Partida Rol por web

El Oddissey: Terror en la nieve

Bernie y Maurice: La Muerte Gélida

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01/06/2011, 23:43
Bernie Gardner

Tras tirar la toalla en el asunto del análisis del cadáver, me quito los guantes de látex con una mueca de fastidio y los dejo al lado del muerto. Quizá el cerebro de Maurice sea lo suficientemente bueno como para deducir algo de toda esta lista de datos anatómicos y diferentes heridas que afectan el cuerpo del marinero. En todo caso, tenemos mucho que comentar sobre esta visita...

Estoy pensando en todo esto, dándole una y otra vuelta en mi mente, cuando ese perturbador sonido me paraliza por completo. Durante unos segundos me dedico a intentar distinguir de dónde viene, pero el sitio no me tranquiliza para nada: por mi mente de inmediato pasa la visión de un cadáver incorporándose de una de esas mugrientas camillas. El terror me invade, esa sensación que se te pega a la piel. Noto que empiezo a sudar más y más a pesar del frío, y no consigo reaccionar. Por una parte quiero salir fuera de este sitio espantoso, pero por otra no puedo moverme, necesito saber qué es esta respiración. Estás sola en la cámara, estás sola en la cámara, me repito una y otra vez, irracionalmente. Meto la mano en el bolso y saco rápidamente la cámara, encendiéndola y activando el flash en pocos segundos debido a la costumbre. Las manos me tiemblan.

Doy unos pasos hacia la puerta casi sin atreverme a mirar, me siento completamente desprotegida. Sin embargo estoy decidida a ver qué demonios hay ahí, así que cuento hasta tres y empiezo a disparar fotografías una detrás de otra, de modo que los fogonazos de luz invadan la cámara. Tengo miedo. Mucho miedo....

Notas de juego

Ay dios, pero qué malvado que eres. Por favor, que no sea un muerto xDDDD Siempre me ha dado un mal rollo terrible...

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01/06/2011, 23:58
Maurice Stolker

En cuanto salieron a la calle Maurice se encontraba mucho mejor. Por primera vez desde que llegó agradeció la gélida temperatura. Pese a que los vómitos había sido involuntarios se sentía triunfador por haber concebido un plan tan rápidamente que había dejado a Bernie sola con el cadáver. A ella le diría que había sido a propósito, claro. Una breve sonrisa se esbozó en su rostro cuando el doctor no miraba. Sentía el estómago algo revuelto pero también se sentía un triunfador. Su astuta mente había ideado el plan perfecto.

 

Plan que se fue al carajo con una mueca de desagrado cuando escuchó como el doctor se había dado cuenta de la argucia de Stolker. Esto lo enfureción por un momento y espetó: - Pero...¿con quién se ha creido que trata? Me he puesto  enfermo debido a la mugre que tiene usted ahí dentro. Me ofende profundamente.

 

Tras una pequeña pausa y aun bastante cabreado decidió aceptarle un cigarrillo al hombre, aunque se fijó bien en que la procedencia fuera de un paquete legítimo de tabaco pues no le apetecía chupar cualquier cosa que le ofreciese ese tipo. Parecía que el tipo no era mala persona y su comentario no había tenido maldad ninguna...eso si, le hacía falta una limpieza bucal con urgencia. Bueno, bucal y general. Cuando estaba dispuesto a hacerle un nuevo comentario sobre la necesidad imperiosa de mandar un equipo de limpieza a la morgue el doctor dijo algo que dejó a Maurice estupefacto. ¿Qué coño hacían otros dos tipos del WCI allí? ¿Por qué los habían enviado? Si ni siquiera les había dado tiempo a fracasar en la investigación para mandar a un remplazo. Aquello olía a chamusquina. En cuanto Bernie saliese de la oficina llamaría al albino que los recogió en el aeropuerto para pedirle explicaciones. En ese momento no recordó su nombre.

- No sé quienes eran...pero lo descubriré. - Dijo contrariado. Dio una calada al cigarro y una chasquido de desaprobación salió de su boca. Maldito tabaco nacional - Murmuró entre dientes pues hasta el tabaco de aquel país le sabía mal. Continuó hablando con el doctor: - Tengo que pedirle un favor, amigo. - Dijo acercándose a la cara del tipo en un claro gesto de persuasión que le había enseñado un investigador amigo suyo -  Necesitaría que recordase los objetos que se llevó esa gente. Quizás sean necesarios para resolver el caso. - Y más que como información, para darle un poco de bola al hombre le consultó: - Sería muy interesante que me diera su opinión personal sobre el cadáver. Algún detalle que solo esté a la vista de un profesional como usted.

 

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02/06/2011, 18:58
Doctor

-No quiero tener una mala impresión de usted, ni mucho menos. ¿Pero cree que me gusta vivir ahí dentro? Sólo quiero que comprenda que padezco sindrome de olor corporal y sufro halitosis desde nacimiento. Se que debe de ser molesto estar a menos de dos metros a la redonda de mí. Ríe de buena gana por su propio chiste. Pero también es complicado para mí, entiendalo.

Tras la pausa pone interés en tu interrogatorio, pero se lamenta. Lo siento, no puedo sacarles de dudas. Siempre tengo la obligación de registrar al difunto, pero en esta ocasión se me olvidó... Deja en el aire una frase incompleta, pero que de ningún modo detectas que te está mintiendo. Tampoco puedo darle una información detallada sobre el cadáver, al fin y al cabo uno no deja de verlos. ¿No es así?

Apura el pititillo y lo lanza sobre uno de los charcos formados por la lluvia. Venga, entremos-

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02/06/2011, 19:05
Doctor

Mientras Bernie debe de estar aprovechando el tiempo investigando el cadáver, Maurice y el Dr. salen un rato al exterior. Allí, a pesar de sus diferencias, tratan de mantener una conversación estable y de hombre a hombre. Es inevitablemente que se lancen un duelo de miradas entre frases, dónde del anfitrión se siente claramente vencedor. En cualquier caso, éste le explica un motivo importante sobre su enfermedad, aunque es algo breve la explicación es lo suficientemente clara como para entender el porqué de su olor corporal y demás defectos higiénicos. Para terminar, y para desgracia del investigador, el propio doctor no puede sacarle de dudas.

Abre la puerta, ofreciendo paso a Maurice, y antes de cerrarla mira a ambos lados de la calle cómo si quisiera encontrar a alguien escondido entre la penumbra. Sin más, y tras ver como Maurice avanza el primero cierra la puerta, despacio. -Ha sido un placer hablar con usted, detective. Veamos si su compañera tiene alguna noticia que pueda sacarle de dudas, señor. Con gesto serio se encara a la puerta que da acceso a la cámara de cadáveres, y tras un par de intentos erróneos, parece recordar cual es la llave correcta.

Cuando los oxidados goznes deciden ceder, la propia Bernie, se siente sumamente más asustada. La fotógrafa se encuentra casi retrocediendo hacia la misma puerta, tirando flashes de sus fotos sin aparente descanso, nerviosa por algo. Sin previo aviso es atacada por un animal salvaje. La bestia parece un lobo de pelaje claro, parece poseer una malévola inteligencia tanto en sus oscuros ojos como en sus agresivos gestos. Es cuestión de tiempo. Sin embargo, cuando todo indica que va a ser atacada a dentelladas, el doctor transmite algo al animal.

¡Kenya! ¡No, detente!

Esas sencillas palabras hacen detener al animal. Posee un denso y suave pelaje de color blanco con marcas transversas negras.

Siento que le haya asustado señorita. Debi avisarle...- El mamífero deja de enseñar su dentadura, pero no deja de quitarle el ojo a la fotógrafa. En cuanto las manos de su amo le acarician cuello, el animal parece adoptar una forma completamente distinta, mucho más humilde y sociable. Incluso parece querer acercarse hacia Bernie para pedirle disculpas, aunque suene un poco subrrealista.

Notas de juego

No soy, tan, tan, tan malvado al fin y al cabo ;P

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02/06/2011, 19:07
Kenya

El animal decide acercarse a paso lento, a modo de disculpa y con la cabeza gacha. Su garganta produce un efecto parecido al ronroneo de un gato, pero más grave. Lo que te indica que se ha desecho de esa actitud tan hostil. Aún con el susto reciente, y el corazón a mil por hora no te fias mucho, quizá por que no estás acostumbrada a tratar con animales de ese calibre. En cualquier caso, su belleza y su pelaje lo convierten en un mamífero adorable, de eso no hay duda.

Es cómo si os hubieráis intercambiado los papeles, ahora es ella quién se siente asustada de ti al percibir que no acercas, o no te atreves a alargar tu mano lo suficiente como para poder acariciarla.

Notas de juego

Aunque no lo tienes del todo claro, en un momento dado, antes incluso de que Kenya se te acercara, te pareció ver una silueta, del tamaño de un águila, quizá algo más grande trepando por el techo y en absoluto silencio. Aunque a lo mejor sólo se trató de un juego de luces, ya que la escasa iluminación juega aquí y allá iluminando diferentes partes.

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02/06/2011, 23:15
Bernie Gardner

La situación que acabo de vivir dentro de la cámara de cadáveres ha conseguido alterarme por completo. Maurice tendrá el placer de verme fuera de mis casillas por primera vez: chorreando sudor, con la cara desencajada y las manos temblorosas mientras guardo la cámara de fotos de nuevo en el bolso. Jodido bicho, me cago en tu padre, el susto que me has dado.

- ¿Ti... tiene usted la costumbre de encerrar personas con animales salvajes, doctor? - digo con una visible mala leche mientras me apresuro a salir de la sala frigorífica y me llevo una mano al corazón. Me apoyo en la pared y cierro los ojos durante unos segundos, tratando de controlarme. Recuerdo los ejercicios que me ha mandado el médico y me coloco mi espalda recta sobre la pared mientras inspiro y espiro pausadamente, tratando de desacelerar el corazón que me late a mil por hora - Joder.

Cuando me relajo un poco, veo que el animal se me acerca con aire de disculpa, y por primera vez puedo apreciar la belleza del felino. Ya no parece dispuesto a saltarme al cuello.

- Casi me da un infarto, Simba - digo en voz alta mientras estiro algo dudosa el brazo para acariciarle la cabeza. Supongo que si lo tiene de mascota es porque no hará daño a los humanos. Aunque hace cinco minutos casi me degolla.

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03/06/2011, 01:01
Maurice Stolker

Tu la única enfermedad que tienes es el pánico al jabón y a la pasta de dientes - pensó Maurice cuando el doctor le contaba una historia que no se debía creer ni él. El investigador se cabreó aún más cuando el doctor le dijo que se había olvidado registrar el cadáver. Joder, ese era su deber y ahora las pruebas que ellos podrían haber obtenido las tenían un par de tipos que decían trabajar para la WCI. Era un incompetente total. Maurice estaba de nuevo cabreado y el tic de la sien estaba comenzando a aflorar cuando el doctor dijo de entrar. Aceptó rápidamente para no tener que sufrir más la presencia de aquel tipo casposo. Pensó que Bernie ya habría terminado con el cuerpo.

 

Nada más abrir la puerta de la habitación de la morgue donde descansa el cadáver, Maurice vio a la fotógrafa echar fotos como una loca en dirección contraria a la puerta. - Pero...¿qué coño? Fue lo único que le salió de la boca ante lo inesperado de la situación. Cuando vio al animal un pitido agudo salió de su garganta, la cual ni siquiera podía esbozar un grito. Durante un momento se le cortó la respiración y su piel empalideció. Solo volvió en si instantes después cuando lo que parecía un lobo se relajó ante las palabras del doctor. Ahora parecía un gran gato persa. No obstante Maurice seguía acojonado ante aquella bestia.

 

Entonces Bernie comenzó a hablar. Parecía asustada pero estaba volviendo rápidamente a una tranquilidad que a él le costaba afrontar. Cuando ella acabó y se fue a acariciar al animal Maurice fijó unos ojos desorbitados hacia el doctor. - Me cago en todo. No solo tiene este lugar hecho una pocilga...no solo es un incompetente al que se le olvida registrar los cadáveres cuando llegan, sino que encima tiene bestias salvajes aquí met... -  Algo se le vino a la cabeza. Su expresión de odio cambió a una expresión de ansiedad. Maldita sea...y si... Se dirigió al doctor de la forma más afable que pudo: - Doctor, dígame la verdad, ¿este cadáver tenía esas garras señaladas antes de llegar o fue su amiguito en un despiste suyo el que se las hizo. Le sugiero que diga la verdad, hay pruebas científicas que demostraran si usted miente. - Maurice no sabía si en aquel país podrían hacer esas pruebas pero en América con un pelo del bicho y una muestra del cuerpo si que podían hacerlo.

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03/06/2011, 13:40
Bernie Gardner

Mientras acaricio a la bestia con las manos temblorosas, escucho lo que el detective le pregunta al doctor. Tiene bastante sentido, ya que deja a un felino carnívoro en la misma sala que unos cadáveres recién muertecitos. A lo mejor alguno está caliente y todo.

- ¿Suele usted dejar a su gato en el mismo lugar que los cadáveres? Eso no es bueno para su conservación, doctor - le digo con un cierto aire de reproche, sintiendo todavía la flojera que el miedo causa.

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03/06/2011, 18:05
Doctor

-Acompañemos a su compañera por favor. Sigamé. Le hace un gesto a Maurice, y cuando éste cruza el umbral cierra la puerta de la cámara, dejando que el animal pulule a sus anchas por lo que es todo el espacio que forma el cuchitril.

Suenan las seis en el reloj de pared colgado en la entrada. En cualquier otro lugar del planeta, posiblemente aún habrá algo de luz, pero allí el cielo ya estaba vestido de negro. El ritmo del reloj es pausado, pero se escucha desde cualquier rincón, avisando de la hora. Fuera sigue lloviendo, y parece que la tormenta que ha empezado a formarse al atardecer os acompañará toda la noche. Cuando el sonido de la última nota de las seis se desvanece, el fogonazo de un rayo entra por la única ventana, y la tenue luz de la bombilla que ilumina la estancia se apaga al instante, quedando todo a oscuras. Casi de inmediato, el estruendo del trueno que siempre lo acompaña hace temblar los cristales. Y algunos objetos que hay sobre la mesa del doctor. Instantes después, vuelve el rumor de la tormenta y la luz. No se asusten, es algo normal por estas fechas. Trata de calmar con un comentario buenachón, típico de los islandeses.

Toma asiento en su silla, frente a la mesa. Kenya, el animal, parece quedarse relajada entre las manos de la fotógrafa, incluso parece querer jugar con Bernie. Es un alivio. Lo que se muestra que realmente es una criatura pacífica. Mientras el Dr. añade algo en un impreso, señala con el bolígrafo al animal. Hace una mueca ante la pregunta de Bernie, seguramente sea ilegal tener un animal de ese calibre como mascota de compañía, así que prefiere ahorrarse la explicación de porque guarda a Kenya en la cámara. Es muy extraño que haya querido atacarla, ¿sabe? No, no suele hacerlo... ¿Está segura de que no había nadie más en la cámara aparte de Vd.? Es broma... puede que... puede que se haya puesto algo nerviosa, eso es todo. Y sintiéndolo mucho, lamento decirles que ese marcas en el difunto no las ha provocado ella. A mi también me han parecido algo extrañas, ¿saben?

Bien, me temo que me tendré que quedar una noche más despierto. Pueden confiar en mí... Trataré de seguir investingado esos orificios, en tal caso os informaré de cualquier detalle en cuanto haya descubierto algo. ¿Pueden facilitarme algún número?-

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04/06/2011, 02:05
Bernie Gardner

Vuelvo a ponerme pálida ante el comentario del doctor sobre lo sucedido en la cámara.

- Claro que estaba sola... ¿Qué más iba a haber si no? - le respondo un tanto a la defensiva, pensando en la sombra que me pareció ver trepando la pared. Mientras el médico rellena algunos papeles, saco de nuevo la cámara y le hago un par de fotos a Kenya, sin importarme lo más mínimo si incomoda a su dueño. Para algo ha conseguido desquiciarme los nervios, ahora que se aguante - Es un animal precioso.

Después me apresuro a darle el número del hotel, facilitándole nuestros nombres.

- Aquí podrá encontrarnos, o dejar un mensaje. Además de esas marcas de garras que el cadáver tiene en el tórax, me han llamado la atención unas pequeñas incisiones que tiene en la muñeca. ¿Sabe a qué pueden deberse? ¿No le da la sensación de ser un batiburrillo de posibles causas de la muerte?

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06/06/2011, 13:25
Doctor

El mamífero no parece mostrarse incómodo por el par de flashes que escupen la cámara de Bernie. Por suerte para ella, son unas fotos realmente difíciles de coger, incluso los documentales más famosos de naturaleza estarían tremendamente celosos. El anfitrión se siente satisfecho por la lisonja que la mujer le regala al animal. -Gracias. Creo que también le has caído bien...

Con una sonrisa afable, el hombre apunta los nombres, la dirección del Hotel, así como su número. Muy bien, os llamaré en cuanto tenga nuevas noticias. El anfitrión hace la intención de levantarse para ir a la puerta, pues deduce que aquí ya habéis terminado de momento. Pero antes de abrirla se detiene, justo enfrente de la misma, al escuchar el comentario sobre las marcas. Podría ser señorita Garner. Pero creo que esas pequeñas incisiones ya estaban ahí antes de morir. No, no estoy seguro todavía de ello, y quizá el difunto padecía problemas graves que le condujeran al sucidio. En tal caso creo que fué el mismo quién se las hizo...

Pero esto es una versión no oficial mía. Tendré que alcanzar más detalles antes de mañana por la mañana, pues el cuerpo ha de ser repatriado a su país de origen. Bien, creo que todos tenemos trabajo por delante. Os avisaré esta noche si todo va bien.-

Ahora sí, abre la puerta y se hace a un lado para que salgáis. La lluvia no invita a salir al exterior, eso esta claro, pero por suerte la camioneta queda a unos treinta metros de distancia, por lo que, a la carrera nos os mojaréis lo suficiente como para que llegue a ser molesto.

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07/06/2011, 11:39
Bernie Gardner

El corto paseo hacia el coche me deja helada, y una vez que mi compañero abre el furgón, me apresuro a entrar y a cerrar la puerta. Está siendo un día de perros en todos los sentidos. Qué ganas de meterme en la cama y esperar a un nuevo día...

Las palabras del doctor mantienen ocupado a mi cerebro durante un rato.

- Vamos a ver - digo reflexionando en voz alta para que Maurice siga mis pensamientos - Si esas marcas de la muñeca las tenía antes de morir, según el doctor, solo puede significar dos cosas: una, que alguien se las hizo por un motivo desconocido, o dos, que intentó suicidarse. Ahora bien, ¿qué tipo de persona intenta suicidarse pinchándose dos veces en las venas? Creo que es de conocimiento común que hay que cortárselas, no hacerse agujeritos. La posibilidad del intento de suicidio me parece poco probable. Así que la otra opción es que alguien se lo hiciera, ¿pero por qué? No tengo ni idea de para qué iban a hacerle esos agujeros... Y luego está el hecho de que el muerto presentaba una fuerte contusión en la cabeza, los enormes garrazos que le habían desgarrado el tórax, y luego esa especie de congelación hipotérmica. Es obvio que cayó al agua o lo sumergieron, pero no tenía agua en los pulmones, por lo que no murió ahogado. Puede ser que cuando cayera al agua ya estuviese muerto y por eso no respiró y tragó líquido. Pero todo esto no tiene sentido.

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07/06/2011, 16:37
Maurice Stolker

- Mantenganos informados, doctor. - Dijo sin más antes de salir por la puerta de la consulta.

 

Todo aquello se le antojaba surrealista a Maurice. El doctor, la consulta, la mascota salvaje y ahora el batiburrillo de síntomas que no ofrecían ninguna facilidad para saber de que había muerto aquel hombre. Se sintió aliviado cuando salieron de la consulta y prefirió andar hacia el coche antes que correr. El agua le estaba refrescando, cosa que la hacía falta porque aun sentía cierta angustia tras haber vomitado.

Antes de salir a la calle se fijó en las marcas en las muñecas que Bernie había descubierto. Desde luego era la primera vez que veía tal cosa. Poco después la mujer le comentó lo que él había pensado: si te quieres suicidar te rajas las venas, no las punzas. Si las punzas es para sacar sangre.

- Bernie, veo complicado que él mismo quisiese hacer eso en las venas. Más bien parece que alguien queria sacarle sangre. ¿El motivo? No tengo ni idea. - A continuación quedó pensativo recordando las palabras de la mujer. Se subieron los dos al coche. Lo arrancó y puso los limpiaparabrisas. Tras ello puso a funcionar la calefacción girando la rueda en dirección a la zona del salpicadero. De no ser así los cristales se empañarían rápidamente. - La pregunta que nos deberíamos hacer es cual fue la causa de la muerte. Como dices, pudo ser el golpe en la cabeza. Yo no me fio de las palbras del doctor, ya has visto la fiera que tiene ahí dentro. Quizás dejó solo al animal y las heridas son posteriores. Yo no soy médico pero seguro que un experto nos puede decir si las heridas son posteriores. Lo que me extraña más es lo de la hipotermia. Pero tampoco sería raro que se cayerá desde algún sitio o se golpeara con algo que no debiera estar allí y el capitán ordenara tirar el cuerpo al mar para justificarlo así y no tener que dar más explicaciones de las necesarias. - De nuevo se paró a pensar un poco y como dudando si decirlo o no prosiguió. - Y por supuesto, no hay que desestimar el asesinato. Con todo eso, yo lo único que tengo claro es que la herida que tiene en el tórax se las ha hecho el maldito bicho de ese loco. - Dicho lo cual soltó el freno de mano y se pusieron en marcha.

 

- Por cierto, me dijo cuando estábamos fuera que un par de tipos del WCI llegaron por la mañana y se llevaron los objetos personales de cadáver. Creo que es hora de llamar a nuestro amigo el albino y que no cuente qué coño está pasando.  - En cuanto vieran una cabina o una cafetería pararía a llamarlo.

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07/06/2011, 16:55
Bernie Gardner

- Si fue un asesinato y trataron de deshacerse de él tirándolo por la borda... ¿Cómo volvió el cadáver al barco? ¿Volvió desde el más allá para trepar por la borda? - niego con la cabeza - Se me va a chamuscar el cerebro de darle vueltas a esto. Cada síntoma puede explicarse por separado, pero todos juntos resulta muy confuso. Y no sé si el tigre ese le hizo lo del pecho, pero en caso de que no hubiera sido, ¿qué tipo de animal había en el barco capaz de hacer semejante cosa? Tú dirás que no te importa lo que lleven en el Oddissey, pero te digo yo que ahí hay algo que no me cuadra.

Acerco un poco las manos hacia el cacharro que echa el aire calentito.

- Y eso sí que es extraño, lo de que la WCI haya ido a recoger los efectos personales. ¿No se supone que nosotros estamos para investigar? La verdad es que deberíamos parar en cuanto viésemos algún sitio y hablar con Erik.

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07/06/2011, 17:56
Director

Abandonáis el depósito con ciertas dudas y piezas sin encajar. Lo que está claro que en aquel barco ocurrió algo fuera de lo normal, o al menos la muerte del marinero así lo indica con esos orificios tan sumamente extraños. En cualquier caso el encargado de mantener al difunto, a pesar de su mugriento aspecto, parece estar por la labor de ayudaros y manteneros informados para poder acercarse a la verdad con más claridad.

De nuevo la forguneta es un buen refugio para la tormenta, que a pesar de que ha decidido detenerse un poco, sigue azotando un frío impropio para los tiempos que corren. El motor parece entrar en calor rápidamente y el aire de la calefacción desempaña los cristales y mantienen vuestros cuerpos en calor. Tras las ventanillas se aprecia una ciudad mojada, y solitaria. La mayoría de establecimientos permanecen cerrados y muy poca gente ha decidido aventurarse con este tiempo. Pensáis que lo mejor será llamar desde el Hotel, al recordar que allí teneís un teléfono a vuestra disposición.

A vuestras espaldas habéis dejado ya las oficinas portuarias y el resto de la ciudad con algo de información nueva. Hacia el norte no se distingue nada hasta donde la visibilidad os alcanza, salvo la fachada del Hotel. La mayoría de caminos quedan cortados debido al tiempo y nadie puede cruzarlos, por lo que los habitantes de las montañas deben esperar casi todo el invierno recluidos y aislados. Lógicamente, nadie sale al exterior, ya que eso equivale a una muerte segura por hipotermia o algo peor. Lo extraño es que apenas estamos rozando el mes de Octubre.

Por la pendiente que va hacia el Royal Weird  hay unas señales de ruedas que han marcado el terreno, haciendo algo más cómodo el camino por la zona. Antes de bajar de la camioneta, percibís un par de coches oscuros aparcados frente al Hotel , uno parece el de Erik, otro es un todoterreno oscuro desconocido. Enseguida, véis dos siluetas como bajan del coche más grande y os apuntan con sus armas. Los disparos golpean contra la luna de la furgoneta, obligándoos a encoger y a esconder vuestros cuerpos.

Notas de juego

Maurice tiene un viejo revólver que le entregó los de la WCI.

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08/06/2011, 20:01
Maurice Stolker

Maurice miró con desdén a Bernie y se lamentó de la poca visión periférica que tenía su compañera. ¿No has pensado que alguien lo tiró al mar y que otro alguien pudo descubrir el cadáver flotando? Decidió no seguir conjeturando con ella hasta haber hablado con los del WCI y que les dieran las pruebas de aquel tipo. Quizás allí descubrirían algo que los acercase a la verdad. Cuando Bernie empezó a hacer conjeturas sobre una bestia en el barco, lo cual él consideraba una chorrada, se abstrajo de la conversación y se dedicó a la carretera. Aun se encontraba mal de las anteriores náuseas y no pretendía correr demasiado esa vez. Además la ciudad estaba oscura y fría...más que eso parecía muerta. No pudo evitar un disimulado escalofrío pese a la calefacción. Tenía unas ganas enormes de llegar al hotel.

 

Ganas que se le quitaron cuando dos tipos, provenientes de un coche enorme, comenzarón a disparar en dirección a la camioneta. - Joder, joder, joder... - Fue las únicas palabras capaces de surgir de la boca del investigador antes de agacharse sobre su asiento. Cuando iba a ayudar a Bernie vio que la chica había sido más rápida y también estaba escondida. Sacó su pistola de la cartuchera y con los nervios se le cayó debajo del asiento. Había dado clases de tiro hace algunos años, incluso en su trabajo llevaba pistola, pero nunca había tenido que sacarla salvo en algún caso para intimidar a alguien. Nunca había estado en un tiroteo.

 

Los disparos replicaban en los cristales y en la carrocería cuando encontró el arma tanteando con la mano. Pensó que si se levantaba para disparar por la luna delantera sería su perdición. Recordó como en una película había visto al protagonista abrir la puerta del coche y disparar por el lado exterior de ella semitumbado en el asiento. El problema del asunto es que Maurice era diestro y estaba en el lado del conductor por lo que debería disparar con la izquierda. Y eso era un handicap bastante gordo. Pensado lo cual decidió abrir la puerta por completo y disparar a través del espacio que quedaba entre ella y la parte delantera del vehículo. Era bastante pequeño y lo cubriría él. Por una vez en todo el día se alegro de la lluvia y la oscuridad de aquel país...las cuales le iban a dar un buena cobertura.

 

 

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09/06/2011, 00:43
Bernie Gardner

El sonido de los disparos contra la luna de la furgoneta me hacen soltar un agudo chillido de sobresalto. Instintivamente me agacho y trato de protegerme mientras mi confusa mente intenta procesar la información. ¿Qué cojones está pasando aquí?, es lo único que soy capaz de pensar. Uno de los vehículos parecía el de Erik, pero no entiendo qué hace disparándonos. El nerviosismo del momento hace que me tiemblen las manos. Tengo ganas de echarme a llorar, en un día es la segunda vez que estoy en peligro de muerte... Y no ayuda el hecho de que Maurice deje caer la jodida pistola al suelo.

- ¡Oh, Dios! - grito tapándome los oídos cuando el tiroteo comienza. El pánico me está paralizando, empiezo a notar la misma sensación que noté en la cámara frigorífica, solo que esta vez me cuesta respirar, noto que me falta el aire...

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09/06/2011, 18:03
Director

La luna de la camioneta ha quedado completamente agrietada por culpa de los disparos, por suerte ninguno os ha alcanzado y os ha dado tiempo a refugiaros, notando como las pequeñas esquirlas de cristal os caían encima. Maurice, poco profesional con las armas trata de controlar que sus movimientos no le traicionen, pero por alguna razón su reglamentaria resbala de sus manos. Éste comprueba que Bernie esté protegida. Cuando se da cuenta, sabe que no puede fallar, qué sólo tiene una oportunidad. La visibilidad ha quedado mermada por culpa del temporal, y por si fuera poco la carretera se encuentra demasiado mojada como para realizar una huída desesperada con el vehículo. 

Bernie, probablemente recordará este día como uno de los peores de su vida. El resto de tiempo ya había sido movidito, pero sin duda había que añadirle un tiroteo real. Cosa que sin duda podía llegar a cortar la respiración a cualquiera que no esté acostumbrado a vivir esa experencia, y ella parecía no ser una excepción.

A pesar de todo los incovenientes, el arma responde a las indicaciones del investigador con compases de movimientos de lo más experto. Dos disparon salen con precisión del cañón, uno de ellos impacta en el muslo de uno de esos desconocidos, el otro debe de seguir su curso, perdiéndose en la lejanía. Pero lo que no se espera en ningún momento son los nuevos disparos que impactan en la camioneta, sobre una de las ruedas delanteras provocando un evidente pinchazo y haciendo inútil una posible huída. Al poco tiempo otro disparo sobre los focos de luz. Quedándo todo en una aterrorizadora penumbra.

Al instante, un rayo cae a pocos metros frente al lugar dónde vistéis por última vez a los hombres, iluminando todo alrededor. La tormenta arrecia, acompañada de pequeñas piedras de granizo que aumentan poco a poco su tamaño.

Las luces de unas linteras os anuncian que, probablemente los dos agresores, estén acercándose de nuevo a vuestra camioneta;

-¿Crrees que les hemos dado? No pueden haberr ido muy lejos... Prronto vendrrá la policía. Ha de serr rrápido y lo más silencioso posible...- Dos hombres hablan entre ellos en idioma común, pero su acento alemán es evidente. Eso os indica que ni Erik ni el conserje pueden ser aliados o incluso los propios autores de los disparos. Quizá ellos también se encuentren en peligro.

- Tiradas (1)
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09/06/2011, 20:06
Bernie Gardner

- ¿Qué hacemos, Maurice? ¡Por dios, dime que tienes alguna idea! - le susurro a mi compañero cuando oigo las voces de nuestros agresores, que se acercan. Me siento realmente aterrorizada, y la idea de ver aparecer un rostro por el cristal me acojona. - ¿Salimos corriendo? Con la oscuridad... a lo mejor los despistamos, no pueden vernos... no pueden...

Por favor, que llegue ya la policía antes de que estos locos nos maten. Por favor, por favor. Me quedo a la espera de las instrucciones del detective, que parece muy seguro de sí mismo enarbolando esa pistola con la que le ha dado a uno de los tíos. Yo soy fotógrafa, él es se encarga de pillar a los criminales, así que él debe de tener mucha experiencia en estos asuntos.

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10/06/2011, 12:24
Maurice Stolker

¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos? Se repetía Maurice una y otra vez mentalemente imitando la voz de su compañera -  Yo qué coño sé. Él había sido un gran investigador privado para una compañía de seguros, no un policía criminal ni nada semejante. Era la primera vez en su vida que había tenido que disparar contra alguien y ya era un motivo de orgullo que en un tiroteo le hubiese dado al enemigo. Eso ya era bastante para Stolker.

 

Aquellos dos "matones de los cojones" habían salido de la nada y, a pesar de estar uno herido" se dirigían hacia ellos. Lo que estaba claro es que si llegaban al coche y ellos aun estaban dentro estarían acabados. Pero salir corriendo de allí, como Bernie apuntaba, era un suicidio en toda regla. Lo tipos estaban demasiado cerca para hacerlo y si salían los verían. El detective pensó en ese momento que Bernie tenía muy pocas luces...luces... - luces. Una bombillita se encendió en el cerebro de Maurice. - Vale, Bernie lo tengo. Esos dos capullos habían disparado a los focos delanteros del coche pero no a los antinieblas delanteros, los cuales el investigador había comprobado que tenían gran potencia por la situación metereológica del país. Estos se situaban justo debajo de los faros y el hombre solo deseo que aquellos dos sicarios no les hubieran disparado. - Bernie, haremos esto. Yo enciendo los antinieblas. Esos dos payasos están delante y la luz los deslumbrara. Tú, en ese momento, abre la puerta del todo y sal corriendo hacia la parte de atrás de la camioneta pegada a ella. - Así podría cubrirse con la misma puerta por si le disparaban. - Cuando llegues atrás no pares de correr y métete entre la niebla...allí nunca te alacanzarán. Encuentra un teléfono y avisa a la policía. - Por su parte, Maurcie aprovecharía que los dos hombres estuviese deslumbrados para salir de la furgoneta y parapetarse con la puerta disparando. Esperaba tener suerte y alcanzarlos, porque sino solo le quedaría echar a correr detrás de Bernie y rezar porque no lo alcanzasen.

 

Puso las manos sobre la manecilla de las antiniebla y sin darle tiempo a la mujer a protestar por aquel precipitado plan, comenzó a contar: Uno...dos...y tres - Y en aquel preciso momento Maurice Stolker conectó los antinieblas delanteros de la vieja camioneta.