Partida Rol por web

A sus órdenes, señor dijo Galb mientras saboreaba el humo y el fuego que estaban provocando esa batalla. Parecía que esa criatura era algo que podía hacer un mínimo frente al Deus Assertor, algo que hacía mucho más interesante esta misión.

Cargando Mega Cañón de Plasma dijo mientras levantaba el brazo izquierdo, simulando que el titán también lo hacía.

Carga lista. Apuntando... Enemigo localizado. Disparando.

Ante las palabras de Cornelius y Justarius, no pude evitar sonreir mientras miraba los daños que habían provocado las armas, tanto del Deus como del Purificans, aunque esa cosa había logrado dañar parte de nuestra estructura, los daños todavía no eran serios.

Era el momento de darle el golpe definitivo a ese monstruo. Haciendo caso de las palabras de Justarius, detengo el titán mientras evalúo la situación del Purificans y del enorme Xeno. La lógica me hacía pensar que esa cosa atacaría al Purificans, que sin duda era el que más daño le estaba provocando, así que debería de moverse hacia su posición, momento en el que yo haría moverse un poco al Deus, intentando manterme en las mismas coordenadas X y evitar dejar en medio al Xeno, tal y como me ordenó Justarius, aunque no era una tarea fácil con la atmósfera como estaba, llena de vapor de agua y rocas volando por todos lados.

A pesar de todo, logré situarme en donde debía, de forma que ahora Cornelius podría volver a disparar, así como Justarius. Había que acabar con los pequeños xenos que habían salido. Tampoco podíamos dejar que se unieran al combate terrestre.

Con un rugido por los múltiples disparos, el Hierofante se volvió a dirigir a una velocidad pasmosa para un ser de ese tamaño hacia el Deus Assertor. Había escapado de las llamas generadas por el plasma y había dejado una cantidad de cuerpos xenos calcinados en su camino, pero otros pocos surgieron de su interior, dejándolos en una zona segura y cayendo al suelo, dispuestos para corretear y hacer de las suyas.

Mientras corría disparó una de sus bioarmas hacia el Deus Assertor, que había conseguido generar los escudos para aguantar otros pocos impactos, dos de los cuales fueron hacia la pierna derecha, otro al brazo del mismo lado y un quinto rozó la cabeza, la cabina donde estaban los princeps.

Lo peor de todo es que ese ser estaba a escasos metros para poder destrozar al Deus en un combate cerrado para el que no estaba preparado.

El princeps Benkai consiguió mantener el temple, ajustó el arma principal de su titán y disparó, no para causar daño, pero si para destrozar esa garra que parecía letal en combate cuerpo a cuerpo. Lanzó un disparo y esta fue vaporizada tras el efecto.

El princeps Justarius intentó disparar con el megabolter, pero el ser se movía tan rápido que apenas pudo seguir su estela, haciendo que los disparos se perdieran en el camino que había seguido el gran Xeno. 

El resto de la tripulación del Purificans seguía con su trabajo, Ortog mantuvo al Xeno dentro de una distancia de tiro correcta para el armamento, aunque no la más recomendable, pero al menos no estaba en la línea de tiro del Deus Assertor, mientras que Cornelius, más familiarizado con el armamento del titán, si impactó en el Xeno, provocando otra bola de fuego sobre el ser, sobre otra de las garras que este llevaba y destruyéndola, haciendo que esta goteara completamente derretida.

El ser seguía rugiendo, pero aún quedaba otra lluvia de disparos. Galb, siguiendo las órdendes de Benkai disparó. No fue un disparo muy convincente, pero viendo a un ser así casi rugirte a la cara no ayudaba, en cambio la proximidad sí, haciendo que el disparo impactara y provocara que saltaran todas las alarmas de temperatura del titán, pues la explosión lamió el cuerpo del Deus. El impacto golpeó en otra de las piernas, haciendo que el titán se tambaleara. Ya tenía las garras incapacitadas, si seguían así, lo incapacitarían y podrían freírlo por completo.

Proceda con su plan. Hemos recibido daños pero continuamos la batalla. Esporas micéticas restantes fijadas en el auspex en espera de que aterricen. El Deus Assertor concentrará su fuego sobre la criatura colosal hasta reducirla a polvo. Después haremos lo mismo con cada nueva espora micética sobre la que tengamos línea de tiro por orden de cercanía. Procedo a intentar contacto con los astartes en el interior de la forja y continúo con el ataque. Corto.

     El monstruo intentaba trabarse con el Deus Assertor en combate cerrado y eso eran malas noticias. Eso no va ocurrir, abominación... pensó mientras fijaba su retícula de puntería sobre la bestia para disparar de nuevo. Por muy poderosa y resistente que fuese no podría aguantar mucho mas el fuego concentrado de dos titanes del Imperio. Pronto no quedaría de ella mas que un charco de icor. 

     - Moderatis, mantengan el fuego d discreción. Fue la orden que llegó a las consolas de Galb y K-Nex mientras un nuevo haz de energía brotaba del cañón volcán.

Las alarmas sonaron, pero Galb apenas las notó. Veía a aquella criatura frente a ellos.

No vas a destruirnos pensó, sabiendo que el daño que le provocaban al titan él lo sentía también.

Cargando armas, ¡disparando!

Si el princeps ordenada disparar eso es lo que haría. Dijo mientras se preparaba para actuar de nuevo con su megacañón de plasma. Apuntó bien y finalmente disparó. Luego sonrió para comprobar el estado de la criaturas contra la que se enfrentaban.

¡Vamos compañeros, estamos haciendo un buen trabajo!

Justarius se mantuvo durante lo que pareció un eterno segundo quieto, inexpresivo, como "ido", con la mirada fija en el horizonte, las pupilas dilatadas y moviendo la boca pero sin emitir sonido alguno. Tras ese lapso de tiempo breve, pero intenso, sus ojos volvieron a enfocar las pantallas de datos que tenían delante y girándose hacia sus moderati, su voz profunda y poderosa volvió a restallar de nuevo en la cabina de mando del Titán "Señores, tenemos órdenes de nuestro Princeps. Ortog, diríjanos a N-28 para acercarnos a nuestros objetivos. Tenemos que acabar con las hordas que la bestia enemiga deja caer, debemos impedir a toda costa que lleguen a la Forja. Si es necesario, páseles por encima, pero como último recurso. Rastree con los Auspex por si alguno se ha escapado al barrido inicial, no debe quedar ni uno."   " Cornellius, dirija su plasma a los Xenos que nuestro cogitador táctico ha marcado como 5 y 3, si no fallan mis cálculos, el área de su arma debería poder impactar en ambos grupos si dispara en el punto intermedio y atomizarlos. Yo dirigiré las sagradas balas de nuestro Titán contra el Xenos 4, al sur de nuestra posición, luego procederemos a subir hacia el norte a masacrar al resto."

Dicho ésto, concentró sus esfuerzos en masacrar las hordas que correteaban en dirección a la Forja a una velocidad endiablada......

La situación en la que estábamos no era la mejor que podíamos esperar, pero aún así, Justarius tuvo la sangre fría de replantear las coordenadas de ubicación para evitar impactar sobre nuestro compañero, pudiendo disparar tanto a los xenos que se dirigían a la superficie como a la enorme bestia que amenazaba al otro titán

Con elegancia, el titán se volvió a mover como si de una bailarina se tratara para ubicarse tal y como le habían ordenado, de forma que Cornelius pudiera freir a esos hijos de puta.

Acto seguido, intenté centrar el auspex en la zona, pero algo raro pasaba. No detectaba nada anómalo, aunque quizás fuera simplemente que no había nada más.

¡Entendido! localizando corrodenadas.

Cornelius fundió su mente con el Titán y elevó uan plegaria al Dios Máquina. Como si de un milagro se tratara, el enorme cañón cuya bocacha relucía al rojo vivo, viró hasta énfocar allí donde el moderati deseaba. La justicia divina de la Humanidad se obraba así, con fuego purificador.

Disparando contra los enjambres.

Dijo mientras se producía un zumbido por el recalentamiento del plasma.

¡Fuego!

El Hierofante se quedó paralizado y rugiendo de dolor. Tantos impactos habían acabado con sus dos garras y una de sus patas, haciendo que sangrara y los xenos de menos tamaño se desprendieran como si fueran tripulantes de un barco que se hunde.

El coloso xeno abrió fuego con sus dos armas ligeras, pero estaba tan dolorido que se desviaron todos los impactos hacia todos los lados menos donde debía. Un momento después todo comenzó a ondularse a su alrededor y comenzaba a cargarse con un olor a ozono y a carga estática. La tripulación del Deus Assertor comenzó a notar náuseas y escalofríos, pero entonces el ser descargó un arco de energía desde su cabeza hacia el Warlord. Era imposible que fallara. Una serie de arcos de poder disforme comenzó a quemar el blindaje del titán y todas las alarmas comenzaron a sonar. Exceso de energía, daños importantes en el casco.

El Adepto Jefe Karelo del Deus Assertor tuvo que trabajar como un condenado para que le exceso de energía no provocara que el núcleo se descontrolara- Demasiada energía -fue lo único que fue capaz de decir. Pero en ese momento el Princeps Benkai dio orden de disparar con todo, y así fue. Disparó el Cañón Volcan y, casi a su vez, abrieron fuego los moderatis, creando un intercambio de andanadas que podría volatilizar todo lo que había en medio. 

Mientras un arco de energía salía del coloso al titán creando una especie de puente entre ambos, el titán le devolvió un haz continuo que dibujó un camino por todo el cuerpo que fue acompañado de una bola de plasma ardiendo que creo una pequeña detonación y después una auténtica salva del megabolter. El suelo entre ambos colosos se calentó tanto que la arena se cristalizó y lo que parecían raíces que había por debajo se comenzó a incendiar. La nube tóxica que surgía de estas se incendió y creo una enrome bola de fuego que hizo saltar las alarmas de calor del Deus Assertor. Un grito atroz surgió de la bola de fuego mientras se veía al coloso xeno caer al suelo mientras se derretía, y en esa nube en llamas se mantenía el Warlord, completamente aislado por orden de su Princeps y permitiéndole así soportar esas temperaturas.

Mientras tanto, el Purificans Impurus estaba de caza. Mientras el moderati Cornelius calculaba coordenadas para freír más xenos con menos disparos, el moderati Ortog intentaba analizar que no se le escapara ningún xeno del Auspex como le pasó anteriormente, pero no detectó nada más tenía la sensación de que se le escapaba algo. El Princeps intentaba cazar otra horda de xenos pero falló estrepitosamente, enmarcando el camino que hacían pero sin llegar a impactarlos.

     Como no podía ser de otra forma, la monstruosidad tiránida mordió el polvo, aniquilada por el poder del ingenio del Adeptus Mechanicum, cristalizado en forma de titán. Mentalmente, Benkai analizó los daños recibidos, así como la efectividad del sello hermético. Aunque la venerable máquina había sufrido daños, el balance hasta ahora era positivo. Mientras tanto, el Purificans Impurus parecía concentrado en eliminar las progenies que aquel coloso había liberado.

     - En cuanto se levante el cierre hermético quiero las armas fijadas en la espora micética mas cercana. Dispararemos según aterrice. Vaporizaremos a todo tiránido que ose pisar la sacrosanta superficie de éste planeta.

Galb sintió como la adrenalina disminuía tras ese combate. Había sido interesante pero no era un rival digno para el gran titán. Aunque habían sufrido daños, no parecían demasiado importantes. Al menos, podían continuar en la batalla.

Galb se preparó para atacar de nuevo en cuanto esa nube de llamas desapareciera o cuando algún enemigo se atreviera a cruzarla.

El moderati K-Nex asintió ante las palabras de su princeps. Habían logrado su objetivo, pues el Hierofante no era rival para ningún titán. Así que, esta vez se limitó a esperar a ver algún enemigo cerca o a recibir las órdenes correspondientes.

Ethan no pudo evitar sonreir, se sentía orgulloso de haber hecho morder el polvo a esa criatura.

Justarius maldijo por lo bajo la rapidez de los Xenos, que se alejaban de la zona de impacto de sus balas a la misma rapidez que él les seguía con la retícula de disparo..."Buen disparo Cornellius......acabe con las otras dos hordas...misma táctica...emplee el radio de su cañón para lograr un doble  impacto.....Ortog...vigile los escaners......no quiero que se nos escape nada. Una vez Cornellius haya acabado con los Xenos 1 y 2 iremos a por el 4......atento a cambiar de rumbo cuando se produzca el impacto de Cornellius Ortog."

Las palabras de Justarius fueron pronunciadas casi automáticamente, sin la fuerza característica que solía imprimirles.....parecía que se estaba concentrando en intentar acabar con los Xenos....La retícula de disparo de su arma se fijó en los Xenos y se preparó a disparar....

Ante las órdenes de Justarius, mantengo el titán en posición para que Cornelius vaporice a los xenos que están a distancia mientras me concentro en el auspex que tengo delante. A pesar de todo el movimiento que hay a mi alrededor, algo parece que no cuadra según estoy mirando la pantalla.

Absorto en mi tarea, apenas soy consciente de los xenos que pasan a mi alrededor ni del disparo de Cornelius, lo que hace que sea incapaz de moverme a tiempo para que puedan disparar sobre el xeno que quería Justarius

Al darme cuenta, levanto la cabeza Mierda, mierda Lo siento señor, pero algo le pasa al auspex y no he reaccionado a tiempo para posicionarme.

El doble cañón de plasma estaba ya al borde de la fusión. Las alarmas de temperatura se disparaban y Cornelius seguía forzando al Titán a descargar su ira contra los Xenos. El siguiente disparo falló y pasó de largo de los enjambres.

¡Por el Gran Engranaje! maldita sea, esos xenos nacidos de averno se han librado. Es la maldita temperatura, debo reajustar el sistema de puntería para corregir la desviación.

Dijo más para si mismo que para el resto mientras hacía que los cogitadores chirriasen vomitando datos.

[Adeptos, más refrigeración en el cañón de plasma, ¿o es que voy a tener que ir a hacerlo yo mismo?]

Comentó por el altoparlante a la tripulación.

El Purificans parecía tener problemas, pues los disparos salieron muy desviados de todos los posibles blancos. El cañón de plasma pasó por encima creando una pequeña explosión de plasma fundido y tierra que no afectó a ninguno de las hordas de xenos. Los xenos cambiaron de rumbo y se dirigieron, al menos dos hordas, hacia el Purificans como si quisieran abordarlo. El problema es que ahora estaban muy cerca.

En ese momento, otra bola de fuego procedente del espacio entró en la atmósfera. En el instante en que alcanzó la estratosfera, todos los sistemas del Deus Assertor se fijaron en él y calcularon toda la trayectoria hasta que tocara tierra. La espora iba a caer a un punto en concreto.

     - Calculando soluciones de disparo. Fuego a discreción. Fueron las escuetas ordenes. Quizás se había anticipado demasiado debido al nerviosismo del nuevo contacto. No podría saberlo hasta ver los resultados del disparo.

La sonrisa del moderati K-Nex apenas duró unos segundos pues en seguida pudo comprobar que la situación volvía a complicarse. Tras escuchar las órdenes de su comandante y sin tardar ni un solo segundo se dispuso a disparar en la misma dirección que él.