Partida Rol por web

En el exterior la lluvia no amaina, aunque eso no impide que cada vez más gente se reuna frente a la casa. Algunos se acercan al coche patrulla para observar al viejo Hill, pero este los espanta a voces, patea las puertas del coche e incluso se da cabezazos contra el cristal, todo ello en un inútil intento por huir que sólo consigue contusionarlo y enfurecerlo aún más.

Cuando la gente os ve salir se alzan no pocos gemidos de terror al ver la sangre que salpica el uniforme de Fred.

-¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien, muchacho? -son varios los que se acercan con curiosidad y preocupación.

-Yo... N.. no puedo hablar de ello. Manténganse alejados de la casa.
-Han asesinado a la señora Norm, ¿verdad? -la gente ignora las palabras de Fred y os asedian a preguntas. "Es verdad lo que decía el periódico", "No podemos permitir que nos sigan matando uno a uno", "¿Cuándo va a hacer algo la policía?", "El viejo tiene algo que ver", "Sí, seguro que sí", "Deberiamos obligarle a hablar, ahora".

Los ánimos se caldean rápidamente y la gente va rodeando el coche donde está el viejo Hill. Fred parece bastante desbordado.

-Nosotros estamos...hacemos lo posible. Vamos, a-apartense, esto es trabajo policial, vuelvan a sus casas-. "Si seguís haciendo el trabajo como hasta acabarán por matarnos a todos", grita alguien y los demás asienten indignados. "Veamos que tiene que decir este malnacido", dice un robusto granjero que se adelanta con intención de sacar a Hill del coche.

Dejáis a Joanne con la señora Norm y os dirigís hacia el dormitorio. Os asomáis con precaución y véis que la luz procede de una lámpara sobre la mesita de noche. La cama está revuelta (de hecho la señora Norm estaba en camisón), pero a parte de eso todo parece en orden. Es un dormitorio amueblado con un estilo anticuado y escrupulosamente ordenado (como el resto de la casa). Revisáis bajo la cama, en el armario ropero... No hay ninguna señal de que nadie más (a parte de la propia señora Norm) estuviera allí.

Al salir del dormitorio* tenéis dos opciones, continuar por el pasillo (que termina en una puerta que no estáis muy seguros de a donde da) o volver sobre vuestros pasos hasta la entrada principal y desde allí revisar las habitaciones comunes (sala de estar, comedor, biblioteca...).

Peter se abre paso con el sospechoso, imponiendo con sus gestos enérgicos un radio de un metro. Las quejas le exasperan cada vez más, y se siente obligado a responderlas para no enfurecer a los pueblerinos, aunque sabe que ellos no se darán por satisfechos con lo que puede ofrecerles.

Dejennos hacer nuestro trabajo; no están ayudando nada... La señora Norm está viva, y gracias a nuestro trabajo... No estoy autorizado a informarles... Despejen la zona, o nos veremos obligados a detenerles...

Sullivan espera a que Dwight tome la iniciativa ya que él es el jefe y esta más curtido en estas lides.

 Vayamos primero por este pasillo. Luego iremos a por el resto de las habitaciones- Dwight continua por el pasillo.

Los ánimos se calman lo suficiente como para que podáis subir al coche y arrancar. La gente aún se queda arremolinada frente a la casa, pero ya no tenéis más contratiempos en el breve trayecto hasta la comisaría. Fred abre la puerta y pasáis al interior.

En realidad el pasillo termina en dos puertas, pero una de ellas es sólo una despensa que podéis registrar de un vistazo. La otra puerta os conduce a la cocina. Aquí hay dos puerta, una da al exterior (por la parte trasera de la casa) y muestra señales de haber sido abierta por la fuerza. La otra conduce al comedor.

 John hace una señal en dirección hacia la puerta que tiene pinta de haber sido abierta a la fuerza. 

Llegáis junto a la puerta sin problema.

 Mira hacia fuera, buscando posibles señales de pisadas.

Creo que es por aquí por donde habrá entrado el asesino

Dwight: 14 buscar, 20 investigar
Sullivan: 14 buscar, 15 investigar.

En el exterior sigue lloviendo con fuerza. De momento eso es bueno porque la tierra está blanda y es fácil dejar huellas, pero si sigue lloviendo así la propia lluvia acabará por borrarlas.

No os cuesta distinguir dos juegos de pisadas, pero ambas van juntas y deducís que se tratan de las huellas de Peter y Joanne. Ambas se adentran en la casa, embarrando el suelo de la cocina. No veis ninguna otra huella de calzado, pero en el suelo de la cocina también hay unas manchas circulares, de unos pocos centímetros de diámetro, que avanzan de forma regular.

Cuando entran en la comisaría, Peter envía al señor Hill al cuarto de baño, alegando que el retrete de la celda es algo que no le recomienda a nadie. Deja a Fred para guardarlo.

Luego busca el lugar más cerrado de la comisaría, lo que resulta difícil dado que sólo hay una habitación. Finalmente se decide por colocar una silla -la más dura e incómoda, preferiblemente una banqueta- en medio de la sala, bajo la luz, y otra silla cerca, pero fuera de la vista de Hill cuando se siente, para Fred. Pone el aire acondicionado, aunque ya haga bastante frio, y vuelve a por el viejo.

Le indica que se siente en la silla central, y toma él mismo asiento en otra frente a ella.

Bien, señor Hill. -Su tono es amable y comprensivo, por ahora- No se a quien está protegiendo, pero le aseguro que, tarde o temprano, caerá. Pero entonces se preguntará, ¿por qué me necesitan, entonces?

Hace una pausa para encender un cigarrillo. Da una calada.

Le necesitamos para que caiga temprano. Para que otras personas a las que usted no proteje no sean asesinadas. Y para que su protegido tenga alguna posiblidad ante un tribunal de escapar de la pena de muerte.

Da otra calada.

El viejo no es un detenido modélico. Se resiste en todo momento, insulta y patalea. Se le nota el ansia por salir de ahí y volver a sus tierras, exige y maldice para que le dejes libre. Así y todo, conserva el suficiente sentido común como para saber que no puede escapar de ti por la fuerza, así que a regañadientes va cediendo a tus órdenes.

Al fin se sienta en la silla que le señalas, pero sus ojos miran a todas partes como un animal enjaulado y sus manos no dejan de frotarse entre sí o contra sus muslos en un tic nervioso.

No parece prestar mucha atención a lo que dices pero, por algún motivo, tu último comentario le produce grandes carcajadas que dejan a la vista su boca desdentada.

-No pienso decirte ni una palabra, chaval -dice cuando por fin cesa la ronca risa-. No movería un dedo por uno solo de esos malnacidos... ¡Ninguno me ayudó a mi! Y al final me mataron a mi ángel... ¡Ahora tienen que pagar! -su voz cambia como una montaña rusa emocional, tan pronto chilla como luego se emociona resultando apenas audible, para luego volver a alzar la voz furioso.

Perplejo por las pisadas circulares sullivan frena a su compañero agarrándole para impedir que continúe avanzando y destroce una posible pista.

Ojo, eso podría ser una pista. ¿Que tipo de calzado deja esas huellas circulares? - pregunta sullivan observando el resto del lugar detenidamente antes de acercarse más y examinar esas pisadas de cerca.

Bueno, lo único que se me ocurre es que sean unas patas de madera. Tal vez el asesino usa implantes o algo así para andar. Podría ser una forma de andar sigilosamente pero en un entorno rural como este no funcionarían bien.

No tengo ni idea. Definitivamente, vamos a tener que seguirlas. Puede ser una pista importante y la lluvia tarde o temprano borrará las huellas- dice- será mejor que avisemos a Joanne para que vigile la casa hasta que regresemos. ¿No crees?

Un resoplido surge del rostro de sullivan quien se vuelve hacía dwight para hablarle directamente a la cara.

Dwight, no puedo seguir así. Yo soy un forense que trabaja en el lugar de los hechos y en el laboratorio principalmente. Habernos largado de la casa del viejo hill ya ha sido algo complicado para mi. Soy una persona metódica que se debe a su trabajo así que ODIO dejar una cosa por hacer para ponerme con otra. Ahora mismo tengo que trabajar con la habitación de salina y esta casa en busca de pistas científica. Si salimos ahí fuera de nuevo estoy perdiendo un tiempo valioso en recabar información.
Esto se nos ha escapado de las manos, hay que pedir refuerzos para que pueda centrarme en lo mío. ¿Lo entiendes?

 Supongo que tienes razón...- suspira- ve arriba, y comienza a investigar. yo me encargo del resto. Hablaré con Joanne para que llame a los refuerzos. 

En cuanto a las huellas, lo cierto es que a medida que os alejeis de la casa se volverán más borrosas debido al agua, y de todas formas ya suponéis de donde vino el asesino.

Sólo por las marcas que han dejado no podéis deducir su naturaleza, aunque la hipótesis de Sullivan parece encajar bien. Lo que tenéis claro es que las manchas se distribuyen en paralelo y con una amplitud regular, como si fueran pasos. Pero que se trate de un individuo con prótesis o zancos no lo podéis precisar. Para complicarlo un poco más, Dwight nota que las huellas en el barro no son muy profundas. Estáis seguros de que un adulto normal caminando con zancos dejaría marcas más profundas.