Partida Rol por web

El Lobo

II. La batida

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23/03/2016, 10:28
Director

Fue entonces que comenzaron a entrar aldeanos en la taberna. Era ya de noche y entre tanta chanza ni te habías dado cuenta. El tabernero era "de buen comer y beber" y con él se pasaba el día rápido. Tras mucho mirar, no viste rastro de tus amigos. Tras preguntar a alguno de ellos, no sabían nada de los forasteros (ellos). Echaste también un vistazo hacia afuera, y los que no iban a la taberna volvían a sus casas (no era sitio para estar en el bosque, desde luego). De tus amigos, ni rastro. Eso sí, por lo que escuchaste, habían cazado unos tres o cuatro lobos y una madriguera con lobeznos (asique la gente estaba relativamente contenta).

Un escalofrío te reocorrió el cuerpo al no ver a Teolfo ni Prudencio entre ellos.

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23/03/2016, 23:50
Teolfo

- Mi señor, que clase de canes son esos que casi nos devoran a mi amigo?- se dirigió atropelladamente al noble Teolfo, mientras se agazapaba más lentamente para dejar el arco en el suelo. -¿Por qué sus hombres me apuntan con las ballestas? Estábamos a su vera en la batida cuando perdióse vuesa merced en el bosque y no pudimos seguirle... - 

Teolfo se interrumpió ahí, se dio cuenta de que no era prudente interpelar al noble. Pensó que la actitud de mateo de Andrade no era digna de buen cristiano yh lo que es peor, parecía el dueño de las dos fieras. No era momento de hablar, y que lo prioritario es que llevaran a Prudencio donde lo pudieran cuidar, y parecía que así iba a ser, así que sus palabras sobraban. Comenzó a introducir lentamente su arco en la bolsa, eso sí, esperando que no le hicieran entregarlo. 

Notas de juego

¿El perro tiene las dos flechas clavadas? Si me dejan guardar el arco, recogeré también el bastón de Prudencio, por si acaso lo necesita luego, que Teolfo no sabe nada de la gravedad de su herida. 

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25/03/2016, 17:35
Hombres de Mateo

¡¡PAFFF!!

Un durísimo puñetazo en el estómago hicieron que te olvidaras del arco, de las flechas, de los canes, y te centraras en la madre que parió al futuro conde. Parecía que quisieran que ni hablaras... Te encongiste de puro dolor, cayendo hacia delante y te apoyaste en el suelo. Tras unos instantes, levantaste la cabeza (tu arco yacía en el suelo) y al ver de nuevo el rostro de Mateo éste esbozaba una leve sonrisa.

¡Nadie te ha dicho que hables, desgraciado! -te gritó uno de sus súbditos-.

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25/03/2016, 17:39
Mateo de Andrade

Encended otra antorcha -dijo el noble a sus súbditos, y éstos obedecieron-, y dádsela -señalando con la cabeza, subido aún en el caballo, a Teolfo-. Luego le dieron la antorcha prendida, pues ya era hora para no perderse del todo en el coto privado de Mateo.

Ahora... Corre -dijo el futuro barón-. Los perros de presa tenían que ser aguantados por el perrero, que los sujetaba con la cadena, porque se ponian a dos patas de la fuerza que tenían.

Notas de juego

A partir de aquí, Teolfo, no marques a Prudencio.

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25/03/2016, 17:42
Director

No supiste el tiempo que estuviste siendo llevado en volandas. Lo cierto es que no debió ser mucho. Sin tu saberlo, traspasaste un muro bien portentoso y entraste en una fortaleza. En verdad era una casa lujosa, un palacio de señores, sin duda.

Notas de juego

En breves continúo contigo.

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25/03/2016, 23:18
Prudencio

Los párpados de Prudencio se resistían a abrirse cuando el peregrino salió por un momento de su inconsciencia. La espalda y el torso le dolían a horrores. Tanto, que hubiese deseado morir allí mismo. Probablemente no quedase mucho para ello. De hecho, se sorprendió de que aún viviese. Probablemente algún matasanos había hecho algo por él que prolongaba su agonía. Miró a su alrededor. Estaba tumbado en una lujosa estancia de algún lugar que no conocía. Sin duda, por cortesía de aquel noble. Cerró los ojos y esperó a que viniese alguien. No podía hacer nada más.

 

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27/03/2016, 21:41
Teolfo
Sólo para el director

Teolfo obedeció y empezó a correr con la antorcha, hablar ya no servía de nada. A él nunca le había servido. Otro pensamiento le asaltó, ¿se convertiría él en la presa de la batida?  Verse en el lugar de la pieza a cazar, le resultaba una insoportable ironía y por un momento, se imaginó que si iba al infierno, ese sería su castigo. 

Infierno. ¿Y si corría lo más aprisa posible y tiraba la antorcha en algún matorral para provocar un incendio? Pensó en Prudencio. No podía hacer eso.  Sólo podía seguir adelante. Y ya no siguió pensando en nada más. 

Notas de juego

Creo que necesito un poco más de información. ¿Hacía alguna dirección en concreto, o quieren que intente escaparme? 

He dejado tirado mi arco y mi saco con flechas... 

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28/03/2016, 10:58
Íñigo de Urrutia
Sólo para el director

-Pardiez!!!- Gritó Iñigo fuera de si- ¿Es que nadie me va a decir donde han quedado mis amigos?-dije mirando a los ojos de los últimos de los campesinos que quedaban en la taberna tras la batida.

Iñigó se acercó a los campesinos para ver si sabían algo mas.-Quien de vosotros vio por útlima vez a mis compañeros? preguntó ¿Sabeis con quienes se fueron y por que parte del monte? ¿No es seguro que pasen la noche en el bosque? Me parece muy extraño que no hayan vuelto con todos vosotros

Lamentablemente los campesinos no parecían saber mucho mas. Donde esta Don mateo? les preguntó Iñigo- Quiza el sepa algo de mis compañeros o acaso se fueran con el tras acabar con las bestias

- Tiradas (1)
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28/03/2016, 11:54
Director

                Corrías.

           Corrías.

                     Corrías.

Aquel bosque te infundaba pavor. Pero Mateo de Andrade, nada más decirte aquello, te infundaba mucho más terror. Finalmente entendías lo que pasaba: ¡ese cabrón te estaba usando como presa para sus perros! Corrías como si no hubiera mañana (y quizá aquella expresión se transformara en literal), y llegó un momento que tiraste la antorcha, y tras unos cinco o diez minutos corriendo (tal vez fueran más, pero no lo sabías) oías cascos de caballos y perros aullando muy cerca de tí... ¡sabías, por tu profesión de cazador, que te estaban siguiendo! ¡¡MÁS BIEN TE ESTABAN DANDO CAZA!! Seguramente estuviera rastreando tu posición...

Nada podías hacer, ni tan siquiera esconderte; sólo correr... De esconderte en matorrales o rocas, los perros podría olfatearte con precisión (pues ya te tuvieron en sus fauces) y no durarías un segundo. ¿Dónde habían llevado a Prudencio? ¿Dónde estaría el padre Íñigo? Tras un rato más corriendo parecía que no oías nada. ¿Los habrías perdido de vista o de rastro? Podría ser... Estabas en mitad... ¡de la nada! ¿Dónde diantres estabas? Estabas completamente perdido, tan sólo con una antorcha  y sin tu arco y flechas contigo...

Notas de juego

Creo que necesito un poco más de información. ¿Hacía alguna dirección en concreto, o quieren que intente escaparme? 

:)

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28/03/2016, 12:01
Director

                              ¡¡AUUUUUUUUUUUUUUUUU!!

                                          ¡¡AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!

                 Aullidos.

                          Aullidos.

          Pero tú estabas inconsciente. Aunque los sentías... Los oías.

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28/03/2016, 12:02
Campesinos

Matamos a unos lobos tras hacer grupos de cuatro y cinco -dijo uno-. Yo no he visto a sus amigos, señor; vinieron con nosotros -dijo otro-, pero luego nos separamos por los grupos -espetó-. Todos se encogían de hombros, temiendo que hubieran caído con los lobos... El señor de Andrade, don Mateo, no ha vuelto tampoco -dijo un tercero-. ¿¡Dónde estará!?

Te diste cuenta que entre todos los aldeanos tampoco estaban los subordinados de don Mateo.

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28/03/2016, 15:10
Íñigo de Urrutia

-Pues si no estan aqui tampoco los hombre de Don Mateo de seguro que mis amigos se encuentran con ellos. No es hora, ya tan tarde como es, de ir en su busca pero mañana con las claras del alba me gustaría ir a su encuentro. Alguno de vosotros sería tan amable de hacerme de guía e indicarme el camino hacia la fortaleza de los Andrade?. Quiza tu, mi buen amigo Xan, podrías acompañarme hasta esos bosques donde vas a por madera e indicarme como llegar. Alli, luego yo iria en busca de mis compañeros

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28/03/2016, 21:15
Teolfo
Sólo para el director

Teolfo se encontró a si mismo inmóvil jadeando y sudando, con la mano que no sujetaba su antorcha alrededor de su oído. Se concentró a ver si oía algo detrás. Pasó un instante y al darse cuenta de que su mano temblaba, su instinto de conservación se apoderó de él, y retomó su carrera siguiendo la misma dirección. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vale, creo que sigo con la antorcha en la mano.

Tiro por escuchar, por si procede. Si no hacía falta, pasa de ella. :) 

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28/03/2016, 22:03
Xan

¿A la fortaleza de don Mateo...? Ni hablar, don Íñigo -dijo Xan-. El palacio de don Leuter, su padre, está en sus tierras, su coto privado. Nos está prohibido ir allí. Además... yo tengo que trabajar... -tampoco estaba por la labor ninguno de los aldeanos que allí estaban y que te atendían...*-.

Notas de juego

*...o tal vez sí, pero con una tirada de Elocuencia con crítico, o tal vez un buen puñado de monedas...

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28/03/2016, 22:05
Director

Notas de juego

No oyes absolutamente nada. Parece que te han perdido la pista. Espera hasta nuevo aviso (quiero cuadrar los tiempos con tus compis) ;)

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29/03/2016, 08:52
Íñigo de Urrutia

Xan amigo, no te estoy pidiendo que vayamos a sus terrenos a cazar, solamente, que me guies de forma que yo pueda encontrar la fortaleza, sera suficiente con que me acompañases hasta donde pudieses y luego me indicaras como seguir el camino para llegar alla. Sabes que soy buen cumplidor y no te haré perder el tiempo en valde, pues a buena fe que tu bolsa se vera recompensada- dijo Iñigo en voz baja a Xan para que solo el lo oyera mientras hacia tintinear su bolsa con monedas de forma sutil

-Mañana a primera hora te acompañare al monte a cortar leña como haces cada dia- dijo Iñigo guiñandole un ojo a Xan como signo de complicidad para que nadie estuviese al tanto de a donde queria ir realmente el Arcipreste.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No es un critico pero no es mala la tirada ;-)

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29/03/2016, 21:52
Xan

Ehm... bueno... -parecía que Xan estuviera convenciéndose-. Puedo llevarvos hasta el coto del barón, pero no pasar más allá. No sólo temo ya a los lobos, sino las represalias por entrar donde no me llaman. Iremos temprano, ¿de acuerdo, don Íñigo? No quiero líos... Y lo hago por que es usted -"cura", iba a decir-... eh, buena gente. Hasta mañana. Le espero en la puerta de mi casa a la amanecida.

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29/03/2016, 21:56
Director

Entonces el leñador, con su palabra sobre tí, se marchó. Tú avisaste al tabernero para marcharte a la habitación, que la ibas a ocupar. Rezabas porque volvieran alguno de tus amigos en mitad de la noche, fuera como fuera, pero vivos al menos. Durante toda la noche, entre desvelos y sueños, no oíste ruido: allí no apareció nadie.

* * *

Al día siguiente bajaste de la posada raudo. Obaratzal no tenía nuevas de nadie, y tras desayunar lo más rápido que pudiste, salístes a medio vestir a la calle. Era amanecida y en la plaza central empedrada ya te esperaba, delante de su casa, el leñador. Llevaba como siempre su hacha al hombro, y pronto os encaminásteis hacia la dirección y sentido de la batida el día anterior. Tras una media hora de camino (Xan tenía ya algunos años que no eran los tuyos) se paró en seco.

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29/03/2016, 21:58
Director

                ¡¡Aaaaaaaaaah!!

                          ¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!!  ¡¡AYUDAAAAA!!

       ¡¡Aaaaaaaaaah!!¡¡Aaaaaaaaaah!!

Ahora sí oías voces. Gritos a lo lejos. Una terrible agonía rezumaban esos clamores... Tu antorcha estaba a punto de agotarse y estabas en mitad de la nada. Descanso y marcha, marcha y descanso... ¿Cuántas horas habían pasado? ¿Dónde diantres estabas? Lo que si te dabas cuenta es que habías subido, en tu huida monte arriba, casi sin darte cuenta. Y el fuego de la antorcha acabó por consumirte. Claro que, antes de que ésto ocurriera y estuvieras al libre albedrío de la noche y el miedo, oteaste un árbol cercano con ramas gruesas y te subiste a él. No era la primera vez que lo hacías (y menos para cazar). Las pocas horas que quedaban hasta la amanecida las pasaste ahí, acurrucado como un búho nocturno.

* * *

Al día siguiente despertaste. Estabas tumbado, con las piernas y brazos colgado, de una gran rama. Tras mirar y observar el denso bosque con la luz del sol, te giraste. Lo que viste te descentró un poco. A lo lejos, a media milla sobre el cerro (en el que por cierto estabas), hallábase una bonita fortaleza, un palacio bastante placentero.

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29/03/2016, 22:00
Xan

Hasta aquí llego, don Íñigo -dijo-. Eso que ve ahí, donde el camino comienza a empedrarse, es el inicio del coto de don Leuter. Quizá vuestros amigos hayan entrado en sus dominios, quizá esté con don Mateo. Estaré por aquí un rato cortando leña.

Entonces se desprendió del hacha y comenzó a cortar unos maderos (no muchos, pues habría de transportarlos). Tu ojeaste un poco el altillo en el que el terreno comenzaba a inclinarse: a unas tres o cuatro leguas se alzaba una bonita construcción:

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de Descubrir (PER).