Partida Rol por web

El Aeródromo militar Hunter Army Airfield, situado en Savannah, Georgia, ha sido convertido en el la sede principal de adiestramiento de las nuevas tropas denominadas, Z-Corps. Todo está sucediendo tan sumamente rápido, que resulta difícil amoldarse a todo lo que está sucediendo, en especial para los soldados que aún viven allí. De los casi cinco mil que había antes del inicio del brote, ahora apenas quedan una quinta parte.

Pese a ello, el lugar rebosa de vida y actividad. Salvo que ahora no son los uniformes militares lo que adornan el paisaje, sino los trajes oscuros de los Z-Corps. Al menos dos centenares de voluntarios ya se encuentran entrenando y preparándose para regresar al infierno.

El helicóptero en el que viajan, no se molesta en mostrarles el lugar desde los cielos. Más bien aterriza tan pronto como puede y tras casi echarlos del helicóptero, vuelve a tomar altura y se desvanece en el horizonte. Varios autobuses hacen también su aparición en la lejanía trayendo a más nuevos reclutas.

Un Z-Corps no tarda en llegar hasta ellos, tras evaluarlos uno por uno con la mirada y detenerse algo más de tiempo en Mary, les hace un gesto con la cabeza para que lo sigan.

Sin articular palabra alguna y sin responder ninguna pregunta, los guía hasta otro grupo de reclutas que hay frente a un gran barracón. Hombres y mujeres por igual se reúnen allí sin apenas equipaje, salvo quizás, algún tipo de objeto personal. One World se encarga de proporcionar desde ahora, todo lo que necesiten.

-Muy bien, escuchadme atentamente, podéis llamarme Instructor. Dispongo solo de 72 horas para enseñaros a sobrevivir ahí fuera, así que prestad atención y no me hagáis perder el tiempo. Solo voy a repetir cada lección una única vez, si alguien no logra seguir el ritmo, será mejor que abandone ahora.

Sin saber muy bien qué hacer, algunos reclutas se ponen en fila, otros tratan de ponerse firmes y muchos otros, simplemente se mantienen alrededor del Z-Corps esperando más instrucciones.

-Desde ahora sois controladores de One World, aunque la prensa y los de listos de ahí arriba, creen que llamarnos Z-Corps es algo más pegadizo. Así que de cara a los informes seréis controladores, pero para la prensa y demás, seréis Z-corps. Desde ahora quedan totalmente prohibidos vuestros verdaderos nombres, así como el hecho de compartir información personal. Cada uno de vosotros elegirá un apodo, un nick o como coño queráis llamarlo. Mirad a vuestra izquierda y a vuestra derecha, los hombres y mujeres que están a vuestro lado, se convertirán en vuestros camaradas de armas. Eso siempre crea lazos, pero no queremos fomentar tales lazos. ¿Sabéis por qué?

Uno de los presentes levanta la mano con cierta indecisión, aunque la baja rápidamente al ver cómo el Z-corps pone los ojos en blanco.

-No me puedo creer que estés levantando la mano. Espero que no vayas a pedirme permiso para ir al baño. Muy bien, el motivo por el que usaréis nombres en código es el primer lugar para proteger vuestras identidades. El segundo, es para que os sea más fácil meterle una bala en la cabeza en caso de que esté infectado. No os equivoquéis, vamos a armaros y vamos a poner a vuestra entera disposición lo último en tecnología, pero eso puede no ser suficiente ahí fuera. Todos sabéis a qué nos enfrentamos y los peligros que corremos, así que no hay mucho más que hablar.

Alzando una mano, señala otro barracón aunque a diferencia del resto, es de color rojo.

-Allí se añadirá a vuestro expediente vuestro nombre en clave. Después vuestro expediente quedará cerrado y tan solo los altos directivos de la empresa tendrán acceso a él. Se os proporcionará también vuestro equipamiento, una vez lo tengáis, podréis alojaros en este barracón. En los baños están los horarios para las duchas de los hombres y las mujeres. La enfermería es aquel otro edificio de allí. Tenéis una hora, así que moveros.

El barracón de color rojo está dividido en dos secciones. Nada más entrar por la puerta, hay cinco escritorios a cada lado. Personal de One World está allí sentado con ordenadores portátiles, para realizar en primer lugar el cierre de los expedientes una vez haya sido elegido el nombre en código. Después avanzarán hasta la siguiente sección, donde les proporcionarán los uniformes, así como el material básico de los Z-corps, incluido el activímetro.

Me siento extraño sin mi uniforme, rodeado de civiles que en la mayoría de los casos, carecen de la disciplina en la que fuí instruido. Y sin embargo, són tan valientes como yo, o quizás más porque parten en desventaja para la acción.

Lo que explica de los nombres el instructor, también me recuerda al ejército, quizás es un veterano. Normalmente es imposible no hacerte amigo de algunos de tus compañeros y crear lazos fraternales, como me pasó con ABC. Pero todos hemos perdido gente en conflictos armados, y sabemos que duro es el golpe. Algunos simplemente nunca lo llegan a superar.

Por eso, piden que no demos los nombres... para que no dudemos en arrojar una bala al compañero si se transforma.

O que me la arrojen a mí.

Es una situación jodida, pero lo cierto es que la táctica es débil, porque puedes confraternizar con un pseudónimo. Supongo que no soy el único que lo piensa, pero el mensaje de fondo es claro: Evitadlo si podéis.

Yo soy de los que se pone firme. Me alegro de haber arreglado las cosas con el Ejército, gracias al doctor, con eso podré centrarme un tiempo a mi labor en el frente, igual que hizo ABC. Sólo espero, lo deseo de corazón, que lo que vamos a hacer sirva para inclinar las tornas.

La reacción de la conciencia colectiva.

Sin pensármelo mucho más, me dirijo a completar el sellado del informe y convertirme oficialmente en un controlador Zcorp.

Sophie no acaba de estar segura de la decisión que ha tomado, pero sabe que debe seguir siendo fuerte y no demostrar debilidad o signos de flaqueza a partir de ahora.

Quería demostrarse a sí misma que era capaz de ser algo más que ser simplemente "de ayuda" como hasta ahora.

Como ya había empezado a notar, el mundo a su alrededor estaba cambiando muy rápidamente y ella que estaba en medio de todo ese caos, sólo podían tomar dos decisiones. Quedarse quieta y esperar a que los demás solucionaran el problema o ser parte de la solución.

Por el lugar donde ahora se encontraba era obvia la decisión que había tomado...

Recibiría entrenamiento militar de combate y todo lo que en 72h pudiesen enseñarle antes de mandarles de nuevo a la zona cero.

Tragó saliva y se dispuso a hacer lo que mejor sabía, tomar el toro por los cuernos.

Cuando se enteró de que alguien debía ser el portavoz, dió un paso al frente y quiso aclarar al resto de compañeros que no iba a ser más que una figura representante. Las decisiones iban a tomarse por decisión de la mayoría en caso de poder debatir. Sophie de dejaría guiar por la experiencia de los suyos en cada situación.

El grupo se reunió para decidir los nombres en clave. - Lady Violet. dijo a los instructores que registraron su nombre y el del grupo. - Gorgonitas.

Dicho esto se reunió con el resto de los suyos para tener unas palabras antes de la instrucción y el adiestramiento.

- Se que todos los que estáis aquí lo hacéis por voluntad propia y que habéis vivido horrores en los últimos días. Sí estamos aquí es para marcar la diferencia, para dar una oportunidad a nuestra gente, a nuestras familias o a las de otros y que no tengan que pasar por todo eso una vez más.

Miró uno a uno a todos aquellos que a partir de ahora iban a cubrirle las espaldas y a la vez iban a depender de sus decisiones para seguir con vida...

- Por último deciros que contéis conmigo para lo que sea. No sólo quiero ser vuestro enlace con el mando. También quiero que confiéis en mi y espero ganarme esa confianza con hechos y no con palabras.

Por último miró a Ryan, el soldado que ahora era uno más de ellos. - Cuento contigo y tu experiencia para salir con vida de allí. Espero estar a la altura.

Cuando piden un voluntario para liderar el grupo, me doy cuenta que mis pasos me han llevado de forma insconciente hacia dónde estaban esos civiles que conocí, es... curiosa la mente humana. Quizás por eso no puedo evitar mi oficio médico, siempre al acecho de mayor comprensión.

Esos pensamientos y el asombro, me impiden reaccionar para ofrecerme, y se me adelanta... ¿Lady Violet? No me importaría estar bajo su mando, demostró tener coraje y lealtad hacia un desconocido, y es justo lo que vamos a necesitar.

-Entonces, yo seré "Blue".

Me doy cuenta que lo he dicho mirando el color de sus ojos durante unos segundos, perturbado por la tontería desvio un momento la mirada, mientras ella ajena al tema (o eso creo), nos comenta como planea controlar el grupo.

- Se que todos los que estáis aquí lo hacéis por voluntad propia y que habéis vivido horrores en los últimos días. Sí estamos aquí es para marcar la diferencia, para dar una oportunidad a nuestra gente, a nuestras familias o a las de otros y que no tengan que pasar por todo eso una vez más.
 

No puedo evitar ponerme firme, aunque ya no pertenezca a una unidad del ejército debido a mi "excedencia" temporal, hay costumbres que cuestan desaparecer. Además, transmitir e inspirar disciplina quizás les ayude en momentos de necesidad cuando deban buscar la fortaleza interior.

- Por último deciros que contéis conmigo para lo que sea. No sólo quiero ser vuestro enlace con el mando. También quiero que confiéis en mi y espero ganarme esa confianza con hechos y no con palabras.

-A mí ya me lo demostraste, Violet.

No es peloteo, no es nada de eso. Es simplemente la verdad, cuando volvió atrás para ayudarme con la evacuación del doctor, me demostró que se podía contar con ella.

Por último miró a Ryan, el soldado que ahora era uno más de ellos. - Cuento contigo y tu experiencia para salir con vida de allí. Espero estar a la altura.

Asiento en su dirección, agradecido, y luego también abarco con mi mirada a los demás.

-Trataré de dar lo mejor de mí mismo, a todos vosotros y aquellos que nos necesitarán. Quizás no todos los sepan, pero también soy médico. Si os sentís mal o necesitais comentar algo en busca de ayuda, podéis contar conmigo.

La bienvenida es justo como imaginaba, aunque no estuviera muy familiarizado con las formas militares. Esperaba un trato duro y bastante disciplina, simplemente porque era lo que necesitaban. Se imaginaba que eran trozos de metal, que serían forjados a fuego para convertirles en armas… o herramientas. Ya había visto que un hacha puede servir para ambas tareas, aunque siempre prefirió el segundo uso.

Escuchó con atención las palabras del instructor, aunque no estaba de acuerdo con alguna de ellas. ¿Cómo se podía trabajar junto a alguien sin llegar a sentir algún tipo de lazo con él o ella? No podía ver a su escuadrón de otra forma que no fuera como su familia, por quien moriría. ¿Eso les volvía más débiles? No lo creía. Al contrario, era su más grande fortaleza. Se guardó bien sus pensamientos, pues no esperaba cambiar la mentalidad de nadie, aunque no dudaría en darle un balazo a quien se convirtiera. Ya tuvo que acabar con la vida de un amigo, con un método mucho menos pintoresco que una bala. Desde ese día, no fueron más que pruebas tras pruebas.

Entre los reclutas, había un par de caras conocidas y no pudo evitar sonreír al ver a Sophie, Ryan y Mary. Se sintió mucho más tranquilo el saber que ellos estaban con él, como si formaran ya una unidad impenetrable. Siguió al veterano soldado, hacia donde deberían registrarse para comenzar con todo aquello. En la parte donde debería poner su apodo, tuvo un ligero momento de duda, solo cuando oyó los apodos de Sophie y Ryan fue que escribió el suyo:

-Red- dijo con media sonrisa, mirando el papel en donde se podía apreciar una cuidada letra manuscrita-. Supongo que pueden llamarme “Mr. Red”

Casi parecía una forma de recordar quien era, pues el rojo estaba muy asociado con su profesión… o el color de su rostro cuando le pasaba algo especialmente vergonzoso. Era difícil imaginárselo entrar sin dudar en medio de un incendio, pues parecía más bien un chico tranquilo y poco interesante.

No puedo evitar resoplar al ver la actitud del instructor que nos recibe, siempre había huido de esto y ahora me meto yo solita en la boca del lobo, supongo que las circunstancias nos hace cambiar, me llevo la mano a la cabeza al darme cuenta de que este pensamiento ya lo había escuchado antes en boca de otras personas, mierda!! me parezco a mis padres. A ratos sonrió al pensar en mis ellos, si me vieran les daría un chungo. Aunque si los viera yo a ellos también me lo daría.

Después de escuchar a los compañero, empiezo a entender que esta situación es bastante seria y no sé si la puedo manejar. Todo lo que ha sido estricto en mi vida no ha dado mucho resultado, y entiendo que este entrenamiento lo será, ajustarme a normas y horarios no va conmigo y estoy segura de que me causará algunos problemas. Cada minuto que paso escuchando el discurso del soldado del Z-Corp tengo que recordarme porque estoy aquí y me repito mentalmente como si fuera un mantra estoy aquí para aprender a disparar, intentaré estar concentrada mientras dure el entrenamiento, intentaré estar concentrada para no morir a manos de ningún infectado, intentaré encontrar algo interesante que poder llevarme de recuerdo. Prometo que lo intentaré. Estos son mis propósitos.

Creo que no estuve atenta a buena parte de la charla de Sophie, espero que no lo hayan notado y espero que no me haya perdido nada importante. Me sorprende que tengamos que cambiarnos el nombre, y me parece divertido, – vale , si hay que jugar a los colores yo soy The Gray--

Instantes antes de que todos se pongan en marcha, Instructor reclama la atención de varios de los presentes y los separa en grupos. La gran mayoría de los reclutas deberán de esperar a terminar su formación para conocer a quienes serán sus compañeros de equipo. Pero en el caso de Mary, Sophie, Ryan y Thomas no será necesario, pues ellos cuatro van a formar parte de una de las unidades de los Z-Corps. Eso quiere decir que se enfrentarán juntos a la muerte y que tan solo juntos, podrán sobrevivir.

Instructor les informa también de que deberán de buscar un nombre en clave para el grupo. Por lo que tras dejarles unos minutos, entre todos deciden aceptar la idea de Mary de ser conocidos como gorgonitas, pero usar colores como nombres en clave.

Uno por uno todos pasan por el barracón, lugar donde sus expedientes quedan cerrados tras indicar sus nuevos nombres en clave. Después todos pasan al final del mismo, donde les hacen entrega del uniforme y demás equipamiento. Las armas les serán entregadas más tarde, por el momento prefieren que se habitúen al equipamiento básico, por lo que harán la instrucción con él.

Cargados hasta arriba con todo el equipamiento, regresan al barracón que será su hogar durante las próximas 72 horas. El lugar no es especialmente acogedor. Cada uno de ellos dispone de una taquilla y una cama. En el interior de la taquilla disponen de toallas y todos los componentes necesarios para la higiene personal. También disponen de una hoja en la cual se les indica el horario de duchas para mujeres y hombres. Por último, hay varios biombos para que las mujeres puedan disponer de algo de intimidad para cambiarse.

El equipamiento ha sido diseñado para ser ligero y que se adapte lo mejor posible a su portador. Por lo que se sienten bastante cómodos con ello. El uniforme dispone de algún tipo de protección, no será capaz de detener una bala, pero ofrecerá cierta resistencia en caso de ser mordidos, por lo que es un cambio bastante agradable en comparación a los elegantes vestidos de novia o ropa de calle.

La apariencia de todos ellos se ve realmente diferente una vez terminan de ponerse el equipo. Ryan está acostumbrado a los uniformes militares, pero no es así para el resto. Puede que parezca una tontería, pero el que todos vistan exactamente igual y muestren ahora una apariencia militar, les hace sentirse mejor. Como si no hubiese nada que no pudiesen hacer. Aunque quizás así sea, pues si han logrado sobrevivir a hordas de muertos sin equipamiento alguno, quizás ahora sus posibilidades de supervivencia se disparen y realmente puedan dar con una forma de para el virus.

Apenas terminan de vestirse, cuando un joven de rondará entre los veinte y los veinticinco, se acerca hasta ellos haciendo malabares para que no se le caiga el equipo. Algo que no logra, pues el caso termina por escaparse de sus control, arrastrando consigo la mascarilla y la caja en la que va el activímetro.

-¡Por Crom! ¡Maldita sea!

Arrojando el resto del equipo sobre una de las camas que hay vacía junto a Thomas, resopla y pone los brazos en jarras. Tarda tan solo un instante en fijarse en los Gorgonitas, listos y preparados para el entrenamiento.

-¡Ey! Waalaaa mola el uniforme, tenéis una pinta alucinante. ¿Vosotros sois los Gorgonitas, no? ¿Quién es Archer? ¿Está libre Ocula? Esto...parece que estoy haciendo demasiadas preguntas, disculpad, tiendo a hablar demasiado cuando estoy nervioso. Acabo de llegar y me han indicado que me presente ante el líder de los Gorgonitas. Aunque ahora que lo pienso, puede que esto sea una novatada o algo así. ¿Es una novatada o realmente sois los gorgonitas?

Observo al muchacho que acaba de llegar, con pesar, no por nada contra él, sino que alguién tan "poco preparado" (sólo hace falta ver como se le caen las cosas, o el nerviosismo que lleva encima) sea un activo Z-corps... sólo realza el marco de desesperación que es la situación en la que vivimos.

Aún con todo, trato de apaciguarlo y calmarlo un poco con palabras amables y un tono relajado:

-Tranquilo chaval, ¿cómo te llamas? Mira, yo soy blue, y quién buscas es a Lady Violet -aún se me hacen raros esos nombres- es esa muchacha de ahí. Aunque, no creo que sea una novatada, la situación no está para eso. -le digo en un tono serio y profesional, aunque luego relajo el gesto, el chaval no tiene la culpa de estar nervioso.

-¿Te han asignado a nuestra unidad? Deja, te ayudo con tu equipaje, mientras vas a verla.-trato de transmitir amabilidad.

Me predispongo a ordenar su equpamiento, el caos que tiene montado, tirado de cualquier manera... de alguna forma, trato de ponerle lo más primordial a mano y ordenado según emergencias, ahorrando espacio y efectividad, en las mochilas.

El equipo es sumamente cómodo, nada que ver con los normalmente 20 a 30 kilos de equipo que usaba en su profesión*, sin contar con mangueras, cuerdas y demás que pueden agregarse. Se movió un poco, notando que podía hacer prácticamente cualquier maniobra sin problemas. Le gustaba, aunque lo veía bastante intimidante para el ciudadano común. El lugar también le parecía bastante frio, aunque estaba acostumbrado a vivir en lugares con mucha gente, extrañaba las paredes cubiertas con fotos familiares o dibujos de niños. Eso se había acabado, pues si no querían que usaran sus nombres, menos aún que tuvieran algo que les recordara quienes eran… o que habían perdido. Lanzó un largo suspiro, mirando una pared vacía, justo donde estaba su cama.

Un chico llegó justo después de ellos, abarrotado de cosas y totalmente fascinado con sus aspectos. Bueno, eso significaba que quizás no se veían tan intimidantes, eso era genial. Thomas se acercó rápidamente a ayudarle, pues el chico dejó caer accidentalmente casi todo lo que llevaba.

-Un gusto muchacho- dijo adelantando su mano para estrechar la del joven-. Soy… Red- casi decía su nombre verdadero. El chico no parecía muy ducho en lo físico, sino más bien un adolescente que nunca salía de casa, de esos que les daba el sol y sentían dolor entre los ojos. No dijo más nada, pues Ry… Blue ya había dicho todo lo necesario. Seguramente tendrían que echarle un ojo al muchacho, pero no dudaba de que, cuando estuviera metidos en el caos, el chico respondería bien.

Se sentó en su cama, aun con el equipo puesto. Era bueno acostumbrarse a su uso y limites, aunque de momento le parecía que no llevaba nada puesto.

Sophie comenzó a ver como empezaba a formarse poco a poco el grupo que iba a estar en pocas horas frente a frente contra esos infectados. Pronto estaban dejando de ser víctimas, pasando por ser supervivientes y finalmente terminando por parecer una verdadera fuerza de combate para plantar cada a la creciente amenaza.

Cuando supo con seguridad quienes habían sido asignados a su grupo se tranquilizó. Los conocía desde hacia bien poco, pero les había visto enfrentarse al peligro sin miedo y eso era más que suficiente por ahora. Pero el chico que acababa de entrar en su recién estrenado barracón, parecía haber salido de una convención de geeks de la informática. ¿Estaba seguro de donde se estaba metiendo? Quiso probarle...

- Yo soy a quien buscas. Mi alias es Lady Violet y soy la líder del grupo. - le dice a través de esa máscara, fríamente entrecerrando los ojos, sopesándolo, evaluando sus habilidades, mientras termina de ajustarse las protecciones de los antebrazos.   

Sophie se acerca al otro lado de su cama, abre la maleta que contiene el activímetro y se lo lanza para ver sus reflejos. - Dime que sabes de esto, para que sirve, como funciona... - le espeta mientras le guiña un ojo a Blue y Red, en señal de complicidad. Quería saber hasta que punto podía dar se sí. Le estaba probando y esa era la pieza de mayor tecnología punta de la que disponían en si equipamiento. Si el chaval sabía decir de que se trataba sin pestañear, quizá fuese una buena baza como "cerebrito" en el grupo.

Miro divertida al chico que acaba de entrar, mientras me tiro de espalda en mi catre. Todos quieren ayudar al nuevo, me doy cuenta que tengo muy buenos compañeros; yo paso, aunque no estoy cansada sé que lo voy a estar, así que me propongo ahorrar energías.

Me llama la atención el aparato que saca Lady Violet, guau ...yo tengo que tener unos de esos y no tengo ni idea para que sirve. Me propongo prestar atención a lo que dice … el nuevo, en ese momento me doy cuenta que no sabemos su nombre, me siento en la cama, y miro a todos, la verdad es que el uniforme nos sienta bien, el negro siempre me ha gustado.

--¿Como te vas a llamar? Yo soy Gray-- digo dirigiéndome al chico.

El muchacho agradece la ayuda de Blue con una sonrisa. Al llegar tarde, su paso por la zona de equipamiento ha sido más bien rápido y prácticamente le han arrojado el material a la cara. Así que llegar hasta el barracón sin perder nada ha sido toda una hazaña.

-Ufff, gracias, socio. No es que sean muy amables por aquí, desde que he llegado todo han sido prisas y gritos.

Con otra sonrisa, también agradece la ayuda de Red y acepta su apretón de manos. Para ellos pasa totalmente desapercibido, pero para el resto del equipo la diferencia física entre ambos se hace realmente evidente. Red es un coloso con un tamaño y músculos tallados dignos de Miguel Ángel. El muchacho en cambio, se les antoja pequeño y desgarbado, apenas un saco de huesos.

-Un placer, conocerte, conoceros. Un placer unirme a vosotros, seguro que entre todos somos capaces de lograr grandes cosas. Esto...¿Gray? pues el nombre me lo tiene que poner Lady Violet.

El uso de colores como nombres en código no le pasa desapercibido, un poco decepcionante teniendo en cuenta que la unidad se hace llamar los Gorgonitas, pero aún así le mola. Le hace recordar la peli esa vieja de Tarantino en la que los protas usan colores como nombres en clave y roban un almacén de diamantes. Por otro lado, mientras que todos se presentas identificándose con un color, la jefa de la unidad es la única que posee un añadido a su nombre. ¿Lady Violet? ¿Un matriarcado? No sabe nada mucho de ella pero con ese nombre, tiene pinta de que va a ser una tía muy dura que va a tratar de exprimirlo al máximo, alguien como su madre. Blue, Red y Gray parecen simpáticos, dispuestos a ofrecer su ayuda. Así que espera que las cosas vayan bien con el equipo.

Al volverse para presentarse ante Lady Violet, se cruza con la fría mirada de la mujer la cual le arroja el activímetro a las manos. Tomándola entre ellas con unas reflejos mayores de los que uno podría imaginarse, lo observa durante unos instantes antes de alzar la mirada hacia la mujer.

-¿Esto? No tengo ni idea, la tecnología no es lo mío. Soy el encargado de aportar el músculo al equipo.

Un segundo...

Dos segundos...

Tres segundos...

-Naaa, es broma. Esto es un activímetro, ha sido diseñado para funcionar como un pulsómetro y reloj. Es capaz de medir nuestras pulsaciones, las calorías quemadas, la distancia recorrida y la velocidad a la que nos desplazamos. Dispone también la opción de programar alarmas, las cuales pueden ser sonoras, por vibración o ambas. Dispone de una pantalla táctil que nos indica si hemos recibido nueva información en nuestras OWPad. No podemos acceder a ella con el activimetro, pero está bien por si en medio de una misión recibimos información nueva.

Mientras habla, inspecciona el activimetro con cierta curiosidad. Con gran soltura se desplaza por el menú de opciones del dispositivo el cual se le antoja como muy intuitivo.

-Es resistente a impactos y sumergible a cincuenta metros. El diseño me resulta bastante similar, hace unos meses One World anunció que estaba a punto de revolucionar el mundo con un nuevo sistema de análisis o algo por el estilo. Estaba en una conferencia y no pude prestar mucha atención a la revista donde venía publicado, ya que era yo quién daba la conferencia jeje. A mi parecer el pulsómetro y reloj es tan solo una forma de distraer nuestra atención.

Alzando el activímetro, da un giro para que todos vean el dispositivo.

-Esta cosa tomará cada pocos segundos una muestra de nuestra sangre y comprobará si estamos o no infectados. En caso de estarlo, también nos dirá si aún tenemos esperanza o si todo está perdido. En la pantalla se mostrará un porcentaje, lo optimo es que sea 0.0% Si somos infectados, este aparato nos mostrará un nuevo porcentaje, mientras no pasemos del 49% nuestro cuerpo podrá librarse del virus, pero superado ese porcentaje...ya no hay vuelta atrás.

El activímetro es un recordatorio constante de que aunque logren no ser devorados, aún poseen la posibilidad de morir de  una forma igualmente horrible. ¿Qué sucederá cuando el porcentaje cambie y tengan a alguien infectado entre ellos? ¿Podrán dejar de revisar su activímetro de forma constante? ¿Serán capaces de confiar en esa pieza de tecnología? ¿Y si realmente no funciona y todos se transforman nada más ser mordidos?

-¡Oh, sí! Casi se me olvida, me han dicho que han enviado un enlace al OWPad del líder de la unidad. Tienes que indicar ahí cual será mi nombre en código. Esto...por favor, que no sea Pink...

En aquel momento todos reciben un nuevo mensaje en sus OWPad. Disponen de diez minutos para presentarse en una de las aulas del recinto. Un mapa les indica el lugar exacto. La primera clase será teórica, les informarán de todo lo que saben hasta el momento de los Hostiles o Zetas. Después, comenzará el entrenamiento de combate.

Es agradecido, y educado eso está bien. Pero en cuanto ha dicho que lo suyo era aportar músculo, es cuando he sabido que nos llevaríamos bien. Las bromas, me recuerdan a cuando hablo con ABC, me pregunto dónde andará... Es muy importante mantener siempre la moral alta, y las bromas són un medio para ello, sobretodo cuando no hay motivo para estar feliz. Ahí es cuando más se necesita.

Cuando empieza con la verborrea sobre el activimetro, me quedo colapsado... ¿de verdad tiene tantas funciones? Joder, yo creo que el doctor cuando me lo explicó... ni él sabia todas sus funciones. Sólo le falta sacar un laser para fundir cándados.

Cuando finalmente dice que Lady Violet va a ser quien asigne su color y lo de Pink... mi sonrisa contagiada por el humor de la situación aparece, y no puedo evitar soltar:

-Jefa, si aceptas sugerencias, Fucsia es un bonito color.

Tras una sónora carcajada, mi activimetro me avisa de que en el Owpad hay un mensaje, por lo que atiendo.

-Hay clases, chicos.

Se me hace raro decir eso. Aunque voy saliendo en cuando están listos, la disciplina me puede y no voy a ser de los que llegan tarde.

Sophie le había calado desde el principio. Era el cerebrito del grupo y eso le hacía sentirse tranquila. Por mucho que la tecnología estaba presente en la vida de todos, no todo el mundo era capaz de tratar con los dispositivos electrónicos de esa forma ni disponer de los conocimientos que el joven exhibía.

- Con una sonrisa tranquilizadora, se acerca al chico y le da una palmada en la espalda. - Tienes 10 minutos para elegir nombre, te lo has ganado. Comunícamelo durante el camino. No quiero que vayas sin nombre por ahí. Ahora eres de los nuestros, bueno mientras no llegues al 50. - terminó bromeando con algo que podía pasarles realmente. Una situación que de darse no sería ni mucho menos para tomarse a risa. Pero todos vivían momentos muy tensos y uno debía reírse hasta de lo peor si no quería volverse loco.

- Cuando estéis todos listos, nos marchamos.

El entrenamiento iba a ser intenso y duro. Tenían que hacer de ellos verdaderos agentes Z-Corp y pese a que tenían mucho potencial, seguían siendo diamantes en bruto.

Busco un reloj de esos en mi equipo, lo miro atentamente, donde tiene esto las agujas? Miro a lady Violet y después al resto del grupo, ¿de verdad que a nadie le importa que este trasto te esté pinchando continuamente?. No sé si no me va a importar, no me gustan las agujas. Vuelvo a tirarme al catre, escucho divertida la conversación que tienen con el nuevo. parece que el activímetro funciona, lo escucho sonar, por lo que nos ha dicho el nuevo sé que tengo un aviso, sonrío, esto parece divertido así que tomo mi tableta para ver de que se trata. Empieza el entrenamiento.-- Que bien! clases , pensaba que me había librado de eso.-- Me ahorro el protestar, sé que no me va a servir de nada. Por lo que había visto en las películas de un entrenamiento militar esto es lo último que esperaba. Me levanto para salir del barracón resignada a empezar con las clases.

-Hay un mapa!!- digo con la tableta en la mano.

El chico demostró un enorme conocimiento técnico, con solo un simple vistazo al aparato. También tenía un gran sentido del humor, algo que siempre se agradecía mientras no fuera propenso a las bromas pesadas. Eran un grupo bastante curioso, pero veía muchísimo potencial en él, solo tenían que afinar su trabajo en equipo y sobrevivir. Pan comido.

-Purple también es interesante- siguió la broma de Ryan levantándose de su litera, ya listo para comenzar. Tenía que acostumbrar su mente a llamarles por el nombre clave, pues podría equivocarse fácilmente durante una misión.

Salió del barracón con el rostro serio, algo bastante raro en él, pero que evidenciaba el compromiso que sentía para esa causa. No hacia eso para matar “zetas” o sentirse un héroe, todo ese esfuerzo era para salvar vidas y quizás saber que les paso a sus familiares.

-Te entiendo, nunca me gustaron las clases- le comentó a Grey de pasada, relajando el rostro. Era cierto que tenerlo quieto durante mucho tiempo en una habitación cerrada siempre fue una tarea titánica, sobre todo siendo muy joven… Ahora tenía mucha más disciplina y un propósito.

Frunciendo el ceño y abriendo los ojos, el muchacho deja claro que la sugerencia de Blue no es precisamente algo que le agrade demasiado. Seguramente no tardarían en usar diminutivos que harían peor aún el uso de aquel nombre. Por suerte la jefa le deja elegir el nombre que quiera, por lo que tras pensarlo unos instantes se decide finalmente.

-Bueno, pues entonces aquí está Silver. Si aquí las cosas son como en mi antiguo trabajo, siempre estaréis haciéndome trabajar bajo presión, por lo que así podréis soltar algo como...¡Arre Silver!

No tienen mucho más tiempo para hacer bromas, pues es hora de iniciar el entrenamiento. La primera y única clase teórica les aguarda. Es hora de conocer al enemigo y saber a qué se enfrentan. Así que Silver se cambia a toda velocidad y sale junto a su equipo hasta el aula de instrucción.

El aula al que acuden resulta ser un lugar limpio y recogido. Los pupitres están colocados en perfecto orden, orientados hacia la pantalla que los instructores utilizan en ocasiones para impartir clases. En un lateral de la sala, tal y como debe ser, se encuentra la bandera de los EEUU.

Hay al menos tres equipos más de Z-corps allí reunidos que al igual que los Gorgonitas, comienzan su adiestramiento aquel mismo día. El aspecto de todos ellos resulta bastante imponente, gracias en gran parte, al equipamiento. Sin él, seguramente verían a una camarera que tras perderlo todo, ha decidido aceptar aquella oportunidad para ganar algo de dinero y así mantener a su hijo pequeño. También podrían ver al vendedor de perritos calientes que cada fin de semana, colocaba su carrito frente al estadio de Topeka. Rostros comunes, rostros de hombres y mujeres que jamás imaginaron que podrían acabar convertidos en Z-corps pero que al igual que los gorgonitas, han dejado atrás su anterior vida.

El instructor es un hombre enjuto y de ojos rasgados que habla perfectamente inglés. Lleva el uniforme de los Z-corps, aunque las mangas están remangadas. Se encuentra con los brazos cruzados aguardando a que todos lleguen y tomen asiento. En el momento que por fin están todos, comienza a hablar.

-Soy Cuchillo, mi labor aquí es adiestraros en el uso de armas blancas y daros una pequeña charla sobre los hostiles. La prensa ha estado usando el término muertos vivientes, eso es una completa estupidez. Son más bien seres vivos muertos. El virus no afecta a los muertos, así que por el momento podéis estar tranquilos, nadie va a levantarse de sus tumbas.

No es un chiste, nadie tiene el humor necesario para algo así. Simplemente es una aclaración y una forma de resolver dudas. Cuanto más sepan de los hostiles, más posibilidades tendrán de sobrevivir.

-Una vez alguien es expuesto al virus, puede tardar entre unos pocos segundos a varios días en transformarse. Por suerte para vosotros, habéis demostrado poseer cierta resistencia al virus. Eso os convierte en nuestra mejor baza para acabar con esta infección.

Tomando su OWpad, envía al resto de los presentes un dossier clasificado con toda la información técnica que se ha descubierto sobre los hostiles. Aunque como One World sabe que la gran mayoría omitirá la lectura, prefieren explicar lo más básico.

-Cuando un infectado muere, el virus permanece en su glándula pituitaria y reactiva su cerebro a lo que se ha denominado como frecuencia muerta. Se trata de un impulso eléctrico que permite al cadáver revivir. Nada queda de la persona que fue en vida, ahora es tan solo un ser con una única obsesión...    -sus pequeños pero fríos ojos rasgados recorren el aula estudiando a los presentes.    -devorar carne humana.

Con los brazos cruzados de nuevo, se pasea entre los pupitres estudiando las reacciones de los nuevos Z-corps. Se pregunta cuantos de ellos seguirán con vida cuando acabe la semana. Tan solo disponen de 72 horas para enseñarles algo que lleva años dominar, no es justo, pero la vida rara vez lo es.

-La sangre y la saliva de los hostiles es tremendamente contagiosa, así que evitar por todos los medios exponeros a ello. La mejor forma de acabar con ellos es destruyendo su glándula pituitaria, lo cual significa que tenéis que meterles una bala en la cabeza o cortársela. Reducirla a pulpa también es bastante eficiente. Así que no perdáis el tiempo con heridas superficiales. No sienten dolor ni miedo, tampoco es que sean precisamente inteligentes. Se lanzarán contra vosotros sin importarles una mierda lo que se interponga en su camino. Podéis usar eso a vuestro favor, pero tened cuidado, esos cabrones tienen la mala costumbre de aparecer donde menos te los esperas.

Tomando un pequeño mando, acciona un botón para disminuir la intensidad de las luces del aula y activar la pantalla. En ella pueden ver un vídeo de un hostil avanzando contra una barricada y a un soldado abriendo fuego contra él. El primer disparo le impacta en el brazo y aunque queda bastante malherido, eso no evita que siga avanzando. Después recibe dos disparos más en el pecho y aunque cae al suelo, no tarda en reincorporarse y ponerse de nuevo marcha. Llegados a ese punto, un soldado salta de la barricada y abre fuego con una escopeta. El hostil cae al suelo partido a la mitad y salvo por las nuevas dificultades que ahora posee para moverse, continúa avanzado dejando a su paso un rastro de sangre y vísceras. Finalmente y desenfundado una pistola, le dispara a la cabeza provocando por fin la muerte del hostil.

-Apuntad siempre a la cabeza, es la mejor forma de ahorrar munición y de acabar con ellos. Continuad atentos a la pantalla...

El rostro de un infectado, cubierto de sangre reseca aparece en la pantalla. Su cabello agitado, sus dientes rotos y sucios les llama la atención, pero lo que sin lugar a dudas más les incomoda son los ojos del hostil. Sus pupilas están tan dilatadas, que casi parecen dos pozos abismales.

-El virus provoca que sus pupilas se dilaten, por lo que su capacidad perceptiva se ve reducida. El resto de sus sentidos se mantienen en perfecto estado, hay quienes  aseguran que sus oídos incluso se ven potenciados. Procurad no hacer ruido y no se os echarán encima, aprovechar también su falta de visibilidad para obtener ventaja.

La siguiente imagen provoca que se alcen varios murmullos entre los presentes. Se trata de una forma humanoide de más de dos metros de altura con el cuerpo hiperdesarrollado, pero a su vez, cubierto de lo que parecen ser tumores. Es una masa tan deforme como grotesca que se abre paso entre las filas de los soldados sin inmutarse por la balas que le impactan. Haciendo gala de una fuerza sobrehumana, arroja a un soldado más de siete metros de distancia con el golpe de una de sus manos.

-Esto es un hostil fase dos, apodados como Blob. No nos hemos encontrado con muchos de estos. Pero en ocasiones el virus transforma al hostil en algo diferente. Potencia su fuerza y resistencia hasta límites inhumanos. Derribar uno no resulta sencillo, sus huesos se vuelven tremendamente resistentes y la gruesa capa de carne, tumores, grasa o como queráis llamarlo, hace que sea difícil alcanzarlo en la pituitaria. Si veis uno de estos, más os vale correr o preparaos para la lucha de vuestras vidas. A su vez, esta encantadora criatura parece atraer a los hostiles de fase uno. Así que rara vez lo veréis solo, siempre habrá otros cerca de él.

La siguiente imagen han sido recogidas de las grabaciones de seguridad de los laboratorios donde el equipo gorgonita se encontraba antes de llegar aquí. En ella se puede ver cómo el agente gris cae sobre los infectados volviéndolos lentos y torpes.

-Los hostiles no sienten cansancio, por lo que si te ven, correrán hasta el fin del mundo con tal de atraparte. One World ha desarrollado un gas al que denomina, agente gris. Sus efectos son temporales, pero provoca que los hostiles se vuelvan lentos y torpes. One World bombardeará la zonas en las que seréis desplegados con Agente Gris, de esa forma tendréis mayores facilidades de sobrevivir. Se denomina al gas de esa forma, por los efectos que produce en los hostiles. Torna su piel de un tono grisáceo y sus venas se vuelven mucho más oscuras.

La pantalla se apaga y la intensidad de las luces vuelve aumentar. Cuchillo por su parte, regresa a la cabeza de la clase para dar paso a la ronda de preguntas, aunque no sin antes añadir un último comentario.

-Es probable que ahí fuera puedan existir otro tipo de hostiles, así que tened los ojos bien abiertos. La fase dos es monstruosa, pero puede que el virus evolucione a algo peor. ¿Alguna pregunta?

Mi mente científica busca entre los datos, a medida que explica, para tratar de comprender a un nivel médico los descubrimientos de Oneworld.

Han descubierto muchas cosas en poco tiempo, y eso en si mismo es una gran incoherencia. Salvo que posean a los más ilustrados del mundo, sospecho que llevan estudiando el caso desde bastante antes... antes de que saliera en la prensa. Me pregunto si el gobierno tapó algo de ésto, o realmente estos avances tan repentinos han sido fruto de un golpe de suerte o desesperación en una crisis global.

En cualquier caso, tomo nota sobre las observaciones de Cuchillo, así como las mías propias. Cuando veo al "Blob" o fase 2, dejo de tomar notas, hipnotizado por lo grotesco del ser. Mis labios dibujan una mueca cuando dice que el virus "evoluciona" No sabría decir, si eso es evolucionar o involucionar... salvo que el fin propio del virus, no sea la metavida sino el desarrollo del inviduo como un arma letal. ¿Quizás un virus artificial?

Cuando llega el turno de las preguntas, detengo el impulso de alzar la mano, recordando al reclutador que se rió de uno de los novatos. En vez de eso, pregunto directamente, aquello que lleva rato preocupándome desde que vi el Blob.

-Soy Blue, de los Gorgonitas, ¿Cuanto tiempo transcurrió desde el avistamiento del primer infectado, hasta el avistamento del de fase 2? -estoy tratando de eculubrar la velocidad evolutiva del virus, ya que una necesidad de adaptación constante para combatirlo podría derrotarnos al llegar al límite de la capacidad humana- ¿y de momento, cuantos han avistado? ¿hablamos de uno? ¿Decenas? ¿Cientos?

Red se sentó luego de saludar con la cabeza a todos los otros reclutas, casi había olvidado que se suponía no debía “fraternizar” demasiado con los otros, pero era algo que pensaba pasar por alto varias veces. No era su naturaleza ser así, aunque no sería tan expresivo como cuando estaba en el cuerpo.

La explicación de Cuchillo fue rápida y al grano, mostrándoles cosas que ya conocían y otras que fueron una desagradable sorpresa. Esa enorme cosa, abriéndose paso entre los soldados como su fuera un escollo en medio del mar. Inamovible. ¿Cuántos ciudadanos inocentes se habrían encontrado con seres como ese? Ya bastante difícil era lidiar con los zetas comunes, ver acercarse algo como eso derrumbaría cualquier esperanza de sobrevivir. Eso le recordó algo, sobre todo cuando Blue lanzó su pregunta.

-Vimos algo raro durante ese ataque- señalando la pantalla donde segundo antes se mostraba al Agente Gris en acción-. Un Zeta, nos vio y toda la horda pareció girarse en cuanto lo hizo, como si nos hubiera localizado y dado nuestra ubicación, pero sin decir nada o hacer el menor ruido… ¿Vieron algo como eso antes?- se girò hacia los Gorgonitas-. ¿Lo recuerdan? El rubio que le faltaba la mitad del rostro.