Partida Rol por web

Vais despertando lentamente y con el cuerpo dolorido. Lo primero que afecta a vuestros sentidos es el sonido, una vieja melodía de los años 20o 30 que llega a vosotros desde otra sala, amortiguada por la puerta cerrada y el sonido ambiente.

Estáis en una sala grande con varias camas en lo que  parece ser un hospital improvisado, la luz del sol entra a rachas por las ventanas aunque podéis oír el repiquetar de la lluvia golpeando lso cristales. Un enorme reloj en la pared opuesta a la fila de camas indica que es casi mediodía y un hombre que reconocéis como el que os ha inyectado el calmante se afana haciendo curaciones a Montesco, que sigue inconsciente y parece ser quien se ha llevado la peor parte.

Marvin fue recuperándose poco a poco tendido en la cama en la que se encontraba.

Todo seguía siendo confuso, y su cabeza daba mil vueltas. Despues del accidente, llegó el rescate. Había gente muerta, y recuerda a la pobre azafata debatiéndose entre la vida y la muerte, atrapada entre los hierros del avión. Luego estaba el maletín. Lo había perdido. Sus recuerdos, y una punzada de culpabilidad le recordaron que el maletín había desaparecido cuando despertó despues del duro golpe que sufrieron cuando el avión se estrelló, y lo primero que pensó fue en llamar a alguien del lugar en el que se encontraba tendido para saber sobre el mismo. Marvin era un profesional y le dolía en el orgullo aquello, estaba dispuesto a recuperarlo costara lo que costara, no era solo asunto de dinero.

Pero aún quedaba otro retazo de recuerdos. La criatura. La cosa que a todos les pareció ver a través del cristal del avión momento antes de que todo se fuera a la mierda.

¿Volábamos por encima del mar? Se preguntó. ¿Hay langostas que vuelan?

Un miedo incómodo se apoderó de él, y por algún motivo que desconocí, recordó a Loxton.

Tonterías, no fue más que algún puto pájaro que se estrelló contra el ala. Pensó.

Todavía atontado por los sedantes, Marvin trató de incorporarse y se miró el cuerpo para ver su estado, aunque no recordaba estar muy grave. Luego miró a su alrededor, para ver dónde estaba exactamente, y si sus compañeros estaban cerca.

Se echo las manos a la cabeza, esta le latía dolorosamente con fuerza,  enmarañada y obtusa, tras esto se apoyo sobre los codos y se incorporó ligeramente  - Nunca es tarde si la dicha es buena – susurro mientras se frotaba los ojos y dirigia su mirada hacia Marvin – si bien que duda cabe mi querido y musculado amigo que es cierto que no hay tempestad que mucho dure… mejor..... dejemos la  langosta para el refrigerio pues ahora hay enigmas mas importantes que resolver... como por ejemplo donde esta mi impecable traje -  con esfuerzo y poco a poco se sentó sobre la camilla, respiró varias veces aire y alzo ligeramente la mirada hacia el “veterinario” -  disculpe doctor cuando pueda creo que nos debe una explicación.. – dijo alzando la voz a duras penas -

-Oh... por suùesto...- responde el médico mientras termina de auscultar al aún inconsciente Montesco y se gira hacia Marvin y Earl, en la hilera de camas enfrentadas -Vuestras cosas están allí mismo- continúa señalando uno de los dos armario sque hay a ambos lados de la puerta de la habitación -En el otro guardamos los vendajes y las medicinas... ¿Os sentís bien? Es probable que estéis un poco mareados... haré que os traigan algo de comer de inmediato si lo creéis conveniente.-

Marvin escuchó a su compañero, y lo que decía el doctor.

-Ugh... Creo que no nos podemos quejar. Estamos vivos, y la hostia ha sido de cojones. Además, solo me duele cuando me río. Intentó bromear. Algo de comida estaría bien, sí, pero un buen trago de whisky me vendría mejhor, aunque supongo que eso no me lo van a dar aquí.

Marvin miró sus pertenencias, repasando con la vista para comprobrar si echaba a faltar algo en un primer vistazo.

-¿Cómo hemos llegado aquí? ¿Qué ha sido del avión?

Lytton se puso de pie y tras un suspiro se dirigió andando torpemente  hacia el armario al llegar a este, espero a que Marvin terminara de recoger sus cosas y tras el comenzó retirar su ropa -  Mas discurre un hambriento que cien letrados -  dijo con tono sarcástico mientras desplegaba  a modo de ritual su ropa  sobre la cama.

El pantalón junto a su cinturón de cuero ingles portador de una atrevida hebilla plateada con el anagrama  RR, la camisa en el interior de la chaqueta perfectamente alineada con esta, la corbata enrollada en espiral sobre ambas. Al comenzar a vestirse, las preguntas comenzaron a surgir, sin embargo esto no interrumpió el proceso del acicalamiento, se vistió rápidamente y elegantemente dejando claro que disfrutaba de cada pequeño momento.

Y dígame doctor ¿acaso no es imprescindible para tratar diagnosticar a un paciente, preguntarle cual es su estado? ¿Cuáles son sus síntomas? … O es tal vez una nueva técnica el sedar a los pacientes y esperar a que  estos despierten para ver si viven o no.... Si la consulta y el diagnostico tiene lugar en un plano astral o en sueños, no cabe duda que daría lugar para un articulo en “amazing stories"... ¿os esta hablando ahora montesco?

-El sedar a los pacientes accidentados es prioritario sobre todo en caso de tragedias aéreas, estimado señor...- responde el médico en un tono un tanto seco al comentario de Lyttonn -Ya que podrían empeorar sus heridas al tratar de salir del aparato ¿O acaso es usted capaz de detectar una fisura ósea, o una hemorragia interna mientras se empeña en escapar de un avion siniestrado?.- toma aire y continúa, después de carraspear un poco y en un tono un poco más cálido -Por otra parte, por suerte ustedes dos sólo tenían magulladuras más o menos graves. Notará la muñeca derecha algo rígida, eso es porque está entablillada bajo el vendaje. No lo remueva en un par de días porque tiene riesgo de rotura. En cuanto a usted...- sigue mientras mira a Marvin -... debería cuidarse la rodilla, ha sufrido una ligera dislocación y los movimientos bruscos no le harán ningún bien. Peor lo tiene este otro pasajero...- termina mientras pone una mano sobre la frente de Montesco -... quien además de tener una costilla quebrada aún no es capaz de recuperar el conocimiento... y a él no hubo que sedarle.- dice con cierta fiereza mirando al Lord. 

De puta madre... Pensó Marvin mientras se levantaba de la cama para recoger sus cosas.

Cuando se incorporó comprobó que el doctor tenía razón. Un ligero dolor le confirmó las palabras del hombre, y su peso no ayudó a mitigarlo cuando se puso en pie. El hombretón dió tres pasos para comrpobar su estabilidad, y cuando comprobó que no tenía impedimento para andar pese a la molestia, se acercó al lugar en el que estaba su ropa y procedió a vestirse como lo estaba haciendo Lytton. Marvin miró a Montesco.

-Pobre diablo. Espero que se recupere. Dijo. No es mi intención parecer un puto insensible, pero ni siquiera tuvimos tiempo de conocernos bien, ni siquiera se si tiene familia a la que avisar. No hay mucho más que pueda decir como puede comprobar. Tengo que decir que me siento un tío con suerte por haberme librado de esa. Marvin se abrochó la camisa y terminó diciendo. Doctor ¿Que ha sido del puto avión? Me jodería no poder recuperar algunas pertenencias que guardaba en un maletín que no veo aquí.

-Es que sólo los hemso traído a ustedes tres y a una azafata.... que lamentablemente ha muerto anoche. El resto de las cosas estará en el lugar del accidente, ya que aún no ha venido nadie de la línea aérea ni de ninguna parte a investigarlo.- responde el médico a Marvin con auténtico pesar en su voz al hablar de la fallecida azafata. 

Bien continue con su trabajo entonces - Dijo con cierto aire altivo mientras apartaba su vista para no tropezar con la del viejo y experimentado doctor - Ah y cuando se haga presente el responsable de los servicios funerarios que se encargen del cuerpo de la azafata...bonita mujer... como se llamaba... ¿dafne? ¿glory? ¿laura?.... o no me dijo su nombre... bueno que más da... aqui le dejo mi tarjeta para que contacte con mi secretario y tenga la certeza doctor de que este le hará llegar una corona digna de una princesa al velatorio, lirios azules y blancos serán lo apropiado sin duda alguna -un tono carente de interes cubrio su boca mientras se llevo la mano al menton

Marvin.. os acompaño a mi tambien me interesa volver al lugar del trágico accidente y .... ahora que caigo - Sir lytton trato de chasquear los dedos de su mano derecha como siempre que hacia al llegarle un recuerdo y un doloroso pinchazo atraveso su entablillada muñeca, sus ojos miraron esta y dolorido preguntó -  ¿Doctor acaso no tendreis mi pistola? recuerdo tenerla en la manos antes de ser... sedado por usted...

¿Ein? ¿Pistola? Se preguntó Marvin. Vaya, esa si que no me la esperaba. Este tipo parece ser toda una caja de sorpresas... pero ahora que lo ha mencionado...

Marvin recordó al resto de pasajeros del avión.

Tal vez en ese avión hubieran más armas además de la suya. Será mejor que me agencie una cuanto antes, todo este asunto empieza a oler mal.

-Una pena. Pobre mujer. Dijo refiriéndose a la azafata. La vida es una putada desde que se nace ¿No? Bueno, la verdad es que nos gustaría continuar con nuestro camino doctor, así que si no le importa, me encantaría finiquitar cuanto antes con cualquier mierda de papeleo por el que tengamos que pasar despues del accidente. Estoy seguro de que las autoridades del lugar estarán interesadas en saber sobre lo ocurrido, y no tengo ganas de andar perdiendo el puto tiempo.

-En ese caso debrían dirigirse a casa de Cunningham, nuestro Alcalde. El es quien se ha encargado de avisar a la Compañis aérea y a las autoridades. Además es quien lleva la ley aquí en Halpin, que desde el fin de la Gran Guerra aún no nos hemos recuperado.- dice el doctor con tristeza ante alk situación de su ciudad natal, y continúa -En cuanto a pistolas y algún otro efecto particular nuestra prioridad anoche era traerlos a ustedes, asi que os trajimos con lo puesto, bastante hemos hecho en este tiempoi en cuanto a curaros como buenamente hemos podido y lavar y arreglar vuestra ropa. Si teníais alguna cosa más, imagino que seguirá estando allí donde se os ha caído en el lugar del accidente.-

-Muy bien. Dijo Marvin, totálmente vestido y preparado para salir. No perdamos más tiempo, que no lo tenemos. Hay que recuperar lo que se pueda de nuestras pertenencias. Habían algunas cosas de valor que no me gustaría que se perdieran en el lugar del accidente. Dadas las circuntancias, y como no estamos especiálmente graves, será mejor que nos movamos para hablar con el alcalde.

Lejos del estado de shock en el que debería encontrarse, Marvin se encontraba activo y lleno de vitalidad, como si haber bailado con la muerte en ese avión no le hubiera afectado en absoluto. Pero el caso era que Marvin, ya había bailado antes, muchas veces, con la muerte. Y había aprendido a enfrentar las peores situaciones de una forma totálmente pragmática. Era un superviviente en todos los sentidos.

-Movámonos. Sentenció. Procuren cuidar bien de nuestro compañero. Intentaré volver para hacerme cargo de lo suyo. Es un buen amigo mío.

Y dicho aquello salío de la habitación dispuesto a terminar el trabajo para el que lo habían contratado. Pero primero... había que encontrar el maletín.

Marvin caminó hacia la calle y una vez en el exterior, inspiró el aire fresco en pronfundidad, llenando sus pulmones y sintiéndose de nuevo vivo.

Miró a su alrededor y trató de hacerse con una idea general de Halpin, el lugar al que habían llegado. Los edificios, las gentes y todo lo que lo rodeaba estaba lleno de detalles que para un detective como Hayes, decían mucho del lugar si se sabía interpretar las señales, algo a lo que Marvin ya estaba muy acostumbrado debido a su trabajo.

Se giró para hablar a su compañero.

-Lo primero de todo es que no tenemos ni puta idea de dónde está este sitio, ni mucho menos en donde cayó el avión, así que mas nos vale ponernos al día. Le dijo. Luego hechó mano a sus bolsillos y descubrió con horror que había perdido el mechero y su tabaco. ¡Mierda! Exclamó. También he perdido el tabaco. La nicotina siempre me va de fábula para concentrarme en tomar decisiones. Bueno, será mejor que vayamos a hablar con ese alcalde. Pensaba que lo primero que veriamos despues del doctor, sería a la pasma haciéndo preguntas, pero parece ser que vamos a tener que ser nosotros los que las formulemos. Zanjemos el tema, y descubramos cómo llegar al avión. Si los que nos recogieron no tienen el maletín con el libro, debería de seguir allí.

Marvin se giró, busco a un viandante, y acerándose a él, preguntó.

-Oiga, somos nuevos aquí, estamos buscando el ayuntamiento, o en su defecto, dónde encontrar al alcalde Cunningham. ¿Puede orientarnos?

Al salir el calor y la humedad os impactan casi tanto como la imagen que presenta Halpin. No solo es un pueblo pequeño, también es un pueblo derruído. Es evidente que los daños de la guerra han afectado a toda Europa, y los pueblos medio olvidados como parece ser este tardarán todavía algún tiempo en recibir los medios para ser reparados.

Sin embargo, a pesar de las casas vacías y las ocasionales "demoliciones" por alguna bomba, en el pueblo aún hay actividad. A unas dos calles de donde estáis veis gente entrando y saliendo de un comercio (o al menos eso parece, ya que salen con bolsas de comestibles y demás) y también hay algunos ancianos paseando por las calles. Precisamente a uno de éstos se dirige Marvin, y el hombre responde:

-¿A Cunningham? Claro que si, vive en el 18 de Victoria Avenue... aunque ya le queda poco de avenida jeje.... oiga ¿No son ustedes los del accidente?¿Ya están mejor?-

-Joder, pues sí que se conocen bien en este pueblo... Masculló Marvin, sorprendido por la pregunta del anciano que le había indicado la dirección de la casa del alcalde. Sí que lo somos, y la verdad es que seguimos bastante jodidos despues del accidente. Queremos zanjar cuanto antes todo el papeleo concerniente al asunto, por eso necesitamos hablar con la ley del lugar, y en el hospital nos han remitido a ese tal Cunningham. Por lo que veo este no es un pueblo muy grande... Comentó de pasada, lanzándo una mirada a los edificios de la zona. ¿Dónde puedo comprar tabaco? Preguntó.

-Bueno, ya se puede imaginar cómo es esto.- respondió el hombre mirando a Marvin con curiosidad -Si ya éramos una ciudad pequeña antes de que la guerra cayese sobre nosotros imagínese ahora. A ver si nos envían desde el gobierno las ayudas de una bendita vez así reconstruímos un poco para que esto se repueble...- y notando que se estaba yendo por las ramas carraspeó y señaló con el pulgar hacia el comercio de donde entraba y salía gente, mientras decía -El tabaco y casi todo lo demás pueden conseguirlo en la tienda de Stevens, que funciona más o menos como un almacén de ramos generales.-

- Estimado Marvin…  propongo que visitemos primero a Mr.cunningham pues viendo como este sitio –una mueca despectiva cruzo su cara - seguro que debe tener una agenda apretada… luego ya visitaremos esa tienda para aprovisionarnos y saciar tu ansia..por cierto mi querido amigo musculado deberías de dejar de fumar esa bazofia de tabaco -  Tras esto golpeo  el bolsillo derecho de su chaqueta, sintió su “Golden fish” alojada en el y una sonrisa cruzo su cara.