Cuando te vas a dar la vuelta para volver donde la joven, la telaraña cae al suelo y el esqueleto con ella, haciendo que des un salto reflejo, más que nada por el susto, ya que no te lo esperabas. Miras hacia detrás pero este cadáver al menos parece que no se va a levantar.
La pared del fondo tiene bastante polvo y una especie de baldas también de piedra que dan la sensación de que algún día eso hayan podido unas estanterías para libros o algo así.
Hazme una tirada de avistar.
Espera, tal vez este sea el lugar donde tiene que estar lo que busco...
Tirada: 1d20(+1)
Motivo: Avistar
Resultado: 14(+1)=15
Por la cantidad de polvo que hay, en uno de los laterales, te parece que se acumula más polvo, como si debajo de él, hubiera algo que sobresale, como una piedra mal colocada, aunque para poder observar más debería retirar la capa que la recubre..
Con cuidado, el joven bardo se acerca y sopla deforma que el polvo se vaya en otra dirección.
Soplas, pero parece que el polvo está adherido a la piedra después de años de inactividad, así que no es que resulte demasiado efectivo y te quedas más o menos como estabas sólo que ves más una piedra.
Parlan recoje la antorcha que antes había usado contra la araña, y ahora es inútil, para partar el polvo con delicadeza. En su interior se había despertado d enuevo la curiosidad.
Pasas son suavidad la madera de la antorcha por la piedra y el polvo, ahora sí, se retira sin mayor dificultad. Te parece que las telarañas habían llegado hasta aquí, ya que el polvo se queda pegado al paso de forma pegajoda. La piedra que has dejado al descubierto no es demasiado grande, parece una palanca o algo parecido, lo que no eres capaz de acertar es lo que sucederá si consigues activar ese mecanismo o lo que quiera que sea eso.
Mmmm interesante que pasaria si... sus manos se dirigen hacia la palanca pero justo antes de poner la mano encima Espera, primero dejame comprovar si alguna de las llaves pueden liberar a la muchacha. No vaya a ser que ahora la cague.
El bardo regresa sobre sus pasos hacia la celda donde esta la muchacha encadenada.
Vuelves hasta la celda sin encontrarte nada que no hubieras visto ya por el camino, al menos, no hay ninguna criatura más por el momento.
La muchacha tiene la cabeza apoyada en la pared de la celda y los ojos cerrados. Parece haber caído inconsciente.
Parlan se acerca raudo hacia la chica, pero justo antes de llegar al alcance de sus cadenas dice.
- Erim, Erim Nadelon, despierta. He encontrado unas llaves, a ver si alguna de ellas puede abrir estas cadenas.
Sin más se acerca e intenta encajar las llaves en los grilletes y tantea a ver si alguna de ellas abre las cadenas.
Erim abre los ojos y te mira pero no habla, parece realmente débil y agotada. Comienzas a probar llaves, debe de haber unas quince en el manojo y te lleva bastante tiempo encontrar la que abre los grilletes, pero al final, consigues dar con ella y soltar a la joven.
Al final, por todos los dioses!
- Eureca, al fin, ya estás libre.- No puede reprimir una sonrisa al ver como el grillete se abre dejando libre las muñecas ensangrentadas de la muchacha.
Cuando los grilletes se abren, las manos caen sin fuerza. Está muy débil.
- Ya eres libre, puedes ponerte en pié?- Viendo como le cuesta reaccionar, Parlan le tiende otro de los odres para que beba, así como una de las pociones de curción.- Toma, bebe, te sentirás mucho mejor.
El tono de las palabras es apaciguador y esperanzador. Si es preciso llamo ahora a la dragona, ya ha habido suficientes muertes. Daré un vistazo a lo de la palanca, y si no es por allí nos largamos.
- Erim, pronto nos marchamos, ven.
La joven bebe con ganas el agua que le das de nuevo y luego bebe la poción, que hace que parezca hasta otra persona en varios minutos. Aunque cansada, con la cara cenicienta y unas tremendas ojeras, se pone en pie y te da un abrazo. - Muchísimas gracias!! - Te dice sin apartarse de ti, tremendamente agradecida.
El rostro de Parlan se ve iluminado por una radiante sonrisa.
- Tranquila Erim, ya lo celebraremos cuando salgamos de esta pesadilla. Puedes andar bien? Tengo que comprovar una cosa y luego pediré que nos vengan a buscar.
Parlan la toma de la mano y la ayuda a alzarse.
- Vayamos.
Erim muestra una sincera sonrisa, aunque en estos momentos no es que sea una de las mejores sonrisas que hayas visto. Después de lo que ha tenido que ver o pasar aquí dentro, te tomas como un halagado casi el haberle podido ver esa medio sonrisa.
La muchacha al principio camina algo torpe y cogeando, pero poco a poco va recuperando la movilidad y llegáis a la sala de nuevo sin ningún problema.
Una vez llegados a la sala, Parlan le tiende la antorcha a Erim y se aceca a la repisa donde encontró la palanca.
- Sabes usar un arco?
Como viste Erim? Va "presentable"?
Como ha reaccionado ante la visión de la araña muerta ^^?
Al ver la araña Erim se ha apartado escondiéndose detrás tuyo y al ver el esqueleto te ha agarrado con más fuerza, parece estar asustada, aunque te da la sensación de que no es el primer muerto que ve y teme que este también se levante.
- No soy la más diestra del mundo con un arco, pero podría hacer algo. - Te responde la mujer sin apartar la vista de la calavera.
Lleva un vestido, bastante ajado, que deja al descubierto su escote y sus piernas, pero has visto a mujeres con menos ropa caminando por las calles de las ciudades..
Visto la situación, será mejor que le deje el arco y las flechas y yo me las apañe con la espada... pero hojalá que no tenga que hacer falta! Se quita el carcaj de encima, y le tiende tanto el arco como el carcaj.
- Si es preciso, úsalo. Pero si ves que la cosa es grave, huye.- El rosro de Parlan adquiere un matiz varonil.- Aparta un poco, no sea que vaya a ser una trampa...
Sin más con el acero en la mano, Parlan tira de la Palanca.
La joven asiente a tus palabras y coge el carcaj y se lo cuelga a la espalda, aunque se queda con el arco en las manos y pone en él una flecha, aunque sin tensar demasiado la cuerda ante la falta de peligro, al menos, de un peligro inminente.
Al tirar de la palanca el suelo comienza a temblar levemente y la piedra de la pared comienza a dejar paso a una especie de pasadizo oscuro tras lo que antes tan sólo eran estanterías de piedra. Por lo que puedes apreciar desde tu posición, es un pasillo muy estrecho, por el que cabríais de uno en uno, pero en el que no se observa nada a parte de polvo.
El joven se seca el sudor de la frente con la maga de su camisa y alhumbra con la antorcha de la zurda el pasaje.
- A ver hay por aquí...
El bardo se adentra en el pasae, con la antorcha delante de sí.