Partida Rol por web

- Sé lo de " La de las Mil Caras ". Puedo notar el desequilibrio que está produciendo. Y ahora, también sé que es lo que venís a buscar, pero toda búsqueda requiere un sacrificio, no me preguntes cual, ya que lo desconozco, ahora eres tú quien ha de decidir si esa búsqueda te es tan importante como para sacrificar lo que se te pida por encontrarlo. - Dice el viejo sin ápice de broma en la voz.

 El joven enarca la ceja. Pues a decir verdad si buscaban a alguien para que se sacrificara no han elegido a la persona correcta.

 - Quien custodia el objeto y que sacrificio representa?

El anciano arquea una ceja y te dice con tono de reprimenda:

- Pero no te acabo de decir que no me preguntes cuál? No sé si tiene custodio, aunque supongo que sí.. Puedo indicaros donde encontrarlo, pero es todo lo que puedo hacer por vosotros.

 Parlan se hunde un poco en su asiento. En verdad es mucho mejor ver como actúan los héroes que actuar como uno de ellos. Después mira a Erim y luego de nuevo al anciano.

 - En verdad nos ayudarías indicándonos donde encontrar el objeto, maese Glunar.- Dice respetuoso el joven.

- Claro, no está muy lejos de aquí. Seguidme. - Dice el hombre saliendo al exterior de la casa.

Salís los dos detrás de él y podéis ver como ya no estáis en el mismo lugar de antes, sino en un lugar rocoso y arenoso, justo delante de un enorme agujero en el suelo.

- Ahí abajo es donde deberéis ir.

 El bardo mira el agujero, si es pronunciado o tiene una pendiente suave, y sus dimensiones. Luego mira al desconocido y después a Erim. Tras unos largos instantes, este se saca un sencillo anillo de la mano y se lo tiende a la joven.

 - Toma, si allí a bajo las cosas se ponen muy feas, sujeta el anillo y piensa con todas tus fuerzas en auxilio. Pero solo si las cosas se ponen muy feas.

 Sin má sParlan empieza a adentrarse por el agujero, con extrema precauicón aferrándose a los paredes del mismo.

Comienzas a descender por el agujero, no es excesivamente grande, pero sí lo suficiente para descender sin problemas, es una pared vertical, pero tiene enormes salientes que más te parece que estés bajando unas escaleras con ayuda de tus manos.

Cuando llegas abajo ves que la zona está iluminada por una luz violeta que no tienes ni idea de dónde proviene, no es que sea la mejor para agudizar la vista, pero te permite observar el lugar al que has ido a parar casi sin problemas.

Justo delante tuyo puedes ver una puerta en la que hay dibujado una especie de rostro, parece que de una bella mujer. Sus dientes son diamantes y en su ojo derecho, brilla una piedra morada totalmente circular, en su ojo izquierdo le falta.

 De forma distraida, mientras contempla el rostro de la puerta, desliza una mano a su bolsillo, y la saca de nuevo, con una gema muy parecida a la del ojo, y que provablemente encaje en el espacio del otro ojo. Esta es la gema que encontre en la celda de al lado de Erim, escondda en aquel alijo... fué un ladrón quien la quitó?

 Tras conteplar toda la estancia y la puerta, acerca lentamente la gema al rostro de muchacha tallada en la puerta y encaja la gema en el lugar en el que parece que tiene que ir.

 - Espero no estar equivocándome...

Colocas la gema en su lugar correspondiente y la puerta comienza a abrirse lentamente poco a poco delante tuya. Puedes ver una pequeña sala, en cuya parte central hay una especie de pila de piedra  que tiene como dos aperturas con la forma de las manos a ambos lados. Al fondo, en la pared, puedes ver una enorme piedra de color violeta y en su interior, un pergamino dorado.

 El joven se acerca con precaución a la pila y luego a la parte final de la sala, mirando con detenimiento, el dorado pergamino, pero sin llegar a tocarlo.

Lanzas un conjuro de detectar magia y brilla absolutamente toda la habitación, aunque la pila y la piedra que encierra el pergamino, lo hacen con más fuerza. Echas un vistazo a la zona, sin tocar nada. La pila, en su borde tiene una inscripción, parece un dialecto derivado del común, del que sólo comprendes en principio: ".. sangre .. vida.. daré. " La piedra que contiene el pergamino en su interior no contiene ningún símbolo pero tampoco distingues lo que tiene escrito el papel.

La puerta se acaba de cerrar de golpe a tu espalda.

 Al escuchar el portazo, Parlan se gira y ve como la puerta está cerrada y entonces menea la cabeza en gesto de negación. Esto no puede estar ocurriéndome a mí... con la cantidad de cabaleros que darían gustosos su vida por el bien... yo, yo solo soy un joven que no hace más que anelar el próximo encuentro con la reina de mi corazón...

 Tras unos instantes el bardo se acerca a la pileta repitiendo en voz alta.

 - Sangre... vida...daré...- Con resignación en el rostro.

Te acercas a la pila, pero no ocurre nada, tan sólo escuchas el eco de tus palabras a tu alrededor.

 Sin más Parlan pone una mano a cada una de las aperturas para las manos, titubeando.

En cuando colocas las manos notas como de la piedra salen unos pinchos afilados que se clavan en tus manos. Tu sangre, comienza a chorrear por la pila y se comienza a acumular rápidamente en su interior. La piedra que contiene el pergamino comienza a brillar, primero con fuerza, luego con una especie de palpitar.

 Apretando los dientes con fuerza, Parlan aguanta el deseo apremiante de apartar las manos, mientras ve como su vida se escapa hacia el centro de la pileta y siente el palpitar de la piedra.

Tratas de mantenerte en pie mientras sigues perdiendo sangre, al principio lo vas logrando, pero poco a poco tus piernas flaquean mientras notas como las fuerzas se te van escapando poco a poco. Caes de rodillas sin apartar las manos, pero al final caes inconsciente sobre el frío suelo de piedra, justo en el momento en el que un destello violeta, una intensidad de luz increíble te ciega.

Cuando vuelves a abrir los ojos, estás en mitad de un destello violeta. No tienes demasiado claro si lo que estás viendo es real o no, aunque te tocas un brazo y notas cómo lo haces. Frente a ti, aparece un hombre, de ojos profundos pero de color dorado, de un dorado que te recuerda al sol cuando atardece y el cabello rubio platino casi blanco. Lleva una armadura de escamas doradas completa y en su mano un espada larga del color del hierro en la forja, abrasaría a quien intentara portarla.

 Parlan mira a la figuray si evitarlo, de sus laios sale:

 - Vos soys quien recibe a los que fallecen en el más allá?