Partida Rol por web

La mujer sonríe ampliamente al ver como la solicitan que sigue. Lo primero que hace es asentir a la pregunta del agente Dwight.

-Así es, Richard Stevenson es... o más bien era nuestro doctor en el pueblo. Antes se encargaba de todo, nacimientos, pediatría, geriatría, ginecología. Era una persona querida y respetada y siendo el hermano del alcalde George, pues nadie cuestionaba ciertas rarezas. Como que nunca dejaba entrar a los maridos cuando trataba a mujeres o esa afición suya a la fotografía para con los pacientes. Y entonces saltó la liebre cuando James Elmore, que en paz descanse, entró hecho una furia en la consulta e inició una pelea con el doctor. Por lo visto, el muy degenerado se aprovechaba de algunas mujeres y las tocaba,  ¡Incluso las hacía fotos!- Mientras habla, Patty gesticula exagerada mente y gesticula con su rostro de manera continua. -Después de la pelea, Elmore amenazó con denunciarle y luego resultó que Bale, que dios lo tenga en su gloria, que hasta entonces había sido el mejor amigo de Richard, se puso en contra del doctor y entregó un paquete que el propio Richard le había dado. unas fotos muy comprometedoras de algunas mujeres del pueblo. Fue horrible, se montó un buen revuelo.- Patty detiene su relato unos segundos para que sus oyentes asimilen toda la información antes de continuar. Sin lugar a dudas era muy buena contando historias. -Lucile, la mujer de Richard se divorció instantáneamente de él y solo por la intervención de su hermano George, no llegó a los tribunales y no perdió su licencia de médico. Un error si quieren mi opinión.- La expresión de la mujer se torna seria. -Como ven, es mucha casualidad que las dos personas que por así decirlo le arruinaron su "idílica" vida, sean ahora víctimas de un crimen. No sé como ese hombre se atreve a seguir viviendo aquí. Si no fuera por los nuevos que a veces van a su consulta para pequeñas cosas seguro que ya se habría muerto de hambre.-

Cuando termina de hablar, se desploma en la mesa.

Cuando Patty termina de hablar, Fred se descubre boquiabierto con la mirada fija en la mujer.

-¡Joder! En este pueblo no sabéis lo que es una pequeña historia, eso es muy gordo. Coño, que alguna vez he ido a su consulta. Maldito degenerado-

mientras habla, agita la mano frente a él, con una sonrisa forzada en el rostro.

Calma, agente, dice Dwight sin perder la compostura. A lo que parece, no se han presentado cargos, y estamos aquí por algo de bastante más enjundia que un médico con las manos largas.

Muy bien, señora Wilson, agente Willis, les agradecemos su colaboración, y no duden que en la medida de lo posible y de nuestra misión, velaremos porque se haga justicia. Agentes: a lo nuestro.

Y sale de la comisaría con toda la flema del mundo, calándose las gafas de sol de anticuado diseño que lleva en el bolsillo de la americana.

Jules contempló como Dwigth abandonaba la comisaria, pero antes de seguir tras su jefe se acercó a Fred. El forense no reparó demasiado en que era un tanto revelador pedir informes de forense de un difunto del que se acaba de hablar, y más con las insinuaciones de la Cotilla de Comisaria, pero no era tan idiota.

- Verá, Sr. Willis. Me gustaría acceder al archivo de los informes forenses del pueblo.- miró al joven, consciente de lo que estaba pidiendo. Eso no eran solo casos críminales, sino todas las pruebas que se hacían a los difuntos...- Queremos analizar casos que podrían ser un patrón previo, pasando desapercibidos, y hayan ido evolucionando al crimen que estudiamos actualmente.  Además...creo que este pueblo ha tenido suficiente ración de mí de momento. Será mejor que me retire a la cúpula de cristal a hacer mi verdadero trabajo.

Fred se queda dubitativo unos instantes mientras intenta entender la petición del forense del FBI. Por fin, como si cayera en la cuenta de algo, da un pequeño respingo.

-Va a estar un poco complicado agente. Verá, esta comisaría es muy pequeña y como las pruebas forenses se hacen en Joshua Tree, pues también es ahí donde las archivan. Sin embargo, si quiere, puedo hacer unas llamadas para que me traigan los informes mañana. El certificado de defunción por otro lado, lo tiene usted en el ayuntamiento.-

Cuando termina, pone los dedos en el teléfono, dispuesto a hacer la llamada si se lo piden.

Una vez fuera, veis que el sol se encuentra ya bastante bajo, lo que indica que la tarde ha avanzado bastante. Teniendo en cuenta que debéis visitar al alcalde, calculáis que tenéis tiempo para ir a un sitio más antes de que se os eche el tiempo encima.

Había esperado al forense con la puerta de la comisaría sujeta por el pomo y cuando este se acercaba a él la había abierto para permitirle salir y pasar tras él, no estaba muy a tono, entre el periodista aquel y lo del viejo loco, no iba a ser precisamente memorable aquel día.

- Si quiere, podemos ir a por el chico mientras usted se reúne con el alcalde, señor. - dice tras cerrar la puerta y abrocharse el botón de la chaqueta.

No hará falta, agente Willis, dijo Dwight antes de salir. Ya las pediremos nosotros si tenemos que ir allí.

Se lo agradezco, Johnson, respondió, ya al otro lado de la puerta. Pero vamos a aplicar un principio que suele dar buen resultado... en las partidas de Dungeons&Dragons: nunca separes el grupo. Algo me dice que la mujer del pastor podría tomarse a mal que detengamos a su hijito y organizarnos un altercado. En ese caso, prefiero ser cuatro que dos. Además, no creo que huya del pueblo, por lo que vamos primero a ver al doctor, y luego al alcalde.

- Sería muy amable de su parte, Fred. Respondió Sullivan con esa magnífica frase hecha que diferencia la petición formal de la esclavitud. Le estaría muy agradecido. Pasaré mañana a ver si hay suerte, entonces Con un leve gesto de cabeza Sullivan se despidió y salió tras la puerta que Johnson sujetaba muy pacientemente.

Fuera Dwigth estaba organizando el siguiente movimiento de los oficiales. Sullivan se limitó a escuchar las opciones que se barajaban y la opinión de su jefe. La verdad es que prefería aplazar lo máximo posible el encuentro con aquella vieja nacionalsocialista de corazón, aunque sabía que tarde o temprano tendría que pasar...

- Sinceramente prefiero hablar con el doctor a tener que involucrarme de nuevo con la mujer del pastor. No creo que mi presencia ayude mucho a mejorar la tensión del caso. Admitió a su jefe con sinceridad. Si se hacen cargo de ello mañana, yo mientras revisaré los papeles que he solicitado a Fred.

Sullivan, me gustaría que escuchara un poquito lo que digo. No me interesa que ese pipiolo esté al corriente de lo que hacemos, y si he dicho que no hacía falta espero que me siga la corriente, no que me contradiga, dijo Dwight como quien comenta el tiempo que hace.

Y si digo que vamos a ir juntos a mear, mearemos los cuatro juntitos. No tenga la menor duda de que si esa buena mujer, que acaba de enterrar a su marido, y que por lo tanto se merece nuestro respeto, pronuncia una palabra más alta que otra con contenido racista, se la voy a hacer comer con patatas.

Esto es una investigación del FBI, y por Dios que ni la viuda de un reverendo va a entorpecerla. ¡A casa del médico, que se hace tarde!

Con su característica sonrisa, Fred asiente ante las peticiones de los agentes y los despide con la mano. Patty hace lo mismo pero con la cabeza pues se encuentra colgada del teléfono hablando con alguien, volviendo rápidamente a su aparentemente interesante conversación.

Una vez fuera, tomáis la decisión de ir a ver al doctor, al que suponéis en su clínica, por lo que tras ojear el mapa que os hadado Fred, ponéis rumbo inmediatamente. Durante el corto trayecto, comprobáis que a pesar del pintoresco estado inicial del pueblo, este parece más cambiado que a vuestra llegada. Las gentes parecen menos animadas, andan con la cabeza gacha y apenas intercambian unas pocas palabras entre ellos. Solo la estridente voz de Taddy, la camarera del restaurante, se alza por encima del murmullo provocado por el aire y los cantos de los pájaros.

Finalmente os plantáis frente a un edificio de ladrillo visto, de planta rectangular, con un enorme ventanal en el frontal, que si bien permitiría veros totalmente el interior, una tupida cortina blanca os lo impide. Junto al ventanal, está la puerta y junto a esta una pequeña placa dorada que reza "Doctor Richard Stevenson, Medicina Familiar", siendo una consulta, os dejáis de formalidades y entráis directamente.

Una campanilla colgada sobre la puerta anuncia vuestra llegada, aunque la sala en la que acabáis de entrar no hay nadie. Rápidamente comprobáis que a pesar de la cortina que cubre el cristal, se filtra suficiente luz como para mantener iluminado el lugar sin que haya necesidad de luz artificial. En la pared de la izquierda, podéis ver tres sillas de plástico y frente a ellas una pequeña mesa de madera con algunas revistas de agricultura y pesca. Al fondo, hay un escritorio impoluto con una lámpara verde, unas hojas y un bote con varios bolígrafos. A vuestra derecha, hay una puerta de madera que lleva suponéis a la consulta en si, siendo esta sala una especie de sala de espera.

Una potente voz resuena a través de la puerta.

Al oir la campana, el Doctor Stevenson d a un pequeño respingo en la silla y se incorpora sorprendido. No esperaba a nadie a estas horas y le pilla de improviso, pero tras escuchar más detenidamente, no cabe duda de que hay alguien en su consulta.

-Un momento por favor, en seguida salgo-

Tras dejar el periódico que estaba leyendo, doblado y guardado en su segundo cajón del escritorio, se dirige a la puerta para recibir a sus pacientes.

-Perdonen la tardanza, no esperaba a nadie a estas horas y...-

Al ver a los agentes del FBI, se detiene en seco y su expresión se torna seria.

-No sé por qué, pero sabía que tarde o temprano vendrían a verme. Por favor, pasen a mi consulta-

Sin esperar contestación, se da la vuelta y vuelve a su mesa. Cuando se encuentra perfectamente sentado, mira fijamente a los recién llegados.

-Ustedes dirán, agentes.-

¿Un médico con manos largas? ¿Así es como piensa que merece ser tratado un pervertido sexual, degenerado y machista..? en fin...

Miro a mis compañeros, parece que los dos machos alfa han decidido competir por el poder. Yo me limito a mantenerme al margen. EL jefe es el jefe, el jefe manda.

Miro al Jefe. Sin duda es un buen momento para aprender.

- ¿Tenemos a mano la reconstrucción de el último día de las víctimas? - pregunto antes de entrar a la sala del médico. - ¿Podríamos conocer esa lista de mujeres

Antes de entrar ajusto mi camisa con el fin de que quede ligeramente insinuante. El objetivo es poner nervioso al doctor, si tiene un problema con las mujeres, saquémoslo a la luz. Seguro que así pueden interrogarle mejor.

Miro al médico.

- Gracias señor - le digo.

Se limita a asentir ante la opinión del agente Dwight mientras camina hasta la clínica médica, una vez en el interior observa el lugar con una mueca de disgusto hasta que el hombre les permite pasar a su despacho, entonces se apoya en la pared cercana a la puerta y se cruza de brazos, esperando a que sea Dwight quien empiece a hablar y observando desde su puesto  el lugar.

Dwight hace las presentaciones. Buenas tardes, doctor. Soy el agente especial Dwight, y estos son los agentes especiales Sullivan, Johnson y Sparks. Pero díganos usted, ¿Qué le hacía pensar que íbamos a venir a verle? ¿Tiene algo que quiera compartir con nosotros?

Antes de entrar al despacho, Dwight se acerca a Sparks y le dice en voz baja: No recuerdo haber leído que se hiciera reconstrucción del último día de las víctimas, pero anótelo para preguntárselo a la Sheriff cuando acabemos con el doctor.

El Doctor suelta un sonoro bufido al oir el comentario del agente Dwight.

-No me venga con gilipolleces agente ¿Cree que no veo a la gente señalándome con el dedo cuando voy por la calle? ¿Que no oigo como en voz baja me acusan de los asesinatos? lo único extraño es que hayan tardado tanto en venir.- Stevenson observa a todos los presentes, deteniéndose unos segundos más en la agente Sparks -Me importa una mierda lo que piensen ellos o ustedes. ¿Algo más?-

Sin dejar de torcer el gesto, espera la respuesta de los agentes.

Carraspeo y atraigo la atención del médico, acercándome. Me siento en una silla, si hay, sino me apoyo bajando mi altura un poco y le miro.

- Señor..  entiendo que los rumores.. provocan rumores..  y que puede que esté siendo sometido a un trato injusto por parte de la rumorología.. y por eso mismo debe colaborar, nos encargaremos de eliminar cualquier posible sospecha. Pero necesitamos su colaboración.

Si el cerdo está manchado se pondrá nervioso. Sino tal vez canta... aunque me siento.... maldito cerdo

Doctor Stevenson, dijo Dwight en un tono de voz relajado, sin hacer caso alguno al exabrupto del médico. Yo creo que le debería preocupar. En el gran estado de California sigue vigente la pena de muerte para los delitos de homicidio, y creo que aquí todavía apuestan por el pelotón de ejecución. Así qué modere su vocabulario, deje de mirar al escote de mi compañera, y empiece por explicarnos su afición por la fotografía, en concreto por las Polaroid.

El doctor sonríe socarronamente.

-Por favor agente, no me venga con el cuento del poli malo. Por muy duro que quiera aparentar ser con su ropa de etiqueta, sus gafas de diseño y su plaquita del FBI, no es más que otro macho que se cree más  de lo que es. Sus amenazas agente, están vacías, porque puedo adivinar por como revolotean de un lado a otro que no tienen ninguna prueba que incrimine a nadie y mucho menos a mí. Y en cuanto a su compañera, si no fuera enseñando las tetas cual vulgar ramera, tal vez no iría mirándoselas.-

Golpea suavemente con los nudillos en la mesa dos veces

-Y antes de que me venga con esas chorradas de obstrucción a la justicia y demás con las que parece que acojonan a la gente de este pueblo, les informo que a pesar de lo que puedan creer, no soy uno de esos paletos de pueblo que se asustan ante la mención de la cárcel. Conozco mis derechos y sé que como mucho me podrían retener 24 horas. 24 horas en las que no sacarían nada salvo una demanda por mi parte por abuso de autoridad.-

Deja de golpear la mesa para dar una fuerte palmada contra la madera.

-Así que salvo que quieran hacerme alguna pregunta lógica para las que muy gustoso contestaré, les invito a que se vayan por donde han venido y no me molesten más.-