Partida Rol por web

El lamento de los Primeros

Capítulo 1 - El artista

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08/12/2019, 11:33
Narrador

Cuando Tassabra se ponía al mando, todos obedecían, debía ser algo natural para todos. La Cazadora lanzó las instrucciones y los guardias, que ni siquiera estaban bajo sus ordenes directas, pero por rango, ella era la superior, obedecieron sin rechistar. Incluso uno de los capitanes cedió el mando, porque cuando se trataba de magos y enormes pulpos gigantes de color morado que rezumaban pintura, uno prefería que otro llevara las riendas antes que comerse en semejante marrón. Y más cuando un aristócrata podía estar implicado.

Fue el capitán quién acompañó a Tassabra frente a los sirvientes, el grupo de personas se encontraba apretujada en la mesa de la cocina, las mujeres abrazadas las unas a las otras, una muy joven con las manos en la cabeza parecía no tener consuelo, otra lloraba y un joven con librea parecía a punto de desmayarse. Uno no llegaba a mayordomo sin tener la capacidad de permanecer inmutable, el jefe del servicio aunque estaba pálido como un muerto, había recuperado la compostura, y accedió a acompañar a Tassabra para reconocer el cadáver. Lo habían dejado en el mismo salón, con una sábana por encima, entre los gordos cefalópodos. El hombre casi se desmaya en la puerta al ver cómo estaba el que una vez fue un espléndido salón repleto de arte, pero al final se acercó dónde se encontraba la Cazadora. Tuvo que hacer otro esfuerzo sobrehumano para mirar el cadáver, reprimió las arcadas y tras unos largos minutos, reconoció que se trataba de su amo. El fallecido era sin duda alguna Angelo Frescobaldi, o lo que quedaba de él. Sin poder aguantarlo más, regresó al pasillo y vomitó sobre los pies de un guardia.

Por su parte, mientras Ruru buscaba sin demasiado éxito bajo los escombros y los tentáculos de los contructos, como si allí debajo hubiese realmente algo importante además de pintura muy tóxica, Ekarion estudió las emanaciones arcanas presentes en la habitación. Los cefalópodos eran tan brillantes como mirar al sol de forma directa, había restos magicos en cada trazo de sangre, como pintura brillante, hasta que finalmente dio con algo. Se acercó para ver mejor. Se trataba de un cuadro bastante grande en el que había dibujado un barco enorme azotado por una tormenta... o lo que parecía una tormenta, porque una tormenta no rompía los mástiles, ni destrozaba el casco, ni dejaba colgando boca abajo a infelices marineros. La pintura era realmente buena, al menos para Ekarion, que de arte sabía un poco. Los detalles eran tremendamene realistas, podía sentir el azote de la tormenta o lo que fuese que estuviese sacudiendo el barco.

Se escuchó un murmullo en el pasillo de entrada, uno de los guardias llamó la atención de Tassabra y se dirigió a ella para informarle de la presencia de una mujer que, decía, venía a ayudar. Una sacerdotisa, aclaró.

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08/12/2019, 12:03
Tassabra

—No lo sé —admitió, cuando Ruru le preguntó por Martha—, no la he visto. Samuel se la habrá llevado al templo más cercano.

Tassabra hizo de tripas corazón, tratando de no pensar demasiado en el delicado estado de salud de su hija y se hizo cargo de la situación. Eligió al hombre que parecía más entero para la desagradable tarea de identificar el cuerpo. Así que ese amasijo de carne había sido Angelo Frescobaldi. Entonces, ¿quién había traído los pulpos allí? ¿Había sido algún enemigo, que los había teleportado mágicamente a la estancia, o tal vez había sido una creación de Frescobaldi, y había perdido el control sobre ellas? Nada de ello tenía sentido para Tassabra, cuyo conocimiento de lo arcano podría caber en un dedal. Iba a preguntar a Ekarion cuando un soldado anunció la presencia de una sacerdotisa.

—Yo me encargo de la sacerdotisa —le dijo al dragón—, tú... haz lo que tengas que hacer con esto. Trata de averiguar el origen de estas cosas, qué hacen aquí y por qué atacaron.

Asintió el dirección al guardia para que le llevaran a la sacerdotisa. Lo cierto es que la osa de Ruru era la que se había llevado la peor parte del combate y los criados parecían ilesos a parte del entendible ataque de ansiedad. Si no tenía nada más importante que aportar, la llevaría hasta Señor Pinckels para que obrara su magia. 

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08/12/2019, 13:13
Ruru Sauceviejo

Creo que sé de donde han salido esas criaturas... - Dijo entonces el druida. - Puede que me equivoque, pero creo que salieron del cuadro ese... - Señaló al cuadro que mostraba el naufragio.

Miró a Tassabra y a Ekarion antes de que cada uno se marchara a llevar a cabo sus propias pesquisas de investigación y les habló. 

- Estoy en la ciudad por un motivo. - Desveló. - Fui informado de la aparición de una cabaña en el bosque. Una cabaña que no debería estar allí. Su dueño no tenía permiso para edificar en mi bosque. Una vez estuve allí, descubría que aquella cabaña era obra de la magia. La cabaña en si y todo lo que albergaba era mágico. - Hizo una pausa. - Señor Pinckel encontró un extraño ser, un pimpollo. Luego escuchamos voces, se trataba de Samuel. Estaba rodeado por decenas de pimpollos. Le saqué de allí y regresamos a la cabaña. Encontramos una pintura que representaba la zona en la que nos encontrábamos. - Se rascó la cabeza. - No lo puedo asegurar, pero puede que los pimpollos salieran también de aquella pintura. La hemos traído. - Agarró el cuadro del hundimiento. - Debes examinarlo Ekarion. Ésto es mágico y le cuadro del bosque también debe serlo...

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08/12/2019, 15:12
Ekarion

Ekarion gruñó imperceptiblemente ante las interrupciones de sus compañeros. Hizo un esfuerzo para mantener la concentración del conjuro en curso y respondió brevemente - Salieron del cuadro, busquen la firma, estoy leyendo las auras mágicas de todo, no me desconcentren. - dijo antes de buscar el mismo la firma del autor por un momento.

Luego memorizó el patrón mágico del cuadro y lo comparó con el de los dibujos que tenía Alea, quizá el autor fuera el mismo, la técnica definitivamente parecía un perfeccionamiento o refinamiento de los pergaminos. Tenía que preguntarle a samuel de donde los había sacado, y definitivamente debía investigar la pintura de la que hablaba Ruru y esa cabaña... y la Rosa que Frescobaldi le regaló a Alea.

Una vez terminado el análisis en la sala, y si no encontraba nuevos indicios acerca del autor, recorrería la casa en busca de otros focos de magia. Si Frescobaldi estaba muerto realmente la presencia de la cabaña y las pinturas abrían la puerta a una teoría que comenzaba a formarse en su cabeza. - Necesito el diario o las notas de Frescobaldi, si no es el el responsable debe conocerlo. - dijo brevemente mientras seguía la magia hacia donde lo guiara.

Notas de juego

Me tomo la libertad de proyectar posibilidades para los movimientos de Ekarion así la master puede desorientarlo. En cuanto pueda acercarme a la PC edito para que el pedido del diario esté antes de la posibilidad de salir de la sala. En el movil no puedo seleccionar porciones de texto

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09/12/2019, 09:31
Minvant

Tassabra fue a recibir a la sacerdotisa. Estaba en el jardín, a los pies de la escalera de entrada, mirando a Señor Pinckels como si evaluara su estado de salud, pero no le extrañara en absoluto que una osa de aquellas dimensiones estuviese recostada junto a los setos. Vestía una túnica de color marrón claro y una capa sobre los hombros, a la Cazadora le extrañó que no portase ningún símbolo de la Triada, como todos los sacerdotes de la capital.

-Buenos días -saludó la joven antes incluso de que Tassabra abriera la boca. Debía ser una de esas pocas personas en toda la capital inmune a su presencia autoritaria, la sacerdotisa había detectado de inmediato quién mandaba allí y no lo cuestionó ni por un segundo. Le hizo una reverencia inclinando la cabeza-. Soy Minvant, sacerdotisa de Uriel. He pensado que mi presencia podría ser de ayuda, me encontraba en una casa cercana cuando un hombre ha aparecido con una joven en brazos buscando ayuda. Mi compañera la ha llevado a la Torre de la Negación y yo he venido por si requieren de más servicios. Lo que afectaba a esa chica era bastante inusual, estoy familiarizada con heridas arcanas, ¿hay algún herido más? Su veneno parecía bastante tóxico y debe ser tratado de inmediato.

Habló con firmeza y sin vacilar, no como la mitad de la guardia que rondaba por allí, que la miraba esperando órdenes sin saber muy bien qué hacer. 

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09/12/2019, 09:45
Narrador

Ekarion siguió concentrándose hasta que el efecto de su propio conjuro expiró. La impronta mágica del cuadro era poderosa, mucho más que los pergaminos; de memoria no podía analizar si se trataba de la misma persona o si el patrón era el mismo. Se le parecía, sí, pero era completamente diferente. No le quedaba muy claro. El cuadro que Ruru había traído del bosque no estaba allí, seguramente Samuel lo habría dejado en el cuartel de la guardia, o lo llevaba encima, o quién podía saber lo que había hecho con él. Como fuese, no había más magia en el salón que la de aquel cuadro y pequeños objetos, unas velas que se iluminaban mágicamente, el barniz de una pintura destrozada... Cuando demandó buscar el diario del fallecido, uno de los guardias lo miró sin entender, pero fue a investigar por si acaso al resto de la mansión.

El dragón escuchó un grito ahogado, igual que el druida, y cuando ambos se volvieron a mirar, vieron a los guardias retroceder cuando los constructos comenzaron a deshacerse como si hubiesen sido sometidos a mucho calor. Ante sus ojos, sin que pudieran hacer nada, los cefalópodos se convirtieron en enormes charcos de pintura de varios colores, toda la gama de morados existentes, y tuvieron que retroceder para no llenarse las botas de pintura. Pero fue imposible contener el charco, en cuestión de segundos toda la habitación estaba llena de aquel líquido y salieron para evitar la posible toxicidad del líquido. El cuerpo de Frescobaldi permaneció en medio de la habitación, cubierto por una sábana blanca que pronto se manchó de pintura.

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09/12/2019, 10:30
Tassabra

¡Iniciativa, resolución! En el clero, justo en el último sitio en el que esperaría encontrármelas. Como las medias...

—Tassabra Borvaldur, Cazadora Imperial —se presentó la antigua capitana de la guardia—. Esta osa es el único herido que debemos lamentar, todos los demás estamos ilesos. 

Dudó un momento.

—Decís que estáis familiarizada con las heridas arcanas. Me acompañaréis a ver la criatura que los provocó cuando terminéis con la osa, por si podéis arrojar algo de luz sobre el asunto —decidió. No era una sugerencia. Volvió a titubear antes de preguntar:—. ¿Qué tal estaba la joven? ¿Estaba fuera de peligro?

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09/12/2019, 10:41
Ruru Sauceviejo

Aquella extraña pintura mágica se desparramó por toda la estancia y Ruru se apresuró a salir de la vivienda. Sin duda alguna sabían en esos momentos más que antes. Los cuadros eran algo así como pergaminos mágicos que servían para invocar a las criaturas que se encontraban en el interior de los mismos. Sin duda, eso era lo que había sucedido en el bosque. Por desgracia, no tenían pista alguna acerca del autor de dichas obras, aunque si había sido el bueno de Frescobaldi, el problema estaba solucionado.

Ruru se acercó a su osa. Señor Pickels aguardaba en el exterior del inmueble de forma obediente. Abrazó a aquel enorme animal y frotó su mejilla contra su pelaje. La osa hizo lo mismo, frotando su nariz contra la dura cabezota el enano. 

Te pondrás bien, pequeña... - Le dijo. - Ya lo verás...

Ruru se separó de su osa y buscó a la sacerdotisa. Lo cierto era que Señor Pinckels tenía muy mala cara. El veneno de los pulpos seguía haciendo mella en su organismo y necesitaba una cura divina. Por ello se acercó a la sacerdotisa que había acudido al lugar ofreciendo su ayuda.

Mi osa esta enferma. - Le dijo. - Los pulpos le han envenenado y necesita ayuda. - Su rostro se mostraba apenado. - ¿Puedes hacer algo, o tengo que ir al templo?

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09/12/2019, 19:20
Ekarion

Tan pronto como escuchó el grito del guardia y vió lo que sucedía con los restos de los pulpos, Ekarion tomó el cuadro y salió de la habitación por la puerta más cercana. Lo cierto era que el cuadro podría servirle para reconocer el estilo del artista y compararlo con otras obras, quizá hasta impedir un futuro incidente. También podía servir para que otros identificaran al artista, encontrar al autor de los cuadros era esencial si no querían terminar tapados de objetos mágico salidos de pinturas realistas.

Apoyó el cuadro en un lugar seguro y observó como la pintura teñía la sábana que cubría el cuerpo de Frescobaldi. Tenía que obtener una muestra para analizarla, buscó un recipiente adecuado, idealmente un vial de vidrio, pero hasta un florero vacío serviría. Un conjuro de mano de mago se encargaría de que la muestra fuera obtenida sin peligro.

- Tiradas (1)
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10/12/2019, 14:40
Minvant

Minvant observó a la osa con más atención cuando Tassabra comentó que era la única herida de aquel combate. En ese momento, Ruru salió de la casa, se acercó a Señor Pinckels y le dio un abrazo a su compañera, haciéndose arrumacos frente a las dos mujeres, que observaron el intercambio sin decir nada.

-La chica está bien -dijo la sacerdotisa a la Cazadora-. El veneno estaba bajo control, en la Torre lo extraerán y con unos días de descanso, estará del todo repuesta. Aunque permanecerá durante unos días con la conmoción de sus heridas y puede que necesite algo más que sanación física. A veces las personas olvidan esos detalles sin importancia -comentó, muy seria. Se acercó al druida y a su osa-. Por supuesto que puedo ayudar, pero tendrá que visitar la Torre de la Negación, porque puede que todavía queden restos de veneno en su organismo y no queremos eso, ¿verdad?

Como Ruru estaba cerca y la osa parecía bastante fatigada y malherida, la sacerdotisa colocó las manos sobre el pardo pelaje de Señor Pinckels. Ella gruñó y la sacerdotisa retrocedió, porque no era fácil estar cerca de semejante bestia, por muy inofensiva que fuera. Ruru la calmó, era su malestar el que la hacía comportarse así, cuando logró apaciguar a la osa, Minvant musitó unas palabras y lanzó su curación.

-Está fatigada, le vendrá bien descansar -comunicó a Ruru-. ¿Hay alguien más que necesite ayuda? ¿De qué pulpos habla?

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11/12/2019, 11:30
Ruru Sauceviejo

Curioso nombre para una torre. - Dijo Ruru. - No parece un lugar al que uno quisiera de motu proprio. Pero no obstante, si necesita ir allí, iremos. - El druida no se fiaba del todo de aquella gente, no obstante, Señor Pinckels necesitaba de su ayuda. Aunque el mismo podía memorizar un conjuro para lentificar el veneno, prefería que vieran a su osa cuanto antes, por lo que pudiera ser.

Y entonces llegó la pregunta sobre los pulpos. Era cierto que para cualquiera que le escuchara hablar de pulpos en un lugar tan interior, podría tomarle por loco. Por suerte no había sido el único que los había visto. Había muchos testigos humanos entre el servicio del difunto Frescobaldi y estaba Tassabra, la cazadora imperial. A ella si tenían que hacerle caso.

Dos pulpos gigantes y peligrosos. Unos constructos de pintura. - Respondió al fin el enano. - Salieron del cuadro que se llevó Ekarion. Eso creemos al menos. Alguien los conjuró o los creó, todavía no sabemos con que objetivo. Ellos envenenaron a mi osa y a la chiquilla y mataron al dueño de la casa.

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12/12/2019, 10:20
Tassabra

—Ven a ver a las criaturas por ti misma —le dijo a Minvant, tomando rápidamente la decisión de incorporar a Minvant en la investagación—, cualquier ayuda que puedas prestarnos es bienvenida.

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12/12/2019, 10:48
Ruru Sauceviejo

No va a ser posible... - Intervino a tiempo Ruru. - Las criaturas ya no están. Ahora son un charco de pintura de tono violaceo. Se disolvieron al poco de ser destruidas. Pero como digo... - Se rascó la nariz en un tic nervioso. - No estamos locos. Hay muchos testigos.

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13/12/2019, 14:08
Minvant

Regresaron al interior de la mansión junto a la sacerdotisa, que mantuvo la expresión neutral. Estaba claro que no entendía nada, pero se mantuvo callada y ya que Tassabra la había invitado a participar, no iba a decir que no.

-¿Constructos de pintura? -comentó la muchacha, se rascó la cabeza-. No he visto nunca cosa igual. Pero a juzgar por las heridas, puede que las criaturas tuviesen algún veneno en sus tentáculos o en sus ventosas, ya que decís que han sido "pulpos". El toque puede ser tóxico, venenos hay de muchas clases, no he podido ver más, en la Torre os darán más detalles. Extraerán muestras de la joven para vosotros, si lo necesitáis.

Ekarion se encontraba agachado junto a la puerta del salón, recogiendo en un pequeño frasquito un poco de aquella pintura. Tassabra se dio cuenta de que los cefalópodos habían desaparecido y en su lugar, había un charco de pintura por todo el suelo y nadie, ni los guardias, había sacado el cuerpo de Frescobaldi de allí. Continuaba en el mismo lugar en el que había caído, la sabana que lo cubría estaba manchada de pintura.

La sacerdotisa se asomó para mirar, pero allí ya no quedaba nada. Miró a Tassabra y a Ruru, sin entender qué querían que viera. Después miró a Ekarion. Él la miró a ella. La muchacha se lo quedó mirando con bastante más atención de lo que debería. Abrió la boca, frunció el ceño y sacudió la cabeza.

-Disculpa -le dijo al mago, estudiándolo de arriba abajo. Luego sonrió de medio lado-. Me has recordado a alguien. Es extraño encontrar dragones rojos en la capital y más aún, que sean miembros de la Torre. Me alegro por ti. Soy Minvant, sacerdotisa de Uriel, ¿quién eres? 

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13/12/2019, 18:11
Ruru Sauceviejo

- Si, podría sernos de ayuda tener una muestra del veneno... - Dijo Ruru sin estar muy seguro de lo que decía.

Al fin y al cabo, estaba casi seguro que aquel ser había sido convocado desde otro plano, aunque si era un constructo como había aclarado Ekarion, puede que estuviera equivocado y se tratara de un ser creado mágica y enteramente de pintura, por lo que el veneno debería ser también... pintura.

Fuera como fuera Ruru, estaba bastante liado. Todo parecía encajar, cuadros, monstruos de pintura y un artista muerto. Podía ser que simplemente se le hubiera escapado de las manos un experimento mágico a Frescobaldi, pero también podía ser que no. Igual sería interesante hablar con su servicio, preguntarles acerca de la vida de su amo. Eso se dispuso a hacer.

Si me disculpáis, quisiera hablar con los miembros del servicio. - Les dijo a sus compañeros. - Deberíamos empezar a investigar de donde salieron esos pulpos, o más bien, quien los trajo y como, porque al menos para mi es evidente que vienen del cuadro.

Sin más, el enano se marchó en busca de los asustados miembros del servicio. Les habían contado sobre los últimos acontecimientos, pero era hora de indagar más allá.

Notas de juego

¿Están por ahí todavía los miembros del servicio?

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13/12/2019, 23:00
Ekarion

El dragón miró a la pelirroja con la misma atención que ella le dedicaba, claramente la chica creía reconocerlo de algún lado y quizá eso significara que él también podía reconocerla. Cuando se hizo evidente que no era así, y que si se habían cruzado en algún lugar no habían sido presentados, se encogió de hombros y volvió a su tarea. Hizo un tapón improvisado con tela, un trocito de madera, e hilo mientras la joven le hablaba y tapó el frasco.

Nuevamente la joven atrajo su atención ante la mención de uno de los primeros. - Me llamo Ekarion, Minvant, y hasta donde sé hay al menos dos rojos en la ciudad - se paró mientras hablaba y tras asegurarse de que no tenía pintura en las manos se la tendió a modo de saludo - ¿Sacerdotisa de Uriel? - le sonrió - Mi hermana también es sacerdotisa de los antiguos dioses, probablemente os llevaríais bien si lo recordase. - una fugaz nube de tristeza pasó por sus ojos. 

- En fin - dijo señalando el cuadro - en efecto había dos pulpos gigantes, dos constructos de pintura que a todas luces salieron de este cuadro. Los residuos de magia y la ausencia de los atacantes del barco lo hacen evidente. Creo que la pregunta que deberías hacer, Ruru, es quien le regaló el cuadro a Frescobaldi, si es que no lo pintó él mismo. 

Miró entonces al cuerpo y el charco de pintura  y dejó el frasquito junto al cuadro - Los restos se han disuelto hace unos instantes, no sabemos si la pintura es tóxica al contacto o si los pulpos la inyectaron, pero no recomendaría correr el riesgo. - Miró a la cazadora y señaló a Frescobaldi - Tassabra, puedo traer el cuerpo sin mancharme si lo necesitas, pero necesitaré que despejéis un espacio para dejarlo en el suelo por si salpica. Por cierto ¿Sabes algo de Martha y Samuel? 

La sábana había absorbido la pintura y quizá había preservado el cuerpo, pero lo mas probable era que estuviera empapado. Sacó un par de guantes de su morral y se los puso, probablemente tendría que comprar otros pero era preferible eso a envenenarse. Luego sacó una pluma de su bolsa de componentes y miró inquisitivamente a Tass.

Notas de juego

Si Tass confirma que busque el cuerpo lanzo un volar, lo busco, y lo llevo hasta el lugar donde estamos.

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14/12/2019, 09:39
Ruru Sauceviejo

Ruru regresó al interior del comedor con pies de plomo para tratar de no mancharse con aquella extraña pintura. No quería volver a transformarse en ave, pero si era necesario lo haría. Su intención era la de entrevistarse con los miembros del servicio, nadie mejor que ellos conocían al difunto Frescobaldi. Una vez junto a ellos decidió comenzar con el interrogatorio.

Estamos tratando de aclarar lo sucedido. Soy un cazador Imperial, aunque mi aspecto no lo aparente, por lo que ruego total colaboración. - Hizo una breve introducción, que esperaba que fuera suficiente para que aquella gente le tomara en serio. - Lo primero y más importante. Vuestro patrón era astirsta. ¿Pinto él el cuadro del hundimiento o por contra se lo regaló alguien? 

¿A qué...? - Aquel mayordomo con librea miró a sus compañeros del servicio. - ¿A qué cuadro se refiere? El señor tenía muchos...

- Pues a ese en el que sale una embarcación en un mar embravecido y unos pulpos enormes destrozándolo... - Respondió el enano algo fastidiado por tener que dar tantas explicaciones. - ... evidentemente... - Añadió.

¡Oh, ese cuadro! Seguramente habla del nuevo. No lo llegamos a ver, venía envuelto. - Exclamó el mayordomo. - Es un regalo. Lo trajeron está mañana.

- Interesante... - Afirmó el druida. - ¿Saben quién lo trajo?

- No le conozco. No sé su nombre. Era un señor bien vestido. Preguntó por el patrón u entregó el cuadro. Luego se fue. - Respondió. - Dijo que era de parte de un admirador. - Añadió al recordar ese detalle.

Entiendo... - Ruru se rascó la barba. - Frescobaldi era un autor famoso entonces...

- Si, señor, bastante famoso en efecto. - Afirmó el mayordomo. - Es... Era un hombre con dinero, si. Y una academia de pintura y ahora sus alumnos... - Sollozó. - No sé que harán ahora sin él...

- Y a ese tipo... - Carraspeó. - ¿No le habían visto antes?

- No, la verdad es que no... - Afirmó. - Pero no es algo raro, el señor solía recibir regalos muchas veces. Tiene muchos admiradores y amigos.

​​​​- ¿Y no dijo más la persona que dejó el cuadro? - A Ruru le interesaba saber quién era ese tipo y tenía que agotar todas sus bazas.

Nada más señor. - Afirmó rotundamente. - Preguntó por el patrón, dejó el cuadro y luego se marchó como ya le he dicho.

- Bien... - Era evidente que tenía prisa. Ruru sabía que lo sucedido era producto de la magia, así que trató de indagar sobre aquello. - ¿El señor jugueteaba con la... Magia?

- Lo cierto es que sentía curiosidad por lo arcano. ¿Quién no? - Respondió el mayordomo. - Aunque no sé mucho de lo que hacía con ella. Nunca hizo nada mágico en nuestra presencia. No sabría decirle mucho más sobre la tema.

- ¿Sabe si tenía algún lugar donde experimentara con lo arcano? - Preguntó esperanzado 

No... No lo sé, pero si quiere ver si despacho... - Hizo una pausa. - ...le podemos llevar allí. 

- Si... Si porqué no... - Era una buena idea. - Vamos. - Y mientras se dirigían al lugar surgió una nueva pregunta. - Por cierto... ¿Han notado en los últimos tiempos algún tipo de comportamiento extraño en su señor o un cambio en sus hábitos?

El mayordomo se detuvo en seco y miró al resto del servicio. Una mujer se dio media vuelta, otra bajó la mirada. Todos guardaron silencio. Ruru acaba de dar en el clavo.

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15/12/2019, 09:47
Tassabra

—Ya le habéis oído: despejad el suelo para que el mago pueda trabajar —les dijo a los guardias que andaban por allí. Tassabra apretó la mandíbula cuando le preguntó por Martha—. Minvant, aquí presente, me ha dicho que han llevado a Martha a la Torre de la Negación, y que está fuera de peligro. Supongo que Samuel estará con ella.

Esperó a que la sacerdotisa de Uriel expresara su aquiescencia antes de dirigirse a ella.

—Minvant, ¿puedes hablar con los muertos? —le preguntó con escepticismo. Era un hechizo que había visto lanzar antes, y que había resuelto más de un caso por si mismo—. Quizá Frescobaldi tenga algo interesarte que decirnos sobre el cuadro, su misterioso autor y las circunstancias de su muerte.

Tassabra vió que Ruru se dirigía a la servidumbre para interrogarla, de modo que tras escuchar la respuesta del mago y de la sacerdotisa les pidió un momento para acompañar al enano. La antigua capitana de la guardia llegó a mitad del interrogatorio, y se sorprendió de lo bien que lo estaba haciendo el enano. Más que un druida parecía un auténtico agente de la ley haciéndose pasar por un ermitaño greñudo.

—Vuestra discreción sobre los asuntos de vuestro señor es encomiable —intervino Tassabra cuando el silencio recibió la última pregunta del enano—, pero ha muerto una persona y tenemos que encontrar al culpable. Si no hubiéramos llegado a tiempo, vosotros podíais haber sido los siguientes. Hay vidas en peligro.

Martha habría sido la siguiente —pensó con un escalofrío.

—Y podéis estar tranquilos: lo que nos contéis sobre el Señor Frescobaldi no saldrá de aquí. Nadie sabrá que habéis hablado con nosotros.

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15/12/2019, 19:47
Minvant

La sacerdotisa miró alternativamente al dragón y a Tassabra, esperando una pausa entre preguntas para poder hablar. Lo que Ekarion le había dicho pareció interesarle mucho, sin embargo había una investigación por delante.

-Sí, puedo hablar con los fallecidos -comentó, aunque por la rigidez que mostró de repente, algo debió pasarle por la cabeza a la sacerdotisa. Sacudió la cabeza-. Si todavía tiene boca para responder, podría hacerle dos preguntas, pero a veces no es necesario perturbar el descanso de nadie cuando las respuestas pueden ofrecérnolas los vivos.

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15/12/2019, 19:56
Narrador

Mientras Ruru hablaba con los sirvientes, Tassabra lo alcanzó hacia el final del interrogatorio y trató de disuadir a los criados para que hablasen. Al final, fue el mismo mayordomo, el único con voz allí, el que decidió ofrecerle una respuesta, pero demasiado criptica, como suelen ser las respuestas de la servidumbre, poco dispuestas a hablar mal de su patrón. 

-El señor nunca ha tenido comportamientos extraños.

Una de las sirvientas, el ama de llaves, quizá, se enderezó para tomar la palabra y se plantó firme delante de Tassabra. La que mandaba allí era esa mujer, desde luego; a pesar de su palidez, parecía haberse recobrado un poco.

-El señor se dedica al arte, es un renombrado artista, tiene su academia, con sus estudiantes. Y gusta de enseñar y adiestrar nuevos talentos. Esa joven, Martha, es su alumna favorita. La muchacha ha estado en esta casa algunas veces, esta noche ha estado con nosotros. Cuando Geordie ha servido el desayuno esta mañana, han traído ese cuadro y... -se detuvo, no sabía muy bien qué decir-. El señor también es mecenas de artistas locales y ofrece su opinión sobre las obras, es habitual que reciba regalos. Si se refiere a si recibe sobornos o cosas por el estilo, no lo sabemos. Si creemos que experimenta con magia, tampoco lo sabemos. En esta casa hay algunos objetos de ese tipo, pero el señor jamás ha usado magia para pintar.

Uno de los jóvenes sirvientes levantó la mano y el ama de llaves le dio permiso para hablar.

-Una vez le pregunté sobre eso -comentó el chico-. Porque mi hermano estudia en la Torre, ¿sabe? Dijo que usar magia para pintar es de... mediocres.