Partida Rol por web

Peter, Dwight y Sullivan os encontráis en la casa de huéspedes, intentando descansar algo hasta que llegue vuestro turno para vigilar la casa del viejo Hill.

En este momento Salina se está encargando del primer turno de vigilancia junto con Fred.

Cuando dan las doce Sullivan y Peter os despertáis tras poco más de una hora de sueño. En el exterior la tormenta ya he empezado a descargar y llueve a raudales.

Sullivan se levanta y se lava la cara en el baño para despejarse, tras cambiarse de ropa baja a la cocina y prepara café que guarda en un termo para luego salir con peter hacía la zona de vigilancia.
Antes de salir comprueba que lleva todo lo necesario: cafe, prismáticos, walkie-talkie, pistola, munición, PDA y los últimos informes que quería re-leer.

Su intención es poder echarle un vistazo a esos informes mientras espera, dejando a peter a cargo de la vigilancia mientras tanto. No cree que tenga demasiado que leer

Prismáticos del ejército, red bull, palomitas... ¿algo con infrarrojos? a ver si hay por algún lado... bueno, y paciencia. Armado hasta los dientes de paciencia.

En el pueblo no se ve un alma. La única luz es la de las escasas farolas o el resplandor de algún relámpago y la cortina de lluvia que está cayendo reduce aún más la visibilidad.

Conducís por la carretera principal del pueblo hasta alcanzar el camino de tierra que se adentra en las tierras del viejo Hill. En los alrededores, a un lado de la carretera principal, veis aparcado el 4x4 de la policía local.

No tenéis problemas para contactar por radio con Salina y Fred. Os reunís con vuestros empapados colegas, que se han mantenido ocultos en el maizal, y os informan de que no ha habido ninguna novedad. El viejo está en la casa y de momento no ha salido para nada. No parece haberse acostado porque aún hay una luz.

Naturalmente aquí la oscuridad es absoluta. No hay alumbrado público y los nubarrones ocultan cualquier posible luz procedente de la luna o las estrellas. Apenas distinguís el suelo que pisáis.

Sullivan saluda a salina y a fred, por su aspecto parece que no se lo han pasado muy bien. Al ver la luz encendida en casa del viejo hill sullivan no puede evitar preguntar.

- ¿Habéis visto algún movimiento alrededor de la luz? Si hay alguien despierto en la casa que se este moviendo se habría visto alguna sombra en algún momento pero si no habéis visto nada puede que simplemente la luz se haya quedado encendida.
Dentro de lo malo el haber eliminado al perro del viejo nos da más opciones de éxito en esta tarea.

Peter empieza a concienciarse ya antes de vislumbrar la casa. No dejará de mover la cabeza de un lado para otro para mantener la atención.

Hola -Susurra a los policías- ¿No ha pasado nada? ¿nada en absoluto?

Salina, que está calada hasta los huesos y apenas disimula sus ganas de irse a su habitación, os asegura que el viejo está en la casa. Han visto varias veces movimiento a contraluz, aunque parece estar solo.

Cuando ella y Fred se van vosotros tomáis vuestras posiciones en el maizal. Tenéis que avanzar literalmente a ciegas por entre los altos tallos, y el movimiento se ve entorpecido por las malas hierbas que medran en las descuidadas tierras del viejo Hill.

Al menos la misma tormenta que os empapa también encubre cualquier ruido que podáis hacer al abriros paso entre la plantación. Finalmente llegáis hasta el borde del maizal, de modo que podáis ver la casa al tiempo que aún obtenéis un buen escondite entre la vegetación.

Efectivamente hay luz en algunas ventanas, y esa es la única fuente de iluminación en toda la zona, salvo los ocasionales relámpagos que rasgan el cielo sobre vuestras cabezas. Tras unos minutos de observación confirmáis que hay movimiento en el interior. Con sus prismáticos de visión nocturna, un viejo recuerdo de Irak que Peter consiguió escamotear del ejército, podéis distinguir con claridad la figura del viejo cada vez que cruza ante la ventana. No parece hacer nada específico, sólo dar vueltas por la casa, como si estuviera inquieto.

Van pasando los minutos, y con ellos la persistente lluvia se lleva también un poco más de vuestra paciencia. No sucede nada relevante, pero el viejo tampoco se acuesta. La luz en la casa sigue encendida y, ocasionalmente, veis movimiento en su interior.

Sullivan intenta no refunfuñar demasiado sobre la mala situación en la que se encuentran. Hacer una vigilancia como esta empapándose de agua y dentro del recinto privado de un sospechoso no es precisamente agradable.

Peter, fíjate en las contraluces de las ventanas. Intentemos averiguar si solo hay una persona o dos, si en un intervalo pequeño de tiempo vemos sombras en dos sitios distintos significaría que hay alguien más ahí - dice sullivan acercándose al oído de peter para no hacer mucho ruido debido al temporal.

Los prismáticos de Peter facilitan mucho la labor, no os caben muchas dudas de que sólo hay una persona moviéndose por la casa, y es el viejo Hill. Obviamente, desde vuestra posición no podéis saber si hay alguna otra persona dentro que se mantiene lejos de las ventanas. Al menos tenéis la certeza, por lo que os dijo Salina, de que el viejo entró solo en la casa.

La tumba está en este lado derecho de la casa, justo en el margen del maizal, por lo que podrías acercarte hasta ella sin perder la cobertura que os ofrece la vegetación.

Van pasando los minutos, lentamente, mientras la tormenta persiste. Pasan veinte minutos, cuarenta, sesenta... Empezáis a estar ateridos por el frío y dais buena cuenta del café para entrar en calor.

Por fin, la luz en la casa se apaga. Parece que el insomne señor Hill por fin se ha decidido a acostarse, pero entonces una luz aparece en la parte trasera de la casa. Es el viejo con una linterna en la mano, aunque más parece un antiguo candil. Desde la puerta trasera camina en dirección norte, hacia el maizal. Antes de entrar se gira, escrutando la oscuridad en todas direcciones, y sólo entonces desaparece entre los altos tallos de maíz.

El despertador suena a las 3 de la mañana. Apenas has podido dormir cuatro horas, pero ya es mucho más de lo que pueden decir tus compañeros. Dentro de lo que cabe te encuentras descansado y, al menos, la última herida del perro ha dejado de molestarte. En el exterior la tormenta aún arrecia con fuerza y los relámpagos iluminan la noche acompañados del vibrante estruendo de los truenos.

Tal y como habíais convenido, la sheriff Parker te espera a la puerta de la casa de huéspedes en su 4x4. Cuando estés listo podréis ir al encuentro de Peter y Sullivan.

Sin entretenerme mucho, me lavo un poco la cara para despejarme y me visto con rapidez. Guardo mi arma en mi cartuchera y me la coloco en los pantalones. Terminado de hacer esto bajo hacia el coche.

¿Llevas linternas? - le pregunto. No me gustaría ir por ahí a oscuras

¿Has visto eso? -Peter echa a correr cuidando la táctica aprendida con los marines, haciendo señas a su compañero. Deja descansar los prismáticos sobre sus hombros y se adentra en el campo de maíz, guiándose por el sonido del avance del viejo Hill, ya que por la vista no conseguiría nada.

Trata, al mismo tiempo, de no confundir su dirección; debe saber a qué distancia está de la carretera y cuánto ha avanzado... en todo momento. Con suerte, el viejo confundirá el ruido que hace con el viento, pues se para continuamente para escuchar. Lo que más miedo le da es que el viento auumente y sea él quien tenga problemas en seguir la pista.

Enciende el móvil y mira si hay cobertura, esperando estar lo suficiéntemente cerca de la carretera.