Partida Rol por web

El Centro de Mando está a rebosar de todos los miembros del capítulo, tanto Astartes como altos mandos del mechanicum y del titanicus.

Parece ser que todos los Astartes, los 237 que sobrepasaron las pruebas y que estaban repartidos entre las cuatro compañías de astartes. Intentaron repartirse a partes iguales por lo que hay 50 astartes rasos por compañía y los otros 37 se repartían entre miembros entrenados por la Inquisición, el Apothecarium, los Tecnosacerdotes y los Exploradores, estos últimos eran solo 7 en total.

Algunos astartes parecían llegar con los miembros del Alto Mando, destacando entre ellos Seanos en su cuerpo de semidradnought, el que estaba acompañado por un tecnomarine y este por dos niños, uno de los cuales lleva una caja en las manos.

Al entrar en el Centro de Mando, unos servidores os hacen un escaneo biométrico tanto a vosotros como a los niños, luego hacen una seña y un servocráneo os dirige hacia unos asientos, junto a vuestra escuadra asignada dentro de la compañía propia. Dependiendo del astartes, delante de él han dispuesto unas esterillas para que los escuderos se mantuvieran arrodillados y quietos.

Los miembros del Titanicum eran los más cercanos a los Astartes en lo que es la disposición de ocupar sitios, y no llegaban a las dos docenas entre princeps y moderatis.

Los miembros de la Inquisición eran los que flanqueaban a los Astartes en el otro lado de la sala, siendo algo más numerosos, pero también escasos, y cerrando la formación estaban los altos mandos de la Legio Cybernética y de los Skitariis.

Cuando todos estaban en su sitio, se cerraron las puertas y las luces se atenuaron, centrándose un foco en un pequeño atril en la zona inferior, y varias holopantallas con mapas tácticos, y datos de todos los planetas del Sistema Boltaris y del Subsector aparecían en ellos.

Entonces, una figura de tamaño humano, pelo blanco y algunas arrugas que marcaban su edad se situó en el atril. Era el Sumo Inquisidor Zarius, y a la vez que habló, todos los servocráneos y diferentes sistemas de aumento de volumen amplificaban su voz para que se escuchara perfectamente.

-Hermanos y hermanas del capítulo y del mechanicum. Hoy es un gran día, pues tengo malas noticias y grandes noticias

Las imágenes cambiaron y mostraron el Subsector con flechas y enmarcando lo que era la flota enjambre y la ruta que había hecho a lo largo de los años.

-Hemos recibido inquietantes noticias alegando que los planetas que en parte habían resistido el embate de la Flota Enjambre estaban siendo invadidas de nuevo, como si el enjambre estuviera dando la vuelta, perdiéndo así sistemas enteros, como ha sido el caso del Sistema Koralis y el Onios -carraspeó y alzó una mano con un rollo de pergamino- pero también tengo grandes noticias. El Adeptus Terra en persona a ordenado que es hora que nuestro capítulo se ponga en estado de servicio completo, y la primera orden es que tenemos que retomar los planetas del subsector, no purificarlos, sino retomarlos pues los recursos que tienen tanto como datos que podemos obtener de los Xenos para acabar con ellos son muy importantes.

La imagen cambió y mostró una del planeta Boltaris I, con las zonas infestadas y Mons-Karanos como el único punto verde del planeta.

-Bien, como veis aquí, ahora mismo somos la única fortaleza con capacidad para poder hacer frente a la Flota Enjambre; pero si el planeta sigue asilado y no tenemos defensas contra el espacio, no podremos hacer nada. Así pues, los miembros de las diferentes compañías Astartes se les otorgaran una serie de objetivos, así como a los miembros de las diferentes filas del Mechanicum.

Carraspeó de nuevo y bebió un poco de un vaso de agua que le trajo un servidor- Los objetivos van a ser cuatro de las antaño forjas principales del Planeta, que tienen una serie de defensas contra invasiones espaciales que necesitaremos. Nos han informado que la Flota del Mechanicum ha preparado sus naves de ataque para distraer parte de la flota enemiga que se quedó para terminar de invadir esta zona, por lo que eso tendría que retrasar a los enemigos. Eso es todo.

Al terminar todo esto, los adeptos y servocráneos vuelven a moverse y a separaros en diferentes secciones y escuadras, llevándoos a mesas tácticas, donde parece que se os darán vuestros objetivos.

El Señor de la forja Seanos va recogiendo a diferentes miembros de las diferentes ramas, llevándose a Jean "Blitz" Storm de los tecnomarines, a Septimus Diomedes del Apothecarium, a Leah y Severus de la Inquisición y a los Princeps Benkai y Shiban del adeptus Titánicus y dirigiéndose hacia la mesa de holomapas y tableros tácticos en la que estaban los diferentes miembros de la Compañía Drachonian.

-Buenas tardes. Habéis sido asignados a mí mientras se puede establecer una cadena de mando dentro de la Compañía, pues mientras no déis muestras de vuestro valor en batalla no puede haber más que jefes de escuadra- mientras habla comenzó a señalar a los diferentes miembros que no eran de la Compañía- El apotecario Septimus Diómedes, los Inquisidores Lady Leah y Lord Severus, el hermano tecnomarine Jean Storm -señaló a los miembros del Titanicus- Los Princeps Nathaniel Benkai y Justarios Shiban juntos con sus moderatis, Ethan K-Nex, Galb, Cornelius Meliade y Ortog Cinchare.

Su voz era monótona y mecánica, mientras que se movía y hacía temblar un poco el suelo, lo que hacía que los niños se alteraran- Se nos ha asignado la Forja Mon-Zilos, una pequeña forja que se encargaba de la munición y cargadores de energía; pero tenía una gran importancia estratégica y una fuerza de defensa espacial muy importantes.

Empezó a activar la mesa de mapas y un holograma de la forja y las tierras de los alrededores se encendió.

-La misión es sencilla, que no fácil. Los astartes debéis asaltar en la Forja, ponerla en funcionamiento y defenderla hasta que las tropas de las legiones skitarii puedan reforzar vuestra posición. Si podéis conseguir activarla pronto y poner en funcionamiento sus defensas terrestres os podrá ser más fácil; pero esto es algo secundario -señalo con uno de los brazos mecánicos a la explanada- los miembros del Titánicum debéis de mantener a raya las oleadas de xenos que se acercarán, pues creemos que se ha implantado un nodo psináptico en esta forja, y aquí es donde entran nuestros amigos inquisidores, pues su trabajo será intentar descubrir si este hecho es cierto o no.

Cambia la imagen y aparecen unos esquemas en tres dimensiones de los dos titantes que van a acompañaros, un Titán Warlord y un titán Warhound- Todas las comunicaciones son de corto alcance, pues suponemos que la batalla espacial interrumpirá grandes conexiones y las de corto alcance son más seguras, por lo que toda petición de refuerzos, órdenes y táctica se hará por medio de los titanes que serán los encargados de retransmitir las peticiones, a parte de que pueden ejercer ellos mismos como apoyo de artillería en los puntos que los astartes necesiten en un momento.

Seanos miró un poco por encima de la mesa- Los mandos los tendrán los jefes de escuadra, pero el mando supremo de la Compañía en esta misión caerá sobre el hermano tecnomarine Jean Storm. Él es vuestro especialista, así que mientras esté poniendo en funcionamiento la forja deberéis de moveros y coordinaros entre vosotros. Esto es así porque se quiere probar al hermano Jean Storm como mando de una Compañía y quiere verse a los Jefes de Escuadra moverse y actuar un tanto por cuenta propia como bajo un mando para poder ir estableciendo la cadena de mando de la Compañía Drachonian.

Se irguió en toda su estatura- ¿Alguna pregunta?

     Benkai se frotó el mentón, pensativo. Aunque el plan parecía simple, él veía algunas lagunas en su concepción. - Ha hablado de refuerzos. Dijo al fin. - ¿De qué unidades de reserva dispondremos para ésta misión en caso de necesidad? Y otro punto. ¿Nuestras máquinas contendrán al enemigo en solitario? ¿No tendremos apoyo de infantería? 

Cornelius se revilvió en su asiento.

¿Oleadas? ¿de qué? deberían concretar un poco más, ¡por el Omnissiah! 

Tras cotrolar sus gestos para no delatar nerviosismo se trató de onvencer a si mismo.

Da igual, mataremos a todo maldito bicho que se acerque. Se arrepentiran del día en que un Meliade se puso a los mandos de la artillería del Warhound.

-Los refuerzos serán de una unidad de blindados. Son tres compañías de Leman Russ al mando del teniente coronel Shezzard. Estarán en reserva y dispuestas a reforzar la forja que más lo necesite -alza una mano antes de seguir hablando- se les asignará como apoyo a los titanes la DLXI del regimiento de skitariis del planeta, las tres compañías completas de ese regimiento estarán como apoyo de infantería.

Activa el mapa para que se vea tanto la forja de Mons-Karanos como la forja de Mons-Zilos, y se ve que están bastante lejos- El regimiento de tanques estará en un punto intermedio, por lo que tardará en llegar, también estarán en espera activa todas las unidades de la fuerza aérea, lo que hacen un total de 25 Thunderbolt y 15 Marauders -se alzó de nuevo en toda la estatura- Lo reconozco, los números son penosos, 50 astartes, 40 naves para todas las misiones, 30 tanques para todas las misiones y solo podemos ofrecer con seguridad unos cientos de soldados Skitariis, por eso los titanes tendréis que centraros en lo que sea más dañino para la infantería.

No daba crédito a lo que estaba oyendo. Tras múltiples escaramuzas y combates a pequeña escala, aquí estábamos, hablando de un movimiento táctico a gran escalar, arriesgado, pero importante para la supervivencia del asentamiento.

Cierto que era cuestión de tiempo que, por fin, decidiéramos dar un golpe a esa maldita flota enjambre, y para eso sería necesario que nuestros valiosos titanes estuvieran a la altura de las circunstancias y cubrieran el culo a los soldaditos, mientras ellos se bañaban en la sangre de los asquerosos insectos.

A pesar de aceptar preguntas, pocas me surgían, pues como había dicho Seanos, la misión era sencilla, que no fácil y nuestro objetivo también claro.

Al parecer había llegado la esperada hora. La hora de que la forja de sus habilidades y virtudes se pusiera en práctica, y se consagraran en el fuego de una verdadera batalla como auténticos astartes.

La misión podía resultar peligrosa, pero para aquellas ocasiones se había concebido a los ángeles de la muerte, a los soldados astartes del Emperador. Por fin podrían contribuir a la regeneración del sistema y a devolverles el duro golpe a los xenos, con fuego purificador. La hora de la venganza estaba próxima, y Phalanax sintió la adrenalina correr por su cuerpo al saber que podría luchar como no lo hizo la primera vez que los tiránidos llegaron.

Sin embargo comenzó rápidamente a pensar en la estrategia a seguir con los recursos disponibles. Una vez hecha la brecha para entrar en el complejo, habría que montar un grupo de seguridad en torno a la fortaleza, que resistiera los embates mientras se realizaba la misión, pero conseguir los apoyos de fuego terrestre del lugar podría ser ventajoso para ellos. Si dispusieran de unas pocas unidades de skitariis desde un comienzo se les podría encargar esa misión para no dejar de defender ningún punto importante...

Mientras daba vueltas al asunto, y después de que varios de los presentes hablaran, Phalanax hizo una pregunta que no sabía si iba a poder ser respondida:

- Maestro Seanos, ¿Conocemos la principal xenoespecie que se encuentra en el lugar? ¿Posible presencia de enemigos que requieran de herramientas especiales para ser abatidos? No dudo de la eficacia de los titanes, pero sin duda la infantería tendremos que hacernos paso y aguantar en varios frentes... - Quería conocer las posibles tropas tiránidas que ocuparán el lugar. Gantes sería lo normal y la presencia de muchas otras formas tiránidas era siempre posible, como los líctors o incluso genestealer, pero quería saber si se conocía la presencia de objetivos gargantuescos que mantuvieran demasiado ocupados a los titanes, así como tropas de apoyo pesado o incluso especialistas.

Justarius miró a su alrededor, admirando internamente el trabajo que sus compañeros del Mechanicum habían hecho con tanta eficiencia. La enorme sala provista de tanta tecnología, las armaduras de los technomarines tan bien acabadas, incluso los cogitadores que alumbraban con sus luces los rincones más oscuros del lugar.....el Omnissiah estaría orgulloso de su devoción y dedicación, pero debían hacer más, mucho más, y para ello les estaba poniendo a prueba en estos duros momentos. Prestó atención a las palabras de sus compañeros, y asintió a las palabras del Exterminador Phalanax.."Ciertamente, Maestro Seanos, el Astartes ha hecho una pregunta inteligente. Nuestros venerados Titanes, con sus fuertes e indomables espiritus-maquina, son unos adversarios temibles y casi imposibles de vencer, excepto por los más grandes enemigos. ¿Hay indicios de las criaturas que nos encontraremos? Podríamos configurar mejor nuestras armas si sabemos a lo que vamos a enfrentarnos y ayudar mejor a la infantería, quien también podría prepararse mejor para el incipiente combate. También me gustaría añadir, si me perdonáis mi atrevimiento, dado que parece ser que nuestras fuerzas son escasas.....¿por qué no centramos nuestros esfuerzos en 3 de las forjas, empleando más personal para capturarlas y asegurarlas, y una vez las tengamos en nuestro poder, lanzamos un ataque a la cuarta desviando fuerzas de las tres? Quiero decir....si tan escasos de fuerzas andamos, parece una temeridad dispersarnos de esa forma, debilitamos a todos los frentes, con todos mis respetos, señor. Mejor asegurar tres, que no tener ninguna." Ni se le había pasado por la cabeza el tener miedo.....simplemente exponía una cosa obvia para él tras la información que había recibido. Siempre podían conquistar tres plazas fuertes mejor que cuatro....y luego, una vez aseguradas, con las tropas restantes atacar la última.

-A la pregunta del hermano de batalla Phalanax, no tenemos ni idea de que tipo de criaturas pueden haber. Sabemos que los tiránidos mutan muy rápidamente y, salvo los que nos hemos cruzado en escaramuzas a lo largo del planeta, aún no sabemos que tipos pueden desplegar- tecleó y aparecieron diversas imágenes de las estructuras de varios tipos de tiránidos- de momento hemos confirmado con cacerías y escaramuzas la presencia de gantes, genestealers y líctors; pero no tenemos datos sobre otro tipo de especies.

El Maestro de la Forja miró hacia el princeps Justarius- Varios miembros del Alto Mando del capítulo pensaron como tú; pero llegamos a la conclusión siguiente. Si nos centramos en unas pocas forjas, los tiránidos nos pueden arrasar como una marea de carne y garras, si nos centramos en varias, puede que consigamos activar una, y esa única forja nos permitiría tener muchos más datos para las fabricaciones de suministros que tanto necesita nuestro capítulo. Con esto lo que esperamos es poder dividir en parte el enjambre y, así, que estemos en mejores condiciones. Los titanes están ahí por su capacidad de poder barrer del mapa cantidades ingentes de enemigos de infantería mientras que los astartes hacen lo propio con los del interior de la Forja. 

Blitz alzó las cejas cuando le asignaron el mando. Pero sólo fue ese el signo de sorpresa, haría lo que tenía que hacer. Estaba clara la importancia de la misión: Boltaris I debía ser recuperada 100%, y únicamente con la ayuda de las forjas podrían hacerlo. Blitz miró a Seanos, ya se lo advirtió.

Blitz escuchó la intervención de sus compañeros. La importancia de conocer a nuestros enemigos era vital, cierto, pero estando aislados como habíamos estado en esta única forja, sería bastante difícil conocer la realidad de lo que nos podíamos encontrar ahí fuera, aunque encontrarse gantes era algo seguro, todo lo demás... Al menos sabían de la existencia de lictors y genestealers. En cuanto al tema de las forjas, para Blitz estaba claro: “divide y vencerás” pensó.

A Blitz le preocupaba tener poca información, estaba claro que del enemigo no tendrían mucha información, conocía Mons-Karanos, como si fuese su casa, y lo era, pero no Mon-Zilos.

-Maestro Seanos, me imagino que dispondremos de más información sobre Mon-Zilos.

Un mapa sería necesario, no sólo para saber donde tenía que dirigirse para activar la forja, sino para calcular rutas alternativas por posibles destrucciones de los tiránidos. Debería encontrar también los puntos flacos de Mon-Zilos, y los lugares más peligrosos por donde no trazar la ruta a seguir.

Leah escuchó la información con el semblante carente de expresión alguna.
No era el caso de la niña que iba con ella, que se removió inquieta un paso por detrás de la mujer, tal y como ella le había indicado que debía hacer.

Miró a Severus haciendo que los cabellos níveos se balancearan al girar el rostro,la mirada zafiro de la mujer decía más que cualquier palabra:

Más nos vale no joderla

No podía permitirse fallar en una misión encomendada a ellos, como si por obra y gracia del Emperador hubieran sido iluminados y les hubiera sido permitido vislumbrar que era el momento de la oportunidad que , sino todos los presentes, la mayoría necesitaba para demostrar su valía en el cargo que ostentaban.
Más de una vez había sentido ganas de mandarles el carajo a todos, sacar una carta y esperar que ésta les condenara...pero su fuerza de voluntad y la fe eran más fuertes.

Después de todo lo dijo la Santa... si el camino es fácil el destino no vale la pena.

Probablemente el destino de la misión entonces iba a ser un jodido éxtasis. Se ladeó para mirar a la niña y le puso una mano en la mata de rizos color cobre para calmar su desasosiego. No acompañaría a su mentora en la misión, aunque el miedo y nerviosismo no parecían dejarla entender.

Galb había sonreído al entrar en el Centro de Mando. Le hubiera gustado decir en voz alta "Gracias por venir a verme, se que todos me amáis" y así poder relajar el ambiente, pero podía haberse ganado algún tipo de reprimenda. Y no es que le importara, pero no le parecía adecuado para su reputación. Y se alegró de no hacerlo cuando les comunicaron las noticias.

Se acercaron a la mesa y les explicaron la situación. Vaya, esto parece una misión suicida. ¿No habrá nadie que se dibuje una diana en el pecho y salga corriendo delante del enjambre, para ver si le siguen y sirve de distracción? pensó mientras se rascaba el hombro y meditaba sobre todo.

¿El asalto será sigiloso o lo tomaremos a la fuerza?

     Benkai escuchó las palabras de su moderati y casi esbozó una sonrisa... casi. - Aconsejo un acercamiento sigiloso para los astartes, ya que eso les permitirá desempeñar su cometido con mayor eficiencia. Pero no ocurre lo mismo con nosotros. Los avatares del Dios Máquina no conocen el sigilo y dominan el campo de batalla allá donde van, llenando de temor las mentes y almas de sus enemigos. Propongo que el Deus Assertor y sus tropas auxiliares tomen una posición elevada desde la que los enemigos puedan verlo. Así atraeremos sobre nosotros casi toda la atención, facilitando el trabajo de acercamiento de los marines espaciales. Que sientan el martillo del Mechanicum destrozando sus cuerpos para mayor gloria de Boltaris. Otra cosa sería una indignidad. Pensó. El Adepta Titánica no se arrastra al amparo de la oscuridad como un grupo de vulgares ladrones...

Septimus saludó con un educado asentimiento de cabeza a los presentes cuando el maestro de forja le señaló. La verdad es que aquella misión le honraba profundamente. Era indudable que el capítulo no tenía muchos efectivos, y que por tanto estaría movilizando a la mayoría para hacer frente a ésta ofensiva, si no a todos.

Pero aún así, se sentía agradecido de poder participar. Agradecido de volver al frente, de poder ayudar a los sagrados guerreros del Dios Emperador a que pudieran volver más o menos enteros y seguir sirviendo década tras década. 

Desde luego, aquello no era fácil. Era un plan bastante ambicioso, pero todos sabían que si había alguien capaz de recobrar una factoría con pocos efectivos eran los marines espaciales. Y más aún si contaban con el apoyo de dos de las mayores máquinas de guerra que los adeptos del Mechanicum podían proporcionar, los venerables titanes. Por supuesto, la infantería y los tanques también eran importantes... Pero palidecían al lado de aquellos colosos. 

Septimus no dijo nada, simplemente se mantuvo con las manos cruzadas a la espalda, escuchando con rostro sereno las instrucciones y las preguntas de cada uno de los presentes. 

-No será una operación de sigilo, sino todo lo contrario -tecleó de nuevo una serie de mandos y el mapa cambió, mostrando la grandísima explanada casi interminable en la que estaba situada Mons-Zilos- Como podéis ver no hay ni posiciones elevadas ni lugares donde esconderse, por lo que esta base se creó precisamente allí para tener mejor ángulo como base antiaérea a parte de como Forja -unos pequeños hologramas de los titanes y los skitariis aparecieron y marcaron una trayectoria con unas flechas- Los titanes avanzarán y cuando estén atrayendo la atención, los astartes harán un ataque relámpago desde Thunderhawks -aparecieron 5 hologramas pequeños de thunderhawks que dejan unos puntitos en la la parte superior de la Forja y se van- Solo tenemos siete, y cinco irán en esta misión para llevar a todos los astartes a la vez, por lo que los titanes y skitariis tendrán que sacar los máximos tiránidos de la base, pues el desembarco de los astartes será a una hora en concreto, pues el resto de misiones serán parecidas y las thunderhawk tienen un horario muy justo.

Severus avanzó hasta la sala acordada, con una mirada seria indicó a los escuderos su lugar, la reunión comenzaba con las palabras del Sumo Inquisidor Zarius, las noticias eran positivas en conjunto y llegaba la hora de la verdad para el capítulo, el Maestro de la Forja indicó con claridad la misión, por su parte lo más interesante hacía referencia a un posible nodo psináptico... hora de moverse.

No había lugar para la duda, la reunión avanzaba, presentaciones, objetivos claros y resolución de dudas, tras la primera intervención de Seanos, Lord Severus cerró los ojos, permaneciendo inmóvil, escuchando con atención cuanto se decía, incluso los ojos cerrados parecía ver sin mirar, observaba más allá de lo que parecía posible, un leve gesto de su rostro respondió a la mirada de la Leah recuperando su quietud.

Lo sé... lo sé... no hay motivo para preocuparse... el Emperador protege... somos su mano ejecutora... martillo de herejes... llama purificadora... esa forja será recuperada por los Astartes para su gloria... me interesa ese nodo... veamos lo que pueden ofrecer esos heréticos xenos...

Cornelius cerró las manos como garras alrededor de los reposabrazos de su silla.

La mejor baza de un warhound es la navegación silenciosa.

Dijo en alto sin darse cuenta. El Moderati estaba indignado, la prodigiosa y divina máquina que pilotaban era letal cazando a sus enemigos en silencio y realizando operaciones de reconocimiento. Por lo visto ahora el avatar del Dios-Máquina no era más que una miserable distracción para que los astartes e inquisidores juguetearan con las blasfemias de los tiránidos.

El moderati cruzó los brazos sobre el pecho y bufó.

Al oir a Cornellius, le miré un tanto sorprendido. Casi me habia quitado las palabras de mi boca

Como piloto del titán, sabía de sobra que una de nuestras principales cualidades era la del sigilo, o todo el sigilo del que se puede hablar cuando se trata de un titán, pero su capacidad de crear ilusiones les podrían permitir llegar más lejos que otros de sus compañeros y de esta forma evitar unos cuantos impactos.

Lo que no sabía era si en esa estrategia entraría alguna subestrategia o no podríamos hacer más que avanzar mientras escupíamos una lluvia de muerte sobre el planeta.