Partida Rol por web

Luego de sufrir con cada paso, con cada puerta, interruptor y bolsa de cadáveres, lograron al fin llegar a su objetivo. Los cadáveres no eran algo que Red no conociera, aunque le afectaban de forma diferente. El olor era nauseabundo y se colaba por sus fosas nasales, siendo especialmente molesto por traerle viejos y dolorosos recuerdos. Por suerte logró mantenerse estable, cargando luego el cadáver para llevarlo hasta donde estaban los demás.

-Espero que con esto logren avanzar en las investigaciones- lamentaba el mal estado del cuerpo, pero ya debían haber asumido que estaría así incluso antes de enviarles a esa misión.

También habían recuperado su equipo, aunque era preocupante el que no estuvieran las granadas. Eve podría hacer verdaderos desastres con ellas y solo tenía como limite su perversa imaginación. Dejó el cadáver algo apartado, para luego verificar su equipo, esperando no encontrar ninguna sorpresa como la de esa pistola trucada que encontraron con Blue. Todo estaba en orden, así que se equipó sintiéndose otra vez completo.

Unos momentos después, ya tenían una nueva misión, la cual era rescatar a alguien, algo que agradaba más a Red. Se había enlistado para eso, para salvar vidas y evitar que la infección se siga propagando. Por eso, cuando Silver comentó como alguien ofrecía dinero por el cuerpo, en la cara de Red se apreciaba un profundo malestar.

-Estamos aquí para evitar que esto continúe, no me importa si nos dan un millón de dólares. No pienso entregarles el cuerpo- él pensaba que One World intentaba encontrar una cura, una solucuon. Assi que costaría hacerle cmabiar de opinión, a menos que viera por sus propios ojos que algo no marchaba bien.

La escritura, los dibujos en las paredes... Gracias al equipo recuperado, registro esas imágenes para analizarlas con calma una vez terminada la misión.

Ver hasta que punto la psique humana podía distorsionarse a causa de la terrible hecatombe, de ver a los muertos comiéndose como los vivos. Eso tendría una repercusión a largo plazo, dejando una marca indeleble en una generación entera.

A demás, la posibilidad de que alguna gente estuviese creyendo que todo este caos y muerte se debiese a una especie de "purga" venida de un ser superior. La sola idea me hace estremecer...

Los chicos regresan para sacarme de mi ensimismamiento. Traen el cuerpo del paciente cero. Eso es todo lo que quería oír para marchar lo más pronto posible, cuando de pronto Silver nos cuenta las novedades.

- Joder, ni un respiro...- protesto por lo vajo al oír que tenemos una nueva misión y todavía no hemos terminado con la actual. - No acepté unirme a los Z-Corps por el dinero. Vinimos a por lo que se supone que es el paciente cero o al menos uno de los primeros infectados. Estoy con Red. Prefiero confiar el cuerpo a nuestros superiores. A demás, si nos ofrecen dinero no es tanto por el valor científico, que no dudo que lo tenga, sino sobretodo por comprar nuestro silencio. Y yo no vine aquí a eso...

Dicho esto, me termino de ajustar el equipo, algo más ligero por la perdida de las granadas y me pongo en marcha al punto de extracción.

- Por cierto Lian. Si quieres cargarte a Eve, conecta una de las cargas oculta en el generador. Se llevará una buena sorpresa la próxima vez que venga a "encender la luz". - sugiero con una media sonrisa, mientras encabezo la marcha de regreso al exterior.

Al entrar en la sala de los archivos, la tenue iluminación que producía una tablet le llamo la atención. No podía ser. Gray se acercó a la mesa. Era su tableta y probablemente habían estado utilizándola. Miró a su alrededor, no estaba segura si alguien se había percatado de que la tableta estaba encendida. No podía saber si habían conseguido sacar alguna información de ella. La puso en standby y lo dejó pasar, ya habría tiempo para que le llamaran la atención por su poca profesionalidad.-- mierda de vieja!--

Estuvo durante unos minutos absorta mirando las pintadas de las pareces, sus padres alucinarían con esto y probablemente el autor de esos dibujo estaría en el punto de mira del exorcista de la iglesia a la que pertenecían. Esperaba que todo eso fueran solo elucubraciones de unos locos. Vista la situación en la que se encontraban en estos momentos, cualquier cosa podía suceder.

Todo estos pensamiento pasaron a un segundo plano al escuchar las palabras de Silver: rescate...morgue... dinero...Se estaba `poniendo interesante para Gray todo este asunto. Miró a Lady Violet y a Silver y expuso una duda que le asaltó en ese momento. – Todo esto me hace pensar una cosa, ¿quien nos puede asegurar que estamos en el bando correcto? Eso del dinero está bien pero ahora por culpa de esa vieja chiflada no me fio de nadie. ¿No se identifican? Es mucho dinero por un cadáver...-

La propuesta del dinero parece muy jugosa, pero Silver parece inclinarse más hacia el lado de sus compañeros. Si están allí es debido a que saben lo que está en juego. Si realmente pueden encontrar una cura o una forma de detener el avance del virus, su sangre, sudor y lágrimas bien merecen el esfuerzo.

-Las coordenadas de recogida nos fueron transferidas cuando la jefa habló con la base por radio. Lo que nos ha llegado ahora es algo diferente y suena no sé...algo raro. ¿Dos cajas fuertes? ¿Una que se abre cuando la otra se cierra? Ni que esto fuese una película de Tom Cruise.

Las manos de Silver se desplazan ágilmente por el teclado de la tablet, haciendo gala de su gran maestría con las máquinas. Tras unos pocos minutos, sonríe satisfecho.

-Si alguien vuelve a conectarse para transmitir un mensaje con ese tipo de cifrado, me llegara una alerta y es probable que pueda localizarlo. No sé quién estará detrás de todo esto, pero tiene acceso a los archivos de los Z-corps y parece que opera por su lado. Sobre la otra misión, he comprobado las órdenes y son ciertas. De hecho es una misión prioritaria y dispondremos de un helicóptero para evacuarnos una vez tengamos al VIP. Se trata de la hija de uno de los pesos pesados de One Wolrd. Una especie de cerebrito que se quedó para estudiar una muestra del virus.

Por el momento Silver no ofrece más información sobre la misión. Una vez se vayan acercando ya les informará de todos los detalles, aunque si prefieren consultar el perfil de la misión o tomarse unos minutos para estudiarlo, no tendrá ningún problema en ello.

-Tengo las claves de acceso para las cajas que los drones van a enviarnos. He enviado a vuestras tablets el listado de equipamiento disponible. Es como escribir la carta a Santa Claus, pero con regalos especiales para reventar Zetas. Nuestro objetivo está en línea recta a casi dos millas de distancia, los drones llegaran más o menos cuando estemos a mitad de camino si salimos en los próximos minutos.

En las pantallas de todos los Z-corps parece la hoja con la petición de equipamiento. Al tratarse de una misión de nuevo, relativamente sencilla, los de arriba creen que no van a necesitar demasiado equipamiento. Pero aún así y quizás para que los Z-corps se sientan más seguros, prefieren otorgarles algo más de munición o lo que crean oportuno.

El sonido del helicóptero se escucha en la lejanía, es la hora de entregar el paquete que tanto esfuerzo y sufrimiento les ha costado conseguir.

Guiados por lo que creen que es lo correcto, la unidad Gorgonita acude al punto de evacuación. Tras establecer un perímetro defensivo, tan solo deben de aguardar unos pocos minutos a que el helicóptero descienda. Tal y como ya sabían, se trata de un vehículo pequeño, para apenas cuatro o cinco personas (contando al piloto) No se trata de un transporte militar, seguramente sea un helicóptero del que se hayan agenciado.

Salvo el piloto y el copiloto, no viaja nadie más en él. El copiloto es el único en descender, se trata de un hombre que rondará los cincuenta años, con el pelo canoso, algo corpulento (Efecto innegable de las pizzas y la cerveza) que viste un uniforme de los Z-corps.

El hombre avanza algo inclinado por las hélices que giran sobre su cabeza. El ruido y el viento que desprenden, hace que sea algo complicado conversar, salvo que se use un tomo muy alto.

-Buenos días, gorgonitas. Os esperábamos ayer...    -El Z-corps solo va armado con una pistola, claro que no espera encontrar muchos enemigos en aquella zona.      -¿Estáis todos bien?    -Las arrugas de sus ojos se acentúan al evaluar a los gorgonitas.  -¡Diablos! ¿Estás bien? He visto dianas en el campo de tiro con mejor aspecto que ese chaleco que llevas.   

El Z-corp se muestra alarmado por el aspecto de Lady Violet. La verdad sea dicha que el chaleco la salvó la vida, pero ahora mismo no presenta un buen aspecto, aunque al menos, sigue siendo más o menos funcional.

-Me llamo Greg, bueno, nombre en clave Taxista. ¿Necesitáis atención médica? No puedo llevaros a todos, pero si tenéis heridos, puedo llevarlos a la base. ¡Vaya! Tenéis un civil con vosotros...   -Indica a ver a Lian.   -Puedo llevarlo también con nosotros, así estará a salvo.

El tiempo es algo más bien escaso para todos ellos, pero eso no impide que Greg se tome unos momentos para comprobar si sus compañeros están bien. Después de todo, puede que él tenga que sobrevolar zonas infestadas de muertos y de peligros, pero aquellos jóvenes valientes, se adentran directamente en la boca del lobo.

-¿Creo que tenéis un paquete para mí, no? ¿Se os ha complicado mucho las cosas por aquí?

El piloto golpea desde el interior de la cabina el cristal la puerta y hace una señal a su compañero para que se de prisa. Aquel no es el único viajen que tienen en el día y cuanto más tiempo pierdan, antes tendrá que repostar y más tiempo perderán.

Lo de la anciana me ha dejado pensativo durante el resto de la jornada, que se llevara las granadas, puede significar que las use si se siente acorralada, o en el caso de que fuera ella y no su marido quien hiciera esas trampas, que nos haya preparado la madre de las trampas, para nuestro disfrute personal.

Por eso, durante todo este tiempo, he estado en silencio, ojo avizor, y eso nos ha ayudado a encontrar al paciente que buscábamos sin sorpresas desagradables. Al verlo, trato de calcular a través de su estado de descomposición el tiempo que lleva clínicamente muerto. Si en verdad fue de los primeros, quizás podamos aventurar una fecha del inicio del contagio, que quizás difiera de la oficial, o la que tratan de vendernos.

Durante las dudas de qué hacer si venderlo o traerlo a los Z-corps...

-¿Habéis pensado que quizás sea Oneworld los que nos hacen la oferta, para comprobar nuestra lealtad en la primera misión?

En el ejercito siempre hemos escuchado rumores sobre la opacidad de Oneworld, y a veces no todos los rumores nacen sin fundamento. Quiero confiar en la causa, pero la vida me ha enseñado a no confiar ciegamente en una etiqueta.

Quizás no sea así, pero dejar una percepción distinta, para que le den vueltas, no puede ser malo.

De todas formas, fuera cierto o no, yo no vendería un paciente que podría ser clave en la cura. Así que cuando finalmente encontramos al equipo, hago mi solicitud de equipamiento, y nos comenta por el cadáver, asiento hacia ellos firmemente:

-Tenemos el paquete. Y sí, se complicaron las cosas, pero perseveraremos.

Trato de transmitir confianza, para que no decaigan los ánimos, la moral elevada es la clave. Dejo los detalles al resto, si es que la jefa quiere extenderse.

La llegada del helicóptero, marcó la decisión que tomó el grupo. Gray se resignó, por unos segundos pensó que había sembrado una pequeña duda sobre la venta del cuerpo al mejor postor. Pero no fue así. Tal vez sea mejor de esta forma... No muerdas la mano que te da de comer, habría dicho alguien muy cercano a la muchacha. – Cierto-- dijo en voz alta contestando a sus propios pensamientos.

Su mirada paso por cada uno de sus compañeros, hasta llegar al gordinflón que bajó del aparato. Ocupaba una posición algo retrasada por lo que el sonido de las aspas del helicóptero le impedía oír con claridad la conversación. Esto hizo que sus pensamientos volaran de nuevo-- si... daría esos diez mil por llevar un paquete de chicles en alguno de los bolsillos de mi uniforme, mmm un Big Red--

Todo el grupo, sin excepción, trata de no dar demasiadas vueltas a los que acaba de suceder, pero es inevitable y eso hace que durante un buen rato no se oiga apenas ninguna conversación.

No todos los días, un sujeto anónimo te ofrecían la posibilidad de traicionar a los tuyos a cambio de un maletín lleno de billetes. Y no es que eso me preocupara. Todos habían dejado clara su postura de ignorar el ofrecimiento. El problema era saber quién nos había ofrecido tal oferta. ¿Alguien de dentro de OneWorld actuando en contra de los suyos? ¿Como era eso posible? No sabía como ni porque, pero seguro que tarde o temprano averiguariamos más sobre ese individuo y sus intenciones...

- ¡Aquí viene! - grito mientras me aparto el cabello de la cara, agitado fuertemente por el viento.

Hago una señal con los brazos abiertos. Nos han visto y se disponen ha aterrizar en el punto acordado. Por suerte esta vez todo parece haber salido bien.

Cuando ese hombre me pregunta por el estado de mi chaleco tengo que entornar los ojos y gesticular en un intento de entender sus palabras. Finalmente, por el contexto entiendo el significado.

- ¡Sí, esto me ha salvado la vida! - exclamo con la mano en el pecho, sintiendo como las manos recorren cada impacto detenido. - ¡Estamos bien! !No hay nadie herido!. - digo para luego mirar a Blue y que él confirmé asintiendo.

- ¡Vamos, cargad el cuerpo! - ordeno a los chicos fuertes, mientras le voy pasando las cajas con suministros y munición a Gray y Silver.

- Nos encantaría volver a casa y descansar, pero tenemos tarea pendiente todavía en la zona. - le explico rechazando su ofrecimiento. - Él también se queda, nos ha estado echando una mano. - termino hablando de Lian.

Una vez el intercambio tiene lugar, me despido de Greg.

Silver había realizado su magia para que tuvieran cierta ventaja sobre el que estaba detrás de ese raro pedido, así que podrían saber de dónde venía la señal… O eso había entendido. Que el chico a veces hablaba como si todos allí supieran hackear computadoras. Pero Blue les dio una nueva posibilidad, que todo aquello fuera una simple trampa para ver qué tan leales eran. Pues eso tenía bastante sentido si lo pensaba, pues no cualquiera se metería en la señal de los Z-Corps así como así.

Una vez en la zona de extracción, con la llegada del helicóptero y el intercambio de palabras a los gritos, el bombero colocó el cuerpo del infectado en donde le indicaban, finalizando así la extenuante misión. No acotó nada, pero saludó a los del helicóptero con una sonrisa, práctica que seguía realizando aunque nadie pudiera verla por su máscara. Lian no se marcharía en el helicóptero, no con su hija aquí, así que ni siquiera trató de convencerle. También podían estar seguros que la mordida que se había llevado Blue no era infecciosa o la infección en si no le afectó, pasaron muchas horas desde ella y el contador seguía estando en cero.

Se giró hacia Gray, alzando el mentón en muda pregunta, pues creyó haber oído su nombre, pero el motor del helicóptero era atronador.

-¡Debemos continuar! ¡El ruido atraerá a algunos zetas!- la gracia de las estaciones es que debían hacerse con suma rapidez, sobre todo en “territorio enemigo”.

Para Greg es un verdadero alivio saber que todos los Z-corps están bien. Muchos otros equipos no han tenido tanta suerte y las primeras bajas empiezan a contarse. Puede que no conozca a las personas allí presentes, pero el mero hecho de salir a arriesgar sus vidas dice mucho de ellos y por tanto, merecen todo su respeto.

-De acuerdo, suerte en vuestra siguiente misión.

La idea de transportar un cuerpo no le apasiona mucho, no importa que realmente esté muerto pues la paranoia de que va a levantarse en cualquier instante va hacer que el vuelo sea de lo más inquietante. Quizás en parte por eso, se encarga de atar bien el cuerpo.

Greg está a punto de retirarse cuando Silver le pide que espere y acto seguido, se le pide a Blue que entregue las muestras recogidas de los perros. Cuanto antes comiencen a investigar los efectos del virus en los animales, antes sabrán hasta donde puede llegar la epidemia.

Si Blue está de acuerdo, Greg tomará también las muestras y se preparará para marcharse. De un modo u otro, realiza un saludo militar para despedirse de los gorgonitas. Fuertes ráfagas de viento se levantan cuando comienzan a ascender y en poco tiempo, el helicóptero no es más que un pequeño punto en el horizonte.

Consumido por la rabia, Lian siente que la posibilidad de acabar con Eve se le ha esfumado de las manos para siempre. Con gusto la perseguiría por toda la ciudad, pero sus compañeros y su propia hija abandonarán la ciudad en pocos minutos. No puede permitir que el deseo de venganza consuma su alma y pierda así, al resto de sus seres queridos.

-Tuvimos un mal comienzo, pero diría que no nos ha ido tan mal. Tan solo lamento no ver los sesos de esa hija de puta esparcidos por el suelo. Debo regresar con los míos, aunque nos llevaremos parte del armamento que visteis, no podremos con todo. Así que si las cosas se tuercen, podréis ir allí y reabasteceros.

Lian ofrece la mano a los presentes, para dar a cada uno un apretón fuerte y enérgico a modo de despedida.No les guarda ningún rencor por lo sucedido en la celda, todos eran víctimas de las mentes enfermizas de aquellos dos viejos y todos tenían motivos por los que seguir viviendo.

-Os pediría que vinieseis con nosotros, hay muchas oportunidades para gente con vuestras habilidades. Pero creo que os motivan unos ideales muy fuertes. Así que tan solo puedo desearos buena suerte y que sea la vejez la que acabe con vosotros.

Lian no tiene mucho más que decir, tan solo desea regresar con los suyos pero no sin antes, activar los explosivos para reventar la guarida a la vieja loca. Algo que sin duda hará en cuanto todos se alejen lo suficiente.

Red estrecho con firmeza la mano de Lian, contento de haber logrado conocer a otro sobreviviente a todo ese horror. Sin duda era un hombre duro y un auténtico superviviente, así como un padre preocupado. Era justo lo que le demostraba siempre que su filosofía de que ningún libro se debe juzgar por su tapa era correcta… Aunque ahora tenía que verlo de otra forma, sobre todo luego de conocer a Eve y su esposo.

-Cuida de los tuyos, espero que nuestros caminos se vuelvan a encontrar- le dijo con una sonrisa y con total sinceridad-. Espero que lleguen a salvo a donde pretenden.

El tener un lugar donde aprovisionarse en caso de problemas era una buena ventaja, esperaba que no lo necesitaran y que esta vez la misión ocurriera sin contratiempos. Ahora la vida de alguien dependía de ellos, quizás de muchas personas, no podían cometer errores.