Partida Rol por web

El Oddissey: Terror en la nieve

Christine y Alan: La Isla de Hielo y Fuego

Cargando editor
27/04/2011, 18:26
Alan

Nada más escuchar aquella voz tan densa en aquel hombre me dió la sensación en un primer momento de que habíamos caído en un pozo de mala suerte. ¿No podía haber sido aquel tal Erik el conserje? Al menos parecía un buen tipo en las distancias cortas. Busqué la mirada de Christine para pedirle consejo de cómo nos había tratado ese Erik, no sabía que responderle en aquel momento, como si aquella frase del abrigo rojo me hubiera dejado sin palabras, sin la frase adecuada para el momento.

Asentí a Chris tras el breve comentario sobre el chófer, y me quedé a la espera de saber si iba a llegar pronto el camión. La pequeña historia sobre el coyote y Erik despertó una ligera atención sobre saber que le ocurrió realmente aquel día. Pero no quise hacer ningún comentario al respecto, pensaba que era mejor tratarlo con Christine o al menos saber que era lo que opinaba. Forzé una sonrisa por el último comentario del conserje sobre su mujer. -Bueno, supongo que nos quedamos mucho más tranquilos si nos deja la chimenea. Reí tratando de quitar importancia al asunto de la calefacción, pero en ningún momento me pasaba dormir fuera de cuatro paredes con ese hombre pululando por ahí y menos estando Christine conmigo. Ya improvisaríamos algo para entrar en calor.

El conserje no tenía la culpa de ello, o eso quería creer. No era un mal hombre, y si la WCI lo había contratado tendría algún motivo.

No se preocupe... Nosotros nos ocuparemos del equipaje.

El caso seguía siendo misterioso, algo fuera de lo habitual para mí. Pero empezaba a hacerme a la idea. La cifra que nos ofrecían era alta, y los primeros 1000 dólares los habíamos recibido sólo por aceptar. Y no estaba solo el dinero. Aquello parecía una oportunidad, podría ser una buena historia, o quien sabe si esto derivaba en una nueva carrera como investigador o algo similar. Sólo sabía que hasta ahora no teníamos casi nada y no podíamos estar así para siempre.

-Va a ser raro estar aquí por un tiempo... le dije a Chris mientras soltaba su mano y empezaba abrir una de las maletas. Aunque enseguida deseché la idea de preparar las cosas y me acerqué hacia la ventana. Eché un vistazo rápido, comenzaba a oscurecer. ¿Crees que nos hemos precipitado o que merecerá la pena probar la experiencia? Aunque con suerte consigues una oportunidad en el mundo fotográfico, Meredith dijo que podría conseguirte un trabajo aquí, aunque pueda ser temporal...-

Cargando editor
05/05/2011, 22:05
Christine Turner

No pude evitar fruncir el ceño cuando el conserje nos contó la historia de Erik, aquella en la que decía que había sido atacado por coyotes. La verdad es que cerré los ojos con fuerza, para intentar olvidar una imagen de ese calibre, pero me costaría tiempo. Ugh... debió serr terrible para el hombrre, ¿no crrees?- pregunté, mirando a Alan. La verdad es que observarle hacía que me relajara bastante. Al menos, como usted dice, ssigue vivo, que es lo que imporrta. Esperé a que el hombre terminara de hablar y le sonreí con educación cuando se refirió a mi belleza. La verdad es que, aunque fuera un conserje - del que no creía que tuviera un gran estatus- recibir el piropo de un hombre siempre era agradable, ¿no? Al menos siempre que tuviera una educación tan exquisita como la del hombre que tenía delante, enfundado en un traje azul. Tampoco hace falta que se prreocupe tanto, hombrre. La verrdad es que estoy acostumbrrada al frío, del lugar donde vengo. Si se encuentra canssado por mí no habrrá ningún problema en que lo deje parra mañana. Le sonreí con cordialidad y escuché a Alan hablar. Nos apañarremos sin la chimenea, ¿verrdad?- dije viendo el rostro de Alan, que parecía compartir mi opinión en todo momento. Prefería no quedarme pasando la noche en medio de un pasillo, sino protegida por cuatro paredes.

Agarraba la mano de mi chico con cierta fuerza, para sentirlo a mi lado. No quería sentirme desprotegida en un sitio como ese, que me recordaba a algún tipo de casa encantada.  Me prregunto si mucha gente vendrá a visitar este lugarr, aunque sea temporrada alta. A decir verdad, a mí me darría bastante miedo quedarme aquí, sino fuera por el trabajo. Perro... tengo ganas de ver qué más puedo encontrar por aquí, esperro que Alan quierra acompañarme o no seré capaz de moverme de su lado.

-Ess cierrto... nosotrros podemos ocuparrnos del equipaje. Tenía ganas de relajarme, de desconectar. No creía que siendo la hora que era visitaríamos el WCI y menos si había riesgo de tormenta. Debería preguntárselo a Alan cuando nos quedáramos solos.

Fui junto a Alan hasta nuestra habitación, después de despedirnos de forma educada del conserje. Llevaba mi equipaje en una mano mientras con la otra no me soltaba de Alan- La verrdad es que este es un sitio extraño, ja? Siento casi escalofríos... parrece sacado de una de esas películas de serrie B que alquilas cuando nos aburrimos- me rei entre susurros, como si fuera una broma, pero estando convencida de mis palabras- ¿Crees que luego podrríamos irr a dar una vuelta? Me apetece cotillearr un poco, hacerr unas fotos. No crreo que esté prohibido, ¿no?-sonreí.

Al entrar en la habitación me senté en la cama en primer lugar, para descansar. Realmente el viaje me había dejado algo cansada y estaba deseando irme a dormir. Pero sabía que tenía que investigar eso, era parecido a algún tipo de obsesión extraña. Quién me diría a mí que tendría yo más interés que Alan en investigar este caso, quizá se debiera a la gran cantidad de dinero que nos estábamos jugando.

-Nein... es un grran trabajo, Alan. Necessitamos el dinerro... y más después de lo último que ocurrió- sentí un escalofrío al decir esas últimas palabras y negué con la cabeza, pensativa-  Esto es lo mejorr que nos podía ocurrir hasta la fecha. Es una oporrtunidad para empezar de cerro- le dediqué una sonrisa y empecé a deshacer mi maleta, la cual estaba totalmente desordenada. Esta es la peorr parte de los viajes... ¿Y bien? ¿Querrás venirr a darr una vuelta luego?

Notas de juego

Bueno, pues no pasa nada :3 Un malentendido lo tiene cualquiera, ¿no? :P

Espero que te guste el post y perdona por la espera.

Cargando editor
08/05/2011, 19:33
Alan

Aquel iba a ser nuestro nuevo hogar, pero por poco tiempo, esperaba. Miraba lo que iba a ser nuestra pequeña nueva casa, echándole un vistazo profundo, por si se me pasaba algún detalle por alto. Seguía preguntándome si no aceptamos demasiado rápido aquel caso, pero la verdad es que era un gran trato y había que salir de Boston después de lo que ocurrió, así que decidí no darle más vueltas a la cabeza y prepararme para esa vuelta que le apetecía a mi chica.

No me costaría demasiado deshacer la maleta, algo de ropa de invierno y algunos de mis queridos libros sobre pesadillas con los que había compartido varias noches en vela era casi todo mi equipaje. Una de las primeras cosas que me aseguré de haber guardado era nuestro portátil, el cual podría sernos útil para escribir algo, guardar fotos o añadir información, incluso poder ver algunas de esas películas de serie B con cierte parecido al Hotel como decía de forma divertida Christine. Entre mis cosas también descubrí que había traído aquel gorro de cuero que me regaló por mi último cumpleaños. -Tienes razón... es un gran trabajo. Dije respondiéndole con un beso. Ya tendremos tiempo de descubrir si es la oportunidad que estábamos esperando. Sonreí, colocándole el sombrero para que pareciera una investigadora, queriendo buscarle también las cosquillas en esas partes más débiles que sólo yo conocía. Creo que las maletas pueden esperar un rato más...

Tiré de sus manos, camino hacia el colchón y cuando llegó el borde de la cama caí de espaldas sobre el edredón junto a ella y reí ligeramente por no haber calculado bien el trayecto. Aprovechando ese pequeño tropiezo, la miré despacio, le puse uno de sus mechones tras la oreja y rocé mi nariz con la suya. No quería perderla nunca.

Podemos ir al puerto más tarde, a las oficinas, a ver si siguen abiertas. Comenté como segunda opción sorpotando el poco peso de Chris encima mío. Por lo menos haríamos acto de presencia y no pensarán mal de tu chico... ¿Crees que le hemos caído bien al conserje? No le hemos preguntado su nombre. Recordé al instante con una sonrisa. Espero que no guarde rencor por eso y nos deje cotillear por su escalofriante Hotel. Bromeé, después puse un tono más serio e intrigante dando mi opinión sobre aquel misterioso hombre. Seguro que este Hotel escondía cosas tan espeluznantes como misteriosas. Una gran oportunidad para sacar fotos del primer edificio que pisamos en la capital islandesa.

Parece un hombre solitario y una persona cínica ¿verdad? Antes con la historia del coyote recordaba el momento con demasiada frialdad, cómo si le resultara agradable... Quizá sea un paranóico pensando eso, pero por eso estoy con la investigadora más atractiva y desordenada del mundo, para que me enseñe a descubrir cualquier cosa relacionada con misterio. Le dediqué una sonrisa, tratanto de restarle importancia a la aterradora experiencia que debió de vivir Erik.

¿Nos vamos a descubrir que misterios esconde este lugar?- Asentí.

Cargando editor
10/05/2011, 18:43
Christine Turner

Me dejé guiar por las palabras y los actos de Alan hasta que acabamos en la cama, pero al parecer la trayectoria de Alan no fue la mejor que había tenido en todos estos años de relación- Está bien... podemos ir donde tú quieras, pero yo quiero ver este sitio, ¿vale? Porfi...-sonreí con dulzura a mi chico y le acaricié la cara mientras le miraba a los ojos- Espero que esto sea lo mejor que nos pase después de lo último que nos ocurrió.

Me quedé descansando unos instantes, pensando en qué podríamos hacer. Uhm... supongo que sí le habremos parecido gente simpática, ¿no? Es decir, somos buenas personas... Y eso ha sido un despiste, nos lo perdonará. Luego, en cuanto lo veamos, nos disculpamos por esa falta e intentamos enterarnos, ¿de acuerdo?- le di un beso en los labios y sonreí- ¿Crees que habrán ocurrido cosas inexplicables en este hotel? Ya sabes... fantasmas y esas cosas- noté un escalofrío al decir eso y abracé con fuerza a mi chico- Ay... casi mejor que dejamos el tema, ¿eh? Que estas cosas me ponen los nervios de punta... soy demasiado asustadiza.

Escuché las palabras de Alan y asentí- Quizá las cosas no sean así, carriño. Quizá el hombrre ha hablado demasiado del tema, dándole más imporrtancia de la que debierra, perro no me imagino que fuerra por algo de eso. Aunque sí que parrecía un cínico. En fin... clarro que quierro ir a investigar... La verrdad es que suena emocionante.

Me levanté junto a mi chico, dejando mis cosas tan o más desordenadas que cuando hice la maleta. Así está bien...¿no? Sí, no te prreocupes. Eso se orrdena rápido. ¡Vamos, vamos!- dije tirando de su mano-  O quizá... deberríamos hacerlo por la noche, eso sí que tiene que serr terrorrífico, ¿no crrees? Tú eliges, Alan.

Cargando editor
11/05/2011, 18:59
Alan

Esperaba no tener que vivir más ninguna experiencia parecida a la que vivimos en aquella granja. También deseaba que mis pesadillas desaparecieran y no volvieran durante un tiempo, cómo si el hotel en el que nos encontrábamos fuese una especie de protección contra los sueños malignos. Bien sabía que yo no podía controlar aquellos sueños, y si te ponías a pensar el lugar más bien era un centro atrayente para cualquier pesadilla. Pero yo también esperaba, al igual que me chica, que aquel momento iba a ser un sin fín de buenas cosas, de buenas oportunidades y así se lo hice saber a Chris en cuanto me miró a los ojos.

-Todo saldrá bien cariño... Cuando todo esto termine nos casaremos y buscaremos un sitio definitivo en el que instalarnos. Ya discutiremos el orden de esas dos cosas... ¿vale? Bromeé entre risas de buena gana, mirándole a los ojos y terminando con un beso en los labios que indicaba que no teníamos que preocuparnos de nada. Todo iba a ir bien.

Escuché las palabras que opinaban sobre el conserje, y entre ellas se instalaron el pavor que tenía Chrisitine hacía los fantasmas o a cualquier tipo de cosas inexplicables, como las que solían ocurrir en esas docenas de películas sobre suspense que alquilábamos. Me hizo reír cuando de pronto se mostró tan asustadiza. Al poco tiempo de querer ir por los pasillos más oscuros del mundo se transformó en una quinceañera asustadiza. Pero para eso estaba yo ahí, para que mi chica no tuviera miedo y lo terrorífico le pareciera divertido si compartía la experiencia conmigo.

Sé que te asusta todo eso cielo, y a mí también. Pero estás conmigo, y no creo que este edificio trate de una de esas familias adineradas sobre las que caé una maldición... ¿verdad? Le dí un nuevo beso.

Tras un rato en el que pensamos que haríamos, tumbados sobre la cama nos levantamos. Tiró de mi mano, susurrando con ganas para que nos dieramos prisa en descubrir los misterios de aquel hotel. Creo que nos habían dado el "día libre" para acomodarnos, así que las oficinas podían esperar hasta mañana y además ya empezaba a oscurecer, por lo que el deseo de mi chica, y que a mí también me apetecía pulular por ahí sin despegar la mano de Chris en ningún momento, lo consideraba como una opción interesante. -Podemos avisar al conserje de que apague las luces del interior del hotel...-

Todo indicaba que pasaríamos un buen rato bajo aquel edificio misterioso y prácticamente en penumbra. Esperaba que el conserje no nos lo prohibiera, aunque por otra parte tampoco tenía por que enterarse, y en el peor de los casos no eramos ninguna especie de ladrones, por lo que aquel buen hombre seguro que lo entendería. Sin soltar su mano, tiré de ella para salir de la habitación sin olvidarnos de la llave.

Cargando editor
11/05/2011, 19:44
Director

Nada más salistéis de la habitación, a vuestra derecha quedaba el hall de recepción, separado por aquellas dos largas escaleras que daban acceso al pasillo que os encontrabais en aquel momento. El suelo y las paredes estaban totalmente exentos de la rica ornamentación que habiáis encontrado en la planta noble y mostraban una superficie lisa y grisácea. Unos ronquidos sonoros os advirtieron de que probablemente el conserje se encontraba dormido en la planta baja, tumbado sobre cualquier sofá. Eso os hizo sacar un pequeño susurro transformado en carcajada y os ayudó a tomar la decisión de investigar por el Hotel de una manera más segura, más convencidos.

El pasillo se extendía hacia el sur pero no tenía más iluminación que la que brindaban aquellas viejas luces, que si os poniáis a contarlas, la vista no llegaba ni siquiera alcanzar todas las pequeñas bombillas. La oscuridad era casi total unos metros más adelante. La tenue luz sólo alcanzaba para distinguir las puertas cerradas, situadas a cada uno de los lados y seperadas por apenas un par de metros de distancia.

Más adelante, aún en línea recta, se encontraba una zona un poco más iluminada. Telarañas se extendían a placer en las paredes y le sucedía una ligera cubierta de líquenes que finalizaban a la altura del techo, era evidente que aquella zona necesitaba mano de obra. Más allá no parecía que hubiera nada, aunque una puerta más grande que el resto de habitaciones quedaba empotrada al final del pasillo, cerrada.

Por las paredes algo os llamó la atención, especialmente a Christine. Habían varios cuadros colgados, la mayoría de ellos, se encontraban desgastados y destintados por culpa de la húmedad. No obstante, había uno; una especie de conde de piel oscura y de traje beis, con las manos apoyadas en un bastón lleno de riquezas decorativas. Su similitud era casi calcada a la de aquel cartero que por alguna extraña razón hizo sonar aquella voz en su cabeza.

Notas de juego

He editado el color del traje del tipo del cuadro xD

Puse véis, en vez de beis. Y quedaba como un poco mal. Pero oye, que igual el "véis" es un nuevo color... =p

Cargando editor
18/05/2011, 13:48
Christine Turner

-Jah... tendrremos tiempo de decidirr en qué orrden, ¿verrdad?- dije sonriendo a su... ¿proposición? Aquellas cosas me ponían nerviosa, el pensar que acabaría siendo la señora de Alan Bale Loosle.  Escuché sus palabras, como hacía siempre, aunque mi mente se encontraba en otro lugar, en aquella casa donde criaríamos a nuestros hijos - no más de dos, esperaba- y donde recibiría a Alan cada día con una sonrisa. Sí, aquello debía ser la felicidad en su estado más puro. Al escuchar la palabra maldición volví a mirar a mi chico- Eh... pueesss la verrrdad es que essto tiene más pinta de casstillo abandonado porr una maldición que de un grran hotel- me reí, aun sabiendo que esas cosas me asustaban enormemente-  Perro... que sepas que si vemoss un fantassma tu tendrrás que enfrrentarrte a él, brav- le acaricié el pelo, moviendo mis manos hasta su nuca- Ya sabes que yo saldrría corriendo, aunque no podrría dejarrte solo- le di un beso.

Me quedé mirando unos instantes el techo de la habitación, las lámparas, la decoración... todo parecía sacado de algún lujoso palacio en vez de un hotel que estaba prácticamente abandonado. Seguía sin entender cómo no estaría esto lleno de huéspedes, a pesar de las temperaturas. Estar ahí con Alan significaba que eso era una nueva oportunidad, un comienzo de todo. Sentía su mano acariciando la que yo tenía libre, su respiración, notaba sus ojos clavándose en mi cuerpo, aunque me encantaba esa sensación siempre que venía de él.

-No, no... esto es una missión secreta- le puse el dedo sobre los labios- Nadie puede descubrirnos, ja? Assí serrá más diverrtido...- sonreí a mi chico y me levanté de la cama. Cogí mi cámara de fotos, puesto que estaba segura de que habría algo digno de fotografiar, quizá alguna especie de cuadro horrible o alguna figura extraña que pareciera moverse, si ocurría algo de eso ahí estaría yo para conseguir las pruebas. A medida que pensaba en ello, más excitante se volvía el visitar la estancia.

Esperé a que Alan cogiera lo necesario - entre ello las llaves- y salimos a investigar. La estancia era sacada de una película de miedo, seguro, pero debía de ser de una de esas caras, puesto que todo lo que veíamos parecía, cuanto menos, digno de alguien de una alta clase social. Al escuchar los ronquidos, de quien se suponía que serían del conserje -no había nadie más, ¿no?- no pude evitar soltar una pequeña carcajada. A medida que avanzábamos los detalles se iban perdiendo, como si eso fuera alguna zona que necesitara de reconstrucción.  Definitivamente la otra parte era mucho más bonita- pensé, mientras iba tomando fotos de cosas que me llamaran la atención. Tenía suficientes carretes como para fotografiar un país entero, creía yo.

Las luces del lugar apenas me dejaban ver nada, lo que le daba un aspecto más tétrico a todo.  Miraba todo con la curiosidad de una niña, pero con la precaución de una mujer.  No quería perderme detalle alguno, tan siquiera el de las telarañas que nos acompañaban en la visita.

Seguimos el recorrido hasta lo que parecían ser dos puertas muy grandes, cerradas. Por ese camino miraba de un lado a otro, contemplando los cuadros, hasta que me quedé mirando fijamente uno de ellos-¡Alan, Alan, mirra esto!- dije señalando uno de los cuadros-  ¿No te rrecuerrda al carrtero que nos entregó los documentos? ¡Es idéntico!

Notas de juego

Brav es valiente.

¿Las cámaras de esa época podían tener flash?

Cargando editor
20/05/2011, 21:01
Alan

No era fácil encontrar lugares como aquel. Un lugar rodeado de nieve, montaña y playa. Pero lo más misterioso era aquel hotel, plagado de cosas tan bonitas a mi modo de ver. Como bien reflejaba mi chica todo parecía estar sacado de alguna especie de castillo de nobles de clase alta. A mí en cambio también me recordaba a esa película de Jack Nicholson, el cúal adoptaba el personaje de un guardían de un hotel y por alguna extraña maldición se volvía loco y con ganas de asesinar a su familia. Fué todo un bombazo aquel film.

Siempre había creído que en los lugares más extraños o mágicos, en su más profundo y sombrío interior, carecían de ruidos. Es por ello que quienes los habitaban preferían moverse con sigilo, valorando y respetando la placidez de un lugar en el que el sosiego era el mayor de los tesoros. Y es allí donde descansaban todos esos seres de cuentos y leyendas que, invisibles, formaban la esencia de dichos lugares. Quizá los fantasmas exisitían, y si existían, seguro que aquel hotel era un buen sitio para instalarse. Tampoco tenían por que ser seres malvados.

Me pareció una gran idea descubrir que podía encerrar aquel hotel. Y más aún con el toque que le daba mi chica, en plan misión secreta. Simplemente me encantaba.

Hicimos el recorrido, mirando aquí y allá. Sin duda allí todo se encontraba más frío que en al entrada principal. Lo que en cierto modo todo se volvía más tétrico, y parecíamos los dos personajes de una nueva película de terror. De vez en cuando tiraba alguna broma pintoresca, cómo agrandando los ojos y poniendo voces extrañas para tratar de meter miedo a Christine. Pero sólo se quedaba en eso, en pequeñas bromas que finalizaban con un " que tonto eres ".

No soltaba su mano en ningún momento, excepto cuando a ella le parecía adecuado hacer alguna foto para gastar la mutlitud de carretes que se trajo. Pero en seguida la volvía a buscar de nuevo, entrelazando los dedos. Realmente aquel sitio era espeluznante, y me traía recuerdos de mis pesadillas. Pero estando con ella todo esos sueños se trasladaban a un segundo plano haciéndo que fuera posible superarlo. -Parece que hemos llegado a la casa del fantasma... Susurré de forma divertida al ver aquellas telarañas, aquellos cuadros desgastados y aquella puerta tan sumamente cerrada que te invitaba a descubrir que ocultaba al otro lado. Sin duda el conserje aún tenía que emplear más tiempo del que deseaba para arreglar todo aquello pensé.

Chris analizaba los cuadros de un lado a otro y yo me quedé mirando aquella puerta. Me pareció escuchar una voz, junto a unas carcajadas, que provenían de una niña de unos ocho años de edad. Al menos eso intuí. En seguida despejé ese sonido de mi mente, y me giré al ver el cuadro que señalaba mi chica el único que parecía haber sobrevivido a la maleza que se había adueñado en aquella zona. Le abracé por detrás, apoyando mi barbilla en su hombro. -¡Es cierto cariño! Cómo... cómo... ¿qué hace él aquí? La última vez que vino a casa dijo que quizá volveríamos a vernos... parece tan real... ¿crees que se habrá tomado esa molestia? Quizá oculte una de esas cajas fuertes detrás. Le sonreí a mi chica.

No quiero meterte miedo Chris. Pero creo que no éstamos sólos.- Esta vez bien sabía que no lo estaba diciendo en broma. Le cogí fuerte de la mano, cambiando la mirada hacia la puerta.

Cargando editor
20/05/2011, 21:10
Director

Antes de que pudiérais comprobar más detalles de aquel cuadro, incluso de comprobar si por alguna casualidad escondía una de esas cajas fuertes donde los antiguos reyes escondían sus joyas o sus testamentos, un sonido estrepitoso, que se le parecía alguna especie de cacharro de cocina se escuchó muy cercano. Provenía de alguna de las puertas de alrededor.

Tras ello, le acompañó el sinuoso romper de una carcajada de una niña muy joven. Sin duda era algo tan insólito que ponía los pelos de punta. Pero... ¿quién iba a estar allí? Todo podía tratarse del cansancio del viaje, aunque eso más bien era una completa estúpidez que no ayudaba a nada. Allí había algo o alguien. Quizá algún pájaro, algún roedor que decidió hacer alguna travesura. No obstante, no se veía a nadie, y la vuelta a vuestra habitación quedaba como a millas de distancia tras comprobar que en aquella parte del pasillo tampoco parecía haber nada. Os sentiáis completamente observados por alguien.

Cuando aquel sonido metálico finalizó, la doble puerta que daba al final del pasillo hizo un silencioso click, quedándose minimamente entreabierta. Sin duda alguien os estaba invitando a pasar.

Notas de juego

Sí que tenían flash. Claro que sí. Quizá no hacían fotos demasiado buenas, pero vamos que, seguro que contaban con la suficiente luz y tenían una salida para conectarse a un pc y descargar las fotos.

La que tiene Christine es así.

¿Lo preguntabas por la poca luz que hay o porqué? :p

¡Un beso!

Cargando editor
25/05/2011, 23:38
Christine Turner

-¿A qué te rrefierres?- agarré con fuerza su mano, asustada. ¿Me estaba tomando el pelo? No, jamás haría eso en un lugar como este, quitando las bromillas que nos habíamos hecho mutuamente durante el camino.

Seguí su mirada hasta la puerta, con una mezcla de miedo e interés, pero sobre todo de lo primero. ¿De verdad iba a ocurrir algo? ¿Y qué haríamos ahora? Quizá era un buen momento para correr... ¡No, Christine, no puedes ser una cobarde! ¡No es nada, no es nada, no es nada!- cerré los ojos durante unos segundos, apretando la mano de mi chico con más fuerza aún.

Abrí los ojos de golpe al escuchar los ruidos y di un salto al oir la voz de la niña- ¿No se supone que estábamos solos?-agarré a Alan del brazo- ¿El conserrje tenía una hija o algo? Estoy empezando a assusstarrrme, Alan.

Miré a un lado y otro, asustada, mientras con mi otra mano sostenía la cámara de fotos y hacía un par de fotos para que el efecto del flash saltara y poder ver si había alguien en algún lugar. El sonido del clack de la puerta no hizo más que asustarme aún más y ponerme los pelos de punta. Miré a mi chico con el rostro totalmente pálido- ¿Qué... qué hacemoss, Alan?- A decir verdad, aunque estaba muerta de miedo, deseaba entrar ahí y ver de qué se trataba. En ocasiones sentía un cosquilleo por la espalda, una sensación fría que me recorría hasta la nuca, lo que me hacía mirar con rapidez hacia atrás, pero no había nada. Nunca parecía haber nada.

-Te...tenemos que entrrar. Tengo curriosidad, perro si tú no quierres... nos podemos ir- le sonreí, algo temblorosa y esperé para saber qué me diría. Sentía el impulso de correr y adentrarme en esa habitación, de descubrir que la imaginación en un lugar extraño, poco iluminado y frío hacía pensar a cualquiera en cosas que no tenían ninguna lógica humana. Pero iba a entrar, debía hacerlo. Algo me llamaba: El lugar, que parecía abandonado, la misteriosa historia del hombre que nos había guiado, Erik, la voz del conserje así como sus facciones, que me recordaban a una película de verdadero terror... y, sobre todo, el retrato del cartero. ¿Cómo demonios había llegado ahí? Era hora de acercarse un poco más a la verdad. Sabía que era peligroso, pero...

La curiosidad mató al gato, ¿no?

Notas de juego

Siento haber hecho un post más corto de lo normal. Con la uni no doy a basto y quiero seguir esta partida T_T No te enfades conmigo, porfi >_<

Cargando editor
30/05/2011, 13:22
Director

Alan siempre había sido una persona que miraba hacia delante, le costaba huir de las situaciones, y si esas situaciones eran peligrosas o con ligeros tintes de adrenalina mejor que mejor. Por eso, y por que Christine también parecía muy convencida de seguir con la " misión secreta ", la pareja dió los pasos necesarios hasta alcanzar la puerta que se había abierto para ellos.

La puertas dobles conducían a una grandiosa sala rectangular que se extendía hacia la izquierda y que producía una extraña mezcla de sensaciones al verla. Por un lado el lujo y la magnificencia eran apabullantes, a pesar del paso de los años y del abandono. Pero por otro lado algo funesto flotaba en el ambiente. El suelo de mármol veteado, donde el rosa y el blanco se entremezclaban caprichosos, liso y llano para el mejor deslizar de los danzarines les indicó claramente que se encontraban en una diáfana y despejada Sala de Baile. Y una Sala de Baile destrozada, y vacía, era algo que pesaba en el ánimo.

Gruesos cortinajes de terciopelo rojo, recogidos por gruesos cordones de seda con flecos dorados, caían a lado y lado de los grandes ventanales de cristaleras emplomadas, éstas sí en colores, aunque muy tenues, muy suaves, formando dibujos de plantas y flores. Ante ellas, como repartidas al azar, algunas butacas pequeñas, silloncitos en parejas o grupos, de madera policromada en pan de oro y tapizadas en el terciopelo de las cortinas, para el descanso de las Damas. Pero los cortinajes estaban apolillados, deslustrados, los oros aparecían oscurecidos y manchados de óxido, y los sillones tenían patas rotas, manchones, y algunos estaban simplemente destrozados del asiento, mostrando unas entrañas de lana amarillenta y muelles desencajados.

A un lado tres señales circulares en el suelo parecían haber sido dejadas por un piano de cola que, ahora, no estaba allí. No había más acceso a la estancia que aquella en la que se encontraban la pareja. En su lugar había un cuenco de cocina.

Cargando editor
30/05/2011, 13:42
Alan

Me recordaba a aquellos años en los que, al irme a la cama, mi mayor preocupación era elegir los muñecos que arroparía junto a mí, uno a cada lado, para sentirme protegido, y que me harían compañía en mi viaje al mundo de los sueños. Hacía ya mucho que eso había dejado de ser una preocupación. Últimamente, lo era el hecho de preguntarme si esa noche lograría dormir. Descansar.

Mi chica me había ayudado a superar todo eso, y a superar otras cosas como la bebida, las drogas y las peleas callejeras. Todo eso había quedado ya olvidado, como algo imposible a lo que volver a acercarme. No obstante aquel cartero aparecía constantemente en mis sueños, sin saber muy bien porqué. Nunca había llegado alcanzar una respuesta del porqué aquel hombre de piel oscura había decidido vivir en mi subconsciente. Tenía mis dudas de encontrarla.

Aún en mis sueños, la oscuridad todo lo envolvía, el silencio se hacía presente. Presente como aquel cuadro, que hacía preguntarme si aquel hombre había sido el culpable de que se abriera aquella puerta. Y si era así, ¿por qué lo hacía?

-No lo sé cielo. Sin apartar la mirada de la puerta, traté de pensar lo que nos dijo el conserje. Dijo que tenía una mujer, ¿recuerdas? Es posible que tenga una niña... pero ¿por qué iba a ocultarlo? La miré, sin soltar su mano en ningún momento por si tenía alguna respuesta a mi pregunta. Empecé a sentir cómo la situación se volvía más inquietante. Sentía un ligero frío tras mi espalda, lo que me obligó a torcer la cabeza para asegurarme de que todo se trataba de pequeños ingredientes producidos por el pánico.

Cuando me sonrío con temblor, la miré y solté su mano para abarcarla por el cuello y con el mismo movimiento acerqué su rostro para plantarle un beso en la mejilla, cerca de la comisura. Hemos venido hasta aquí, y alguien nos ha invitado a pasar. Vamos a parecer unos maleducados si le rechazamos... ¿no es así?  Le sonreí y busqué de nuevo su mano, y con la mano libre terminé de abrir la puerta doble mientras nos acercábamos.

Lo que se ocultaba tras aquella puerta estaba a mitad camino entre lo maravilloso y lo tétrico. Sin duda allí, en aquella estancia, se debió de llevar a cabo los mejores bailes, los mejores trajes caros y los mejores lícores. Todo parecía estar sacado de un antiguo palacio. La verdad que los ojos se me agrandaron como cuando un niño está a punto de descubrir un nuevo sabor de cualquier caramelo. Recorría con la mirada el salón de baile. Vaya, es... debió de ser precioso, ¿verdad?

El Sr. Bale y la Sra. Turner hacen su aparición por la pasarela... ¿con qué majestuoso baile nos sorprenderán hoy?- Bromeé, imitando la voz de uno de esos duques con firmeza que citaban a los invitados.

Notas de juego

-Haz una tirada de Advertir/Notar Chris.

Cargando editor
31/05/2011, 22:45
Christine Turner
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
04/06/2011, 16:04
Christine Turner

Me quedé mirando la sala por unos instantes, con los ojos abiertos como platos. ¿Cómo podía haber algo tan lujoso en un lugar como este? Sí, sabía que se trataba de una especie de hotel majestuoso con pinta de palacio, pero no me imaginaba que algo así estuviera al alcance de cualquiera. Por otro lado me asusté, porque había algo que no me gustaba de todo aquello, algo que no cuadraba: El ambiente era siniestro, notaba varias sensaciones mezcladas como de odio, temor y... un toque diabólico, a decir verdad. Deja de pensar tonterías, Chris. ¿No crees que deberías irte a la cama? El viaje te está afectando demasiado, Turner.

Agarré la mano de Alan mientras avanzaba mirando todo. ¿Por qué había partes de la instancia destrozadas? Cualquier buen hotel que se preciara debería estar perfectamente, por si los clientes deseaban acceder a una sala tan esplendorosa como esta. Quizá- pensó mi mente detectivesca- aquí ocurrió algo terrible y por eso no lo puede ver el público. Quizá esa era la mejor opción a pensar, pero sería únicamente para aquellas mentes que creyeran en el más allá y en los sucesos paranormales, como la mía. Desde que estaba con Alan había abierto mi mente a muchas cosas más de las que pensaba, y esta era una de ellas.

-No creo que el sitio de una niña sea este, y menos que no nos lo haya dicho- sentencié mientras miraba con curiosidad el lugar. Cada vez me parecía más extraño todo aquello, si el conserje tenía una niña... nos lo habría dicho, ¿verdad? Y además, ¿qué haría una niña deambulando por el hotel sola? ¿y si nosotros hubiéramos sido unos locos encargados de secuestrar niños? No, esa historia no me cuadraba y menos al ver el cuadro del cartero que me había puesto los pelos de punta.

-La verrdad es que todo esto es tanto prrecioso como...escalofrriante, carriño- dije mientras me sentía respaldada por notar su brazo por encima de mi cuerpo. Si Alan no estuviera aquí... era lógico que yo tampoco, porque el trabajo era suyo, pero de ninguna de las maneras estaría visitando una estancia como esta. Era él- aunque a veces parecía no saberlo- quien le daba un toque de color a mi vida.

Golpeé levemente su hombro cuando empezó a hablar como si nos estuviera presentando- ¡No digas eso!- repliqué. Por ese entonces escuché un sonido y vi como una silueta, posiblemente de una niña - o eso creía yo- se movía por el lugar, hasta dar a la ventana y desaparecer saltando por ella- ¡No! ¡Alan! ¿Has visto eso?- pregunté totalmente preocupada mientras avanzaba por la estancia, en dirección a la ventana.

Abri la enorme cortina que estaba delante mía y...

Notas de juego

Edit: ¿Te ha llegado?

Cargando editor
09/06/2011, 18:59
Director

Aunque aún no había nada claro, allí sin duda estaba pasando algo extraño. Christine podía decirse que ya había roto la curiosidad de saber que misterio podia esconder aquel Hotel. Y, aunque esa no fué la primera intención de la pareja, sin duda era algo a tener en cuenta, sobre todo por aquel detalle del cuadro. A no ser que se tratara de una extraña coincidencia, la pareja no podía encontrar respuesta alguna que le llevaran por el camino de la verdad. Al menos, en aquel momento.

Casi seguro ella no hubiera decidido visitar aquel largo y oscuro pasillo sin la compañía de su chico, pero en cualquier caso fué algo divertido hasta que el sonido de un terrible trueno hizo temblar los cristales abiertos de los ventanales. A éste le siguieron otros, y multitud de rayos que iluminaron el oscuro atardecer. En aquel momento, justo cuando Alan hizo un comentario divertido y su chica le replicó, a ésta le pareció ver una silueta tráslucida de un niño levitando, cruzando por la pista de baile hasta traspasar la rajada cortina que cubría el ventanal a su derecha.

Medio a la carrera fué hacía allí, despegándose de su chico.

La luna quedaba cubierta de negras nubes acompañada de un frío viento que agitaba las altas ramas de grandes árboles. Empezaba a nevar. El frío que se colaba por la ventana entre abierta era casi ensordecedor. Les pareció ver a alguien en el patio del jardín; Una muchacha, de unos 12 años con un muñeco de tela entre sus manos mirando hacia la misma ventana.

Intentaba llegar corriendo a algún sitio donde refugiarse, como si se hubiera dado cuenta de que le habíais visto. Empapada, las piedras la golpearon, la oscuridad la envolvía. Los dos creísteis verla tropezar cuando un rayo volvió a caer cerca del lugar...

Cargando editor
09/06/2011, 20:22
Alan

Le dí la razón a mi chica. Aquel sitio no era merecedor para la infancia de cualquier niño. Todo parecía estar sacado de las primeras líneas del libro de terror que te leía tu padre o tu madre por primera vez antes de dormirte. Al menos yo tuve una grande satisfacción cuando mi madre creyó oportuno leerme un libro sobre aquel género. Siempre me decía que hasta sentir el miedo podía llegar a ser bueno a veces, que sentirlo podía hacer aprender de nuestros errores. Pero bueno, aquello quedaba muy atrás. Ahora tenía mi libro preferido y se capítulaba Christine Turner; mi chica.

Ella pareció haber visto algo, como siguiendo el juego o la misión de forma divertida. O al menos eso me hizo pensar. Me resultaba interesante observar aquella estancia mientras permanecía quieto con las manos coladas entre los bolsillos del tejano. Trataba de imaginar como aquel salón de baile debió de estar repleto de gente adinerada, rodeada de todo tipo de detalles lujosos. Un lugar donde, a mí nunca me hubiera gustado nacer, pero donde probablemente no se respiró ningún tipo de maldad. En cambio todo me parecía una enorme pared, compacta y gruesa, de ladrillos interminables, como una puerta hacia otro mundo, invitándonos a entrar. En aquel entonces empecé a sentir más preocupada a Chris, sobre todo en la voz.

Era consciente de que algo extraño estaba ocurriendo en aquella sala. No sabía el qué, pero tenía que decirle pronto a Christine que aquello ya no se trataba de una broma. Que allí alguien o algo nos estaba observando. -Cariño, creo que... creo que deberíamos irnos ya. Aún con las manos coladas en los bolsillos, eché una última mirada hacia el pasillo.

A la carrera, fuí hacia Chris, preguntándome que es lo que habría visto. Ella abrió la cortina y azotó un frío impropio. Joder... Cielo, tenemos que ayudarla. Lo que vieron nuestros ojos me obligó, inconscientemente, a abrir la ventana. ¡Es... escuchamé... no... no te muevas de ahí, ¿de acuerdo?! Grité hacia la niña. Iremos a por ti. ¿Me oyes? Te... te prometo que no va a pasarte nada si te quedas donde estás. Miré hacia mi chica para que ella también tratara de convencerla a que no se moviese de allí y le inyectara algo de confianza. Había que sacar a aquella niña de allí y trasladarla a un lugar caliente o posiblemente moriría por hipotermia. Al volver la mirada hacia la niña ya no se encontraba allí. La única luz procedente de los relámpagos dejaron que la escena quedara con ese típico toque intrigante de suspense, de misterio. Lo que no ayudaba en nada.

Cogí fuerte la mano de mi chica. La miré a los ojos. Ahora quiero que no me sueltes de la mano... Asentí, y le expliqué el plan para salvar aquella pobre pequeña. Iremos a nuestra habitación, cogeremos algo de ropa, y saldremos a buscar a esa niña... ¿vale?

¿Se trataría de alguna especie de juego de la WCI? No lo sabía. Y si lo era, posiblemente ganarían el primer premio a la estúpidez. En cualquier caso, que se tratara de un estúpido juego por parte de la empresa que me había contratado aún no lo había pensando, y sabiendo en lo que yo creía y en todo lo que había leído sobre cosas paranormales, dudaba que llegara a mi mente aquella idea. En aquel momento sólo me importaba que mi chica asintiera, cogiera fuerte de mi mano y salieramos corriendo de allí.

Notas de juego

Perdona por haber tardado tanto en responder, sí que me llegó. Aunque lo leí el lunes, y hasta día de hoy he tenido un montón de cosas que hacer y poco tiempo para organizarme. Soy un desastre xD

Pero bueno, aquí estoy =)

¿Cómo te va todo? Espero que te siga gustando la escena. Bss.

Cargando editor
07/07/2011, 23:47
Christine Turner

Me quedé paralizada al ver a la niña. ¿No se suponía que debíamos de estar solos? Nadie había nombrado a una niña, y menos a una que me asustara tanto, que correteara por un lugar a oscuras y que estuviera tan cerca de un sitio peligroso. Apreté la mano de Alan, asustada: Sin duda alguna nuestro viaje estaba empezando con mal pie, o mejor dicho, de una manera inesperada. Quizá fuera una especie de "castigo divino" por ponernos a recorrer un lugar que no debíamos. Maldita ssea.... no puedo asustarrrme, no ahorra. ¿Parra qué diabloss se me habrrá ocurrido investigarr el sitio? Además, este lugarr da muy mala espina, tan frrío... parrece que pudierras congelarrte aquí mismo y nadie se enterrarría...
-Qui... quizá sí que deberríamos irnos, ja? La verrdad es que estoy bastante asustada... ¿crreees que es una brroma de mal gusto?


Al asomarnos y al ver a la niña allí casi contuve un grito. Escuché a Alan, quien intentaba que permaneciera en el mismo sitio, pero a mí me daba miedo que algo pudiera sucederle. ¿Lobos, quizá? La historia del conserje me había dejado patidifusa, pero tenía que mantener la calma para que la niña también permaneciera tranquila. Si ella era de aquí, seguramente sabría actuar mucho mejor de lo que lo haríamos unos "guiris" como nosotros.


-Estoy muerrta de miedo...
Apreté con fuerza su mano y cogí aire. Debía de animar a esa chiquilla, darle fuerzas para que permaneciera en el mismo lugar.


-¡No te preocupes, niña! Vamos a irr a cogerrte, ¿vale? Y pedirremos ayuda, parra que no te ocurra nada de nada. ¡Confía en nosotros! Ja?
Un rayo hizo que cerrara los ojos, puesto que no me gustaban demasiado las tormentas. Además, sabía que aquella luz cegadora era peligrosa y que en algunos casos podía causar una ceguera temporal, que era lo que menos me convenía en esos momentos. Al abrir los ojos pude comprobar que la niña no estaba allí. ¿Dónde se ha marchado? ¡Maldición! ¡No han sido ni dos segundos! Miré de un lado a otro, preocupada. Entonces volví a mirar a Alan, quien parecía tener el rostro tan serio como el mío, además de algo asustado, diría yo. Por suerte, fue él quien rompió ese silencio tan aterrador que solamente se cortaba por el sonido de la tormenta.


-Ja...ja... Deberríamos avisar al conserje, ¿no crrees? La vida se esa niña puede estarr en peligrro, carriño.


Me dispuse a salir de la sala agarrando la mano de Alan. No dejaba de mirar todo, ahora con mucho más miedo: las figuras, que creían debido a la luz que se proyectaba por la ventana, parecían ahora mucho más aterradoras, dispuestas a atacarte en cuanto te descuidaras; además, el viento chocaba contra las paredes, provocando una especie de susurros inaudibles para casi cualquiera, pero quizá yo estaba demasiado asustada y me imaginaba que los oía, llamándome y atormentándome. En ese momento apreté más la mano de mi chico- No hemos empezado con buen pie, ¿verrdad?

Notas de juego

Yo jamás pondría que me voy y fin ¬¬ Ya era hora de postear, ahora que la web ha vuelto ^^ Siento haberte hecho esperar tanto >_<

Un besazo :3

Cargando editor
11/07/2011, 13:17
Director

Desde aquel punto de la ventana sólo se podía ver el jardín que habían enfrente, lleno de nieve e impracticable. Aquel Hotel -no demasiado grande- quedaba situado en un diminuto valle rodeado de montañas, el invierno equivalía a aislamiento del mundo exterior. La mayoría de caminos quedaban cortados debido al tiempo y nadie podía cruzarlos, por lo que los habitantes de las montañas debían esperar casi todo el invierno recluidos y aislados. Lógicamente, nadie solía salir al exterior, ya que eso equivalía a una muerte casi segura por hipotermia o algo peor, y mucho menos una niña. Lo extraño es que apenas rozaba el mes de Octubre.

Era extraño y prácticamente imposible que en aquellas habitaciones maltratadas y azotadas por los años y la febril putrefacción de las paredes hubiese algo que denotara felicidad o un mínimo destello opaco y apagado de alegría. El resto de la ancestral edificación también era antigua y muy llamativa pero, al parecer, totalmente normal y corriente, y lujosa. Sin embargo la inquietante y fastuosa sala de baile despertaba muchos misterios e inquietudes en la mente y los ojos del que desafortunadamente allí se encontrara.

A pesar de eso, decidísteis poneros algo de ropa de abrigo y salir al exterior para poner a salvo a aquella misteriosa niña. El conserje debía de estar descansando, al menos durante el trayecto que daba desde vuestra habitación a la puerta del exterior no le habíais visto.

Allá fuera el terreno no era fácil, ya que la tormenta había dejado una capa de casi medio metro de nieve. Con algo de dificultades, avanzásteis protegiéndoos de la tormenta lo mejor posible. En el mismo lugar en el que vistéis a la niña, en la parte que daba al jardín, se encontraba tirado su uniforme de colegio y al lado su oso de peluche de esparto. No había rastro de la niña, ni huellas que indicaran que había podido ir hacia alguna dirección en concreto.

Lo que si se escuchaban eran ciertos aullidos de coyotes a la lejanía. Por lo demás todo se encontraba en un misterioso silencio.

Cargando editor
11/07/2011, 13:54
Alan

La atmósfera de aquel lugar comenzaba a calar en mí. Al principio, la voz de la razón se había impuesto sobre el miedo irracional y la curiosidad había podido más, llevándonos a sumergirnos en aquella extraña exploración dónde cada vez más las cosas parecían perder el sentido. El cuadro, el contraste entre lo maravilloso y lujoso del ala donde se alojaba y la dejadez y decadencia de esta otra, los sonidos sin explicación, la pista de baile.

Aquel sitio, en sus mejores épocas, había de haber sido magnífico. Su suave y uniforme pavimento, ideal para deslizarse en medio de bonitas danzas de salón, sus delicados cortinajes, sus ornados ventanales, las sillas, los almohadones ¿Por qué lo habían dejado abandonado? ¿Qué había impulsado a los dueños del hotel a casi, clausurar aquella ala y dejar que el tiempo fuera haciendo estragos a su paso?

-No creo que haya nada más aterrador que vivir al lado de Alan Bale durante algún tiempo. Y tú lo has conseguido, ¿verdad? Sonreí cuando sentí con fuerza la mano de mi chica, asustada al igual que yo. Apoyé mis labios en su frente para hacerla sentir que todo iba a salir bien. Está claro que todo esto no es un gran coctail de bienvenida, y pone los pelos de punta... pero sea lo que sea lo descubriremos ¿sí?

Sin embargo, no pudimos evitar volvernos a la carrera y desandar nuestros pasos como unos desquiciados. Teníamos que llegar al exterior, teníamos que ayudar a aquella niña o podría morir de frío allá afuera. Sin detenernos a pensar de que quizá tampoco estábamos preparados para enfrentarnos el frío del exterior, seguimos corriendo por el pasillo y bajamos las escaleras a toda prisa después de refugiranos en un par de abrigos. Pasamos por la recepción sin fijarnos detalladamente si el conserje estaba allí durmiendo su siesta o no y alcanzamos la puerta de entrada.

Hacía mucho frío, y el conserje parecía no estar por ningún lado. La fuerza de la tormenta era notoria y no podía parar de preguntarme si esa chiquilla no moriría de frío. Tiraba con fuerza de la mano de mi chica para superar la dura prueba que nos había puesto la nieve. No costó demasiado llegar al lugar en el que se hallaba tirada el atuendo de la muchacha junto a su peluche.

Clavé una rodilla en la nieve, acariciando con la yema de mis dedos el uniforme de la niña. Joder, está helado... Si echas un vistazo no te alejes demasiado, ¿de acuerdo?- Sabía que mi chica en ocasiones se dejaba llevar por su intuición y también le gustaba investigar cosas espeluznantes, y por mucho que yo le dijera que no se moviera de allí sabía que sus pasos le llevarían a echar un vistazo sin alejarse de mi vista. A mí, no obstante aquella prenda me llamaba la atención, no entedía de que iba todo aquello. Había percibido varias manchas resecas que parecían sangre, pero aún así seguía sin comprender qué es lo que pretendía aquella niña.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Una tirada de buscar Crhis.

No te preocupes guapísima.

Quería haberte contestado el finde, pero al final no pude y no he entrado en umbría hasta hoy al mediodia -después de venir del dentista que no hay cosa que me de más grimilla xD- Pero bueno, yo estoy aquí para seguir el ritmo que marques entre semana =)

¡Un beso!

Cargando editor
13/07/2011, 06:53
Director

Lo único que conseguiste percibir había sido una vieja puerta de madera entreabierta y empotrada contra el edificio. Daba la sensación de que era la estancia donde se resguardaba la caldera de calefacción. Tampoco había huellas que indicaran que la niña pudo ir hacia allí.

De todos modos aquella puerta, que no dejaba de mecerse violetamente a causa del viento, quedaba a una corta distancia...