Partida Rol por web

El Legado Rubí del Ki-Rin

Las montañas nunca se apartan

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18/11/2017, 17:33
Mirumoto Kaori

Se dice que el viento siempre sopla en las tierras del Dragón y, si uno se para a pensarlo, tiene su lógica; siendo de las cumbres más elevadas de Rokugán, el aire no tiene nada que lo lastre y se mueve y baila con libertad. Sin embargo, el viento allí, como casi todo en el Dragón, no siempre tiene sentido para aquellos que no han vivido allí. Vientos helados que corren hacia las montañas, brisas cálidas como de verano en las tierras Grulla que soplan al paso de gente que camina agotada en sus sendas, nubes de lluvia arrastradas hacia valles secos, mientras a apenas unos pasos luce el sol en el cielo...

Ciertamente, nadie que no haya vivido en el lugar sería capaz de comprender tantos extraños fenómenos sin intervención de un sacerdote de enorme poder dedicado a ello. Y, si se comete la osadía de preguntar a alguno de los habitantes locales, lo mejor que se puede esperar es una leve sonrisa y una sola respuesta "¿Qué se puede esperar del clima de unas montañas que cambian bajo nuestros pies?"

Doji Tensai había pasado ya algunos años allí, y aún se veía sorprendido por algunas de aquellas cosas; no tanto como la primera vez que decidió abrir sus sentidos y su corazón a las montañas, pero aún no era ningún ise zumi precisamente. Por ejemplo, jamás habría anticipado lo mucho que añoraría el gélido viento de las mañanas clavándose en sus huesos en el jardín de rocas del Dojo de la Montaña de Hierro, corazón del niten y de la escuela Mirumoto, al despertar para sus katas matutinas en las tierras templadas y llanas de su hogar en tierras Grulla.

Tampoco habría esperado nunca recordar la caricia del aire tan vívidamente en sus meditaciones, al punto de estar dispuesto a jurar que un trozo de las montañas del Dragón le había acompañado a casa.

Pero lo que nunca hubiera podido llegar a imaginar fue la noticia que le llegó con uno de los sirvientes de la casa aquella mañana; nada menos que la visita de la veterana sensei Mirumoto Kaori, venerada maestra de su padre, y de él mismo y su deseo de reunirse con él en privado. Por supuesto, su madre no había tardado en disponer para ellos un pequeño gazebo en una parte tranquila del jardín, incluso antes de que el sirviente hubiera llegado hasta Tensai.

El viento de la montaña venía con ella, o eso pudo pensar Tensai, mientras se encaminaba al lugar, puesto que el aire que se movía por el jardín era mucho más frío que el que había soplado con el amanecer. Y allí, sentada en pose de loto, con los ojos cerrados y la bandeja de refrigerios que Doji Hikari había dispuesto para ellos a su lado sin tocar, la sensei le esperaba. Cuando se acercó más, la mujer abrió los ojos.

- Parpadea una vez, y verás pasar ochenta años. - dijo a modo de saludo, antes de inclinar levemente la cabeza. - Veo un joven distinto frente a mí del que vi partir de las montañas no hace tanto. Si eso es algo bueno o algo malo, está por ver; aunque me alegro de verte, Doji Tensai-san.

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19/11/2017, 15:57
Doji Tensai
Sólo para el director

El joven se acercó con tranquilidad, y se sentó frente a la veterana guerrera adoptando su misma postura. Durante un momento, sintió que el frío viento que los rodeaba lo transportaba al pasado, hasta las duras cumbres que había aprendido a llamar hogar. Una punzada de nostalgia se clavó en su alma, y sonrió ligeramente mientras devolvía el saludo.

-Nos honráis enormemente con vuestra presencia en mi hogar, Mirumoto Kaori-san. –Contestó siguiendo el protocolo, aunque después de echar un rápido vistazo a su alrededor, tomó un tono ligeramente más informal. Al fin y al cabo, un encuentro así no sucedía todos los días. –Yo también me alegro mucho de verte, sensei. Verte aquí es un inesperado regalo. Un fragmento de nuestras montañas camina contigo.

-En cuanto a la duda que has planteado… -Siguió hablando con un tono algo más serio. –El camino siempre queda por delante… pero espero que, si he cambiado, sea para ser más sabio de lo que era. Pero supongo que una visita así no puede deberse tan sólo a la cortesía… ¿Puedo preguntar qué te ha traído hasta aquí?

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22/11/2017, 23:31
Mirumoto Kaori

La bushi inclinó la cabeza ante las palabras de bienvenida de su pupilo, su rostro tan sereno y severo como siempre; a su modo, tan inescrutable como las mismas rocas. Sí hubo un parpadeo cuando dijo "nuestras montañas", si bien saber si era una expresión de sorpresa, agrado o desagrado era imposible; su ánimo se manisfetaba de otras maneras, no por su expresividad.

- El camino discurre en la dirección en la que lo recorramos, independientemente de nuestro deseo. - repuso, sin apartar sus ojos del joven Grulla. - Y cada paso que damos en él, nos aporta conocimiento, no sabiduría. Confío en que sepas encontrar la diferencia, y entonces tendré una respuesta para mi cuestión.

- Cada paso que damos, por otro lado, tiene un propósito, y como has indicado, el mío en muy raras ocasiones se trata de mera cortesía. Traigo dos cosas que quedaron atrás de forma descuidada cuando marchaste; y ambas, a mi juicio, que te podrían ser de utilidad en tu futuro. - movió sus manos a su espalda desde la pose de Loto, y de ahí extrajo un paquete, cuidadosamente envuelto en seda de color verde esmeralda y ribetes de oro, los colores del Dragón. Acto seguido, se lo ofreció.

- El primer objeto se trató de un descuido deliberado por mi parte, pero que me veo obligada a rectificar, Tensai-san. - dijo, en un tono inescrutable. - Perteneció a tu padre, obtenido de una de sus tantas victorias. Ten cuidado con él.

Cuando Tensai lo abriera, fuera allí o en cualquier otro momento, se encontraría un par de hermosos guanteletes de yoroi, de color bronce, pero demasiado ligeros para ser de ese metal y levemente fríos al tacto. Siempre, fríos al tacto.

- El segundo objeto se trata, en realidad, de un mensaje que nunca recibiste. Uno que puede cambiar tu senda aquí y ahora, y ponerte en camino a la verdad, aunque tal vez, no la que quieras.

Con gélida calma, se giró y empezó a servir un poco de té del refrigerio en uno de los cuencos a su alcance. - El primero no tenías opción; el segundo, en cambio, es tu decisión recibirlo, o hacer que lo lleve conmigo.

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24/11/2017, 09:24
Doji Tensai
Sólo para el director

El joven atendió a las palabras de su maestra en mitad de un solemne silencio. Como siempre, Kaori apenas le imponía restricciones, sino que se limitaba a abrirle los caminos para que fuera él mismo quien pudiera tomar la decisión de recorrerlos o no. Para que pudiese decidir su propio destino. Sin embargo, también había llegado con una entrega para la que no había contado con su opinión. Un extraño paquete envuelto en seda… que procedía de su padre.

Con deliberada lentitud, desenvolvió el objeto, apartando uno a uno los pliegues que lo cubrían. Hacerlo demasiado rápido podría denotar impaciencia, o falta de control. Sin embargo, Tensai tuvo una extraña premonición cuando, a través de la seda, sintió un aura fría emanar del interior del paquete. Y cuando finalmente la última capa de seda se retiró, dejó al descubierto unos broncíneos guantes de armadura, demasiado ligeros y fríos como para pensar que se trataba de objetos mundanos.

Sin embargo, muchas preguntas se agolpaban en la mente del joven samurái. El motivo de que Kaori hubiera decidido entregárselos ahora y no durante su estancia en tierras Dragón. O el de que su padre hubiera dejado su tesoro en su hogar ancestral, en lugar de llevarlo consigo. Y por supuesto, la incógnita de la procedencia anterior y naturaleza de aquellos guanteletes.

-Te agradezco mucho que hayas recorrido todo el camino hasta aquí sólo para entregarme esto. –Dijo, con sus ojos negros aún prendidos en la brillante superficie de los guantes. –Por supuesto los acepto, como cualquier legado de mi padre. Sin embargo, me gustaría saber algo más sobre ellos, si tal petición no es demasiado atrevida. Dónde los consiguió… qué son exactamente… Y porqué entregármelos en un momento como este y no antes. Aunque comprendo que no todas las preguntas están para ser respondidas, Kaori-san.

-Y con respecto al mensaje…

Dudó durante un segundo, pero esa duda fue tan sólo una sombra fugaz. Ese mensaje… podría perfectamente ser uno de su padre. Y no podía permitirse rechazar algo así.

-Si mi maestra cree que tal mensaje puede llegar a serme de utilidad. –Sonrió ligeramente. –Entonces es que es un mensaje que debe ser escuchado. Si algo he aprendido en el hogar de mi padre es que la verdad, como la iluminación, se busca, pero rara vez se encuentra en la forma en la que se esperaba inicialmente. –Hizo una larga pausa antes de sentenciar su alegato.

-Cobarde es aquel que huye de la batalla porque puede herirlo. También quien huye de la verdad porque puede cambiarlo. Os escucho, sensei. Entregadme ese mensaje.

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28/11/2017, 10:08
Mirumoto Kaori

La expresión de la sensei parecía esculpida en la misma roca de las que estaban hechos los monasterios Dragón. - Asumes cosas de las que tienes poca certeza, joven Grulla. Es un modo peligroso de caminar por el mundo. - Respondió al joven severamente. - Como aún soy tu sensei, te señalaré que en ningún momento dije que mi propósito fuera hacer de correo, no exclusivamente, al menos. Ni que mi viaje termine en este lugar.

Le miró durante un segundo más, como si estuviera evaluándolo de nuevo, buscando si había algo tras sus actos y palabras, quizás. - Todos los mensajes y silencios pueden ser de utilidad, igual que no todas las carreras son por cobardía, Doji-san. Las montañas también nos enseñan que el que explora cada senda que se abre ante él, no tarda en estar perdido. Tal vez más sabio, pero perdido, igualmente.

- Bien, el mensaje es, también, tuyo, como esos guanteletes, aunque no proviene de tu padre, sino de la Gran Casa de la Luz, hogar de los Togashi. Se me entregó a mí, con la explícita instrucción de ofrecértelo antes que entregártelo, como he hecho. El mensaje es el siguiente: "Las respuestas que buscas no están bajo la tierra, sino aún más profundo. Toma la senda que te lleva al centro de la tela de araña, y pon tus espadas al servicio del que te conoce, pero aún no te ha hecho llamar. Encuentra las perlas de sangre que busca, y verás el rubí de la profecía"

La veterana Mirumoto clavó sus ojos en su pupilo, esperando su reacción.

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28/11/2017, 22:28
Doji Tensai
Sólo para el director

El joven Grulla se tomó un buen rato para meditar sus palabras antes de contestar. No torció el gesto ni frunció el ceño en ningún momento, pero un ligero cambio en su actitud, en la seriedad que ahora parecía envolverlo, denotaba que la reprimenda de Kaori lo había afectado, quizás incluso herido en algo más que su orgullo.
-Lamento si habéis malinterpretado mis palabras, Kaori-san. -Dijo con estudiada calma y correcta cortesía. -En ningún momento pretendí decir qué seáis un simple correo, ni que vuestro camino os haya sacado de vuestro hogar únicamente por mí causa. No soy digno de tan atención,simplemente señalaba que quizás vuestra visita concreta a mi casa sí haya sido por causa de los mensajes que portabais. No tenía intención de proponer nada acerca de vuestro viaje.

-En cualquier caso os agradezco la molestia que os habéis tomado en traerme ambas cosas. -Una inclinación de cabeza acompañó sus palabras. -Tendré asimismo en cuenta vuestros consejos acerca de seguir demasiadas sendas. Sin embargo también tengo presente que es muy difícil encontrar aquello que está perdido sin correr el riesgo de perderse uno mismo. Las sendas ya recorridas sólo conducen a lugares conocidos.

-En cuanto al mensaje de los Togashi... lo tendré presente en el futuro. Porque, a menos que tengáis algún consejo más sobre la senda que llega al centro de la tela de araña, no sabría por dónde empezar a buscar. Ni estoy seguro de que recorrer está senda sea lo correcto... muchas leyendas hablan de lo que está bajo ningen-do, pero pocas son halagüeñas al respecto.

Pareció que el joven había terminado su alegato, pero finalmente volvió a hablar de nuevo en un tono más suave.

-Ese rubí... podría tratarse de la profecía de Satsu... ¿los ise zumi no dijeron nada más?

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03/12/2017, 23:23
Mirumoto Kaori

La Mirumoto ladeó un poco la cabeza, en un sutil gesto de incomprensión; lo cual era notorio, dada su inexpresividad habitual. - Tampoco yo me sentí llamada un simple correo, Tensai-san, sólo te indicaba que por tus palabras, estabas asumiendo que así era. Recuerda las lecciones del Niten; recuerda que un hombre puede mentir con la boca, los ojos, las manos, la respiración... Pero no con todo al mismo tiempo. Del mismo modo, no puedes dar por cierto algo sin tener una visión completa de la situación; esa fue mi intención y mi advertencia.

- Por supuesto, mi presencia aquí se debe a esos mensajes, me temo. La simple Cortesía, por admirable que sea, no es razón suficiente para emprender un viaje tan largo. - dijo, recuperando la expresión neutral. - Confío que sepas aplicar tus conocimientos y lecciones para comprender qué sendas deben recorrerse y cuáles dejar que otros las descubran.

Kaori respiró profundo y sacudió la cabeza despacio. - Me temo que no, los maestros Togashi son muy concretos con lo que desean transmitir y cómo; lo que te he dicho, Tensai-san, es cuanto me dijeron al respecto y cualquier cosa que te dijera, no sería más que mi propia especulación. Por ejemplo, quizás la parte a la que haces referencia sea la única que creo comprender; el Imperio, con sus carreteras, dibujadas en un mapa, parece una enorme tela de araña que se extiende por Rokugán y su centro no es otro que la capital. Además, tal sitio es el hogar de, entre otros, el Clan de la Araña Blanca, lo que refuerza para mí el significado, pero no me atrevería a considerarlo más que una especulación por mi parte.

- Con respecto a la pregunta que dejé sin contestar... - añadió, desviando su mirada hacia los guanteletes. - Mis disculpas, pero creí más importante tratar con el otro asunto en primer lugar, ya que era deseo de los Togashi. - inclinó levemente la cabeza antes de seguir. - No sé demasiado sobre ese objeto, salvo que tu honorable padre regresó con él tras una victoria; sé que los usó durante años y que el espíritu del objeto está despierto, razón por la que exuda frío sin importar el clima. También sé que, un buen día dejó de usarlos y me los entregó para que los custodiara por él para ti, sin más explicación.

Su rostro se tornó un poco más sombrío cuando concluyó con un ominoso : - Y lo último que sé, es que existen registros de unos guantes muy parecidos y ninguno de sus portadores los llevaron por mucho tiempo antes de que otros los tomaran de ellos.

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05/12/2017, 14:20
Doji Tensai
Sólo para el director

-Ese registro acerca de los guantes… ¿dónde lo encontraste? –Preguntó el joven Grulla, intrigado por la historia del nemuranai que acababa de recibir. -Me gustaría tratar de saber si se trata de los mismos, o si no lo son buscar su origen común. Conocer algo más acerca de ellos podría ser útil para prevenir los posibles riesgos… Pero si mi padre te los entregó para mí, entonces no pueden ser únicamente malos. Él debió creer que podrían serme útiles de algún modo. ¿Mencionó alguna vez mi padre qué utilidad tenían los guantes?

Después de hacer esa pregunta, Tensai se mantuvo en silencio unos segundos. No tanto para aguardar la respuesta de su maestra, sino para ordenar sus pensamientos. La mente, como el kenjutsu, sólo es verdaderamente útil cuando se utiliza de forma limpia, concreta. Sirvió un poco de té al estilo tradicional para él y su invitada, y pronto sintió cómo la confusión se evaporaba de sus pensamientos como la niebla desaparece al alzarse el sol.

-Preguntaré a mi madre acerca de todo esto. Ella podría haber sabido algo de labios de mi padre cuando aún vivía aquí. –Declaró, dejando claro por su forma de expresarse que no daba por muerto a Mirumoto Boshi.

-Y con respecto a ese mensaje, sensei… -Añadió con seriedad. –Si estoy destinado a ver el rubí de la profecía, entonces puede que el tiempo para que el Dragón se prepare para el conflicto venidero se esté acabando. Además… tengo motivos para pensar que otra de las condiciones de la profecía podría haberse cumplido ya. No puedo contaros más acerca de ello, del mismo modo que no podría revelar la profecía de los Togashi a nadie fuera del Dragón. Mis juramentos me atan. Pero tenedlo en cuenta al regresar a las montañas. Yo, por mi parte, tal vez busque algún motivo para acudir a la capital… aunque tal vez deba esperar esa llamada. Quién sabe.

-Por otro lado. –Señaló mientras tomaba otro sorbo del aún humeante té. Una sonrisa pugnaba por asomar a sus labios, a pesar de la gravedad de los mensajes. Y es que un recuerdo había acudido al joven. Un recuerdo que estaba lleno de frío en el viento, eternidad en las rocas, y fuego en los corazones. –El viaje hasta aquí ha debido de ser algo aburrido. He pensado que, quizás, os gustara ejercitaros un poco para desentumecer el cuerpo. A estas horas, la zona de entrenamiento debería estar vacía. ¿Me concederíais el honor de entrenar conmigo una vez más?

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18/12/2017, 23:44
Mirumoto Kaori

- Me alegra ver que tu curiosidad sigue fluyendo libre como un arroyo en primavera. - contestó con un asomo de sonrisa la veterana Mirumoto; al menos, Tensai pensaba que la había visto sonreír durante un momento. - No puedo cometer la crueldad de ponerle diques con mis respuestas; si deseas saber más sobre el legado que tu padre me confió, tendrás que descubrirlo por tí mismo.

- Sí puedo decir, sin embargo, que no puedo estar segura que las menciones que yo encontré se refieran a esos guantes con exactitud, pero la descripción se parecía lo suficiente para parecerme una suposición razonable. Te aconsejo precaución, puesto que pocos espíritus dentro de los objetos ofrecen su poder sin pedir un precio. - Y, de nuevo, aquel remedo de sonrisa, cuando mencionó preguntarle a su madre, y comprendió de inmediato la razón: ¿de verdad pensaba que su orgulloso padre le confesaría a la mujer que había conquistado mediante la competición que había utilizado alguna ventaja más allá de su nada desdeñable habilidad?

- Mil caminos se abren con cada decisión tomada y otros tantos se cierran con cada decisión que no se toma. - dijo, ante las dudas sobre el camino a seguir por parte de su pupilo; insegura, a su vez, de cuál sería el mejor modo de proceder para el joven bushi. - Cuando llegue la hora, el Dragón cumplirá su deber, como siempre ha hecho.

El rostro de la sensei recuperó su severidad ante la propuesta de combate de su alumno, como sopesándola internamente. Finalmente, asintiendo casi imperceptiblemente, como si hubiera alcanzado alguna decisión en su debate interno, respondió - Hai. Será interesante ver cómo has evolucionado, Doji Tensai-san; mi única condición es que no nos demoremos, puesto que mi viaje aún no ha terminado, y el tuyo podría tener que empezar.

Notas de juego

Y si quieres narrarlo tú, te dejo; siempre y cuando mantengas una cierta lógica (Kaori es un rango 3 como mínimo; debería tener bastante fácil el derrotarte, y con su personalidad severa, no creo que te dé más cuartel del que te ganes) no lo tocaré. A menos que prefieras hacerlo como combate con dados y demás (En cuyo caso, el ritmo subiría, no te preocupes). Dejo la decisión en tus manos

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19/12/2017, 06:38
Doji Tensai
Sólo para el director

Notas de juego

Pues de hecho, ¿qué te parece una combinación de las dos cosas? Haré una escena narrada hasta cierto punto, y que el entrenamiento termine con un enfrentamiento clásico. Así además sirve como ensayo para las escenas de combate..

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19/12/2017, 11:35
Director

Notas de juego

¡Me vale!

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20/12/2017, 12:16
Doji Tensai
Sólo para el director

-Por supuesto. –Respondió de inmediato el joven bushi con un leve asentamiento de cabeza, mientras dejaba el té que había sostenido hasta ese momento en la pequeña bandeja, y la apartaba a un lado. –No te retendré mucho tiempo, senséi, comprendo el valor de tu tiempo, y te agradezco la oportunidad de entrenar contigo una vez más.

-Sígueme, por favor. –Dijo mientras salía del pequeño jardín por una de las puertas que daban acceso al interior del edificio contiguo. En silencio, recorrieron varios pasillos finamente decorados con sencillos motivos naturales, hasta que sus pasos desembocaron en una gran sala de madera que, tal y como había vaticinado el joven, se encontraba vacía.

En un primer vistazo, la sala de entrenamiento contrastaba con el resto del palacio por su aspecto relativamente ascético. Tan sólo las numerosas armas que colgaban de las paredes formaban la decoración del lugar, y le daban más el aspecto de un templo que de un palacio. Y, de algún modo, lo era. Un templo dedicado al arte de la espada.

No perdieron el tiempo en formalidades. Años de entrenamiento en las montañas habían forjado una disciplina grabada en roca, habían condicionado el cuerpo hasta convertir las rutinas en algo totalmente instintivo. Incontables mañanas en las que se repetían los mismos rituales, los mismos movimientos. Ambos tomaron sendos daishos de entrenamiento, y se colocaron en el centro de la sala.

El entrenamiento fue arduo. Una tras otra, repitieron varias de las series de movimientos y técnicas que Tensai había aprendido durante su estancia en las montañas, sin detenerse. Trató de seguir el ritmo de su maestra, y la siguió mientras ella ejecutaba complejos movimientos que él aún no había dominado. Y durante un rato, se sintió completamente de vuelta en el dojo de la Montaña de Hierro, en armonía con el mundo.

Tal vez fuera porque Kaori tuviera verdadera prisa, o tal vez para poner a prueba al joven Grulla, pero no bajó el ritmo ni por un instante. Golpes, fintas, movimientos y cortes se sucedían uno tras otro, hasta que los músculos del joven comenzaron a aullar de dolor. Pero ni siquiera entonces se detuvieron. Ni dejaron ver muestra alguna de debilidad.

Para cuando Kaori dio por terminada la sesión, los dos bushi estaban cubiertos de sudor y su respiración se había acelerado visiblemente.

Fue entonces cuando ella se giró hacia su alumno, observándolo como si estuviera decidiendo algo. Pero tras un breve instante de meditación, indicó a su alumno que se preparara para el combate, y ella misma se colocó en guardia.

Con mudo respeto, observó cómo su maestra tomaba una postura de combate, admirando su equilibrio. Una defensa impenetrable, que en cualquier momento podía abandonarse en pos de un ataque tan rápido como letal. Una auténtica maestra del legado que Mirumoto dejó a su clan.

Trató de buscar alguna abertura en su postura, sin éxito. Sin embargo, tampoco había sido capaz de encontrar ninguno cuando había entrenado con su madre. Dos enfoques completamente diferentes… que sin embargo, cada uno a su manera, se habían convertido en los pilares del arte de la espada de Rokugán. Kakita y Mirumoto… Dos técnicas que siempre se habían considerado como rivales, como las dos caras de la misma moneda. Y sin embargo… ambas eran su legado. Tal vez no fueran por completo incompatibles.

Lentamente, vació su mente de todo pensamiento que pudiera distraerlo y formó su propia guardia. Era plenamente consciente de que se enfrentaba a una oponente con una técnica muy superior a la suya propia, y no podía cometer ningún fallo. No tanto por la victoria, como por demostrar a la que había sido su maestra que sus enseñanzas habían dado fruto.

Primero fue el mundo a su alrededor el que desapareció hasta que sólo quedaron ellos. El universo reducido a un único combate.

Después, se concentró en sí mismo. La guardia, ensayada una infinidad de veces. El peso de sus espadas en sus manos. La tensión en sus músculos. Su respiración. El latido de su corazón.

Y finalmente, se separó de sí mismo. Ya no sujetaba sus espadas. Él era sus espadas.

-Estoy listo, senséi. –Dijo en un susurro.

Y atacó.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He dejado tirada la iniciativa por si acaso. Si quieres cambiar o matizar algo del post hazlo sin problemas.

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27/01/2018, 22:26
Mirumoto Kaori

Efectivamente, se trataba de una lección lo que la veterana sensei tenía en mente en aquel nuevo duelo. La Mirumoto, pese a estar ya mucho más cerca de la edad de retiro que de su gempukku, se movía con la gracia de un arroyo por la ladera de una montaña, su fluidez siendo casi hipnótica... Tensai sabía que eso sólo indicaba lo en serio que se iba a tomar ese entrenamiento.

... Lo cual hacía aún más sorprendente que, cuando ella mostró su postura, ésta pareciera... Mal. Parecía estar poniendo la primera posición del niten, pero no estaba correcta, incluso para el ojo de un iniciado como él. La katana que debería estar casi apoyada en el vientre y apuntando a su garganta, estaba levemente desplazada y apuntando a su pecho; el wakizashi que debería estar reposando junto a la pierna, en una postura relajada, se veía tensa y preparada para moverse en un golpe ascendente previsible.

En conjunto, la primera postura era casi una bravata, o al menos eso decían aquellos que despreciaban el estilo del niten; pero al hacerla mal, derrotaba el propósito de la bravata, puesto que demostraba una aparente vulnerabilidad.

Fue entonces cuando se dio cuenta de una cosa más; para cuando él terminó de prepararse, ella llevaba preparada algó más que un instante. Le estaba esperando, puesto que él no estaba listo. Sabía que en un combate real, ningún enemigo digno de ese nombre tendría esa cortesía. En palabras del mismísimo Mirumoto: "Cuando te enfrentes a un enemigo, hay tres alternativas. Si ataca primero, mátalo. Si atacas primero, mátalo. Si atacáis al tiempo, mátalo."

- Tiradas (2)

Notas de juego

FDI: Hala... vaya tiradita de iniciativa ha salido. Si esto fuera Shadowrun, le tocaban 4 turnos más que a ti XD

Acción: Defensa Total

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29/01/2018, 11:30
Doji Tensai
Sólo para el director

Todo eso pasó por la mente del joven bushi en un momento, como una revelación. El hecho de que Kaori hubiera decidido esperar a que él terminara de colocarse, así como la aparente mala ejecución de su postura de combate, podrían denotar condescendencia más que cortesía.

Fuego. Por un momento, el orgullo de Tensai se revolvió, herido por ser tratado de ese modo. Una oleada de calor recorrió su cuerpo a medida que éste exigía iniciar el ataque, demostrar que no merecía ser tratado así.

Tierra. Pero no se dejó arrastrar. Con firmeza, controló sus impulsos y se reafirmó en su propia guardia. Un ataque impulsivo es un filo que puede cortar al que lo usa. Había un momento para todo, pero no era ese.

Agua. Pero a pesar de todo, debía actuar. Observó la aparentemente abierta guardia de la Mirumoto, analizando las posibles reacciones que permitía. Lentamente, modificó su propia guardia hasta un nuevo ángulo de ataque.

Aire. Porque tal vez ésa no fuera la primera postura del Niten. No podía suponer que conocía todo acerca de su estilo de lucha siendo sólo un iniciado. O tal vez sólo tratar de engañarlo, hacerlo atacar de forma evidente. Reflexionó durante un latido de corazón sobre ello hasta que, finalmente, esa miríada de pensamientos se condensaron en una única conclusión.

Vacío. Y es que nada de eso importaba. No debía dejarse arrastrar por la actitud de su maestra, fuera cual fuera. Si ella decidía esperar, él lo aprovecharía. Si ella decidía dejar una apertura en su guardia, él buscaría una nueva forma de sorprenderla. El Niten hablaba acerca de adaptarse en todo momento a tu contrincante para asestar el golpe necesario en cada momento, pero sin dejar que el adversario tomara el control. Vació su mente de todo lo que no necesitaba.

Y lanzó su ataque, moviéndose en un ángulo lateral, por la izquierda de la guardia de Kaori, en un golpe que debería estorbar su posible contraataque si trataba de efectuarlo con la hoja de su katana.

Notas de juego

Gasto vacío para el ataque. En teoría, he dado por hecho que tanto Tensai como Kaori se han estado estudiando en posición Centrada antes de actuar así que aplicó el efecto.

Eso sí, no sé cómo añadir el +2 de centrado a la tirada

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29/01/2018, 12:29
Doji Tensai
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

6g3 básico
1g1 vacío
1g1+2 de Centrada

Y aún suena a poco cuando uno se enfrenta a su sensei :p

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13/02/2018, 20:29
Mirumoto Kaori

De haber un poeta o un pintor observando la evolución del combate, sin duda alguna el movimiento de defensa de Kaori hubiera inspirado el Fuego en su interior por la creación, de tan perfecto y hermoso que resultó, si bien nada en él fue mera floritura. Como un remolino de agua y acero, la fluida respuesta de la sensei fue revolverse, moviendo ambas hojas en un círculo mortífero a su alrededor, desviando con engañosa facilidad (Tensai no había estado tan lejos de golpearla con su brillante ejecución) el ataque de su alumno; dejándole una sensación pareja a como si hubiera intentado cortar una red nada tensa y los hilos hubieran desviado la fuerza del filo de su hoja, sin dejarle cumplir su cometido.

Mirumoto Kaori, entonces, dio un paso atrás, abandonando por un momento su guardia; una práctica común durante los entrenamientos, cuando quería hacer una breve interrupción para comentar un error especialmente grave e inmediato... Sin embargo, esta vez lo hizo para hacer un saludo a su alumno, antes de retomar la postura.

Kaori acababa de felicitarle por su ataque, y la Dragón no era de las que regalaba elogios.

Pero ahora era su turno de atacar. Katana hacia atrás a la altura de la cintura, invertida casi en una postura de iaijutsu, mientras el wakizashi se mostraba agresivo hacia delante; ambas espadas se movieron al unísono, en un tremendo uno-dos que empezó a acosar los flancos de su alumno... Había demostrado un gran aplomo al atacar, era momento de ver cuál era su estrategia de defensa...

- Tiradas (1)
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13/02/2018, 21:54
Doji Tensai
Sólo para el director

Tensai observó durante un interminable instante, como si el mundo se hubiera sumergido en una balsa de aceite, como su ataque era desviado por una imposiblemente rápida reacción de su maestra. Sin embargo, en esta ocasión se sintió realizado, pues alcanzó a comenzar a entender su movimiento. A comprender la armonía que llevaba a Kaori a conseguir su destreza. Y supo también que había estado muy cerca, y a la vez muy lejos, de alcanzarla con su ataque.

Fue en ese momento cuándo la veterana Mirumoto se detuvo para felicitarlo. Algo que, en Kaori, solo podía considerarse como un enorme honor. Pero el joven Grulla no tuvo tiempo para felicitarse por ello, pues casi al momento se vio acosado por el ataque de su maestra, un letal remolino de acero que no parecía tener principio ni final.

Tensai retrocedió, cediendo terreno ante el incesante ataque de Kaori, y trató sin éxito de encontrar un hueco para contraatacar. Pero la técnica de la Dragón se asemejaba a las olas batiendo contra la roca de la costa. Incansable. Eterna. Capaz incluso de cambiar el paisaje. Y fue muy consciente de que en un combate real no tendría opciones de superar la mediante la pura técnica. Durante los largos entrenamientos en tierras Dragón, cualquier defensa que hubiera ensayado tan solo aplazaba el inevitable final. En un combate real no hubiera tardado mucho en estar muerto.

Y en ese momento, en el mismo instante en el que se daba cuenta de que su única oportunidad de defensa consistía en esperar un fallo de Kaori, Tensai supo qué debía hacer.

Después de retroceder de nuevo ante una embestida de la katana de la Mirumoto, se colocó en guardia. Sin embargo, su guardia no fue perfecta en esta ocasión. La katana que cubría la mitad derecha de su cuerpo estaba en la posición correcta, lista para alternar entre defensa y ataque, pero el wakizashi quedó demasiado bajo, cubriendo su abdomen en lugar de su pecho, y permitiendo que una hoja veloz pudiera golpear sus costillas desde el lado izquierdo.

Aunque ésa era precisamente la táctica del joven. Ya que no parece capaz de detener el ataque de su enemiga, lo aceptaría. El wakizashi demasiado bajo protegía las zonas más vitales de su cuerpo, y ofrecía una zona que, si bien era vulnerable, no lo mataría en el acto en el caso de ser golpeado por una espada real. Y le permitiría, quizá durante unos instantes, efectuar un letal contraataque. Forzar un empate mediante el sacrificio, y convertir una derrota en victoria.

De modo que a guardo el inminente ataque que lo golpearía y preparó el suyo propio.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Hago una tirada de defensa para representar qué tal supera los primeros instantes y luego una tirada de ataque mostrando su verdadera intención, si te parece correcto. (Aunque no sea exactamente la dinámica del combate. Vacío en la de ataque)

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26/02/2018, 23:13
Mirumoto Kaori

La Dragón estaba sumergida en la danza de su ataque, moviéndose como un río sin principio ni final en su acometida, los ataques tan seguidos contra la guardia de su alumno que era imposible distinguir cuando había cesado uno y comenzado el siguiente... Pues ésa era la esencia en la que Kakita y Mirumoto siempre habían estado de acuerdo: Desde el momento que el daisho abandona su saya hasta que el enemigo cae, sólo hay un golpe.

Kakita había sido siempre más literal, por supuesto, en su búsqueda del golpe perfecto, y los afamados kenshizen eran la prueba viviente de que no andaba desencaminado. Para Mirumoto, en cambio, el golpe no era un momento de perfección, de completa sintonía con el mundo, sino la danza completa, cada gesto, amago e incluso estocada siendo simplemente parte de un único golpe, extendido a lo largo de todo el combate.

Kakita era la caída de la catarata. Mirumoto, el río.

Quizás fue esto lo que no consiguió ver el alumno en su estrategia. Podría exponerse, intentando forzar un fallo, pero... eso no iba a detener el golpe.

El restallido del metal llenó con sus ecos todos los confines del pequeño dojo; la katana de práctica había encontrado su costado con más fuerza de lo que su forma era capaz de aguantar. Con un golpe que había llegado a doblar la hoja, las costillas del joven Tensai absorbieron un golpe mucho más fuerte de lo que podría haber esperado recibir. Un golpe que hecho con un arma con filo le hubiera probablemente seccionado del costado hasta la columna, si es que eso hubiera frenado el golpe.

Y eso no era todo, cuando se encontró con que el wakizashi de práctica estaba posado justo bajo su garganta.

La sonrisa de Kaori, sin embargo, delataba que no estaba decepcionada con el resultado. Gotas de sudor perlaban su frente, mostrando que había combatido con mucho de su habilidad, no simplemente aleccionando. - Cuando el Imperio aún estaba en su infancia, Doji Tensai-san, O-Mirumoto-sama descubrió, mientras cruzaba un río, que dos enemigos le esperaban en la orilla. Él iba desarmado, salvo los remos de su balsa y un pequeño cuchillo, así que afiló los remos mientras alcanzaba el otro lado.

- Una vez allí, mató a ambos enemigos usando los remos. La lección es "Nunca pienses que un hombre desarmado no puede dañarte". - y dejó caer la inservible espada de práctica al suelo. Y dio un paso atrás para saludar.

El entrenamiento había terminado. Y quizás se debía, también, al criado que esperaba paciente, con la frente en el suelo, justo fuera de la entrada de la sala de entrenamiento...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Literalmente, hizo suficiente daño para que se rompiera. AUCH. Como me cruja igual en todas las tiradas de daño, lo llevais crudo.

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01/03/2018, 11:12
Doji Tensai
Sólo para el director

Doji Tensai se preparó para ejecutar su propio ataque. Arrinconado, sabiendo que mantenerse a la defensiva sólo lo conduciría a una eventual derrota, sólo quedaba tomar la iniciativa, aunque fuese un camino de sacrificio. Dudó durante unos segundos, tratando de buscar un momento perfecto que no llegaba. Y mientras, con cada uno de los desvíos cedía terreno a la implacable ofensiva que lo abrumaba, ahogándole como si se tratara de la corriente de un río.

Finalmente, se decidió por su arriesgada maniobra y su guardia se alteró mientras su defensa se convertía en un ataque. Fue un cambio grácil, rápido, y que sin embargo no lo fue más que la danza de Kaori. Pues resulta una tarea casi imposible encontrar la forma de adelantarse a un ataque en el que cada golpe ha comenzado ya antes de que el anterior haya terminado. Tensai lo comprendió al ver cómo el wakizashi de la Mirumoto se retiraba, dejando paso a un golpe de katana que parecía haberse iniciado una eternidad antes que el suyo propio.

Se preparó para el golpe. El impacto, tal y como había previsto, llegó en la zona que voluntariamente había desprotegido, en su pecho, pero la intensidad del golpe superó sus peores expectativas. La hoja de entrenamiento hizo crujir sus costillas, y sólo la ausencia de filo evitó que seccionara piel, hueso y carne. El aire se escapó de sus pulmones con violencia, y por unos largos y agónicos momentos éstos se cerraron, ahogándole. Una extraña oscuridad pareció cernirse sobre él mientras la inconsciencia tanteaba su propia resistencia. Sus manos, que se negaron a soltar sus espadas, fueron incapaces de efectuar ningún movimiento de ataque.

Sin embargo, logró mantenerse en una digna derrota. De sus labios, sellados por pura terquedad, sólo escapó un sordo quejido, y se negó a dejar que el dolor o la falta de aire lo derribaran. Y unos agónicos segundos después, comenzó a respirar de nuevo, envainó y superando el dolor de sus costillas se incorporó para devolver el saludo a su maestra.

-O-Mirumoto-sama debió de experimentar una extraña soledad. –Dijo el joven bushi al escuchar la leyenda de labios de la veterana guerrera, componiendo en su rostro una sonrisa ligeramente torcida por el dolor. –Si en verdad alcanzó un nivel en el que no encontraba un oponente digno del que aprender. Las Fortunas me sonrieron cuando me encaminaron mis pasos hasta vuestro dojo, sensei .Gracias por emplear vuestro tiempo en ayudarme a mejorar una vez más.

Tras esas palabras, se inclinó con un profundo respeto ante Kaori, dando también por finalizado el entrenamiento.

-Levántate, e informa. ¿Qué es lo que ocurre? –Preguntó a continuación, dirigiéndose al heimin que aguardaba junto a la zona de entrenamiento. Y mientras aguardaba su respuesta, recordó la inquietante profecía que los ise zumi habían anticipado para él, y añadió de inmediato. -¿Se me reclama en algún lugar?

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06/03/2018, 00:50
Mirumoto Kaori

Kaori se hizo discretamente a un lado, educadamente ignorando la conversación entre el Grulla y el sirviente, ultimando sus preparativos para regresar al camino.

El sirviente, por su lado, se apresuró a responder, sin apartar la mirada del suelo. - Hai, Doji Tensai-sama. Ha llegado esta misiva para usted. Han insistido en que llegara primero a sus ojos, sama... - y le tendió un pergamino cerrado, con un sello que incluso un Grulla que hubiera pasado tanto tiempo fuera como él no podía sino reconocer, puesto que pertenecía a un cargo que había pasado la mayor parte de la historia del Imperio en sus manos; el mon del Campeón Esmeralda, que sólo podía pertenecerle a él o a uno de sus magistrados.

En el interior, una carta.

Al señor Doji Tensai, de la casa de Doji y vasalla del muy noble Clan de la Grulla, de Otomo Koichi, de la casa Otomo vasalla del Clan de la Araña Blanca, Magistrado Esmeralda en Toshi Ranbo, bajo el mando del Campeón Esmeralda Kakita Menitsuku, redactado por mi sirviente escriba.

Mi señor,

Espero que esta carta le encuentre en buena salud y que sus gloriosos ancestros sigan cuidando de usted. Lamento causar una molestia al cumplimiento de sus deberes usuales, pero me encuentro en la posición inexcusable de requerir su presencia en la Radiante Capital Imperial de Toshi Ranbo a la máxima premura, para un asunto de su incumbencia. Desgraciadamente, no me encuentro en posición de facilitar una escolta junto con esta carta para allanar el viaje, aunque si la demora es suficiente, no dude que conseguiré asignar una apropiada para el mismo, aunque me temo que será imposible evitar que tal acto dé lugar a maliciosas interpretaciones.

Cuando llegue a la capital, le ruego que se ponga en contacto conmigo, o deje recado si la hora del día resultase inapropiada en la casa de té del Corazón de Jade, en el distrito Kurai. Puedo dar fe que es un local capaz de satisfacer incluso los gustos más refinados de alguien de su rango, amén de un lugar donde tener reuniones y conversaciones distendidas.

Le aseguro que la mayor brevedad posible será de beneficio mutuo, y a través nuestra, del Imperio.

Otomo Koichi.

La expresión en el rostro del Grulla debió ser bastante elocuente, puesto que Kaori se limitó a sonreír de medio lado y decir. - Parece que cabalgo justo frente a la ola del destino. Y que tú has encontrado la senda que seguir.