Partida Rol por web

Accedes al pasadizo y detrás tuyo la mujer, que no parece tener ninguna gana de volver a quedarse sola. No ves nada a parte de pared, suelo, techo y polvo y al final pared, ya que parece que al fondo gira hacia la izquierda.

 Parlan se mantiene a la escucha antes de proseguir por el recodo a la izquierda.

Antes de girar hacia la izquierda, te pararas a escuchar, aunque es entonces cuando te das cuenta de que si hubiera algo ya os estaría esperando, porque la luz se tiene que ver dando ya el recodo. De todas formas, no escuchas nada a parte de la respiración acelerada de la mujer que va a tus espaldas.

 Por todos los dioses Parlan, serenate. Pero en cualquier caso si una criatura estubiera allí sabría que vamos, pero nosotros no, mejor ir on precaución, pues de pellejo tan solo tenemos unos.

 Parlan avanza, haciendo un gesto a Erim para que le siga.

Giráis hacia la izquierda por el corredor y aquello sigue estando vacío. Avanzáis durante cosa de un cuarto de hora en línea recta en esa dirección, parece no terminarse nunca. Al final, os topáis de morros con una pared y no ha habido ningún otro desvío que tomar.

 No puede ser... algo no va bien.

 - Y eso? No pude terminarse así como así.

 Parlan pasa la antorcha por las uniones de las pardes, mirando si estan macizas o se ven agujeros. Luego desanda el camino fijándose en el techo del túnel.

En un momento dado te agachas para buscar, esto tiene que abrirse de algún modo, cuando la mano de Erim llama tu atención y te señala una piedra que sobresale también, pero a la altura del techo. Trepar por la pared para llegar a ella resultaría algo costoso, pero si la muchacha se sube a tus hombros y consigues aguantar su peso, quizás podáis activar el mecanismo.

 Parlan envaina el acero y se apoya en la pared.

 - Erim, súbete a mis hombros e intenta accionar el mecanismo, si no no veo otras formas d esair.

- Estás seguro? - Dice mirándote. Al ver que no vas a cambiar de parecer, deja el arco apoyado en la pared y se sube a tus hombros esperando que puedas con su peso y no la dejes caer.

 El joven bardo asiente.

 - Sí, no veo muchas más formas de progresar en este lugar. Sube ánimo.- Dice esbozando una sonrisa.

Aguantas el peso de la muchacha sin problemas, aunque tratas de no volver a mirar hacia arriba con ella encima ya que acabas de recordar gráficamente que iba con un vestido.
Erim aprieta la piedra, tras lo que se comienza a escuchar el sonido de la piedra arrastrando por la piedra mientras la pared que teníais delante comienza a deslizarse hacia un lateral.
Depositas a la joven de nuevo en el suelo mientras la puerta se sigue abriendo lentamente. Delante vuestro, ves una pequeña "sala " , que parece escavada en la roca, que contiene unos peldaños que suben hacia arriba.

 Parlan, mietras se seca el sudor de la frente, mira sonriente a Erim.

 - Muy buen trabajo Erim!

 Descuelga un pelejo y da un trago y le ofrece a Erim si quiere.

 - A ver dónde conducirá estos peldaños, de hecho,estas celdas están en un piso inferior por el que llegué. Vayamos, quedaté unos pasos por detrás, por lo que pudiera pasar.

Comenzáis a subir por las escaleras y tras avanzar lo que te parece que serían dos pisos, llegáis a una trampilla que tiene un enorme candado cerrado. No habéis visto nada digno de mención mientras subiáis, tan sólo piedra y polvo, ni una mísera huella en él.

 Parlan sacae nuevo las llaves que encontró antes e intenta de encontrar una que encaje y logre abrir el candado. Por favor, que sea una de estas, por favor...

Tardas otro buen rato en encontrar la llave, pero consigues al final quitar el candado. Erim, antes de que puedas hacer nada, te agarra del brazo y te dice: - Ten cuidado, en esta isla nada es lo que parece.

 Antes de abrir del todo el candado, Parlan mira a la muchacha.

 - A que e refieres, acaso... acaso eres un chico?- Una leve sonrisa aparece en sus labios.

La mujer sonríe por primera vez desde que la has encontrado y se sonroja levemente. - ¿ De verdad parezco un hombre ? - Dice mirándose el cuerpo unos instantes para luego volver a mirarte y sacudir la cabeza. - A lo que me refería es que cuando miras a alguna criatura o a alguien en la superficie parecen estar vivos, pero si los miras en algún lugar donde no les dé la luz del sol descubres que les faltan miembros, trozos de cuerpo, son muertos que caminan.