Partida Rol por web

El lamento de los muertos

Caminos

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20/07/2018, 23:50
Violeta

Por fin llegamos a nuestro destino. Un camión. El camión del padre de Zack. Que cosas tiene el destino.
Con todo el grupo apiñado veo a Sophie llegar con Zack. ¡Sí, ésta es mi chica! Los soldados siguen disparando sus armas y parece que ahora que ha llegado el niño, la tensión entre el padre de Zack y el sargento tiene que disiparse. Uno es un profesional con una misión clara. Y ha sacrificado mucho para conseguirla. El otro ya tiene a su hijo. Me preparo para subir al camión pero el acoso de los infectados no disminuye.
Tengo tiempo de un último disparo. Voy armada, no me mataré con los demás para subir al camión. Sí, tengo miedo y quiero salir cuanto antes de aquí, pero me veo en la obligación de intentar ayudar los soldados a contener la amenaza que se cierne ante nosotros.
Apoyo bien el fusil en mi hombro y disparo a uno de los infectados que está ya muy cerca de nosotras. Un soldado corpulento con sangre pegajosa en su cuello al que se le han comido parte de la cara.
- ¡Vamos, vamos! - no puedo evitar decir. Como si alguien tuviera que hacerme caso a mi. Pero debemos espavilar si no queremos contar con más víctimas que lamentar.
Apunto mi fusil hacia una chica. Médico, por su atuendo, y voy reculando para subir cuanto antes al camión a medida que vayan subiendo los demás civiles del grupo.

- Tiradas (1)
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21/07/2018, 02:07
Sargento Wright

La aparición de Sophie con Zach, hace que Jarod entre las llaves a la sargento Rodriguez y corre a abrazar a su hijo. Con los ojos llenos de lágrimas, le pregunta una y otra vez si está bien, para después, darles las gracias a su rescatadora. El hombre estaba al borde del abismo al pensar que acababa de perder a su hijo, por lo que Sophie acaba de convertirse en su heroína.

El sargento, alguien cuya mera presencia deja bien claro que es un depredador nato, fulmina con la mirada a Sophie, mientras mantiene a los enemigos a raya con ráfagas cortas.

-He perdido dos hermanos de armas, uno por culpa de un civil gilipollas que fue por libre. Aquí tenéis dos opciones, obedecer y callar la boca o largaros por vuestra cuenta. Si alguien te dijo que esto era una democracia, se descojonó en tu cara. Así que ya sabes, guapa, aquí todos obedecéis u os largáis a tomar por culo. Pero no pienso perder a ningún hermano más por culpa de un civil soplagaitas.

La presión a la que los soldados están sometidos es tremenda. Pudiendo abandonar el lugar y permanecer a salvo, han decidido quedarse atrás para evacuar a cuantos civiles puedan. Pero tras perder a varios compañeros, el sargento Wright no va a tolerar que ningún civil ponga más vidas en juego.

El cordón defensivo que establecen se mantiene firme contra los muertos, en parte debido a que la gran mole gigantesca se ha detenido para devorar a uno de los civiles que presa del pánico, ha corrido directamente a los brazos de la muerte.

-¡Mierda! ¡A cubierto!

El sonido de helicópteros acercándose indica que su tiempo se agota. Dos blackhawk son divisados en el horizonte y tras alcanzar la distancia apropiada, disparan varios misiles contra el vejo instituto que durante un breve periodo de tiempo, ha servido como refugio a los civiles.

Las explosiones provocan que la estructura se colapse y se derrumbe, alzando una gruesa nube de polvo y una lluvia de escombros. Si tan solo se hubiesen demorado un par de minutos en salir del edificio, tanto los soldados como civiles ahora estarían muertos.

Ensordecidos y con la boca llena de polvo, los supervivientes no tiene que lamentar baja alguna. Pero su suerte  parece estar aún en manos de un destino cruel. Uno de los helicópteros abre fuego con una de sus ametralladoras, escupiendo una infernal lluvia de proyectiles por todo el parking.

Todo parece perdido, los proyectiles, los cuales pulverizan literalmente a los muertos, se acercan más y más hacia el camión. Pero instantes antes de que los disparos caigan sobre los supervivientes, el segundo helicóptero realiza una maniobra de lo más arriesgada realizando un amago de embestida contra el otro blackhawk, obligando al piloto a apartarse y por tanto, a desviar los disparos.

Tras unos breves segundos, ambos pájaros comienzan a descender y abren fuego contra los muertos que aún permanecen en pie. Incluso despedazan por completo a la terrible abominación.

-Hijo de puta...el general dejó órdenes de aniquilar todo este punto, informó de que no había civiles aquí. Hemos tenido suerte, uno de los pilotos ha visto los destellos de las armas y van a bajar a recogernos para sacarnos de aquí.

 

 

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21/07/2018, 02:46
One World

Levantando una gran corriente de aire, uno de los helicópteros desciende sobre el parking. De su interior, salta un hombre ataviado con un traje de vuelo, un casco y gafas de sol, que les indica con la mano que se den prisa en subir. Los helicópteros disponen de suficiente espacio para evacuar a todo el grupo, aunque deberán de dividirse entre ambos vehículos.

Para mayor seguridad de todos, mientras uno recoge a los supervivientes, el otro blackhawk permanece en el aire atento ante cualquier posible enemigo que aún quede en pie.

-¿Hay sitio para dos más?

Cubiertos de polvo y suciedad, pero en apariencia, enteros, el capitán Wright y Larry se acercan atravesando lo que queda del parking. El lugar, completamente arrasado, está cubierto de cuerpos despedazados, sangre, escombros y trozos de metal que en otro tiempo, debieron de pertenecer a varios vehículos pero que ahora han quedado completamente destrozados y deformados. El cemento del parking se encuentra agujereado y ennegrecido allí donde los disparos de las ametralladoras de los blackhawk lo han alcanzado.

El sargento Wright, el hombre con quién Larry tuvo su pequeño encontronazo, aferra el antebrazo del capitán, su hermano, a modo de saludo.

Jarod también se encuentra allí, abrazando a un muchacho que sin duda es su hijo. Un poco más allá se encuentran también Sophie, Rob y Violeta, quién de los tres, es la única que sostiene un arma entre sus manos. Más concretamente, un fusil de combate.

Una vez todos suben a bordo, los helicópteros se elevan en el aire y sobrevuelan la ciudad hacia un destino incierto.

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23/07/2018, 10:47
#Larry Miller
Sólo para el director

No hay ningún momento de descanso, logro abrir la cerradura, y el capitán se detiene un momento para felicitarme y examinar mi estado. Es un buen hombre, no cómo el otro cretino. Me sorprende que estén juntos.

Voy a replicarle, pero mi boca se detiene a medio vocalizar, cuando se oyen los disparos en el frente del edificio.

-¿Escuchas eso? Son disparos, es el sonido de las armas automáticas de los helicópteros. No me jodas...

-N... esper...

Mierda, ha arrancado a correr. Creo que le matarán... debería buscar algún vehículo para escapar... pero cuando me doy cuenta mis pasos van tras el suicida. Creo que yo también soy un suicida. No puedo dejarle atrás, gracias a él sigo vivo, y aunque le he devuelto el favor con la cerradura, me siento como si no fuera suficiente. Malditos sentimientos...

Por fortuna para cuando llegamos, los sonidos de disparos han acabado y hay un helicoptero, y el sargento. Intercambio con él una mirada de desprecio sin ocultar, sin fijarme en la mirada que me devuelve, subo al vehículo.

Me alegra ver a tanta gente viva, más de la que creí posible tras el bombardeo. Aunque el sargento no entra en mis cálculos de alegría. Cree que su superioridad física le da carta blanca para actuar así, pero se acabó, si alguna vez tengo la oportunidad, se la voy a devolver y veremos si sobrevive. Mi inteligencia es superior a su brutalidad.

Me doy cuenta de que lo considero un enemigo, alguien a quién barrer de la faz de la Tierra. Ese sentimiento me asusta, nunca he sido un asesino, y me pregunto si es el shock y se me pasará, o si algo dentro de mi está cambiando junto a la humanidad que me rodea, asolada por la crisis sanitaria.

El helicoptero se eleva, y me rodeo de un silencio sepulcral, mientras trato sin darme cuenta de psicoanalizarme.

Siento miedo, de muchas cosas, pero sobretodo, de mí mismo.