Partida Rol por web

El mundo oscuro.

Prologo: Maldita tormenta.

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29/06/2020, 19:13
Director

Prologo:

Maldita Tormenta

 Tres maravillosos días lloviendo sin parar.

Calada hasta el alma diste con una desvencijada cabaña de cazadores. El polvo del porche dejaba claro que nadie había pisado aquellas maderas en mucho tiempo. No se oía nada en el interior. La puerta no estaba cerrada y el viento la mecía a voluntad, como un aviso de que el tiempo aun podía empeorar.

Al asomarte al interior viste que no eras la única que había tenido la brillante idea de refugiarse allí. Los animales habían reclamado ese espacio para ellos.

Si bien era cierto que el olor no era de rosas frescas, y dejando a un lado el tema de la salubridad, no parecía un mal sitio para pasar la noche. La presencia de los animales era un buen signo. Los caminantes atacaban todo lo que tuviera vida y ningún bicho se quedaba cerca si los olía. Por otra parte viste madera seca y un lugar donde hacer un fuego... Si lograbas sacar al tejón... o lo que fuera ese bicho que tomaba la chimenea por su nueva madriguera.

El lugar tenía aspecto de haber sido saqueado 30 veces hasta dejarlo en el olvido, no encontrarías tesoros pero al menos había unas bonitas cortinas y el techo no filtraba goteras.

Por otro lado siempre estaba la opción de seguir camino, hundiendo tus cansados pies en el barro.  

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29/06/2020, 23:32
L. Alexis Howell.

Llevaba mucho tiempo caminando sola. Demasiado quizás. Ya no solo eran aquellos tres días, si no los tres días anteriores, y los anteriores a aquellos. No duraba mucho en los grupos, me costaba hacerme... eso cuando encontrabas a gente íntegra de verdad y no a farsantes que trataban de robarte tus pocas posesiones para sobrevivir ellos. Aquel azote había sacado lo peor de nosotros mismos con tal de sobrevivir y yo no me escapaba de aquello.

Mientras caminaba bajo la lluvia, recordaba como en el FBI organizaron una sala para que pudiésemos tener a nuestros pequeños allí mientras prestábamos servicio... luego la misma sede acabó siendo nuestro hogar porque no se podía salir de allí sin riesgo de ser infectados. Al final todo se sumió en el caos, el gobierno se fue a la mierda y el FBI con ellos. Unos cuantos logramos organizarnos y movilizarnos para ponernos a salvo, pero pronto surgieron los problemas. Acabé fuera del equipo porque Tommy lloraba mucho. ¿Qué esperaban? No era más que un bebé asustado... Así que la integridad y seguridad del grupo quedó por encima de Tommy y de mí.

Jamás pensé que tan solo pocos días después le haría a mi propio hijo lo mismo.

El agua de la lluvia ocultaba mis lágrimas y mitigaba mi mal olor, tanto corporal como el de la ropa. En diez años en el infierno aprendes a vestir con lo que encuentras, a no ser exigente y a disfrutar de lo poco bueno que puedas encontrar por el camino, como una ducha aunque solo sea con agua fría o una cama para dormir sin miedo una noche. Mis botas pesaban tres veces más de lo normal por la cantidad de barro acumuladas en las mismas y sentía como mis pies se hundían más en el barro. Al menos no podía quejarme de una cosa, mi cantimplora siempre estaba llena de agua en esos días.

Miraba el suelo, allí no habían más huellas que las que yo iba dejando y alguna de algún pequeño animal que había corrido por allí mismo horas antes. Mi mochila, con mis pocas pertenencias pesaba como nunca. Era como si cargase con un jodido equipo de rugby a mis espaldas, entrenador incluído. Mi cuerpo pedía a gritos un descanso y mi espalada respirar un poco.

Y entonces la vi.

En medio de la nada encontré un cabaña abandonada. Me acerqué con todo el sigilo que unas pesadas botas y una espalda dolorida me permitieron. El porche me decía que hacía mucho que nadie pisaba por allí, pero que no entrase y saliese gente, no quería decir que no hubiese nadie dentro. Mi pistola hacía mucho que se había quedado sin balas y me tocó improvisar un arma usando uno de los palos de madera que antaño fueron la barandilla del porche y ahora estaban destrozados.

Entré en la cabaña con cuidado, llevando aquel pedazo de madera, seguramente ya carcomido y que se rompería en mil pedazos con el primer golpe, como si de un bate de béisbol se tratase. Podía sentir y escuchar mi propio corazón latir con fuerza. Esos cabrones eran sigilosos... estaban muertos y solo los detectaría cuando se moviesen. Y entonces unos ruídos me hicieron asustarme y apretar con más fuerza la madera en mi mano y mirar hacia el suelo. - Tejones.

Si ellos estaban allí, no habían caminantes cerca. Así pues eso me hizo relajarme. Aún así me aseguré de que toda la cabaña estuviese despejada antes de hacer nada más. No me hacía gracia dormir con aquellos animales allí, mordían y no me gustaban los mordiscos. Así que abrí la puerta y traté de asustarles. Tan solo uno decidió quedarse dentro de "su hogar", la chimenea. - Lo siento amiguito. Me tocará encenderla contigo dentro... - Le dije al ver que no había manera de hacerle salir. Olería a pelo quemado un buen rato, pero con suerte hasta podría servirme de cena.

Necesitaba un buen fuego y secar todas mis cosas, incluída yo y entrar en calor. El agua de la lluvia era divertida, siempre que no te estuviese mojando durante días seguidos y a cada paso y aquel era el único lugar donde poder resguardarme al menos aquella noche. La única manera de sobrevivir se había convertido en evitar las grandes ciudades y no dejar de moverte.

En el exterior no encontraría leña seca, pero por fortuna la cabaña tenía aún puertas y muebles que usar. Así que reuní lo que pude y lo coloqué en el interior de la chimenea. Oía al tejón quejarse por lo que estaba haciendo. - A ver salido cuando te lo propuse. - Aún así, la puerta seguía abierta, por si le daba por cambiar de opinión que pudiese huir y apagar las llamas de su cuerpo.

Abrí la mochila. Como no, la ropa estaba empapada, como la mía. Al menos las cosas más importantes e útiles, como mi arma sin balas, los mecheros que recogía con gas cuando los encontraba, la marihuana y papelinas si tenía en aquel momento o las pastillas que me ayudaban tanto, las mantenía siempre protegidas del agua cubriéndolas con bolsas y bolsas de plástico. Tanto tiempo viviendo así te hace aprender enseguida lo que es verdaderamente útil y conservarlo, olvidando lo demás.

No tardé en encender un pequeño fuego con uno de aquellos mecheros que luego volví a guardar con cuidado. El tejón, al ver el fuego, se asustó del todo y salió corriendo de la cabaña, momento que aproveché para cerrar la puerta y asegurarla. - Y ahí va mi cena. - Mientras el fuego iba tirando, traté de asegurar el resto de la habitación y comencé a escurrir y a extender mi ropa por ella para que se fuese secando. Luego fui yo quien comenzó a desvestirse para darle un poco de de aire y calor seco a mi propia ropa y de paso secar mi cuerpo. A pesar de ser junio, se notaba el frescor del bosque y más aún con esos días de lluvia incesante.

Una parte de mí quería tomarse una de aquellas pastillas que llevaba y descansar por una vez una noche en condiciones. La otra, simplemente me decía que no debía hacerlo, que mejor estar alerta, más aún estando sola y desarmada, porque aquel palo podrido no serviría de mucho, salvo para avivar más el fuego.

Al quitarme la camiseta, antes de escurrirla, la aproveché para "asearme" un poco y quitarme parte del mal olor. Quedaría en la camiseta, pero al menos yo estaría un día o dos sin apestar tanto. Luego la escurrí como las demás cosas y la puse a secar, quedándome con la ropa interior puesta y sin aroma natural al menos en mi piel durante algunas horas.

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30/06/2020, 00:37
Director

No te costo mucho ver el resto de la casa. El dormitorio principal se encontraba arriba, junto con un baño que estabas segura de no querer usar. Frente al baño encontraste otra habitación, mas pequeña.

 

Se intuía por el tono azul de las descorchadas paredes que pudo ser de un niño, lo cual no ayudaba a tu paz mental.

Al menos tenías fuego y estabas bajo techo mientras fuera la tormenta arreciaba, ocultando las últimas horas del día entre oscuros nubarrones. 

El cuerpo te pedía descanso pero tu instinto no se relajaba en terreno hostil. Te pareció oír un ruido, uno que venia de dentro. 

Paraste a escuchar con atención. Estabas segura de no haber visto a nadie.  

Sigilosa como un gato te asomaste a la escalera, no podías creer que hubiera una trampilla oculta en ella que se estaba abriendo.

La luz de una linterna asomaba por la rendija.

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02/07/2020, 01:19
L. Alexis Howell.

La cabaña no estaba mal. Con un buen grupo de gente se podría usar como refugio. Dos plantas que daban ventaja a la hora de usar armas de fuego. Pero necesitaba muchos arreglos y un grupo y no tenía tiempo para lo primero y me costaba permanecer en ellos mucho tiempo. Mi temperamento me apartaba de ellos y me costaba cada vez más abrirme a los demás.

Pero lo que jamás contaría sería lo que hice con mi pequeño, a quien recordé de nuevo al ver aquel dormitorio infantil.

Con la casa revisada y ya acomodada en el suelo, frente a la chimenea encendida, esperando que mi ropa interior empapada se secase y peleando conmigo misma por si dormir aquella noche del tirón o no usar nada y poder permaner alerta, escuché un ruido. Lo primero que pensé es que era otro maldito tejón, así que agarré aquel palo podrido dispuesta a darle caza y tener algo que cenar, incluso que comer al día siguiente.

Pero no me esperaba lo que me encontré. Había mirado el suelo buscando trampillas para un sótano, algo habitual en las cabañas y no vi nada... pero es que jamás se me hubiese ocurrido buscar una trampilla en una escalera. Lo primero era mi supervivencia y para eso debía ocultar mis enseres más importantes, aquellos que cuidaba tanto y que permanecían dentro de la mochila mojada.

La cogí tan rápido como pude y la lancé arrastrándola por el suelo hacia la escalera, buscando que quedase en un punto ciego al tiempo que veía la luz de una linterna salir por el hueco. No sabía quien era, no sabía cuantos eran... pero si vivían escondidos era que tenían miedo, el mismo que tenía yo en aquel momento.

Las llamas alumbraban parte del salón y busqué ocultarme en las sombras, aferrándome a aquel palo podrido y, pegada a la pared y con el mayor sigilo posible, me fui acercando a la escalera, con la finalidad de poder pillar desprevenido a quien estuviese allí.

Mi otra opción era huir, pero no me daría tiempo a recogerlo todo y estaba demasiado cansada y desnuda como para alejarme demasiado, además, si tenían armas de fuego, acabarían conmigo sin problemas. No, debía ser fria, cautelosa y pillar desprevenido a quien llevase la linterna. Si no era nadie hostil no pasaría nada. Si era peligroso... solo uno de los dos sobreviviría.

Y esperaba ser yo.

Aquel mundo había cambiado mucho en los últimos años. Ya no había gente buena, todos habíamos sido corrompidos de una u otra manera. Mis pasos me guiaban en silencio hacia aquella luz, la cual trataba de esquivar cuando veía que estaba a punto de alumbrarme. Con suerte llegaría al mismo punto ciego donde estaba mi mochila y la ventaja sobre quien estuviese allí escondido la tendría yo...

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02/07/2020, 02:17
Seth

Una cabeza de cabello rojo como las llamas asomo tímidamente. Echo un vistazo rápido con la linterna al rededor antes de salir por completo. 

- ¿Hola?.- dijo saludando a la nada. Estabas segura de que no te había visto pero se comportaba como si de alguna forma supiera que alguien había entrado en la casa.- Se que eres una chica... te he visto... osea.. quiero decir... no es que estuviera viendo que te quitaras la ropa en plan pervertido ni nada... bueno, si te he visto... pero no sabía como presentarme...Esto... Me llamo Seth ¿vale?...

El chico tenía pinta de ser un adolescente. Su ropa era varias tallas más grandes que él, en la mano llevaba un bate apuntando al suelo, mas como protección por si eras "peligrosa" que por suponer un peligro para ti. Te busco con la linterna sin moverse de la parte media de la escalera.- En serio, no quiero hacerte.... daño ni nada... en serio... puedes quedarte aquí si quieres, yo no uso esta parte de la casa.... es solo que... bueno... es educado presentarse... y eso.....

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02/07/2020, 17:22
L. Alexis Howell.

No me fiaba nada. Ya había visto suficiente. Trampas por radio, pidiendo ayuda en un lugar determinado y terminar cayendo en una emboscada. Esto podía ser otra. Sale el joven inseguro y detrás sus amigos armados hasta los dientes. Si estaba él solo, a pesar del bate de béisbol, podría reducirle. Él no sabía nada sobre mi entrenamiento pasado y que me había salvado más de una vez de ser violada o algo peor. Pero no estaba preparada para enfrentarme a muchos más.

El cansancio, el hambre, la debilidad de mi cuerpo en aquel momento. Sabía que mi adrenalina se dispararía, la notaba ya en mi cuerpo y que el instinto de supervivencia trataría de mantenerme a salvo de todo mal, pero no podía confiarme. Aunque sus palabras si sonaban iguales a lo que parecía que era, un adolescente pajillero que me había espiado, seguramente con la esperanza de que me quitase lo demás.

Por otro lado sabía que estaba yo sola, que era una mujer y podían salir todos de golpe que no podría hacer nada. Quizás por el momento lo mejor era mostrarme cordial, pero sin bajar la guardia. Sin saber si me había visto o no, si sabía donde estaba escondida o si podía verme como yo podía verle a él. No salí de mi escondite, no me iba a poner donde me viese.

- Me llamo Alexis, Seth y... creo que ya has visto bastante. Solo tengo intención de secar mi ropa, pasar la noche en un lugar más o menos tranquilo y marcharme al amanecer. Llevo tres días viviendo bajo la lluvia y esto es lo mejor que he encontrado por aquí. Además, salvo por los tejones, parecía deshabitado.

» Ahora que nos hemos presentado y sabes lo que necesito y busco... y que se que no te importa que me quede aquí... ¿qué tal si vuelves a tu guarida y descansamos tranquilos los dos? - Podía ser cualquier tipo de criatura... y ahora que le veía salir con la oscuridad de la parte baja de la casa, pensó en aquellos seres que eran tan frágiles a la luz del sol y que se alimentaban de sangre... - Salvo mi ropa mojada, no tengo mucho más. La comida se me terminó ayer. - Y si era una de esas cosas, quizás temiese al fuego... aún así, era mi mejor arma.

Así que salí de mi escondinte y caminé hacia la chimenea encendida, donde pudiese verme claramente con aquel palo podrido en mi mano. - No tiene porque pasar nada malo aquí hoy, ¿verdad? - Me incliné junto al fuego y metí el palo, dejando una parte fuera, donde poder cogerle si lo necesitaba como arma. Ardería bien, de eso estaba segura. La madera era vieja y seca y si el chico trataba de hacer algo raro, podría sacar ese "palo de fuego" y usarlo para defenderme.

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02/07/2020, 17:47
Seth

El chico se sonrojo, se puso del mismo tono que su pelo cuando le reñiste por haberte espiado. Hasta ese momento se había enfocado la cara desde abajo para que le vieras, luego la bajo avergonzado y te siguió escuchando tomando consciencia de la situación.

- Si bueno... intento que parezca deshabitado, te evita muchos problemas... ya sabes... no tener nada a la vista que interese a los saqueadores.- argumento el muchacho tratando de no mirarte... mucho...- Claro que no tiene que pasar nada malo.- dijo tirando el bate por la trampilla, dejando que cayera hasta el fondo, fuera de su alcance para después alzar las manos en señal de rendición.-Oye.. Alexis, puedes quedarte lo que quieras, en serio.. yo... no voy a... intentar nada raro... y el barómetro dice que mañana también va a llover.. así que... 

El chico resoplo sin saber como resolver la situación. Se sentó en la escalera y se rasco la parte trasera de la cabeza.- Es solo que... hace mucho que no hablo con nadie, pensé que... podríamos hablar un rato. Que me contaras como están las cosas por ahí fuera...solo eso. 

Se encogió de hombros.- Si no quieres lo entiendo...me vuelvo dentro y no te molesto mas- dijo con cara de perrito apaleado. 

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02/07/2020, 18:28
L. Alexis Howell.

La sensación que me daba el chico era la que proyectaba, un joven que llevaba demasiado tiempo escondido y sin hablar con nadie. A saber cuantos más habrían pasado por allí antes que yo y con quienes no se atrevió a asomarse por miedo a que le hiciesen daño. Pero no debía bajar la guardia. Detrás de la inocencia se podía ocultar el terror.

Sin perderle de vista, cogí la misma camiseta que llevaba puesta anteriormente y la extendí en el suelo al ver que se deshacía del bate y se sentaba en las escaleras y me acomodé sobre ella junto al fuego, cerca de cualquier palo que pudisese agarrar y usar como arma. Viajar sola, ver lo que había visto, me había vuelto quizás demasiado paranóica, pero era lo que  me mantenía en vida.

- Mal. - Le dije entonces al chico. - Todo va mal. Las ciudades están infectadas de esas criaturas, todo está saqueado... los humanos no podemos fiarnos los unos de los otros, porque cuando bajas la guardia te la juegan. Hace unos días tuve un encontronazo con algunos "hombres amistosos" y logré huir de ellos, pero perdí mi saco de dormir y mi cuchillo en la huída. Claro que uno de ellos perdió la vida. - Le conté con resentimiento. - Mi cuchillo se quedó clavado en su cabeza, no me dio tiempo a recuperarlo. - Me lamenté.

- Luego están esas otras criaturas de las que hablan, que ahora se dejan ver. Aún recuerdo la imagen de aquel chico lanzando una bola de fuego contra aquellos... zombis. Criaturas sobrenaturales que podrían ayudarnos a restaurar el mundo... pero ya sabes como somos los humanos. Tememos a lo que no conocemos y muchos les han declarado la guerra en lugar de buscar como pelear codo con codo. No creo que a esas otras... razas, les haga tampoco mucha gracia que todo se llene de infectados, descerebrados que seguramente puedan contagiarles a ellos su mal. - Le dije al chico mirándole todo el tiempo. - Eso es lo que tenemos fuera. Y lluvia. Mucha lluvia.

Que me dijese que mañana seguiría lloviendo me hizo desmoralizarme mucho. - Entonces no se para que me molesto en secar la ropa. Debo seguir moviéndome, rehacer mi equipo y encontrar un refugio donde sepa que pueda estar segura. - Me quejé con un visible malestar. - Y quedándome aquí dudo que logre todo eso...

Al final cedí a hablar con el chico. Tres días sola se notaban y si le tenía delante, le tendría controlado. Si volvía a su escondite y me pillaba justo en los pocos minutos de sueño profundo que llegaba a coger sin el uso de pastillas... estaría a su merced. No sabía que opción era mejor ya, si recoger todo y seguir mi marcha a pesar de la lluvia y la oscuridad o quedarme allí con aquel joven desconocido que podría ser cualquier cosa y yo estaba casi tan desnuda como me veía.

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02/07/2020, 19:25
Seth

Viste que el chico se encogía abrazado a sus propias piernas cuando hablaste de tus asaltantes, casi podrías jurar que templo de miedo. Cuando se atrevió a mirarte, solo un segundo, supiste sin palabras que no había tenido tanta suerte de escapar de alguno de esos malnacidos.

Puede que esa fuera la razón por la que tardara tanto en salir, que estuviera asegurando se de que estabas sola. Se limpio la cara con la manga, tal vez al sentir que se le iban a caer las lagrimas por recordar algo. Trago saliva y fingió una sonrisa.- Me alegro de que le dieras su merecido... de verdad que si.

Carraspeo la garganta tratando de recobrar la compostura.- Se un poco de esos seres... cuando era pequeño paso un grupo por aquí. Eran cazadores de esas cosas, estuvieron hablando con mi padre, querían reclutarle pero el no quiso y se marcharon... Nos dejaron unas hojas con información para detectarlos.. las tengo abajo... creo.- dijo inseguro, sin recordar exactamente donde.

- Bueno... aquí en la cabaña no... pero... la casa es solo una tapadera. Mi padre la construyo sobre la entrada a un viejo búnker militar... Es grande de cojo... es enorme.- se auto corrigió como si le fueras a reñir por soltar una palabrota.- y ya te he dicho que puedes quedarte lo que quieras... mira, hasta puedes poner algo pesado sobre la trampilla si así estas mas segura ¿vale? Solo.. recuerda quitarlo antes de irte.

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05/07/2020, 23:23
L. Alexis Howell.

El chico me parecía cada vez más inofensivo de lo que realmente pensaba. Tanto que si quisiera, podría hacerme con él y saquearle el búnker donde vivía. Allí fuera imperaba la ley del más fuerte y aquel joven no sobreviviría si se confiaba tanto... quizás dándole un buen susto aprendiese para otra vez. Agaché la mirada mientras pensaba en ello. No podía volverme de nuevo tan cruel como fui una vez. Era supervivencia, como ahora, pero la situación era distinta.

Si tuviese que elegir entre lanzar al joven a un puñado de descerebrados para huir yo, sin duda lo haría. Lo hice con mi propio hijo y lo arrastraré de por vida, pero no podía ir por el mundo acabando con la poca buena gente que quedaba. Aunque realmente aún estaba por ver si aquel chico era buena gente.

- Veo que lo has pasado también mal. - No tenía que ser un genio para darme cuenta de que su padre no estaba, así que era fácil que solo sobreviviese él a una situación similar a la mía. - Bienvenido al club. - Traté de sonreír para calmarle un poco y el chico enseguida se fue de la lengua.

- Acepta el consejo de una desconocida. Nunca te fíes de nadie, ni por muy amable que parezca. - Le solté al fin. - No voy a poner nada sobre la trampilla. Si es un búnker grande de cojones, - reí, demostrándole que no me importaba que usase ese vocabulario. Habían personas con peores usos de las palabras. - tendrá al menos una salida más y si no la tiene, es que tu padre fue mal estratega, porque siempre se tiene que tener un plan de huída y más aún en un lugar como puede ser una ratonera.

» Y si mañana llueve como dices y sobrevivo a esta noche, tendré que pedirte ayuda para poder retomar mi viaje cuanto antes. Si no te importa, me gustaría ver esos papeles, pero ya mañana, sin prisa. Y si me pudieses dejar: cuerda fina, cinta americana y un cuchillo durante unas horas... pondré trampas fuera para conejos con las cuerdas, me temo que mi comida se me terminó ayer y debí pensarme dos veces el dejar huir a esos tejones. - Sí, ahí metí la pata. No había comido nunca tejón, pero el hambre y la supervivencia iban de la mano.

- El cuchillo lo usaré para hacer las trampas y de paso buscaré palos y piedras con las que fabricarme algún arma. - Ahí entraba la cinta americana. - Unas estacas y una lanza me vendrán bien para poder seguir... y si pudiese quedarme con alguna de las cuerdas para las trampas, me harías un enorme favor. Luego te devolveré el cuchillo y pasado mañana, llueva o no, me marcharé de aquí. El búnker puede ser seguro, pero la cabaña no. ¿Te parece bien? Si no quieres dejarme un cuchillo, me sirve una navaja o si no ya encontraré alguna piedra filosa.

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05/07/2020, 23:54
Seth

- Hay otras salidas pero están a tomar por el... muy lejos, es un coñazo dar toda la vuelta para desbloquear esta salida. Además prefiero no salir al exterior.- dijo y después se encogió de hombros.- Estuve mucho rato vigilando... no me pareciste una mala persona.- afirmo.- De lo contrario ni habría asomado, pero me alegro de haberlo hecho. Es agradable hablar contigo.

Te escucho y asintió.- Espera un momento.- dijo entrando de nuevo por la trampilla.- Ahora vuelvo.

Tardo más de lo te hubiera gustado, el doble de lo que cualquiera tardaría en coger una cuerda y un cuchillo. 

Tu imaginación comenzó a mandarte alertas con todo tipo de cosas horribles que podría estar preparando. Tampoco tenías motivos para creer que estaba solo....

El chico asomo por la trampilla. Estuvo a punto de quedarse atorado porque portaba una mochila casi mayor que el mismo.

Vale, te he encontrado algunas cosas.-dijo triunfal, dejando en el suelo un par de cuerdas recias que llevaba al hombro. 

Viste al chico sudar al quitarse la mochila para dejarla junto a las cuerdas. Era una mochila del ejercito.

 Justo debajo tenía un saco de dormir atado, aun en su bolsa de fabrica. 

Seth abrió la bolsa y saco un uniforme del ejercito nuevo, en sus bolsas de plástico y te lanzo las prendas para que quedaran cerca de ti.- Esta talla te puede quedar un poco grande pero es la más pequeña que tengo, también tienes camisetas y una cantimplora, una brújula, una linterna de batería auto-recargable y esto. 

El cuchillo lo saco con cuidado para mostrarlo y después lo volvió a enfundar y lo metió en la mochila con cuidado para no asustarte. También tienes unas raciones de comida del ejercito, porqué por aquí muchos conejos... no hay y los tejones pues tampoco están muy buenos. 

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07/07/2020, 21:36
L. Alexis Howell.

Suspiré. - Las apariencias engañan. - Le respondí al chico. - Y si no mira todas esas otras criaturas que han convivido entre nosotros tantos años y que si no llega a ser por la plaga de... zombis, no hubiésemos descubierto nunca. Cualquiera de los dos podríamos ser uno de esos seres y no saberlo. - O ser algo peor, asesinos natos, capaces de dejar morir a tu pequeño por tu supervivencia y no contarlo nunca.

Tras mis palabras vi como el chico se esfumaba por la trampilla con un "ahora vuelvo". La había dejado abierta y me tentaba entrar a mirar, pero si usaba una linterna para moverse, lo más fácil es que no viese nada. Además, seguía sin saber si estaba solo o no. Me había hablado de su padre y una parte de mí pensaba que este había muerto hacía mucho, pero la otra no sabía que pensar. El chico podía ser uno de esos malditos locos, que conservan a su familiar convertido en zombi atado en algún sitio y que le da de comer a presas vivas que acaban confiando en él.

Al ver que tardaba, fui al rincón a recoger el paquete de plástico donde guardaba mi arma sin balas, los mecheros y alguna cosa más básica para mí y lo metí dentro de la mochila. Esta estaba mojada aún pero ahí no lo vería el chico. Luego comencé a comprobar si la ropa estaba seca. La verdad era que iba secando, pero apestaba a humedad. Debía lavarla en cuanto pudiera, al menos la que estuviese más decente para no solo no tener que soportar ese mal olor, sino para que no se pudriese.

Terminaba de revisar la ropa y darle la vuelta a unos pantalones, cuando Seth regresó. Desde luego, si quería pillarme por sorpresa, con sus gemidos por esfuerzo no lo logró. Me hizo mirar hacia la trampilla y vi que salía un enorme bulto junto a él. Vi las cuerdas caer a mis pies y como se quitaba una mochila más grande que la mía de la espalda. Los paquetes de ropa limpia y nueva caían a mis pies al tiempo que el joven hablaba. Podía ver el saco de dormir en la mochila ajustado. Era una de campaña militar, con parte de equipo dentro.

Cuando vi el cuchillo mis ojos brillaron con intensidad. Ya no solo porque fuese bonito, porque realmente lo era, sino porque me estaba dando todo aquello, pero una pregunta surgió en mi cabeza.

- En todo el tiempo que llevo sobreviviendo en este mundo, he aprendido que nadie da nada a cambio de nada, Seth y menos algo como lo que me acabas de entregar. ¿Qué quieres a cambio? Porque dudo que un simple gracias baste. Lamento la desconfianza, pero he visto a mujeres practicar una felación a un hombre por un puñado de arroz... y también dudo de que entregues esto a todo el desconocido que pase por aquí... en cuanto a los tejones, quizás con unas especias sepan mejor... - Y en un bosque no faltaba de eso si se sabía reconocer a la planta. Yo no era ninguna experta, pero si era capaz de reconocer a algunas de ellas y por allí debería haber alguna que sirviese para darle un toque especial a esa carne que jamás había probado.

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07/07/2020, 23:25
Seth

El chico se quedo parado, aturdido y sonrojado por tu comentario de la felación.- En serio... no quiero nada, no hace falta, ni necesito que me des las gracias... De verdad...Mira, yo me voy a dormir ya ¿De acuerdo?... Voy a meterme aquí a bajo y cierro... si quieres pon algo que haga ruido encima, así si intento salir te darás cuenta ¿Vale?- dijo sin saber donde meterse.- Solo... ¿Te importaría desayunar mañana conmigo?... Si no quieres no pasa nada, te puedes quedar todo igual... Yo tengo un montón de todo.... Había un campamento militar a unos kilómetros de aquí y mi padre se hizo con todo lo que dejaron tirado cuando se largaron.

Bueno.. eso que... buenas noches... -dijo el chico volviendo a bajar la escalera. Esta vez cerro la trampilla y te quedaste sola en la cabaña.

Era de madrugada, el viento soplaba azotando los cristales mientras la lluvia arreciaba en el exterior y tu debías tomar una decisión. Irte o quedarte. 

 

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07/07/2020, 23:47
L. Alexis Howell.

Empezaba a sentir lástima por el chico. Me caía bien y era más inocente y vergonzoso de lo que suponía. El hecho de hablar de la felación me lo dejó claro. - Esta bien. Descansa. - No le dije nada más, la ocasión era buena para irme. Podía meter todo de vuelta a mi vieja mochila y cargar con las dos pero fuera aún llovía y estaba demasiado cansada.

Dormir mal y caminar tanto era lo que tenía. Además, tenía un refugio más o menos decente donde pasar la noche y allí fuera, con la linterna encendida, a pesar de la ropa de camuflaje, era un blanco fácil. El mayor de mis problemas era el chico. Buscaba que confiase en él, incluso era quien me daba ideas para asegurar la trampilla y que se portase así conmigo, una desconocida... junto con su huída al preguntarle que quería a cambio.

- Al menos dijo desayuno... no cena. - Pensé para mí, viéndome como el plato principal.

Pero no decidió mi cabeza, sino mi cuerpo cansado que pedía a gritos un descanso y el tiempo no acompañaba para una huída en plena noche. Así que busqué el rincón más oscuro de la sala, coloqué los pocos muebles que habían, creando así una especie de parapeto para que no se me viese con facilidad y me cubriese de las pocas luces que daban las llamas en aquel rincón.

Cogí la mochila que me había dado el chico y metí todo lo que me había lanzado dentro de nuevo, de paso coloqué aquel paquete de plástico que metí en mi vieja mochila en el interior de la nueva y extendí el saco de dormir en el rincón que me había preparado. Durante unos instantes, miré aquel paquete tan bien protegido contra la lluvia. En su interior tenía varias pastillas que me ayudarían a dormir mucho mejor, pero nuevamente la desconfianza ganó. Si algo se acercaba a mí, con mi mal sueño, me enteraría a tiempo.

Con las drogas en mi cuerpo estaría a la merced de cualquiera.

Dejé aquella mochila nueva junto a mí, dejando que el fuego se consumiese solo y terminase de secar la ropa empapada. Luego saqué el cuchillo de la mochila y manteniéndolo en la funda, lo sostuve con una mano mientras permanecía recostada en el saco de dormir. Si algo o alguien me asaltaba, tendría con que defenderme. Si tenía que huir, estaba todo lo importante en aquella nueva mochila y solo tenía que coger el saco de dormir y el cuchillo y salir corriendo.

Lentamente fui relajando mi cuerpo y dejando que el sueño se apoderase de mí. Me daba igual dormir dos horas o cinco, el caso era descansar algo y esperar que todo saliese bien... sin pesadillas que me consumiesen y ahogasen en la noche.

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08/07/2020, 01:10
Director

El saco de dormir olía a nuevo. Como si hubiera estaba envasado al vació esperando que te metieras dentro. No podías recordar cuando fue la ultima vez que estrenaste algo. 

La calidez y el calor del fuego te fueron llevando a un sueño profundo, mas profundo de lo que te hubiera gustados.

Al amanecer el cielo continuaba tan gris como el día anterior y seguía lloviendo a mares. El fuego se había apagado pero viste algo extraño en el desvencijado sofá, un bulto grande. 

Tus ojos tardaron unos segundos en enfocar.

 Cuando te diste cuenta, un lobo el doble de grande que cualquiera que hubieras visto estaba a un metro de tí, mostrando sus dientes.

Cargando editor
08/07/2020, 01:26
L. Alexis Howell.

Quizás el sentirme en paz conmigo misma por no ser una capulla cruel con aquel chico, el cansancio y el no tener un lugar tranquilo donde descansar durante tantos días seguidos, me pasaron factura. No fue malo, puesto que dormí de un tirón, algo que no solía pasarme si tomar alguna de aquellas pastillas o fumar algo.

El sueño fue tranquilo y plácido. Podía recordar al despertar como era feliz compartiendo mi vida con un hombre, rehaciendo mi familia, superando lo que le hice a mi hijo... Vivíamos en una cabaña similar a la que estaba usando como refugio, en un bosque, pero mejor cuidada y preparada para cualquier eventualidad.

Él era un poco mayor que yo y ambos vestíamos ropa militar. A él le gustaba más usar el arco, yo le cubría con algún arma de fuego. Si ocurría algo, era él quien empezaba a atacar en sigilo y si nos detectaban, me unía con el arma que tuviese. Aún así la zona era segura. Solo teníamos que tener cuidado de los animales salvajes como los lobos... como aquel que me miraba tan de cerca...

Pero aquel lobo no estaba en el sueño... era real. Agarré el cuchillo y lo saqué de su funda. Si quería alimentarse de mí, lo iba a pagar caro. - Veo que, efectivamente, querías desayunar conmigo... - Había oído hablar de los hombres-lobo y la verdad era que jamás me había cruzado con ninguno. Creía que solo atacaban por la noche y ya amanecía... se decían tantas cosas de ellos que no sabía cuales eran verdad y cuales no. Lo único que sabía era que un lobo tenía el tamaño de un pastor alemán más o menos y aquel animal era mucho más grande. Me levanté con agilidad, dispuesta a defenderme.

Con la mochila tan cerca, la cogí por las correas con mi mano izquierda, dispuesta a usarla como escudo. Si mordía ahí, tendría una oportunidad.

- No me gustaría joderte ni que me jodieras... - Le hablaba como si pudiese entenderme. La verdad es que no sabía si era Seth o un animal salvaje, pero me había enfrentado a zombis, violadores e hijos de puta... un lobo gigante no me iba a parar. Sabía como sería su ataque. Rápido y efectivo, pero si lograba que mordiese la mochila podría clavar el cuchillo en su cuello. Si era capaz de ser rápida de verdad, clavando el cuchillo desde la garganta hacia arriba, llevaría la hoja directa a su cerebro y acabaría con él en el acto.

Pero iba a necesitar mucha suerte con eso.

Quería mirar hacia la trampilla para ver si estaba abierta, mirar la puerta por si había entrado por allí. Eso me daría más pistas. - La verdad es que me jodería tener a un hombre-lobo delante y no poder dialogar frente al verdadero enemigo en común que tenemos... - Me sentía estúpida hablando a aquel animal. Era de aquellas personas que veía ridículo ver a la gente hablando con sus mascotas... así que realmente me sentía rara haciendo aquello.

Así pues, mochila en mano y cuchillo en mi diestra, esperé que el animal ejecutase su ataque, rezando porque todo saliese como tenía en mi cabeza. Porque por su aspecto y fiereza, ese no iba a huir como los tejones y yo estaba atrapada en mi rincón.

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08/07/2020, 02:46
Director

El lobo pareció comprender, dio un paso a tras y ante tus ojos se transformo.

Su figura se torno humana, mucho mas alto y formado que el muchacho que viste la noche anterior.

 No fue mi intención asustarla.- dijo recuperando la forma y el habla.- No la olí al llegar y cuando se movió me pareció que era uno de esos muertos que caminan por las calles... o algo peor, un militar.-añadió con tan profundo asco que entendiste lo poco amigo que era las milicias.-Pero habla y no como uno soldado, de modo que supongo que por mi parte no tiene nada que temer.

Al recuperar la forma humana te diste cuenta de que estaba completamente desnudo. Su ropa estaba tirada junto al sofá. 

Sin ningún pudor empezó a vestirse.- Solo buscaba un refugio para la tormenta, supongo que igual que usted.

 Se puso unos vaqueros y una camiseta que en algún momento fue blanca.

Viste que su piel estaba llena de cicatrices, la mayoría en las piernas o la espalda, por demás podía decirse que contaba con una anatomía perfecta.... en todos los sentidos....

- Bien, ya estoy vestido.-dijo mientras se sentaba en el sofá para calzarse unas viejas zapatillas.- ¿Que es lo que quería ...

 

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08/07/2020, 03:06
Seth

El tipo no termino la frase. Seth apareció enarbolando un cuchillo sujeto a un palo de hokey con cinta americana. Salio como una centella por la trampilla, dispuesto a protegerte. Posiblemente viera al lobo del mismo modo que te viera entrar a ti.

Al no ver mas lobo que un tipo sentado en su sofá Seth se quedo parado.- ¡No te muevas!.- Le grito el muchacho y despues te pregunto.- ¿Estas bien?¿Te ha mordido el perro ese?

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08/07/2020, 12:08
L. Alexis Howell.

Cuando dio un paso atrás me quedé descolocada. Quizás fuese un perro amaestrado... pero no, no me equivocaba mucho. Era un hombre-lobo. Fue verdaderamente sorprendente ver como cambiaba de forma ante mis ojos. Me quedé entre alucinada y embobada mirándole, porque el hombre que apareció delante de mí, parecía un dios nórdico. Me gustaban los hombres con el pelo oscuro, negro... jamás me había gustado ningún rubio.

Hasta que me encontré con aquel adonis, completamente desnudo ante mis ojos. No podía dejar de admirar su cuerpo en silencio y con descaro miré todo lo que pude antes de que se cubriese. - ¿Eh? Sí... - Respondí casi atontada cuando por fin me habló. Casi ni me había enterado de sus palabras iniciales.

Dejé la mochila en su rincón y me agaché a recoger la funda del cuchillo, guardándolo enseguida al ver que era mínimamente amigable y lo dejé sobre la mochila. - Supongo que he tenido suerte... porque en la mochila llevo ropa militar sin estrenar... casi mejor que me hayas pillado en ropa interior. - Dije sonrojándome un poco sin casi atreverme a moverme. - Es increíble. Tengo un hombre-lobo delante. - Añadí casi con entusiasmo.

- Perdóneme. He oído mucho sobre vosotros, nada seguramente igual que la realidad, así que la verdad es que no se nada de su raza y... me parece fascinante poder hablar con uno. - Encima les hacía más feos y quizás deformes, pero desde luego aquel hombre no tenía nada de eso.

Le observé vestirse con la ropa mojada de nuevo. Me dio coraje no tener nada que le sirviese. Es más, me dio coraje que se vistiese. Buscaba refugio y seguramente estar cómodo y la ropa empapada no era cómoda para nadie. Pero nuestro inicio de charla fue quebrado por un valeroso Seth que salió de la trampilla, la verdad que echándole huevos, tratando de defenderme. Sus palabras sobre si me había mordido el perro me hacían ver que habían cámaras ocultas en la cabaña. - Por eso me vigiló sin enterarme antes de salir...

Salí de mi rincón y me coloqué entre el chico y el hombre. - ¡Seth! ¡No! ¡No! ¡Tranquilo! - Exclamé poniendo mis manos frente a él, tratando de pararle. - Es amigo... creo... - Me giré hacia el hombre-lobo.- ... si no ya me hubiese descuartizado. Dudo que con un lobo inteligente de verdad hubiese podido salir viva con una mochila y un cuchillo. - Miré de nuevo a Seth. - Así que deja eso... no nos hará falta. Busca refugio y quizás podamos tener un nuevo aliado. A él no le gustan los zombis. Aunque por lo visto menos aún los militares.

Miré al dios nórdico con el poder de convertirse en un animal.  - Creí que eran cazadores los que os perseguían. Todo el mundo se fue a la mierda y las instituciones gurnamentales, las fuerzas de seguridad, los ejércitos... todo se fue a la mierda con la epidemia. Por cierto, me llamo Alexis. - Dije acercándome al hombre y le tendí la mano algo temblorosa. - Supongo que debería vestirme un poco yo también. - Cogí una camiseta y unos pantalones ya secos y me los puse, mientras esperaba que terminasen de calmarse los ánimos. - El es Seth y, efectivamente... yo solo estoy de paso.

Miré al chico. - Creo que se puede quedar aquí también. Hay sitio para los dos y creo que si no somos hostiles con él, él no lo será con nosotros. Además, me gustaría hablar con él y quizás tú también deberías hacerlo. Yo no le veo como enemigo, yo veo a su raza como un poderoso aliado contra los muertos vivientes descerebrados. - Miré al musculoso hombre. - Porque supongo que a vuestra raza también le afecta que estén en este mundo y supongo que un hombre-lobo infectado sería un problema mucho mayor que un simple humano.

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08/07/2020, 15:59
Seth

Seth bajo el "arma" que ni por un momento había amedrentado al rubio.- No sé, Alexis... yo también he oído cosas de ellos, dicen que tienen instintos muy... salvajes.- murmuro Seth manteniendo la distancia prudencial.

No me importa que se quede, siempre que no intente hacer nada raro.- aseguro. 

Te fijaste que aun le temblaban las piernas al muchacho, acojonado por dentro y sudando. Estaba descalzo y vestido de forma apresurada, con mitad de la camiseta dentro de los pantalones vaqueros a medio cerrar.