la última frase de la mujer elfa. 

"Lo que verán les convencerá." Repetí mentalmente. "Mierda."

- Por mí bien, Zafira. Hasta Argentea. Desbandamos a los bandidos, detenemos al hermano de Bloermund y a su... bruja, rescatamos a los mercaderes, recuperamos las mercancias que podamos, Avlin examina ese libro... y decidimos nuestro segundo paso.- Resumí de una sola vez.- ¿Estamos todos de acuerdo?

Cargando editor
06/04/2017, 16:32
Aldar

Me sorprendió la afirmación de Balakar acerca de ese tal Rompeyunques, al que decía no conocer por haberse pasado casi toda su estancia en Saduj bajo los efectos del alcohol. Lo cierto es que no me esperaba algo así, y me descentró bastante.

P-pero... le conociste estando sereno... -Argumenté, desconcertado- Te emborrachaste con él, de hecho. Fue una competición de bebida, o algo así, cuando llegamos. -Traté de explicarle, aunque desistí al ver cómo pedía disculpas tras vaciar su pichel de bebida- Bueno, supongo que da igual. Sólo digo que tenemos esa opción.

El enano se presentó formalmente, cosa que no habíamos hecho cuando nos conociéramos tiempo atrás, al ser contratados para el mismo trabajo de protección de aquella caravana comercial. Miré alrededor con sorpresa para ver si a alguien más le llamaba la atención lo mismo que a mí. ¿Balakar era primogénito y heredero de un clan? ¿En serio?

Yo... sólo soy Aldar. -Me presenté- Fui bautizado por segunda vez como Aldaron, "señor del bosque" en lengua élfica, por mi maestro Talaren Guardagris. No cuento con apellido ni título alguno.

No entendía lo que Balakar trataba de hacer, pero para él parecía importante. No era conocedor en exceso de la cultura enana, a pesar de que conocía los rudimentos de su lengua, pero aparentemente los compromisos eran relevantes y se les concedía un rango que otros no le concedíamos. Comenzó a hablar acerca de los suyos, del que le unía a Heinrich a través de Jake y éste había disuelto, del que le unía a Freya y yo no alcanzaba a comprender. Si alguien me salva la vida quedo en deuda, si luego se la salvo yo queda saldada, así lo veía yo, me parecía de matemática rudimentaria, como sumar dos flechas con otras dos. Siempre eran cuatro flechas. También nombró el compromiso con Corum, que quedaría saldado pronto, y de ahí pasó a un compromiso de velar por la seguridad de los hechos prisioneros, una advertencia para Zafira por el atentado cometido que ésta no parecía comprender.

Es evidente, Zafira, que tenemos formas de pensar diferentes. -Comenté en tono conciliador- Pero, en adelante y mientras sigamos juntos, por favor, trata de considerar que todo lo que haga daño es más grosero que lo que no lo hace.

Tan distintos éramos entre nosotros, que me pareció buena idea tratar de sentar las bases de una convivencia aceptable por todos. Era el mismo principio por el que le había pedido que emplease el nombre de Freya, y no solamente un apelativo, por muy descriptivo y acertado que pudiera ser. Talaren solía decir que nombrar las cosas las volvía más reales, más cercanas, y que siempre era bueno nombrar a la gente al hablar, una muestra de respeto. Yo desconocía si aquella reunión nos llevaría por un camino u otro, juntos o por separado, pero estaba convencido de que era el momento de mostrarnos ese respeto y unir de verdad, de verdad, a los integrantes de esa malograda compañía.

En cualquier caso, Zafira volvió a sorprenderme con una afirmación que me llevó a mirar al techo. No era un gran conocedor de la naturaleza femenina, acerca de lo que la propia Freya le recriminó con un gran esfuerzo de educación que supe valorar, pero ¡qué diablos! me había criado prácticamente con un elfo. ¿Que lo esencial de la naturaleza élfica era ser impredecibles? De verdad que en aquel momento no pude evitar permanecer unos instantes observando las largas orejas puntiagudas de Zafira en un intento de determinar si de verdad eran orejas de elfo, si no sería en realidad una semielfa haciéndose pasar por miembro de la raza pura sin haberse criado en su cultura milenaria ni en sus cuidadas formas tan arraigadas. La forma de vida de un longevo elfo no le volvía alguien impredecible, precisamente, pues los elfos vivían de rutinas y formas de hacer las cosas tantas veces repetidas que les resultaba impensable hacer nada de otra manera. Era el motivo por el que la innovación era una característica en que los humanos les superaban.

¿Qué contrato? -Pregunté al hacer mención a ello la druida, sorprendido porque alguien estuviera sacando a colación esa palabra. También Freya hizo mención a ello, plabras ante las que bajé mi mano para darle un cchete en la nalga suavemente, dedicándole una mirada llena de picardía- Balakar, usa su nombre si quieres que usen el tuyo. -Le susurré, guiñándole un ojo. Miré al enano, que parecía dispuesto a escribir, y até cabos- ¿De eso va todo esto, de firmar un contrato? -No estaba ni a favor ni en contra, simplemente estaba sorprendido por ello- ¿No deberíamos llegar a un acuerdo primero? -Pregunté, tratando de encauzar un poco la situación. Al menos, Avlin había aportado un detalle importante que hacía ver que la posibilidad de ir a por ese objeto a las ruinas era algo factible, si la fortuna sonreía. Que la bruja pudiera proporcionarnos la información que nos faltaba era una puerta que merecía la pena abrir- Todos sabemos lo que es un contrato, Balakar. Pero no sabíamos que pensabas redactar uno. -Le expliqué, luchando por ignorar la mención al orden y disciplina que en su opinión nos hacía falta. Para mí, lo que precisaba una compañía era otra cosa, algo que con Jake en ella era imposible pero que creía que ahora atesorábamos. Sentido común, compañerismo, y ganas de hacer bien las cosas- Estoy de acuerdo con ese plan, pero aparte de eso ¿a qué nos obliga ese contrato, Balakar?

Cargando editor
06/04/2017, 17:20
Avlin Tuercegris

- Excelente- sonrió Avlin- todos de acuerdo, esto sí que es nuevo.

El gnomo se alejó dando saltitos con la alegría de un niño al que le han levantado el castigo. Cuando se movía por la habitación, los saquillos resonaban como en una melodía que invitaba a esbozar una sonrisa. Alguno pensó cómo demonios hacía para hacerlos sonar solamente cuando le interesaba.

- Y ahora permitidme a mí que me presente mientras Balakar prepara el papeleo.

En su salsa, Avlin terminó su paseo hasta dar con una caja semi vacía, como las estanterías del Pateacaminos y se sentó con las piernas cruzadas com un jovencillo travieso.

- Mi nombre completo es Avlin Tuercegris Bobadilla Puk Sabriagamo Devarin Emi- comenzó. Y aquello era sólo el nombre- decimotercero de entre mis hermanos, discipulo de Beggra Syl, Guardiana de los Secretos de la Gran Biblioteca de Turdan y aspirante a su sucesión.

La historia del gnomo siguió desde su infancia mientras las miradas de sus compañeros se perdían entre estantes vacíos y se clavaban anhelantes en los barriles de vino.

Cargando editor
08/04/2017, 01:26
Freya

La elfa dejaba cada vez más clara su forma de ser y hacer. No parecía interesada lo más mínimo en ninguna clase de colaboración a largo plazo, ni a corto plazo a mi modo de ver, ella tenía un objetivo y le daba igual todo lo demás.

Incluso no tener ni idea de cómo encontrar ese objeto que pretende conseguir sola.

No comprendía ese tipo de actitudes, pero estaba tan cansada de ellas que ni siquiera me pronuncié. Fue poco después cuando sentí la mano de Aldar en mi trasero, advirtiéndome con picardía que si deseaba ser llamada por mi nombre obrara en consecuencia.

- Tienes razón, Aldaron. – le concedí, sonriendo divertida al usar el nombre élfico que había compartido con anterioridad. – Aunque tú ya sabes que puedes llamarme como quieras... – añadí sugerente, guiñándole yo también un ojo.

El explorador también mostró su sorpresa por el tema del contrato, y tras preguntar yo por él, Balakar explicó en qué consistía este; como si hubiera nacido ayer. Aunque eso ni siquiera era lo peor de todo. Aldar en seguida dejó claro que sabíamos en qué consistía un contrato, pero respecto a lo otro tenía que pronunciarme.

- ¿Orden y disciplina? ¿Y quién va a imponerme disciplina? ¿Tú? – miré al enano molesta. – No tengo intención de firmar nada, ni comprendo el motivo para ello. Mi palabra debería ser más que suficiente. – espeté, callando tras ello, tratando de calmarme.

Aldar preguntó qué más incluía ese contrato, cosa que estaría bien saber, pues no tenía nada claro qué pretendía el enano con todo aquello. Nos hablaba de orden y disciplina, pero estaba haciendo lo que le daba la gana sin contar con nadie. Resoplé esperando una respuesta, momento en que Avlin decidió presentarse, palabras que desembocaron en la historia de su vida; una historia que por supuesto era tan larga y extremadamente detallada como todas las que contaba nuestro pequeño amigo.

Oh, otra vez ese dolor de cabeza…

- Bueno, creo que es mi turno. – dije de pronto, con el único ánimo de cortar al gnomo. – Mi nombre es Freya, proveniente de las lejanas tierras salvajes, última hembra de la tribu Vergejorden. – expliqué escuetamente, pues realmente no había mucho más que contar, salvo algún nombre de guerra ocasional que me habían asignado; pero aquello no venía al caso. – Bueno, también conocida como La Furia Roja en casa de nuestro amigo Heinrich. – les recordé con sorna.

Cargando editor
09/04/2017, 07:32
Balakar

Me pasé la mano por la cara, súbitamente vencido por el cansancio. El dolor de cabeza había vuelto, ya fuese por la hinchazón provocada por golpe del ballestazo del apestoso, por el vino de Bloermund o por el ambiente que se respiraba en la tienda. 

"Barbas de Moradin... Sabia que los humanos eran difíciles de tratar... Pero, ¿tanto?"

Apoyé el cálamo con cuidado, mientras me volvía para explicar a Aldar lo que quería. Avlin aprovechó para presentarse debidamente... Y con gran cantidad de de detalles. Hubiese resultado entretenido de haber tenido una pipa cargada, un par de jarras de cerveza fuerte y algo de comer. Pero, en aquel momento, no estaba en condiciones de disfrutar de la historia del gnomo.

"Y ni siquiera me acuerdo de lo que sea de lo que esta hablando Aldar."

Freya se mostró ofendida por lo que estaba haciendo. No interesado como Aldar, sino directamente como si la hubiese insultado. Así que le dediqué una larga mirada pensativa mientras me rascaba la cabeza, acariciando la idea de ponerla sobre mi regazo y darle una azotaina. Sonreí torvamente a la nada, antes de sacudir la cabeza, consciente de que la posibilidad de fuese ella la que me diese una paliza era más bien real.

Guarde silencio mientras Freya se presentaba. Como parecía que la cosa iba para largo, me desprendí  lentamente de mi equipo y de la armadura. Solo por comodidad, me repetí a mismo. Solo por comodidad.

- Bueno, pues ya eestá.- Dije, cuando pareció claro que íbamos a tener un momento de silencio.- Ya nos hemos presentado formalmente. Bien.- Dejé mis cosas en un montón y me senté en el suelo, apoyando la espalda contra una columna o, quizás, una estantería.- Bien. Me gustaría que formásemos una compañía aventurera con todas las de la Ley. Y, para eso, más que nuestras palabras de honor o nuestros juramentos, hace falta un documento. Un contrato.- Expliqué, en voz baja.- Para nosotros y para los demás. 

Carraspee y me limpié la boca con el dorso de la mano, despellejándome unos labios repentinamente resecos.

- Preguntáis qué dice ese documento. Preguntáis si no vuestra palabra no tiene suficiente peso.  Preguntáis a que os estáis comprometiendo. Pues bien...- Dije, mirándoles de abajo a arriba.- Dice que nos comprometemos a permanecer juntos, voluntariamente, hasta que cada uno así lo estime oportuno. Dice que repartiremos, justa y equitativamente aquello que encontremos, rescatemos o... Reclamemos.- Sonreí sin calidez alguna, lanzándole una mirada a los cuerpos inconscientes de nuestros prisioneros.- O aquello que nos paguen por nuestros servicios. Explica como nos comportaremos cuando tengamos prisioneros o nos hieran o, quiera Moradin que tardemos mucho tiempo... Muramos.

Había mirado a Zafira al hacer referencia a los prisioneros, para clavar la vista en el piso de arriba cuando hable de la muerte. Sacudí la cabeza antes de continuar.

- Os tengo por gente de palabra, Freya última hija de Vergejorden, la de la Melena de fuego y la Furia roja. Por eso me gustaría que, antes de darme tu palabra de honor, de que todos nos comprometamos, sepáis que es lo que espero de vosotros y que es lo que podéis esperar de mi.- Miré a la mujer, buscando sus ojos.- Piensa en ello como la forma que tiene mi pueblo de jurar. Pensad en ello como en el mas fuerte de vuestros mas sagrados juramentos. Eso es para mi wese sencillo trozo de papel, manchado de tinta y vino.

Me levanté en silencio, dispuesto a rellenar mi pichel de vino, mientras esperaba la respuesta a mis palabras.

Notas de juego

El contrato de Balakar es, mas o menos, el mismo cuyo borrador subí al off topic de la partida.

Cargando editor
09/04/2017, 11:18
Balakar

Notas de juego

Me he tomado la ibertad de hacer una especie de contrato aventurero... Una tonteria que no es vinvulante en absoluto, pero que puede aclarar como piensa Balakar sobre el funcionamiento de este grupo y tal.

 

Os la dejo para que la releaís y me digaís que os parece.

 

Notas de juego

Contrato aventurero:

 

Servidor, (Inserte aquí el nombre del personaje según la formula tradicional de su pueblo, raza o nación; por ejemplo Balakar hijo de Taifold del Clan Thunderhammer) por la presente, me comprometo a respetar los acuerdos refrendados en este contrato legal, ya sea por (la firma, marca o sello personal); sometiéndome al castigo de los Dioses y de la Justicia de mi pares.

 

Por la presente, acordamos que:

 

+Titulo 1º. Del vil metal.- El 30% del tesoro material será destinado a un fondo o bote, cuyos usos se detallaran más adelante, pero que tendrá como fin último el pago o compra de servicios para el reposo, la sanación o, si llegase el caso, las exequias y funerales de uno o varios de los abajo firmantes. El 20% se destinará a la compra de raciones de viaje y acomodo, caso de ser necesario. El restante 50%, deducidos los pagos de impuestos, tasas, diezmos, etc. será repartidos equitativamente entre los abajo firmantes.

 

-Titulo 1.1- En caso de acuerdo, dicha protección se hará extensiva a allegados, seguidores, mascotas, familiares hasta segunda generación u otros ayudantes.

 

-Titulo 1.2- El reparto equitativo será aplicable incluso en el caso de incapacitación de uno o más de los integrantes.

 

 

 

+Titulo 2º. Armas y municiones. - Las armas y las municiones que éstas pudiesen necesitar serán entregadas al miembro que mejor uso vaya a hacer de la misma. En caso de haber dos o más miembros capacitados para su uso, se entregaría al más capacitado para el mismo, según su historial de uso de versiones mundanas del mismo. Caso haber dudas sobre esa capacidad entre dos o más personajes, se rogaría a los Dioses por claridad de pensamiento... y se dirimiría mediante un medio de azar.

 

-Titulo 2.1- Caso de no haber allegados, servidores, ayudantes, etc capacitados para usar dichas armas y municiones en lugar de miembros de pleno derecho de la compañía, se conservaran hasta que sea posible convertirlas en efectivo o se pueda usar como moneda de cambio.

 

 

 

+Titulo 3º.-Seguridad ante todo.- El uso de armaduras y escudos de calidad excepcional o poderes sobrenaturales se regirá por los mismo principios que el reparto de los títulos 2º y 2.1.

 

 

 

+Titulo 4º.- Naturaleza mágica.- Aquellos tesoros de naturaleza mágica que no pudiera ser repartido siguiendo las directrices arriba presentadas, seguirán las premisas de reparto de los títulos 2º y 2.1.

 

 

 

+Titulo 5º.- De ratones y hombres.- Acordamos la entrega y liberación de todo equipo, tesoro o pertenencias en general recuperado durante el transcurso de cualquier encargo, exploración, búsqueda mística o similar, siempre y cuando los demandantes puedan demostrar su propiedad.

 

-Titulo 5.1.- Quedan exentos de esa devolución todo material de naturaleza fungible o susceptible de ser usado un número limitado de veces empleado para garantizar el rescate, recuperación o supervivencia de los abajo firmantes, personas a su cargo o prisioneros bajo custodia.

 

-Titulo 5.2.- Se dará cuartel a todo enemigo que lo solicite ya sea en idioma común o en otro conocido por algún miembro del grupo. Se concederá cuartel también a todo enemigo incapacitado física o mágicamente, siempre y cuando no suponga ningún tipo de amenaza para la seguridad de los abajo firmantes y/o personal bajo su responsabilidad.

 

-Titulo 5.3.- Se velará por la salud, la integridad y la seguridad de todo prisionero, sin importar su raza, sexo, credo o condición, proporcionandosele las raciones de agua y comida necesarias para su subsistencia hasta ser entregado/s a la autoridad competente.

 

 

 

+Titulo 6º.- Medalla de Honor. Las recompensas personales, sea cual sea la naturaleza de las mismas, quedan a discreción del receptor, en su gestión, rédito o rendimiento, así como los tasas, impuestos, diezmos o responsabilidades legales que deriven de la aceptación de dichas recompensas personales.

 

 

 

+ Titulo 7º.- De sanciones administrativas. El incumplimiento de alguno de los títulos aprobados acarreara sanciones o multas, privándose al incumplidor de este contrato de las ventajas y recompensas que le corresponderían por derecho.

 

-Titulo 7.1.- El incumplimiento reiterado y voluntario de este contrato podrá tener como consecuencia la expulsión de la compañía, su detención y su entrega a las autoridades, además de la requisa de todo objeto o arma susceptible de ser utilizado contra el resto de la compañía, allegados o protegidos. Conservará, sin embargo, la parte proporcional lícitamente obtenida a efectos de retiro o defensa judicial/clerical/mágica.

Cargando editor
09/04/2017, 11:25
Avlin Tuercegris

- ¿La última hembra?- preguntó Avlin extrañado cuando Freya remató la presentación- ¿qué hay de los varones? 

En la pregunta del gnomo no había ni un mínimo ápice de maldad, tan sólo parecía genuinamente sorprendido y curioso acerca del tema, igual que cuando un niño inocentemente hace una pregunta incómoda en el peor momento.

Balakar acudió al rescate, explicando el tema del contrato y desviando la conversación como si todo aquello no hubiera ocurrido e incluso el propio Avlin pareció olvidar el asunto.

- Mi pueblo también tiene los contratos y documentos legales en gran estima- indicó- Recuerdo una ocasión en la que mi padre tuvo un encontronazo con Ferruk Grobba acerca de un contrato mal detallado. El caso es que había solicitado un cargamento de cobre para algún tipo de experimento, ¿o era quizá hierro? Bueno, en realidad no importa. ¿Os he hablado de mi padre antes? Era un hombre importante en Turdan, trataba de mejorar las características de los metales aunando técnicas alquímicas y metalúrgicas y algunos de sus descubrimientos han recibido importantes menciones incluso fuera de nuestro territorio.

De repente, se quedó en blanco.

- ¿Porqué estaba contando yo todo esto?- se encogió de hombros- Tanto da. Creo que cualquiera de los aquí presentes confía en tu palabra sin dudar, Freya, también en la de Balakar, sin duda, pero no todos somos tan de fiar me temo ni tenemos una memoria tan fuerte para asegurar los lazos establecidos. También podría ser que cayeses en combate pero quisieras que nosotros mantuviésemos los compromisos que nos vinculen bajo este contrato. Mi padre siempre decía "los contratos no son para ti, Avlin, son para los demás. Así les demuestras tu respeto y confianza. Una persona que se niega a firmar un compromiso por escrito no es una persona de fiar. Las palabras se las lleva el viento si no están ancladas con tinta a un papel. Los hombres cambian, las circunstancias cambian, la palabra escrita permanece.". Yo firmaré ese contrato- remató seguro y de un saltito se puso en pie desde la caja que utilizaba como asiento, para dar más énfasis a su afirmación.

Cargando editor
09/04/2017, 15:45
Zafira 'Ithildin

 

Mucho gusto Freya, Furia Roja, Última Esperanza de los Vergejorden.  Que seas el árbol del que se renueve su bosque.  - Zafira le hizo un respetuoso gesto, con las mano abierta cruzada sobre su corazón  y una lenta y delicada inclinación de la cabeza. 

Encantada de conocerle, don Avlin Tuercegris Bobadilla Puk Sabriagamo Devarin Emi, el 13º de la suerte, discípulo de Beggra Syl, Guardiana de los Secretos de la Gran Biblioteca de Turdan.  -Repitió la misma inclinación, en este caso añadiendo además un tres veces tocar la nariz, frente y gesto al cielo, saludo propio dado a las gnomos bibliotecarios de Turdán. 

Es un honor, Balakar, hijo de Taifold, nieto de Baralanenka (a propósito había usado la elfa el nombre de su abuela, como sabía que estaban comenzando a hacer el movimiento de enanas feministas entre sus clanes), primogénito de tu Casa y uno de los honorables herederos en el Clan Thunderhammer. -Sean tu martillo desgastado y tu hacha poco usada en esta tu larga vida.  -El deseo pacifista de los elfos hacia los enanos, dicho inclusive al arrancar una misión como esta, era algo clásico entre las razas longevas.

Se volteó al final hacia Aldar, y le habló en élfico, diciendo.  Sabiduría te deseo Aldaron, acompañante-en-aprendizaje de Talaren Guardagris, quien por ciclos lunares incontables ha cuidado del mundo natural y la belleza-civilización.  Ahora repetía el mismo tipo de saludo que había hecho ante Freya.  

Luego se presentó ante todos, recorriendo y encontrando las miradas por el cuarto entero.

- Yo soy Zafira Amaranta 'Ithildin, druida del círculo de dólmenes de Loltún, que es flor de piedra y misterio antiguo.  No puedo decirles más que el que en estos tiempos soy guiada en partes iguales por las fuerzas de la urgencia, el miedo, la comunidad y la esperanza. 

Cerró los ojos, reflexiva.

Al terminar las presentaciones se acercó al enano, revisó el contrato, le añadió con su permiso dos cláusulas más, una que mencionaba que todos los animales enfrentados se les haría al menos un ataque no letal y se haría lo posible para permitir e instigar su huída de regreso a la naturaleza, y la segunda, que todo el contrato sería válido hasta terminar la misión en Argentea y firmó a continuación con una elegante y rebuscada firma que más parecía un símbolo mágico que otra cosa.

Soy neutral, más que legal, y me guío por las leyes de la naturaleza primero, -le guiñó el ojo- pero esto me parece divertido.  Haré lo posible por cumplirlo.

Bien.  Yo lista para partir en cuanto lleguen Corum y Tzotz.

 

Cargando editor
09/04/2017, 20:06
Aldar

Freya aceptó mis palabras acerca de emplear nuestros nombres, haciéndome sonreír al usar mi nombre completo y advertirme que yo tenía permiso para llamarla como quisiera. Me sujeté con mimo a su poderoso brazo, sintiendo cómo el calor invadía mi cuerpo al verme abrazado por ella, un calor similar al del fuego acogedor de un buen campamento, aquello que otros calificarían de hogar.

Sí, ella se había convertido en mi hogar.

Acto seguido comenzó a quejarse por las, en mi opinión, desafortunadas palabras de Balakar acerca de "orden y disciplina". Entendía que el guerrero pudiera pensar de tal manera, pero estaba convencido de que lo hacía por ignorar la forma de pensar de los demás, el simple hecho de que su punto de vista no era la verdad universal. Por supuesto, la respuesta de mi bárbara indicaba el inicio de un conflicto por algo que, tratado de otra manera, no supondría mayor problema. No me gustaba el cariz que tomaba aquello, pero dejé que el enano continuase explicándose, con la esperanza de que aquello se recondujera por sí sólo. Expuso abiertamente que pretendía que fundásemos una Compañía de Aventureros, y no simplemente afrontar una misma misión de forma temporal. Aquello sonaba bastante interesante, y añoré el sabor de mi pipa en la boca, el calor de su humo penetrando en mi pecho y siendo exhalado lentamente, mientras meditaba aquello.

Explicó que el contrato nos comprometía a permanecer juntos, hasta que decidiéramos lo contrario. No le vi sentido alguno, ya que con contrato o sin él, por pura lógica era exactamente lo que iba a pasar. También explicó que nos comprometía a repartir las ganancias de forma equitativa, algo que parecía de pura lógica, aunque ya había vivido situaciones en que dentro de una compañía cada cual trataba de llevarse el reparto a su lado con malas artes y argucias. Bien es cierto que ninguno de los actualmente presentes me parecían de ese tipo de gente, por lo que tampoco lo vi necesario. También dijo que el contrato aclaraba el modo en que los miembros de tal Compañía se comportarían con los prisioneros, algo que me llevó a alzar una ceja con interés, y también el modo en que se obraría en caso de herida o defunción de un miembro.

Muchas cosas explica ese documento... -Dije, mirando a Freya a los ojos de soslayo y guiñándole un ojo, antes de liberarme de su brazo y separarme de ella para acercarme al papel. En ese momento intervino Avlin, explicando su peculiar visión del asunto de los contratos, con lo que parecía apoyar a Balakar en la necesidad de que un papel contuviera los compromisos a los que llegásemos, algo con lo que yo no estaba demasiado de acuerdo. Y, dado que Zafira se me había adelantado a la hora de coger el documento para examinarlo, decidí responder y tratar de aportar un grano de arena en pos de calmar un poco las aguas- Si me lo permitís... En mi opinión es todo lo mismo. Los pueblos "civilizados" recogen su palabra por escrito para asegurar su cumplimiento. También es cierto que dentro de esos pueblos hay demasiada gente capaz de incumplirla, y escribirla es un modo de obligarles, supongo. -Dije con cierto deje de desprecio hacia la civilización urbana y su desapego hacia la naturaleza y el orden natural de las cosas- Los pueblos "salvajes" y aquellos que los frecuentamos no suelen conocer la lengua de los signos dibujados, o no disponemos habitualmente de los medios para su conservación. -Comenté señalando la tinta que había empleado Balakar y que Zafira estaba tomando en sus manos- De modo que conservamos nuestros acuerdos en nuestra honra, convirtiendo la palabra dada en ley a respetar, tanto o más que esa tinta. Es todo lo mismo, el compromiso de cumplir un acuerdo, y no creo que lo importante sea el modo en que ese acuerdo se sella, si por escrito o de palabra, sino nuestro mutuo acuerdo con el mismo y nuestro compromiso de cumplirlo. -Afirmé en un intento de mediar en el conflicto antes siquiera de que apareciera.

Al ver que Zafira terminaba de anotar algún añadido, me acerqué finalmente para tomar el documento entre mis manos y leerlo detenidamente. Sin embargo, las palabras de la elfa no me gustaron demasiado, y nuevamente me vi preguntándome cómo podía mi fallecido mentor y esa mujer pertenecer al mismo pueblo.

Zafira, si ni ahora mismo estás convencida de cumplir el acuerdo... -Me encogí de hombros, sin mirarla a la cara siquiera- ...no deberías firmar.

Tomé el documento y comencé a leer, deteniéndome a cada párrafo para exponer a viva voz aquello que decía, a fin de que todos los presentes, lo hubieran leído o no, pudieran leerlo o no, estuvieran al tanto. Y ya de paso, para exponer mi parecer al respecto.

Bueno, el tema comienza con la parafernalia habitual, que es un contrato aventurero y que cada cual se compromete a cumplirlo sometiéndose en caso contrario a la justicia de los dioses y los hombres. -Expuse sin darle mucha importancia- Establece un reparto del botín obtenido de forma que, cada cien monedas o equivalente, cincuenta se repartan de forma equitativa entre todos, veinte a manutención mediante raciones de viaje o estancias, y treinta a un fondo para reposo, curación o ¿funerales? -Me extrañó esa parte, desviando una mirada curiosa al enano- Gustoso escucharé las necesidades de vuestros pueblos a este respecto, y las atenderé llegado el caso, pero debo decir que lo único que yo deseo en caso de palmarla es que mi cuerpo repose en plena naturaleza, a ser posible cerca de algún árbol bien antiguo, para que mi cuerpo sirva de abono de nueva vida. Y no creo que para eso necesitéis gastar una mísera moneda de cobre. -Expliqué, prosiguiendo- Se hace extensivo el reparto a allegados, incluidos animales y demás, incluso en caso de no poder llegar a cobrar, entiendo. Respecto al equipo encontrado, armas y municiones, se expone que el reparto dependerá de quien mejor uso pueda dar a cada cosa, cosa lógica y de sentido común por otra parte, y si no pues se espera a venderlo. Lo mismo para las armaduras, escudos, y objetos mágicos. -Asentí, conforme- Hmmm... Dice que se devolverá a su legítimo propietario, si demuestra serlo, toda pertenencia conseguida durante una misión. Menos lo que hayamos tenido que gastar para salvar el culo, claro. Y, huy, aquí se pone interesante. Hay que dar cuartel a todo el que se rinda o esté incapacitado y no suponga una amenaza. Llegado ese caso pasa a ser nuestro prisionero y ¿debemos cuidar de él y entregarle nuestra comida y agua? Anda, ¿hasta ponerle en manos de las autoridades? Aquí tenemos un problema de base, Balakar. -Espeté al guerrero- Entiendo que seas un tipo legalista, en serio, pero no puedes pretender que la compañía se funde en base a TUS principios morales. Soy lo que muchos conocen como un hombre salvaje, no me rijo por las leyes de los hombres sino por el orden natural de las cosas. La Ley a la que representan hombres como esa joven guardia que nos hemos cruzado en la puerta de la ciudad no me importa un bledo, más allá de las consecuencias que pueda traerme. Si un tipo intenta matarme, lo mato antes. Si deja de ser un peligro, lo dejo ir o le aplico un castigo que yo mismo considere justo. Llevarlo ante las autoridades no es ninguna necesidad para mí, y desde luego no me voy a quitar alimento para salvar su culo, a no ser que esa sea precisamente la misión que se nos haya encomendado y no quede otro remedio. Respeto vuestra forma de pensar, en serio, pero yo no me siento en deuda con el mundo, la sociedad, ni todas esas cosas. Expuse sin paños calientes, volviendo de nuevo mi atención al documento- Bueno, las recompensas personales son cosa de cada cual, si se incumple el contrato se le podrá sancionar, y si es reiterado se le podrá echar, detenerle y entregarle a las autoridades, y quitársele todo el equipo que el resto pueda usar. -Terminé, suspirando ante tal perspectiva. Y habiendo leído algo como esto, Zafira afirmaba que "haría lo posible" por cumplirlo. ¿No se había dado cuenta de lo que suponía no hacerlo? No, claro, porque estaba ocupada añadiendo dos cosas más- Zafira ha añadido que si tenemos problemas con algún animal es obligación de todos darle un ataque no letal de ventaja, además de hacer lo posible por hacerle regresar por donde ha venido. Lo lamento, Zafira, pero a eso tampoco puedo comprometerme. La supervivencia es la supervivencia, ningún osobúho nos dará un zarpazo de ventaja con las garras guardadas. Valoraré cada situación en su justa medida, es todo cuanto puedo prometer. Yo también soy un firme admirador de la naturaleza, pero cuando estoy en ella soy una más de sus criaturas. Y al igual que ellas, quiero sobrevivir. -Expuse, frunciendo el ceño al ver la segunda cláusula añadida- Bueno, Zafira también dice que se adscribe a este contrato únicamente hasta terminar la misión en Argentea...

Torcí el gesto, dejando el documento en donde lo había encontrado, cruzando una mirada interrogativa con Freya. Deseaba conocer su parecer acerca de todo lo expuesto.

Cargando editor
10/04/2017, 21:32
Avlin Tuercegris

- Bien- añadió Avlin inmiscuyéndose sobre el brazo de Aldar- tal vez con unas pequeñas modificaciones podamos aclarar esos asuntos. Por ejemplo, que todo ese tipo de decisiones en cuanto a prisioneros serán tomadas por mayoría simple dentro del grupo. De ese modo, nos comprometemos a someter esas decisiones a votación, llegado el momento y valorando las circunstancias, y a aceptar el resultado de dicha votación. En cuanto a los animales, los dioses saben que no soy amigo de herir a la naturaleza pero en la mayoría de los casos se trata de la ley del bosque, la especie más fuerte sobrevive. Los lobos o los osobúhos no nos van a dar una oportunidad si nos los encontramos, no veo porqué deberíamos hacerlo nosotros. Aceptaría una cláusula que indique que no se tratará con crueldad innecesaria a ningún ente de la naturaleza ni, dicho sea de paso, de cualquier especie- el gnomo miró de soslayo los cuerpos inconscientes de los prisioneros por si alguien no había entendido el mensaje- En caso de defensa propia, lo primero es el pellejo. En cuanto a las exequias- se encogió de hombros- también coincido con Aldar, es una cuestión de sentido común. Si es posible cumplir las últimas voluntades, se hará pero, si no es posible (y eso debería decidirlo el grupo en el momento) tendrá que servir lo que haya a mano.

Cargando editor
10/04/2017, 22:26
Freya

No comprendía la necesidad de aquel contrato, y al reprochar al enano aquella iniciativa que buscaba orden y disciplina y al dejarle claro que mi palabra debería bastar, ni siquiera me respondió. Se quedó mirándome de un modo que no comprendí. Lo dejé estar, y cuando Aldar preguntó por el contenido del  dichoso documento, Balakar sí quiso responder.

Lo primero que dijo es que aquel contrato era necesario para nosotros y para los demás, otra cuestión que no comprendía. ¿Qué tenían que ver los demás en aquello? No me gustó el modo en que empezó a enumerar cuanto preguntábamos, mirándonos de arriba abajo, como si aquello estuviera mal. Hizo un breve resumen, en exceso para todas las letras que parecía haber escrito en ese pergamino.

Mantenía el ceño fruncido cuando Balakar me habló directamente a mí, diciendo que me tenía por alguien de palabra, pero que antes de que se la diera quería que conociera a qué me estaba comprometiendo exactamente, a qué lo hacíamos todos. Pero aun así, insistía en la importancia de aquel papel.

Avlin se unió entonces a alabar aquel tipo de documentos, siendo también importantes para su pueblo. Según él, y su padre, del cual también había comenzado a contar una historia, una persona que se negaba a algo parecido no era de fiar; y tras decir aquello afirmó que él lo haría. Enarqué una ceja profusamente, ¿De qué iba todo aquello?

- No creo que alguien sea más o menos de fiar por aceptar o no el poner su palabra por escrito. Valoráis esos papeles en vuestros pueblos, lo respeto, ¿Pero qué sentido tiene que yo firme algo parecido? Ese documento no tiene para mí el valor que vosotros le dais. Sin embargo, mi palabra, me llevaría hasta el mismísimo infierno. – añadí rotunda, aunque prudente, a la espera de saber qué decía exactamente aquel contrato.

Aldar se había separado de mí, dedicándome una mirada cómplice y guiñándome un ojo tras hacer alusión a que aquel documento recogía muchas cosas. Imaginaba lo que pretendía, cosa que agradecí, y es que aún no me parecía el momento de compartir aquello con los demás. Le sonreí, liberándole de mi abrazo, escuchando entonces su opinión respecto a aquel asunto del contrato. Expuso de forma clara las diferencias entre nosotros, hablando de pueblos “civilizados” y “salvajes”, haciéndome asentir cuando hablaba de honradez.

Zafira se presentó y quiso añadir algo a lo escrito, firmando el contrato tras ello. Su gesto vino acompañado de una extraña afirmación, la de que lo hacía por parecerle divertido, sin comprometerse por entero a cumplir el contrato. ¿Qué validez tenía realmente entonces su firma? Aldar apuntó entonces lo que seguramente todos estaríamos pensando, señalando a la elfa que si no estaba segura ni ahora mismo de cumplir, lo mejor era que no lo hiciera.

El explorador resumió el contenido del contrato, ofreciendo su parecer sobre algunos aspectos del mismo. Realmente tenía opiniones muy diversas a algunas de las expuestas en aquel papel, pero esperaba que aquello se pudieran solventar. Al finalizar, Aldar me miró, intuyendo que querría conocer mi opinión; pero me quedé con la boca abierta, sin poder hablar, al ver al gnomo pasar bajo su brazo e interrumpirme.

- Era mi turno. – le espeté malhumorada, después de escuchar su verborrea, que si bien trataba de unir posturas, la había recibido de mal humor por no dejarme pronunciarme. – Espero que en ese contrato se incluya que todos tenemos derecho a ser escuchados, porque estoy bastante harta de que algunos hablen y hablen sin dar opción al resto. – crucé los brazos bajo mi pecho, mirando hacia un lado enfurruñada cual niña pequeña.

Al levantar mis ojos lentamente, estos de cruzaron con los de Aldar, lo que hizo que relajara mis brazos y rostro. Entonces miré al resto, rascándome la nuca algo incómoda antes de hablar.

- A grandes rasgos, estoy de acuerdo con las condiciones, salvo las excepciones ya comentadas por Aldar. Creo que ya se ha concretado casi todo. Quizás faltaría concretar las condiciones de aquellos que decidan abandonar la compañía. – miré al explorador de reojo, apretando mis labios.

¿Debía decir aquello en ese momento? No, eso era algo que debería hablar antes con Aldar. Me acerqué entonces a este, susurrándole algo de forma discreta, dejando que el resto continuara pronunciándose.

- Tenemos que hablar. – dije en voz baja al explorador.