Partida Rol por web

- Puede ir tranquila, no es nada peligroso, es una de esas cosas que dicen que les unen como "manada". De hecho en su sociedad es un honor que se la invite sin ser una Garou.- dijo el doctor animando te a ello.

Los niños estaban entusiasmados con la idea y disfrutando la comida. 

Viste a Erick pinchar el centro del filete y comerlo a mordiscos. Al menos masticaba con la boca abierta. Los niños quisieron imitarlo pero el doctor les miro de reojo y desistieron. El medico trataba de humanizar a los niños pero Erick era una influencia contraria a este cometido.

En un rincón viste una bolsa negra de deporte, llena de parches, que debía ser de Erick.

- No tenemos manzanas pero por ti las encontraría.- aseguro Erick con esa sonrisa de estar permanentemente coqueteando contigo.- Patatas si había, pero tendremos que ver que más se puede sembrar. Es duro para Alia-Gaia cultivar la tierra, hacer su trabajo, cuidar de los cachorros... así que voy a instalarme aquí.

El doctor se atraganto un tanto, bebió agua y miro de reojo a Erick.

- No en su casa, voy a hacerme una cabaña allí.- dijo señalando a un claro entre los arboles.- Dentro de las defensas, cerca de mis sobrinos... donde pueda crear mi propia familia.- aseguro poniendo sus ojos en ti con descaro.- Hay que hacer lo posible por aumentar la manada.

El doctor le soltó al Garou una patada por debajo de la mesa, al menos es lo que interpretaste.

- ¡¿Que?! No he dicho que me muero de ganas por montarla ni nada parecido.

Asintió al doctor con una sonrisa ilusionada. ¡Iba a verlos aullar a la luna! Y con suerte Erick se convertiría en lobo. Sería una experiencia increíble, algo que nunca esperó vivir ni en sus mejores sueños.

-​-Me parece una buena idea, iré- confirmó, haciendo que los niños se ilusionasen con la idea, lo que más la ilusionó a ella. Le gustaba verlos felices y ser parte de eso aunque fuera un poquito.

-¿Le habéis dicho al tío Erick que vamos a criar pollitos? -​​​​​preguntó a los niños al comentar Erick el tema de los cultivos -¿Habéis visto si en la granja de la que era la vaca había semillas o tenían ya algo plantado? Puede que aún se pueda recuperar algo. Y no, no te preocupes por las manzanas Erick, puedo vivir sin ellas, pero gracias  -le contesto a su propuesta rápidamente.  Ya era complicado andar por ahí fuera para algo importante como para salir solamente por el antojo de manzanas. Si algo pasará en esa expedición por su culpa, no se lo perdonaría.

Pensó que Erick le protestaria, pero su siguiente comentario tomó otros derroteros y consiguió tensar el ambiente en un segundo.  A May no se le pasó el gesto de sorpresa del doctor ante la proposición de Erick de instalarse allí y la poca gracia que le hacia. Se le antojó que aquella idea había sido tomada de forma unilateral, sin consultar con Eduard previamente, pero era cosa de ellos, ahí ella no podía opinar. Pero se encontró sosteniendo la mirada de Erick en ese momento, y esa mirada no dejaba lugar a dudas de lo que estaba pasando por su cabeza en esos momentos. Se dió cuenta de que ella era el motivo de todo aquello. Fue a abrir la boca para contestar cuando Erick habló de nuevo.

Y ahora fue ella la que contestó sin pensarlo-¡Erick!, hay niños delante, por favor...

Lanzó una mirada avergonzada al doctor para desviarla rápidamente a su plato. Y ahora los niños preguntarían, a ver cómo les explicaba lo que su tío quería decir con esa frase. Porque como se lo dejasen a el...

Madre mía... Que claro lo tiene... ¿Por qué da por hecho de que por mi parte es también un si? ¿O las hembras en su cultura no tienen ni voz ni voto? Acaba de decir delante del doctor que quiere formar una familia y tener cachorros en su propiedad, ¡conmigo!

-¿Quereis repetir carne? -preguntó a los niños intentando desviar la atención de ese tema.

Los niños tenían la boca llena y miraban a los adultos como en un partido de tenis, sin entender mucho de lo que pasaba. Selene era más despierta y decidió preguntarte de forma directa.-¿El tío quiere subirse a caballito de ti?

 - No, peso mucho.- dijo Erick en respuesta, doliendose de la espinilla por algún golpe extra del doctor.- Es mejor que ella se ponga encima.

- ¡Oh, entonces a nosotros también nos gusta montar con el tío!

El doctor escupió agua por la nariz y la boca. Lanzo una mirada furibunda a Erik. Con lo que se esforzaba por educarlos y en dos minutos tiraba todo por tierra.

El Garou termino lo que le quedaba del filete en un bocado y se limpió con el brazo. Los niños lo imitaron y la vena de la frente de Eduard empezó a inflamarse cuando Erick educto con la boca abierta y los niños se rieron antes de intentar imitarlo.

- ¡Venga, vamos a aullar!.- dijo levantando se con impetu de la mesa.- Yo me ocupo de fregar todo después y recoger, tu no te preocupes por nada, Alia-Gaia, descansa. Después acostare a los cachorros, los arropare y les contare cuentos de la manada.

 - De acuerdo, solo recuerda que la señorita Morgan es mayor y como se te ocurra contarle un cuento para llevarla a la cama, vas a aullar el resto de tu vida con la voz muuuuyyyy aguda ¿Me comprendes?

 - Entendido, tu territorio, tus normas.

May no sabía si reirse o llorar. No pudo evitar imaginarse la escena, ella a caballito de Erick (imagen de la bucólica e inocente escena compuesta por la mente de Selene) y ella cabalgando a Erick (imagen mental más realista y erótica que ahora mismo estaba teniendo lugar en las mentes de Erick, Eduard y ella). Imagen que cobraba más fuerza aún a causa de las palabras que utilizaba el Garou. Era cómo había comentado el doctor, primario, animal en esa faceta. Al mirarlo casi podía ver más al lobo que al humano en ciertos momentos.

Pero lo que sí era cierto era que, el día de mañana, tanto Liam como Selene se acordarían de esa conversación, atarian cabos y se reirían de lo inocentes que eran en esos dias. Y lo que también era cierto es que el doctor estaba sufriendo de ver cómo la educación que le daba a los niños se esfumaba en manos de su tio en cuestión de minutos. No pudo menos que aguantar una sonrisa al ver cómo el doctor se limpiaba el agua que le había caído encima entre miradas asesinas al Garou. Menuda tarea que tenía con todo el clan.

Cuando los niños y Erick se levantaron para ir a aullar, May tardó en levantarse, dando tiempo a que hubiera cierta distancia entre ellos tres y el doctor y ella misma.

-Gracias por lo de antes, ya le dije que ya se me había insinuado pero... nunca antes nadie había usado esos términos y más delante de unos niños. Hay que tener cuidado con ellos, todo lo captan y lo imitan, ¡que le voy a contar! Por cierto... Erick no ha sido el primero del clan Garou que se me ha insinuado-le dijo con una sonrisa dejando que él adivinara que había sido Liam-No se preocupe por mi, estaré bien. No creo que intente nada estando los niños delante y le ha dado su palabra. Lo único que tengo que procurar es no salir de su territorio, que entiendo que es la zona protegida y, cómo no vamos a salir de los límites, no hay problem. Así que descanse, hágale caso a Erick y no recoja nada, lo haremos a la vuelta. Mañana le contaré qué más buenas costumbres ha intentado Erick inculcarles a los niños-bromeó con el doctor mientras se levantaba-Bueno, allá voy. Voy a pasear por el bosque de noche, rodeada de un hombre lobo y dos cachorros... sin esperar a que un zombi salte encima mia en cualquier momento. Sí o sí recordaré esta noche como algo bueno, aún a pesar de... la escena ecuestre.

Se levantó aún con su sonrisa y siguió al trio de Garous adentrándose en la noche. La verdad es que sí tenía un pellizco en el estómago. Creía que Erick cumpliría su palabra por respecto al doctor pero no lo conocía como parar poner la mano en el fuego y los instintos animales, desatados, era muy complicado pararlos. E, igualmente, aunque sabía que las protecciones estaban allí y que no tendrían ningún encuentro inesperado, pero las sombras de la noche creaban formas y movimientos a los que su mente daba vida, así que no tardó en aligerar el paso para ponerse a la par de los niños y su tio.

El médico se froto el puente de la nariz.- Esta bien, iré a descansar, ha sido un día largo. Erick no es peligroso, es un poco salvaje en las formas pero no le podrá un dedo encima. 

Eduard soltó el aire en un profundo suspiró.- Solo intente que no se acuesten demasiado tarde, mañana tienen clase. Intento que mantengan unos horarios y Erick siempre logra ponerlos del reves.- te pidió antes de ponerse en pie y caminar en dirección a la casa. 

Se notaba que su pierna no estaba como por la mañana, cojeaba más y le costaba mantener un ritmo normal al andar. Con pasos cortos pero seguros.

Erick se paro a esperarte. Con un niño agarrado sobre su hombro y otro bajo el brazo, como si fueran dos sacos de harina. Los niños se reían a carcajadas jugando a tratar de liberarse de los fuertes brazos de su tío. Si pensaras mal te parecería que intentaba mostrar lo fuerte que era para impresionarte.

- Vamos Bella, quiero llevaros al claro donde levantare la casa. Desde allí se ve una luna casi mas hermosa que tu.

Justo antes de llegar a la altura de Erick se volvió para comprobar que el doctor había entrado en la casa. Fue un vistazo rápido pero suficiente, porque llegó a ver cómo cerraba tras de sí la puerta de entrada.

En dos pasos se unió a él, lo escuchó, miró hacia donde él señalaba y sonrió.

-La luna siempre es la más bella, ¡no hay comparación!¡A ver quién llega primero al claro!-exclamó justo antes de echar a correr sabiendo que, aunque saliera la primera, todos la adelantarían en pocos segundos y llegar al claro no tendría pérdida.

Erick dejo a los niños en el suelo con cuidado y empezaron a correr detrás de ti. El te dio ventaja. Se preparo para correr como un atleta, con los nudillo en la tierra.- ¡Os cuento diez de ventaja!.- aviso.

Los niños aceleraron mientras escuchabas la cuenta atrás. Supiste que Erick lo daría todo en la carrera, mostrando sus habilidades.

La cuenta atrás termino y escuchaste unos pasos pesados, mas rápidos y duros que los de un humano, tampoco sonaba a los de un cuadrúpedo. Oíste a Liam soltar un gritito y después reírse, lo mismo que Selene un segundo después. 

Una mirada atrás para ver que era lo que te perseguia.

Una bestia enorme de más de dos metros, completamente cubierto de pelo, con enormes colmillos que sostenía a ambos niños con el mismo brazo.

En un parpadeo lo tenías encima y al segundo siguiente estabas sobre su hombro. Al llegar al centro del claro os bajo a todos al suelo y ante tus ojos retomo su forma humana.... Había perdido la ropa en el cambió y volvía a estar desnudo.

- ¡Así ganamos todos, la manada junta siempre gana!.- dijo a los niños entre risas. A su manera trataba de enseñarles algo a los niños.

Diez de ventaja...como le gusta presumir.

May corría despacio por así decirse, un trote ligero esperando que la alcanzarán los dos niños. No tardó en escuchar sus pequeños pasos tras ella y, más alejada, la cuenta decreciente de Erick llegando al final.

Sintió sus pasos acercarse, las risas de Liam y las de Selene muy cerca suya. Y se volvió a mirar.

No lo recordaba tan grande, o quizás era un efecto de la luz de la luna que se colaba entre los arboles, pero ver a aquel ser corriendo hacia ella hizo que apretara el paso hasta lo más que podía dar. Pero no fue suficiente. En unos segundos sintió la fuerza de Erick elevarla por el aire. Soltó un pequeño grito cuando vio alejarse al suelo de ella de repente y se encontró agarrando pelo con todas sus fuerzas y riéndose como los niños.

Cuando Erick la bajó al suelo, ella se dejó caer sobre la hierba, cansada de la carrera y aún riendo.

-Siempre mejor juntos que solos, si. ¡Y yo que pensaba que tendría alguna posibilidad para ganar! Pero así está mejor, yo tambien opino así- dijo, intentando recuperar la respiración.

Se volvió a ver a Erick, y lo hizo a tiempo para ver cómo se convertia de nuevo en humano. Le fascinaba el cambio, era como si fuera lo más normal del mundo, lo más fácil de hacer. Para el lo sería, para ella era algo inexplicable y mágico aún.

-Siempre te tienes que quitar la ropa antes de cambiar, si no lo hicieras la romperias en mil pedazos- comentó al ver que, de nuevo, estaba desnudo ante ella sin ningún tipo de pudor. Miró a los niños para ver cuál era su reacción, pero casi inmediatamente la supo. Ellos estaban acostumbrados, por eso a ella le dijeron cuando los quiso echar de la habitación para vestirse que la piel era bonita. Ahora encajaban esos comentarios..¡Como podía haber ni siquiera imaginado la historia que había detrás de esos comentarios de los pequeños!.- ¿Cuanta ropa has roto antes de controlar el cambio? Entiendo que al principio será complicado controlar todo el proceso. O, incluso, si en algún momento tienes que hacerlo rápido por alguna razón, entonces no te dará lugar a desvestirte.

No quería mirar directamente su entrepierna, pero...era inevitable. Y él se movía con tanta soltura y naturalidad que le daba la sensación de que la rara era ella por ir vestida allí. Era el hombre más grande y proporcionado que nunca había visto. Seguramente, sí los griegos y los romanos habían conocido a los Gatos, de ellos se habían inspirado para hacer sus esculturas, porque poco le faltaba a Erick para simular a uno de esos dioses. Quizás un buen afeitado y poco más.

Miró alrededor, retirando la mirada de su miembro, antes de que los niños se fijarán por casualidad en ella en ese instante, antes de que él percibiera su curiosidad. No quería dar oportunidad de que él interpretará aquello como algo más que mera admiración- ¿Es este el sitio?

Los niños estaban tirados en el suelo, muertos de risa. Erick los miraba satisfecho, los había extrañado mucho. Se sentó en la hierva con las piernas cruzadas, entre tu y los niños.

- Cuando aprendí a cambiar me dieron un fetiche... para que lo entiendas, es un objeto "mágico", como un talisma, que hace que cuando cambies de forma la ropa desaparezca junto con tu cuerpo humano y cuando recuperas esa forma aparecer vestido. Es muy útil, sobretodo cuando vas al instituto y te cuesta contener los ataques de ira.- dijo sonriendo.-  Se me perdió.- comento chasqueando la lengua.

- Jack tenía uno pero los espíritus y él no se llevan bien, y no funciona.

 - Es por mi culpa.- murmuro Liam.- Papá se peleo con el clan y escupió al túmulo porqué trataron mal a mi mamá y a mi... porqué soy un Metis.- dijo con tristeza.

- No es tu culpa que algunos espíritus sean unos capullos integrales.- gruño Erick. Estiro el brazo y atrapo a Liam haciendo le cosquillas. - Si a los espíritus no les gusto que nacieras, ¡Que los jodan! tu manada esta feliz de tenerte y seras un gran Garou de mayor.- aseguro quitando las pelas del niño de un plumazo.

 - Yo seré mejor.- dijo la niña altiva. 

Erick la miro. Estiro el brazo y la tiro junto a su hermano para hacerles cosquillas a ambos.- ¿Eso crees? ¿Que seras mejor que tu tío?

Viste un hombre adulto desnudo haciendo cosquillas a dos niños. Esto habría saltado todas las alarmas si no entendieras que estaban jugando como los animales con sus cachorros.

Erick se aparto un poco para dejarlos respirar y tomo la forma de un lobo. Se preparo y empezó a aullar. Los niños le siguieron.

El Garou te miro y sonrió invitando te a participar.

Erik se sentó junto a ella, sin importarle su desnudez, y comenzó a explicarle.

Cuanto más explicaba Erik, más preguntas tenía ella. ¿Había ido al instituto? Eso le resultó mucho más increible que el asunto de fetiche-¿Pero no podéis conseguir otro? No creo que solamente tengais uno asignado, si los espíritus le dan esa propiedad a ese fetiche es lógico que si lo perdéis por una razón buena, podais tener otro. Debe haber alguna forma de conseguir uno nuevo, de fabricar otro, ¿no?-ya ni siquiera se daba cuenta de que estaba totalmente metida en la conversación, unos meses antes se hubiera reido si hubiera tenido que hablar de fetiches, espíritus y hombros lobos y, allí estaba ella, hablando de todo ello e intentando ver cómo podían solventar aquella situación.

Pero Erick no tuvo tiempo para responder, Liam explicó su parte, explicada con la tristeza de no llegar a entender bien lo que había pasado ni por qué, pero era bien cierto que ese tema había marcado al niño-Yo creo que a los espíritus no les ha importado,Liam-le dijo al pequeño mirando a Erick para intentar que la parase si ella metía la pata, pero la cara de tristeza de Liam podía con ella-Ni es tu culpa. Tu lo has dicho, el Clan no supo entender y se han perdido conocer a alguien tan estupendo como tú. Quizás si tu padre no hubiera escupido al túmulo no hubiera perdido el poder de su fetiche, porque eso sí hizo que los espíritus se enfadaran con él, pero... son decisiones que se toman en un momento de enfado. Y, ¿sabes qué? Si nada de eso  hubiera pasado, tu no habrías escuchado a los espíritus decir que yo estaba en el bosque y hoy no estaría aquí con vosotros, ¡no os hubiera conocido! Los espiritus te hablan, no están enfadados contigo -la exclamación de Erick hizo que May riera- ¿ves? ahí va tu tio a decirle a los espíritus eso, por eso ¡sí que se enfadan!-rió divertida mientras veía cómo Erick tiraba a los niños al suelo y los hacía retorcerse bajo una lluvia de cosquillas. Tenía buena mano con los niños, eso no lo podía negar. Sabía como hacer que Liam dejara de pensar en esas cosas.

Los vio allí, sobre la hierba y bajo la luz de la luna, un tio jugando con sus sobrinos. O un lobo jugando con dos cachorros de la manada. Realmente una imagen se solapaba con la otra, ambas reales, ambas materializandose delante de ella. Se sentía como una espectadora privilegiada, cerca pero lejos a la vez. No quería mover un solo músculo para no romper el momento íntimo y familiar que se desarrollaba delante de ella. Se cruzó de piernas y los observó atenta, cada gesto, cada risa, cada mirada complice. Y de nuevo lo vio. Erick creció y cambió ante sus ojos, a May se le paró la respiración y casi el corazón al poder verlo allí tan cerca y con tanta tranquilidad por primera vez, bañado en la luz cristalina de la luna contra la que se recortaba su imponente figura animal. El primer aullido le puso los pelos de punta. Se abrazó las piernas con los brazos y miró al Garou aullarle a la luna. Liam y Selene saltaron como si les hubieran pinchado con un resorte y, junto a Erick, comenzaron a aullar tambien. Era uno de esos momentos que uno, de forma consciente, sabía que nunca olvidaría en su vida.

Y entonces, Erick se volvió hacia ella, invitándola a unirse. Su impulso fue negarse, no se consideraba a la altura de aquello. Pero el doctor le había dicho que era todo un honor que la hubieran invitado a ir con ellos ¿sería un desaire no participar, estar allí simplemente mirándoles extasiada? Antes siquiera de pensarlo más, siguió su instinto y se dejó llevar por la situación, se levantó, sonriéndole a Erick, y se situó junto a Liam. Le susurró al oído-Voy a aullar, pero si los espíritus te dicen que desafino... avísame antes de que me tiren un cubo con agua helada en mi cabeza para que me calle-le guiñó un ojo, cogió aire e intentó copiar el sonido que hacian los niños, por que, el aullido de Erick era salvaje y animal, y ese era imposible de copiar.

- Podemos conseguirlos, pero hay que saber hacerlos o encontrar a alguien que te los quiera hacer y en este momento, nuestros congéneres no están muy dispuestos a ayudarnos.- te comento Erick en voz baja, explicando la situación.

 Cuando pediste ayuda a Liam este se río.- Te enseñare a hacerlo. Es facil. Cierra los ojos, siente la brisa en tu pelo y la hierva en tus pies. Busca tu instinto salvaje, lo que más profundo sientas dentro. Escucha los aullidos del resto de la manada. Cuando sientas que sin tu voz esta incompleta, suelta lo, aullla.

El niño tomo tu mano. 

Erick aullo, esta vez sentiste que había tristeza, pero también esperanza y alegría por estar juntos de nuevo.

Liam y su hermana le siguieron, ese aullido sonó por una parte como el deseo de ser fuerte y hacer cosas grandes y por otro el sentimiento de necesittar aprender, de bondad....

Parecía tan fácil explicado por Liam...

Le cogió la mano y cerró los ojos, aunque eso significara no ver la figura de Erick recortada contra la luna.

Sentir la hierba...

Sentir la brisa...

Sentir su interior...eso era más complicado.

Pero escuchó a Erick. Y sintió su tristeza y su alegria, mezcladas, fundiéndose una con la otra. Supo que la siguiente en aullar fue Selene, llena de ilusión por su futuro, sus altas metas flotando entre todos, rodeándola y elevándola. Y el aullido de Liam llegó hasta ella cargado de bondad, de ternura y de sus ganas de demostrar que podía ser uno más de la manada, de cualquier manada, porque era un Garou dijeran lo que dijeran.

¿Cómo supo todo esto? ¿Cómo fue capaz de ver o imaginar o sentir esos sentimientos que la rodeaban? Quizás era solo su mente... quizás estaba demasiado sobrecogida por la emoción del momento, sobrapasada quizás. Pero fue lo que sintió y se basó en eso. Estudió los sentimientos que bullían en su interior, decidida a encontrar uno, el que más valor tenía para ella en ese momento. Lo encontró y no lo pensó.

Agradecimiento. Por sentirse viva, feliz, de nuevo con ilusión. Por sentirse aceptada.

Su aullido brotó con energia cargado de ese sentimiento. Fue como gritarlo a la luna, como materializarlo y hacerlo sólido, gritarlo a los cuatro vientos y que todo el mundo lo supiera y sintieran envidia de ella. Estaba allí, viva, y rodeada de gente que la había aceptado sin hacer preguntas, sin cuestionarse nada.

Fue un momento especial.

La luna brillaba sobre el claro y vuestras voces sonaron fundiendo se con la noche, la brisa y la naturaleza, conectado a un nivel muy profundo con la misma esencia de la creación. 

Aquello te empezó a dar una idea de como era sentirse Garou.

En un momento todos los aullidos terminaron y al abrir los ojos viste a Erick con forma humana, mirando te con una sonrisa distinta, casi podrías asegurar que estaba orgulloso de ti pero abrió la boca.

- ¿Que tal su primera vez?.- pregunto guiñando un ojo.

 - ¡Ha sido genial, Guerrera de Gaia! ¿Vendrás más días con nosotros?

Respiró hondo cuando todo terminó, abriendo los ojos de nuevo a la noche. Solo entonces se dio cuenta de que estaba llorando, pero eran lágrimas de alegría. No siempre se lloraba por pena.

Su mirada se cruzó con la de Erick, humano de nuevo, y se limpió las lágrimas rápido sobre todo para que no preguntaran los niños. Había sentimientos que era difícil explicarles. Tomó aire y contestó a Erick con los ojos brillantes por las lágrimas-Es dificil encontrar una palabra que lo defina pero... ¡inolvidable! Tengo el vello erizado aún...-indicó levantando su brazo para que lo comprobara si no la creía-¿Puedo pedir una cosa? Quiero... ummm... me gustaría poder tocar... tu pelo cuando... ya sabes.

De perdidos al rio, no se iba a quedar con las ganas.

-Si, Liam. Claro que si. Vendré todas las veces que queráis. Por ahora sigo sin recibir un cubo de agua helada, creo que es buena señal-le dijo al pequeño guiñándole un ojo.

Los niños se pusieron muy contentos con la idea de que fueras a aullar con ellos. Selene pico a su hermano con una carrera hasta de vuelta a la casa, ya que Erick les había interrumpido y no quería irse a dormir con la espinita clavada de no saber si ganaba a su hermano. Era muy competitiva. 

Los niños os adelantaron dejando os solos. 

- Claro, me desparasito de forma regular.- dijo bromeando. Cambio de nuevo ante tus ojos, tomando la forma de lobo. Se acerco a ti y froto la cabeza en tu pierna, como un perrito manso y cariñoso, dejando que le acariciaras a placer.

El pelaje era suave, limpió, como un peluche gigante. 

Cuando estabas descuidada te soltó un lameton en plena cara.

-Desparasitado y espero que con todas las vacunas en regla. Creo que te tendré que pedir la cartilla de vacunación al estar tan cerca de los niños... -le siguió la broma viendo cómo se convertía de nuevo.

No se había esperado que fuera tan suave, pero era como para quedarse toda la noche acariciándolo. Le acarició el lomo y las orejas, disfrutando esa suavidad con sus manos, difícil recordar que era un hombre lo que había detrás de aquella pelambre, de aquella figura de lobo. Y no tenía que olvidar que el hombre tenía unas ganas locas de que ella le diera cachorros. Se obligó a parar de tocarlo.

-Debo reconocer que no veo pulgas ni nada que se mueva entre el pelo, queda ver las vacunas para que dé el visto bueno a que estés con tus...¡Aggghhh! ¡Erick!

Se echó a reír al recibir el lametazo y lo empujó un poco retirándolo de ella con suavidad, como hubiera hecho con cualquiera de sus clientes- Territorio de Alia-Gaia... -blandió delante de él su dedo índice de forma amenazadora, recordando la advertencia de Eduard, pero sin perder su sonrisa- Volvamos antes de que sea más tarde, los niños tienen que madrugar. Por cierto... Vete con ellos y acuéstalos, seguro que te piden que le cuentes un cuento de la manada para dormir. Yo recojo los restos de la cena. Y no acepto un no por respuesta- Esta vez su expresión y su tono de voz dejaban bien claro que estaba hablando en serio. Que menos podía hacer ella después de la experiencia vivida.

Recordó que el doctor le iba a dejar ropa de cama, esperaba que se hubiera acordado. Por lo menos que le hubiera dejado una manta por si refrescara de madrugada. Supuso que Erick dormiría arriba con los niños, así que ella se quedaría en el sofá del salón.

El lobo se pego a tu pierna y froto la cabeza en ella pidiendo más mimos. Contra todo pronostico se mostró como un buen lobo y se adelanto para ir a cumplir lo que le habías pedido, aunque de tanto en tanto se paraba para mirar si estabas en el buen camino, asegurando se que no te perdías aunque el camino era muy sencillo de seguir.

Los platos te esperaban donde los dejasteis y la ropa de cama prometida sobre el sillón con una nota de Eduard.

El entrar en la casa escuchaste a Erick arriba y unos sutiles ronquidos de Eduard saliendo de su cuarto.

Casi habías terminado de fregar cuando notaste que te miraba.

Erick estaba allí, con los pantalones puestos y una enorme sonrisa.- Me estaba preguntando si.. ¿quieres dormir conmigo?.- te pregunto sin paños calientes. 

Levanto las manos pidiendo un segundo de paciencia.- Solo dormir, yo con forma de lobo no ocupo mucho y los cachorros estarán en el mismo cuarto, no voy a transgredir las normas de Alia-Gaia.

Jugó con el estropajo mientras miraba a Erick y sopesaba su propuesta.

Estaba más cansada de lo que nunca había estado y de lo que quería reconocer, pero quería dejarlo todo limpio para que el doctor no tuviera que hacer nada al despertar. El día había sido demasiado intenso y seguramente le esperaba mucho trabajo con el doctor el día siguiente.

Miró el sofá y recordó el dormitorio de los niños arriba. Una cama o un sofá... Vio la ropa de cama que el doctor le había dejado sobre el sillón y recordó que había dos camas libres arriba.

-Vamos a dejarlo en mitad. No es necesario que te conviertas para dormir, hay dos camas arriba. Cada uno en la suya- le propuso- Si el doctor se asoma, verá que no has incumplido. Y no tendrás que aullar con voz de niño de coro el resto de tu vida, me sentiría un poco culpable. ¿Hay trato?

Sabía que él cumpliría, su intuición se lo decía. Pero lo mismo era ella la que necesitaba dormir abrazada a alguien. Si él se acurrucaba contra ella, aunque fuera como lobo, ella sabia que detrás de esa forma salvaje había un hombre, y un solo gesto o palabra serían suficientes para desatarlo... Y no quería precipitarse solo por qué su cuerpo hubiera reaccionado a su presencia como lo hizo cuando le masajeó la espalda. Para él era algo muy serio y ella, simplemente estaba cansada y no quería arrepentirse después de haber bajado la guardia un momento. No quería estropear ese día por nada del mundo y, ni mucho menos, liándose a la primera de cambio con el tío de las dos pequeñas criaturas que dormían en el piso de arriba y que habían conseguido, en un solo día, que las quisiera como si las conociera de toda la vida. 

Además...me pidieron que durmiera con ellos... Si se despiertan y no me ven lo mismo se sienten mal... Y tengo tanto en lo que pensar...

-Iba a dormir en el sofá, mejoro un poco si aceptas...- le señaló el sofá del salón-  Me queda aún un poco, ahora subo, ¿vale?.