Partida Rol por web

 Mmmm siempre es bueno que te despierte una muchacha hermosa, aún teniendo en cuenta la situación.

 Parlan contempla el firmamento y como este va cambiando, aclarándose con el alba.

 - Si, será mejor que partamos cuanto antes.

 De su mochila saca unas raciones, le tiende a Erim una ración entera y él come otra, básicamente es un pan de higos y frutos secos y un poco de queso seco. Da un buen trago al pellejo y se lo tiende a ella.

 - Bebe, que después lo llenaré de nuevo antes de partir.

Terminais de desayunar y os volveis a poner en camino. Camináis la mayoría de la mañana a través de la selva, pero llegando al mediodía  pasa algo muy curioso. Llegáis a lo que parece el extremo de la selva para pasar a un bosque. Es un bosque sin tanta vegetación y en la que las ojas de los árboles, amarillentas, caen al suelo ya recubierto por ellas. Hace viento y es bastante frío, aunque si das dos pasos atrás vuelves a estar en la selva y la agradable temperatura del cálido verano.

 Parlan contempla las hojas amarillentas y anaranjadas.

 - Y el otoño ya está aquí...

 Mira a Erim y le pregunta.

 - Es por aquí donde encontaremos a ese tipo?

Erim te mira sin parecer comprenderte demasiado bien.

- A qué tipo te refieres? - Pregunta ante tus palabras.

 Parlan se encoge de hombros.

 - No sé, tan solo imaginaba que debía haber alguien tras todo eso, los no-muertos, la isla con todos estos climas...

- A tanto no llego. Sé lo que les he oído hablar y lo poco que he visto en la isla, pero si hay alguien allí lo ignoro. Tan sólo espero que de haber alguien no intente matarme o matarme para luego convertirme en uno de ellos.. - Responde Erim mientras se le pone la piel de gallina.

 Parlan percive la reaccón en Erim y le pone una mano, en forma de caricia, en su brazo, mientras le dedica una sonrisa.

 - No lo voy ha permitir, Erim. Confía en mí, no te he falado y no empezaré ahora.

 Tras unos instantes Parlan mira hacia lo que él cre que es la dirección hacia el centro de la isla.

 - Vayamos, no perdamos más el tiempo, cuando antes lleguemos antes terminaremos.- Espero.

Continuáis andando por la zona en la que es otoño. No hay demasiada vegetación y caminar se hace bastante sencillo. Paráis a descansar para hacer la comida sin haberos encontrado con ninguna criatura que quisiera haceros ningún mal. La mayoría de lo que habéis visto han sido mamíferos pequeños y roedores, que se escondían a vuestro paso.

A primeras horas de la tarde, llegáis a lo que sin duda, ha de ser el centro de la isla. Se ve un pequeño claro con hierba verde y flores azules y violetas, sobre las que revolotean un sin fin de mariposas. En el centro de todo ello, una pequeña casa de barro de la que sale humo por la chimenea, parece habitada. Desde donde estáis podéis ver que tiene una pequeña ventana, que tiene una tela a modo de cortinilla. La puerta es de madera, con algún que otro agujero ( parece parte del deterioro) está entrabierta.

Lo más curioso es que si miráis hacia detrás de la casa, el paísaje resulta primaveral. Por la parte de delante, que es por donde venís, es otoño, incluso corre un frío que avisa de la cercana llegada del invierno. A la derecha, se ve la nieve, un paísaje totalmente blanco, en el que enormes copos caen suavemente sobre la gruesa capa de nieve del suelo.
A la izquierda de la casa, veis la enorme serva que seguramente sea por donde ya habéis andado el día anterior.

 Parlan queda pasmado ante tal visión.

 - Seguro que a Spluch le hubiera encantado ver esto...- Dice en un susurro asombrado.

 Luego se gira hacia Erim mirándola, buscando sus reaccions ante la visión.

 - Bueno, no hacemos nada aquí parados, vayamos. Espero que no tengamos que lamentar nada.- Hace una pausa.- O prefieres esprar aquí por si ocurre algo, y si no pasa nada malo te llamo?

- Como desees. Si quieres te acompaño y si quieres me quedo aquí... - La muchacha te dejaba llevar la voz cantante en todo momento y se la veía esperando tus instrucciones.

En el momento en el que comenzáis a hablar, la puerta de la casa se abre y veis una figura que os deja a los dos con la boca abierta. Parece un hombre anciano, pero su cuerpo está recubierto por una piel que más parece la corteza de un árbol. En ciertas partes tiene unos toquecillos verdes, comosi tuviera musgo y al lado de la nariz, podéis apreciar lo que parece un pequeño hongo.

- No tenía una visita desde hace tantísimo tiempo.. - murmura con voz de hombre muy anciano. - Pasad seguro que esos malditos piratas no os han dado tregua y estaréis cansados.

 Parlan sé ve sorprendido ante la aparición del anciano, pero el tono amable de las palabras y la necesidad de obtener respuestas hace que abandone un poco las precauciones. Da la mano a Erim y van los dos hacia la vieja casa en medio de aquel impresionante paisaje.

 Mientras la pareja se acerc hacia el anciano, Parlan le hace una grácil salutación.

 - Buenos días, ilustre señor. Sería para nosotos una gran dicha el acompañarle uno tiempo, a resguardo de esos piratas y la locura de esta isla.- Hace una breve pausa.- Mi nombre es Palran, Parlan Silverflute. Y ella es Erim, Erim Nadelon.

Pasáis a la cabaña y veis que no hay demasiadas comodidades, es austera, pero lo suficientemente grande y limpia como para poder habitar en ella.

- Mi nombre es Glunar pero como vivo aquí solo no estoy demasiado acostumbrado a que me llamen por él.. Puedo ofreceros algo de comer o de beber? No tengo demasiados lujos, pero para ofreceros alguna cosa sí que hay..

 A medida que se acerca Parlan le tiende la mano para estrechar la del anciano.

 - Mucho gusto, Maese Glunar.- Dice con una correcta salutación.- Erim y yo aceptamos gustoso su oferta para tomar algo. Y preguntarle algunas cosas, si es posible.

 Dice el joven bardo con tono alegre y amable.

El anciano coloca sobre la mesa unas frutas y una jarra de barro con agua, con unos toscos vasos a juego y se sienta con vosotros a ella.
Coge una especia de fruta amarillenta que abre a la mitad con las manos y comienza a comer mientras que habla ( no es que tenga muchos modales a la mesa). - ¿ Qué es lo que deseáis saber?

 El joven, sentado en una silla, con la mochila a su lado, y tras un refrescante baso de agua fresca, el cual agrdece con un gesto, pregunta.

 - Tal vez a vos no os lo parezca, maese, pero es el único lugar en el que las cuatro estaciones se encuantran y reunen en todo la faz de Krynn, como es posible tal milagro?

El hombre sonríe. Casi puedes adivinar por su expresión que era la primera pregunta que estaba esperando..

- No es un milagro joven, aunque podría ser. La leyenda cuenta como Chislev, diosa de la naturaleza y encargada de su equilibrio, tuvo una época en la que quería estar alejada de todo, según se comenta por algún mal de amores. Al pareces, eligió el lugar exacto que pisas ahora. El verano era su buen humor, la primera su alegría y gozo por poder querer, el otoño, sus dudas sobre si sería correspondida y el invierno, su intento de negación de emociones y su mal humor.

 Parlan asiente asombrado. Y continúa.

 - Y quién eres tú que conoces estos sucesos y resides aquí?

- Ya me he presentado chico, ya te dije mi nombre, simplemente soy el encargado de velar por el equilibrio de la naturaleza en esta isla. Se podría decir, que ayudo a realizar el trabajo de mi señora en esta tierra. - Se queda un poco en silencio y luego dice: - No creo que hayáis venido aquí para saber por qué es mi hogar y algo más hay, a parte de huir de los piratas, ya que supongo que de estar haciéndolo en vez de internaros en la isla, estaríais saliendo de ella.

- En eso tiene razón - dice Erim echándose a reir ante la perspicacia del hombre. - La idea fue mía, sabía que esos monstruos no se acarcaban aquí, les daba miedo y por eso la propuse..

 Parlan asiente.

 - Yo, junto a unos compañeros, fuímos enviados a esta isla, para encontrar un objeto, un objeto necesario en estos tiempos en lso que se cierne la amenaza de nuevo, pues las hordas de Taquishis se están orgaizando para atacar a los pueblos de Krynn. De momento la búsqueda se ha cobrado la vida de mis compañeros.- Dice el joven bardo con pesar en el rostro.