Partida Rol por web

- Gracias. - dice asintiendo cuando les dice que hacen buena pareja, la verdad es que ambos estaban muy de buen ver, aunque estuviese feo pensar eso sobre uno mismo - Hemos sabido que era estudiante de fotografía y queríamos saber de su afición, los fotografos se fijan en detalles que alguien podría pasar por alto, así que sería posible que usted viese algo. - le explica al joven dando un breve trago a su vaso - Veo que tiene una cámara digital último modelo, - añade señalando la herramienta fotográfica - ¿tiene alguna cámara más antigua? - pregunta guardando la identificación y sonriendo a Sparks, que mal genio gastaba la chica.

La agente Sparks asiente. Su compañero se ha adelantado, pero no hace objeción a eso. Tampoco le sorprende en exceso la tranquila reacción del estudiante del fotografía. Al fin y al cabo, si no es culpable no tiene nada que temer. Y obviamente el chico no era culpable. Habría sido demasiado fácil. Y algo le decía que ese caso no era de los fáciles. Le devolvió la sonrisa a Johnson, y espero a la respuesta del estudiante. 

- Está- comentó el enorme hombre asintiendo levemente con la cabeza, antes de acercar la bolsa con la nota a Dwigth. El pobre Jules parecía algo decepcionado: demasiadas pocas pruebas para el forense. Aquello distaba de tener mil palabras, y no había ni una sola imagen, ni nada de lo que el peculiar agente pudiese sacar algo de chicha... Creo que sería interesante comprobar si la caligrafía coincide con la de alguno de nuestros sospechosos.

Se quitó los guantes, antes de dirigir una mirada a su jefe por encima de las gafas.

- ¿Chico de los recados? ¿Eso comenta el informe?

El joven sonríe agradablemente ante la pregunta sobre su afición.

-¿Pues qué puedo decir de la fotografía? me encanta. Desde pequeñito, siempre he tenido alguna cámara entre mis manos y he disfrutado consiguiendo instantáneas de lo que nos rodea. El mundo es algo muy bello ¿sabe? La gente se deja engatusar por la era digital y las imágenes de ordenador, pero con esto -Dice levantando la cámara -puedo conseguir imágenes que harían que el mundo de Pandora de James Cameron parezca un jardín sin cuidar.-

El joven le da un gran bocado a otra galleta y da un buen sorbo a su taza.

-Muchas veces, la gente solo ve la imagen que se muestra en la foto, pero si supieran apreciar los matices, un buen fotógrafo puede captar la esencia, los sentimientos, todo. Por eso estoy aquí. Creo que con tantas mega ciudades, hemos olvidado la belleza escondida en un campo de maíz, o en un labriego arando sus tierras. En eso estoy basando mi proyecto.-

Finalmente, se come la última pasta y remata la taza al tiempo que el agente Johnson le pregunta por la cámara.

-¿Una cámara antigua? La más antigua que tengo es la que mi padre me regalo en mi sexto cumpleaños. Una Leica IIIc del 41. Era de mi abuelo, creo. ¿Por? Perdonen la indiscreción, pero dudo mucho que el FBI se dedique a conocer las aficiones de los contribuyentes ¿Soy sospechoso de algo?-

El agente Sullivan le acerca el trozo de papel encontrado en la escena del crimen, en él, se pueden ver detallados los objetos robados. Sin duda, el ladrón iba encargado por alguien.

El silencio de la sala se rompe cuando la puerta se abre de golpe y aparece en el umbral Fred con su particular sonrisa. Con la mirada, busca a la sheriff, quien está apoyada en unas cajas, justo al lado del agente de Joshua tree. Al verla, da un par de pasos hacia dentro y se planta frente a su jefa.

-Sheriff, ya he terminado de ordenar lo que me pidió. ¿le importa si me voy al oficio por el padre Benson?-

La sheriff asiente con la cabeza.

-Claro Fred, aquí lo tenemos todo controlado y si necesito ayuda, este agente puede echarme una mano.-

El enviado de Joshua Tree responde al comentario con un gruñido, que no hace sino animar más a la mujer.

-Discúlpame ante Mary, ahora mismo no puedo salir de aquí.-

Sin más, Fred asiente una vez más y sale de la habitación, dejando el lugar sumido de nuevo en silencio.

Sullivan no pudo evitar enarcar un ceja con curiosidad antes de girar el rostro hacía el sonriente agente de la ley y el orden. ¿Oficio por el padre Benson?¿Aquello era un funeral? Su macabro gusto con la muerte fue creciendo con un homigueo desde los pies hasta la nuca y tuvo que contenerse para acercarse con contenida parsimonia a Fred. Al fin y al cabo entre una simple nota y una misa de pérdida en medio de la América más profunda...bueno, uno tenía sus hobbies.

- ¿Oficio? giró la cabeza hacía John. Aquella sensación de tranquilidad que solía imponer el forense estaba desapareciendo a pasos agigantados. Creo que sería una buena manera de echar un vistazo rápido a todo el pueblo. Al fin y al cabo en un lugar pequeño como este la muerte es un imán lo bastante poderoso como para atraer a todos los presentes en procesión. Algo que no deja de ser irónico, teniendo en cuenta que la vida no deja de ser eterna desde el punto de vista católico. Era la única excusa que se le ocurría para poder disfrutar de aquel espectaculo: como se reflejaba la muerte en un pueblo tan perdido que sería casi un viaje a investigar el significado de la perdida en una decadas ya perdidas hacía casi medio siglo.

- ¿Chico de los recados? ¿Eso comenta el informe?

- Lo he supuesto al ver que llevaba anotado lo que tenía que robar.

John se giró sobre la nota que le acercó Sullivan, casi al mismo tiempo en que Fred entraba en la sala. Continuó ojeando las pruebas y viendo el resto del contenido de la caja, sin prestar atención a la conversación hasta que Sullivan se unió a ella.

- Realmente es un tipo un tanto peculiar...aunque no me vendrá mal tener un par de ojos entre los asistentes. Sólo espero que no se haga notar...

El mecanismo de disparo era común en varias cámaras y una pieza que fácilmente se estropeaba. Sin embargo, la alusión al engranaje B2 es demasiado específico. Seguramente es una pieza muy específica de la cámara aunque no sabrías decir si de la polaroid o de cualquier otra

Al ver la disposición del agente Sullivan para acompañarle y que el agente Dwight no parece poner objeciones, Fred invita a Jules a acompañarle.

-Démonos prisa agente, está a punto de empezar.-

Con rápidos pasos, salís al exterior donde el ayudante del Sheriff señala hacia el lado derecho de la calle. En esa dirección, el agente Sullivan puede ver una pequeña iglesia de madera, pintada de blanco, con un pequeño campanario en su centro. Varios aldeanos convergen en el edificio y tras saludarse, penetran en el mismo. Fred le hace una señal para que echen a andar.

-Como ve, en un pueblo tan pequeño, todo está a dos pasos. Así da gusto jeje, yo no sé cómo pueden acostumbrarse a esas enormes ciudades en las que viven ustedes.- Fred saluda con la mano a una anciana que anda por la otra acera -Ahora admítalo, se ha venido porque se lo pasa bien conmigo ¿eh? Su excusa ha sido algo rebuscada, pero se acepta el cumplido.-

Con una amplia sonrisa, Fred camina al lado de Jules hacia la iglesia.

Al ver la disposición del agente Sullivan para acompañarle y que el agente Dwight no parece poner objeciones, Fred invita a Jules a acompañarle.

Cuando los dos hombres abandonan la sala, la Sheriff puede ver como John regresa a las pruebas. Cansada de no hacer nada, se aproxima a él.

-¿Necesita algo? Tenemos un reproductor de videos VHS por si desea ver la cinta. Y...-

Una voz apagada llega hasta vosotros, parece que alguien está en la oficina. Guardáis un segundo de silencio, cuando se vuelve a oír la voz, esta vez algo más clara. Parece la voz de un hombre. La Sheriff se da cuenta de quién es y se gira hacia el agente Dwight.

-Es alguien del pueblo, seguramente quiera tratar algún tema sin importancia, si me disculpa.-

La mujer sale disparada hacia afuera, dejando solo al agente del FBI con el agente de Joshua Tree

- Rutina. admitió Jules, mirando a la pequeña iglesia. Lo cierto es que tenía un encanto muy poco propio de las grandes ciudades, aunque se guardo mucho de sacar los defectos de un pueblo tan pequeño. Como el alto porcentaje de endogamia que podía llegar a provocar enfermedades hereditarias complejas.

- Por supuesto- respondió el forense con una torpe sonrisa, algo distraido. Si al agente le hacía ilusión, no sería el quién le defraudase. Nunca había escondido sus hobbies pero si el hombre no quería verlos, seguramente le ayudase a pasar más desapercibido en aquel lugar.  Era más facil acudir a un velatorio como doliente que como forense, o como un psicólogo.

Sin embargo el duelo, aquella reticencia a dejar marchar al difunto era algo que siempre había interesado al doctor. ¿Acaso no quería comprobar como reaccionaba su jefe ante el caso? ¿No era eso duelo: la incapacidad de aceptar la muerte de sus subordinados, hacía ya varios años?

-La verdad, viven en un lugar encantador, Fred. Si no fuese por el escabroso caso del asesino, claro. añadió con normalidad, viendo al pequeño grupo de transeuntes que empezaban a acercarse al mismo edificio que ellos. ¿Por cierto, de que murió el hombre? Al fin y al cabo, Jules no dejaba de ser un hombre completamente dedicado a su trabajo...

El agente agacha la cabeza en señal de respeto y mudo dolor ante la pregunta.

-Fue un ataque al corazón.- niega con la cabeza -Pobre hombre, ya tuvo varios sustos y era bien conocida su dolencia. Aun así, era nuestro líder espiritual y su marcha dejó un hondo pesar en nuestros corazones. Algunos incluso opinan que los asesinatos son obra del demonio ya que estos empezaron a los cinco días de su muerte. Lo que llega a creer la gente ¿verdad?-

Fred mira al forense intentando mostrarse despreocupado, pero en sus ojos, Sullivan puede ver que esa creencia a la que se refiere puede no parecerle tan descabellada al ayudante del Sheriff.

- Una dolencia muy habitual. Por lo que decía el agente, sonaba como que el pastor sería un hombre mayor. Ninguna muerte extraña, aunque ninguna muerte es común: es precisamente la marca en los vivos y no la causa de la muerte del difunto lo que hacía que cada una de esas perdidas fuese tan única y personal. Tan interesante.

- ¿Cinco? No se- se quedó mirando a Fred, pensativo pero serio. Al final la presencia de aquel hombre iba a ser mucho más interesante de lo que resultaba al principio: el que cree aunque no quiere. El cinco nunca ha tenido ninguna connotación negativa en la mayoría del simbolismo numérico. Los cinco elementos...¿No era también para protecciones?...se llevó la mano a la barbilla durante un momento, antes de hacer un gesto quitandole importancia. No me haga mucho caso. Nunca ha sido una rama que me haya interesado especialmente: demasiado reglada para ser asociaciones naturales.

Sullivan se quedó callado unos segundos, como si pese a su comentario siguiese buscando aquel detalle irrelevante en su base de datos, avergonzado de no poder recordarlo con claridad. Pero en esa busqueda el hombre se topo con algo incluso más a razón que lo anterior.

- Pero es curioso, ¿sabe? Porque demonio viene de un termino griego que significaba espíritu" o "poder divino". Es más, este termino no solo no tiene connotaciones de maldad o malevolencia si no que significaba en algunos casos literalmente "buen espíritu", así como también "felicidad". El término adquirió su actual connotación malévola en más que posterior traducción de la Biblia para desprestigiar a los voluntariosos espíritus paganos. Aunque no se preocupe dirigió una mirada a Fred por encima de las gafas. Recordaba sus reacciones, tanto en el coche como el restaurante, y esta vez prefería no jugar a incomodarlo: podría perder su privilegiado puesto de observador. No intentaré convencer a los asistentes de lo contrario.

La agente Sparks escucha, con especial atención al estudiante de fotografía. No deja de darse cuenta la emoción con la que subraya ese hobby. Aún sin parecer algo extremadamente sospechoso, esa clase de enfoque, llevado a un extremo enfermizo será el que sin duda tendrá e asesino. Y eso convierte al estudiante en alguien interesante en ese caso. 

-Los asesinatos que han tenido lugar...- Se toma un segundo. -Están estrechamente relacionados con la fotografía, señor Stampton. Obviamente, su presencia aquí durante dichos asesinatos, así como su especialidad, le convierten, sino en sospechoso, en alguien digno de nuestro interés. Debemos examinar cada pista, y descartar cada posibilidad. - Poco a poco, la agente Sparks suaviza el tono. Lo hace de forma cuidadosa, sin mostrar un cambio repentino, y sin abandonar una postura severa, aunque cada vez más calmada.

Él no lo hubiese llevado por esos derroteros por si el chaval se cerraba en banda y pedía un abogado o algo similar, pero era una vía tan válida como cualquier otra, simplemente se ajusta al procedimiento de su compañera y sonríe amable - No le estamos acusando de nada, - añade mirando de reojo a su compañera - pero nos gustaría ver las cámaras y fotografías que tiene en su dormitorio, sino le es molestía. - explica apoyando una mano sobre otra en la mesa - Su colaboriación nos ayudaría a descartarle como sospechoso.

Cuando oye la indirecta acusación de la agente Sparks, el joven abre enormemente los ojos y durante unos instantes se mantiene inmóvil, con la boca semi-abierta. Sin embargo, las tranquilizadoras palabras de Johnson parecen surtir efecto pues el joven resopla aliviado. Intentando recomponerse, el chico pestañea varias veces y sacude la cabeza intentado centrarse.

-Cierto. Claro. Como no, no tengo nada que esconder.- El joven se pone en pie como un resorte. -Si me acompañan.-

El joven se muestra muy nervioso, aunque en vuestra experiencia, normalmente la gente que más nerviosa se pone ante la ley es precisamente la más inocente. No obstante, debéis descartarle con pruebas y no con suposiciones, por lo que le seguís escaleras arriba. Tras llegar a la habitación que hay justo al lado de la del agente Dwight, el joven introduce la llave y abre la puerta. El paisaje que se muestra ante los agentes es desolador.

La habitación es del mismo tamaño que la de los agentes, sin embargo, el desorden imperante en la misma hace que parezca mucho más pequeña. Sobre la cama puede verse una maleta de tela abierta con la ropa a medio sacar, con varias prendas colgando de cualquier manera. la pequeña mesa está atestada de fotos de todo tipo, así como de apuntes y anotaciones. En una esquina podéis ver una mochila de estudiante con todo su contenido desparramado por el suelo. En la pared opuesta, hay un portátil apagado junto a una pequeña impresora, que se encuentra enchufada en la única toma de corriente. Calcetines, ropa interior y un pijama se encuentran tirados en medio de la habitación. El joven sonríe nervioso.

-Perdonen el desorden. No le digan nada a la señora Norm o me tendrá todo el día recogiendo.-

Por dentro maldecís esa despreocupación juvenil que tantas otras veces ha entorpecido casos.

- No se preocupe. - sonríe siempre con tono amable - ¿Podría encender el ordenador, por favor? - pregunta señalando el aparato mientras echa un vistazo alrededor, aunque su mirada acaba desviándose al culo de Sparks, aquel chico era inocente, los asesinos en serie eran meticulosos, ordenados. Un asesino en serie nunca tendría su dormitorio así.